miércoles, 8 de octubre de 2025

JDR - Capítulo 329

Capítulo 329

El asedio.
Traducido por Tars
Corregido por Noe
Editado por AMarauder

Tras escuchar las palabras de Chu Guang, Bagro se congeló por un instante. “No entiendo que quieres decir…” – dijo vacilante. “La mayoría de los prisioneros que hemos capturado pertenecen a la 21ª División de la Fuerza Expedicionaria de la Legión, bajo el mando de alguien llamado Dillon. Afirmaron que solo se unieron a la Tribu Mastica Huesos por orden de sus superiores… ¿Así que eres uno de los hombres de Dillon?” Bagro meneó la cabeza. “Yo pertenecía a la 14ª División.” “Ya veo.” – Chu Guang lo miró a los ojos y fue directo al grano. – “Lo que me intriga es cómo terminaste convirtiéndote en comandante de un tanque del Clan Colmillo.” Absorto en sus pensamientos, Bagro hizo una pausa antes de hablar. “Aproximadamente hace un año, la 14ª División sufrió graves pérdidas durante una batalla contra el Gran Valle de la Grieta. Pensé que moriría, pero por suerte sobreviví…” “Tienes mucha suerte. Pero, por favor, ve al grano.” – Chu Guang miró las vendas de Bagro y lo instó a continuar. “…No volví para reincorporarme a la Fuerza Expedicionaria, ni siquiera pude regresar. Así que me fui al Estado Libre de Bugra, al sur del Gran Valle de la Grieta. Y encontré trabajo como mecánico, apenas lo suficiente para poder vivir. Pero un día, mientras estaba en una taberna, me encontré con mi antiguo jefe. Dijo que tenía un nuevo trabajo que ofrecerme.” “¿Conducir tanques para los depredadores?” Bagro guardó silencio un momento, pero finalmente decidió ser sincero. “Me dijo que tenía un amigo que consiguió un grupo de tanques, pero no encontraba conductores cualificados. Si me interesaba volver al negocio y formar a un grupo de conductores, estarían dispuestos a pagarme 50.000 dinares. Además, habría recompensas adicionales por misiones de campo, e incluso podría tener la oportunidad de volver a casa.” Chu Guang arqueó una ceja “¿Entonces fuiste a Colmillo Dorado?” Bagro negó con la cabeza. “Eso pasó después. Al principio, me presentó a un conocido traficante de armas local llamado Piedra de Fuego. Pensé que conseguiría trabajo como instructor de entrenamiento y guardaespaldas, pero inesperadamente terminaron vendiéndome a mí y a mi tanque a la Tribu Mastica Huesos.” – dijo con impotencia. “¿Así que eres una víctima?” – bromeó Chu Guang. “No tengo intención de defenderme. Las razones no importan.” – dijo Bagro con calma. – “Perdí. Tanto contra ti como contra mi propia arrogancia… Ahora soy tu prisionero, eso es todo.” Este tipo tenía una personalidad peculiar. Chu Guang no creyó del todo su historia, ni le importó mucho si Bagro se había unido a los depredadores voluntariamente o bajo presión. Sin embargo, captó dos datos de sus palabras que despertaron su interés. La relación entre los traficantes de armas del Estado Libre de Bugra y la Tribu Mastica Huesos podría ser más que una simple transacción comercial; sospechaba que los últimos recibían apoyo de los primeros.Y… ‘¡Es muy probable que la Legión esté involucrada!’ Chu Guang había oído hablar del Estado Libre de Bugra hacía mucho tiempo. Se decía que era un asentamiento de supervivientes cerca del Gran Valle de la Grieta. Se encontraba al norte de su posición y albergaba a un grupo de comerciantes que se encargaba del botín de los depredadores y vendían bienes valiosos en su nombre. Sin embargo, no le había prestado mucha atención en aquel entonces. Al fin y al cabo, el Pueblo del Río Rojo también había comerciado con la Tribu Mastica Huesos en el pasado, y tales transacciones eran comunes en el páramo. Ahora parecía que las cosas podrían no ser tan sencillas como había imaginado. Chu Guang tomó nota mental de esta pista y continuó interrogando a Bagro. “Una última pregunta: ¿cómo se llama su superior? ¿Cuál es su rango?” Aunque fueron dos preguntas, Bagro respondió con sinceridad. “Kondra, comandante de la 14ª División de la Fuerza Expedicionaria… Probablemente del mismo rango que Dillon.” “Ya veo.” – contestó Chu Guang pensativo. – ‘Kondra…’ Bagro miró el dispositivo de grabación cercano y luego a Chu Guang. “Puedo… ¿proceder?” – preguntó con tono de duda. Chu Guang apagó la proyección dentro de la visera de su casco y asintió. “Adelante.”
* * *
Al día siguiente. Colmillo Dorado fue atormentado por el fuego de artillería de la Nueva Alianza durante toda la noche. Tuvo que esperar con agonía a que llegase el amanecer. La fuerte lluvia había amainado y el cielo comenzó a despejarse. Colmillo Dorado había bloqueado las calles del sur de la ciudad con barricadas para impedir el avance de vehículos. También desplegó a 1000 hombres en pequeños grupos dentro de las ruinas y callejones semi-derrumbados. Estaba preparado para presentar una última batalla contra los soldados de la Nueva Alianza que avanzasen hacia la ciudad. Sin embargo… La batalla decisiva que Colmillo Dorado y sus subordinados habían imaginado no llegó. Después de que las fuerzas de la Nueva Alianza extendiesen el frente hasta las afueras del sur de la Ciudad del Continente Occidental, permanecieron inmóviles. Incluso comenzaron a cavar trincheras ante sus narices. Colmillo Dorado no podía tolerar que construyeran fortificaciones justo en su puerta. Inmediatamente desplegó una fuerza de reserva de unos 1000 soldados para detenerlos y recabar información sobre las intenciones de la Nueva Alianza. Sin embargo… lo que más temía pronto ocurrió. Cuando la fuerza de 1000 hombres apenas había salido de la ciudad, y antes de siguiera llegar a las posiciones de la Nueva Alianza, se encontraron bajo un intenso fuego enemigo. A altas horas de la noche, 2 camiones antiaéreos de 4 cañones se habían escondido a ambos lados de las ruinas del paso elevado. Con sus capós camuflados y los cañones apuntando hacia la ciudad. Cuando apareció el grupo de depredadores, Topo ordenó no disparar de inmediato. En cambio, les permitió avanzar un poco más. No fue hasta que se encontraban a unos 400 metros de distancia que el grupo