sábado, 5 de diciembre de 2015

Volumen 6 - Capítulo 4

Volumen 6 Capítulo 4
El Restaurante del Hotel V
Traducido por Sable
Corregido y editado por AM y DaniR



Desde las primeras luces del día, el restaurante estaba repleto de encargados y empleados preparados para recibir a un cliente extremadamente importante. Se trataba de la persona más rica de la República de Corea. Era un exitoso hombre que se había labrado su fortuna empezando desde cero, el Presidente Kang, quien había hecho la reserva para esta cena. Era muy exigente, por lo que siempre encontraba algo que criticar; por esa razón el gerente y los jefes de cocina estaban revisando todo una y otra vez. Se decía que el Presidente Kang, devoto esposo, iba a celebrar su cuadragésimo aniversario de boda con su mujer. Ése era el por qué de las preparaciones del hotel.
De acuerdo a los deseos de la esposa del Presidente Kang, todas las paredes debían estar decoradas con objetos de arte, y una alfombra nueva tenía que extenderse en el suelo. Una banda famosa en el país, e incluso en el extranjero, daría un concierto; había que preparar una tarta especial, y decorarlo todo con la luz de mil velas.
En cuanto a la comida, la preparación tenía que ser perfecta. Para conseguir el nivel de frescura necesario de algunos ingredientes, se habían transportado en avión desde las montañas de otro país. Tenían que dejar la cocina e ir al aeropuerto a recoger el envío ellos mismos. Pero lo más importante iba a ser el regalo que conmemoraba el matrimonio.
Para recordar las hermosas facciones de cuando la esposa del Presidente Kang era joven, un escultor extranjero de renombre mundial había creado una estatua de hielo específicamente para la ocasión.
¡Era una hermosa mujer de hielo!
Había sido esculpida en el Polo Norte utilizando hielo ártico. La superficie brillaba como una gema blanca. Había tardado más de veinte días en tallar la cara en el hielo. No podía encontrarse ni una sola imperfección en la superficie de la escultura. Bajo la iluminacion de los candelabros, la luz se reflejaba y brillaba en suaves ondas.
“¡Qué hermosa!”
“Se rumoreaba que el Presidente Kang iba a preparar algo así para su amada esposa.”
Los empleados del hotel notaban crecer la envidia mientras se preparaban para el evento. El Presidente Kang debía tener su comida en una mesa frente a la estatua. Sin embargo, mientras la cargaban y la colocaban en su lugar, el cristal donde se apoyaba se rompió cayendo al suelo. Al chocar, la estatua se hizo pedazos.
El encargado no podía creérselo.
“¿¡Como habéis podido dejar que ocurra esto!?”
“Lo siento.”
“¿Lo siento, es todo lo que vas a decir?”
El incidente con la rotura de la estatua hizo venir incluso a la gerente general del hotel. La gerente, que también era la responsable del restaurante, se presentó en persona para oír lo que había sucedido. Al ver los pedazos de hielo en el suelo se derrumbó; no había nada que hacer.
El cuello de la estatua estaba roto. Los daños en nariz, boca y ojos eran tan serios que serían imposibles de reparar. Además, varias partes se habían fragmentado; era prácticamente imposible reconocer la silueta de la hermosa mujer de hielo.
“¿Cómo vamos a aplacar la ira del Presidente Kang?… el Presidente Kang es un hombre importantísimo. No estará nada contento con esto. Sólo por los rumores, los ingresos del hotel caerán en picado y será el fin para nosotros.”
“Quizás si la reparamos…”
“¿Repararla? ¿Cómo vamos a reparar esto? Se cancela el regalo. Que los chefs preparen los mejores platos que puedan. Con suerte, el Presidente Kang quedará contento con la calidad del servicio y resistiremos este desastre.”
La gerente general hacía lo posible para salir adelante. Pero los empleados no podían dejar de estar nerviosos.
“Hemos preparado el evento para el Presidente Kang. Todo está decorado como él quería, estad tranquilos.”
“¿Al menos eso ha quedado bien?”
“No tiene autoridad para cancelar el regalo por sí misma, gerente general. El Presidente Kang debe de autorizarlo, al menos.”
“¡Urgh!”
La gerente general suspiró profundamente. Ofertaba servicios de cortesía en su hotel para impresionar a los clientes. Su edad se acercaba a los cuarenta años, y había superado muchos desafíos para que el hotel fuera exitoso; pero era la primera vez que fracasaba de este modo. Y con el Presidente Kang, nada menos. Era representante de la conocida compañía Aechoga y, al ver su cuadragésimo aniversario de boda arruinado, no se iba a quedar callado, más bien todo lo contrario.
‘Debe de haber algún modo de arreglar esto. Ya no puede empeorar, así que lo único que podemos hacer es intentarlo.’ – pensó la gerente general.
“¡Encontrad un escultor! Arreglad el hielo todo lo que sea posible antes de que llegue dentro de una hora. Las partes rotas, pulidlas y pegadlas de nuevo.”
“Pero sólo nos quedan treinta minutos…”
Hayan observaba la confusión. Al principio, cuando sacaron la estatua había pensado que era muy bonita. Después, la estatua se había roto y los eventos siguientes convirtieron el restaurante en un caos frenético. Caminaban cerca de la gerente, saltando de un lado a otro mientras las piezas de hielo rodaban.
El empleado que había causado el problema no sabía qué hacer: su cara estaba pálida como la cera. Las lágrimas corrían por sus mejillas.
Y, mientras los miraba, sentía pena por ellos. Hizo un comentario sin pensar:
“Ah, hermano, tu profesión es la de escultor, ¿no? ¿No podrías ayudarías a estas personas?”
El Legendario Escultor de Luz de la Luna.
Eso era en Royal Road, y Hyun apenas se lo había comentado. Pero Hayan nunca olvidaba nada. Los empleados del mostrador saltaron al oírlo.
“Estimado cliente, ¿es usted un escultor? Entonces, por favor, ayúdenos; aunque sólo sea un poco.”
“...”
Lee Hyun no había dicho nada. Pero el resto de empleados lo escucharon y la gerente general vino corriendo. Al ver a Lee Hyun, sospechó de él ya que parecía muy joven. Pero, en una situación como esa, no se podía permitir dudas. Un escultor no es una profesión que se encuentre fácilmente en la vida diaria. Era imposible encontrar uno en treinta minutos pero, ¿y si ya lo tenía delante?
“Por favor, ayúdenos. Por favor.” – suplicó la gerente general.
“Le pedimos que arregle la estatua de hielo.” – dijeron los empleados.
Era inevitable; Lee Hyun no podía rechazar la petición. Era un accidente que otro había causado, ¿por qué iba a ser responsabilidad suya? Pero su hermana estaba mirando. Al menos, frente a ella, no quería ser visto como alguien inhumano.


