domingo, 1 de enero de 2017

Volumen 14 Capítulo 8

Volumen 14 Capítulo 8
Creando elementales.
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder

Deimond y el resto de los Depredadores de la Tierra invocaron a todos sus espíritus demoníacos. ¡En total había más de cincuenta espíritus demoníacos gigantescos! Sus fuerzas también incluían a miles de espíritus de tamaño medio y decenas de miles de pequeño tamaño. “Por el momento debemos experimentar.” – dijo Naru. “Necesitamos averiguar cuánto poder tenemos.” – asintió Deimond mostrándose de acuerdo. A primera vista, los espíritus demoníacos parecían increíbles; pero como necesitaban verificar su fuerza en una batalla real, se los llevaron a unos páramos cercanos a la Orden de la Resurrección. Allí se encontraron con una manada de mantícoras. Las mantícoras eran criaturas parecidas a los leones, pero con cola de escorpión, extremadamente rápidas y poderosas. Cuando los Depredadores de la Tierra tuvieron que enfrentarse a ellas en el pasado, habían tenido que pelear hasta la muerte para poder ganar. Aunque ya antes habían podido derrotarlas, ahora, tras haberse debilitado haciendo la misión, era algo improbable. “¡Al ataque!” Bajo las órdenes de Deimond, los espíritus demoníacos gigantescos cargaron a través del páramo con grandes pasos. Cada vez que avanzaban dejaban grandes huellas en el suelo. Usando su increíble peso, cargaron contra las mantícoras pisoteándolas y aplastándolas completamente. Varias mantícoras fueron pateadas hacia el aire por los espíritus demoníacos, para luego ser golpeadas y empaladas nada más caer por sus compañeros de menor tamaño. Era todo un espectáculo: las mantícoras intentaban morder y desgarrar a sus enemigos, pero no tenían manera de hacer daño a los espíritus demoníacos. Cada vez que una moría, Deimond y su gremio podían sentir cómo su [Energía de Resurrección] iba aumentando.

Has tomado la energía vital de otra criatura, ganas 35 puntos de [Energía de Resurrección].
Tu lealtad a la Orden de Embinyu ha aumentado.

