En la puerta sur del puesto de avanzada.
Yu Hu y Li Niu, con decenas de kilogramos de carne de jabalí y 300 g de sal gruesa, salieron tambaleándose por la puerta. Ninguno podía soportar bien el alcohol, después de todo por lo general no tenían la oportunidad de beber, por lo que ahora estaban un poco borrachos y las huellas que dejaban sobre la nieve eran un poco antiestéticas. Sin embargo, sus cabezas estaban despejadas.
“Uh, ¿estará bien?”
“¿Te refieres a dejar a Xiaoyu aquí?”
Li Niu asintió.
“Mm.” – Yu Hu frunció el ceño pensativo, y terminó sacudiendo la cabeza. – “No estoy seguro, pero sé que Chu Guang no es una mala persona.”
“Xiaoyu ya tiene la edad suficiente como para casarse, así que no te preocupes… ¿La gente de la calle cotillea?” – susurró Li Niu.
“¡Qué alguien se atreva! Si se atreven a decir algo, ¡les daré una paliza!”
Yu Hu lo miró fijamente, pero pronto se dio cuenta de que eso no es realista. Después de todo, pasase lo que pasase, solo tenía un par de puños, así que no podía vencerlos a todos. Pero estaría bien golpear a ese pequeño bastardo de la familia Wang.
“Está bien, está bien que ella se quede allí, es mejor que no regrese.” – susurró Yu Hu, mientras sacudía la cabeza para que el viento del norte le despejase la mente. – “De todos modos, es mejor que se quede con Chu Guang que con nosotros.”
Li Niu asintió. Estaba de acuerdo. Aunque no sabía mucho sobre ese hombre, había un montón de abrigos azules trabajando solo para él, al menos era un hombre tan poderoso con el alcalde.
Siguieron en silencio el resto del camino. Los dos cruzaron la nieve, atravesaron las ruinas, evitaron a un grupo de hienas que estaban mordisqueando algunas ratas mutadas y llegaron a salvo hasta la entrada de la calle Bett. Todavía seguía sin nevar, por lo que el camino de regreso no fue complicado. Walter, el portero que normalmente montaba guardia ante la puerta con un cigarrillo en la boca y una escopeta entre las manos, ni siquiera se dignó a mirarlos. Los dos caminaron rápidamente por la entrada principal, pero cuando estaban a punto de entrar en el callejón, el viejo Charlie los detuvo, hablándoles desde la puerta de la tienda de comestibles.
“Vosotros dos, esperad un minuto.”
Yu Hu y Li Niu se detuvieron, se miraron entre ellos y luego posaron sus ojos sobre el viejo Charlie.
“¿Qué ocurre…?”
El viejo Charlie es el mayordomo del alcalde. Después de jubilarse, le asignaron la tarea de administrar la tienda de comestibles. La mayoría de las cosas buenas que había en la calle provenían de él. Los supervivientes del asentamiento todavía respetan o temían a este viejo mayordomo que podía llevarse bien con los mercaderes que llegaban desde el norte y del sur. Después de todo, esos comerciantes nunca los miraban directamente, pero podían hablar y reírse con el viejo Charlie. Sin embargo, el respeto era cosa del pasado.
Desde que comenzó a hacer negocios con la gente del hermano Chu, Yu Hu sintió cada vez más que ese viejo en realidad no era un buen tipo, sino que solía engañarlos la mayoría de las ocasiones. En palabras de Chu Guang, significaba no seguir las reglas. Pero al final el resultado era que no era una buena persona. El viejo Charlie miró las bolsas de plástico en sus manos, luego la nieve que caía sobre sus hombros, su nariz se movió ligeramente y luego sus ojos confusos se entrecerraron ligeramente.
“¿Habéis ido al norte?”
Los dos sacudieron la cabeza como un sonajero.
“No… No…”
Jamás lo admitirían, pero no sabían qué hacer.
“No vayáis al norte, no es seguro.”
Tras mirarlos por un instante, el viejo Charlie apartó su mirada, agitó su mano y les hizo un gesto para que se alejaran. En ese momento, Wang Biao, el hijo mayor de la familia Wang, apareció por la puerta con un cachorro de hiena, se acercó y palmeó felizmente la mesa de madera que tenía delante.