* * *


El señor y la señora Kang llegaron exactamente treinta minutos después, acompañados por su secretario y sus ayudantes. El Presidente Kang daba la impresión de ser un anciano testarudo. Él y su esposa llegaron elegantemente vestidos con ropa tradicional coreana. La cena se sirvió de acuerdo a lo estipulado, y el maître los recibió con una sonrisa.
“Que disfruten.”
Más de mil velas iluminaban el lugar.
“Gracias. Hmm, ¿está todo preparado como pedí?”
“Sí. Llegará enseguida.”
De entre todos los días, el Presidente Kang estaba hoy de un humor especialmente bueno. Eso era porque su esposa estaba satisfecha. Durante sus cuarenta años de vida en común, habían tenido muchas idas y venidas. Este lugar era donde quería recordar todo el tiempo que habían pasado juntos.
El Presidente Kang se sentó en su lugar y comentó:
“Empezad con diligencia todo como lo había planeado. Cenaremos ahora; quiero sorprender a mi esposa.”
“Sí, así lo haremos.”
Mientras comían y bebían, la gerente no perdió su sonrisa amistosa, a pesar del sudor frio que recorría su frente. La comida era excelente, los camareros atentos y la banda sonaba de fondo. Al tiempo que empezaba la cena, el Presidente Kang tenía una sonrisa ligeramente ambigua mientras le preguntaba a su mujer.
“¿Te estás divirtiendo?”
“Sí. Estoy contenta. El ambiente es excelente.”
El presidente se rascó la cabeza algo avergonzado ante la respuesta de su mujer. Sin importar el tamaño de sus negocios, la relación con su mujer no había cambiado desde que eran jóvenes. Durante cuarenta años, creyendo en su feliz matrimonio, había podido dedicar toda su concentración a su empresa. El pálido rostro de la esposa del Presidente Kang se estaba sonrojando. Una sonrisa apareció en su cara llena de arrugas.
“Sin embargo, es un poco embarazoso venir a un lugar como este a nuestra edad.”
“Todavía eres joven. Salgamos más a menudo.”
El ambiente se iba animando entre ellos.
‘¿Pero, cuándo va a empezar lo que había preparado? Quiero sorprender a mi esposa…’
El Presidente Kang hizo un gesto a su secretario. Ya les había informado de que dejaran la estatua frente a su mesa antes de empezar a comer. Sin embargo, ahí no había nada.
“¿Por qué tardan tanto?”
El tiempo iba pasando. Los aperitivos eran una sopa sencilla y unos canapés. En ese momento salió la escultura. Pero, ¡sólo era un trozo de hielo del tamaño de una persona!
Tuvieron que inclinarla para pasarla por la puerta. Los empleados llevaron el hielo y lo colocaron frente a la mesa donde el Presidente Kang comía.
‘¿¡Qué es esto!?’
El Presidente Kang frunció el ceño disgustado. Había encargado el trabajo a un escultor de fama mundial. Algo había tenido que fallar.
‘Un error así no puede ocurrir ahora.’
Casualmente, sus ojos se posaron en la alfombra bajo la mesa. Aunque la habían limpiado recientemente, todavía estaba húmeda.
‘No puede ser… ¿la estatua de hielo se ha roto?’
Airado, el Presidente Kang estaba a punto de levantarse.
Entonces llegó Lee Hyun, llevando unas herramientas de escultor, entre ellas un martillo y un cincel. Al principio, había intentado reparar la escultura de hielo, pero el golpe había causado grietas que la atravesaban por completo. No podía ni mantenerse en pie. Con el daño que el cuello y la cara habían sufrido por la caída, era imposible recuperar la apariencia original. Al final, el restaurante gastó sus esfuerzos en preparar más hielo durante los treinta minutos restantes.
Esto no era una escultura, sino una simple masa de hielo.
Lee Hyun sopesaba las herramientas frente a ella. El aire helado la rodeaba. Para que un escultor pudiera hacer una obra magnífica, lo fundamental era el material que usaba.
Lee Hyun tocó el hielo con la mano desnuda. Sabía que estaría frío. ¡Un gran pedazo intacto!
‘No hay mucha diferencia.’
Era similar al hielo natural que había usado en la provincia de Morata.
‘Entonces puedo hacerlo.’
La primera vez que hacía una estatua en la vida real. Un momento de tensión. Un trabajo que nunca había hecho; pero al menos tenía que poner todo su esfuerzo.
¡Clang! ¡Clang! ¡Clang!
Lee Hyun marcó los contornos mientras tallaba el bloque de hielo. No sabía cómo de hermosa había sido la esposa del Presidente Kang en el pasado. No tenía una fotografía de esa época por la que guiarse, ni era capaz de recordar los delicados rasgos de la estatua original.
Marcando la altura, los ojos y la forma de la nariz, la impresión que proyectaba cambiaba rápidamente; ahora era la imagen de una mujer. Como no tenía nada por lo que guiarse, empezó a tallar cuidadosamente los rasgos de la esposa del Presidente Kang, con su aspecto actual. Un escultor tenía que tener cierto entendimiento sobre su objetivo: ¿se avergonzaría ella de sus arrugas? El tiempo pasa, y los rasgos envejecen; algunos llorarían por ello o intentarían ocultarlo. Todos desean ser jóvenes y bellos para siempre, pero eso es imposible y el resultado es la tristeza. Pero ella había vivido con su amado esposo durante cuarenta años. Llorar por su juventud perdida no encajaba con ella. No se avergonzaría de las arrugas ganadas por el paso del tiempo.
Había pasado cuarenta años con su esposo, con confianza y cariño. Las cosas no siempre habían ido bien. Habrían sufrido dificultades. Criar hijos y prepararlos para el futuro es difícil. Aunque habían tenido sus problemas, también había sido gratificante. Esos años habían sido los más felices de su vida, no los de su juventud. Su comida juntos, en este momento y lugar; se podía apreciar la sonrisa amable de una abuela, así que la talló con confianza, poco a poco hasta la perfección.
El delicado toque de Lee Hyun para modelar la escultura había atraído la atención de muchos. La plantilla del hotel y del restaurante observaba, nerviosa. En sus mentes confiaban en el escultor, pero aun así no podían respirar tranquilos. En otra mesa, Lee Hayan y sus amigas lo miraban.


