Capítulo 33
Las Tumbas de la Desesperación III
Traducido por Thornapple
Corregido por DaniR
Editado por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars
“¿Kyuu?”
Someterme al Despertar de Dragón pareció asustar a Sylvie, que ahora me preguntaba frenéticamente qué estaba pasando y por qué estaba activando mi segunda fase.
‘Está bien Sylv. Quiero que te mantengas alejada por ahora, y si algo sucede regresa a la casa de los Helstea por mí.’
‘¡No! Voy a ir hacia ti ahora, Papá. ¡Aguanta!’ – pude sentir que Sylvie se acercaba, pero aún estaba a unas docenas de kilómetros de distancia.
‘¡Aléjate, Sylv! ¡Por favor! Necesito que alguien le diga a mi familia lo que ha pasado, por si acaso.’ – pensé desesperadamente.
No sabía si saldría vivo de esta situación, y no quería que mi familia se preguntase qué había pasado y por qué se había activado el anillo.
‘Ten cuidado…’
‘Gracias, Sylv.’
La primera de las habilidades de la fase de Absorción me permitía separarme temporalmente del espacio y del tiempo que me rodeaba, lo que parecía ser una de las habilidades innatas de Sylvia. Esa fase me estaba limitada de muchas maneras, ya que yo no soy un dragón. La cantidad limitada de maná que puedo usar me restringe lo que puedo hacer cuando activo esta fase de Absorber.
La forma más eficiente, que descubrí cuando estaba entrenando con el Abuelo Virion, era usar la primera fase con el Impulso de Palma de Trueno. Activaba mi primera fase en ráfagas de milisegundos mientras que el tiempo de reacción de mi cuerpo aumentaba drásticamente a partir de mi habilidad con los rayos; esto me permitía reaccionar y contrarrestar casi cualquier cosa. Esa era la mejor forma que se me ocurrió para utilizar mi primera fase, ya que no puedo afectar nada que esté ‘congelado’ mientras la tengo activada. A pesar de que no puedo mantenerla por mucho tiempo, esta es mi mayor carta de triunfo; el hecho de que la primera fase de mi voluntad de bestia no sea notoria para los que me rodean la hace aún más útil.
Recuerdo que la primera vez que utilicé esta fase de Absorber en otra persona que no fuera yo; ocurrió en la casa de subastas. Sebastian no podía comunicarse con nadie más que conmigo, ya que nos separé del tiempo y del espacio de los que nos rodeaba. Solo pude hacerlo durar unos segundos antes de quedar lisiado en la cama hasta el día siguiente.
Ahora mismo, sin embargo, este es uno de los momentos en los que mi primera fase no es tan útil. No importa cuánto pueda reaccionar a este tsunami de vides, no seré capaz de esquivarlas todas y escapar de esta bestia en una sola pieza.
No tenía elección.
*FWOOOOM*
Sentí que cada poro de mi cuerpo se abría y cómo una oleada de maná fluía dentro y fuera de mí. El aire a mi alrededor se distorsionó y la tierra bajo mis pies comenzó a agrietarse por el maná que rodeaba mi cuerpo. Mi visión cambio a blanco y negro. Los únicos colores que veía eran los de las numerosas partículas de maná en la atmósfera que me rodeaba, todas brillando en los elementos correspondientes que formaban.
De repente, la oleada de maná que estaba arrastrando a mi alrededor se comprimió en mi cuerpo y la sensación de tener un poder insuperable me abrumó. El sentido de superioridad sobre todas las cosas, vivas o no, de este universo casi me volvió loco. Suprimí el impulso de destruir todo y a todos los que me rodeaban solo por lo insignificante que parecían ser comparados a mí mismo ahora.
“¡Kuh!”
El maná de la atmósfera parecía doblegarse a mi voluntad, como si la propia Naturaleza estuviera bajo mi mando.
“Fase Dos. El Despertar del Dragón… Integrar.”
Las mismas marcas que tenía Sylvia, las runas de un color amarillo dorado, corrían por mis brazos y espalda. Vi que mi cabello se alargaba hasta los hombros y que mi color castaño natural se volvía de un blanco brillante y luminiscente, que se balanceaba por el remolino de energía que me rodeaba constantemente. Al parecer, la fase de Integración hacía que me pareciese más a Sylvia.