Por aumentar tu contribución con la Orden de Embinyu, has ganado el estatus de ‘Seguidor Joven’.
Eran capaces de ganar [Energía de Resurrección] con cada muerte infligida por los espíritus demoníacos. Su lealtad hacía la Orden de Embinyu también crecía con cada muerte. ¡El ejército de Deimond crecía cada vez que usaba el poder de la resurrección! “Son muy poderosos. Deberíamos ser capaces de destruir las murallas de un castillo.” – dijo Naru mientras aplaudía. No contaban con armas de asedio, pero si dejaban ir delante a los espíritus gigantescos con su increíble fuerza, no habría nada que no pudieran derribar. Cuando evaluaron el poder del Ejército de la Resurrección, Deimond y el resto de Depredadores de la Tierra se estremecieron. También se habían quedado asombrados por la capacidad de lucha de los espíritus de tamaño mediano y pequeño. Además usando el poder de la resurrección, los soldados y caballeros asesinados podían ser devueltos a la vida. Aquellos que eran revividos perdían su voluntad, por lo que peleaban con todas sus fuerzas contra sus enemigos.
* * *
“Es hora de decidir a dónde vamos.” – dijo Deimond mientras equipaba su nuevo Bastón de Huesos y su casco. ¡Eran objetos conseguidos mientras cazaba en las Tierras Baldías! “Lo primero es irnos de aquí.” “Creo que deberíamos conquistar un reino de humanos o elfos.” – dijo Suban dando a conocer su opinión. El Ejército de la Resurrección iba creciendo cada día, y era difícil encontrar un sitio de caza decente. Y eso que cuando encontraban una manada de monstruos movilizaban únicamente a los espíritus demoníacos de tamaño medio. Aun así la pelea duraba muy poco. El gremio Depredadores de la Tierra poseía una naturaleza depredadora y agresiva, y las Tierras Baldías, que estaban prácticamente despobladas, les hacían pasar largos ratos donde su paciencia se ponía aprueba. “Tenemos que movernos.” – dijo Maban mostrándose de acuerdo. Pensaba que sería un error no usar la fuerza que poseían. En estos momentos controlaban una de las mayores fuerzas del Continente de Versalles, y aunque no sabían si iban a convertir el mundo en un caos, tampoco es que les preocupara demasiado. “¿Dónde está el pueblo más cercano?” – Dijo Naru – “Incluso en este páramo existen unas cuantas aldeas fronterizas.” Mientras dirigían el Ejército de la Resurrección se habían encontrado con pequeños pueblos de cazadores que practicaban una agricultura de subsistencia. “Son demasiado pequeños para lo que necesitamos; creo que es mejor pasar de esos pueblos y elegir algo más grande. ¿Qué tal Morata? Tiene muchos habitantes.” – dijo Maban recomendando dicha ciudad. ¡Era la ciudad más cercana con una gran población! “Morata cuenta con la protección de la Orden de Freya, además de aventureros de nivel alto. Si atacamos un lugar como ese en un primer lugar, sufriremos muchísimos daños.” – dijo Suban rechazando la idea. “Podemos soportar los daños. Aunque alguno de los espíritus demoníacos muera, siempre podemos invocar más.” “Sí, ¿pero hay muchas aldeas y reinos decentes en los alrededores de Morata?” “Alguno hay, pero…” “Después de tomar Morata y de enredarnos en las luchas con el resto de pueblos del Norte, los Reinos del continente pueden prepararse contra nosotros. Debemos atacar rápidamente en el Centro del Continente ahora que desconocen nuestra fuerza, así podríamos ampliarla rápidamente.” “Si solo luchamos en pequeñas batallas que estemos seguros de ganar, perderemos un tiempo precioso y estaremos en desventaja para futuras batallas; si queremos tener buenas oportunidades de lucha, ¿no sería mucho mejor ir directamente al Continente Central?” – dijo Naru mostrándose de acuerdo. No conseguían llegar a un punto en común. Había gente que prefería empezar atacando las aldeas cercanas y otros que querían atacar Morata. “Iremos al Continente Central. Es el momento de vengarnos de esos bastardos que tomaron nuestras tierras y mataron a nuestros hermanos. Tenemos la fuerza necesaria para hacerlo, así que no tenemos por qué retrasarlo. A partir de este momento renunciaremos al nombre de los Depredadores de la Tierra; de ahora en adelante seremos la Orden de la Resurrección.” – dijo Deimond zanjando la discusión. Ya que eran un gremio orientado al combate, si se descartaba una opción no se escucharían quejas. Ahora, juntos, la Orden de la Resurrección y los espíritus demoníacos se movieron hacia el Sur.
* * *