* * *


Inicialmente, el Presidente Kang estaba furioso y a punto de levantarse del asiento. Quería criticar la inadecuada preparación del hotel; sin embargo, cuando Lee Hyun comenzó a tallar la estatua, resistió el impulso. Aunque su ira no se había reducido, su esposa observaba curiosa. Su aniversario ya se había arruinado, junto con la obra que había querido mostrarle. Ahora sólo quería marcharse.
‘Bien, veremos de lo que eres capaz. Pero más vale que estéis preparados si el resultado es horrible.’
El Presidente Kang estaba muy incómodo pero, según se completaba la estatua, ese sentimiento iba desapareciendo.
La estatua era de su esposa, tal y como era ahora. Mostraba la felicidad de su corazón. Era inevitable admirar tal trabajo.
“Cariño…”
El Presidente Kang sujetó la mano de su esposa. Aunque arrugadas por la edad, esas viejas manos le eran familiares, unas que siempre había sostenido.
‘Si no fuera por estas manos, mi vida no tendría sentido.’
El Presidente Kang sacudió la cabeza. No podría ser tan feliz como era ahora con ninguna otra mujer. Su cabello se había descolorido, y su aspecto empalidecía en comparación con su pasada belleza. Había pasado mucho tiempo, pero eso no significaba nada ahora. Más bien, sentía que ahora era más adorable que nunca.


* * *


Kang y su esposa aguardaron pacientemente a que la estatua estuviera completada. Incluso tras finalizar sus cenas, algunos clientes se quedaron para ver terminar la obra.
“Aquí tienen un zumo de limón.”
“Les he traído algo de fruta, espero que estén cómodos.”
Los camareros repartían aperitivos entre los invitados. En los momentos ociosos, sus miradas se concentraban en la estatua.
“Oh, esa sí que es una escultura.”
“La han tallado con tanto cuidado, no puedo creer que sólo sea un adorno.”
En el tipo de escultura se podía ver que no era obra de un aficionado. El sudor se acumulaba en la frente de Lee Hyun mientras esculpía. La escultura también estaba goteando, a pesar de que habían bajado la temperatura para evitar que el hielo seco de deshiciera. Estaba como en un trance. Cuando blandía la espada, se sumergía por completo en ella; para crear una obra de arte, se entregaba por completo a su trabajo. Movía las manos siguiendo sólo su instinto. El momento de utilizar las técnicas y conocimientos de su cabeza había pasado ya. Recortaba la estatua siguiendo las emociones de su corazón.
“Es increíble.”
“Aun así, creo que el escultor al que le había encargado este trabajo era mejor.”
La plantilla del hotel opinaba que la escultura rota era de mayor calidad que la que Lee Hyun estaba haciendo. Su habilidad de tallado era, sin duda, insuficiente. Sin embargo, la diferencia de nivel era muy pequeña. No podía compararse con la anterior, era algo más tosca y no parecía tan completa. Pero Lee Hyun estaba volcando todo su ser en ella y eso se notaba.
Se dice que una buena escultura es capaz de transmitir emociones. Ésta recordaba a un joven escultor sonriendo abiertamente mientras produce su mejor obra. Por supuesto, había hecho todo lo posible para estar a la altura. Había creado una estatua que representara el encanto de ella. Sin embargo, la escultura no contenía esos sentimientos especiales. No sabía cómo crear adecuadamente la escultura de una persona; todavía estaba muy lejos, su habilidad era deficiente.
Por otro lado, con el amor de cuarenta años junto a su esposa, el Presidente Kang miraba los ojos de abuela de la escultura que Lee Hyun estaba haciendo. Había tomado esas emociones y la escultura estaba poseída por ellos. Sus emocionados corazones se vertían en la estatua.
La artística profesión de escultor. Incluso si no era una obra maestra del más alto nivel. Y finalmente, cuando estuvo completa, un estruendoso aplauso resonó por el restaurante. Invitados, trabajadores e incluso los músicos aplaudían admirados.
Las lágrimas rebosaban libremente de los ojos del tozudo Presidente Kang. Su mujer, que se había enamorado de él hacía ya una vida y con quien había compartido cuarenta años, lo observaba.
Enfrente de esta escultura de hielo, era la mujer más feliz del mundo.