finalmente se dio cuenta de que algo iba mal. Pero ya era demasiado tarde. Solo entonces Topo bajó los prismáticos. “Abran fuego. ¡Mandadlos al infierno!” – ordenó con entusiasmo. Los 2 cañones antiaéreos abrieron fuego simultáneamente, desatando una feroz lluvia de proyectiles. La rápida serie de estruendosas explosiones eran como una maldición mortal; los proyectiles de 20mm parecía una lluvia de fuego. Bajo el fuego cruzado, los 1000 que acababan de salir de la ciudad para enfrentarse al enemigo, sufrió numerosas bajas y quedó atrapada en los pocos lugares que encontraron para esconderse. “Aaaaaaa… ¡Mi pierna!” – gritó de dolor un depredador al que le faltaba la parte inferior de la pierna, mientras se acurrucaba detrás de un montón de escombros. No dejaba de agarrarse la rodilla. En ese momento, varios proyectiles de mortero comenzaron a caer sobre sus posiciones, empeorando la situación. Los ojos del líder de la compañía estaban inyectados en sangre, repletos de ira y terror. Aunque deseaba poder cortarles la cabeza a esos topos de azul y usarlas como cálices para beber, el miedo a la muerte prevaleció. “¡Jefe! ¡Su potencia de fuego es demasiado intensa! Sin la protección de los tanques, ¡no podremos avanzar!” – gritó, presa del pánico el depredador que estaba detrás de él. En otras palabras… tenían que retirarse. Sin embargo, su comandante claramente no tenía intención de hacerlo. Las órdenes de Colmillo Dorado lo habían dejado sin salida. “Dispérsense, ¡avancen a rastras! Sus proyectiles son limitados; ¡la victoria será nuestra en cuanto alcancemos los 200 metros!” – rugió frenéticamente el comandante desde primera línea. – “¡Sus morteros ya nos están disparando! ¡Avanzad si no queréis morir! Quien ose retirarse… ¡Lo mataré ahora mismo!” Al escuchar eso, la desesperación se apoderó de los ojos de casi todos los depredadores. Frente a ellos estaban los cañones de la Nueva Alianza. Detrás… los de su propia gente. Estaban atrapados en el medio, sin salida. Bajo la constante insistencia y amenazas de su comandante, los depredadores que yacían en el suelo comenzaron a avanzar desesperados. “Están a solo 250 metros de nosotros.” – gritó Rico Rey Élfico a Topo. Se encontraba detrás de un pilar del puente a medio destruir. “Maldita sea, ¡se están arrastrando bastante rápido!” – exclamó Iren, sorprendido. El alcance máximo del Panzerfaust era aproximadamente de esa distancia. Si los depredadores avanzaban otros 50 o 60 metros, podrían devolver el fuego. Las balas ya zumbaban hacia ellos, resonando y tintineando contra las placas de acero soldadas de los camiones. Topo dejó los prismáticos y movió la mano hacia atrás. “¡Retrocedan!” Los dos vehículos antiaéreos iniciaron inmediatamente su retirada. Otros 2 camiones desplegados en la retaguardia levantaron lentamente sus cañones, apuntaron a los depredadores y dispararon 2 proyectiles de 88mm. La onda expansiva de la explosión y la nube de polvo que se levantó reemplazaron el fuego antiaéreo y reprimieron levemente el avance de los depredadores. Y justo en ese momento, 150 robustos soldados de la Legión de la Jungla irrumpieron en el campo de batalla. Los depredadores apenas tuvieron tiempo de regocijarse al ver como se retiraban los cañones antiaéreos, antes de que el fuego de las ametralladoras obligara a aquellos que estaban a punto de cargar a tirarse al suelo. Exoesqueletos KV-1 revestidos con placas de acero avanzaban hacia ellos. Cada soldado iba armado con una ametralladora ligera LD-47j. ¡La potencia de fuego contra ellos acababa de aumentar! Contemplando la batalla que se avecinaba, el comandante al mando de las tropas desde el frente, finalmente se sintió desesperado. ‘Esos soldados… ¡son como demonios!’ Quizás al presenciar la trágica situación en el frente, se lanzó una bengala desde retaguardia. Al ver las dos luces verdes elevarse hacia el cielo, el comandante respiró al fin aliviado. “¡Retirada!” – gritó. Los depredadores que estaban bajo el fuego enemigo prácticamente maldijeron al oír esas palabras, pero poder retirarse era una bendición. Los que se encontraban en retaguardia abrieron fuego, cubriendo la retirada de sus compañeros. Sin embargo, en ese mismo momento, un avión plateado con forma de cruz apareció en el cielo, desatando repentinamente un feroz bombardeo. Ante la lluvia de fuego que caía del cielo, no solo la brigada que había salido de la ciudad para enfrentarse al enemigo quedó desconcertada. Incluso los que se encontraban escondidos entre los muros quedaron atónitos. ‘¿Qué demonios es eso?’ En el pasado, los aviones de la Nueva Alianza aparecían con frecuencia, lanzando bombas. Eran planeadores de madera, vulnerables al fuego de fusil. Sobre todo, cuando se lanzaban en picado para atacar. A veces incluso lograban derribar uno o dos. Pero esta vez, el avión era diferente. No solo no mostraba la más mínima intención de descender, sino que abrió fuego desde fuera del alcance de los depredadores. ¡Cómo iban a pelear cuando el enemigo tenía algo así! Aturdidos y desorientados por el fuego de artillería que llegaba desde todas direcciones, la brigada que salió a enfrentarse al enemigo perdió por completo la moral y huyó en desorden. Eran 1121 personas cuando abandonaron la ciudad, pero apenas regresaron 200. Y todos estaban heridos. Al ver los restos maltrechos de la brigada, los depredadores que permanecían a cubierto tras las ventanas, tragaron saliva involuntariamente. El pánico creció en su interior. Frente a un adversario tan formidable… ¿Realmente tenían alguna oportunidad? En ese momento, un avión de transporte sobrevoló la zona. Los depredadores en las calles se retiraron apresuradamente a los callejones, y quienes estaban junto a las ventanas se pusieron a cubierto rápidamente. El sonido que hacían las hélices de la Nueva Alianza había arraigado el miedo en su ADN. Sin embargo, para su sorpresa, lo que arrojaron esta vez no fueron bombas, sino panfletos que caían como copos de nieve. “¿Qué es esto…?” Galgo recogió con cuidado un trozo de papel del