“¡Unos espíritus demoníacos nos están atacando!” “Se acerca un número enorme de monstruos.” Los jugadores que estaban fuera de la ciudad cazando, lo dejaron todo y se apresuraron hacia la Puerta Norte del Reino Isoru. “¿Qué está pasando?” “¿Los monstruos nos atacan?” Con el fin de saber qué estaba pasando, los usuarios se reunieron cerca de la pared del castillo. La mayoría de monstruos no eran capaces de penetrar a través de las paredes gruesas de un castillo y se convertían en presa fácil para las flechas y la magia. “¿No os da la sensación de que los cazadores han huido nada más ver a la horda?” “¿Qué clase de monstruos les harían huir de esta manera?” Mientras los jugadores charlaban y observaban tranquilamente la situación, los usuarios que iban entrando por la Puerta Norte del castillo habían pasado a un estado de pánico. “¡Preparaos para evacuar!” “¡Solo sobreviviremos si huimos! ¡Corred!” “¡Se acerca un ejército de monstruos!” Después de sentir la sensación de miedo y urgencia de los aventureros que entraban, los usuarios que hacían negocio con los comerciantes y la gente de la plaza se levantaron de sus puestos; pero en lugar de huir se acercaron hacia el muro de la ciudad para descubrir qué estaba pasando. “¡Os arrepentiréis!” “Ya os hemos avisado.” Los jugadores que habían entrado por la Puerta Norte atravesaron toda la ciudad para salir veloces por la Puerta Sur. Sus amigos, así como los usuarios más precavidos los siguieron. Los caballeros y soldados del Reino Isoru se reunieron y se alinearon sobre las murallas del castillo, por encima de la Puerta Norte. Incluso los magos, que no eran famosos por correr riesgos, llegaron a las murallas y sacaron sus varitas, preparándose para la batalla. Solo entonces, los jugadores se dieron cuenta de lo grave que era la situación y mientras dudaban sobre si debían huir o no, la horda de espíritus demoníacos venidos del Norte llegaron. Había demonios del tamaño de un gigante, comparables al tamaño de una ciudadela. La Orden de la Resurrección llegó acompañada de decenas de miles de espíritus demoníacos y empezaron a alinearse a las afueras del castillo. “¡MI NOMBRE ES DEIMOND!” – gritó Deimond tras adelantarse de las líneas demoníacas montado a caballo. Estaba a varios metros de distancia, pero todos podían oírlo claramente. “¿Es un jugador?” “Creo que es el famoso usuario que cazaba monstruos en el Norte…” “¿Qué clase de misión ha hecho para aparecer acompañado de un ejército?” Todos esperaban nerviosos las siguientes palabras de Deimond; esperaban que demandara la gran fortuna del Reino Isoru sugiriendo que se rindieran. Especialmente con el enorme ejército que tenía a sus espaldas. Pero todos quedaron asombrados al escuchar las palabras de Deimond. “Le declaro la guerra al Reino Isoru. Aquellos que no quieran pelear tienen diez minutos para marcharse, abandonando las murallas y huyendo hacia el Sur. Aquellos que no presten atención a nuestra advertencia, morirán.” ¡Era un ultimátum drástico e incuestionable! Cuando vieron a los monstruos del ejército de Deimond, los jugadores abandonaron silenciosamente el Reino Isoru. Sin embargo, no salieron completamente de la zona; solo llegaron a una colina cercana para ver la batalla de la Orden de la Resurrección contra el Reino Isoru. “Han pasado diez minutos; todos los que quedan en el castillo son nuestros enemigos.” Deimond y los sacerdotes de la Resurrección comenzaron a usar su magia y pronto un humo gris envolvió todo el castillo. A medida que el humo se extendía rápidamente, las caras de los soldados y caballeros se iban tiñendo de verde. Se pusieron tan enfermos que eran incapaces hasta de soportar el peso de la armadura y se derrumbaron sobre la pared. “Dragones de la tierra, ¡CARGAD!” Los enormes espíritus demoníacos bajo el mando de Naru avanzaron con pesados pasos. Se movían torpemente, paso a paso, hasta que aceleraron repentinamente y chocaron contra las paredes del castillo a una velocidad aterradora. ¡Craaaaaaaaaaaaaaaash! Parte de los muros del castillo se derrumbaron. Los espíritus gigantescos golpearon y destruyeron las paredes del castillo mientras que los de menor tamaño se lanzaban al asalto de las murallas. Subían trepando, saltando o usando a los espíritus demoníacos de mayor tamaño como escaleras. Los soldados del Reino Isoru dispararon flechas y lanzaron su magia, pero incluso aquellos espíritus que eran alcanzados y derribados no tardaban en levantarse otra vez. Los sacerdotes de la