1ª parte: Juego de Supervivencia
Capítulo 27
Ola de Zombis XII
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Mutante: Gremlin.
Un zombi con un cuerpo largo, que caminaba a cuatro patas durante una pelea. Parecía una criatura sacada de una novela de fantasía, así fue como se le ocurrió a Yohan el apodo.
Aunque este mutante podría haber sido el causante de la oleada zombi, que había destruido la base militar cercana, había una alta probabilidad de que fuera un mutante diferente el que hubiera atacado la base. Si no, significaría que el poder de fuego de la base militar era extremadamente bajo. Mientras la gente supiera qué hacer contra este tipo de mutante, era posible tratar con ellos.
Si le diera a este mutante una clasificación de peligro de uno a diez, sería alrededor de cinco. Se necesitarían al menos algo de ocho o nueve para destruir una base militar. Las fuerzas terrestres coreanas tenían más poder de combate que la marina o la fuerza aérea. Tenían una moral alta y estaban armados con armas pesadas. Era una facción que no caería con tanta facilidad.
De todas las variantes mutantes que recordaba Yohan, la que más temía era la ‘David’. Podía recordar como tubo que pelear en una batalla a dos frentes, cuando sus compañeros soldados se giraron en medio de la batalla, mientras la ola de zombis golpeaba la barricada de alambre de púas. Muchas bases del ejército se habían derrumbado de esa manera.
Si los mutantes no existieran, entonces el ejército coreano nunca habría caído. No, podrían haber sobrevivido si supieran cómo tratar con los mutantes. La aparición de estas variantes inesperadas fue lo que llevó al fin del mundo.
“Esa cosa es espeluznante.” – dijo Ha Jin.
“Tengo una mala noticia, una buena noticia y una muy buena noticia. ¿Cuál quieres escuchar primero?” – dijo Yohan, dando un paso atrás mientras ponía su rifle en modo automático.
“La muy buena noticia.”
“Buena noticia.”
Los dos respondieron casi al mismo tiempo. Yohan asintió con la cabeza.
“Las malas noticias primero. Ese zombi es diez veces más poderoso y difícil de tratar que un zombi normal.”
“Espera, ¿por qué te molestaste en preguntar qué queríamos escuchar primero?” – se quejó Barrendero.
“¿Cuáles son las buenas noticias?” – insistió Ha Jin. Estaban bromeando, pero el ambiente era tenso. El zombi mutante exudaba un aura extremadamente amenazante.
“Si lo matamos, la ola de zombis terminará y la horda se dispersará.”
“Oh, ¿Y las noticias extremadamente buenas?”
“Sé cómo lidiar con eso.” – respondió Yohan, levantando su rifle para apuntar a la cabeza del mutante.
“¿Oh? ¿Cómo?” – preguntó Barrendero.
“Es demasiado largo para explicarlo paso a paso, pero puedo decirte que esta variación mutante no es tan peligrosa. Siempre usa el mismo patrón de ataque. Miren con cuidado.”
A pesar de las palabras de Yohan, los dos todavía se sentían incómodos. Incluso mientras hablaban, el mutante los miraba con sus ojos rojos. Sin embargo, no se movió.
“¿Por qué no se mueve?” – preguntó Ha Jin, ladeando la cabeza.
“Porque no estamos dentro de la zona en la que se sentiría amenazado.” – respondió Yohan, arrojando la linterna a Ha Jin. – “Los dos, retroceded un poco, como diez pasos. Ha Jin, cubre la retaguardia. Barrendero, estate preparado. Es rápido, intenta no perderlo de vista.”
La pareja asintió al escuchar las instrucciones y retrocedió. No tenían más remedio que confiar en él. Tan pronto como dieron un paso atrás, Yohan apretó el gatillo. El fuego del arma resonó por todo el túnel del metro.
Con un estruendo, la primera bala golpeó el centro de la cabeza del zombi mutante. Sin embargo, el resto de balas solo lo rozaron por culpa del retroceso del rifle.
El zombi chilló.
El sonido los hizo sentir como si les arrancaran los oídos. Otra bala golpeó al monstruo en la boca. Al principio su cara parecía humana, pero se fue volviendo pastosa, a medida que la sangre fluía por las heridas de bala. Si hubiera sido un zombi ordinario ya habría muerto.
El monstruo se tambaleó, pero no cayó. En ese instante, el cuerpo del zombi desapareció en la oscuridad.
“Qu… ¡Qué demonios!” – gritó Barrendero, entrando en pánico y comenzando a agitar la linterna, intentando encontrar al zombi una vez más. La luz era demasiado tenue y dificultaba la visión.
