sábado, 27 de abril de 2019

LCMC 1-3

Parte01 Parte02


LCMC 1-2

Parte01 Parte02


TATE Capítulo 17

Capítulo 17
La armadura bárbara
Traducido por Lord
Corregido por DaniR
Editado por Tars

“Oh, bueno, ¿no es este el chico escudo? Ya ha pasado más de una semana.” Después de regresar a la ciudad del castillo, habíamos ido directamente al distrito comercial. Pero, por alguna razón, el Viejo tenía la boca abierta cuando miró a Raftalia. “Apenas nos volvemos a ver después de un tiempo… Y mira en qué belleza te has convertido.” “¿Haah?” ¿Qué estaba diciendo? ¿Por qué estaba este Viejo murmurando incoherencias así? “Te has desarrollado tan bien… Esto es demasiado diferente de tu anterior y famélica complexión.”
“Por favor, no lo diga como si estuviera engordando.” Al parecer molesta por su declaración, Raftalia se movió mientras jugueteaba con sus dedos. ¡Esa reacción de ella fue repulsiva! Me recordaba a esa perra. “¡Ga, ha, ha! Te has convertido en un adorable visón.” “¿Ha crecido? Bueno, su nivel ciertamente ha subido.” Hace una semana estaba en nivel 10, y ahora estaba en el 25. ¿Pero su apariencia física realmente había cambiado tanto? “Fuumu... Eres bastante cínico, ¿lo sabías?” “No tengo idea de qué tonterías estás hablando.” Era cierto que cualquiera encontraría linda a una niña de 10 años. Pero como solo había estado comiendo carne, carne y más carne durante todos los días, podría haberla vuelto un poco gordita. Cada vez que su estómago se quejaba, cocinábamos inmediatamente la carne de los monstruos que habíamos encontrado. Temía que se convirtiera en una de esas personas enfermas debido a su dieta desequilibrada. Así que empecé a añadir hierbas medicinales a sus comidas, a pesar de que me rompió el corazón y la cartera al hacerlo. No había estado tosiendo recientemente, probablemente gracias a que las pociones de recuperación finalmente habían hecho efecto. “¿Qué hiciste durante la semana pasada? ¿Cazar?” “El personal de la posada del pueblo me enseñó modales en la mesa, ya que quería poder cenar tan elegantemente como el Amo Naofumi algún día.” “Parece que estás bien encaminada.” Inesperadamente, el Viejo estaba de muy buen humor. A este ritmo, probablemente nos venda artículos de alta calidad. Así que sigue engatusándolo, Raftalia. “Entonces, ¿cuál es tu asunto conmigo hoy?” “Ajá planeo comprar algo de equipo.” – dije mientras señalaba a Raftalia. En respuesta, ella agarró firmemente mi dedo con una espeluznante sonrisa en su cara. “Por favor, considera tu equipo de protección esta vez, Amo Naofumi.” “De acuerdo. Pero, ¿por qué razón?” “Me gustaría pedirte que te tomes un momento para reflexionar sobre eso tú mismo.” “Mmm… Bueno, para prepararme para la ola entrante, supongo.” “¿Adónde queréis llegar vosotros dos? En serio, no tengo la menor idea de lo que esta joven señorita quiere pedir…” ¿De qué diablos hablaban estos tipos? Tanto Raftalia como yo ya habíamos decidido que compraríamos mi equipo, ¿verdad? “Así que, parece que vamos a conseguirte una armadura. ¿Cuánto quieres gastar?” “Dentro del rango de 180 monedas de plata, por favor.” Raftalia agotó nuestro presupuesto sin mi consentimiento. Eso me había molestado un poco. Si nos conformamos con ese precio, no podríamos comprarle un arma nueva. “Veamos… Bueno, mi mejor armadura en oferta por esa cantidad sería esta cota de mallas de aquí.” “Una cota de mallas… ¡BAAH!" Emociones oscuras comenzaron a surgir desde lo más profundo de mis entrañas. Sería totalmente humillante para mí volver a comprar un equipo que originalmente había sido mío. “Bueno… Si el chico escudo odia tanto esto, supongo que deberíamos ir con otra cosa.” – contestó el tendero mientras se rascaba la cabeza, entendiendo mi reacción, mientras se volvía hacia sus otras armaduras a la venta. “Para ser honesto, es difícil encontrar un equipo apropiado dentro de este rango de precios. ¿Qué te parece una malla con chapas de hierro?” – preguntó mientras señalaba la armadura en cuestión. Era una enorme lámina de hierro transformada en… Una placa totalmente protegida. La armadura estaba decorada con el símbolo de la ciudad del castillo. ¡Sabía de esto! De vuelta en mi viejo mundo, esto era lo que la gente llamaba