* * *


Lee Hyun estaba empapado de sudor, y totalmente agotado. El Presidente Kang, súbitamente, le dio la mano.
“Gracias, esto es realmente magnífico; es la estatua más hermosa que he visto en mi vida. Incluso en el futuro estoy seguro de que no veré nada que la supere.”
El Presidente Kang sonreía de oreja a oreja. Era totalmente sincero en sus palabras. Sin embargo, Lee Hyun negó con la cabeza.
“¿Acaso no es la persona a su lado mucho más hermosa que la estatua que yo he hecho?”
¡Los halagos apropiados!
Sus instintos se habían puesto en marcha. Tras completar la escultura, su mente había regresado.
‘¿Qué más puedo hacer ahora?’
Había sufrido durante horas para terminar la estatua. Apenas sentía la mano tras trabajar con el frío hielo. Al menos, en Royal Road, tus obras pueden convertirse en obras maestras.
¡Fama y características!
Esta era la primera vez que había hecho una escultura en la vida real y había perdido la oportunidad de ganar puntos de habilidad.
‘No, todavía no he terminado.’
Fue entonces cuando Lee Hyun se dio cuenta. Si te fijabas bien, el Presidente Kang era, en todos los aspectos, un magnate de los negocios. Le acompañaba su secretario y era obvio que la gerente del hotel quería complacerlo. ¿Podía estar el Presidente Kang receptivo con la estatua? ¡Era imposible que Lee Hyun desaprovechara esta oportunidad!
Las palabras del Presidente Kang hacia Lee Hyun, y el júbilo de su esposa. Si alguna vez había existido una pareja feliz, eran ellos. Un toque de halagos tras el trabajo que Lee Hyun había puesto en hacer la estatua, y todo quedaría perfecto.
El Presidente Kang estaba de un humor excelente. Que halagaras a su esposa antes que a él, lo había entusiasmado todavía más. Lee Hyun sujetó firmemente su mano.
“Muchas gracias. El trabajo que has puesto en la celebración de mi aniversario significa mucho para mí.”
El Presidente Kang estaba muy agradecido por lo que Lee Hyun había hecho. En un momento así, era imperativo que él reaccionara con humildad.
“No, yo soy sólo un simple escultor que ha tenido el placer de poder cincelar a la esposa de tan respetable caballero. Es más, debo dar las gracias al hotel y a usted, señor presidente, por darme esta oportunidad.”
Humildad en su máxima expresión. Ser inmodesto puede atraer problemas, ¡la clave es ser humilde! Mientras intercambiaban comentarios, guio la conversación a una dirección más amigable.
Fue entonces cuando la gerente general del hotel se acercó.
“Presidente, este trabajo no estaba planeado inicialmente y no guarda relación con el accidente. Lo cierto es que este hombre es un cliente de nuestro restaurante.”
“¿Gerente general, qué quiere decir? Creía que este hombre estaba aquí para la celebración de nuestro aniversario.”
“Bueno… lo cierto es que hubo un accidente mientras colocábamos la escultura.”
La gerente general explicó cómo la escultura se había roto durante la preparación del evento.
“Estoy tan agradecido…” – el Presidente Kang no tenía palabras. El aniversario de boda que casi se había arruinado le había dejado un recuerdo inolvidable.
Fue el momento en que Lee Hyun eligió para hablar; el momento perfecto:
“Si todo está arreglado, ¿podría quedarse la escultura, señor?”
“¿Qué quieres decir?”
“Para usted puede ser una simple estatua, pero para mí es una importante obra de arte que he realizado con mis propias manos. También es una pieza de la que estoy muy satisfecho. Si ahora se tirara a la basura, entonces habría sido en vano. No podría soportar el hecho de que haya desaparecido. Por eso, me gustaría que se la quedara.”
“Yo…”
La forma en la que uno valora el valor estético de una escultura es muy personal y muy poco clara. La decisión no es necesariamente clara, tampoco. Sin embargo, tras este comentario, quedó reflejado para la pareja que esta obra era un tesoro que no podía ser descartado.
La esposa del Presidente Kang le golpeó repentinamente en el costado. Normalmente tenía un carácter tranquilo, pero este no era el caso ahora. Su opinión era más que clara.
‘Si no hago esto, el castigo será terrible.’
Si dejaba la estatua y no se la llevaba a casa, quedaría como un insensible. El Presidente Kang sacudió la cabeza.
“Eso sería un error. Ahora esta estatua significa mucho para nosotros, y lo hará durante mucho tiempo, nos gustaría quedárnosla. Así pues, me gustaría comprar esta escultura de hielo.”
El presidente cogió su cartera y sacó un cheque. Por supuesto, Lee Hyun se negó.
“No he hecho esto por el dinero; está bien así, me conformo con que les haya causado esta felicidad. Para ser sincero, siento envidia de ustedes dos, honorables señores. Pensar que va a decorar su casa, es realmente un sueño hecho realidad.”
Una respuesta humilde hasta el final.
¡Qué maravillosa habilidad para la adulación! Para conseguir lo que quieres, lo más importante es crear una atmósfera correcta con alabanzas. Crear un ambiente solemne delante de su esposa era vital. El Presidente Kang sacó otro cheque.
“Al menos, acepta esto como muestra de mi sinceridad.”
“Me siento muy reacio… insisto, la estatua es un regalo, pero me siento muy feliz por estos dos minutos que hemos estado conversando. Que consideren esta pieza como algo valioso me honra.”
Una segunda negativa. Esto ya iba más allá de salvar las apariencias.
“No puedo hacer eso. Uno debe pagar a cambio de un gran trabajo. ¿Si no lo aceptas, como podría este anciano expresar su gratitud? Es inaceptable no saldar una deuda.”
El Presidente Kang insistió en darle los dos cheques a Lee Hyun hasta el punto que éste no pudo negarse a aceptarlos. Instantáneamente, contó el número de ceros de cada uno, calculando el valor al tiempo que los guardaba.
Dos cheques por valor de cinco millones de wons cada uno.
‘Como me gusta el olor del dinero...’
El Presidente había sacado, sin miramientos, todo ese dinero: diez millones.
Entonces, el Presidente Kang se marchó junto a su esposa. Parecía que la pareja había tenido una excelente velada para su aniversario de boda. Habiendo terminado su trabajo, Lee Hyun se acercó a su hermana, quien le había estado esperando mucho tiempo.
“Lo siento. ¿He tardado mucho?”
“No, hermano. Y he visto algo magnífico.”
Las dos amigas de Hayan no hacían más que lanzarle miradas con los ojos resplandecientes. Era una mezcla de admiración y asombro, una mirada llena de respeto.
Lee Hyun se giró para llevar a su hermana de vuelta a casa. Los encargados se habían reunido en la entrada. Cuando él estaba a punto de sacar el dinero para pagar, la gerente general negó con la mano.
“Eso no será necesario. ¿Cómo podríamos aceptar algo así del benefactor de nuestro hotel? Su escultura ha sido impresionante y, sinceramente, ha significado mucho para nosotros. Si algún día desea regresar, podrá utilizar nuestro restaurante o nuestro hotel gratis. Y lo mismo se aplica a las personas que le acompañen.”
“Pero…”
“Esta es nuestra opinión sincera. Por favor, acéptela.”
Tras lo sucedido con el magnate, el Presidente Kang, no iban a racanear en la recompensa: valía cada céntimo. Si el Presidente se hubiera marchado del hotel enfadado, ningún hombre de negocios hubiera vuelto a poner un pie en el hotel. El daño sufrido habría sido irreparable.
* * *


