1ª parte: Juego de Supervivencia
Capítulo 26
Ola de Zombis XI
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Ha Jin y Barredero miraron por la ventana.
Aunque solo estaban en el tercer piso, los altos techos del centro comercial significaban que era el equivalente a estar en el sexto piso de un edificio de apartamentos. Si una persona se caía desde aquí, no quedaría nada de ellos cuando tocasen el suelo. Además, la planta baja era un mar de zombis. Ni siquiera había nada en la oficina que pudieran usar como cuerda.
“¿Cómo se supone que debemos bajar de aquí?” – preguntó Barrendero.
“Vamos a deslizarnos por esto.” – respondió Yohan, golpeando una tubería que corría a lo largo de la pared exterior. Por suerte, estaba cerca de la ventana.
Ansioso, Barrendero sacudió la tubería. Parecía seguro, pero aún parecía preocupado.
“Creo… Que será más fácil si dejamos la oficina por la puerta y pasamos por el centro comercial. Los dos podemos lidiar con los zombis mientras te ocupas del director. O quizá, podemos usar los conductos de ventilación para llegas hasta otra oficina y salir por ahí.”
“¿E ignorar este camino fácil? Creo que el barullo anterior probablemente atrajo a todos los zombis a ese lugar. Confía en mí, esta es la mejor manera de evitar el encuentro con zombis.”
Barrendero quería debatir la definición de ‘fácil’, pero mantuvo la boca cerrada después de ver la firme resolución de Yohan. Le dio un codazo a Ha Jin para ver si decía algo, pero este simplemente se encogió de hombros.
“Bajaré primero y haré algo de espacio. Sígueme de inmediato para poder ayudarme.” – dijo Yohan. Con eso, agarró la tubería y se deslizó lentamente.
Apoyando los pies contra la pared para agarrarse, dejó que sus manos se deslizasen poco a poco. Era obvio que no era la primera que hacía esto. Cada vez que sentía que iba demasiado rápido, se desaceleraba usando los grandes pernos que fijaban la tubería a la pared.
Barrendero frunció el ceño mientras veía a Yohan deslizarse hacia abajo, pero lo siguió de todos modos. Era aterrador ver a los zombis al fondo. Además, como si hubieran visto sus acciones, comenzaron a reunirse alrededor de la tubería.
“Hubiera sido agradable ser tan popular cuando todos estaban vivos. Dejad de mirarme. No importa cuánto babeéis, no soy un chico fácil…” – dijo Barrendero. – ‘Hay un buen colchón de zombis que impedirá la muerte instantánea por la caída. Pero seguro que nuestros cuerpos terminarán desgarrados en pedazos.’
Pero el método que demostró Yohan era extremadamente seguro. Sus botas proporcionaban suficiente fricción para controlar la velocidad del deslizamiento y la tubería era resistente y no tan resbaladiza como parecía.
Yohan llegó primero al segundo piso y llamó a la ventana tintada.
Podía escuchar ruidos desde su interior, indicando que había zombis. Intentó abrir la ventana, pero estaba cerrada. Se paró en la barandilla de seguridad y se agarró al marco de la ventana con la mano y disparó su arma con la otra. El cristal se rompió con un fuerte estallido y su mano se sacudió por el retroceso. Los vidrios rotos cubrían el suelo y los zombis adentro lo miraron.
Yohan inmediatamente corrigió su postura y disparó en modo semiautomático a las cabezas de los zombis, matando a ocho que se encontraban cerca de él. Cuando estaba a punto de guardar el arma, escuchó la voz de Barrendero.
“¡Ya voyyyyyyyy! ¡No desperdicies munición!”
Barrendero saltó rápidamente por la ventana rota y entró en el centro comercial, empuñando un hacha en una mano.
A diferencia del cuchillo de Yohan, que requería que su usuario golpeara a los puntos débiles del zombi con precisión para llegar al cerebro, el hacha de mano de Barrendero podía cercenar cráneos gruesos. No era solo fuerza bruta, estaba usando su arma de una manera muy eficiente.
“Esa arma no te queda bien.” – dijo Yohan, dándose cuenta de que tenía mucha práctica.
“Es mi tesoro, me he apegado a ella. Me parece que los cuchillos pierden el filo con demasiada facilidad.”
“¿Qué hiciste antes de esto?”
“¿Yo?” – contestó Barrendero mientras cortaba la cabeza de un zombi por la mitad con su hacha, para luego colocar el pie sobre su estómago para recuperarla. A continuación, se giró hacia Yohan con una sonrisa. – “Vendía seguros.”
“Estás llevando tus bromas demasiado lejos.”
“No es una broma. Nuestra empresa cerraría si tuviéramos que pagar un seguro por todos los daños causados por el apocalipsis. Bueno, ¡la compañía seguramente ya no existe!” – añadió, mientras se reía por su comentario mientras seguía matando zombis.
