sábado, 5 de diciembre de 2015

Volumen 2 Capítulo 1

Volumen 2 Capítulo 1
La tierra de los mitos
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder

Ghandilva, el Anciano de la aldea Baran tenía un dilema. Anteriormente, la aldea había sido una población tranquila en la zona sur del Reino de Rosenheim y era el hogar de cerca de quinientos residentes. Pero recientemente se había visto invadida por los hombres-lagarto y los habitantes se habían dispersado o habían sido capturados. “Quisiera escuchar la historia de dónde viene esta semilla.” – dijo Weed. En los ojos de Ghandilva apareció un resquicio de esperanza. “¿N-Nos ayudarás si te cuento lo que sé?” – preguntó Ghandilva desesperado. “Tanto si me lo cuentas como si no, pienso ayudar a tu gente. Cuando alguien es hecho prisionero por un malvado monstruo, ¿cómo puede otro humano dejarlo estar y seguir su propio camino?” “¡Oh!” Ghandilva estaba sobrecogido por la emoción. Mientras que todo el mundo había ignorado sus ruegos de ayuda, de repente aparecía un buen samaritano que ofrecía su espada para ir al rescate de su gente. “El caballero Darius rechazó mi petición… porque esta semilla era lo único que podía ofrecerle a cambio.” – dijo Ghandilva con tristeza. Confirmando que Darius ya se encontraba lo bastante lejos como para no oír lo que se estaba hablando, Weed dijo con mucho cuidado: “¿Quién puede decidir el valor de una buena acción? Es algo muy irresponsable.” “Y pensar que aún quedan algunos hombres buenos en el mundo…” – murmuró el Anciano. Los ojos de Weed se posaron de pasada en el puño cerrado del anciano. “Por cierto, acerca de esa semilla…” “¡Oh, sí! Desconozco qué vida alberga.” “¿Tampoco conoces su procedencia?” “Esta semilla lleva generaciones en mi familia. Mis antepasados me pidieron que la guardase con celo, pues posee un valor incalculable. Me dijeron que la entregase a cambio de un gran favor.” “Ya veo.” Todo empezaba a encajar como las piezas de un puzle. Lo que estaba planeando tenía una probabilidad del 50% de suceder, lo que suponía un gran riesgo. ¿Era la semilla que le podría mostrar a Weed el camino a la Ciudad del Cielo, o una simple semilla común? Entre todas las profesiones disponibles, estaban las de jardinero y granjero. Pero, como era de esperar, era difícil encontrar a jugadores con una de ellas. “¿Rescataréis a mi gente?” – imploró el Anciano una vez más. ¡Ding!

Nueva misión: [La desgracia del poblado Baran]
Baran era un pueblo animado y tranquilo hasta que la frontera oriental fue asolada por horribles monstruos. Cuando los hombres-lagarto asaltaron la aldea, el Anciano Ghandilva no tuvo tiempo suficiente para salvar a toda su gente.
Consiguió escapar junto con los niños, mientras los adultos se quedaban atrás para ganar tiempo. Los malvados hombres-lagarto capturaron a los que resistían y, en vez de asesinarlos, los esclavizaron en su fortaleza en el Valle Occidental.
Rescata a los padres de los niños. Con el paso del tiempo, los hombres-lagarto no dudarán en matar a los aldeanos uno tras otro.
Nivel de Dificultad: D
Recompensa:
Recibirás Semilla sin nombre.
Número de prisioneros restantes para cumplir la misión: 55
Una misión con dificultad de nivel ‘D’. Era de la misma dificultad que la misión de la fuerza de asalto. Weed tenía una misión de rango ‘A’, [Cumplir la última voluntad de Zahab], pero aún estaba más allá de sus posibilidades. Para su desgracia, la misión de Zahab ocupaba uno de los tres espacios que había disponibles para las misiones. La misión que tenía ante sí era mucho más difícil que cualquiera de las que Weed había hecho hasta entonces, por lo que repasó una y otra vez la descripción de la misión, saltándose la parte del nivel de dificultad. Padres. El recuerdo de los padres de Weed se terminaba cuando tenía ocho años. En esa época habían empezado los peores momentos de su vida, cuando los prestamistas empezaron a acosarle. ‘Ese fue la única herencia que me dejaron.’ – pensó resentido. Aun así, Weed echaba de menos a sus padres. Pagaría lo que fuese por traerlos de vuelta a la vida si fuera posible. Como el posible salvador estaba meditando profundamente, Ghandilva se preocupó y preguntó: “¿Quizás no te satisface la recompensa?” “…” “Cuando reconstruyamos el pueblo, haremos lo posible por pagarte esta deuda sin tardar.” “No, la recompensa está más que bien. Es más de lo que podría pedir. Terminaré la misión lo antes posible.”

