Tras escuchar las palabras de Chu Guang, Bagro se congeló por un instante.
“No entiendo que quieres decir…” – dijo vacilante.
“La mayoría de los prisioneros que hemos capturado pertenecen a la 21ª División de la Fuerza Expedicionaria de la Legión, bajo el mando de alguien llamado Dillon. Afirmaron que solo se unieron a la Tribu Mastica Huesos por orden de sus superiores… ¿Así que eres uno de los hombres de Dillon?”
Bagro meneó la cabeza.
“Yo pertenecía a la 14ª División.”
“Ya veo.” – Chu Guang lo miró a los ojos y fue directo al grano. – “Lo que me intriga es cómo terminaste convirtiéndote en comandante de un tanque del Clan Colmillo.”
Absorto en sus pensamientos, Bagro hizo una pausa antes de hablar.
“Aproximadamente hace un año, la 14ª División sufrió graves pérdidas durante una batalla contra el Gran Valle de la Grieta. Pensé que moriría, pero por suerte sobreviví…”
“Tienes mucha suerte. Pero, por favor, ve al grano.” – Chu Guang miró las vendas de Bagro y lo instó a continuar.
“…No volví para reincorporarme a la Fuerza Expedicionaria, ni siquiera pude regresar. Así que me fui al Estado Libre de Bugra, al sur del Gran Valle de la Grieta. Y encontré trabajo como mecánico, apenas lo suficiente para poder vivir. Pero un día, mientras estaba en una taberna, me encontré con mi antiguo jefe. Dijo que tenía un nuevo trabajo que ofrecerme.”
“¿Conducir tanques para los depredadores?”
Bagro guardó silencio un momento, pero finalmente decidió ser sincero.
“Me dijo que tenía un amigo que consiguió un grupo de tanques, pero no encontraba conductores cualificados. Si me interesaba volver al negocio y formar a un grupo de conductores, estarían dispuestos a pagarme 50.000 dinares. Además, habría recompensas adicionales por misiones de campo, e incluso podría tener la oportunidad de volver a casa.”
Chu Guang arqueó una ceja
“¿Entonces fuiste a Colmillo Dorado?”
Bagro negó con la cabeza.
“Eso pasó después. Al principio, me presentó a un conocido traficante de armas local llamado Piedra de Fuego. Pensé que conseguiría trabajo como instructor de entrenamiento y guardaespaldas, pero inesperadamente terminaron vendiéndome a mí y a mi tanque a la Tribu Mastica Huesos.” – dijo con impotencia.
“¿Así que eres una víctima?” – bromeó Chu Guang.
“No tengo intención de defenderme. Las razones no importan.” – dijo Bagro con calma. – “Perdí. Tanto contra ti como contra mi propia arrogancia… Ahora soy tu prisionero, eso es todo.”
Este tipo tenía una personalidad peculiar. Chu Guang no creyó del todo su historia, ni le importó mucho si Bagro se había unido a los depredadores voluntariamente o bajo presión. Sin embargo, captó dos datos de sus palabras que despertaron su interés.
La relación entre los traficantes de armas del Estado Libre de Bugra y la Tribu Mastica Huesos podría ser más que una simple transacción comercial; sospechaba que los últimos recibían apoyo de los primeros.Y…
‘¡Es muy probable que la Legión esté involucrada!’
Chu Guang había oído hablar del Estado Libre de Bugra hacía mucho tiempo. Se decía que era un asentamiento de supervivientes cerca del Gran Valle de la Grieta. Se encontraba al norte de su posición y albergaba a un grupo de comerciantes que se encargaba del botín de los depredadores y vendían bienes valiosos en su nombre.
Sin embargo, no le había prestado mucha atención en aquel entonces. Al fin y al cabo, el Pueblo del Río Rojo también había comerciado con la Tribu Mastica Huesos en el pasado, y tales transacciones eran comunes en el páramo. Ahora parecía que las cosas podrían no ser tan sencillas como había imaginado. Chu Guang tomó nota mental de esta pista y continuó interrogando a Bagro.