Calmando mi voz interior, que gritaba alborotada, miré a mi alrededor. Jasmine y Elijah eran los únicos que quedaban. Ahora Elijah estaba al lado de Jasmine, sosteniéndola por los hombros mientras todavía estaba sin aliento y sudando de dolor por el impacto a quemarropa del hechizo de Lucas. Me miraba con expresión aturdida; su cara, que solía ser seria, ahora era casi cómica, por sus gafas torcidas y su mandíbula floja.
“¡GRRRAAAAAAAAAAAAWRR!”
El tsunami de vides que formaba el Guardián de Elderwood se expandió a medida que se formaba un rostro dentro de la oleada. La cara me miraba a mí; la cara que una vez nos había mirado como si fuéramos insectos ahora tenía un rastro de miedo.
“Juguemos.” – sonreí.
El mundo se movía a mi alrededor en cámara lenta a medida que saltaba, usando el viento en mis pies. Inmediatamente acorté la distancia entre el Guardián de Elderwood y yo en una fracción de segundo, y el vendaval de tormenta con el que me propulsé creó un cráter más grande que el hechizo que había usado Elijah.
“Impulso de Palma de Trueno.”
Una oleada de rayos se formó alrededor de mi cuerpo mientras esquivaba sin esfuerzo los miles de vides que disparaban hacia mí. Cuando una vid tocaba los zarcillos de los rayos negros que me rodeaban, se desintegraba y marchitaba instantáneamente, pero por cada vid muerta, diez más la reemplazaban. Usando las vides que se disparaban como punto de apoyo, pasé sin dificultades la embestida de enredaderas del tamaño de mi cuerpo, cubiertas de espinas, a medida que me acercaba al núcleo del Guardián de Elderwood.
Ya empezaba a sentir el culatazo de usar la segunda fase, mi cuerpo estaba temblando y tuve que aguantarme las ganas de vomitar sangre. Era hora de acabar con esto.
“Fuego Blanco…”
Mis manos se encendieron, envueltas en una llama blanca que casi congelaba el aire de su alrededor. Esta era la habilidad ofensiva más poderosa que tenía en mi arsenal, pero también la más difícil de controlar. Mientras que mis habilidades de atributo Trueno están enfocadas hacia situaciones de uno contra uno, había dirigido mis técnicas de atributo Hielo para crear el mayor caos posible, por si acaso tuviera la necesidad de ello.
El fuego blanco que ardía en mis manos se hacía más grande a medida que absorbía las partículas de agua en mi cuerpo. Usando lo último de mis fuerzas, lancé mi habilidad final.
“Cero Absoluto…”
El Guardián de Elderwood, que tenía la forma de una oleada gigante de vides enredadas, rápidamente se convirtió en hielo cuando los mismos átomos que formaban la bestia de maná se congelaron en el lugar donde se propagaba el Fuego Blanco. Los relámpagos negros atravesaron el congelado tsunami de vides e instantáneamente lo hicieron pedazos, dejando solo el núcleo de maná de la bestia.
*Cof*
La segunda fase desapareció al toser sangre, mi cuerpo caía desmadejado junto con los brillantes fragmentos de hielo que una vez formaron a la bestia de maná legendaria de clase S. Lo último que oí fue el eco lejano de la voz de Sylv en mi cabeza.
* * *
“¡GAHHHHH!”
El intenso dolor me conmocionó al despertar, dejando un torrente de lágrimas caer por mis mejillas. Solté sangre y los restos de la poca comida que había ingerido desde mi llegada a la mazmorra. Cada músculo, poro, y fibra de mi cuerpo se sentían como si estuvieran siendo aserradas lentamente por una hoja dentada.
Mierda.
“¡Estás despierto!”
Mi cuerpo no dejaba de temblar por el dolor e ignoré la voz preocupada.
“G... guante. Mi guante.” – me las arreglé para toser entre gritos de dolor y sangre que se escapaba por mi boca.
“¿Qué pasa con tu guante?” – ahora veía la cara de Elijah sobre la mía mientras me quitaba el guante que mis padres me habían dado de mi mano.
“R... rompe uno de los cri... cristales del guante y dame... lo.”