Has aceptado la misión.
“Gracias. Los hombres-lagarto se dirigieron hacia el valle de la montaña que hay al oeste del pueblo. Esperaré ansioso vuestras noticias.” Cuando Ghandilva se fue, los compañeros de Weed se acercaron. “Weed, ¿qué has hecho?” “¿Has aceptado la misión?” Pale y Surka le miraban desconcertados. Acababa de aceptar una nueva misión que le recompensaría con una miserable semilla. “No hagáis preguntas y solo aceptad la misma misión que yo.” Weed era el líder no oficial del equipo. Sus compañeros pensaron que debía de haber alguna lógica tras la insistencia de Weed, por lo que se acercaron a Ghandilva y aceptaron la misión. “Estoy con Weed.” “También queremos participar en el rescate de los aldeanos.” ¡Ding!

Tu grupo ha aceptado la misión.
El resto de los miembros del equipo se unieron a la misión, pero seguían sin entender el por qué. Pale sacudió la cabeza confundido. “No puedo entender por qué has dejado la fuerza de asalto para coger en su lugar esta misión en cuanto has llegado aquí.” “Si no me equivoco, se nos acaba de presentar una gran oportunidad. Y si estoy equivocado, siempre será mejor que participar en las fuerzas de asalto.” “¿Qué quieres decir?” “Suponte que luchamos contra los hombres-lagarto con la fuerza de asalto… Con nuestro nivel, no aspiraríamos a mucho en términos de puntos de experiencia o [Fama].” Se mostraron de acuerdo con Weed. Su nivel era muy inferior al de Darius y su grupo. Originalmente habían estado interesados en las misiones de búsqueda y destrucción que tendrían lugar después de que las tropas hubiesen expulsado a los hombres-lagarto de la ciudad, por lo que la batalla a gran escala apenas tenía relevancia para ellos. Atrapados en medio de doscientos jugadores con un nivel mayor que el suyo, el equipo de Weed realmente no podría hacer mucho. “Tengo la sensación de que nos irá mejor con esta otra misión.” – dijo Weed. “Pero el nivel de dificultad es ‘D’… ¿No te parece un poco demasiado difícil para nosotros cinco? – preguntó Surka. “No te preocupes, tengo un plan.” – respondió con mirada cómplice. “Muy bien, Weed, estamos contigo.” – dijo Pale decidido. Weed había decidido aceptar la misión de Ghandilva y con la decisión tomada, él y su grupo rompieron la formación. En seguida, dos hombres se acercaron al grupo de Weed. Eran Becker y Dale, soldados del ejército de Rosenheim. “¡Comandante! ¿A dónde va?” – preguntó Dale. “Salimos de la fila para acabar con los hombres-lagarto.” – respondió Weed decidido. – “Mis compañeros y yo vamos a liberar a los habitantes del pueblo, padres y madres de los ahora niños sin hogar, del fuerte de los hombres-lagarto.” “¡Esa es una misión difícil!” – Becker estaba sorprendido por la respuesta de Weed, pero Dale parecía receloso. “¿Vosotros cinco seréis capaces de completar la misión?” – preguntó Dale abriendo los ojos con gesto preocupado. Dale evaluó el equipo de Weed. Concluyó que él era más fuerte que cualquiera de ellos. Hinchando el pecho, ofreció sus servicios. “Comandante, me gustaría asistirle en esta misión.” “Sí. Nuestro superior nos permitirá unirnos a ustedes en cuanto le explique la situación.” – dijo Becker. La amistad que Weed había forjado con estos PNJs volvía a hacer acto de presencia. Había actos injustificables que los soldados rechazarían en cualquier situación, independientemente de su lealtad, como un pérfido motín o la masacre de habitantes inocentes. El [Liderazgo] y las buenas relaciones no podrían motivarles a menos que estuviesen respaldados por la [Fama] de un líder o que fuera una causa justa. A ojos de Dale y Becker, consideraban heroicos los actos de Weed y se presentaron voluntarios para rescatar a los aldeanos en peligro. Y como era algo claramente asociado con el objetivo de la fuerza de asalto, creían justificado el motivo de ayudarles. Tras un momento de silencio, Weed dijo: “Estoy más que agradecido de oír vuestras palabras, pero no va a ser posible. Actualmente vuestra misión es ayudar a la aldea Baran bajo las órdenes del señor Darius, ¿no?” “Pero…” “Cuanta menos gente vaya en esta misión, ¡mejor! Os pido que hagáis lo mejor posible vuestra misión. ¿Y si logramos traer de regreso a los padres, para descubrir que las familias no tienen un sitio donde vivir?” “Sí, Comandante.” – Becker y Dale habían sido convencidos, y terminaron cediendo. Los doscientos soldados del ejército de Rosenheim harían mucho más fácil el rescate de los cautivos del fuerte de los hombres-lagarto, especialmente porque los dos decuriones ya habían servido bajo las órdenes de Weed. La misión sería menos complicada si aceptara su oferta, ya que con su alto [Liderazgo] podría convertirlos en una fuerza formidable. Desafortunadamente, la desventaja de permitir que los dos decuriones y sus hombres siguieran a Weed y su equipo, sería que Darius se daría cuenta rápidamente de la desaparición de un gran número de soldados. En cuanto la noticia llegase a oídos de Darius, se aseguraría de preguntar el motivo por el que estaban abandonando la expedición, lo que sería malo para Weed y su grupo. Tal y como estaban las cosas, lo más probable era que Darius no se diera cuenta de que Weed y su pequeño grupo abandonaban la fuerza de asalto formada por otros trescientos jugadores.
* * *
Weed y su grupo se movieron rápidamente hacia la montaña al oeste de Baran que Ghandilva les había indicado. La montaña del oeste tenía un aspecto sombrío y oscuro. Una niebla húmeda surgía de una cascada que caía en el valle, lo que recreaba las mejores condiciones para los hombres-lagarto. “Creo que su territorio se extiende por aquí.” El explorador Pale había mejorado sus habilidades de [Percepción] y [Visión] para mejorar los puntos fuertes de su profesión. Eran habilidades imprescindibles para los exploradores, ya que tenían que localizar a los enemigos a distancia. También era de ayuda para analizar los diferentes tipos de terreno. Pale se estaba centrando en las habilidades pasivas del explorador, como [Disparo Múltiple] o [Penetración]. Era el conjunto de habilidades más popular hasta el segundo cambio de profesión de la clase explorador. Mientras tanto, Weed cuya clase era escultor, aventajaba a los otros en el [Dominio de la Espada] gracias a su habilidad [Dominio de la Escultura] y al Cuchillo de Tallar de Zahab. “Sí, creo que los hombres-lagarto cruzaron la frontera oriental y acamparon aquí.” – respondió Weed en seguida, estudiando el terreno. El valle era más amplio de lo que se había esperado. Avanzaban con miedo de que los hombres-lagarto les sorprendiesen en cualquier parte del bosque. Finalmente encontraron a unos guerreros hombres-lagarto. Había cinco hombres-lagarto en un pequeño grupo haciendo la labor de centinelas. Los reptiles parecían unos lagartos gigantes que andaban sobre las dos patas traseras y tenían una piel verde resbaladiza. Su nivel rondaba el 60. “¡Agh, qué asco! – comentó Romuna. Weed tenía que darle la razón. En general los monstruos eran repugnantes y desagradables. Pero estaba lejos de asustarse. ‘Solo tengo que usar el mismo plan que con los goblins.’ – pensó Weed mientras los evaluaba. El nivel de estos monstruos superaba en unos diez al de los goblins, pero eran monstruos del exterior. Los monstruos que habitan en las mazmorras o acechaban por la noche eran 50% más fuertes y daban más experiencia. En definitiva, si tuviera que compararlos, la fuerza de los hombres-lagarto era similar a la de los goblins. Weed se equipó con su Espada de hierro mientras guardaba el arco. Había estado tan ocupado cocinando y vendiendo estatuas, lejos del campo de batalla, que su cuerpo le pedía sangre. ‘Ahora podré probar una de las técnicas de la espada.’ – pensó con una sonrisa maliciosa. Los cinco movimientos registrados en el libro de habilidades eran los siguientes.