Ha Jin se unió poco después. Se veía aún más ridículo. A pesar de tener un cuerpo grande, empuñaba un cuchillo pequeño para luchar contra los zombis. Su mano era tan grande que a veces parecía que les estaba aplastando la cabeza con el puño en lugar del cuchillo. Yohan sonrió, pensando que las armas y sus portadores habían sido intercambiados accidentalmente.
Una vez que Yohan se unió, el número de zombis que derribaron superó con creces el número que ingresaba a la habitación.
Si no estuvieran rodeados, los tres probablemente podrían enfrentarse a 40 o 50 zombis al mismo tiempo. A pesar de la cantidad de enemigos, su poder explosivo era mayor que cualquiera que Yohan hubiera experimentado en la línea de tiempo anterior.
“¡Uf! En serio son un montón de zombis. Se os da muy bien pelear.”
“Espera, Barrendero. Espera.” – dijo Yohan, impidiendo que Barrendero saliera. En su lugar, cerró la puerta de cristal de la tienda.
Barrendero inclinó la cabeza.
“¿Qué estás haciendo? El número de zombis está aumentando. ¿No deberíamos irnos?” – preguntó Barrendero, inclinando la cabeza.
Los zombis habían escuchado los fuertes ruidos causados por el combate y seguían acercándose a la tienda. Yohan comenzó a saltar de un lado a otro cerca de la puerta de cristal, como si estuviera tratando de atraer la atención de los zombis.
“Creo que pronto se va a romper.”
“Si los dejamos en paz, se romperá. Pero aguantará un rato.” – respondió Yohan, mientras continuaba saltando arriba y abajo. Más y más zombis se fueron reuniendo frente a la tienda. Parecía que todos los muertos vivientes cercanos habían sido atraídos hasta la puerta.
“Muy bien hermano, así que ahora hay un montón de zombis frente a la entrada. ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Tienes una bomba o algo así?”
“Nuestra salida no es por aquí.”
Barrendero levantó las cejas, era la única forma de entrar o salir de la tienda.
Yohan agarró su rifle y los ojos de la pareja se abrieron una vez que vieron lo que estaba a punto de hacer. Al momento, comenzó a disparar a la pared de vidrio que había entre las tiendas. Una vez más, el sonido del cristal rompiéndose llenó toda la zona.
“Voy a hacer un camino. Síganme y no se queden atrás. Tened cuidado de no cortaros por un cristal.”
La pareja ahora entendió el plan de Yohan. Después de atraer a los zombis a un lado, rompieron la pared de cristal que separaba las dos tiendas y salieron corriendo por el otro lado. De esta manera, podrían evitar luchar contra zombis, sin importar cuán rápido se muevan los muertos vivientes.
Yohan cambió la función de disparo de su arma a disparo selectivo. Cada vez que disparaba, aparecían grietas en la pared de cristal y Yohan la terminaba rompiendo de una patada. Hicieron un camino a través de varias paredes de cristal de esa manera.
Los zombis intentaron perseguir a sus presas, pero estaban demasiado apilados y se obstaculizaron el movimiento los unos a los otros. No pudieron alcanzar a los tres hombres que se movían a través de los amplios espacios de las tiendas.
Yohan hizo un último agujero cuando llegaron al final de la línea de tiendas y salieron por la puerta principal. Una escalera mecánica totalmente vacía apareció ante el grupo. Barrendero miró hacia atrás para admirar los agujeros. Parecía que alguien había jugado un juego loco de Golpea al topo. Yohan, en silencio, insertó un nuevo cargador en su rifle.
“Hermano, eres como un villano.”
“Soy peor que un villano.”
“Y creo que eres inteligente.”
“Te equivocas. Solo tengo mucha experiencia. ¿Dónde está la entrada al metro?”
“¡Genial! Es mi turno. Yo tomaré la delantera.”
Barrendero guio al grupo con paso ligero. Su hacha brillaba en el aire, mientras la usaba para abrir las cabezas de zombis que aparecían de vez en cuando. Yohan y Ha Jin ni siquiera tuvieron la oportunidad de pelear. Cuando llegaron a su destino, pudieron ver que la entrada del metro era un pasillo estrecho, ocupado por aproximadamente diez zombis. Las puertas de cristal que conducían al metro estaban cerradas.
Los tres hombres dejaron de correr.
“Hay bastantes. ¿Qué tal si les disparamos?” – sugirió Barrendero.
“No sabemos cuántos hay más allá de la puerta. Quiero intentar mantener la puerta intacta.” – contestó Yohan, sacudiendo la cabeza.
“Oh, ¿Si? Entonces no hay opción. Oye, chico grande, ¿crees que puedes seguir?” – preguntó Barrendero a Ha Jin, que estaba tratando de recuperar el aliento.
Estaba comprensiblemente cansado, ya que corrieron una larga distancia sin parar.