una ‘armadura completa’ o algo así. Se decía que este tipo de armadura era extremadamente tediosa para moverse; el que la llevaba ni siquiera podía ponerse en pie por sí mismo; y finalmente, eran los más rápidos en hundirse en un pantano. “Se necesitará un poco de resistencia física para llevar esto. Su único defecto es no tiene aplicada la función ‘Caminante Aéreo’.” “¿Caminante Aéreo?” “Una función que permite al portador aligerar su peso consumiendo su propio poder mágico. Una habilidad verdaderamente magnífica.” “Estoy de acuerdo.” Básicamente en este mundo, si una armadura de cuerpo entero no tenía la función Caminante Aéreo entonces no era más que un saco de arena inmóvil. Eso no es del todo correcto. Si el portador era físicamente capaz, entonces debería ser capaz de moverse un poco. Sin embargo, no tengo mucha resistencia en este momento. “Parece que podemos hacerla más ligera y barata quitando las partes más voluminosas…” “Así que, chico, estabas pensando en eso después de todo.” “¿No es eso un hecho?” “Las corazas de hierro son más baratas. Pero su cobertura protectora es muy limitada.” “Fumu… Si bien la defensa es obligatoria, perder la movilidad a cambio lo haría insignificante.” Era buena y todo para llegar a ser tan sólido como una pared, pero sería un gran problema si apenas pudiera moverme. Me gustaría abstenerme de usar equipos que disminuyan la movilidad tanto como sea posible. La función Caminante Aéreo, ¿eh? Me pregunto cuánto costaría añadir esa función. “Con eso dicho… Podría hacer una armadura a medida si me traes los materiales…” “Suena bien, me gusta hacer este tipo de cosas.” “Tienes una expresión de satisfacción, chico… Supongo que seguiremos con este plan.” El Viejo extendió un pergamino con los nombres de varios materiales escritos en él. “No puedo leer esto.” Aunque era posible comunicarse directamente gracias a la función de traducción del escudo, todavía no podía leer los escritos de este mundo. El tendero parecía preocupado, así que siguió adelante y me lo explicó todo. “Puedes comprar cobre y hierro barato en el taller de allí. Después de eso, tráeme algunas pieles de Usapiru y Puercoespín, y luego algunas plumas de Pikyu Pikyu.” “Aquí están las pieles y las plumas.” Con una sonrisa, Raftalia sacó alegremente las pieles y plumas de nuestro saco de equipaje. Las habíamos estado usando como nuestras mantas y ropa de cama, ya que eran cálidas y esponjosas. Pero… Bueno, supongo que está bien de todos modos. “La calidad de la armadura será un poco mala. Pero aun así será buena para el uso práctico.” “Entonces, ¿cuál es la razón para hacerla?” “Esta es la Armadura Bárbara. Su rendimiento está a la par con la Cota de Mallas y cubre la mayor parte del cuerpo. Puede que sea un poco fría, pero es muy fuerte.” “Oh…” Armadura Bárbara… De alguna manera la frase suena un poco desagradable. “Hay un truco para añadir algunos efectos mágicos como bono, pero este paso se puede hacer luego cuando hayas terminado de reunir los otros materiales.” “Eso es tranquilizador. Entonces, vamos a comprar hierro y cobre.” “¡Vamos! ¡Vámonos ahora mismo!” Raftalia tiró enérgicamente de mi mano mientras me apresuraba a salir. “¿Cuál es el problema?” “El Amo Naofumi va a parecer un verdadero aventurero. No puedo esperar a verlo.” “Bu-bueno… Supongo que sí.” Ella había dicho que me veía exactamente como un aldeano. Aunque el equipo sería un poco barbárico, no tenía muchas opciones. Así que nos dirigimos hacia el taller de metal y compramos la cantidad necesaria de hierro y cobre. Parecían haber oído hablar de nosotros por el Viejo de la tienda de armas, así que nos vendieron los productos a un precio sorprendentemente barato. También dijeron que Raftalia era linda y nos dieron un poco más. El tipejo del taller de metal sonreía ampliamente mientras la miraba. Raftalia gentilmente le hizo un gesto con la mano para devolverle el saludo. Ni siquiera quería empezar a predicar sobre la moralidad de la pedofilia en este mundo. “Esa ha sido una reunión de material rápida.” “Es todo gracias a tus propios esfuerzos, ¿no es así, chico?” “Bueno, sí. Todo se debe a que muchos de tus conocidos son ‘jovencitos’. Ya puedo señalar dos o tres de