[Técnica Imperial de la Espada sin Forma]
Primera forma: [Golpe Triple].
Como un relámpago, golpeas al enemigo tres veces consecutivas. A medida que la habilidad mejora, la cantidad de golpes y daño aumenta.
Consumo de [Maná]: 300

Segunda forma: [Puñalada].
Te mueves instantáneamente detrás del enemigo y le golpeas por la espalda.
Consumo de [Maná]: 400

Tercera forma: [Rompe espadas].
Destruyes el arma de tu enemigo multiplicando por cinco tu poder de ataque.
Consumo de [Maná]: 600

Cuarta forma: [Baile de espada].
Con un movimiento fluido, atacas al punto débil de un enemigo.
Consumo de [Maná]: 1.000

Quinta forma: [Espada Kaiser].
Eres uno con tu espada. Concentras tu maná y lo diriges a un solo punto.
Consumo de [Maná]: 2.000
Si el [Maná] se reduce por debajo de cero, se usarán puntos de [Salud] en su lugar.
El juego de pasos era una habilidad activa de combate que permitía esquivar un ataque enemigo dando siete ágiles pasos. Weed había dado un nombre diferente a cada una de las técnicas: [Triple], [Puñalada], [Rompe espadas], [Baile de Espada] y [Espada Kaiser]. Tenía 940 puntos de [Maná] gracias a la Medicina del Emperador. Podía usar [Triple] tres veces, [Puñalada] dos y [Rompe espadas] solo una. Los otros dos movimientos estaban descartados, ya que su maná era insuficiente. Podría activar [Espada Kaiser] sin [Maná], pero era demasiado arriesgado jugarse sus puntos de [Salud] en un único ataque. Llamó al juego de pasos del libro [Siete Pasos Celestiales]. Solo activarlo costaba 100 puntos de [Maná]. Por suerte, al menos duraba un minuto una vez que era activado. ‘Veamos qué puedo hacer.’ Weed no había combatido después de aprender la técnica de la [Espada Imperial Sin Forma]. “A plena luz del día no deberían ser tan fuertes.” – dijo Weed a sus compañeros en voz baja – “En los pantanos tienen toda su fuerza, pero en el valle son mucho más débiles. Yo iré delante y lucharemos con ellos.” Los monstruos adaptados a climas secos, como los escorpiones venenosos y los gusanos de arena, tienen ventaja en el desierto. Los hombres-lagarto, cuyo hábitat natural eran los pantanos, estaban debilitados a campo abierto. Aun así, sus compañeros estaban sorprendidos. Weed solo había sugerido que asaltasen el fuerte de los hombres-lagarto. Le habían seguido hasta entonces, pero porque contaban con que tendría un plan para imponerse a los monstruos, que les superaban en número. “¡Es-espera un segundo, Weed! ¿En serio podemos pasearnos por su fortaleza? – preguntó Pale. “Sí. ¿Por qué no?” – replicó Weed. “Pero esta misión tiene un nivel de dificultad ‘D’…” – insistió Pale. “Con esa dificultad habrá al menos ochocientos hombres-lagarto acampados, ¿estoy en lo correcto? “Ochocientos más o menos.” – admitió Pale cogido por sorpresa. “Cuando aceptamos la misión estaba seguro de que ese era el caso. Pero tenemos a Darius ayudándonos.” “¿Darius nos está ayudando?” Mientras Pale sacudía la cabeza perplejo, Weed les pasó unos frascos a los demás. “¿Qué es esto? ¿Una poción?” – preguntó Romuna. “Es una bebida que destilé antes de salir de la Ciudadela. Compré frascos vacíos en una farmacia a muy buen precio.” – respondió Weed. “¿Y por qué nos los das ahora…? – dijo Surka. “Bébetelo primero y ya verás.” Weed se bebió su frasco. ¡Ding!