“¡Uno, dos!”
“¡Esa espada no tiene fuerza! ¡Cien series de ejercicios de la parte baja del cuerpo!”
Chung Il Hoon estaba trabajando, enseñando el arte de la espada en el dojo.
‘Gracias a Royal Road hemos obtenido estos resultados, no está nada mal.’
En estos tiempos modernos, raramente se tiene la oportunidad de luchar con una espada. Eran tiempos muy difíciles para los profesionales de un dojo. Y, por supuesto, las personas normales nunca usarían una espada de madera en ningún tipo de circunstancia.
Era tan injusto que trabajos inferiores se consideraran más dignos. Sólo tener la fuerza de aguantarlo era ya muy difícil.
Para los practicantes del arte de la espada que se veían en esa situación, aquellos que pensaban así eran los que normalmente acababan por unirse a una organización como la suya.
Royal Road es nuestra vía de escape.’
Combatir monstruos y volverse más fuerte, eso era lo que más disfrutaba un aprendiz. La satisfacción diaria; no sólo era evidente, sino que había un cambio obvio en sus habilidades. Era el cambio de estar acostumbrado a entrenar contra personas y pasar a pelear contra monstruos. Era una oportunidad de mejorar desde la base, nunca habrían pensado que existía la oportunidad de algo así.
Durante mucho tiempo, cuando dos personas luchaban entre sí tenían que tener cuidado de no correr riesgos y lesionarse. Pero en Royal Road un grupo de aprendices podía luchar todo lo que quería y en sus mejores condiciones sin preocuparse.
¡Ring! ¡Ring!
Entonces sonó el teléfono. Chung Il Hoon cogió el aparato y habló en un tono grave:
- Aquí el instructor Chung Il Hoon.
El sueño de Chung Il Hoon era encontrar una mujer hermosa pero buena con la que casarse. Su idea favorita era demostrar su fuerza y fiabilidad en frente de un montón de chicas.
La voz que venía del teléfono era una que conocía bien.
- Hermano, soy Lee Hyun.
- ¡Oh, vaya! ¿Qué tal todo?
- Estaba pensando en ir a comer fuera.
Chung Il Hoon estaba sorprendido. El tacaño de Lee Hyun comiendo fuera de casa, no podía ni imaginárselo.
- ¿Quieres decir en el dojo? ¿Pedir algo de comida para llevar de un restaurante chino? Unos bollos fritos estarían bien, si me pides aunque sea uno te lo agradecería.
- No, quiero decir que vayamos a un restaurante.
- ¿De verdad? ¿Y habías pensado dónde?
- ¿Sabes dónde está el Hotel V?
- ¿H-h-hotel? – Chung Il Hoon tartamudeaba. – Sé dónde está, pero ¿para qué quieres ir ahí?
- Ven al Hotel V, te invito a comer.
- ¡S-sí, entiendo!
Antes de que pudiera cambiar de opinión, Chung Il Hoon se preparó para ir corriendo. A pesar de todo, confiaba en las palabras de Hyun.
- Y tráete a toda la familia del dojo. Esta es una oportunidad única. ¡Jajajaja!
Chung Il Hoon llamó a todos los aprendices y a los instructores y los mandó hacia el hotel. Mientras jugaba al Baduk, el maestro Ahn Hyundo decidió unirse a ellos. Como salir a comer fuera era algo inusual decidió seguirles sigilosamente.
“Así que esto es un hotel.”
“Me pregunto si estará todo bueno. Si tanta gente viene, tiene que serlo.”
“Oh, el Maestro también ha venido con nosotros.”
“...”
Ahn Hyundo guio a sus discípulos hasta el restaurante, que estaba en el vigésimo piso. Lee Hyun les estaba esperando.
“Bienvenido, maestro.”
“Sí, hola, tengo hambre. ¿Dónde vamos a comer?”
“Entrad, dentro está todo preparado.”
“¿Podemos comer lo que queramos?”
“Sí, es todo gratis.”
“Realmente eres mi favorito.”
La gerente del restaurante ya había avisado a los camareros para que atendieran a Lee Hyun junto con un gran grupo de amigos. Tenían que ofrecerles el mejor servicio, los chefs debían cocinar sus mejores platos, y el resto de empleados tenían que estar preparados para atenderlos.
Sin embargo, cuando las puertas se abrieron y vieron entrar a Ahn Hyundo, los instructores y los aprendices, se quedaron blancos.
¡Había más de quinientas personas!
Se sentaron en las mesas y empezaron a hacer sus pedidos.
“A-aquí tiene, su vino. Burgundy, cosecha del noventa y nueve.”
¡CLINK-CLINK!
Mientras se bebían el contenido completo de las copas, los horrorizados camareros seguían rellenándoles los vasos.
“¡Esto está delicioso, otra copa!”
“...”
“¡Ternera salteada, otras cincuenta raciones aquí!”
“¡La comida está buenísima, pero tarda mucho en llegar!”
“Hay que comer hasta reventar. Todo va a cuenta de la casa. ¡Es gratis!”
Los aprendices y los instructores estaban hambrientos tras haber terminado el entrenamiento; se soltaron los cinturones y comieron y bebieron sin ningún tipo de moderación.
Entonces Anh Hyundo se levantó de su asiento.
“Escuchadme todos. Gente como nosotros, los que nos dedicamos a las artes marciales, no podemos comer demasiado.”
La gerente y su plantilla miraron a Ahn Hyundo con esperanza en sus ojos. No podían saber que lo peor estaba por llegar.
“Cada uno, sólo diez platos.”
“¡Maestro!”
¡Quinientas personas, diez platos cada uno!
Por persona, cada plato rondaba los siete mil wons. Comieron todo lo que quisieron. Era un auténtico festín de carne, tanto que el restaurante se quedó sin ingredientes.
“¡Burp! Ahora sí que estoy lleno.”
“Delicioso, he comido tan bien.”
Los camareros terminaron el servicio y a punto estaban de derrumbarse. Su único deseo era que se marcharan ya. Sin embargo, todos seguían sentados.
‘¿Pero qué diablos?’
Choi Jeong-Beom preguntó algo avergonzado.
“¿Cuando sale el postre?”
Y, junto a él, Ma San Bohm dijo:
“Si pudiera comer así todos los días, sería feliz”
“...”