“Una última pregunta: ¿cómo se llama su superior? ¿Cuál es su rango?”
Aunque fueron dos preguntas, Bagro respondió con sinceridad.
“Kondra, comandante de la 14ª División de la Fuerza Expedicionaria… Probablemente del mismo rango que Dillon.”
“Ya veo.” – contestó Chu Guang pensativo. – ‘Kondra…’
Bagro miró el dispositivo de grabación cercano y luego a Chu Guang.
“Puedo… ¿proceder?” – preguntó con tono de duda.
Chu Guang apagó la proyección dentro de la visera de su casco y asintió.
“Adelante.”
* * *
Al día siguiente. Colmillo Dorado fue atormentado por el fuego de artillería de la Nueva Alianza durante toda la noche. Tuvo que esperar con agonía a que llegase el amanecer.
La fuerte lluvia había amainado y el cielo comenzó a despejarse. Colmillo Dorado había bloqueado las calles del sur de la ciudad con barricadas para impedir el avance de vehículos. También desplegó a 1000 hombres en pequeños grupos dentro de las ruinas y callejones semi-derrumbados. Estaba preparado para presentar una última batalla contra los soldados de la Nueva Alianza que avanzasen hacia la ciudad. Sin embargo… La batalla decisiva que Colmillo Dorado y sus subordinados habían imaginado no llegó.
Después de que las fuerzas de la Nueva Alianza extendiesen el frente hasta las afueras del sur de la Ciudad del Continente Occidental, permanecieron inmóviles. Incluso comenzaron a cavar trincheras ante sus narices.
Colmillo Dorado no podía tolerar que construyeran fortificaciones justo en su puerta. Inmediatamente desplegó una fuerza de reserva de unos 1000 soldados para detenerlos y recabar información sobre las intenciones de la Nueva Alianza. Sin embargo… lo que más temía pronto ocurrió. Cuando la fuerza de 1000 hombres apenas había salido de la ciudad, y antes de siguiera llegar a las posiciones de la Nueva Alianza, se encontraron bajo un intenso fuego enemigo.
A altas horas de la noche, 2 camiones antiaéreos de 4 cañones se habían escondido a ambos lados de las ruinas del paso elevado. Con sus capós camuflados y los cañones apuntando hacia la ciudad. Cuando apareció el grupo de depredadores, Topo ordenó no disparar de inmediato. En cambio, les permitió avanzar un poco más. No fue hasta que se encontraban a unos 400 metros de distancia que el grupo finalmente se dio cuenta de que algo iba mal. Pero ya era demasiado tarde.
Solo entonces Topo bajó los prismáticos.
“Abran fuego. ¡Mandadlos al infierno!” – ordenó con entusiasmo.
Los 2 cañones antiaéreos abrieron fuego simultáneamente, desatando una feroz lluvia de proyectiles. La rápida serie de estruendosas explosiones eran como una maldición mortal; los proyectiles de 20mm parecía una lluvia de fuego.
Bajo el fuego cruzado, los 1000 que acababan de salir de la ciudad para enfrentarse al enemigo, sufrió numerosas bajas y quedó atrapada en los pocos lugares que encontraron para esconderse.
“Aaaaaaa… ¡Mi pierna!” – gritó de dolor un depredador al que le faltaba la parte inferior de la pierna, mientras se acurrucaba detrás de un montón de escombros. No dejaba de agarrarse la rodilla.
En ese momento, varios proyectiles de mortero comenzaron a caer sobre sus posiciones, empeorando la situación. Los ojos del líder de la compañía estaban inyectados en sangre, repletos de ira y terror. Aunque deseaba poder cortarles la cabeza a esos topos de azul y usarlas como cálices para beber, el miedo a la muerte prevaleció.
“¡Jefe! ¡Su potencia de fuego es demasiado intensa! Sin la protección de los tanques, ¡no podremos avanzar!” – gritó, presa del pánico el depredador que estaba detrás de él.