Casi me desmayo de nuevo por el dolor, pero antes de hacerlo, Elijah se las arregló para entender mis instrucciones entre tartamudeos. Una oleada de agradable y relajante luz envolvió mi cuerpo, y el dolor, una vez insoportable, se alivió lo suficiente como para que pudiera calmarme un poco. Traté de levantarme, pero mi cuerpo se negaba a escucharme. Acostado de espaldas, finalmente empecé a evaluar la situación, ya que mis habilidades cognitivas ya no estaban completamente enfocadas en soportar el dolor. Alrededor nuestro estaba oscuro y tenebroso, con la única fuente de luz proveniente de un pequeño fuego en el medio.
“¿Dónde está Jasmine?”
A lo sumo podía mover el cuello, y me acordé de una situación muy parecida a cuando me caí por primera vez del acantilado cuando tenía cuatro años. ¡Oh, hombre…! ¡Qué buenos tiempos!
“Está allí.”
Apenas levanté la cabeza lo suficiente como para ver a Jasmine recostada contra el otro extremo del oscuro y estrecho lugar en el que estábamos. Era evidente que no estaba muy bien por sus gemidos y las gotas de sudor que corrían por su pequeña cara.
“Fue golpeada muy fuerte por el hechizo de Lucas y su cuerpo no estaba imbuido en maná como el tuyo. Tenía algo de equipo médico, así que traté la quemadura externa de su vientre, pero sospecho que el hechizo ha causado algún daño interno.” – Elijah negaba con la cabeza mientras enderezaba sus anteojos.
Podía ver que él tampoco estaba en buena forma. Su ordenado cabello negro estaba por todas partes, como si estuviera recién despertado y tenía múltiples moretones y cortes en la cara. Sentí que mi cara ardía cuando pensaba en el imbécil traidor de Lucas.
“Usa mi guante en Jasmine. Rompe otra de las gemas y apriétala contra sus heridas.” – murmuré mientras la fuerza de mi cuello se desvanecía y me quedaba atascado mirando el techo oscuro de donde quiera que estuviéramos.
“Entendido.” – Elijah se arrastró hacia donde estaba Jasmine y oí un leve zumbido desde la luz que rodeaba a Jasmine.
Ahora su respiración irregular era notablemente más estable y, usando mi fuerza limitada para mirarla de nuevo, vi que su cara cansada ahora estaba calmada.
“Creo que estará bien con un par de horas de descanso.” – una rara sonrisa se le escapó a la cara severa de Elijah.
‘¡Papá! ¡Ya estás despierto! ¿Te encuentras bien? ¡Ya casi llego!’ – la voz de Sylvie chirriaba en mi cabeza.
‘Estoy bien, por ahora. Pensaba que habías dicho que tenías que terminar algo… ¿Ya lo has hecho?’ – le pregunté a mi pequeña dragona.
‘No… ¡Ya casi termino! ¡Te encontraré cuando termine! Te extraño, Papá…’ – la voz desilusionada de Sylvie casi me tentaba a decirle que viniera aquí, pero me aguanté. De algún modo, podía sentir los cambios en el cuerpo de Sylvie, y sabía que estaba pasando por algo importante.
“No pensaba que el legendario espadachín enmascarado, alias Note, sería alguien de mi edad.” – la voz de mi acompañante de anteojos agitó mi hilo de ideas.
“¡Mi máscara!” – mi voz se volvió un poco frenética al notar por primera vez que no llevaba puesta la máscara que Vincent me había regalado.
“L… Lo siento. Salió volando mientras caías. No pude evitar mirar mientras os ponía a salvo.” – le vi rascarse la mejilla, avergonzado.
“¿Qué hay de mi espada? ¿Has visto por alguna parte el palo negro que llevaba?” – mi mirada se movía a través de la tenue luz.
Mis ojos captaron el contorno de mi espada mientras Elijah señalaba un poco a la derecha de la dormida Jasmine.
“Sí, está al lado de Jasmine. No sabía si era valioso o no, pero lo guardé por si acaso.”
“Uff... Gracias… Por todo. Por salvarnos a Jasmine y a mí y por recuperar mi espada cuando podías haber escapado por ti mismo. Gracias.” – dejé escapar una profunda respiración, como si me hubieran levantado un peso de encima.
“Ja, ja… Tienes razón.” – también dejó escapar una risa dolorida.
