domingo, 10 de abril de 2016

Volumen 11 Capítulo 2

Volumen 11 Capítulo 2
Seirun
Traducido por Sable
Corregido por DaniR y Tars
Editado por AM y Tars

Weed y su grupo continuaron avanzando cuidadosamente, hasta que la puerta de la muralla quedó a la vista. Junto a ella, había unos hombres ataviados con guantes blancos que parecían ser los guardias. ¡Colmillos puntiagudos! ¡Caras pálidas! ¡Vestidos con capas negras! “Los guardias son vampiros.” – dijo Weed mientras se detenía a una distancia prudencial. “¿No deberíamos atacar?” – Mapan hizo la pregunta que nadie sabía responder. Los monstruos inteligentes que no atacaban inmediatamente eran raros; y aquellos que no lo hacían, por lo general, eran herbívoros o vivían en los árboles, por lo que no se trataba de especies muy agresivas… ¡salvo que estuvieran protegiendo sus crías! Pero los vampiros eran ligeramente diferentes. En cierto modo, podría decirse que tenían emociones como los seres humanos. Weed dio un paso adelante. “Quizás pueda hablar con ellos. Dejadme que lo intente.” “Eso puede ser peligroso… ten cuidado, Weed.” – las palabras de Irene rebosaban preocupación. La siempre alegre Yurin también se sentía nerviosa ante las acciones de Weed. Pero éste siguió adelante sin dudar. “No os preocupéis. No sé cómo, pero todo saldrá bien.” ¡Fe y fuerza de voluntad! Debido a su profesión de escultor, su [Defensa] dejaba bastante que desear. Por otro lado, el poder de los guardias de Todium, el Reino de los Vampiros, era desconocido. Pero Weed había luchado contra un clan de vampiros anteriormente, aparte de haber derrotado a Tori infinidad de veces, así que entendía sus puntos fuertes y costumbres, y podía usarlos para obtener ventaja. Geomchi5 dio un paso y se puso a su lado. “Iré contigo. No puedo dejar que encares el peligro solo.” “Sí, Hermano Mayor .” Weed y Geomchi5 avanzaron cautelosamente hasta los guardias. Geomchi5 no mostraba ninguna duda. Sin importar la diferencia de niveles, nunca había tenido miedo a ningún monstruo de los que se había enfrentado. En lo más profundo de la noche, avanzaban juntos, totalmente preparados. Repentinamente, Geomchi5 preguntó: “Pero, Weed. ¿Por qué no luchamos contra ellos? Da igual si son murciélagos vampiros o una aldea llena de vampiros, ¿no deberíamos atacar y destruirlos?” En el Continente de Versalles, los territorios que pertenecían a una raza de monstruos eran populares zonas de caza. Un ejemplo eran los goblins, los más extendidos, donde muchos de ellos se juntaban para construir fuertes utilizando los materiales de los alrededores, generalmente madera. ¡Pueblos goblins y fortalezas goblins! Decía esto porque, debido a ese tipo de concentraciones, la productividad de los Reinos cercanos se veía reducida. Lo más habitual era que los señores de esas tierras encargasen misiones para exterminarlos. Estas oportunidades no sólo aumentaban la [Fama], sino que además daban la opción de adquirir todo el botín que cayera. Pero Weed tenía una opinión distinta. “Quizás… pero todavía es muy pronto para tomar una decisión.” “¿Muy pronto?” “Sí. Todavía no estamos seguros siquiera de si hemos llegado al Reino de los Vampiros, ¿verdad? Empezar una guerra con ellos nos haría más mal que bien.” “Ya veo. Una pelea inesperada es algo que no queremos tras llegar de tan lejos.” “Luchar es la última opción.” “Sí, entiendo.” Weed y Geomchi5 llegaron hasta los guardias. “¡Alto!” – gruñeron los vampiros mientras revelaban sus colmillos afilados. – “Este olor de sangre me resulta extraño. ¿Sois humanos?” “Sí.” – respondió Weed en tono humilde. “¿Qué hacen unos humanos en nuestras tierras? No podéis pasar por aquí. ¡Regresad por donde habéis venido!” “Marchad ahora y no beberemos vuestra sangre.” Aunque no hacían