ellos.” “¿‘Jovencitos’? Por Melromarc, ¿qué estás diciendo?” “¿No entiendes lo que quiero decir con ‘jovencitos’? Pensaba que entenderías esta palabra a través de la función de traducción del escudo.” “No es eso, no entiendo por qué crees que las preferencias de mis compañeros de trabajo son por las chicas jóvenes…” “Dijeron que Raftalia era linda, así que nos vendieron cosas más baratas.” “Chico… ¿Podría ser que en serio no lo sepas?” “¿No saber qué?” “Viejo, está bien por ahora.” – Raftalia dijo eso por alguna razón mientras agitaba la cabeza. El tendero lo entendió de alguna manera. Resignado, se desplomó de hombros y me echó una mirada. “Estará lista para mañana, así que por favor espera hasta entonces.” “Qué rápido, pensé que tardarías al menos dos días en terminarla.” "Hmm, ese podría ser el caso para algún extraño. Pero es diferente para ti, chico.” “Por una vez más, tienes mi gratitud.” “¡Wa, ja, ja! Esa sí que fue una respuesta de lameculos.” Se estaba burlando de mí solo porque le mostraba un poco de aprecio. “¿Cuál es el precio de esta armadura hecha a medida?” “Incluyendo el precio del cobre y el hierro… Alrededor de 130 monedas de plata. Además, puedes añadir algunas mejoras opcionales.” “¿Es ese el costo base? Pensaba que estaría bien si conseguía los materiales necesarios.” “¡Wa, ja! Eso ya lo había tomado en cuenta al colocar de precio de 130 monedas, no puedo ir más bajo que eso.” “Entiendo. Entonces es suficiente para mí.” Saqué 130 monedas de plata y se las entregué al tendero. “Gracias por elegirme.” “Ah, es cierto. Viejo, quiero comprar un arma dentro del rango de 90 monedas de plata.” “Supongo que es para esta joven señorita.” “Ajá…” Así es. La espada ordinaria que compramos la semana pasada estaba recién pulida. Entonces, ¿deberíamos pedir un intercambio? “Raftalia.” “Aye.” Raftalia sacó la espada de su cintura y la puso sobre el mostrador. “Quiero pedir una reventa. Así que aquí tienes, incluye esta espada en la cantidad del pago.” “Fumu… Parece que la has mantenido bien esta vez.” “Todo gracias a mi escudo.” El mantenimiento del pulido terminaba a la mañana siguiente si insertábamos el arma dentro del Escudo Afilador antes de irnos a dormir. También mantenía la hoja bien afilada para facilitar el corte. “Es un escudo muy conveniente…Yo también quiero uno.” “No podrás equipar ninguna otra arma, lo sabes.” Solo soy una pared en movimiento sin ningún poder de ataque. Con mucho gusto le entregaría esto a cualquiera que lo quisiera. Si eso fuera posible. “Esa parte es bastante molesta.” Esperé a que comenzara el intercambio mientras aguantaba la risa odiosa del Viejo. “No hay ni una mota de óxido en la hoja. Como se esperaba del escudo legendario, su rendimiento es magnífico.” El tendero manifestó su abierta admiración mientras inspeccionaba la durabilidad de la espada. “Déjame ver… Con todo lo que queda, puedo venderte una espada de hierro mágica.” La espada de hierro mágica era definitivamente más alta que una espada de hierro en términos de clasificación de armas. “Debería ser un hecho que el recubrimiento de limpiador de sangre está incluido, ¿verdad?” “Urg, añadiré eso como un extra. ¡Sé muy bien que estás trabajando duro, chico!” El Viejo era un gran tipo. Si lo piensas, me ha estado dando varios extras desde el día en que me robaron y me dejaron sin absolutamente nada. “Gracias…” Desde el fondo de mi corazón, expresé esas sinceras palabras de gratitud al tendero. “Chico. Es una buena noticia ver ese mismo brillo en tus ojos como la primera vez que nos vimos. Hoy me has enseñado algunas cosas buenas.” El Viejo, de alguna manera, parecía satisfecho cuando le entregó la espada de hierro mágica a Raftalia. “Las buenas armas solo serán poderosas en manos capaces, mientras que se convertirán en chatarra sin valor en manos de los que no tienen talento. Sin embargo, creo que serás capaz de dominar completamente su fuerza. Hazlo lo mejor que puedas, joven señorita.” “¡Aye!” Raftalia envainó la espada en su cintura con ojos brillantes y motivados. “Ahora, por favor, vuelve mañana a esta hora.” “Ajá.” “¡Muchas gracias!” “Hasta entonces.” Y así, dejamos la tienda de armas. Con los negocios hechos, nos fuimos pensando qué comer