En otras palabras… tenían que retirarse. Sin embargo, su comandante claramente no tenía intención de hacerlo. Las órdenes de Colmillo Dorado lo habían dejado sin salida.
“Dispérsense, ¡avancen a rastras! Sus proyectiles son limitados; ¡la victoria será nuestra en cuanto alcancemos los 200 metros!” – rugió frenéticamente el comandante desde primera línea. – “¡Sus morteros ya nos están disparando! ¡Avanzad si no queréis morir! Quien ose retirarse… ¡Lo mataré ahora mismo!”
Al escuchar eso, la desesperación se apoderó de los ojos de casi todos los depredadores. Frente a ellos estaban los cañones de la Nueva Alianza. Detrás… los de su propia gente. Estaban atrapados en el medio, sin salida. Bajo la constante insistencia y amenazas de su comandante, los depredadores que yacían en el suelo comenzaron a avanzar desesperados.
“Están a solo 250 metros de nosotros.” – gritó Rico Rey Élfico a Topo. Se encontraba detrás de un pilar del puente a medio destruir.
“Maldita sea, ¡se están arrastrando bastante rápido!” – exclamó Iren, sorprendido.
El alcance máximo del Panzerfaust era aproximadamente de esa distancia. Si los depredadores avanzaban otros 50 o 60 metros, podrían devolver el fuego.
Las balas ya zumbaban hacia ellos, resonando y tintineando contra las placas de acero soldadas de los camiones. Topo dejó los prismáticos y movió la mano hacia atrás.
“¡Retrocedan!”
Los dos vehículos antiaéreos iniciaron inmediatamente su retirada. Otros 2 camiones desplegados en la retaguardia levantaron lentamente sus cañones, apuntaron a los depredadores y dispararon 2 proyectiles de 88mm. La onda expansiva de la explosión y la nube de polvo que se levantó reemplazaron el fuego antiaéreo y reprimieron levemente el avance de los depredadores.
Y justo en ese momento, 150 robustos soldados de la Legión de la Jungla irrumpieron en el campo de batalla. Los depredadores apenas tuvieron tiempo de regocijarse al ver como se retiraban los cañones antiaéreos, antes de que el fuego de las ametralladoras obligara a aquellos que estaban a punto de cargar a tirarse al suelo.
Exoesqueletos KV-1 revestidos con placas de acero avanzaban hacia ellos. Cada soldado iba armado con una ametralladora ligera LD-47j. ¡La potencia de fuego contra ellos acababa de aumentar!
Contemplando la batalla que se avecinaba, el comandante al mando de las tropas desde el frente, finalmente se sintió desesperado.
‘Esos soldados… ¡son como demonios!’
Quizás al presenciar la trágica situación en el frente, se lanzó una bengala desde retaguardia. Al ver las dos luces verdes elevarse hacia el cielo, el comandante respiró al fin aliviado.
“¡Retirada!” – gritó.
Los depredadores que estaban bajo el fuego enemigo prácticamente maldijeron al oír esas palabras, pero poder retirarse era una bendición. Los que se encontraban en retaguardia abrieron fuego, cubriendo la retirada de sus compañeros. Sin embargo, en ese mismo momento, un avión plateado con forma de cruz apareció en el cielo, desatando repentinamente un feroz bombardeo.
Ante la lluvia de fuego que caía del cielo, no solo la brigada que había salido de la ciudad para enfrentarse al enemigo quedó desconcertada. Incluso los que se encontraban escondidos entre los muros quedaron atónitos.
‘¿Qué demonios es eso?’
En el pasado, los aviones de la Nueva Alianza aparecían con frecuencia, lanzando bombas. Eran planeadores de madera, vulnerables al fuego de fusil. Sobre todo, cuando se lanzaban en picado para atacar. A veces incluso lograban derribar uno o dos. Pero esta vez, el avión era diferente. No solo no mostraba la más mínima intención de descender, sino que abrió fuego desde fuera del alcance de los depredadores.