Has bebido Brandy de la Vitalidad.
Efectos:
[Salud] aumenta en 100 puntos.
[Fuerza] aumenta en 10.
[Agilidad] aumenta en 5.
Disminuye el dolor al recibir una herida.
Los compañeros de Weed vaciaron sus frascos y se quedaron de piedra. “No puedo creerme que este brandy…” – dijo Irene. Surka acababa de alcanzar la edad legal para beber alcohol, por lo que era particularmente susceptible a sus efectos. Pero atraída por el aroma del brandy, se lo bebió hasta la última gota, disfrutando su agradable dulzura. “No ha fermentado mucho tiempo, por lo que sus efectos son limitados. Lo bueno que tiene es que puedes beberlo en las comidas sin miedo a embriagarte.” – explicó. Weed, que ya se había bebido su brandy, ya estaba yendo hacia donde vigilaban los hombres-lagarto.
* * *
Darius se consideraba afortunado. Si no, no habría recibido una misión tan rara como la de liderar la fuerza de asalto: [Fuerza de castigo al poblado Baran]. Podía elevar su [Fama] a un nivel más alto. Un alto nivel de [Fama] estaba acompañado de múltiples beneficios, y las misiones no eran una excepción. Podría reunirse con figuras distinguidas en posiciones clave con las que nunca hubiese podido hablar de otro modo, y adquiriría fácilmente misiones de alto riesgo y gran beneficio. Con trescientas tropas bajo su mando, Darius ya se consideraba a si mismo algo así como un general del ejército. La fuerza de asalto bajo su mando por fin llegó a las inmediaciones de la aldea Baran. Las vallas de madera que habían sido desplegadas para repeler a los monstruos estaban derribadas, y las puertas de todas las casas rotas. La tropa observaba la situación desde una colina. No había ni un solo monstruo a la vista en el pueblo, pero aún no podían relajarse. Darius se volvió hacia uno de sus camaradas. “Parros, ve a examinar la zona.” “De acuerdo. Espera aquí hasta mi regreso.” Parros era un ladrón. Gracias a su extremadamente alta [Agilidad] y a sus habilidades de observación, se infiltró ágilmente en el poblado. Regresó aproximadamente una hora después jadeando, y dio su informe. “¡Hay cientos de hombres-lagarto escondidos! Están esperando a que nos aproximemos lo suficiente.” “Quieren una batalla caótica.” Los ojos de Darius brillaban con frialdad. Obviamente, los hombres-lagarto, que superaban en número a sus tropas, querían provocar una lucha cuerpo a cuerpo. Por otro lado, a él no le desagradaba la idea. En el clímax de la confusión del combate, Darius y los suyos que tenían el mayor nivel de la tropa, podían conseguir el mayor número de muertes, y así ganar aún más reconocimiento. “Una emboscada conocida y esperada no es una emboscada. ¡Cargad hacia el poblado Baran!” Las tropas se abalanzaron hacia su objetivo. De pronto, los hombres-lagarto que habían estado ocultos en el interior de las casas, salieron como un maremoto escamoso. ¡GROARRRR! “¡Humanos!” – sisearon. Los hombres-lagarto, que eran básicamente reptiles musculados, llevaban un escudo en una mano y blandían una espada con la otra. La mayoría de los jugadores estaban sorprendidos. Darius no les había informado que estaban esperándolos escondidos en el pueblo. Descabezando a un enemigo, Darius empezó a mascullar en voz baja. “No necesito a los débiles. Solo quiero gente fuerte que me sea leal. ¿Por qué debería compartir la experiencia y la gloria con esos debiluchos?” Darius había usado esa desconsiderada táctica a propósito, pese al riesgo de un gran número de bajas, solo porque le preocupaba que su parte de puntos de experiencia y [Fama] se redujeran si se distribuían equitativamente entre los 300 jugadores. Los soldados del ejército de Rosenheim seguían a Darius. Su comandante era Sir Jovantes. Cuando el caballero se dio cuenta de que estaban atrapados en la batalla, rodeados por hombres-lagarto que saltaban desde todas las direcciones, gritó: “¡Mantened la posición! ¡Formad círculos en escuadrones y contraatacad!” Escuadrones de diez soldados empezaron a formar vallas circulares humanas, la formación de combate característica del ejército de Rosenheim. Los líderes de los escuadrones eran los decuriones, como Becker y Hosram. “Poneos en formación defensiva.” “¡Formación defensiva!” Casi todos los decuriones que habían sido entrenados por Weed habían tomado la misma decisión: ¡Primero defenderse! Solo Becker actuó de otro modo. “¡A por ellos!” – gritó. Los soldados de Rosenheim en formaciones defensivas circulares distraían y atraían a los hombres-lagarto con una formación de panal. Se burlaban del enemigo, que cargaba a ciegas en un laberinto con infinitos corredores. Entrando y saliendo de los círculos defensivos, Becker y sus diez hombres salían de la nada y destrozaban a los enemigos que se perdían en la formación.
* * *
Cuando Weed se aproximó a los hombres-lagarto, éstos lanzaron sus habituales chillidos agresivos. “¡Humano!” “¡Estúpidos humanos! ¡¿Habéis venido a morir?!” Los cinco guerreros hombres-lagarto cargaron hacia él, blandiendo sus espadas. El nivel de cada uno de los hombres-lagarto era bajo, pero lo compensaban con su superioridad numérica. Si Weed quedaba rodeado, tendría que enfrentarse contra uno desde cada dirección, más uno extra. Aun así, estaba tranquilo. Había aumentado en 40 puntos su [Fuerza], [Agilidad] y [Vitalidad] tras un mes en el Salón de Entrenamiento. Así oído, parecía algo simple de hacer. Y cualquiera se preguntaría por qué no lo hacían todo el mundo, ya que al tener mejores atributos, haría mucho más fácil cazar monstruos. Era entonces cuando la gente observa mejor lo que había que hacer. Un mes. Había que golpear un