“¡No sacudas la linterna! ¡Techo izquierda! ¡Esquina! ¡Está dando vueltas en el sentido contrario a las agujas del reloj!” – le espetó Yohan.
Al instante, Barrendero colocó el haz de luz sobre el monstruo.
El mutante se arrastraba por el techo del túnel subterráneo y daba vueltas sobre Yohan. Sus garras afiladas se clavaban en las paredes de cemento cada vez que movía sus extremidades. Con su objetivo iluminado, Yohan comenzó a disparar una vez más.
El mutante merodeaba, arrastrándose por el techo. Saltó al suelo por un instante, antes de volver a saltar al techo en el lado opuesto. Era como un cazador, acechando a su presa.
El sonido de los disparos continuó resonando en toda el área. Yohan rastreó al zombi sin descanso, pero no era fácil acertar, debido a que su velocidad era similar a la de un corredor. El rifle de Yohan chasqueó cuando se quedó sin munición e inmediatamente dejó de disparar para cambiar el cargador. Sus movimientos fueron suaves, minimizando la pausa en el tiroteo.
‘Tres… Cuatro…’
Siguió al zombi con el arma mientras contaba la cantidad de veces que daba vueltas sobre su cabeza. Barrendero perdió el rastro del zombi, pero Yohan lo escuchó aterrizar a su espalda.
‘Cinco…’
Yohan bajó su arma, colocando el protector de su brazo entre su cuerpo y el cañón caliente del arma y rodó hacia un lado.
Tan pronto como comenzó a dar vueltas por el suelo, escuchó un fuerte golpe cuando el mutante se abalanzó sobre su posición anterior. Su ataque fue tan rápido como el rayo. Cuando su ataque falló, el zombi volvió a saltar al techo y comenzó a repetir su patrón.
Yohan se levantó rápidamente y se puso en posición de disparo una vez más. Aunque no podía apuntar para realizar un disparo mortal, se estaba acostumbrando a la velocidad del mutante. Predijo la velocidad y el movimiento del muerto viviente y apuntó con cuidado, intentando predecir su posición.
Al final, cuando los disparos cayeron sobre el mutante, pudo ver y oír cómo se desgarraba su carne.
La batalla iba bien, pero la munición era un problema. Solo le quedaban dos cargadores. Tenía que terminar con el zombi antes de que se agotara por completo.
Podía intentar luchar en combate cuerpo a cuerpo, pero sería muchísimo más peligroso. Estaba empezando a sentirse un poco inquieto.
‘Tranquilízate. Un poco más.’ – se recordó Yohan, como hacía siempre que comenzaba a ponerse nervioso y su cuerpo se volvía más rígido.
Cada vez que la linterna iluminaba al zombi, Yohan podía sentir la piel de gallina por todo su cuerpo. A pesar de que Barrendero estaba haciendo todo lo posible para iluminarlo, el monstruo seguía entrando y saliendo del haz de luz. Parecía un mago desapareciendo del escenario.
Yohan estaba apuntando al centro del zombi y, de repente, un disparo afortunado golpeó uno de sus brazos, rasgando una de sus extremidades. El mutante lanzó un fuerte y doloroso chillido.
“¡Ha Jin! ¡Los zombis se acercan!” – gritó Yohan, tan pronto como escuchó el chillido del mutante, recordándole a Ha Jin que cuidara la retaguardia.
Ha Jin, que estaba cautivado por la pelea, volvió a la realidad y miró a su espalda. No había zombis, pero sentía una atmósfera incómoda en el túnel.
Después de unos tres minutos, pudo ver un grupo de zombis acercándose desde el final del túnel, pero estaba demasiado oscuro para saber exactamente cuántos había.
Ha Jin tragó saliva.
Barrendero tenía que ayudar a Yohan manteniendo la linterna sobre el zombi mutante. Esto significaba que tendría que luchar solo contra los zombis en la oscuridad. Si un zombi lo superaba, sus compañeros estarían en peligro.
Ha Jin se serenó y agarró su cuchillo con fuerza cuando los zombis comenzaron a acercarse. En ese momento, se movió para interceptar a la horda. Era mejor tratar con ellos lo antes posible para evitar que atacaran a los demás. Ha Jin dio un grito de batalla. Estaba decidido a no dejar pasar a ningún muerto viviente.
Yohan cambió de nuevo su cargador. Era el último.
Tenía otra arma en la espalda, pero no tenía mucha munición. El mutante fue golpeado varias veces, pero ninguno de los disparos fue fatal. Yohan estiró su dolorido brazo y volvió a colocar el rifle en fuego semiautomático.
Había estado usando el modo de fuego automático para tener una mejor oportunidad de golpear a su veloz oponente. Sin embargo, ahora no tenía más remedio que intentar realizar disparos más precisos.
