Volumen 3 Capítulo 83
Su decisión V
Traducido por Tars
Corregido por Zura
Editado por Tars
Corregido por Zura
Editado por Tars
Un mago de la Academia Hebrion levanta su espada contra el enemigo.
|
5 de agosto a las 14:00, Capital Deltaheim del Reino de Prilecha.
La época en que la Competencia del Océano Dorado estaba en su máximo esplendor.
|
5 de agosto, los forasteros llevan a cabo un ataque terrorista en Deltaheim, la capital del Reino de Prilecha, durante la Competencia del Océano Dorado y en plena conferencia de la Alianza de los Reinos Occidentales.
A juzgar por la coordinación de sus movimientos, se especula que los ataques fueron premeditados y planificados durante un largo período de tiempo.
El daño fue severo, pero la Guardia de la Ciudad logró imponerse con la llegada del ejército de Avalon. Esto fue suficiente para poner fin al ataque terrorista.
Sin embargo, los Forasteros no se rindieron y terminaron por convocar a un demonio de la antigüedad a través de un artefacto que se cree que fue una recompensa de un mundo de las sombras de tercer nivel que atacaron en secreto.
Este demonio trató de exterminar toda la vida humana en y cerca de Deltaheim.
El Señor Jane Austen, un conocido historiador, testificó que era una criatura mítica conocida como Desastre. Hay registros históricos que indican que apareció en la oscuridad.
La situación era tan desesperada que todos los habitantes de Deltaheim no dudaron de su muerte, pero no todos estaban preocupados por eso.
Porque un niño detuvo al demonio.
Ese niño, Desir Arman, es un solo un estudiante de primer año que asiste a la Academia Hebrion…
|
Después de leer el artículo, Romántica dobló el periódico y lo dejó a un lado, sobre otro montón de periódicos. El contenido de sus portadas era esencialmente el mismo.
El grupo dirigido por Desir Arman ayuda a los refugiados.
|
¿Quién es Desir Arman?
|
¿Otro mago del séptimo círculo en la Academia Hebrion?
|
Consultor técnico de la Torre de la Magia, el centro del milagro de Hebrion.
|
Romántica respiró hondo antes de dar un profundo suspiro. Después de que Desir derrotó a Desastre habían pasado demasiadas cosas.
En primer lugar, Desir se convirtió en un héroe. En cierto modo, esto puede ser algo natural ya que Desir salvó a los habitantes de la Alianza de los Reinos Occidentales a expensas de su ‘Cuerpo’ y de ser un ciudadano del Imperio Hebrion.
Sería bastante extraño que no fuera el centro de atención.
Pero ese no era el único problema, sino que el resto de los miembros de su equipo: Ajest, Pram y Romántica, también atrajeron la atención del público.
Era imposible saber cuántos periodistas acudieron hacia los integrantes del equipo con la esperanza de obtener algún tipo de primicia. Algunos periodistas incluso asaltaron el hospital.
Romántica no pudo evitar estremecerse al recordar esa conmoción.
Por supuesto, ser famoso era algo agradable y, si hubiera sido en cualquier otro momento, habría disfrutado con arrogancia de su meteórico ascenso a la fama. Si tan solo todo hubiera sido como siempre.
Ella miró a su lado con una mirada apagada. Allí estaba el protagonista mencionado por todos los medios de comunicación: Desir Arman.
Había estado inconsciente durante dos semanas.
“De verdad, hasta el final…”
Desir, quien derrocó a Desastre, se desmayó en el acto y la Alianza de los Reinos Occidentales lo acogieron como invitado de honor del estado y lo transportó a uno de los principales hospitales del continente.
El reino de Adenia, uno de los países con las técnicas médicas más avanzadas. Además, cada año, este reino producía los cuatro mejores médicos de todo el continente. No era exagerado decir que la mayoría de los hospitales se fundaron con el apoyo de estos médicos.