y qué hacer el resto del día. A pesar de que no podía saborear nada, necesitaba comer porque sentía hambre como todos los demás. En mis manos había 10 monedas de plata. Lo que habíamos conseguido ahorrar en una semana completa había desaparecido instantáneamente. Oh bien. Esto estaba dentro de las expectativas, y estas monedas deberían ser lo suficientemente buenas para hacer nuestras inversiones futuras. Afortunadamente, había muchas maneras de ganar dinero. “Ah, es cierto. ¿Quieres comer en la tienda a la que fuimos hace un tiempo?” “¿Estás seguro de que está bien?” “Estoy deseando ver los modales de la glotona Raftalia mientras vuelve a devorar la comida de su plato.” “¡Por favor, detente! ¡Meww, ya no soy una niña!” La anteriormente alegre Raftalia ahora se estaba enojando mientras hinchaba sus mejillas. ¿Por qué de repente trataba de ser una adulta cuando había estado actuando como una niña hacía solo una semana? Parecía que nuestra niña acababa de llegar a la pubertad. “Sí, sí. Honestamente quieres comer. Lo entiendo, de verdad que sí.” “El Amo Naofumi ni siquiera está escuchando una palabra de lo que estoy diciendo.” “Está bien. Eres totalmente una adulta. Con eso dicho… Realmente quieres comer, ¿no?” “¿Crees que no puedo ver a través de tus verdaderos pensamientos detrás de esos ojos bondadosos que se usan para tratar con los niños? ¡No necesito esa clase de compasión!" Por Dios, era cierto que estaba en una edad difícil. ¿Todavía deberíamos conseguir un almuerzo infantil para ella? Entramos en la misma tienda que los servía. “¡Bienvenido!” Nuestro servidor nos guio cortésmente a nuestra mesa esta vez. ¿Era este el efecto de cambiar el peinado de Raftalia? La gente era muy cruel con las cosas más pequeñas en ese entonces. “Pediré la comida más barata que tengas, mientras que esta chica comerá el almuerzo para niños, el de la banderita.” “¡Amo Naofumi!” El empleado confirmó nuestro pedido con una expresión de perplejidad mientras alternaba entre Raftalia y yo. “Por favor, deme también la comida más barata.” “S… sí.” Nuestro servidor asintió a Raftalia y regresó a la cocina. “¿Por qué has hecho eso? ¿Realmente te disgusta tanto el almuerzo infantil?” “Como te he dicho antes, ya he crecido.” “Um… ¿Vale?” Supongo que no se puede hacer nada al respecto. Dejaré que Raftalia se entregue a su egoísmo por ahora. Parece que mi única obligación actual es dejarla comer lo que quiera.



viernes, 26 de abril de 2019

G4L Capítulo 21

Arco 3 Capítulo 21
El dilema de la señorita
Traducido por Kasahara y Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars

“Vaya. Así que esto es una moneda de plata de 100 Ar. Es la primera vez que veo una.” – dijo Myra. Incomodado por la niña, que quería ver la moneda, Kazura le dio una de las veinticinco que había recibido de la anciana. Las monedas de 100 Ar eran redondas y más grandes que las de cobre de 1 y 10 Ar. Estaban hechas de plata y talladas con pequeños detalles. Cuando Myra recibió la moneda, jugó con ella tocándola y mordiéndola para comprobar su dureza. Kazura observó a la pequeña de reojo, y después volvió a la conversación con la anciana, quien con una expresión seria en su rostro, contemplaba la luz reflejándose a través del cristal rojizo que había recibido hacía un momento. “Ahora bien, señora. Tengo una propuesta.” – dijo Kazura. “Ah... No le contaré a nadie de dónde he sacado esto, tampoco preguntaré cómo lo has conseguido. Si hay una próxima vez y si el precio es el apropiado, compraré los bienes que traigas.” “Veo que comprendes rápido...” – contestó Kazura. La señora mayor, que todavía observaba la nueva adquisición, hablaba con tono de indiferencia, como si comprendiese todo lo que Kazura quería explicar. El hombre se sorprendió un poco por su comentario ya que todavía no había comentado nada, pero el contenido de su propuesta era exactamente lo que la tendera le había dicho. Apreció que la conversación concluyese tan rápido. “Cuando sacaste esa piedra de tu bolsa, te tomaste tu tiempo para escogerla, ¿verdad? ¿Has traído más artículos? Al igual que las ocarinas de antes, llevas cosas bastante caras, aunque tu apariencia sea la de un aldeano común. No creo que todo eso lo hayas