¡Cómo iban a pelear cuando el enemigo tenía algo así!
Aturdidos y desorientados por el fuego de artillería que llegaba desde todas direcciones, la brigada que salió a enfrentarse al enemigo perdió por completo la moral y huyó en desorden. Eran 1121 personas cuando abandonaron la ciudad, pero apenas regresaron 200. Y todos estaban heridos.
Al ver los restos maltrechos de la brigada, los depredadores que permanecían a cubierto tras las ventanas, tragaron saliva involuntariamente. El pánico creció en su interior. Frente a un adversario tan formidable… ¿Realmente tenían alguna oportunidad?
En ese momento, un avión de transporte sobrevoló la zona. Los depredadores en las calles se retiraron apresuradamente a los callejones, y quienes estaban junto a las ventanas se pusieron a cubierto rápidamente. El sonido que hacían las hélices de la Nueva Alianza había arraigado el miedo en su ADN. Sin embargo, para su sorpresa, lo que arrojaron esta vez no fueron bombas, sino panfletos que caían como copos de nieve.
“¿Qué es esto…?”
Galgo recogió con cuidado un trozo de papel del suelo, lo desdobló y lo miró. El papel estaba hecho de forma rudimentaria, con una línea de texto en el anverso y una imagen en el reverso. No sabía leer, así que no entendía las palabras. Sin embargo, podía ver claramente las imágenes. Una mostraba un cadáver contorsionado, con un número al lado. Probablemente indicaba el número de víctimas. En cuanto al fondo, parecía ser el Valle del Pinar.
Otra imagen mostraba grupos de prisioneros sosteniendo cuencos mientras recibían comida de una olla grande. Además, había varias fotografías en blanco y negro debajo. Reconoció a Dillon. Una cruz estaba dibujada encima de su retrato y junto a él se encontraban Diente de León y Diente de Oso… Los demás eran probablemente otros comandantes, pero no reconoció a ninguno.
‘Deben ser prisioneros…’
Un destello de comprensión apareció en los ojos de Galgo, junto con un toque de perplejidad. En ese momento, un suave murmullo llamó su atención.
“Convertirse en prisionero de la Alianza les salvará la vida… Ríndanse voluntariamente usando ese panfleto y podrían ascender a supervisor del campamento de prisioneros.”
Galgo miró hacia un lateral y vio a un hombre bajito y nervioso sosteniendo uno de los folletos mientras murmuraba. Al notar la mirada de Galgo, el hombre entró visiblemente en pánico y rápidamente ocultó el folleto. Este, sin embargo, no dijo nada. Simplemente se acercó como si no hubiera pasado nada, rodeándolo con el brazo.
“¿Qué dice este papel?” – preguntó Galgo.
“No, nada… algo para persuadir a la gente para que se rinda.” – respondió el hombre nervioso.
“¿Dice cómo rendirse? ¿Acercarse con el folleto? ¿Y si te disparan?” – insistió.
Sorprendido, el hombre miró a Galgo y luego echó un vistazo rápido a su alrededor. Al ver que nadie le prestaba atención, empezó a hablar rápidamente en voz baja.
“Solo hay que levantar el folleto… y no llevar armas. Los guerrilleros y soldados de la Alianza no dispararán. ¿También quieres rendirte? Podemos hacerlo juntos…”
“Basta, no digas más.” – lo interrumpió Galgo con rapidez, mirándolo de manera amenazadora. – “Olvida lo que pasó hoy. No dijiste nada y yo no pregunté nada. ¿Entendido?”
El hombre asintió nervioso. Galgo le dio una palmadita en el hombro y luego regresó a su posición, guardando discretamente el folleto en su bolsillo. No sabía por qué había hecho esas preguntas. Ni siquiera había considerado rendirse. Sin embargo, cuando vio el sombrío estado de los compañeros que se habían enfrentado a la Alianza en primera línea, no pudo reunir el coraje para tirar el folleto… Lo consideraba un salvavidas.