suelo, lo desdobló y lo miró. El papel estaba hecho de forma rudimentaria, con una línea de texto en el anverso y una imagen en el reverso. No sabía leer, así que no entendía las palabras. Sin embargo, podía ver claramente las imágenes. Una mostraba un cadáver contorsionado, con un número al lado. Probablemente indicaba el número de víctimas. En cuanto al fondo, parecía ser el Valle del Pinar. Otra imagen mostraba grupos de prisioneros sosteniendo cuencos mientras recibían comida de una olla grande. Además, había varias fotografías en blanco y negro debajo. Reconoció a Dillon. Una cruz estaba dibujada encima de su retrato y junto a él se encontraban Diente de León y Diente de Oso… Los demás eran probablemente otros comandantes, pero no reconoció a ninguno. ‘Deben ser prisioneros…’ Un destello de comprensión apareció en los ojos de Galgo, junto con un toque de perplejidad. En ese momento, un suave murmullo llamó su atención. “Convertirse en prisionero de la Alianza les salvará la vida… Ríndanse voluntariamente usando ese panfleto y podrían ascender a supervisor del campamento de prisioneros.” Galgo miró hacia un lateral y vio a un hombre bajito y nervioso sosteniendo uno de los folletos mientras murmuraba. Al notar la mirada de Galgo, el hombre entró visiblemente en pánico y rápidamente ocultó el folleto. Este, sin embargo, no dijo nada. Simplemente se acercó como si no hubiera pasado nada, rodeándolo con el brazo. “¿Qué dice este papel?” – preguntó Galgo. “No, nada… algo para persuadir a la gente para que se rinda.” – respondió el hombre nervioso. “¿Dice cómo rendirse? ¿Acercarse con el folleto? ¿Y si te disparan?” – insistió. Sorprendido, el hombre miró a Galgo y luego echó un vistazo rápido a su alrededor. Al ver que nadie le prestaba atención, empezó a hablar rápidamente en voz baja. “Solo hay que levantar el folleto… y no llevar armas. Los guerrilleros y soldados de la Alianza no dispararán. ¿También quieres rendirte? Podemos hacerlo juntos…” “Basta, no digas más.” – lo interrumpió Galgo con rapidez, mirándolo de manera amenazadora. – “Olvida lo que pasó hoy. No dijiste nada y yo no pregunté nada. ¿Entendido?” El hombre asintió nervioso. Galgo le dio una palmadita en el hombro y luego regresó a su posición, guardando discretamente el folleto en su bolsillo. No sabía por qué había hecho esas preguntas. Ni siquiera había considerado rendirse. Sin embargo, cuando vio el sombrío estado de los compañeros que se habían enfrentado a la Alianza en primera línea, no pudo reunir el coraje para tirar el folleto… Lo consideraba un salvavidas. Galgo se tranquilizó con ese pensamiento y dejó el asunto de lado. Sin embargo, justo en ese momento, una transmisión resonó repentinamente por toda la ciudad. “A todos los depredadores de la Ciudad del Continente Occidental… el poderoso ejército de la Nueva Alianza los ha rodeado. ¡El sonido de la artillería de anoche es la última advertencia!” Se podía escuchar en todas las calles. Al oír la ensordecedora transmisión, los depredadores se miraron desconcertados. Especialmente cuando supieron que el invencible Dillon había caído y que los tanques de los que estaban tan orgullosos habían sido destruidos… Era mucho peor que el bombardeo de artillería que soportaron durante toda la noche.
* * *
“¡Esos cobardes desvergonzados! ¡Alimañas! ¡Cucarachas! ¡Cobardes!” Colmillo Dorado nunca imaginó que la Nueva Alianza no entraría en la ciudad, sino que lanzaría panfletos que los instaban a rendirse. Pero lo que más le sorprendió fue que habían instalado altavoces justo debajo de sus narices. Estaban usándolos para persuadir a esos cobardes de voluntad débil para que se rindieran. ¿Rendirse? ¡Esta palabra no existía en el diccionario de la Tribu Mastica Huesos! “Esos asquerosos topos… ¡Recurren a tácticas despreciables!” Colmillo Dorado rompió el folleto que tenía en la mano en pedazos, desahogando su ira. Luego se volvió hacia el silencioso grupo de subordinados. “Cuando salgáis… ¡Revisad a cada uno de vuestros hombres! Si algún cobarde se atreve a guardar un folleto en secreto o a discutir el contenido de la transmisión… ¡Lo despellejaré vivo y colgaré su piel en la ventana! Y vigilad vuestras respectivas zonas. Si vuelven a instalar una radio, ¡desmontadla inmediatamente!” Todos agacharon la cabeza con miedo, sin atreverse a decir ni una palabra. Solo asintieron en señal de obediencia. “Sí…” Tras salir de la habitación, todos sus rostros estaban sombríos. Sin atreverse a quedarse más tiempo, salieron apresuradamente del búnker de artillería. “Nuestro líder se ha vuelto loco…” – murmuró Colmillo de Roca, mirando la puerta detrás de él. “Shh… ¡Cállate! ¿Quieres morir?” – dijo Colmillo de Nube a su lado, mientras hacía un gesto de silencio con el dedo índice y miraba a su alrededor asustado. Colmillo de Roca retrocedió e inmediatamente guardó silencio. Aunque su líder había sido cruel en el pasado, comparado con su estado actual, la diferencia era abismal. La noche anterior, alguien que sugirió retirarse fue asesinado a machetazos en su cama. Su cadáver apareció colgado de una farola con un cartel alrededor del cuerpo que decía cobarde. Ahora todo el clan, ya fuera del linaje directo, de ramas secundarias o forasteros, vivía bajo una nube de terror. Todos temían por su vida… Cuando Dillon estaba vivo se podía ofrecer un consejo, pero ahora no escuchaba a nadie. La idea de escapar cruzó repentinamente por la mente de Colmillo de Roca, e incluso él se sobresaltó ante esa idea. Había presenciado bastantes batallas en su camino desde el norte de la Provincia del Valle del Río, pero era la primera vez que tenía un pensamiento como ese…
* * *
En la página web oficial de Wasteland Online. A medida que la guerra se acercaba a su final, se publicaban cada vez más videos de combate y capturas de pantalla. El foro estaba cada vez más animado. Cada legión se turnaba para mostrar sus logros, no solo emocionando a los jugadores sino también brindando entretenimiento a los jugadores de la nube que no tenían acceso a la beta cerrada.