* * *


Hyun y Hayan habían vuelto a casa tras ver una película y comer en un restaurante; era la primera vez que hacían una salida así. Los dos estaban agotados.
‘Preferiría blandir la espada cinco horas seguidas.’
Lee Hyun sacudió la cabeza de un lado a otro. A otros podía gustarles salir y andar por ahí, pero esto se le hacía cuesta arriba. Ver una película le resultaba difícil y dar vueltas por la ciudad era cansado. Además, el trabajo en el restaurante. Era muy complicado tallar una escultura de hielo. Y, por el momento, no parecía que pudiera vender sus trabajos.
Pero el día se había terminado y por fin estaban en casa.
“Buenas noches, hermano.”
“Buenas noches a ti también. Que descanses.”
Su hermana pequeña se fue a la cama y Lee Hayan se cambió para salir otra vez. Normalmente, tras fregar los cubiertos se conectaría a Royal Road, pero hoy tenía otro sitio al que ir. Lee Hyun cogió el autobús nocturno al hospital, buscó a una enfermera y le preguntó:
“¿Cómo está mi abuela?”
“Está dormida. Está tomando una medicina para aliviar el dolor que le produce su enfermedad. Puedes entrar, pero no creo que se despierte.”
“No importa, entraré un rato.”
Abrió la puerta de la habitación y entró.
La habitación era pequeña. Su abuela descansaba en la cama, profundamente dormida, con varios cables conectándola a las máquinas. Lee Hyun se sentó en una silla y le cogió la mano.
“Traigo buenas noticias.”
“...” – sólo le respondía el sonido de su respiración, seguía dormida.
Las máquinas controlaban su pulso cardíaco, y éste seguía estable. Probablemente no se despertaría durante otras siete horas.
“A Hayan la han entrevistado hoy para la Universidad de Corea. Para ser sinceros, ha habido un pequeño accidente así que no sé si aprobará, pero aun así es una buena noticia, ¿no?”
“...”
“Ya tiene diecinueve años. Hace catorce desde aquel día. Esa niña que sólo preguntaba dónde estaban nuestros padres mientras la llevabas a caballito, es ahora toda una mujercita.”
Lee Hyun siguió hablando con su abuela mientras esta dormía.
“Han pasado muchas cosas desde entonces, y mi único deseo es que disfrute de una vida llena de felicidad. Hemos pasado muchas dificultades. Por aquel entonces no teníamos ni para comer, y tú dijiste que tenías que renunciar a Hayan para que saliéramos adelante. Querías enviarla a un orfanato.”
Había sido hacía mucho tiempo, pero casi había perdido a su hermana. Como protesta, Lee Hyun había pasado tres días sin comer para oponerse a ello.
“Abuela, dijiste que me arrepentiría. Es verdad que tuvimos dificultades para conseguir comida, y que hubo muchas veces que me quedé sin comer. Abuela, reconozco que entonces hubo veces que odié a Hayan. Por su culpa, apenas podíamos pagar mi colegio. Le dije cosas horribles, como que estaríamos mejor sin ella.”
Su abuela había llegado a odiar a su hermana pequeña. Por ella, Lee Hyun había sufrido y muchas veces lo habían regañado. Reñían por tonterías a diario. Esa era otra de las razones por las que su hermana se había ido por el mal camino.
“No me arrepiento de nada. Si volviera a aquel momento, tomaría la misma decisión. Porque nosotros somos familia.”
No hubo respuesta de la durmiente, pero Lee Hyun se quitó un peso de encima. Lo había guardado durante diez años, pero ahora había terminado.
Volvió a casa y entró en la cápsula. Y se conectó a Royal Road.


* * *


¡Las montañas Yuroki y la fortaleza de los elfos oscuros!
Los muros destrozados habían sido reparados y los orcos se habían encargado de colocar los suministros. Se estaban preparando para la guerra contra la legión de no-muertos dirigida por Shire el Lich. Weed se encontraba en la misma situación que cuando se había desconectado; había aparecido en forma humana en la ciudad de los elfos oscuros. La construcción continuaba por todas partes.
“¡Chwiiik! ¡Beneficios!”
“Chwichwik. Los orcos trabajamos duros, los orcos somos buenos.”
“¡Amontonad esas piedras más altas todavía!”
“¿Cómo de altas las quieres? ¡Chwik!”
“¡Más alto, más alto! ¡Chwichwik! ¿Que llegue hasta el cielo!”
Un orco cargaba con una roca enorme. Muchas más se unían amontonándose para hacer una especie de torre.
¡CRASH!
“¡Chwiiii-aaaarg!”
“Kkwaeeg. ¡Orcos, salvadme!”
La acumulación de rocas crujió y se desmoronó en cuanto la tocaron, aplastando a los orcos que estaban debajo. Los elfos oscuros eran distintos a los orcos. Al ser más inteligentes, todo lo que hicieron era poner los ojos en blanco.
“Esos orcos trabajan duro.”
“Parece que se divierten mucho.”
“Nosotros somos elfos. No tenemos tanta fuerza.”
“Claro que no, por supuesto.”
Los elfos oscuros holgazaneaban mientras fumaban. Weed había desaparecido temporalmente y, sólo cinco minutos después, todo era un desastre; ahora tenía que arreglarlo de nuevo.
Pilas de rocas estaban desperdigadas por todas partes y los materiales de construcción estaban tirados aquí y allá. Parte de la fortaleza había sido destruida por los ataques y posteriores incendios provocados por los orcos.
Los elfos oscuros aderezaban la carne asada con sal; normalmente los elfos odian quitar vidas y no comen carne, pero estos eran elfos oscuros y no tenían esos problemas. Ya que su raza la descendía de los elfos caídos cuya piel se había vuelto negra, los otros los consideraban una raza bastante salvaje.
“Este es el poder de la sal, primitivos orcos.”
“Pues claro… nosotros también sabemos eso. Le echas una pizca de sal a la comida y está buenísima.”
Con el fin de luchar contra los no-muertos, tanto los elfos oscuros como los orcos habían hecho las paces. Bebían alcohol y asaban carne juntos. Así pues, muchos de ellos se habían juntado en el mercado del castillo, indiferentes al plan de Weed.
‘Coger a estos idiotas y vagos y usarlos para luchar contra las legiones de no-muertos…’ – Weed se sentía enfermo de pensarlo.
“¡Capitán! Hemos terminado nuestras tareas.”
En ese momento aparecieron Buren, Becker, Hosram y Dale, junto con los Caballeros Reales y los sacerdotes.
‘Pero cuento con muy poca gente útil, ¿hay alguna esperanza? Incluso fracasando en la misión, si al menos consigo mandarlos sanos y salvos al Reino de Rosenheim, recuperaré los puntos de contribución de la familia real. ¡Y con ellos puedo conseguir objetos!’
Puntos de contribución, dinero y contactos. Para Weed, estos soldados eran de lo más valioso.
“Como nos pediste, todos los suministros de la ciudad han sido transportados hasta aquí.” – dijo el capitán.
“Buen trabajo.”
Cuando miraba a Buren, veía a alguien de confianza. La primera vez que se había encontrado con él y los otros, había sido en la mazmorra de Litvart, donde cumplieron una peligrosa misión juntos.
¡Confianza y lealtad en Buren!
Pero en el lugar donde Buren había dejado los suministros no había nada. No, algo quedaba, mayormente armas: flechas, dagas, mazas para los soldados y diferentes armas sin catalogar. Pero eso era secundario: lo realmente importante y que no estaba por ningún lado eran las botellas de licor que pensaba vender al por mayor.
Desde que Weed había llegado a las Montañas Yuroki en las Llanuras de la Desesperación, se había dedicado a vagar de aquí para allá. Había recolectado diversas bayas salvajes, serpientes y preciadas hierbas medicinales. Materiales de gran calidad que podían usarse sumergidas en una solución de alcohol: si consumías más de un material de estos, sólo notarías el dulce sabor de la muerte. También había recogido rocío matinal para destilar varios licores. Weed había fabricado decenas de botellas de vino que ahora no encontraba.
“Mis botellas de vino, ¿dónde están? Quizás no las habéis traído todavía. ¿Es eso, verdad?”
“Bueno…”
Buren señaló vacilante a los orcos.
“Se lo están bebiendo todo. Intenté detenerlos pero…”
Weed entonces se dio cuenta. Era imposible que existiera alcohol en las Llanuras de la Desesperación. Para los orcos, destilar un licor era algo impensable. Así pues lo que se estaban bebiendo era la bebida de Weed
“Delicioso. ¡Chwiik!”
“Sniff, ¿qué es ese olor?”
El licor claro y cristalino desaparecía en los gaznates de los orcos.
“¡Atchó, atchó!”
Weed se sentía capaz de vomitar sangre; un dolor tan intenso como si le estuvieran desgarrando la carne. El alcohol que había fabricado. Cada vez que hacía una botella, Weed rezaba:
“Por favor, ayúdame a conseguir mucho dinero.”
Uno puede ganar mucho dinero vendiendo alcohol. Hacían falta muchos meses para que el sabor y los efectos maduraran. Había puesto todo su esfuerzo en ello. En su ambición, había destilado cientos de botellas de licor. Había obtenido muchos materiales valiosos y los había puesto en alcohol pero, al no tener lugar donde guardarlos mientras cazaba, se los había dado a los soldados para que los cuidaran.
Este era el resultado.
‘No puedo creerlo…’
Weed estaba destrozado. Mientras tanto, los orcos seguían bebiendo. El morado vino derramado. Botellas vacías rodando por el suelo. Su licor desaparecido. El dinero había volado.
“¡Aaaaaaaaargh!” – Weed gemía embargado de dolor.
Incluso los aperitivos de cecina… orcos y elfos se los estaban comiendo. Weed había manufacturado esa cecina. Apenas quedaban botellas, y las cestas de cecina estaban vacías.
‘Volveré a preparar el licor y la comida.’
Aun así, Weed mantenía la esperanza. Después de todo, estos eran sus soldados. Aunque el licor y los suministros para la batalla se habían perdido, seguía teniendo a sus leales soldados.
“Es mi culpa, lo siento. Los orcos se pusieron tan violentos… ¡hip!”
Mientras Buren intentaba explicar la situación, le entró un ataque de hipo. Fue entonces cuando Weed empezó a examinar seriamente a los soldados. Había algunos que a duras penas se sostenían en pie. Otros con la cara roja. Un síntoma obvio del exceso de bebida.
“Esto…”
Y entonces lo vio claro. Buren y Becker, mientras seguían sus instrucciones de recolocar los suministros, habían encontrado las botellas.
“Esto es alcohol.”
“¿Qué vamos a hacer?”
“¿¡Hacer qué!? Yo soy el capitán aquí.”
“¡Glup! Esto tiene buena pinta.”
“¿Crees que por un traguito pasará algo?”
“Vosotros, como podéis…”
“Venga hombre, vamos a hacerlo.”
Esto era algo similar a confiar pescado fresco a un gato; poner alcohol cerca de un soldado antes de una batalla. Al principio, los soldados sólo tomaron un sorbo, pero entonces empezaron a beber en serio.
“Baja tan fácil.”
“¡Vaya! Sí que está bueno.”
Cada trago era adictivo. Finalmente, los soldados de Weed habían caído en la tentación, pero no podían quitárselo de su cabeza; el miedo que le tenían era demasiado.
“¿Y si decimos que se lo han bebido los orcos?”
“Vamos a dárselo a los orcos…”
¡Y así revelaron su secreto, su preciado vino fermentado!
‘Y tenga que luchar contra las legiones de no-muertos soportando esto…’ – suspiró Weed.