Dado que estaba siendo atendido en el Hospital Real de Adenia, el mejor de todo el reino, era evidente el tipo de tratamiento que estaba recibiendo.
Pero sus síntomas en el momento de su ingreso, eran terribles.
La mayoría de sus órganos estaban completamente destruidos o dejaron de funcionar y los círculos de maná eran inestables. Estaba en un estado tan precario que parecía que, en cualquier momento, iba a dejar de respirar.
Afortunadamente, gracias al apoyo de la Alianza de Reinos Occidentales, pudieron trasladarlo rápidamente al portal de transferencia espacial que solo estaba disponible para la gente más importante.
Su rápida acción logró evitar una crisis y pudo recibir tratamiento de urgencia en el Hospital Real de Adenia, donde el mejor personal médico estaba siempre disponible.
Además, la santa Priscilla lanzaba sus hechizos de curación sobre el cuerpo de Desir cada vez que recuperaba un poco de su fuerza, a pesar de que su propio estado era un desastre. Sin embargo, a pesar de tales esfuerzos, la condición de Desir no mejoró.
La condición de su cuerpo parecía normal, pero no podían entender qué le impedía despertarse y volver a la normalidad. Solo podían suponer que era un efecto secundario mágico creado por el hechizo que había invocado.
“Cuando despiertes, nunca te dejaré ir…” – murmuró Romántica con tristeza, mientras lo agarraba del pecho. Su primer encuentro no había sido el mejor posible.
Tal como lo recordaba, habían empezado con el pie equivocado. En ese momento, Romántica era un mago de segundo círculo y Desir tan solo era un mago de primer círculo.
Lo había juzgado por lo que veía y terminó despreciándolo, aunque en realidad, no sabía nada de él. Por supuesto, cualquiera en su posición hubiera hecho lo mismo.
Sin embargo, Desir la venció con sus habilidades. Si ella hubiera derrotado al hombre que la despreciaba y se burlaba de ella, se habría pavoneado, pero él no lo hizo.
‘Me estaba intimidando.’
Por supuesto, no fue porque la despreciaba.
Después del examen de ingreso, Romántica fue chantajeada por Desir y terminó siendo obligada a unirse a su grupo.
Hasta entonces, realmente no le gustaba nada. Con esa actitud sonriente, con esa extraña compresión que tenía de ella y su capacidad para reaccionar de la forma más adecuada ante cualquier situación. Era incapaz de ganarle en nada.
Sin embargo, a pesar de tales quejas, Romántica no abandonó el grupo al que se vio obligada a unirse. Porque también le gustaba la preocupación y consideración que le mostraba.
‘No lo sé.’
Nunca lo sabría, peor de lo único que estaba convencida es de que siempre era sincero.
Desir realmente hizo lo mejor que pudo por Romántica. Si lo pensaba bien, había sido así desde el examen de ingreso. Tomó la actitud de enseñarle en cualquier circunstancia, incluso en las pruebas híper competitivas de la academia.
“Bobo.”
Hasta rechazó la oferta para unirse al grupo de la Luna Azul y se quedó con Desir.
Hizo todo lo que pudo para convertirse en un rango único. Aprendió mucho y experimentó una gran cantidad de cosas. Pero se dio cuenta de que Desir la estaba cubriendo en todo momento y le ayudaba a compensar sus deficiencias.
Siempre hacía todo lo posible por ella. Sabía que confiaba en él.
Romántica sintió un sentimiento especial en su corazón. Cada vez que estaba distraída, se sorprendía al darse cuenta de que estaba pensando en él.
Su mirada volvió a caer sobre el rostro de Desir.
* Zzzzzz *
El sonido de su respiración era regular, pero todavía no había señales de que fuera a despertar.
“Yo… No te entiendo.” – murmuró en voz alta, mientras lo miraba. No le estaba hablando a nadie en particular.
Aunque era una mentira. En realidad, comprendía sus intenciones. Quería salvar a la gente, a sus compañeros y a ella, aunque fuera a expensas de su propio cuerpo.