Galgo se tranquilizó con ese pensamiento y dejó el asunto de lado. Sin embargo, justo en ese momento, una transmisión resonó repentinamente por toda la ciudad.
“A todos los depredadores de la Ciudad del Continente Occidental… el poderoso ejército de la Nueva Alianza los ha rodeado. ¡El sonido de la artillería de anoche es la última advertencia!”
Se podía escuchar en todas las calles. Al oír la ensordecedora transmisión, los depredadores se miraron desconcertados. Especialmente cuando supieron que el invencible Dillon había caído y que los tanques de los que estaban tan orgullosos habían sido destruidos… Era mucho peor que el bombardeo de artillería que soportaron durante toda la noche.
* * *
“¡Esos cobardes desvergonzados! ¡Alimañas! ¡Cucarachas! ¡Cobardes!”
Colmillo Dorado nunca imaginó que la Nueva Alianza no entraría en la ciudad, sino que lanzaría panfletos que los instaban a rendirse. Pero lo que más le sorprendió fue que habían instalado altavoces justo debajo de sus narices. Estaban usándolos para persuadir a esos cobardes de voluntad débil para que se rindieran.
¿Rendirse? ¡Esta palabra no existía en el diccionario de la Tribu Mastica Huesos!
“Esos asquerosos topos… ¡Recurren a tácticas despreciables!”
Colmillo Dorado rompió el folleto que tenía en la mano en pedazos, desahogando su ira. Luego se volvió hacia el silencioso grupo de subordinados.
“Cuando salgáis… ¡Revisad a cada uno de vuestros hombres! Si algún cobarde se atreve a guardar un folleto en secreto o a discutir el contenido de la transmisión… ¡Lo despellejaré vivo y colgaré su piel en la ventana! Y vigilad vuestras respectivas zonas. Si vuelven a instalar una radio, ¡desmontadla inmediatamente!”
Todos agacharon la cabeza con miedo, sin atreverse a decir ni una palabra. Solo asintieron en señal de obediencia.
“Sí…”
Tras salir de la habitación, todos sus rostros estaban sombríos. Sin atreverse a quedarse más tiempo, salieron apresuradamente del búnker de artillería.
“Nuestro líder se ha vuelto loco…” – murmuró Colmillo de Roca, mirando la puerta detrás de él.
“Shh… ¡Cállate! ¿Quieres morir?” – dijo Colmillo de Nube a su lado, mientras hacía un gesto de silencio con el dedo índice y miraba a su alrededor asustado.
Colmillo de Roca retrocedió e inmediatamente guardó silencio. Aunque su líder había sido cruel en el pasado, comparado con su estado actual, la diferencia era abismal. La noche anterior, alguien que sugirió retirarse fue asesinado a machetazos en su cama. Su cadáver apareció colgado de una farola con un cartel alrededor del cuerpo que decía cobarde.
Ahora todo el clan, ya fuera del linaje directo, de ramas secundarias o forasteros, vivía bajo una nube de terror. Todos temían por su vida… Cuando Dillon estaba vivo se podía ofrecer un consejo, pero ahora no escuchaba a nadie.
La idea de escapar cruzó repentinamente por la mente de Colmillo de Roca, e incluso él se sobresaltó ante esa idea. Había presenciado bastantes batallas en su camino desde el norte de la Provincia del Valle del Río, pero era la primera vez que tenía un pensamiento como ese…
* * *
En la página web oficial de Wasteland Online.
A medida que la guerra se acercaba a su final, se publicaban cada vez más videos de combate y capturas de pantalla. El foro estaba cada vez más animado. Cada legión se turnaba para mostrar sus logros, no solo emocionando a los jugadores sino también brindando entretenimiento a los jugadores de la nube que no tenían acceso a la beta cerrada.
¡Genial! ¡Construyeron un Stuka!
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Un Stuka… ¡No es más que un bombardero en picado!
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¡Una cañonera! ¡Una cañonera aérea!