espantapájaros durante todo un mes. ¿Cuánta gente podría soportar tanto aburrimiento y esfuerzo físico? Si lo hacías durante veinte horas diarias, al cabo del mes habrías completado unas novecientas horas de ejercicio. Había que repetir la misma acción a pesar del dolor, de sentir como tus músculos eran exprimidos. Ni siquiera los atletas profesionales llegaban a esos extremos. Los atletas, por lo general, no pasaban más de cinco horas al día concentrados en el entrenamiento. Lo que Weed había hecho en un mes equivalía al entrenamiento de cuatro meses de un atleta profesional. Desde otro punto de vista, era como si hubiese estado yendo a un gimnasio una hora al día durante dos años, sin faltar ni una sola vez. ¿Quién más se sacrificaría hasta ese extremo por subir 40 puntos en tres o cuatro atributos? Que Weed hubiese terminado el entrenamiento en un solo mes era un perfecto ejemplo de su perseverancia. Además iba a utilizar la técnica de ataque que aún no había probado. Lo cierto es que estaba bastante agradecido por la aparición de los hombres-lagarto. Weed y Surka estaban en primera línea para enfrentarse a los monstruos. Dado que en su equipo faltaba un guerrero o un caballero, ellos dos tenían el puesto de primera línea en los combates cuerpo a cuerpo. “Eh, bueno, señor Weed…” – dijo Surka. “¿Sí?” – respondió él. “Si muero, por favor, sálvese.” – Surka sonaba muy pesimista al enfrentarse contra cinco hombres-lagarto. “No te preocupes, Surka. Si alguno de nosotros cae, yo seré el primero. Atraeré su atención, como siempre.” – dijo Weed con seguridad. “Señor Weed, solo es un escultor. ¡Oh, por cierto! ¿Cuál es su nivel? – preguntó Surka. “Sesenta y ocho.” En ese momento, Weed se lanzó a una apertura que había aparecido entre los hombres-lagarto. “¡Cuidado!” – gritó Surka. Su repentina acción había confundido a sus compañeros, pero él seguía manteniendo la calma. “¡[Siete Pasos Celestiales]!” – gritó. Activó confiado el juego de pies al que había puesto nombre, una habilidad con la que podía esquivar los ataques enemigos con siete movimientos antinaturales e impredecibles. Aunque había cargado de frente, de pronto desapareció cuando estaba justo delante de uno de los hombres-lagarto, apareciendo por su derecha un momento después. “¡Primera Forma, [Golpe Triple]! – gritó. Weed se movió a un ritmo mareante y atacó con la espada. Tres siluetas alcanzaron la zona media, baja y alta del cuerpo del monstruo a la vez. ¡Pam! ¡Pom! ¡Pum! Los hombres-lagarto eran más fuertes que los goblins. Sus cuerpos tenían la flexibilidad y gran velocidad propia de los reptiles. Aunque su poder de ataque no era nada del otro mundo, lo que era temible era su piel verde. La gruesa piel tenía una defensa impresionante por sí misma, y además vestían una armadura que habrían saqueado de otras razas, con lo que eran difíciles de derrotar. ¡Kwaaak! Dañado por la habilidad ofensiva de Weed, el hombre-lagarto gimió por el intenso dolor. Había perdido el 80% de sus puntos de vida, quedando en un estado próximo a la muerte. El consumo de [Maná] de [Penetración], la habilidad de ataque por excelencia de los exploradores como Pale, consumía 25 puntos de [Maná] por uso. En comparación, las habilidades de Weed eran sumideros de [Maná]. Un solo ataque costaba 300 puntos, aunque causaba un daño crítico. Surka, justo a su lado, observaba cómo se desarrollaba la situación. Había estado en unas cuantas batallas a su lado. Desde que había matado al lobo y salvado a sus compañeros desinteresadamente, había sido el líder del grupo. Pero la siguiente vez que se habían reunido, según sus propias palabras, se había convertido en un escultor, y había empezado a cocinar. Todo el asunto era lo bastante incomprensible de por sí pero, al parecer, sus habilidades combativas no habían desaparecido. ‘No sé qué habilidad era esa, pero ha sido increíble.’ – pensó. Le había dado la impresión que los tres ataques de [Golpe Triple] habían atravesado al hombre-lagarto a la vez. ‘¡No pienso perder contra él!’ Surka golpeó al mismo hombre-lagarto al que había atacado Weed. De entrada quería acabar con uno de ellos. El hombre-lagarto se había caído, aturdido por el efecto de [Golpe Triple], por lo que no pudo evitar los puñetazos de Surka. “¡[Yon-hwan-kwon]!” Como el enemigo tenía más nivel que ella, Surka había empezado con su mejor habilidad ofensiva. Apretando los puños, lanzó cinco puñetazos consecutivos. Era una habilidad de combate básica, aunque muy popular, de los monjes. Su nivel de experiencia en la habilidad ya estaba al 65%. ¡PABABABABAK! El hombre-lagarto que había recibido los ataques en el pecho y el plexo solar desapareció en un destello gris. “¿Pero qué…?” – Surka se quedó estupefacta, pese a encontrarse en medio de una fiera batalla. – “Por muy aturdido que estuviese, ¿cómo es que ha muerto tan rápido?” Cuando un monstruo está en un estado aturdido, además de no poder moverse, recibe el doble de daño en cada ataque. Aun así, a Surka le parecía cosa de trampa que un monstruo de nivel 60 hubiese caído tan fácilmente bajo sus puños. Tampoco el resto de los hombres-lagarto estaban perdiendo el tiempo. En cuanto su compañero fue atacado, empezaron a rugir enfurecidos. Cuatro espadas salieron disparadas hacia Weed casi a la vez, cortando cualquier posibilidad de esquivar todos los ataques. Su cuerpo se meció como un junco al viento. Tres de las hojas apenas le rozaron la cabeza, la pierna y el hombro. La última, que no pudo esquivar, le cortó en el costado, dejando una herida alargada, pero el daño se redujo a una tercera parte.