Las personas más ágiles estaban agotadas, por lo que Ha Jin, que tenía un cuerpo enorme, sin duda lo estaba aún más. Sin embargo, Ha Jin sonrió.
“No te quedes atrás.”
“Guau, tipo duro.”
Mientras los dos continuaban hablando, Yohan sacó su ballesta y comenzó a disparar a los zombis. Quería dispersar a la multitud de no muertos que se agolpaban ante la entrada. Sus flechas volaron tan rápido como el rayo y golpearon a los zombis en el cuerpo, haciéndolos caer o tropezar. Mientras se abría la brecha en la multitud, los tres hombres avanzaron con cuidado.
Barrendero y Ha Jin se turnaron para rematar a los zombis, haciendo que cada muerto viviente muriera con un fuerte gemido. Cuando Yohan volvió a cargar su ballesta, sintió una presencia a sus espaldas y, con el perno todavía en la mano, se dio la vuelta y lo insertó en la cabeza de un zombi. Al instante, el no muerto cayó débilmente al suelo.
Los tres continuaron sin ningún problema.
Un puñado de zombis no eran suficientes como para obstaculizar su trabajo en equipo. Mientras Barrendero era ágil, Ha Jin era alto, y podía atacar con su cuchillo antes de que los zombis pudieran alcanzarlo. E incluso si varios muertos vivientes se acercaran a la pareja al mismo tiempo, no podrían evitar los disparos de Yohan.
“¡Ve al torno del peaje!” – ordenó Yohan.
Barrendero siguió la orden y abrió un camino entre los zombis. Saltó todo lo que pudo y pateó a los zombis, haciéndolos tropezar y chocar contra los que estaban detrás de ellos.
“¿Realmente tienes que actuar tan tonto?” – preguntó Yohan, frunciendo el ceño después de ver las acciones de Barrendero.
“¿Qué quieres decir con ‘tonto’? Eso es grosero. ¿Sabes qué es lo más importante cuando luchas?”
“Realmente no…”
“¡Verse genial!”
‘Este tipo… ¿Cómo narices logró sobrevivir durante tanto tiempo?’ – pensó Yohan, soltando un suspiro, mientras escuchaba como Barrendero seguía hablando sobre como ‘verse genial mientras se pelea es lo mejor’.
“Tengo curiosidad por saber cómo sobrevivió todo este tiempo.” – dijo Ha Jin, interviniendo en voz baja.
“Me pasa lo mismo.” – dijo Yohan. – ‘Realmente pensamos igual.’
Yohan estaba de acuerdo con la mentalidad de Ha Jin. Esperaba que Barrendero se abstuviera de gritar los nombres de sus ataques mientras luchaba.
Tan pronto como pasaron por el torno del peaje, la distancia entre ellos y los zombis aumentó. No importa cuán bajo sea un obstáculo, a los zombis les tomaría algún tiempo saber que estaba pasando y superarlo.
Después de escapar de los zombis, se relajaron. El grupo tenía una compenetración mucho mejor de lo que Yohan pudo imaginar, permitiéndole ahorrar munición.
‘Que pena.’
Este grupo era demasiado bueno. Aunque Barrendero era molesto, Yohan no pudo evitar reconocer sus habilidades de lucha. Incluso si combinara el poder de toda la gente en el campamento de Gunn, ni siquiera podrían comenzar a compararse con estos dos.
Los tres siguieron las vías del metro hasta la estación Jung-dong.
Después de abandonar la estación del ayuntamiento de Bucheon, donde se encontraba la mayor parte de la oleada zombi, Yohan pensó en volver a entrar en el centro comercial para evitar la horda que había en el exterior.
No había luz dentro del metro y Yohan tuvo que confiar en las dos linternas que trajo, obligándolos a avanzar con lentitud.
“Ei, hermano.” – dijo Barrendero, que estaba a la cabeza, pidiendo la atención de Yohan. Este, tomó la linterna de Ha Jin, para acercarse.
Había una figura extraña en medio de la vía del metro. Tenía forma humanoide, pero su cuerpo era desgarbado y estaba completamente teñido de rojo, como si hubiera perdido toda la piel. Sus riñones estaban tirados por el suelo y los arrastraba a dos metros de distancia.
Era un zombi mutante.
‘No importa cuanto lo busqué, no pude encontrarlo en la superficie. ¿Está controlando la oleada desde aquí?’
El mutante emitió un sonido parecido al de un niño fantasma de una película de terror japonesa. Sus pálidos ojos miraban hacia el vacío, pero, tan pronto como noto su presencia, se pusieron rojos. Barrendero se estremeció.
“Argh, ¿qué es esa cosa desagradable?”
“Es un Gremlin.”
“¿Un Gremlin?”
“Es un apodo que se me ocurrió. Eso… Es un zombi mutante. El que está detrás de este desastre. No puedo decir si tenemos suerte o no.”
“¿Realmente son diferentes de los zombis normales?”
“Mucho.”