“¡Hermano! ¡Hay algo que viene del otro lado del túnel!”
Las cosas iban de mal en peor y los zombis comenzaban a aparecer desde el otro lado. Barrendero dirigió la linterna hacia delante por un breve instante, antes de volver a apuntar hacia el mutante.
En ese momento, pudo ver cuán lejos estaba la horda, todavía tenían unos tres o cinco minutos. Yohan elogió en silencio la decisión de Barrendero de iluminar el frente por un instante, ya que le ayudó a determinar el grado de la amenaza.
Barrendero tenía una muy buena cabeza para el combate.
Después de que el mutante dio cinco vueltas más, Yohan volvió a rodar por el suelo. Sin embargo, en esta ocasión comenzó su movimiento demasiado tarde. Aunque había salido del rango de ataque del mutante, no pudo abandonar la zona del impacto a tiempo y el polvo cubrió su rostro. La sensación sofocante lo hizo toser y parte del polvo le entró en los ojos, cegándolo. Si lo atacaran ahora, sería su final.
Podía sentir los pelos de su cuerpo erguidos.
Afortunadamente, el mutante pensó que había vuelto a fallar y saltó de nuevo hacia el techo. Yohan se tambaleó al levantarse y volvió a asumir una postura de disparo. Todavía le picaban los ojos. Se los frotó un par de veces e intentó seguir al zombi.
“¡Hermano! ¡De prisa! ¡Quinta vuelta!”
La voz de Barrendero era fuerte y clara. Debía haber descubierto el patrón de ataque después de verlo dos veces. Con su ayuda, sabía que se acercaba el ataque, pero era demasiado tarde para intentar esquivarlo.
Yohan susurró un silencioso agradecimiento y agarró con fuerza el guardamano y la culata del arma mientras levantaba el rifle ante él.
Podía escuchar el sonido del cuerpo del mutante cortando el viento como una flecha. Yohan bloqueó su ataque con su arma. El peso del ataque hizo que retrocediera un poco, pero estaba preparado y lo soportó.
El mutante trató de empujar el arma con el brazo restante y chasqueó sus dientes. Fue un espectáculo aterrador. Cada vez que el zombi abría la boca, Yohan podía ver los hilos de su espesa saliva y oler su terrible aliento.
“¡Barrendero! ¡Lanza el hacha a mis pies!”
Barrendero mantuvo una mano sobre la linterna que iluminaba al mutante y se inclinó para arrojar su hacha que, salió disparada, prácticamente deslizándose por el suelo.
El hacha giratoria aterrizó exactamente al lado de los pies de Yohan que, al instante, bajó su cuerpo para agarrarla. Tan pronto como soltó una mano del rifle, el equilibrio de poder cambió.
Agarró el hacha cuando cayó hacia atrás y los dientes del mutante se cerraron justo al lado de su oreja. Yohan se movió tan rápido como un rayo y el hacha separó la cabeza del zombi de su cuello, haciendo que la sangre roja fluyera como una fuente.
A pesar de que perdió la cabeza, el zombi continuó atacando. Yohan rodó para esquivar sus garras y luego le cortó una de sus extremidades.
“¡Raaauuugh!”
Un zombi normal extendió la mano y le agarró el hombro mientras estaba ocupado tratando con el mutante. Yohan fue pillado por sorpresa, pero todavía golpeó de forma instintiva al zombi en la barbilla. Con un fuerte chasquido, el ataque hizo que el zombi retrocediera, dándole la oportunidad de cortar la otra pierna del zombi mutante. El monstruo se derrumbó en el suelo y se retorció con el brazo que le quedaba en la parte superior del torso.
Al instante, Yohan se dio la vuelta rápidamente y disparó su arma.
No podía ver a los zombis normales en la oscuridad, por lo que barrió con su arma en una gran ráfaga. Los zombis cercanos cayeron o las balas redujeron su acercamiento. Inmediatamente después de disparar su arma, la linterna de Barrendero iluminó a los zombis.
“¡Agrupaos!”
“¡Estaba esperando que dijeras eso!”
Yohan le dio la vuelta al hacha y la sostuvo por la hoja. Cuando Barrendero pasó corriendo, cambió la linterna de mano, agarró el hacha con la mano dominante y se ocupó de los zombis que quedaban.
Mientras Barrendero se encargaba de los zombis, Yohan se encontraba exhausto. Había usado toda su energía para luchar contra el zombi mutante. Cambió de arma mientras recuperaba el aliento y revisó la munición que le quedaba.
‘11 balas.’
Era suficiente.
Yohan disparó las balas que le quedaban en la cabeza y el cuerpo del mutante. No dejó de disparar hasta que dejó de moverse por completo.