Tu [Salud] ha disminuido en 350 puntos.
Esa técnica ignoraba las defensas del enemigo, por lo que causaba un alto nivel de daño al hombre-lagarto. El único inconveniente era que consumía una ingente cantidad de [Maná]. De no haber sido así, la habría estado usando continuamente. En ese momento, llegó el hechizo de Romuna. “¡[Golpe de fuego]!” Un pilar de llamas se dividió en el aire en cuatro bolas de fuego que alcanzaron a los hombres-lagarto. El efecto secundario del hechizo era que hacía retroceder un momento al enemigo, dando a los luchadores de primera línea un tiempo necesario para recuperar el aliento. “¡[Flecha de fuego]!” Pale mantenía a raya a los hombres-lagarto con sus flechas. Éstas contenían el elemento fuego, que era fatal para los hombres-lagarto. “¡[Mano curativa]!” Irene recuperó rápidamente la disminuida vida de Weed. A continuación lanzó una bendición. “Que la protección sagrada de Freya envuelva a Weed y le refuerce contra el mal. ¡[Bendición]!” Las bendiciones sagradas reforzaban la [Fuerza] y la [Defensa]. Había una amplia variedad de hechizos destinados aumentar los diversos atributos. Las artes vudú de los chamanes podían aumentar la velocidad, así como la [Fuerza] y la [Agilidad] temporalmente. El aura de un paladin sobre un equipo también se consideraba como algo muy efectivo. Pero, en definitiva, eran los clérigos, o sus bendiciones, las que estaban consideradas como las mejores en el ámbito de las mejoras positivas. Si luchabas un largo periodo de tiempo bajo los efectos de las bendiciones de un clérigo, llegará un momento en que, sin ellos, te sentirás incapaz de hacer nada. Cuando Irene hubo terminado con el trabajo que en un inicio le habían asignado, regañó a Weed con voz aguda: “Weed, esta vez has apurado demasiado.” Weed asintió en señal de disculpa. La verdad era que había luchado sin defenderse contra el hombre-lagarto para experimentar su fuerza. Es más, había estado interesado por saber cuánto daño podía hacer las técnicas de la [Espada Imperial Sin Forma]. El resultado había superado sus expectativas. Todas y cada una de las habilidades que Weed conocía en ese momento exigían una cantidad de [Maná] que no se podía permitir. No podía mantener una lucha durante mucho tiempo porque su habilidad de combate consumía más [Maná] del que regeneraba. Pero las habilidades eran imponentes para una batalla corta. Le daban un gran poder de ataque, por lo menos hasta que se le terminaba el [Maná]. Cuando la cantidad de [Maná] disponible aumentase gracias a las subidas de nivel, y el consumo de [Maná] de las técnicas de espada disminuyera gracias a su mejora en el nivel en [Dominio de la Espada], sería el momento en que las técnicas de la [Espada Imperial Sin Forma] serían realmente útiles. Pero a los ojos de sus compañeros, lo que había hecho era una locura. No sabían que su nivel era 68 y tenían sus prejuicios contra las clases artesanales, pensando que serían las clases más vulnerables de todas. La defensa de un escultor era, innegablemente, patética. De no ser por las clases lanzadoras de hechizos, serían la clase más vulnerables de todas. Pero Weed tenía el Cuchillo de Tallar de Zahab y desde su conversión, el efecto de su [Dominio de la Escultura] se había adaptado a su inigualable poder de [Ataque]. Un frágil escultor. Aunque el futuro seguía siendo incierto, Weed era por ahora capaz de hacer más daño que un buen guerrero de su mismo nivel. Sonrió al sentir las mejoras de Irene y ver que su [Fuerza] aumentaba un 20% y empezó a sentirse a gusto.