conseguido de una forma limpia, ¿no es así?” “No, no he hecho nada de forma ilegal.” – aclaró Kazura. Al escuchar a la anciana hablar como si él fuese un ladrón y hubiera estado robando de algún lugar, Kazura sintió la necesidad de explicarse. “Ah... No estoy interesada en saber cuáles son tus fuentes. Mientras saque un beneficio, no se lo contaré a nadie.” – dijo la señora mayor mientras cambiaba su mirada del cristal a Kazura, sonriendo ampliamente. Kazura se ofendió al sentirse juzgado como si fuese un villano. Pero tampoco podía contarle a la mujer la verdad, por lo que no pudo aclarar el malentendido. En cuanto a la pieza de bisutería y las ocarinas que había traído y que podrían venderse por una suma considerable, llamaría la atención si las vendiese en cualquier otro lugar, así que, si era posible, prefería venderlo todo en el mismo establecimiento. La anciana había intentado timarle con el precio de las ocarinas, y aunque finalmente tuviese una percepción de riesgo, era bueno que le hubiesen intentado engañar ahí y poder reflexionar sobre el pensamiento optimista que había tenido hasta el momento. “¿Hablas en serio?” – Kazura respondió de forma adecuada. La anciana colocó la joya en el estante más cercano y se volvió hacia él. “Entonces, las mercancías que llevas en esa bolsa, ¿también quieres venderlas? No voy a estafarte así que puedes relajarte.” – dijo la señora mayor mientras frotaba su mano y dibujaba en su cara una agradable sonrisa. Kazura dejó escapar un suspiro. “Por desgracia es lo único que he traído hoy. Además, si llevase más cosas encima y te las enseñara, ¿eso no significaría que soy un completo idiota?” “Oh, me alegra que lo entiendas. Es bueno que no seas un completo idiota.” – respondió la vendedora. Al escuchar la respuesta de Kazura, la anciana respondió mientras sonreía, sin embargo, continuó con su discurso. “Estás muy indefenso en todo. No sé si ha sido cuestión de suerte o no, pero es bueno que la primera tienda a la que has entrado haya sido la mía. Si enseñas esa joya tan cara vistiendo como si fueras un aldeano común y corriente en otro lugar, sospecharían de ti y llamarían a los guardias. Y eso no es nada divertido. Si la hubieras sacado en alguna tienda administrada por miembros de la familia del funcionario del gobierno, entonces habría acabado todo muy rápido. En esta ciudad hay muchos funcionarios que no están de acuerdo con este tipo de cosas.” “Gracias por la advertencia…” – dijo Kazura. Aunque era algo molesto ser sermoneado por la misma persona que había querido engañarle, era un buen aviso. Kazura se sintió abatido y dejó caer sus hombros. La anciana, que miró al hombre, suspiró por un rato antes de gritar hacia el interior de la tienda. “Señorita, si no utilizas mi llave no podrás abrir ese armario. Y aunque la comparases con las monedas de ese estante, el dinero que le he dado a tu compañero es real, por lo que no debes preocuparte de nada.” Al oír las palabras de la anciana, Kazura se sobresaltó y miró al interior del local. Sin que nadie se diese cuenta, Myra se había metido hacia el fondo tratando de tirar del asa de un armario donde la señora sacaba el dinero. La niña, sorprendida por la llamada de atención, sacudió sus hombros inmediatamente, pero como si todavía dudase sobre la autenticidad de la moneda de plata de 100 Ar, miró a la anciana con desconfianza. La expresión juguetona que había estado mostrando al llegar, cambió a una mirada de hostilidad hacia la señora. Incluso Kazura se sorprendió con la actitud de la niña. La anciana sacudió su cabeza insatisfecha y sacó una llave de uno de los bolsillos de su pecho. Se dirigió a la cerradura del estante que Myra había tratado de abrir. “Comprueba todo lo que quieras hasta que estés satisfecha. Juro por el señor Gaielsior que no es dinero falso.” Tan pronto como la anciana dijo eso, Myra comenzó a comparar a fondo la moneda de plata de 100 Ar en su mano con las monedas del estante. La señora prestó atención a la niña. “Dios mío, esta niña está muy bien enseñada. ¡Necesitas ser más como ella!” – dijo la anciana mientras le arreaba una buena bofetada a Kazura. “Lo grabaré en mi corazón...” – dijo el chico mientras agachaba la cabeza.