Resurrección continuamente restauraban sus vidas. Gracias al gran tamaño de los demonios, la pared del castillo se vio completamente aplastada. Ni las partes internas del castillo fueron capaces de resistir. Era una visión aterradora e inolvidable para unos jugadores que veían cómo un castillo entero se inclinaba hacia un lado hasta derrumbarse. Deimond y la Orden de la Resurrección se quedaron fuera de las murallas observando; no perdonaron a ni una sola alma dentro del castillo. El Reino Isoru fue aplastado rápidamente, permitiendo que el Ejército de la Resurrección se hiciera más poderoso, levantando nuevos demonios gracias a las almas de los soldados y caballeros ordinarios, así como con la experiencia ganada tras el combate. Así fue como Deimond y el Ejército de la Resurrección alcanzaron su victoria sobre el Reino Isoru. Un increíble viento de cambio se estaba gestando en el Continente de Versalles.
* * *
Los enanos de Kurueso estaban emocionados con el parque acuático. “¡Ja, ja, ja!” “Beber cerveza mientras juegas en el agua es de lo mejor.” Los enanos estaban disfrutando del parque acuático independientemente de su sexo o de su edad. Al final, todos se deslizaban por el tobogán de agua mientras bebían una jarra de cerveza. “¡Una escultura de Kendellev! ¿No era la misión que otorgaba el Maestro del gremio de escultores? Estoy realmente sorprendido; y pensar que un conocido ha podido descubrirla…” – dijo Herman hablándole a Weed. “Felicidades. Era una solicitud que nadie había sido capaz de resolver.” – añadió Pin. Para los enanos, descubrir los tesoros dejados por el legendario Kendellev era una tarea impresionante y por ello, la ventana de misiones de Weed también se había actualizado. Cuando fuera a visitar a Jorhat podría recibir su recompensa. Todos los enanos, incluido Herman, estaban celosos. “¡Oh! Solo la encontré por casualidad.” – dijo Weed expresando sus pensamientos más humildes. “……” “Debido a que había explorado todo Kurueso, ¿no era el único sitio que quedaba?” “……” “No hay nada especial o espectacular en mis acciones, es solo que los esfuerzos del resto de enanos no estuvieron a la altura.” ¡Con su manera de hablar, su influencia estaba disminuyendo! Era complicado para Weed aceptar los cumplidos de otra persona, por lo que solo podía intentar hacerlos pasar por una broma. “¡Definitivamente eres malo recibiendo cumplidos!” Durante la época en que era menor de edad, no podía hacer el trabajo como los adultos, así que siempre le maldecían por ser incapaz de realizar todo su trabajo. Pero, con el tiempo, esforzándose, fue capaz de superar sus deficiencias y llegar a dominar la técnica para hacer tanto trabajo como el resto de empleados. “Puedo ver que tienes talento en este campo.” – dijo el Presidente – “Eres una persona imprescindible para la empresa.” Con los cumplidos del Presidente también aumentó la cantidad de trabajo que se le otorgaba; era peor que trabajar a tiempo parcial en un bar. “¡Eres increíble! Eres perfecto para este trabajo. A partir de ahora también te encargarás de esto.” Con cada cumplido, sus oídos se alegraban, pero Weed sabía que muy pronto su cuerpo se arrepentiría. Y por ello, aunque en este caso no era la intención de Herman, Weed había contestado por instinto. Y no es que quisiera engañarlos. Para poder hacer un descubrimiento era necesario hacer un esfuerzo en comprender qué se estaba buscando. “Como escultor, no debes dar rodeos buscando una escultura. No importa cómo sea la obra; si eres capaz de comprender los materiales que se usaron en su elaboración o sus características, suponer dónde la pondría su autor no es imposible. Comprender los materiales y sus características… ¿no es como la diferencia entre ser capaz de crear una espada o ser capaz de sumergirse completamente en el proceso de creación?” Eran palabras sencillas, pero Herman meditó sobre ellas un buen rato. Parecía como si hubiera comprendido algo con ellas. “Ahora que has completado la misión, ¿te irás de Kurueso?” – preguntó Pin tras meditar durante mucho tiempo. Era consciente de que había completado casi todas las misiones para escultores de Kurueso, incluso había descubierto una obra de Kendellev. Ya fueran misiones que tuvieran que ver con aventuras o con luchar, con peticiones de herrería o solicitudes de sastrería… ¡Hasta había completado todas las búsquedas disponibles para escultores! Como aprendiz de un montón de profesiones, podía aceptar