ningún movimiento agresivo, los guardias eran abiertamente hostiles. Llegado este momento, un grupo de aventureros ‘normal’ se retiraría o atacaría. Pero, obviamente, Weed no era un aventurero ‘normal’. “¡Ah, qué buen tiempo hace! Los murciélagos pueden volar libremente por el cielo y cazar las sabandijas que se arrastran por el suelo.” “¡Sí! Entiendo a lo que te refieres, humano.” “Eso es cierto.” Los guardias mostraban una cierta reacción. “Y haciendo honor a vuestro nombre como la Nobleza de la Noche, las ropas que lleváis son realmente lujosas; todo elegancia y coordinación. Vuestras camisas blancas contrastan maravillosamente con el negro de vuestros pantalones y capas. ¡Ah! ¿Esta es una Capa de Oscuridad? Me siento honrado de haber visto un objeto tan exquisito.” Weed alababa descaradamente sus atuendos. Los vampiros eran una raza que amaba la ropa y que prestaba muchísima atención a su apariencia. “Parece que hace mucho tiempo que no ves a tu amada.” – la voz del guardia de la izquierda se suavizó tras oír los cumplidos. El vampiro de su derecha todavía mantenía una actitud agresiva y parecía que podía atacar en cualquier momento. Weed podía mostrar el mismo interés en él que con el otro guardia, pero sus mentiras podían quedar en evidencia si pasaba de uno a otro. Sabiendo que el nivel de intimidad sólo había aumentado ligeramente, todavía podían volverse hostiles. Weed sacó entonces su cuchillo de tallar. “¿Qué vas a hacer con eso?” ¬– le preguntó el guardia. “Os voy a dar a los dos un regalo.” “¿Un regalo?” “Sí, voy a tallaros algo. Estaría encantado si lo aceptáis.” – dijo Weed mostrando un pedazo de madera. Existen varias formas de aumentar la intimidad con alguien. Tener una buena lengua de plata para hinchar el ego de alguien era la forma más fácil, pero solo funcionaba durante cierto tiempo, y tras ese punto dejaba de ser útil. Para ir más allá, uno tenía que actuar adecuadamente con respecto a la personalidad de la persona con la que se interactuaba. Cumplir misiones o superar ciertas pruebas también aumentaba la confianza y el afecto. Pero había una forma más fácil. ‘¡Darles regalos!’ Weed siguió tallando la madera. ‘Los vampiros prefieren a las chicas bellas.’ Podía esculpir a Seoyoon. Ella rondaba los veinte años, pero su piel tenía la suavidad y la delicadeza de una niña, una belleza que desafiaba la edad. Sin embargo, tallar a Seoyoon era increíblemente complicado; no podía permitirse cometer ni un solo error. Si los cielos pudieran otorgar belleza absoluta, se podía decir, sin duda, que Seoyoon había recibido esa recompensa; copiarla era algo imposible. Lo que era más, entregar voluntariamente una obra así a los vampiros era difícil de aceptar. ‘Aunque… parece ser que los vampiros las prefieren muy jovencitas.’ Weed recordó la ocasión en que había liberado la ciudad de Morata. Durante una década, lo que había calmado la sed de sangre del vampiro Tori, ¡había sido la estatua de una desafortunada muchacha! Una chica joven e inocente que amaba las flores y jugaba revolcándose en la hierba. Habiéndose decidido, Weed empezó a esculpir. Su mano se movía magistralmente con el cuchillo, igual que cuando blandía la espada, y terminó la escultura en un momento. “Aquí está el regalo.” “Un regalo magnífico… nosotros apreciamos el Arte, y esta niña es de nuestro agrado.” Los guardias estaban encantados. ¡Amar a las chicas era una característica básica de los vampiros! “¿Tu clase es la de escultor?” “Sí.” “Nosotros, la Nobleza de la Noche, nunca hemos tenido ocasión de relacionarnos con alguien como tú, así que puedes entrar. A muchos de nosotros nos gustaría tener la oportunidad de admirar tus trabajos.” ¡Ding!

Se te ha concedido acceso Seirun, la aldea de los vampiros.