¡Genial! ¡Construyeron un Stuka!

Un Stuka… ¡No es más que un bombardero en picado!

¡Una cañonera! ¡Una cañonera aérea!

Parece un C-47, pero también un TB-3… en realidad es eléctrico. ¿Qué tipo de batería puede igualar la densidad energética del combustible? Y esa aleación de aluminio también es impresionante. El retroceso del cañón de 37mm no es pequeño, pero pudo soportar la tensión del fuego continuo.

Ja, ja. Dijeron que es hidrógeno en estado sólido.

¿Usar pilas de combustible para aviones de hélice? ¡Increíble!

Usan hidrógeno sólido… ¿Por qué no un secador de pelo? ELoco

Probablemente para ahorrar. En la batalla de ayer vi que solo dispararon una ronda de cohetes. Luego emplearon artillería pesada.

Creo que deberíamos centrarnos en desarrollar tanques en vez de aviones. ¿Qué tal un T-72 eléctrico?

¿Un encendedor gigante de hidrógeno de estado sólido? ¿Por qué no usar combustible? Es más seguro. EEspectaculo
La mayoría de los jugadores en la nube se centraron en el equipo irreal y la tecnología fantástica, casi imposible de realizar. Por otro lado, los jugadores estaban más interesados en la jugabilidad y las estrategias del juego. Por ejemplo, Topo inició un hilo para jactarse de que los folletos de rendición lanzados por los aviones de la Nueva Alianza fueron dibujados por él. Sin embargo, a nadie le importó sus habilidades artísticas, sobre todo cuando dibujaba cosas que no formaban parte del arte. El hilo rápidamente se desvió del tema.

Obligar a Alguien a Hacer Algo Complicado
Hablando de folletos, encontré un huevo de Pascua.

Topo Escapando del Desfiladero
¿Qué huevo de Pascua?

Obligar a Alguien a Hacer Algo Complicado
Je, je. Pensé que sería una pena ver dejar todos esos panfletos tirados por ahí, y me preocupaba que los depredadores no los encontraran. Así que recogí algunos a escondidas y los metí en sus dormitorios. Por la tarde, quise volver a ver si funcionaba mi persuasión, pero nadie se rindió. En cambio, las 5 personas estaban colgadas de la ventana.

Habrá Tiempo Suficiente
¿Qué demonios?

N1
¡Mierda!

YaYa
Espera, ¿por qué los colgaron afuera de la ventana? ECiego

Makka Pakka
¿No es obvio? Si eres su líder y ves que tus subordinados intentan escapar, ¿no querrías hacer algo?

YaYa
Patético…

Deja de decir tonterías
No pasa nada. Acabarías peor si te atrapan.

Iren
No necesariamente. Quizás a YaYa le guste ese tipo de juego. EEmocionado

YaYa
¡Piérdete! EEnfadado

Topo Escapando del Desfiladero
Ah, nuestro ratón sigue siendo despiadado.

Rico Rey Élfico
Uf. Es un método realmente cruel. EEspectaculo

Obligar a Alguien a Hacer Algo Complicado
¿Qué quieres decir con despiadado? ¡Solo intentaba ayudar! ¿Cómo puedes decirme eso?

Golpe de Remo
Ais… A un hombre se le puede matar, pero no humillar. Ya te colaste en sus habitaciones… ¿Por qué no acabar con su sufrimiento?

Obligar a Alguien a Hacer Algo Complicado
También querría, pero el problema es que no puedo con ellos. ELlorar

Recogiendo Basura Nivel99
¡Ja, ja, ja, ja!
“……” Chu Guan estaba sentado en su tienda por la noche, navegando por el foro a través de su máquina virtual. Cuando vio a sus jugadores describiendo una operación audaz tras otra con vívidos detalles, no pudo evitar suspirar en su interior. “¡Eso es demasiado cruel…!” Meter folletos debajo de las almohadas o en los bolsillos de otras personas no era ni siquiera la operación más escandalosa. También hubo quienes esperaron junto a los edificios que tenían los altavoces o colocaba granadas trampa en los pasillos… Para estabilizar la moral, los depredadores tuvieron que soportar bajas mientras se aventuraban en áreas urbanas mal controladas para retirar los altavoces anclados a las paredes, escondidos entre los restos de autobuses abandonados o instalados en los tejados. Pero pronto descubrieron que era un esfuerzo inútil. La guerrilla conocía mucho mejor el terreno fuera del Cuarto Distrito Nuevo. A menudo, tras desmantelar los altavoces del norte, se reinstalaban los del sur. Como en un juego de golpear topos, cuando se concentraban en uno, no podían prestar atención a los demás. La Legión Ardiente y la guerrilla que acechaba en la ciudad solo necesitaban un único altavoz para mantener ocupada a toda una compañía de depredadores durante medio día. En el canal de comunicaciones… Ma Ban informó a Chu Guang sobre el progreso de su trabajo y también mencionó como iba la operación. “Hasta ahora, hemos capturado a más de 100 prisioneros… Me preocupaba que haya algunos espías entre ellos, así que no los hemos llevado a Pueblo Esperanza. En su lugar, los hemos ubicado en una estación de metro abandonada en la zona este de la ciudad. Están siendo vigilados por la guerrilla.” Hizo una pausa antes de continuar. “¿Deberíamos quedarnos con esa gente?” Chu Guang sonrió levemente. “Quedemonoslos. Prometimos no matar a los que se rindan, así que debemos cumplir nuestra palabra. Además, conservarlos podría ser útil. Esos prisioneros necesitarán a alguien que los gestione.” Los muertos no aportan nada, pero los vivos podrían seguir utilizándose como baterías humanas. Recibirían la ración mínima, así que no consumirían mucha comida. Aún quedaban muchos recursos por explotar en los alrededores de la Ciudad del Continente Occidental y alguien tenía que hacer el trabajo que la mayoría de gente no quería aceptar. Para cuando terminara la guerra, el número de prisioneros probablemente superaría a la población de la Nueva Alianza. No era realista confiar en el limitado número de personas de la Legión de PNJs para gestionar a decenas de miles de personas. Los primeros en rendirse se convertirían en capataces, mientras que los últimos serían jornaleros. Cuando llegase el momento, solo necesitaría seleccionar a unos cuantos guardias para proteger a esos capataces. Los que se rindieran primero estarían en bandos opuestos a aquellos que terminasen siendo capturados en el campo de batalla. Y para demostrar su lealtad y habilidades únicas, trabajarían más duro y se distanciarían de los demás. “Ahora entiendo lo que quieres decir.” – dijo Ma Ban con una sonrisa cómplice, adivinando la intención del Administrador. “Bien. ¿Hay algo más?” – preguntó Chu Guang. “Una última cosa…” – continuó Ma Ban tras una pausa. – “Entre los prisioneros que se rindieron hoy… Hay uno que trajo un mensaje.” “¿Un mensaje?” – Chu Guang se irguió en su silla, intrigado. – “¿De quién es?” “De un comandante de brigada llamado Colmillo de Roca.” – dijo Ma Ban con cautela. – “El mensajero dice ser ayudante de Colmillo de Roca y es responsable de la defensa del lado oeste del Cuarto Distrito Nuevo.” Chu Guang miró el mapa. El lado occidental del Cuarto Distrito Nuevo bordeaba el lago del Continente Occidental. Era una ribera sumergida y pantanosa. El terreno era traicionero y fácil de defender, pero difícil de atacar. Era probable que el Clan Colmillo no desplegase muchas fuerzas en ese lugar. Pero sin duda pondrían allí a gente de su confianza. Chu Guang se estremeció. “¿Qué más?” Ma Ban continuó. “El mensajero dijo que su comandante de brigada está dispuesto a rendirse y quería preguntar si podíamos ofrecerle una salida…”


