miércoles, 12 de junio de 2019

Retro Capitulo 46

Volumen 2 Capítulo 46
Dos problemas V
Traducido por Tars
Corregido por Zura
Editado por Tars

La nieve creó una cortina plateada densa y brillante. Garra Sangrienta saltó hacia atrás y colocó una flecha en su arco, tratando de anticipar desde dónde podría aparecer Ajest.
“[Grasa]”
Ajest atravesó el humo a una velocidad increíble. Aunque la primera flecha salió disparada de forma desesperada, no acertó su objetivo y fue incapaz de disparar una segunda. La espada de Ajest congeló el aire mientras cerraba la distancia que los separaba. Un sonido fuerte resonó por la noche. Mientras Ajest aterrizaba, sintió que algo estaba mal. Las flechas de su oponente definitivamente estaban hechas de madera, pero su espada había hecho contacto con algo de metal, resultando en un sonido familiar. Justo cuando la espada de Ajest se había acercado hasta él, el bárbaro desenfundó su arma más rápido de lo que ella podía ver e interceptó su ataque de forma salvaje. Ahora, Garra Sangrienta se encontraba a su espalda, sosteniendo su espada sin apretar con soltura. El jefe bárbaro, apuntó su arma hacia Ajest. Era una hoja hecha a mano, con la forma del colmillo de un lobo y estaba repleta de un aura carmesí. Era un aura de espada. Ajest ajustó su agarre con calma. Los músculos de sus piernas se tensaron y contuvo la respiración por un instante, antes de lanzarse hacia su oponente con todas sus fuerzas. Estaba lanzando un poderoso golpe dirigido directamente hacia Garra Sangrienta, pero él lo apartó sin dificultades. A continuación, desvió sus golpes fácilmente, moviéndose más rápido de que lo ella era capaz de ver y, con cada choque, Ajest sufría daños. El poderoso impacto creado por el Aura de espada causaba que cada músculo de su cuerpo gritara de dolor cada vez que las cuchillas se encontraban, haciendo que el daño se fuera acumulando gradualmente. Los choques de metal continuaron sonando cuando intercambiaban esporádicamente sus poderosos golpes. Cuando el cuerpo de Ajest comenzó a flaquear debido al daño acumulado, Garra Sangrienta comenzó a moverse de manera impredecible. En un instante realizaba un fuerte golpe en un costado, para a continuación presionar hacia adelante, antes de que pudiera recuperar su postura. En el momento en que sus espadas se encontraron, dio un giro e infligió una patada en su abdomen, haciendo que su cintura se doblase de una manera brutal. Al ver que había tenido éxito, Garra Sangrienta continuó su movimiento lanzando su codo contra su columna vertebral. La armadura se rompió por completo. Ajest apenas fue capaz de mantenerse en pie, mientras intentaba responder lanzado un barrido contra las piernas del bárbaro, pero él fue capaz de evadirlo con facilidad y de contraatacar lanzándole su aura de espada hacia la cabeza. Un extraño sonido llenó el aire cuando Ajest invocó el hechizo defensivo más que conocía poderoso del tercer circulo, el [Anhelo de Kizard]. En un instante, se formó un escudo a su alrededor y bloqueó la espada de Garra Sangrienta. Además, el hechizo también redujo la velocidad de su espada por un breve momento, pero apenas fue suficiente para permitir que Ajest se retirara con éxito. Simultáneamente, varias lanzas de hielo salieron disparadas desde el suelo que se encontraba alrededor de Garra Sangrienta, impidiendo que continuara con la persecución. Fue creado por el hechizo del segundo círculo: [Prisión de lanzas]. “¡Graaaaaaaaaa!” – gritó Garra Sangrienta mientras giraba el aura de su espada para romper todos los carámbanos de hielo. Si bien el ataque no logró atravesar el bárbaro, tuvo éxito en su objetivo secundario.: Crear la suficiente distancia entre los dos. De pie, a más de diez metros, Ajest escupió la sangre que se había acumulado en su boca. Su armadura estaba destrozada y apenas se mantenía unida a su cuerpo por una correa de cuero que rodeaba su pecho. En estos momentos, no dejaba de sonar un aviso de advertencia.

Advertencia: El maná ha descendido a menos del 20%.
Las capacidades defensivas han sido comprometidas.