* * *
“Odio a esa anciana. ¡No puedo creer que se haya atrevido a engañar al señor Kazura!” Tras salir de la tienda de la señora mayor, Myra escupió sus sentimientos con una mueca de descontento dibujado en su rostro. Mientras la niña comprobaba las monedas hasta estar satisfecha con ellas, Kazura compró los clavos en ese mismo lugar. Tal vez porque se sentía observada por la mirada de desagrado de Myra, la anciana, incómoda, les vendió doscientos clavos por 40 Ar mientras decía: “Espero que podamos hacer buenos negocios de ahora en adelante.” También fue al interior de la tienda y trajo consigo una pequeña bolsa de tela con dulces horneados. Aunque la había ido a buscar con la intención de bajar los humos a la pequeña, no sirvió de nada. De todos modos, aún disgustada, Myra no rechazó la bollería. “Sí, no es nada bueno engañar a la gente. También fue culpa mía por no haber hecho nada al respecto.” – respondió Kazura. “No ha sido tu culpa. ¡La que tiene la culpa es esa señora que te ha tomado el pelo!” – replicó la niña, que realmente no podía perdonar a la anciana mientras miraba a Kazura con los ojos llorosos. Cuando el chico intentó calmar a la alterada niña, vislumbró la figura de Lodurr y Tana viniendo hacia él con el rabillo del ojo. En lugar de leña y piel, llevaban una bolsa de tela. Por lo visto, habían terminado con sus negocios. “Ey, Myra, tu padre y tu madre están allí. Parece que han terminado con sus tareas.” Al oír esas palabras de Kazura, la tristeza en el rostro de Myra se esfumó rápidamente, dibujando una expresión alegre en su cara. “¡Ah, es verdad! !PA-DRE...! ¡MA-DRE!” La niña comenzó a correr mientras llamaba a sus padres en voz alta. Kazura agradeció que apareciesen de forma tan oportuna. Caminaba detrás de la niña, pero de repente alguien apareció por un costado y se golpeó la cabeza contra la nariz de Kazura. El chico cayó de espaldas por el impacto. “Auch...” – s e quejó Kazura. “¡Lo siento mucho! No estaba mirando hacia adelante... ¡Uff...! ¡Qué dolor!” – comentó una misteriosa doncella. “Espera un momento, Ayla, ¿qué has hecho?” – replicó una misteriosa chica rica. Kazura se tocó la nariz mientras buscaba el origen de esa voz. Una joven con traje de sirvienta se frotaba la cabeza y gemía de dolor. Junto a ella estaba una chica preciosa, que vestía un traje blanco de alta calidad, y con una expresión nerviosa corría al a ubicación de Kazura. “¡Por favor, disculpa lo que mi doncella te ha hecho! Estaba mirando a un niño que iba corriendo, se ha despistado y ha chocado contigo... ¿Estás bien?” “¿Eh? Ah, no, estoy bien, no te preocupes por mí.” Sin preocuparse de que el dobladillo de su vestido se ensuciase, la chica se agachó en aquel lugar con una expresión de profunda preocupación en su cara, y colocó su mano en su hombro. Kazura se quedó perplejo. Sin tener que analizarlo mucho, en comparación con las otras personas en el área, su atuendo era de mejor calidad, incluso iba acompañada por una asistente. Debía de ser una muchacha de alto estatus, así que era muy sorprendente ver cómo se preocupaba de una persona humilde como él. Además, como la chica era muy bonita, Kazura se sintió todavía más avergonzado. “Se te ha caído el contenido de tu bolsa. Ayla, ayúdanos a recogerlo.” “S-sí, lo siento muchísimo.” – respondió la criada. Al oír lo que decía la chica, Kazura miró al suelo y se puso pálido. Al caer de espaldas, la bolsa se había abierto y gran parte de su contenido había caído al suelo. Sin embargo, lo que había salido de la bolsa eran objetos que había guardado deliberadamente en la parte superior del contenedor, por si alguien quisiera inspeccionarlo. En principio se trataba de cosas como una olla de bronce o una taza de cobre. Lo otro que había traído de Japón, como la comida enlatada o la linterna, lo había colocado en el fondo de la bolsa, de modo que ninguno ellos había caído al suelo. Kazura recogió su equipaje a toda prisa y puso las cosas que las dos chicas recogieron en su bolsa. “Ay, tengo algo debajo de los zapatos.” – dijo la chica adinerada. Cuando Kazura respiró