“Viejo mayordomo, ¡he conseguido el premio gordo! Mira si el alcalde lo quiere, sino lo enviaré al matadero.”
Aunque el viejo ya no era el mayordomo, el mayor de los Wang seguía llamándolo así. Charlie miró al cachorro de hiena muerto sobre la mesa. El olor de su carne no era suave, así que, si no se procesaba a tiempo, apestaría durante un buen tiempo. Para evitar eso, los supervivientes de esta región usaban una hoja especial de tabaco llamada costilla roja, una especialidad de la Granja Brown. Lo trituraban y extendían sobre la carne para luego ahumarlo a fuego lento para eliminar el olor. No era saludable, pero realmente podía encubrir el olor. Pero a diferencia de las hienas adultas, los cachorros eran una excepción. Su carne era fresca y tierna, y el filete sacado de su pierna era aún más delicioso. Se dice que era porque todavía eran pequeños y no habían comido mucha carroña desde el destete.
“Déjalo.”
El viejo Charlie abrió el cajón, sacó cuatro fichas y las arrojó sobre la mesa. Wang Biao las agarró con el rostro cargado de alegría. ¡Cuatro fichas! ¡Se podía cambiar por cuatro paquetes de 150 gramos de brillante sal amarilla! No les preocupaba no tener carne para comer. Para los cazadores experimentados, siempre que sean lo suficientemente pacientes y cuidadosos, podrían atrapar a su presa. Sin embargo, si no conseguían sal, morirían. Si no comías sal, no tendrías fuerza y, sin ella, no podrían cazar más presas. Wang Biao estaba a punto de irse cuando Charlie lo detuvo de repente.
“Regresa.”
Wang Biao se detuvo.
“¿Cuál es la orden del antiguo mayordomo?” – preguntó con una simple sonrisa.
“¿Tú familia vive al lado de la casa de los Yu?” – preguntó.
Wang Biao asintió rápidamente.
“Sí, no estamos lejos de su casa.”
“Ayúdame a vigilar a su hijo menor. Su nombre es… ¿Yu Hu? De todos modos, si algún día se va hacia el norte, puedes seguirlo y ver a dónde va…” – Dijo Charlie. Luego pensó por un momento antes de continuar. – “Si encuentras algo, no lo alarmes, y regresa a informarme de inmediato. La recompensa no será inferior a la cantidad que tienes entre las manos.”
Wang Biao se llenó de alegría y apretó las manos que sostenían las fichas.
“¡No se preocupe! Definitivamente estaré pendiente de él.”
“Baja la voz.” – Lo reprendió Charlie mientras miraba a izquierda y derecha. No vio a nadie, así que agitó su mano para que se fuerza. – “Lárgate.”
* * *
Yu Hu y Li Niu se repartieron la carne y la sal y regresaron a sus hogares. Yu Xiong estaba saliendo por la puerta de su casa cuando vio que Yu Hu acababa de regresar solo y se sorprendió por un momento. Luego, el olor a alcohol en su rostro lo hizo inhalar inconscientemente.
“¿Has estado bebiendo?”
Yu Hu se sonrojó y se rascó la nuca.
“Uh, bebí un poco… Pero no me aproveché de nadie, fue el hermano Chu quien me obligó a beberlo.” – dijo avergonzado.
Yu Xiong miró hacia la dirección por la que había llegado y al no encontrar ninguna de las pequeñas huellas que esperaba, no pudo evitar preguntar.
“¿Dónde está Xiaoyu?”
Yu Hu vaciló durante mucho tiempo antes de hablar.
“Ella… Uh, se quedó allí.”
Al escucharlo, los ojos de Yu Xiong se abrieron como platos.
“¿La dejaste allí sola?”
“No la dejé allí. Fue Xiaoyu quien dijo que quería ayudar a Chu Guang, así que dije unas palabras. Guang es una persona muy agradable, ¡así que no habrá ningún problema!” – explicó rápidamente.
“¿En qué puede ayudarlo Xiaoyu?”
Yu Xiong no creía en estas tonterías. Una vez comió un pastel horneado por Xiaoyu, que casi le saca los dientes. Al final, tuvo que arrojarlo en una olla y hervirlo hasta que se volvió blando. Yu Hu estaba ansioso por hablar, pero él mismo no lo entendía del todo, por lo que le era imposible dar una buena explicación.