un montón de misiones diferentes. Por lo general, cuando los enanos veían a Weed le daban de inmediato una misión. “La mina de carbón del Este está llena de gusanos rojos, ¿puedes encargarte de ellos?” Los gusanos rojos eran monstruos de nivel 300. Con el nivel de Weed no era imposible matarlos, pero dado que se escondían bajo tierra era difícil cazarlos sin usar magia. Además, si sentían peligro exhalaban un fuerte veneno difícil de tratar. “Hay un rumor en este Reino sobre una espada que puede pulverizar el hierro fundido, ni siquiera las armaduras pueden proteger de su filo. Y dicen que se esconde en el Reino de Thor, ¿te lo puedes creer? Sería muy feliz si pudieras encontrarla.” La búsqueda de una espada legendaria. Con una dificultad de rango ‘A’, era una misión que nadie en Kurueso había sido capaz de resolver. No había muchas pistas, pero existía una inmensa probabilidad de poder resolverla únicamente elevando al máximo la intimidad con los residentes enanos. Aunque a Weed le encantaría poder encontrar la espada, no le quedó otra opción que renunciar a su búsqueda. Carecía de las habilidades avanzadas de [Herrería] para poder hacer frente a este tipo de misión. “Dicen que hay una fruta que puede extender la vida de los enanos por los pantanos al Sur de Kurueso, pero nadie ha podido encontrarla. ¿Te gustaría intentarlo?” Era una misión de rango ‘B’. Sin un clérigo en el grupo, era complicado poder adentrarse dentro del pantano para su búsqueda. Continuamente le ofrecían este tipo de misiones de rango ‘A’ y ‘B’. ¡Era literalmente una avalancha de misiones! “Supongo que tendré que irme.” – dijo Weed respondiendo a la pregunta de Pin. “Me lo imaginaba.” “Pero todavía no es el momento, aún tengo que completar el asunto que me trajo aquí.”
* * *
No podía estar seguro, pero creía que Kendellev era un Maestro escultor. ‘Puesto que he encontrado su rastro y dado que era un Maestro escultor, es muy posible que dejara alguna pista sobre el secreto de las esculturas.’ Sin embargo, gracias a él había sido capaz de intuir qué tenía que esculpir. Suponía que Kendellev había sido un escultor con una impresionante afinidad con las esculturas. Para ser capaz de crear una escultura de agua, estaba claro que había tendido que comprender completamente las características del agua, hasta el punto de ser capaz de controlarla como si fuera su propio cuerpo. ¡El secreto de la Escultura! Si se aumentaba al máximo la afinidad con un tipo de material, era posible esculpir cualquier cosa. Weed, como escultor de luz lunar, había sido capaz de controlar la luz, pero había escultores especializados en todas partes. Había artistas que tallaban porque querían, su amor por las esculturas se convertía en alimento y motivación. Ahora tenía la confianza suficiente para intentar esculpir esas misteriosas voces que no dejaban de quejarse. - Escultor incompetente, usa tu cabeza y manos para tallarme. - ¿Por qué no me esculpes? Escucharé todas tus preguntas. ‘Tengo que comprenderlas, tengo que materializar los sentimientos que desprenden.’ La razón por la que una gota de agua brilla es porque tiene las mejores cualidades para la vida mientras el viento expresa la libertad. Por eso, un arco iris es fantástico. Las características del arco iris de Kendellev daban la sensación de estar como en un sueño. ¡Era una emoción que obligaba a los adultos a volver a tener una infantil inocencia! Weed sacó su cuchillo para tallar. ‘Voy a volverme uno de ellos. Absorberé todos los sentimientos que desprenden y los esculpiré como si mi corazón dependiera de ello.’ - ¿Me vas a esculpir? La voz contenía dignidad y calidez, por lo que Weed decidió conservar esa sensación. Ya fuera monstruo o humano, no era capaz de imaginarse su nombre. Debía ponerle forma, tenía que concentrarse en su voz. La voz contenía gran cantidad de información, era posible sentir sus emociones, su personalidad, el aura que emana de su cuerpo. ‘Sus ojos desprenden calor, sus manos son de tamaño medio y sus hombros anchos. No puedo dejar de apreciar una sensación de elegancia y calor.’ En lugar de preocuparse en qué hacer, se dedicó a crear una escultura siguiendo el flujo de sus emociones. Piernas y brazos más largos que el de un humano. Toda la escultura era más grande que un cuerpo humano, pero no se veía horrible como un monstruo, sino que desprendía una sensación de elegancia y ternura. “Esta es la escultura que he hecho para ti.” ¡Ding!