aliviado después de colocar todas sus cosas en la bolsa, la chica recogió algo cerca de su pie... Era un mechero. “Pe… ¡Perdón! Eso también es mío.” “¿Ah sí? Bueno entonces te lo devuelvo... Pero... ¿Qué es?” – se interesó la chica. Cuando la muchacha iba a entregarle el objeto a Kazura presionó una extraña abolladura (el interruptor de encendido) que ella consideraba extraña. De repente, el encendedor se prendió espléndidamente. Era un botón muy ligero, la salida térmica estaba puesta al máximo para encender la leña, por lo que la llamarada que se originó tenía un tamaño bastante considerable. La chica se sorprendió por el fuego que salió, quitó la mano con un sobresalto y dejó caer el artilugio al suelo. Su sirvienta, Ayla, también se sobresaltó por la llamarada. “¡Señorita Liese!” – exclamó la doncella. Varias personas se aglomeraron para mirar con curiosidad al grupo de Kazura, y desde el medio de ellos, dos jóvenes con ropas comunes corrieron hacia Liese, quien se retractó de su sorpresa. Aunque estaban dentro del pueblo, llevaban una espada colgando de la cintura. “Señorita Liese, ¿está bien?” “¿Eh? El fuego… Eh...” – respondió la chica. “Bastardo, ¿qué has hecho? ¡No te muevas!” Kazura trató de levantar el encendedor que Liese había dejado caer al sorprenderse. Pero uno de los hombres le retorció el brazo de inmediato y lo contuvo. Tal vez esos hombres eran los guardias de Liese, que la seguían de incognito. “¡Ay! Yo… yo no he hecho nada. ¡En serio!” – exclamó Kazura. Justo como era de esperar, la chica era una noble de alto estatus. Kazura trató de explicarse mientras maldecía su suerte. Si hubiese recogido el encendedor, la cosa no habría acabado de esa forma. Deseó que no lo tratasen como a un criminal, porque si lo hacían, seguramente inspeccionarían todas sus pertenencias para después encerrarle e interrogarle a cerca de todos esos objetos. ‘Adiós a mi vida relajada en la aldea de otro mundo.’ Kazura comenzó a anegarse en su pesimismo, cuando Lodurr y los demás se acercaron apresuradamente por detrás de Liese. “Um... ¿Mi compañero ha cometido algún error?” – Lodurr llamó la atención al hombre que le retorcía la mano a Kazura. El guardia lo fulminó con una mirada. “¿Qué? Así que tienes escoria como amigos, ¿eh? Este tipo ha intentado hacerle daño al a hija del señor Narson. Vamos a investigaros a todos, así que también vais a venir a la sala de guardia.” “¡Espera un momento! ¡Este chico no me ha hecho nada!” – aclaró Liese. “¡Es verdad! Ha sido culpa mía en realidad. Me he chocado con él, pero no ha hecho nada malo.” – explicó la doncella. Aunque Lodurr se sorprendió por un momento cuando escuchó las palabras ‘Hija de Narson’, inclinó la cabeza inmediatamente y formuló una disculpa, a pesar de que estaba en una posición difícil ya que le estaban agarrando la mano. Aun así, ambas disculpas fueron desestimadas. El guardia sacó una cuerda de su cintura y trató de contener a Lodurr y al grupo que aún intentaba persuadirlos sin éxito. Al ver esto, Liese y Ayla se abrieron paso entrando en pánico. Hasta ahora, Liese sabía que el soldado de su padre la estaba siguiendo, pero esa era la primera vez en la que se dejaba ver personalmente. “Sin embargo...” – dijo el guardia. “¡Libera a ese hombre! ¡No me hagas decírtelo dos veces!” – exigió Liese.
“De acuerdo…” La orden que emitió Liese hacia esos guardias sonó de manera imponente. El hombre soltó a regañadientes a Kazura. Lodurr, al ver que Kazura había sido liberado, se inclinó en una profunda reverencia. Kazura y los demás imitaron a Lodurr y se inclinaron profundamente hacia Liese. “Señorita Liese, muchas gracias. Con esto nos despedimos. Por favor, acepte nuestras disculpas.” – dijo Lodurr. “¡Ah! Por favor, esperad. La cosa que había en el suelo, lo del fuego...” – preguntó Liese. La chica quería saber más acerca del encendedor, por lo que buscó en sus pies, pero el misterioso objeto ya no estaba ahí. Lodurr llamó una vez más la atención de la confundida noble para disculparse, y después empujó la espalda de Kazura para caminar hacia la salida de la plaza.