Vi a Elijah acercarse un poco más, sentándose a mi lado.
“¿Por qué te quedaste, de todos modos? Vi a Jasmine tirando de ti para escapar. Siento que vosotros dos podríais haber escapado en ese momento.”
No pude evitar detenerme en su pregunta.
“¡Un Rey nunca traiciona a la gente que confía en él!” – sonreí, lo que hizo que él se burlara. – “Le prometí a alguien muy importante que me convertiría en una mejor persona y que apreciaría a la gente que me rodeaba.”
“Pfft. Suenas como un viejo. Somos muy jóvenes… Me pregunto qué clase de vida tenías hasta ahora para que alguien te hiciera prometer eso.”
El gesto serio de Elijah era mucho más natural ahora, su cara de piedra estaba llena de vida.
“A veces me pregunto lo mismo, ja, ja. De todos modos, ¿cuánto tiempo he estado inconsciente?” – cambié de tema.
“Es difícil decirlo, pero definitivamente más de un día. Jasmine se despertó un par de veces durante ese tiempo, pero apenas para poder alimentarla.” – respondió, apoyándose en la pared.
Me moví lenta y dolorosamente para sentarme también contra la pared, con Elijah ayudándome, cuando me di cuenta que la pared estaba hecha de metal.
“Esto no parece estar hecho naturalmente. ¿Dónde estamos?” – sentí la fría superficie de la pared, trazándola hasta el suelo.
“Lo he conjurado. Creo que el cuerpo del Guardián de Elderwood sostenía todo el nivel de la cueva en la que estábamos. Después de que lo derrotaras, el suelo se derrumbó y una vez que aterrizaste en el suelo, construí un pequeño refugio para evitar que las rocas nos enterraran vivos.” – dejó escapar un suspiro. Hasta ahora, no había mostrado ningún rastro de que fuera un anormal.
Sin embargo, en lugar de sorprenderme, mi mente se sintió de alguna manera a gusto, como si las dudas que tenía de él me hubieran sido reveladas de alguna manera.
“Pensaba que solo los enanos eran capaces de manipular el metal… Incluso entonces, me enseñaron que los enanos solo pueden manipular el existente, no crearlo y conjurarlo.”
“Demasiados secretos para guardarlos, ¿eh?” – Elijah sonreía, hundiéndose más abajo, con una mirada cansada en su rostro.
“Ja, ja, dímelo a mí.” – también me reí, aguantando el dolor mientras mi cuerpo protestaba hasta por los más pequeños movimientos.
“De acuerdo… Pero tú también tienes que decirme qué diablos hiciste allí. ¡Tu pelo se volvió blanco! Y... Y tus ojos... Brillaban con un tono morado. ¡Había unas runas brillantes que también aparecieron en tu cuerpo!” – se estremecía ante la escena que se desarrollaba ante él.
Solo asentí con la cabeza y dejé que continuara.
“Soy del Reino Darv, pero no estoy seguro de dónde vengo. El anciano que me cuidó desde pequeño siempre evitaba el tema de mis padres, así que nunca recibí una respuesta clara. Hace aproximadamente un año, cuando desperté, creé una implosión tan grande que toda mi habitación desapareció. Después de entrenarme un poco, descubrí que era anormalmente mejor en hechizos de atributo tierra… Hasta el punto de que no era capaz de lanzar nada más que los hechizos más elementales de agua, fuego, o viento... Incluso ahora.” – Elijah estaba mirando fijamente la palma de sus manos.
“Desde que desperté, mi nucleó de maná se ha condensado por sí solo a un ritmo rápido. Por alguna razón, ni siquiera necesito meditar. El anciano que me cuidó me envió al Reino Sapin como representante y me dijo que me hiciera un buen nombre y me llevara bien con los humanos, pero honestamente, no sé por qué estoy haciendo esto. Después de entrar en la etapa de color naranja oscuro, tuve una extraña sensación en mi cuerpo y antes de que me diera cuenta, un campo de puntas de metal se conjuró a mi alrededor. Gracias a que estaba solo cuando ocurrió, así que afortunadamente no maté a nadie… Pero desde entonces… He estado asustado. Tengo miedo de lo que soy y de lo que puedo hacer. Al principio estaba emocionado por lo fuerte que podría llegar a ser, pero ahora mismo, apenas puedo controlar mis poderes. Sabes… En cierto momento pensé que tal vez era medio enano, pero y... ya no sé lo que soy.”