* * *


Internet se había vuelto loco.
La gente no dejaba de conectarse a la web de Royal Road día y la noche. Los artículos del Salón de la Fama siempre habían sido muy bien recibidos, pero ahora estaban saturados.
Descubramos la auténtica identidad del orco Karichwi.


     - ¿Se trata de un objeto mágico que permite poliformarse o es otra cosa?
     - Quizás es un mago de una clase rara. ¿Uno que después pueda cambiar a nigromante?
     - ¿Significa eso que los que ya han cambiado a una clase avanzada podrán convertirse en nigromantes?
Los magos estaban desesperados por saber más del tema. Si se abría una nueva profesión, significaba que podrían aprender nuevos hechizos. La magia era muy valiosa para los hechiceros, así que querían más conocimientos a cualquier precio.
Los usuarios no hacían más que lanzar preguntas a Unicorn Corporation, la empresa que dirigía Royal Road.
     - Por favor, ¿no podéis decirnos nada sobre el progreso de la misión? ¿Cómo puedo recibir una misión para conseguir esta clase?
¡Revelar las características de la profesión de nigromante!
La respuesta de la Unicorn Corporation era simple:
Esto es un comunicado de la directiva:
La misión sigue su curso y sería irresponsable revelar información adicional. No podemos decir más. Se conocerán las características de la profesión de nigromante cuando se haya desbloqueado. Si la misión fracasa, los detalles de la clase no se harán públicos. Por razones de privacidad, Unicorn Corporation no puede revelar nada del progreso de la misma.


Los usuarios más ansiosos asaltaron otras páginas especializadas. KMC Media, CTS Media, On-stations, Digital Media, LK Game.
Los comentarios de los usuarios hacia esas emisoras empeoraban a cada minuto, tanto dentro como fuera del país.