* * *
Weed regresó y le dijo a sus acompañantes que los halagos y los regalos harían que los guardias les dieran permiso para entrar. “¡Oooh! Eres tan atractivo.” “¡Qué valiente !” “Realmente, sois la Nobleza de la Noche!” Pale, Zephyr y Mapan utilizaron palabras de halago sin reparo alguno. Después, llegaron los regalos. “Esta es la cola que obtuve de un búfalo de agua.” “Este anillo lo conseguí en un tesoro.” “Aquí tienes, una joya. Je, je.” Y así sobornaron y halagaron a los guardias hasta que consiguieron permiso para entrar. “Parecéis buena gente. ¡De acuerdo, entrad! Pero no causéis ningún problema, u os echaremos.” Respecto a Maylon, Romuna, Surka y Yurin, las dejaron entrar sin ningún obstáculo. “Cuantas más chicas guapas, mejor. ¡Pasad!” Su gesto se torció ligeramente al ver a Irene. “Me siento incómodo. ¿Eres creyente de los Dioses? Bueno, no importa. Nosotros no hemos sido maldecidos. Preferimos la serenidad de la noche que nos da la vida antes que el bullicio del día. Pero muchacha, ándate con ojo cuando estés en el pueblo. No uses tu poder sagrado, o no nos hacemos responsable de lo que ocurra contigo y tus amigos.” Aunque le enseñaron los colmillos, la dejaron pasar con una advertencia. “¡Tú no puedes pasar!” Sin embargo, detuvieron a Seechwi. ¡Los orcos son criaturas inferiores! Considerándose a sí mismo nobles, los vampiros nunca permitirían que algo que tan inferior a ellos se paseara por las calles. “¡Chwiik! ¡Chwik! ¡Venga, por favor!” Los ojos de los guardias permanecieron indiferentes ante la súplica de Seechwi. “¡Nuestro pueblo no es un lugar donde los orcos puedan entrar!” Luego llegó el turno de los geomchis. “Bueno, esto es fácil. Sólo tenemos que hacer lo mismo que hemos visto, unos gestos aquí y allá.” “Sí, bueno, pero…” “Esperad aquí y prestad atención. Yo iré primero.” Geomchi5 decidió ser el primero en avanzar hacia los guardias. “Hola, muchachos. ¡No hace falta que estéis aquí plantados!” “Esto, ¿cómo? ¿De qué hablas?” – dijo uno de los guardias frunciendo el ceño. “Con caras como las vuestras, nadie se acercará a un kilómetro.” “¡Este sucio humano nos está insultando!” “¿Qué? ¡Maldito no-muerto!” Geomchi5 estaba a punto de empezar una pelea con los guardias. “¡No lo hagas!” “¡No, por favor!” A Weed y Zephyr les llevó un rato calmar la situación. Entonces llegó el turno de Geomchi3. “Mirad como lo hago.” Weed estaba muy preocupado, pero intentó ser positivo. Ya que el sistema de Geomchi5 había fallado, se imaginó que Geomchi3 podía haber aprendido algo, así que le dejó ir. “Humano, no puedes entrar.” – los guardias le bloqueaban el paso. “¡Ajá! Buen trabajo, chavales.” Geomchi3 le dio unas palmaditas en el hombro e intentó pasar. “Humano. No tienes permiso.” “Sí, sí. Lo que sea.” “Un pobre humano tan idiota como tú no puede entrar. ¡Da la vuelta si no quieres morir!” “¿Qué? Muere…” Los guardias estaban aún más agresivos que antes. Weed y Zephyr, de nuevo, intervinieron para calmarlos. Viendo la situación, Mapan dijo en tono serio: “A este paso, no creo que puedan pasar. ¿Qué podemos hacer?” Que ningún geomchi pudiera entrar era una crisis importante. “¡Hermanos Mayores!¿No es mejor halagarlos un poco para poder entrar en la ciudad?” Las palabras de persuasión de Weed no funcionaron. Hasta el tranquilo Geomchi2 se burlaba de la idea de adular a un puñado de vampiros. “¡Tenemos la dignidad de un hombre! No voy a agachar la cabeza ante unos monstruos como esos.” – declaró Geomchi2 con serenidad. Geomchi3 y Geomchi5 tenían la misma opinión; y todos los aprendices pensaban lo mismo. “Esto es un problema… ¿qué tal si os enseño a tallar?” La habilidad de Weed había alcanzado tal nivel que podía enseñar a otros cómo esculpir. Viendo cómo los vampiros adoraban el arte, si los geomchis les ofrecían algo como regalo, quizás les permitirían entrar en la aldea. “¿Esculpir? ¿En serio tenemos que hacerlo?” – replicó Geomchi2 en tono molesto. “Sí. Y una buena escultura es una forma de conseguir chicas, podéis considerarlo como un entretenimiento.” “¿En serio? ¿Sólo tenemos que aprender un poco para entrar y además podremos atraer a las chicas? Bueno, podemos intentarlo.” Tras convencerlo con esa horrible excusa, Geomchi2 estaba listo para aprender. Weed sacó un cuchillo de tallar y comenzó a tallar la forma de un seto cercano como lección. “Aquí tienes. Tan pronto como termines esta ‘escultura’, podré enseñarte la habilidad.” Geomchi2 y el resto de los instructores, así como todos los aprendices, no solo eran buenos con la espada, sino también con armas más cortas. Usaron cuchillos para terminar la ‘escultura’. ¡Ding!