Miré a Elijah, notando que sus manos temblaban mientras apretaba rápidamente los puños para controlarse.
“…”
Me recosté, en silencio. No iba a fingir que lo entendía y cualquier cosa que le dijera ahora serían solo palabras vacías de consuelo.
“A veces, tengo esta sensación… Como que lo que puedo hacer ahora mismo ni siquiera es mi límite. Sé que puede sonar raro, pero tengo la persistente sensación de que hay algo más para mí, y una vez que pueda controlar ese poder, sabré lo que realmente soy… Lo siento, ja, ja… Esto ha terminado siendo una sesión de terapia para mí, ¿no?” – el chico de anteojos que tanto se esforzaba en mantener una fachada severa y fría, resultaba ser frágil por dentro.
Apreté los dientes mientras aguantaba mi dolorido cuerpo para sentarme erguido y enfrentarme a Elijah. Mirándole a los ojos, vi un rastro de desesperación, pero también de dulzura y un firme orgullo de sí mismo, que tranquilizaba mi decisión. Años de ser Rey, representar a mi país, conocer todo tipo de gente, me habían acostumbrado a ver el tipo persona que era alguien, y mi impresión de Elijah era que podía ser un amigo muy leal.
“Soy un Potenciador cuadra elemental con dos anormalidades: Hielo y Trueno.” – declaré simplemente, sin ocultar nada.
Antes de que tuviera la oportunidad de reaccionar a la mina terrestre que había detonado, continué.
“También soy Domador de Bestias. Lo que viste antes fue cuando activé la voluntad de mi bestia.”
La mano que sostenía a Elijah mientras se recostaba contra la pared de metal que había conjurado se resbaló y se golpeó la cabeza contra el duro y frío acero.
“Santo…”
*THUMP*
“¡Auch!” – se levantó y se frotó la cabeza.
“Pensaba que era un monstruo, pero supongo que tú ganas. Espera… ¿Cuántos años tienes?” – preguntó.
“Cumplí once hace un par de meses.”
“¡No puede ser! ¡Cumpliré doce en un par de meses! No sé mi fecha exacta de nacimiento, pero el Anciano convirtió la fecha en la que me encontró en el día de mi cumpleaños, el 10 de enero. Sabes que mi nombre es Elijah, pero no sé el tuyo. ¿Cómo te llamas?” – extendió la mano en señal de amistad.
Tomando su mano con la temblorosa mía, respondí con una sonrisa.
“Arthur. Arthur Leywin, pero llámame Art.”
Durante las siguientes horas, intercambiamos historias. La infancia de Elijah no había sido tan azarosa antes de su despertar. Se quedó con el anciano, ya que a los niños enanos no les gustaba mezclarse con los humanos. Debido a eso, Elijah pasó la mayor parte de su tiempo leyendo varios libros. Escuchándolo hablar sobre su vida, pude entender por qué era mucho más maduro para alguien de su edad. Solo hablaba con adultos, sobre todo con el anciano que lo cuidaba, y el hecho de vivir en una sociedad en la que casi todo el mundo prefería no tener nada que ver con él, le había hecho crecer mucho más rápido de lo que debería.
Rompí la última gema del guante para aliviar el dolor cuando Jasmine se despertó. Tan pronto como abrió los ojos y vio que estaba despierto, se levantó y me dio un largo abrazo. Podía sentir sus lágrimas mientras caían sobre mí.
“Siento no haber podido protegerte…” – era todo lo que ella decía mientras contenía sus sollozos.
“Está bien, Jasmine. Yo fui el testarudo. Siento haberte metido en este lío conmigo.” – le di una palmadita en la espalda. ¿Siempre había sido así de pequeña?
Este cuerpo ya había pasado los once años, pero yo era considerado alto para mi edad. Tengo más o menos la misma altura que la pequeña Jasmine, de lo que no me había dado cuenta hasta ahora. Crecer con ella me había hecho pensar que siempre sería más alta que yo.
“Vamos a casa, chicos.” – anuncié mientras Jasmine y Elijah me apoyaban desde ambos lados.