JDR - Capítulo 328

Capítulo 328

Bombardeo de artillería y guerra psicológica.
Traducido por Tars
Corregido por Noe
Editado por AMarauder

Eran las 21:00 P.M. El momento en que las patrullas del Clan Colmillo cambiaban de turno. “Te dejo el resto.” – dijo Galgo con un bostezo y el rostro marcado por el cansancio. Como de costumbre, se colgó el rifle a la espalda, bajó las escaleras y se subió a una balsa de madera para dirigirse al puesto militar en las afueras del Cuarto Distrito Nuevo para el cambio de turno. Últimamente lo habían estado pasando mal. Los paracaidistas de la Nueva Alianza parecían haber hecho contacto con las guerrillas locales, y el sonido de disparos en la región oriental se habían vuelto más frecuentes. Podía percibir claramente que las habilidades de combate y el poder de fuego de esos guerrilleros se habían vuelto más poderosos. Originalmente, esos topos solo se atrevían a dispararles con sus rifles de tubos de hierro en la oscuridad, pero ahora se escondían en las ventanas y les disparaban con rifles automáticos. Algunos incluso recurrían al uso de lanzacohetes… ¡Era muy complicado defenderse! Esos paracaidistas tampoco se quedaban de brazos cruzados. Además de entrenar a la guerrilla, también planeaban sus propios ataques, cuya escala iba aumentando. Aunque los apóstoles de Antorcha podían eliminar alguno de esos grupos, estas personas siempre reaparecían rápidamente en otro lugar. Galgo tenía una extraña sensación, como si su número no dejara de crecer a medida que luchaban. Debido a que una gran cantidad de unidades blindadas fueron desplegadas en la línea del frente, el Clan Colmillo se encontró en una posición pasiva ante los ataques de los guerrilleros. Se vieron obligados a abandonar muchos puestos de control y militares en el Distrito Oriental de la ciudad, perdiendo prácticamente el control de la zona. Aunque las patrullas habían aumentado a más de 100 personas, solo se atrevieron a hacerlo durante el día. “Espero que hoy no nos encontremos con sus paracaidistas…” Galgo se subió a la balsa, rezando en silencio y se sentó junto a los demás depredadores. Esta noche era inusualmente tranquila. Cuando la balsa estaba a punto de partir del Cuarto Distrito Nuevo, empezó a llover. Al ver la repentina lluvia, muchos suspiraron aliviados. Se sabía que los aviones de la Nueva Alianza solo aparecían en los días soleados. Aunque los días de lluvia eran desagradables, al menos no tenían que preocuparse por lo que había por encima de ellos. “¿Cuánto tiempo más va a durar esta guerra?” “Debería terminar pronto.” – dijo el hombre con un tatuaje en la cara mientras colocaba su rifle en el suelo, mirando la lluvia. – “Nuestro capitán dijo que el ataque comenzará cuando empiece a llover.” “Cuanto más fuerte sea la lluvia, más cerca estarán de su fin.” Los aviones de la Nueva Alianza se debilitarían con la lluvia. Normalmente, solo necesitaban desplegar un tanque para conquistar fácilmente una fortaleza de supervivientes de 1000 personas. Ahora que contaban con tantos tanques dirigiéndose al frente, además de estar bajo el mando del supuesto Dios de la Guerra, Dillon, la victoria parecía tan fácil como respirar. Con ese pensamiento, la gente, que antes era acosada por guerrilleros y paracaidistas, se tranquilizó. Aunque el proceso era duro, mientras pudieran ganar, todo valdría la pena. Se decía que los suburbios del norte del Distrito de Qingquan eran una tierra fértil que rebosaba de leche y miel, con inagotables cantidades de comida deliciosa. Justo cuando Galgo fantaseaba con los buenos días que le esperaban, un repentino zumbido sonó arriba. Antes de que nadie pudiera reaccionar, un edificio de 6 pisos a varios metros de distancia explotó, formando una densa nube de humo. Los bloques de hormigón volaron por todas partes, salpicando el agua que inundaba la calle y creando ondas. Todos se agacharon para cubrirse entre exclamaciones y maldiciones. Sobresaltados por la explosión, los Cangrejos de Pinza Partida cercanos emitieron un rugido ronco y estridente, moviéndose inquietos por las aguas poco profundas. En medio del caos, la balsa de madera de los depredadores se tambaleó al lado del camino. “¡Maldita sea!” “¿Artillería?” “Maldición. ¿Están dormidos los que disparan los cañones? ¿Cómo ha podido caer un proyectil aquí?” – gritó un depredador con rostro feroz. El depredador a su lado se estremeció. “No… Incluso con su mala puntería, no creo que lo hicieran tan mal.” Como para confirmar sus sospechas, poco después impactó otro proyectil a unos 100 o 200 metros detrás de ellos. “Busquemos un lugar donde escondernos… Hay bastantes Cangrejos de Pinza Partida por aquí.” – dijo Galgo, mirando la superficie de las aguas oscuras. Todos estuvieron de acuerdo con su sugerencia. Ataron su desgastada balsa de madera cerca de un edificio y rápidamente corrieron hasta el segundo piso parcialmente derrumbado para buscar refugio. Afuera, las explosiones continuaban mientras los proyectiles caían uno tras otro. Algunos impactaron a 500 o 600 metros de distancia, mientras que otros caían en la calle, justo debajo de sus pies. Al escuchar el estruendoso sonido de la artillería, los ojos ocultos en la oscuridad se llenaron de miedo y desconcierto. Nadie sabía qué estaba pasando. Su ubicación se encontraba al menos a 20 o 30 kilómetros del Municipio de Qingshi, separados por casi 30 tanques y 5000 hombres. ¡Lo único que querían saber era de dónde venían esos proyectiles!
* * *