La [Sabiduría] es demasiado baja, no se ha podido aprender [Escultura].
Weed se quedó en blanco. ¿Cómo podía su [Sabiduría] ser tan baja que no podían aprender la habilidad? “Hermano Mayor, ¿te importa decirme cuánto tienes en [Sabiduría]?” “Veamos… tengo 8.” “…” A Geomchi3 se le iluminó la cara… era incluso peor. “Tengo… ¿6?” Geomchi4 también, algo increíble… “Yo tengo 5.” Algunos de los aprendices eran incluso peores. “Tengo que ser tan impresionante como los instructores. Yo tengo 3.” “¿Cómo que 3?” – Weed no podía creerse la situación. – “¿No teníais 10 al principio del juego?” [Escultura] no necesitaba una [Sabiduría] alta como la necesaria para, por ejemplo, practicar magia, solo se necesitaba el nivel básico para obtenerla; pero los geomchis ni siquiera alcanzaban el requisito mínimo. Geomchi3 abrió la boca como si se hubiera dado cuenta de algo. “Oh, creo que ya sé por qué. Hemos perdido inteligencia.” “…” “No, Weed, no es eso lo que quería decir… Inicialmente, empezamos con 10; y con la clase que teníamos antes de Maestro Marcial, llegamos a alcanzar hasta 60.” Weed asintió con la cabeza. Que los atributos subieran solos al principio era algo habitual. Si habían entrenado y superado el Centro de Entrenamiento Básico, y después elegido una clase avanzada como Maestro Marcial, significaba que tenían el mínimo de [Sabiduría] para cambiar de clase. “¿Y por qué crees que habéis perdido puntos de atributo?” “Creo que es por haber cazado y luchado continuamente usando la misma habilidad; lo hicimos durante días y entonces nuestra [Sabiduría] empezó a bajar. Aunque como la [Sabiduría] no sirve de nada para luchar contra monstruos, no nos preocupó.” “Ya veo.” Repetir sin control una habilidad causaba una disminución de [Sabiduría]. Weed también había hecho algo parecido, pero él tenía muchas habilidades entre las que rotar. Partiendo de [Escultura], tenía [Pesca], [Cocina], [Reparar], [Herrería], [Sastrería], y [Herboristería]. Los geomchis, por su parte, se limitaban a habilidades que pudieran usar en batalla; habían combatido sin descanso y pulido sus habilidades, ignorando totalmente las reducciones en [Sabiduría] en el camino. ¡Simple ignorancia! Esta situación no solo revelaba las características de sus personajes, sino también las suyas propias. Weed les aconsejó cuidadosamente: “Si vuestra [Sabiduría] es demasiado baja, no seréis capaces de aprender nuevas habilidades cuando llegue el momento. Así que es mejor si la subís antes de volver a la ciudad.” “Vaya, pues será mejor que hagamos eso.” De cualquier forma, ya que no podían aprender a esculpir, sus posibilidades de entrar en la ciudad eran casi nulas. “Podéis cazar en los alrededores hasta que subáis de nivel, y entonces gastar los puntos que consigáis en [Sabiduría] para poder aprender la habilidad.” Weed no tenía muchas esperanzas puestas en este plan a pesar de que él mismo lo había sugerido. Los geomchis eran muy orgullosos y arrogantes… nunca se humillarían voluntariamente. La puerta del poblado estaba abierta, y a través de ella se podía ver cómo las luces se encendían en las calles. Según caía la noche y la oscuridad se volvía más profunda, las antes vacías calles se iban llenando de vampiros que emergían de sus casas. Era de esperar que los vampiros se volvieran activos durante la noche. Voces femeninas se escuchaban desde la plaza del mercado. “¡Compren una manzana!” “¡Tengo fruta tan dulce como la miel!” Unas vampiresas vendían manzanas en la plaza. De piel blanca e inmaculada, sus figuras eran esbeltas. ¡Con cintura de avispa y sensuales curvas, estas vampiresas no tenían nada que ver con niñas puras e inocentes! “¡Cof, cof!” “E… esto es el paraíso…” Geomchi3 y Geomchi4 sofocaron un estremecimiento. Desde Geomchi5 hasta Geomchi505, todos corrieron hacia la puerta, con Geomchi a la cabeza. “¡Hermanos guardias!” “…” “Estamos dispuestos a serviros, ¿qué os gustaría? ¿Quizás un masaje de espalda?” “Hasta podemos daros todo nuestro pan…”