¡Golpe Crítico!
Weed dejó que el hombre-lagarto le golpease de nuevo. Gracias a la protección sagrada de Irene, el daño se había reducido considerablemente. Eso demostraba que su nivel en la habilidad había subido bastante desde su última cacería. ‘Esto es lo que más me gusta de jugar en equipo.’ – pensó con aire de suficiencia. Los clérigos eran respetados y valorados en todas partes por sus habilidades particulares. Independientemente de su nivel en las habilidades, cualquier equipo estaría más que dispuesto a invitarlos. Irene, que había estado mejorando diligentemente su habilidad para compensar su bajo nivel, era la pieza más necesaria en cualquier cacería. La habilidad [Primeros Auxilios] que Weed había aprendido solo podía ser usada entre combates, y era incomparable con la [Mano Curativa] de los clérigos, que podía usarse en cualquier momento. Tras reñirle, Irene sonrió un poco: “Pero es propio de ti, Weed. Cargar de cabeza contra los monstruos.” Weed nunca le daba la espalda a los monstruos que iban a por él… ¡Eran sus queridos puntos de experiencia! Salvo en el caso de los monstruos que con su nivel actual eran demasiado complicados, Weed disfrutaba lanzándose en medio de un grupo de enemigos y darse un baño de sangre. Mientras movía brazos y piernas como loco, se sentía realmente libre. Ganaba puntos de experiencia, subía de nivel, recogía objetos y mejoraba sus habilidades. Cada paso era muy divertido, y el objetivo siempre merecía hasta la última gota de sangre y sudor derramados. Anteriormente en el Continent of Magic, e incluso ahora, Weed siempre había sido el primero en atacar a los monstruos en cuanto los veía. ¡[Triple]! ¡[Puñalada]! En cuanto se regeneraba el suficiente [Maná], Weed activaba sus habilidades de combate. Su objetivo era mejorar la eficiencia con ellas. Afortunadamente, el [Maná] consumido se rellenaba automáticamente.