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Parece un C-47, pero también un TB-3… en realidad es eléctrico. ¿Qué tipo de batería puede igualar la densidad energética del combustible? Y esa aleación de aluminio también es impresionante. El retroceso del cañón de 37mm no es pequeño, pero pudo soportar la tensión del fuego continuo.
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Ja, ja. Dijeron que es hidrógeno en estado sólido.
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¿Usar pilas de combustible para aviones de hélice? ¡Increíble!
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Usan hidrógeno sólido… ¿Por qué no un secador de pelo?
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Probablemente para ahorrar. En la batalla de ayer vi que solo dispararon una ronda de cohetes. Luego emplearon artillería pesada.
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Creo que deberíamos centrarnos en desarrollar tanques en vez de aviones. ¿Qué tal un T-72 eléctrico?
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¿Un encendedor gigante de hidrógeno de estado sólido? ¿Por qué no usar combustible? Es más seguro.
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La mayoría de los jugadores en la nube se centraron en el equipo irreal y la tecnología fantástica, casi imposible de realizar.
Por otro lado, los jugadores estaban más interesados en la jugabilidad y las estrategias del juego. Por ejemplo, Topo inició un hilo para jactarse de que los folletos de rendición lanzados por los aviones de la Nueva Alianza fueron dibujados por él. Sin embargo, a nadie le importó sus habilidades artísticas, sobre todo cuando dibujaba cosas que no formaban parte del arte. El hilo rápidamente se desvió del tema.
Obligar a Alguien a Hacer Algo Complicado
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Hablando de folletos, encontré un huevo de Pascua.
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Topo Escapando del Desfiladero
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¿Qué huevo de Pascua?
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Obligar a Alguien a Hacer Algo Complicado
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Je, je. Pensé que sería una pena ver dejar todos esos panfletos tirados por ahí, y me preocupaba que los depredadores no los encontraran. Así que recogí algunos a escondidas y los metí en sus dormitorios. Por la tarde, quise volver a ver si funcionaba mi persuasión, pero nadie se rindió. En cambio, las 5 personas estaban colgadas de la ventana.
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Habrá Tiempo Suficiente
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¿Qué demonios?
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YaYa
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Espera, ¿por qué los colgaron afuera de la ventana?
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Makka Pakka
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¿No es obvio? Si eres su líder y ves que tus subordinados intentan escapar, ¿no querrías hacer algo?
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Deja de decir tonterías
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No pasa nada. Acabarías peor si te atrapan.
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Iren
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No necesariamente. Quizás a YaYa le guste ese tipo de juego.
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YaYa
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¡Piérdete!
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Topo Escapando del Desfiladero
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Ah, nuestro ratón sigue siendo despiadado.
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Rico Rey Élfico
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Uf. Es un método realmente cruel.
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Obligar a Alguien a Hacer Algo Complicado
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¿Qué quieres decir con despiadado? ¡Solo intentaba ayudar! ¿Cómo puedes decirme eso?
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Golpe de Remo
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Ais… A un hombre se le puede matar, pero no humillar. Ya te colaste en sus habitaciones… ¿Por qué no acabar con su sufrimiento?
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Obligar a Alguien a Hacer Algo Complicado
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También querría, pero el problema es que no puedo con ellos.
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Recogiendo Basura Nivel99
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¡Ja, ja, ja, ja!
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“……”
Chu Guan estaba sentado en su tienda por la noche, navegando por el foro a través de su máquina virtual. Cuando vio a sus jugadores describiendo una operación audaz tras otra con vívidos detalles, no pudo evitar suspirar en su interior.
“¡Eso es demasiado cruel…!”
Meter folletos debajo de las almohadas o en los bolsillos de otras personas no era ni siquiera la operación más escandalosa. También hubo quienes esperaron junto a los edificios que tenían los altavoces o colocaba granadas trampa en los pasillos…
Para estabilizar la moral, los depredadores tuvieron que soportar bajas mientras se aventuraban en áreas urbanas mal controladas para retirar los altavoces anclados a las paredes, escondidos entre los restos de autobuses abandonados o instalados en los tejados. Pero pronto descubrieron que era un esfuerzo inútil.