“Y… Y… Yo no lo sé. ¿Cómo puedo saberlo? ¿Por qué no le preguntas a Chu Guang? Vamos, iré contigo ahora.”
Yu Xiong se quedó estupefacto por un instante.
“No, olvídalo. Ahora ya no tiene arreglo. Oye, tú… ¿Cómo vas a explicarle todo eso a nuestro padre? Le vas a contar que fuiste a por sal y… ¿Cambiaste a su hija por una bebida?”
Yu Hu estaba a punto de llorar.
“No, hermano... Papá me va a matar.”
Yu Xiong negó con la cabeza y suspiró.
“Piénsalo tú mismo, este asunto es confuso.”
“¿Por qué estás confundido? ¿No es bueno? Todavía tienen comida para hacer licor… Si Xiaoyu está con ellos, ¿acaso va a pasar hambre? Hermano, si estás preocupado, iré allí todos los días, si Xiaoyu no está cómoda, ¡la traeré de vuelta de inmediato!” – murmuró Yu Hu mientras agachaba la cabeza.
Yu Xiong miró al cielo y suspiró.
“Olvídalo, no diré nada, depende de ti.”
Llegados a este punto, ¿qué más se podía decir? Solo se podía dar un paso cada vez.
* * *
En el puesto de avanzada.
Los jugadores que se encontraban en la plaza miraron hacia el asilo con curiosidad, mientras cotilleaban.
“¿Quién es la niña que está al lado del Administrador?”
“Es Yu Xiaoyu, el PNJ de la Calle Bett, está en la información de la página web oficial. Los jugadores veteranos la conocen. Se habló sobre ella en el foro cuando se discutió sobre la Calle Bett. Deberías poder encontrarlo entre las publicaciones más viejas.”
“¡Ah! Soy un principiante, ¡no lo sabía!”
“¿Me he vuelto a perder una trama?”
“¡Kelly ! Bueno, no es ella… Pero no importa. ¡Es tan linda!”
“Uh, ¿otro degenerado? Creo que hay algo mal con esta persona. Que alguien venga a llevárselo. ¿Qué? ¿No puedes llamar a la policía? ¡Yo lo haré por ti!”
“¡Yo me encargo de la palanca de la horca! ”
En el refugio.
En la sala del piso B1, Xia Yan estaba aprendiendo el idioma extranjero sentada ante una mesa de madera, pero había estado mirando a Chu Guang fijamente desde que trajo a Xiaoyu desde el exterior. Chu Guang vio que ella no tenía nada que hacer y que perdía el tiempo mirándolo como si fuera una acosadora, así que arrojó dos monedas de plata sobre la mesa.
“Ve al mercado de la puerta este y cómprame medio litro de leche.”
Xiaoyu fue a tomar un baño en el piso B2. Aunque los jugadores tenían mucha curiosidad acerca de esta nueva hermanita, no había necesidad de preocuparse porque Pequeño7 estaba con ella. Durante todo el día, Xiaoyu se había portado muy bien y también había sido muy buena. Aprendía a gran velocidad todo lo que le enseñaban. Poseía un espíritu trabajador y estudioso, así que valía la pena hacer que aprendiera mucho.
Ante un niño trabajador y bueno, Chu Guang nunca sería tacaño, sin importar si fuera un PNJ o un jugador. Sin embargo, comer azúcar todo el tiempo no era bueno para los dientes. Era mejor que bebieran un poco de leche para hacer crecer sus cuerpos. Tal vez así pudieran aprovechar ese tiempo para crecer más altos. Incluso si no podían, estarían mejor alimentados y no serían como brotes de soja movidos por el viento.
Ahora que lo pensaba, debería encargar un conjunto de ropa, para cuando comenzase a asumir oficialmente sus tareas. Después de todo, esa posición era muy importante. Incluso podría ser más importante que las tiendas de armas y los almacenes combinados.
Mirando las dos monedas de plata que tintineaban sobre la mesa, los ojos de Xia Yan se abrieron y sus ojos se movieron entre las monedas y el rostro de Chu Guang. Parecía increíble. Al final no pudo evitar hablar antes de moverse.
“Quieres que una persona discapacitada haga recados para ti, ¿no te da vergüenza?”
¡No podía ser tan inhumano! Chu Guang, que estaba encendiendo la computadora para editar un documento, la miró sorprendido.