No, esto no está bien. No podía tolerarlo más.
“¿Por qué lo has hecho…?”
Su voz se quebró cuando se cubrió la cara con las manos. No quería que la viera llorar. Se sentía miserable.
“Por qué no piensas en los sentimientos de los que dejas atrás… por que no piensas… en mis sentimientos…”
*Silencio*
No había nadie que pudiera responder.
Romántica recordó la promesa que hizo con Desir junto al mar dorado: Si le decía que huya, huiría.
Y ella había cumplido su promesa. Cumplió la promesa porque conocía muy bien a Desir. Es porque ella entendió que él no quería que muriera.
“¿Pensaste que sería feliz por hacer esto? Tienes una idea equivocada. Porque por mucho que pienses en mí, yo también pienso en ti. ¡No quiero que mueras...!” – dijo elevando el tono de voz.
Sintió como una oleada de emoción aumentaba en su interior. Era ira. Pero no estaba dirigida a Desir, sino a sí misma. Romántica sabía que había tomado esta acción porque no era lo suficientemente fuerte como para estar con él.
Se sentía tan patética por ni siquiera ser un poco útil para él.
“Voy a entrenar más duro.” – se comprometió Romántica. – “No me quejaré. Haré lo que quieras. Si me dices que muera, moriré.”
Romántica inclinó la cabeza, casi como si se derrumbara.
“Me esforzaré y seré una compañera de la que no tengas que avergonzarte. Seré tu fortaleza. Entonces…”
Las lágrimas cayeron sobre las sábanas.
“Así que no vuelvas a hacer esto.”
Los sollozos de Romántica llenaron la tranquila habitación.
Fuuuuus
Sintiendo una sensación de calor en su cabello, Romántica levantó la mirada y, a través de sus ojos borrosos, vio a Desir mirándola.
“Te lo prometo, Romántica.”
Desir apartó con suavidad el cabello de Romántica y continúo acariciándola en silencio, hasta que dejó de llorar.
* * *
27 de septiembre. El reloj acababa de dar el mediodía.
Menos de un minuto después de que Romántica informara a Pram y Ajest, mediante su pulsera de comunicación, de que Desir se había despertado, una conmoción resonó en el pasillo y la puerta se abrió violentamente.
“¡Me alegra que estés a salvo!”
Pram corrió y saltó a la cama para abrazar a Desir con fuerza.
Enterró su rostro en el pecho de Desir y no tenía la intención de soltarlo. Era como un cachorro que acababa de ver a su dueño herido. Parecía estar bastante preocupado.
Desir acarició suavemente la espalda de Pram en un intento de calmarlo.
La puerta se abrió de nuevo.
“Has hecho más de lo que creía posible, Desir.” – dijo una voz tranquila.
De repente, Pram y Romántica miraron a Ajest al unísono y comenzaron a gritarle. Fue porque simpatizaba con sus acciones y había terminado ayudándole a engañarlos.
Fue por eso que Desir la defendió de forma desesperada, diciendo que era inocente y que solo cumplió sus órdenes.
El barullo continuó durante bastante tiempo, pero, al final, lo aceptaron y pudieron comprender por qué Desir hizo lo que hizo. Pero solo pudieron asentir y aceptarlo, después de dar a conocer su disgusto.
“Ustedes están bien.”
“Estoy bien. Bueno, después de todo, fue Pram quien se agotó cuidando a Desir toda la noche.”
“¡Romántica! ¡Te dije que no menciones eso!”
Aunque ruidoso, era un ambiente muy agradable.
Fue en este tipo de atmósfera que pudieron hablar con calma. Desir acababa de despertarse, asó que estaba contento de poder disfrutar de este momento.
“Lamento interrumpir está feliz reunión.” – dijo Zod, el maestro de la Torre de la Magia. Estaba vestido con un traje. – “Tengo algo que discutir con Desir, ¿podéis disculparme por un momento?”