* * *


Los productores de KMC Media estaban en medio de una reunión.
Normalmente, éste era un lugar para que los jóvenes coordinadores de primera línea participaran y expresaran sus opiniones libremente, o para modificar las historias de los programas, incluso para planificar nuevos asuntos.
Sin embargo, esta era una ocasión especial. Los altos cargos de las emisoras participaban en esta reunión.
“Los foros han enloquecido. Director Khang, ¿qué ha ocurrido?”
El director de KMC Media accedió a la página web para observar la reacción de los espectadores. Lo que vio fueron decenas de miles de mensajes. Los comentarios giraban todos en torno a la petición de emisión de una misión.
“Hay un nuevo video en el Salón de la Fama.”
“¿Y? ¿Qué diablos aparece en ese video para provocar este caos?”
En ese periodo de tiempo, su emisora era la primera en audiencia; en su división, eso nunca había ocurrido. El director Khang se rascó la calva, avergonzado.
“Una misión, parece ser.”
“¿Qué misión? Que tantas personas se interesen por una misión es absurdo.”
El Director giró la cabeza cuando un joven productor se levantó de su asiento.
“Ahora intentaremos cubrir los contenidos. Pasad el video que hemos preparado para el director.”
“Está bien.”
En la sala de conferencias se habían instalado varios equipos de video de última generación. Con un sistema de sonido omnidireccional, una pared entera se convirtió en pantalla. Esta equipación era de esperar en una emisora.
Durante la duración del video, ni el director, ni los nuevos productores, ni los coordinadores, pudieron evitar quedarse con la boca abierta. Tras un largo rato, el director habló:
“Dios, tenemos que hacernos con esto.”
“Por supuesto, director.” – el director Khang y los coordinadores estaban de acuerdo.
No sólo por la batalla contra los orcos: era una misión mítica donde alguien se transformaba en orco. Una aventura en regiones inexploradas. Considerando todo eso, no valía con simplemente emitirlo. El director Khang habló cuidadosamente:
“El resto de emisoras no se quedarán al margen. Ellos también intentarán hacerse con esto.”
“¿Quiere decir que será difícil?”
“No, exactamente. Es sólo que cuando varias empresas compiten, el coste sube.”
El problema siempre era el dinero.
“No podemos gastar mucho dinero.”
Con las palabras del director, la sala quedó en silencio. Desde el principio, la compañía KMC Media no disponía de mucho capital. Tenían muchos espectadores, pero como eran una emisora que apenas comenzaba, no disponían del plus de capital que otras tenían al tener que reinvertirlo constantemente. El director Khang expuso cuidadosamente la situación:
“Caballeros, nuestra situación económica de este año no es mala, lo sé… pero esperaba conseguir unos beneficios significativos.”
“Incluso así, no disponemos de capital para superar las ofertas de otras emisoras, aunque usáramos nuestras reservas.”
Tras escuchar esas palabras, los coordinadores se sintieron deprimidos. Incluso trabajando duro, al final la realidad acaba mordiéndote el trasero. Como en todas las pequeñas compañías, la financiación siempre es un problema.
Este era el lema interno de KMC Media: ¡Sólo es divertido si gastas poco dinero!
Estaban desesperados por sobrevivir.
‘Pero, para crecer, primero hay que invertir más…’ – suspiraron los coordinadores.
‘Este siempre ha sido un problema, como con la caída de CTS Media, que se engañaron a sí mismos.
Sin embargo, el Director sonreía:
“A pesar de todo, vamos a hacerlo.”
“¿En serio?”
“Un contrato con incentivos. Incluso aunque el coste sea alto, no fallaremos; si tenemos gran éxito lo recuperaremos con la publicidad.”
Actualmente, los índices de audiencia de Royal Road alcanzaban el tope a diario. Constantemente, los porcentajes de emisoras que se centraban Royal Road no hacían más que crecer. Los ingresos por los anuncios también estaban aumentando.
“La audiencia crecerá más de un cinco por ciento, y una parte de los beneficios de publicidad irá para el contrato, pero el resto será para la emisora y, ¿quién sabe cuánto dinero ganaremos cuando empiecen a descargarse el vídeo de nuestra página web?”
KMC era una emisora pequeña, pero éste era un método posible. El director Khang se secó el sudor de la frente.
“Firmemos un contrato, caballeros”


* * *


Cuando un vídeo del Salón de la Fama logra un alto número de visitas, la Unicorn Corporation paga una cantidad mínima de dinero al usuario que lo ha subido. Esa forma de ganar dinero era desconocida para Lee Hyun, ya que hasta ahora sólo estaba acostumbrado a la venta de objetos por internet.
‘Me pagarán por la gente que lo vea, pero tampoco habrá mucha diferencia si lo dejo tal cual… si lo edito un poco, podría ganar más.’
Ya era tarde, pero Lee Hyun dudaba sobre si comprar un programa de edición de video. Mientras tanto, el Departamento de Relaciones Públicas de Unicorn Corporation era un caos.
“Sin duda, dejará que otros jugadores participen en la misión.”
“Oh, eso sería estupendo.”
Son Il Kang, jefe del departamento, estaba en la sala de operaciones planeando estrategias junto a otros que habían visto la película. Era esencial familiarizarse con Royal Road para poder promocionarlo adecuadamente.
Planear estrategias no era una tarea fácil para los que estaban ahí. Había que estudiar y entender el trasfondo de cada misión. Las historias de cada uno de los Reinos; evaluar el desarrollo de las ciudades, así como el trasfondo de personalidades importantes; y la evolución de los jugadores. Este tipo de cosas pronosticaban la dirección que el continente de Versalles tomaría en el futuro y conforme a esto era como se establecían las estrategias en esa sala.
“El progreso de la misión está muy avanzado, la velocidad es mayor de lo que preveíamos.”
“Entonces, ¿cuál es el problema?”
“La aparición de la misión de Barr Khan es adecuada mientras sólo alcance la segunda misión en cadena. Pero dentro de la visión global, por su culpa…”
“¿Sí?”
“Por ahora, la situación no ha cambiado mucho en el juego, pero si las fuerzas de los no-muertos quedan libres, el eje de poder entre los reinos se verá afectado, y con él los jugadores.”
La ocupación de territorios por los NPCs, así como la posesión de famosos castillos y fortalezas, minas, aldeas y lugares de comercio cambia constantemente de manos. Los usuarios en clanes unen fuerzas para declarar asedios y tomar posesión para así incrementar sus territorios. Una ciudad puede caer en manos de los jugadores sin importar que esté cerca de la capital de un Reino; de hecho, la mayor parte del continente central está ya controlada por usuarios.
“Pero, ¿qué tiene que ver la misión de Barr Khan con ello?”
Un líder de equipo que sentía curiosidad dirigió su pregunta a Son Il Kang porque era el más familiarizado con el trasfondo del juego. Juntó las manos y sonrió al resto mientras enumeraba las posibilidades:
“Será interesante. La resurrección completa de Barr Khan, con sus fuerzas de no-muertos y su poder, junto con el odio que sienten hacia los vivos, cambiaría muchas cosas.”
“Bueno, sí.”
“Pueblos y castillos serían atacados por no-muertos. Incluso podrían realizar asedios gracias a sus hordas de cadáveres. Pueden funcionar tanto como de atacantes como de defensores. Y tened en cuenta que pueden rechazar completamente un contraataque.”
“¿Los no-muertos podrían ocupar castillos y ciudades?”
“Basta de hablar de posibilidades. Los no-muertos son sólo un tipo de monstruo dentro del continente de Versalles. Los reinos arrasados por las infestaciones de no muertos desaparecerían. Si los jugadores pudieran purificarlos, será una gran oportunidad para el desarrollo del juego.”
“Así que esto es tanto una crisis como una oportunidad.”
“Sí, las recompensas de esta trama están sin explotar; los reinos del norte del continente siguen en manos de los no-muertos pero… de cualquier modo, la dificultad aumentará en el futuro y será mucho más frecuente ver levantarse a los cadáveres.”