Tu [Salud] ha disminuido en 230 puntos.
Como su nivel en muchas de las habilidades era prácticamente nulo, a menudo fallaba al intentar activarlas. Y siempre que las técnicas de combate fallaban, se quedaba aturdido un par de segundos. Weed contaba con sus compañeros y siguió probando sus habilidades de combate. Le reconfortaba que hubiera alguien cuidándole las espaldas. Sus imparables ataques acabaron con los hombres-lagartos en cuestión de momentos. “…” Cuando la batalla terminó sus compañeros le miraron sorprendidos. Habían estado muy tensos al principio del enfrentamiento contra los cinco hombres-lagarto, pero al final todo había terminado, incluso antes de que Pale o Surka hubiesen empezado a ponerse en serio. “Weed, esa habilidad…” “Es muy poderosa.” Pale y Surka empezaron a quejarse casi a la vez. “Uh… bueno…” – Weed intentó explicarse. “Has subido mucho de nivel. No creo que nos necesites.” – dijo Romuna. “Eso no es cierto.” – dijo Weed sacudiendo la cabeza. – “Me consume trescientos puntos de [Maná]. Y eso es para el movimiento más débil. Así que no puedo usarlo más de tres veces seguidas.” “¿¡Ehhhhhhhhh!?” – gritaron todos al mismo tiempo. Weed esperó a que desapareciera su sorpresa. “Yo solo tengo doscientos treinta puntos de maná. Así que no podría usarlo ni una vez… Así que, Weed, ¿podrías decirnos cuanto [Maná] tienes ya que eres capaz de usarlo tres veces?” – preguntó Pale, desconfiado. “Un poco más de novecientos.” – respondió él. “¡Oh, Dios mío!” Pale estaba impactado. La maga Romuna y la clérigo Irene tenían unos quinientos puntos de [Maná]. Esa cantidad estaba por encima de la media para su nivel, pero la increíble cantidad de [Maná] que Weed aseguraba tener les había dejado boquiabiertos. Weed les contó por encima lo que le había pasado. Su misión para convertirse en un Legendario Escultor de la Luz Lunar simplemente estaba más allá de cualquier experiencia normal. Un jugador solía escoger su primera clase de media con nivel 5, y él se había hecho escultor cuando estaba alrededor del nivel 60 tras múltiples pruebas y dificultades. Pale suspiró. “No eres un simple escultor, sino un Escultor de la Luz Lunar. Una clase oculta. No sabía que eras el famoso escultor del que se rumorea por la ciudad.” “¿Rumorea?” – se extrañó Weed. “Habíamos oído que alguien estaba creando y vendiendo estatuas en el centro. Queríamos ir a comprar algunas, pero no teníamos suficiente dinero.” – explicó Irene. Irene le miraba con ojos implorantes. Estaba muy claro lo que quería de él. “No intentaba ocultaros nada de esto, pero cuando queráis os haré una escultura a cada uno.” “¡Gracias, amigo Weed!” “Lo mismo digo.” “Si no te importa, a mí también me gustaría tener una.” – dijo Pale. Weed les prometió que haría una figura para cada uno. “Ya hemos descansado bastante. Vamos a matar más hombres-lagarto. Esta misión tiene un límite de tiempo, así que será mejor que la terminemos antes de que sea demasiado tarde.” “Tienes razón.” Weed siguió guiando a sus compañeros hacia todos los enemigos con los que se cruzaban. En la mayoría de los casos, Weed empezaba haciendo un ataque crítico al enemigo, y Pale y Surka continuaban a partir de ahí y acababan con él. Romuna estaba encargada de acabar con uno o dos hombres-lagarto desde lejos si había más de los que podían manejar. El resto eran eliminados por Weed y Surka mientras los demás compañeros descansaban para recuperar puntos de [Maná]. Sus tácticas de combate coordinadas estaban muy practicadas. Muchos zorros, lobos y osos habían sucumbido en sus manos, dejando detrás pieles y carne, y ahora las víctimas eran los sorprendidos hombres-lagarto. El ritmo era mucho más rápido que cuando Weed cazaba solo, y en contraste con los soldados de Rosenheim de la [Operación de Limpieza en la Guarida de Litvart], Weed y sus compañeros estaban bien sincronizados en un equipo, lo que significaba que los puntos de experiencia que conseguían se iban acumulando y se repartían equitativamente entre todos. Weed no tenía que darle el golpe final a un enemigo. De hecho, si se hubiese quedado tranquilo sin hacer nada, ya bastaba para obtener una parte mínima de los puntos de experiencia debido a una escasa contribución. Pero eso no iba con su personalidad. “¡Guau! Estos reptiles son más ricos de lo que parecían, ¿no?” – exclamó Surka, al ver los objetos que soltaban los hombres-lagarto al morir. El botín incluía un guantelete y un pectoral. Además, habían conseguido un anillo.

No has logrado activar la habilidad.
“¿Quién se lo va a quedar?” Tras la pregunta de Surka, se miraron los unos a los otros, pero el anillo terminó en manos de Irene, ya que todos decidieron que las siguientes batallas serían más seguras cuanto más [Maná] tuviese la clérigo para asistirles. La regla para dividir el botín en el equipo era que quien se lo encontraba, se lo quedaba. Los objetos poco habituales podían terminar en otras manos según la voluntad general, pero los objetos comunes que solían acabar en las tiendas eran para quien los cogiese. Podía parecer una regla muy poco práctica, pero la encontraron aceptable dada la naturaleza de la misión y del grupo. Si hubiesen elegido a alguien para hacerse cargo del almacenamiento del botín, rápidamente excedería el peso que podía transportar. Esa era la razón por la que permitían que cualquiera recogiera los artículos hasta el límite de su peso. Weed y Surka, que eran los más activos en las batallas, solían ser los últimos en recoger el botín, conscientes de que cuando no pudieran cargar más los combates habrían terminado para ellos. Así estaba organizado actualmente el grupo, aunque realmente no había muchas más opciones. Una vez que habían empezado la lucha debían llegar hasta el final. Como habían decidido atravesar toda la fortaleza de los hombres-lagarto la batalla no terminaría hasta que no quedase ninguno de los reptiles en pie.