No solo las patrullas dispersas por la ciudad sufrieron bajo el bombardeo; sino también los depredadores que se reunían en las habitaciones para divertirse… Incluso sus líderes y jefes sufrieron el mismo destino. “¿De dónde salen estos proyectiles?” Dentro de un búnker de hormigón armado se escuchó un rugido furioso. Dado que todo el Cuarto Distrito Nuevo estaba sumergido en agua, la mayoría de los búnkeres de artillería se construyeron en edificios parcialmente derrumbados en lugar de bajo tierra. Escondido en un oscuro, húmedo y frío búnker de artillería, el rostro de Colmillo Dorado ahora mostraba ira y terror. Hace apenas unos minutos, estaba acurrucado en su cálida manta, pensando en la última mercancia que había intercambiado por dinares con un comerciante viajero del Estado Libre de Bugra. Sin embargo, justo cuando estaba empezando a entrar en calor y antes de que pudiera reaccionar por completo, un proyectil de artillería cayó en la zanja maloliente que había no lejos de su ventana. Poco después se produjo una serie de explosiones de artillería. Un rugido ensordecedor lo sobresaltó tanto que se cayó de la cama. Ni siquiera se molestó en ponerse el abrigo mientras arrastraba su cuerpo de más de 200 kilos y corría frenéticamente hacia el bunker. Las personas que estaban con él eran sus colaboradores más cercanos y seguidores leales. En ese momento, los rostros de todos expresaban el mismo miedo e incertidumbre, sin saber qué hacer. Extendiendo la mano y agarrando por el cuello a uno de sus subordinados de confianza, Colmillo Dorado gritó con fuerza en su cara. “¡Ve al sur y descubre qué está pasando!” “Sí, ¡sí!” Su subordinado asintió rápidamente y salió corriendo por la puerta. Al ver la figura desaparecer, Colmillo Dorado finalmente logró calmarse y recomponerse… Aunque sus pequeños ojos verdes aún brillaban de miedo y sospecha. Tras quitarle la ropa a un subordinado para ponérsela, encontró una silla resistente y se sentó, reflexionando sobre lo sucedido. Honestamente, cuando los proyectiles comenzaron a caer, nunca consideró culpar a la Nueva Alianza, sino que pensó que las tropas del frente lo habían traicionado. Esa también era su mayor preocupación. Aunque el comandante de la Legión lo había ayudado a ganar muchas batallas, y Colmillo Dorado estaba dispuesto a admitir que sin la ayuda de Dillon no había podido ganar con tanta facilidad hasta el momento, seguía sin atreverse a cederle el mando, por temor a que se le escaparan de las manos. Incluso las mentes más torpes podrían sentirlo. El vínculo que unía a los antiguos oficiales de la Legión era mucho más poderoso que las conexiones entre él y los otros comandantes de brigada, así como los líderes de compañía. Esa lealtad era algo que nunca había visto en los rostros de su propia gente. Si dejaba que Dillon tomara el mando, una vez que comenzara a reemplazar a los comandantes con sus antiguos subordinados, sustituirlo sería cuestión de minutos. Los depredadores eran simplemente un grupo de bandidos que se atenían a la ley de la selva, donde se honraba al más fuerte. Sin mencionar que, en el Clan Colmillo, dos tercios de la gente eran forasteros que se habían unido a ellos a mitad de camino, sin lealtad a nadie. Sin embargo… Ese pensamiento solo permaneció en su mente dos segundos. Rápidamente se dio cuenta de que las fuerzas que envió al Valle del Pinar no estaban equipadas con ese tipo de potencia de fuego. En ese caso solo había dos posibilidades. O bien la Nueva Alianza había desarrollado una súper artillería capaz de atacar eficazmente objetivos situados a 20 o incluso 30 kilómetros de distancia. O habían trasladado sus posiciones de artillería al Valle del Pinar, tal vez incluso al norte de dicho valle… Cualquiera que fuese la posibilidad, sin duda era una mala noticia para él. Después de pasar varias horas de espera, si no fuera por los sonidos ocasionales de explosiones, así como la sensación opresiva que pesaba sobre él, Colmillo Dorado se habría quedado dormido mientras estaba sentado en su silla. Justo entonces, por fin se oyeron pasos en el exterior. Uno de sus ayudantes de confianza, a quien había enviado a recopilar información, entró apresuradamente. Al ver la expresión de su ayudante y como evitaba hacer contacto visual, el corazón de Colmillo Dorado se estremeció de repente. Tenía una vaga intuición de lo sucedido. Sin embargo, aún no preveía que la situación real era mucho peor de lo que había imaginado… “¿El Valle del Pinar ha caído bajo el control de la Nueva Alianza? ¿Cómo es posible?” Tras escuchar el informe de su ayudante, Colmillo Dorado se levantó bruscamente de su silla, sintiendo el impulso de agarrarlo por el cuello. “¿Qué hay de los 5000 hombres?” “Todos han muerto…” – respondió el ayudante con voz temblorosa mientras apretaba la frente contra el suelo. La silla crujió bajo su peso. Colmillo Dorado se desplomó en su silla. Tenía una serie de expresiones indescriptiblemente complejas destellando en sus ojos: miedo, sospecha, incredulidad… ¡27 tanques! ¡50 vehículos antiaéreos! ¡Eso era casi la totalidad del arsenal del Clan Colmillo! Para contrarrestar esas avionetas, Colmillo Dorado había enviado casi todas las ametralladoras pesadas de 10mm que los artesanos del Clan Colmillo pudieron modificar. Sin embargo, alguien le estaba diciendo que todo… ¿había desaparecido? “……” Frente a la cruda realidad, Colmillo Dorado se quedó perdido y cayó en un largo silencio. Todavía podía recordar la promesa que Dillon le había hecho antes de partir: podrían capturar las zonas industriales y las tierras de cultivo de Ciudad del Amanecer con 10 tanques cómo máximo. El intercambio de equipos limitados por suministros ilimitados era un trato rentable y garantizado. Sin embargo, ni siquiera habían llegado a ver Qingshi, y mucho menos Ciudad del Amanecer, ¡y los proyectiles de artillería ya estaban cayendo sobre su fortaleza! Sus dientes empezaron a crujir y su pecho empezó a agitarse. Una sarta de maldiciones furiosas se escapó de entre sus dientes. “¡Panda de inútiles! No sirven para nada. ¿Dónde está Dillon? ¿Dónde está ese idiota? ¡Que venga a verme!” Al escuchar el estruendoso rugido de maldiciones, el tembloroso ayudante no se atrevió a respirar mientras se arrodillaba. No dejaba de temblar. “N… No lo sabemos… Vimos al ejército de la Nueva Alianza cerca del paso de montaña al norte del Valle del Pinar. Han instalado artillería y apostado muchas tropas. Hay exploradores patrullando los bosques cercanos. Pensando que esperaban nuestro regreso con noticias, no nos atrevimos a acercarnos demasiado. Buscamos soldados derrotados por la zona, pero no hemos encontrado ni uno solo.” Al oír eso, Colmillo Dorado, que ya había estado hirviendo de ira unos momentos antes, sintió un repentino escalofrío recorriendo su columna. Una gota de sudor frío le resbaló por la frente, calmando la rabia que le quemaba el pecho. ‘¿Ni uno solo escapó?’ Eso significaba que la Nueva Alianza había aniquilado por completo a 5000 hombres en poco tiempo… Y eso mientras sus tropas estaban bajo la protección de unidades blindadas. Los comandantes y sus ayudantes de confianza que lo rodeaban intercambiaron miradas asustadas y preocupadas en silencio. “El Cuarto Distrito Nuevo es una zona pantanosa. Las zonas subterráneas están inundadas. No podemos construir búnkeres de artillería aquí, y los refugios en la superficie no podrán soportar un bombardeo continuo… Sugiero que nos ubiquemos un poco más al norte.” – dijo en ese momento un comandante de brigada. “¿Al norte? ¿Sugieres que luchemos contra la guerrilla por los túneles subterráneos?” “¡Las guerrillas está al este!” “¿Cuál es la diferencia? Los túneles subterráneos de esta ciudad son todos iguales. Conocen el terreno, y si nos escondemos ahí, ¡será un callejón sin salida! Además, ¿cómo vas a esconder ahí más de 20.000 personas?” En ese momento, a alguien se le ocurrió una idea. “Y sí… ¿nos retiramos al norte? La Ciudad del Continente Occidental ya no tiene recursos para nosotros. Podemos entregar esta tierra podrida a la Nueva Alianza.” Al escuchar la sugerencia, muchos expresaron su acuerdo. “Tiene sentido…” “De hecho, además de ratas, aquí solo hay un sinfín de guerrilleros y paracaidistas.” “Y ataques antiaéreos…” “En el peor de los casos podemos dirigirnos hacia el este, unir fuerzas con el Clan Serpiente y luego dirigirnos a las provincias orientales…” Algunos permanecieron en silencio, mirando con cautela a su líder. Sin embargo, en ese momento, Colmillo Dorado golpeó la mesa bruscamente. “¡Basta! ¡Cállense todos! ¡A cualquiera que se atreva a mencionar retirarse, le cortaré la lengua… ¡y se la daré de comer a los perros!” La sala quedó en silencio. Al ver a sus subordinados cerrar la boca, Colmillo Dorado calmó lentamente su furia y alivió su agitada respiración. Admitió que no tenía la capacidad de mando de Dillon, pero eso no significaba que fuera tonto. ¿Retirada? ¡No había posibilidad alguna de retirada! Sin mencionar que el botín y los esclavos quedarían atrás, retirarse también significaba admitir la derrota del Clan Colmillo. Además, esos clanes que se sintieron atraídos por su reputación lo abandonarían pronto, formando sus propias facciones o regresando al lugar del que venían. Tras cruzar el afluente del Agua Celestial, de sus 20.000 tropas quedarían poco más de 10.000. Y dado que perdería tropas de una forma u otra, ¡bien podrían optar por reducir su número en el campo de batalla y luchar contra la Nueva Alianza hasta la muerte! Aún le quedaban más de 20.000 hombres. Si realmente se enfrentaba a la Nueva Alianza en una batalla urbana, ¡quizás tendría alguna posibilidad de ganar! “¡Reunid a vuestros hombres y distribuirlos por toda la ciudad! ¡Proteged cada ventana y edificio! Ya que esos despreciables topos se atreven a venir a por nosotros… Que gasten sus proyectiles. ¡Veamos cuántos tienen!” – ordenó Colmillo Dorado, mirando a sus silenciosos y taciturnos subordinados. Nadie se atrevió a resistirse, ni a hablar. Aunque estaban desesperados, en ese momento solo podían obedecer. Al observar como sus figuras se alejaban y desaparecían por la puerta, Colmillo Dorado relajó lentamente sus músculos y hombros tensos, reclinándose contra el respaldo de su silla. Mirando como temblaba el techo por los impactos de la artillería, un atisbo de locura apareció en su rostro. “¡Vamos! ¡Dale! ¡Veamos quién tiene más hombres y espadas más rápidas!”
* * *
“Esos fuegos artificiales son realmente hermosos…” En un rascacielos parcialmente derrumbado, Habrá Tiempo permaneció bajo la lluvia con unos prismáticos en la mano. Estaba mirando hacia el oeste, con una leve sonrisa en el rostro. No muy lejos de él, Caballo Blanco consultaba un mapa y se comunicaba con el equipo de artillería de la Legión Goblin a través de la máquina virtual y unos auriculares con cámara. “Ajusta las coordenadas del ataque de artillería 500 metros al noroeste… No te preocupes, lo hemos grabado todo. Te lo enviaré en cuanto me desconecte.” Justo esta tarde, la Nueva Alianza había movido su artillería desde el Municipio de Qinshi hasta otro valle a 5 kilómetros al norte del Pinar, poniendo a distancia de artillería toda la zona urbana, de sur a oeste de la Ciudad del Continente Occidental. El bombardeo había comenzado oficialmente a las 9:00 A.M. en punto. La artillería de la Legión Goblin, coordinada con la Legión Ardiente, había estado lanzando rondas continuas de fuego de artillería contra los puestos de avanzada y fortificaciones clave construidos por el Clan Colmillo en el Cuarto Distrito Nuevo. Sin embargo, disparar artillería era una tarea bastante tediosa. Especialmente porque los Colibríes aún no habían sido desplegados, ni siquiera podían presenciar esas explosiones, y mucho menos oírlas. Si querían saber la efectividad de un impacto, tenían que confiar en las descripciones