La guerrilla conocía mucho mejor el terreno fuera del Cuarto Distrito Nuevo. A menudo, tras desmantelar los altavoces del norte, se reinstalaban los del sur. Como en un juego de golpear topos, cuando se concentraban en uno, no podían prestar atención a los demás.
La Legión Ardiente y la guerrilla que acechaba en la ciudad solo necesitaban un único altavoz para mantener ocupada a toda una compañía de depredadores durante medio día.
En el canal de comunicaciones… Ma Ban informó a Chu Guang sobre el progreso de su trabajo y también mencionó como iba la operación.
“Hasta ahora, hemos capturado a más de 100 prisioneros… Me preocupaba que haya algunos espías entre ellos, así que no los hemos llevado a Pueblo Esperanza. En su lugar, los hemos ubicado en una estación de metro abandonada en la zona este de la ciudad. Están siendo vigilados por la guerrilla.”
Hizo una pausa antes de continuar.
“¿Deberíamos quedarnos con esa gente?”
Chu Guang sonrió levemente.
“Quedemonoslos. Prometimos no matar a los que se rindan, así que debemos cumplir nuestra palabra. Además, conservarlos podría ser útil. Esos prisioneros necesitarán a alguien que los gestione.”
Los muertos no aportan nada, pero los vivos podrían seguir utilizándose como baterías humanas. Recibirían la ración mínima, así que no consumirían mucha comida. Aún quedaban muchos recursos por explotar en los alrededores de la Ciudad del Continente Occidental y alguien tenía que hacer el trabajo que la mayoría de gente no quería aceptar.
Para cuando terminara la guerra, el número de prisioneros probablemente superaría a la población de la Nueva Alianza. No era realista confiar en el limitado número de personas de la Legión de PNJs para gestionar a decenas de miles de personas.
Los primeros en rendirse se convertirían en capataces, mientras que los últimos serían jornaleros. Cuando llegase el momento, solo necesitaría seleccionar a unos cuantos guardias para proteger a esos capataces. Los que se rindieran primero estarían en bandos opuestos a aquellos que terminasen siendo capturados en el campo de batalla. Y para demostrar su lealtad y habilidades únicas, trabajarían más duro y se distanciarían de los demás.
“Ahora entiendo lo que quieres decir.” – dijo Ma Ban con una sonrisa cómplice, adivinando la intención del Administrador.
“Bien. ¿Hay algo más?” – preguntó Chu Guang.
“Una última cosa…” – continuó Ma Ban tras una pausa. – “Entre los prisioneros que se rindieron hoy… Hay uno que trajo un mensaje.”
“¿Un mensaje?” – Chu Guang se irguió en su silla, intrigado. – “¿De quién es?”
“De un comandante de brigada llamado Colmillo de Roca.” – dijo Ma Ban con cautela. – “El mensajero dice ser ayudante de Colmillo de Roca y es responsable de la defensa del lado oeste del Cuarto Distrito Nuevo.”
Chu Guang miró el mapa. El lado occidental del Cuarto Distrito Nuevo bordeaba el lago del Continente Occidental. Era una ribera sumergida y pantanosa. El terreno era traicionero y fácil de defender, pero difícil de atacar. Era probable que el Clan Colmillo no desplegase muchas fuerzas en ese lugar. Pero sin duda pondrían allí a gente de su confianza. Chu Guang se estremeció.
“¿Qué más?”
Ma Ban continuó.
“El mensajero dijo que su comandante de brigada está dispuesto a rendirse y quería preguntar si podíamos ofrecerle una salida…”
Gracias por el capítulo, otro capítulo sin las invenciones de Mosquito seguro que está pensando en su avión nuevo
ResponderEliminarCómo van las cosas el siguiente avión se llamará "el misilazo" o "kamikaze". 🤣🤣🤣🤣
EliminarAtaque a la vieja escuela
ResponderEliminarGracias por el capítulo
🍿😎👌🏽