Has aprendido [Escultura de Espíritu Elemental].

Has creado la escultura de un espíritu elemental.
Ahora puedes crear cuerpos nuevos para los espíritus elementales.

Hay innumerables espíritus existentes en el Continente de Versalles. Sin embargo, solo unos pocos tienen cuerpos materiales o han conseguido un nombre.

Si creas cuerpos para los espíritus, estos podrán usarlos y caminar por el Continente de Versalles. Si eres capaz de darle un nombre, te convertirás en el padre de la criatura y podrás darle ordenes en el combate.

Todos los espíritus consumen [Maná] para estar en este mundo. Cuanto mayor sea el espíritu, mayor será el coste.

Para convocar a los espíritus de mayor rango tal y como haría un Rey de los Espíritus, éstos deben estar a gusto con la escultura que posean. El nivel del espíritu que puedes invocar dependerá del nivel de tu habilidad de [Escultura] y de tu afinidad con los espíritus.

Si dominas las técnicas de la escultura, puedes llegar a aprender la habilidad [Creación de una Raza].
Restricciones:

Solo puede usarse con esculturas avanzadas.

Debes tener como mínimo 200 puntos en [Arte].

Aviso:

Los espíritus aprenden desde el día que nacen; su personalidad dependerá del escultor que creo su cuerpo.

Si los espíritus de dos elementos opuestos son convocados al mismo tiempo, lucharán entre sí.

Si se crean espíritus demoníacos, se elevará la [Infamia].

Si un Rey Espíritu pierde su cuerpo, todos los espíritus de su elemento se volverán más débiles hasta que surja un nuevo rey.

Cuando domines la habilidad [Escultura], podrás crear monstruos humanoides, pero todas sus estadísticas se reducirán en 20 puntos.

Has creado un nuevo espíritu.
La estadística [Arte] se reducirá de forma permanente en 160 puntos.

Subes de nivel: [Dominio de la Escultura] Avanzado – 6.
Tus obras serán extraordinariamente delicadas y detalladas. La habilidad [Artesanía] ha aumentado. [Fama] ha incrementado en 260 puntos. [Carisma] ha incrementado en 60 puntos.
[Hoja del Escultor], [Dar vida a las Esculturas], [Transformación escultural]… Y ahora había adquirido un nuevo arte secreto de la escultura: la habilidad [Escultura de Espíritu Elemental]. Era un arte secreto de escultor, ¡la facultad de darle forma a un espíritu elemental! La escultura que había tallado Weed con madera se levantaba junto a él, y una esencia de tierra se elevó a su lado con la misma forma. “Escultor que me has dado forma, por favor dame un nombre.” – dijo respetuosamente la escultura. “Te llamaré HombreLodo.” – dijo Weed tras meditar un rato. “Bien.” Daba lo mismo las vueltas que le diera, el espíritu parecía ser de tipo Tierra así que lo único que le vino a la mente era HombreTierra. Sin embargo, si usaba ese nombre podría ser muy fácil conocer sus aficiones y debilidades, por lo que se decidió por HombreLodo. ‘Como era de esperar, nadie puede superar mi buen gusto a la hora de poner nombres.’ “¿Te gusta tu cuerpo?” – preguntó Weed. “Creo que es algo incómodo para moverse, pero es de mi agrado.” Como tenía toda la pinta de haber creado un nuevo tipo de escultura, solo para asegurarse, Weed trató de identificarlo. “¡[Identificar]!”

HombreLodo
Espíritu de Tierra.
Nacido gracias al talento de un escultor.

Tiene una personalidad suave y protectora. Sin embargo su cuerpo es deforme, por lo que solo puede mostrar el 35% de sus capacidades.

Puede evolucionar hasta espíritu intermedio.

Gracias a sus habilidades espirituales, puede lanzar distintos tipos de hechizos.
Habilidades especiales:

[Terremoto], [Cavar], [Enterrar], [Encontrar minas], [Acelerar crecimiento de cultivos].