“Maldita puta.” – dijo Garra Sangrienta mirando a Ajest con disgusto. Mientras luchaban, los espeluznantes gritos del resto de bárbaros resonaban una y otra vez por el palacio de hielo. Seguía manteniendo el palacio mientras luchaba contra él. Estaba vertiendo su maná de forma constante en el círculo mágico que se extendía por todo el cielo para mantener a los barbaros dentro de su trampa de hielo. Ella sola estaba conteniendo toda la invasión bárbara y ya había derribado a 20 hombres. “Sin embargo, incluso tú debes haber alcanzado tus límites.” La suposición de Garra Sangrienta era correcta. Ajest no se encontraba en su mejor momento, dado que había vertido una increíble cantidad de maná para mantener activo el palacio de hielo y confinar a su interior a los 90 bárbaros. Además, su oponente estaba al mismo nivel que un caballero de clase Torre. Ya era complicado pelear contra este tipo de oponente, pero hacerlo al mismo tiempo que mantienes una formación mágica de alto nivel la había empujado más allá de sus límites. Intentar algo más sería suicida. En realidad, Ajest no necesitaba hacer nada más. No habría importado si hubiera huido, dado que su objetivo no era eliminar a todos los bárbaros, sino únicamente interferir con el saqueo de provisiones. En ese sentido, no sería incorrecto afirmar que ya había completado su misión. Sin embargo, un único pensamiento evitaba que se fuera de aquí. ‘Si pierdo, no podré alcanzarlo.’ Desir Arman. Ajest estaba concentrando todos sus pensamientos en él. ‘Se pasó toda nuestra batalla con una sonrisa en su rostro.’ – pensó mientras recordaba ese amargo momento durante el examen de promoción. – ‘Yo… ¡Superaré a Desir Arman!’ Ajest apretó el agarre en su espada y lanzó otro conjuro sobre su superficie. Una vez más, una enorme cantidad de maná comenzó a acumularse, haciendo que un extraño sonido emanase de la espada. Era una característica especial que indicaba que se estaba activado una espada mágica. Sin embargo, el sonido de su espada fue pronto superado. Una parte de su palacio de hielo comenzó a desmoronarse y la araña cayó del techo, mientras que, al mismo tiempo, las columnas comenzaban a derretirse. Pero con una terquedad que bordeaba la obsesión y con una voluntad que merecía respeto, Ajest superó sus límites para mantener el palacio congelado mientras activaba un hechizo adicional.
“[Espada mágica: Onda de hielo]”
Era el último movimiento de Ajest. El aire alrededor de su espada comenzó a enfriarse y congelarse, dejando una racha de aire helado con cada golpe de espada. Su apariencia era la de una princesa de hielo, juzgando a la gente mientras empuñaba su espada dentro del palacio. “¡Haaaaaaah!” El aura de la espada chocó contra la espada mágica. Otra parte del palacio de hielo se derrumbó con un sonido atronador. Garra Sangrienta sintió que algo era extraño. Cuando las dos espadas se encontraron, su arma comenzó a congelarse. Incluso el mango y sus manos se estaban enfriando. La hoja se estremeció y el acero comenzó a chillar. Era un ruido agudo que se clavaba en sus tímpanos, como si su arma fuera un ser vivo que estaba chillando antes de morir. Al final, Garra Sangrienta se quedó mirando a su propia espada mientras se rompía de forma inexplicable en fragmentos afiliados que volaron hacia él, rasgando su piel, sus músculos y la totalidad de su cuerpo. “¡Aaaaaaaaaaah!” – gritó Garra Sangrienta cuando su musculado cuerpo y su rostro robusto, se rompieron en pedazos. Fue incapaz de soportar ese dolor repentino y soltó un grito mientras gotas de sangre fresca caían al suelo. Incapaz de aguantar por más tiempo, el jefe bárbaro cayó hacia atrás y miró a Ajest con el único ojo bueno que le quedaba. “Increíble…” – murmuró Garra Sangrienta. Pero sus siguientes palabras fueron arrastradas por los fragmentos de espada que tenía incrustados en su boca. ‘¿Perdí?’ No podía creerlo. Pensaba que estaba destinado a ser un gran héroe. Era un guerrero tan poderoso que nadie dentro de su tribu podría enfrentarlo. Además, era el más sabio de todos los líderes y había visto el gran camino de gloria que estaba tendido ante él. Iba a convertirse en el mayor líder de la historia y haría que su tribu se volviera más poderosa que nunca. Había un camino para los héroes que fue inculcado en su corazón a través de su herencia. ‘Y… perdí… ¡contra una chica más joven que yo…!’ Sus ojos se cerraron lentamente. ‘Traicionado… Por el destino…’ Se podría argumentar que esto no era técnicamente correcto. Él no fue traicionado por su propio destino, sino que fue tragado por un destino más grande. Es decir, el destino de Ajest Kingscrown… no, Ajest Roguepalace. El destino de alguien que poseía la sangre real del Imperio y que, en el futuro, guiará al equipo de expedición junto a los más grandes de la humanidad hacia el Laberinto de las Sombras. El destino de Garra Sangrienta fue pisoteado cruelmente por Ajest, la heroína que sacudiría la historia de la humanidad.