que daban los jugadores de primera línea por la radio o esperar a que sus amigos se desconectasen y subiesen los videos a la página web oficial. “Esos depredadores son muy inteligentes. Saben cómo apagar las luces.” – comentó N1 con sorpresa mientras observaba cómo las llamas de las hogueras se apagaban gradualmente en la distancia. “Es normal. El fuego indirecto de largo alcance requiere la guía de las unidades de primera línea, para que podamos ajustar constantemente nuestros parámetros de disparo. Probablemente supusieron que estábamos cerca e informábamos de las coordinadas. La pega es que no saben exactamente dónde estamos.” – respondió Caballo Blanco. De hecho, los depredadores tardaron bastante en reaccionar. Parecía que el fracaso de Dillon había asestado un duro golpe al prestigio de esos Oficiales del Estado Mayor dentro del clan. Normalmente, nada más caer el primer proyectil, deberían haberse dado cuenta del problema y extinguido todas las hogueras de sus posiciones. “Basta de charla, pongámonos a trabajar.” – dijo Vendaval, dándole una palmadita en la espalda a N1. Luego cargó un montón de cables y altavoces. – “Ven a ayudarme.”
* * *
En un campamento a varios kilómetros de distancia, los jugadores reunidos alrededor de la artillería de 100mm estaban discutiendo los objetivos de la siguiente ronda. En las últimas horas, habían disparado más de una docena de proyectiles cada hora, arrojando casi 200 proyectiles de 100mm hacia el Cuarto Distrito Nuevo. Al mismo tiempo, no lejos de las posiciones de artillería, un prisionero de guerra con auriculares leía nerviosamente un guion frente a una grabadora dentro de una tienda de campaña. “Soy Wabu… líder de compañía bajo el mando de Colmillo de Oso del Estado Libre de Bugra. Tenía un trabajo decente, pero cometí un error, la avaricia me cegó y terminé viniendo aquí. Me arrepiento de los crímenes que cometí en el pasado, y espero que quienes, como yo, sean del Estado Libre de Bugra o de otras regiones, despierten a tiempo… No hay tierra que mana leche y miel por delante. Solo ríos de sangre y montañas de cadáveres… ¡Despierta! ¿Cuánto tiempo llevamos atrapados en la Ciudad del Continente Occidental? ¿Cuántos hermanos han muerto en batallas sin sentido? Durmiendo con ratas, alimentándose de cadáveres… ¿Cuánto tiempo llevamos sin descansar ni comer bien? ¿Cuánto tiempo más nos vamos a dejar engañar por ese cerdo gordo sentado sobre un montón de huesos humanos?” A medida que seguía leyendo, Wabu se sentía cada vez más agraviado. En el Estado Libre de Bugra, al menos podía beber algo cada pocos días. Pero desde que llegó a la Ciudad Continente Occidental… ni hablar de beber, incluso mantenerse con vida se le hacía cada vez más difícil. Las emociones lo invadieron y no pudo evitar alzar la voz. “…Depredadores de la Ciudad del Continente Occidental, el gran ejército de la Nueva Alianza ha rodeado la ciudad. ¡El bombardeo de artillería de anoche fue su ultimátum final! Su Jefe de Estado Mayor, Dillon, ha muerto. Colmillo de Oso y el resto de comandantes de brigada se han rendido. Frente a las aeronaves y la artillería de la Nueva Alianza, no tienen ninguna posibilidad de victoria. El resultado de esta guerra está decidido desde hace tiempo; ¡la rendición es su única salida! La Nueva Alianza no mata a prisioneros de guerra y trata bien a quienes se rinden voluntariamente. Mientras lleves el panfleto a una guerrilla local o a una patrulla de la Nueva Alianza, esta garantizará tu seguridad. Si alguien planea resistirse… ¡Pagará sus pecados con la muerte!” Tras terminar el guion que tenía en la mano, Wabu se giró nervioso y observó la servoarmadura azul que se encontraba a la entrada de la tienda. “Señor, he terminado de leer el guion que me proporcionó… ¿Tiene alguna otra instrucción? Su más leal servidor está dispuesto a hacer lo que sea.” Su rostro estaba lleno de adulación. Sin embargo, Chu Guang no le prestó atención y solo miró al soldado que estaba cerca. “Llévenselo.” El soldado asintió solemnemente mientras hacía un saludo. “¡Sí!” Después le tocó el turno al comandante de un tanque. Chu Guang le había preparado otro guion, preparado específicamente para los antiguos oficiales de la Legión. Una vez que se difundiera la noticia de la desastrosa derrota de Dillon en el Valle del Pinar, la reputación de esos oficiales dentro de la Tribu Mastica Huesos sin duda se desplomaría. Esos individuos también estarían tentados a desertar. Incluso si no pudieran rendirse, también podría darles un poco de presión psicológica. Mañana, cuando el H-1 Libélula sobrevolara la ciudad para lanzar los panfletos, las docenas de altavoces desplegados cerca del Cuarto Distrito Nuevo por la Legión Ardiente transmitirían continuamente mensajes de rendición durante las pausas de bombardeo. Después de que se llevaron a Wabu, trajeron a un hombre cubierto de vendas. Se llamaba Bagro y era el comandante de un tanque. Sorprendentemente, había saltado de su blindado antes de que explotara. Por supuesto, lo que sorprendió aún más a Chu Guang fue que Bagro no era subordinado de Dillon ni pertenecía a la 21ª División. En cambio, provenía de la 14ª División de la Fuerza Expedicionaria de la Legión, una división equipada con tanques, vehículos de combate de infantería y otras unidades blindadas. Al ver la grabadora, Bagro ya había adivinado lo que el hombre de la servoarmadura pretendía que hiciera. “¿Quieres que improvise o que siga un guion?” – preguntó sin rodeos. Chu Guang señaló con la barbilla la mesa junto a él. “El guion está ahí. También puedes improvisar primero y leerlo después. Pero antes de empezar, tengo una pregunta.” Bagro, que se dirigía hacia la grabadora, se detuvo en seco. “¿Qué pasa?” Chu Guang lo miró con gran interés. “¿Planearon esto?”