Debido a que ha sido primer intento y no es una escultura adecuada, los rasgos del elemental no se reflejan adecuadamente.
- ¡Inmundo escultor! ¡Cómo te atreves a darle un cuerpo a otro elemental ante mí! Me estoy enfadando, voy a quemarlo todo. Weed, percatándose del ardiente temperamento del espíritu, rápidamente sacó su cuchillo de tallar. ‘Es un espíritu, así que ni siquiera necesita ser similar a un humano.’ Talló un fuego ardiente, un cuerpo de fuego del que salían piernas y brazos alargados.

Has creado un nuevo espíritu.
La estadística [Arte] se reducirá de forma permanente en 160 puntos.

La habilidad [Escultura de Espíritu Elemental] ha mejorado

La habilidad [Artesanía] ha aumentado.
[Fama] ha incrementado en 260 puntos.

[Carisma] ha incrementado en 60 puntos.
La escultura de Weed se incendió, todo lo que quedaba de la madera eran escombros quemados. En su lugar había una forma idéntica en llamas. “Me gusta este cuerpo, estoy muy contento, escultor, ¡Di mi nombre!” – dijo el elemental disfrutando del momento. “¿Qué te parece GuijarroAbrasador?” “¡GuijarroAbrasador! Me gusta.” “¡[Identificar]!”

GuijarroAbrasador
Espíritu de fuego.
Creado por un escultor que está ampliando las fronteras de la escultura.

Tiene una personalidad impaciente y violenta.

Aunque carece de encanto, dado que tiene un cuerpo moldeable, puede mostrar la mayoría de sus habilidades.

Puede utilizar el 62% de su fuerza.

Puede evolucionar hasta espíritu avanzado.

Gracias a sus habilidades espirituales puede lanzar distintos tipos de hechizos.
Habilidades especiales:

[Lanza de fuego], [Protección contra el fuego], [Incinerar].
“¡Invoco a HombreLodo! ¡Invoco a GuijarroAbrasador!” Mientras los ojos de Weed brillaban, su [Maná] desaparecía rápidamente. De repente, la tierra temblaba mientras se elevaba ante sus ojos, a la vez que fuegos ardientes aparecían de la nada. Espíritus elementales intermedios y espíritus elementales avanzados. ¡Este era el poder de las habilidades avanzadas de la escultura! Aunque no estaba convocando al máximo de espíritus que era capaz, no se sentía decepcionado; podía controlar fácilmente entre cinco y seis elementales. Si invocaba más tendría dificultades para controlarlos. “¡Estamos en el mundo de los vivos! Es un sueño hecho realidad.” “Míranos, estos son nuestros cuerpos. Tienen material y podemos moverlos a nuestro antojo.” Los espíritus elementales recién creados se miraban a sí mismos encantados. Cuando veían sus cuerpos exclamaban gritos de alegría al mismo tiempo que daban saltos por el suelo. Cada vez que un HombreLodo daba un salto, la tierra temblaba, y los GuijarroAbrasador se encendían de la emoción. Aunque estaban entretenidos con el milagro de la creación, pronto notaron a Weed; sabían que era su creador y le lanzaron miradas de afecto. El [Carisma] y el [Liderazgo] de Weed estaban por las nubes, era el momento del ¡[Rugido del León]! «¡Soy vuestro creador! Como os he otorgado la vida, ¡CUMPLIRÉIS MIS ÓRDENES!» Los originales HombreLodo y GuijarroAbrasador, como los primeros en nacer, tenían más ego que sus compañeros, ya que eran los representantes y líderes de cada grupo. Sin embargo, los otros espíritus comunes se inclinaron y gritaron al unísono: “Seguiremos a nuestro Amo y aplastaremos con la tierra a tus enemigos.” “¡Quemaremos todo lo que sea una amenaza para ti!” ¡La lealtad de los espíritus! Como si fuera el líder de una secta, Weed levantó ambos brazos. «¡Creed en mí y seguidme!» “¡Sí, señor!” «¡Creed en mí y conoceréis el poder de mis bendiciones!» – volvió a rugir Weed – «¿Quién soy?» “El Señor todopoderoso, el Maestro que nos ha creado.” “Un escultor increíble, aquel que puede tallar lo imposible.” Como si estuvieran en un concurso, los HombreLodo y los GuijarroAbrasador empezaron a halagarlo, y como su padre era Weed aprendieron las cosas malas primero. «¿Y mi inteligencia?» “El más listo de todo el Continente.” “Eres un genio.” “Cuando tenía un año corrí los 100 metros en menos de 0,1 segundos. Y a los dos años de edad usé mis alas para volar por el aire” “¡Oooooooooooh!” – contestaron todos los elementales al unísono. Detrás de Weed, las Alas de Luz se desplegaron. Eran brillantes, ¡muy brillantes! Ser usadas para demostrar una mentira, ¡tal era la utilidad de las Alas de luz de luna! “Mi cara es la más hermosa del mundo, ¡no hay ningún humano más guapo que yo! Cuando las chicas ven mi rostro sonriente, no pueden resistirse ante mí.” – dijo Weed al ver la lealtad absoluta de los espíritus. “……” “……” Los HombreLodo no parecían muy convencidos. “Eso ya es…” Weed miró dubitativamente a los GuijarroAbrasador. Ardían como si no pasara nada, pero murmuraban en voz baja entre ellos. “Le estamos dejando que nos diga todas estas tonterías y aún no se calla.” “Ya le hemos besado el culo por darnos este cuerpo, ¿aún tenemos que aguantar más?” “No creo que fuera tan malo existir solo como espíritus…” “¡Ay! ¡Qué lamentable! Con todos los sufrimientos que he pasado para traer a los elementales a este mundo y veo que no les gusta… ¿Debería usar mi habilidad [Destrucción de Escultura] para fingir que algo así nunca ha pasado?” – dijo Weed en voz alta mientras se aclaraba la garganta. Los HombreLodo y los GuijarroAbrasador sintieron la amenaza que caía sobre sus vidas y levantaron rápidamente los brazos. “¡Viva el Maestro Weed!” “¡Viva el Maestro!” Su felicidad duró muy poco. Mientras levantaban los brazos, los cuerpos de los elementales empezaron a desaparecer. El [Maná] de Weed estaba completamente agotado y ya no podía mantenerlos en este mundo. “Por favor, ¡vuelve a llamarnos, Maestro!” “¡No nos olvides! Por favor.” Cuando desaparecieron, los sonidos de sus últimas palabras permanecieron débilmente en el aire. Una vez los elementales habían desaparecido, Weed descansó brevemente para recuperar su [Maná]. La habilidad [Escultura de un Espíritu Elemental]. Los recuerdos sobre el trabajo que había invertido para descubrir este secreto de la escultura pasaron por su mente. ¡El tiempo que había perdido maldiciendo la escultura! Con su [Maná] completamente lleno, Weed se levantó de nuevo. “¡Invoco a HombreLodo! ¡Invoco a GuijarroAbrasador!” En un momento, los elementales de tierra y fuego volvieron a aparecer. “¡Viva el Maestro Weed!” – dijo Weed alzando las dos manos en el aire. “¡Viva!” El exhaustivo lavado de cerebro continuó durante todo el día. ¡Un lavado cerebral para que solo albergaran respeto hacia él! “¿Quién soy?” “El creador inmortal absoluto que se compadeció de nuestros insignificantes seres y talló nuestros cuerpos.” “¿Qué son mis órdenes?” “Son mandamientos absolutos que tenemos que cumplir aunque nos cuesten la vida.” “No hay mayor honor que sacrificar nuestro insignificante cuerpo mientras cumplimos las órdenes del Maestro.” Al día siguiente, Weed lideró a los elementales hasta la mina de rubíes. “Miradlos con cuidado, ¡no quiero que dañéis ninguno!” Si el creador del cuerpo de los espíritus los trataba como a sus amigos, ellos lo respetarían… Por lo general, uno tendría aventuras en el Continente de Versalles mientras era amable con esos espíritus lindos y adorables. Sin embargo, eso no era algo que se pudiera aplicar a Weed. Como si fueran jornaleros, los espíritus empezaron a sacar rubíes de la mina.