*.*.*
La noticia del asalto liderado por el jefe de la tribu bárbara del Halcón, Garra Sangrienta, al almacén de alimentos, se extendió por toda la región de Evernatten. Los habitantes de la región susurraron historias sobre la incompetencia de los soldados y de los caballeros que habían permitido el asalto, pero poco después la conversación cambio hacia las historias de unos pocos soldados. Contaban los eventos de unas almas valientes que se enfrentaron contra Garra Sangrienta y de cómo tocaron la campana de advertencia, haciendo que fueran populares entre la gente. El heroísmo demostrado por estos soldados, que habían descubierto el asalto y habían sido capaces de resolverlo por sí mismo, contrastaron con la absoluta incompetencia mostrada por el resto de soldados. “No sé quiénes eran esos soldados, pero merecen ser elogiados.” “Escuché que fueron una doncella caballero y el sirviente personal del señor los que tocaron la campana de alarma.” “¿Pero hay una doncella caballero en nuestra región?” “¿Eso significa que lo hizo un asistente? Que rumor tan tonto.” Al mismo tiempo, las historias sobre un capitán caballero que se enfrentó solo contra los bárbaros comenzó a extenderse entre la población. “No solo eso, ¡También escuché que el capitán caballero que se enfrentó solo contra todo el ejército bárbaro es de nuestra tierra!” “Que chorrada. Este chico… ¿Dónde escuchaste tal historia? Ya es bastante difícil que un soldado veterano se enfrente a un solo guerrero bárbaro.” “Eso tampoco tiene sentido.” “Debe ser alguien de alguna orden de caballeros.” Aunque la mayoría de la gente creía que la historia era una exageración, todavía alababan a los tres protagonistas de la historia. A medida que el rumor agitaba a la nación, el Señor de Evernatten, Wilhelm Evernatten, estaba leyendo un informe dentro de su propiedad. Era un resumen de los eventos de la noche anterior y requería su atención para tratar con los cabos sueltos. “Señor, estamos aquí.” “¿Vino el capitán caballero?” “Ella dijo que se iba a retrasar debido a sus lesiones, ¿debo decirles a los demás que esperen?” “No, tráelos.” La puerta de la oficina se abrió y, Desir y Pram entraron y se arrodillaron ante Wilhelm. “Levantad la cabeza.” Al escuchar sus palabras, hicieron lo que se les había ordenado. “¿Son ustedes los que hicieron sonar la campana para alertar a todos de la invasión bárbara?” – dijo Wilhelm con voz solemne mientras los miraba. “Sí, lo somos.” “Has realizado una gran hazaña. El coraje de defender su posición cuando llegaron los bárbaros y el ingenio para tocar la campana y dar la alarma. Esos son hechos que merecen ser apreciados.” “Nos sentimos humildes ante su alabanza.” Respondieron con calma, pero cuando se miraron se dieron cuenta que ambos estaban sonriendo. Definitivamente el señor los estaba mirando de forma favorable y, en vista de lo que se estaba hablando en la sala, calificaba sus acciones con una buena puntuación. Wilhelm escuchó que no solo se habían interceptado con éxito la incursión, sino que Garra Sangrienta, una espina que había estado clavada en su costado, había sido capturado vivo. Esto solo era posible porque estos dos habían dado la alerta sobre la invasión. ‘Esto termina la misión de Pram para realizar una acción meritoria y debería elevar bastante el afecto del señor.’ – pensó Desir. Pram le había confirmado el fin de su misión durante la batalla contra los bárbaros. Todo lo que le quedaba era elevar la confianza y el afecto del señor hacia él. Este había sido uno de los requisitos para avanzar en el escenario principal. Desir estaba esperando sus palabras con anticipación. “Si estuviera en mi mano, anunciaríamos todas sus hazañas a la población…” – dijo el Señor de Evernatten abriendo la boca otra vez. ‘¿Si estuviera en su mano…?’ La expresión de Desir cambió a medida que la atmósfera de la habitación se ponía tensa.