“No te dije que fueras tú. ¿No puedes mandar a un jugador? ¿No te enseñé como hacerlo? Abre la máquina virtual, selecciona la barra de tareas, haz clic en el botón de edición y piensa en una razón para pedirla… Por ejemplo, di que no puedes dormir sin beber leche todos los días. Seleccionas a alguien de la lista o lo publicas en el canal público.”
“Entendido, el Administrador quiere beber leche por la noche para conciliar el sueño… No, no, estoy equivocada, quiero beber, yo quiero beber.”
En el momento en que Chu Guang la miró, Xia Yan vaciló por un instante, antes de presionar la tecla de borrar con una mirada de frustración. Eliminó la tarea que acababa de editar y lo cambió por lo que Chu Guang le obligó a escribir.
‘Muy bien.’
Al ver como Xia Yan se había vuelto obediente, Chu Guang asintió con satisfacción.
‘Sigue siendo bueno ser tan guapo, solo necesito mirarla fijamente durante un instante para persuadirla. Ni siquiera tengo que hablar.’
En realidad, no le importaba lo que la jefa Xia escribiera en el panel de tareas. Había dos tipos de tareas para los que los PNJs utilizaban la máquina virtual. Una estaba predeterminada por ellos mismos y se enviaba de punto a punto, sin necesidad de estar dentro del alcance de la señal del refugio. El otro tipo de tarea se enviaba cuando editaban una tarea y debía enviarse primero al servidor, Pequeño7 la revisaba, y luego la distribuía al dispositivo del jugador seleccionado, o la enviaba a todos los jugadores como Tareas diarias o Tareas aleatorias. En otras palabras, siempre que Chu Guang avisase a Pequeño7, no importaba lo que Xia Yan escribiese en el panel de tareas, lo modificaría antes de enviarlo.
“Está hecho… Una jugadora llamada YaYa lo aceptó.”
YaYa. No había nada de lo que preocuparse. Cuando lo compre, solo tenía que dejar que lo probase.
“Vale.”
Xia Yan vio como Chu Guang la ignoraba tras soltar esa frase y continuaba escribiendo como siempre algo misterioso en su computadora. El inquietante sonido de las teclas hacía que fuera incapaz de pensar, así que, al no ser capaz de leer el libro, no pudo evitar hacer una pregunta.
“…Por cierto, ¿Qué pasa con esa niña? No me malinterpretes, solo estoy preguntando, incluso si eres una besti…”
Chu Guang cometió un error escribiendo cuando la escuchó y comenzó a presionar la tecla de borrar mientras fruncía el ceño.
“No pasa nada, ella será tu compañera de cuarto a partir de ahora.”
“Espera, ¿compañera de cuarto?” – dijo Xia Yan a toda velocidad. – “¿No hay más espacio? ¿Por qué quieres que sea mi compañera de cuarto? No sé cómo cuidar de otras personas.”
¿Un cuidador? Chu Guang no tenía claro quien cuidaría de quien.
“Planeo pedirte que le enseñes el lenguaje diario de los jugadores; el libro que tienes en la mano.” – dijo casualmente.
“A… Aún no lo he aprendido…” – susurró Xia Yan.
Además, si vivían juntas… ¿No significaba que no tendría nada de privacidad? Tampoco es que la habitación de al lado no estuviera vacía. Chu Guang levantó ambas manos del teclado y la miró con interés.
“No pasa nada, solo tenéis que aprender juntas. Cuando le enseñes, la mandaré a la otra habitación. Pero no esperes que la mande a otra habitación si no aprende nada.”
Esta tipa era bastante confiada. En todo el tiempo que había estado estudiando, ni siquiera había aprendido a maldecir en un hermoso mandarín. Solo repetía unas pocas oraciones, una y otra vez, haciendo que los jugadores del foro estuvieran ansiosos hasta morir.
“¡No puede ser!”
“Je, je, esperemos y veamos.”
Ignorando los gritos de Xia Yan, Chu Guang continuó mirando la pantalla de la computadora y escribió las últimas palabras y signos de puntuación.
‘Todo lo que me queda por hacer es copiar y pegar…’
Chu Guang mostró una sonrisa alegre y feliz mientras miraba los frutos de su trabajo, que había escrito en menos de media hora.
¡La versión Alfa 0.6 estaba lista!