* * *
“Señor Kazura.” – dijo Myra. Cuando se separaron a cierta distancia del grupo de Liese, Myra le dio algo a Kazura. En su palma estaba el encendedor. Mientras discutían con el grupo de Liese, Myra lo había recogido sigilosamente del suelo. Kazura comprobó con una mirada de reojo lo que le estaba enseñando y luego, tras cogerlo de su mano, lo volvió a poner dentro de su bolsa. “Gracias, realmente me has ayudado.” – dijo Kazura mientras acariciaba amablemente la cabeza de Myra. “¡Ja!” – contestó encantada mientras le daban palmaditas en la cabeza para, a continuación, tomar la mano de Kazura con una sonrisa de satisfacción. “Eso ha sido realmente peligroso; si no hubiera sido por la amabilidad de la señorita Liese, ¿qué habría sido de nosotros?” – dijo Lodurr. “La señorita Liese… Hace un rato, el hombre que me retorcía el brazo dijo que era la hija del Señor Narson.” – comentó Kazura a Lodurr. “Aunque la señorita Liese aún es joven, había oído rumores acerca de que ella es realmente amable y benevolente con los plebeyos como nosotros. Pero después de verlo directamente puedo ver que es cierto. Como se esperaba de la hija del señor Narson.” – respondió asintiendo con la cabeza. Se sentía aliviado. “He escuchado que muchos hombres influyentes de su entorno intentan cortejarla, dado que la hija de la Casa de Estelle no solo es popular, sino que también es muy hermosa. Pero nunca se queja, aunque tantas personas vayan a molestarla. Además, aunque todavía es joven, parece que su habilidad con la espada y la lanza son encomiables.” – añadió Tana. Lodurr y Tana fueron diciendo elogios sobre Liese mientras caminaban. A su lado, Kazura asintió como si estuviera diciendo, ‘Ya veo.’ “Ju, ju, ju, ju, aunque hay un dicho que dice que ‘El Cielo no da dos regalos’, existe una persona tan increíble como ella.” – dijo Kazura. “¿El cielo no da dos regalos?” – preguntaron Lodurr y Tana a la vez. Tras escuchar el proverbio de Kazura ambos estaban confundidos. “Se dice que el cielo no le da a un solo hombre demasiados talentos o méritos. Es un proverbio de mi país.” – respondió Kazura. Mientras iba hablando con el grupo de Lodurr, se encontraron a Valetta parada en la entrada de la plaza. “Así que estáis todos juntos. ¿Has comprado los clavos con éxito?” – preguntó Valetta al encontrarse con el grupo de Kazura mientras los saludaba moviendo la mano y caminaba para encontrarse antes con ellos. “Sí, he comprado doscientos clavos. Con esto podremos construir la rueda hidráulica.” – respondió Kazura. Al escuchar las palabras de Kazura, Valetta sonrió aliviada. “El señor Kazura vendió la gema que trajo por 2.500 Ar.” – dijo Myra. “¿Eh?” – dijo Valetta. “¡Ah! ¡No lo digas en voz alta!” – respondió Kazura en pánico mientras ponía su mano sobre la boca de Myra para impedir que siguiera hablando. Al final, ante las miradas de asombro del grupo de Valetta, comenzó a dar una explicación sobre los eventos que habían ocurrido dentro de la tienda.
* * *
Ese mismo día, por la noche. En una hermosa habitación iluminada por la luz de las velas, Liese y sus padres estaban cenando. Era una habitación de aproximadamente 12 tatamis y había sido asignada por Narson como el comedor para su familia. Una alfombra de piel estaba extendida sobre el suelo, y en la pared había una chimenea apagada. La única ventana de la habitación estaba abierta y desde allí se podía ver un patio iluminado por una lámpara con velas. Aunque estaban en verano, la brisa fresca que entraba por la ventana era cómoda y la música que tocaban los insectos estaba creando un ambiente agradable e indescriptible. La mesa donde las tres personas estaban tomando su comida no era demasiado grande, aunque todavía había espacio suficiente para poner la vajilla para otras dos personas. El menú para esa noche estaba formado por un pescado de río asado que había sido rociado con sal, verduras y una sopa de habas. También había pan y unas frutas se habían cortado como postre. Además, se servía un salteado de carne con verduras en un plato grande que estaba situado en el centro de la mesa. “Liese, de la multitud de hombres que te cortejan cada mes, ¿has encontrado algún hombre de tu agrado?” – preguntó Narson. Al escuchar a su padre hacerle una pregunta mientras llevaba el pescado con el tenedor a su boca, Liese dejó escapar un suspiro dentro de su corazón. “No… Las personas que han venido a conocerme son todas maravillosas, sin embargo, todavía no he considerado a ninguno para un matrimonio…” – respondió mientras hacía el esfuerzo de poner una pequeña sonrisa de preocupación. “Bueno, seguro que un buen hombre que te agrada aparecerá pronto. Si encuentras alguno no me importa si es un noble o un plebeyo. Sin embargo, le cargaré con todas las tareas de la Casa Estelle.” – dijo Narson sonriendo mientras asentía con la cabeza. ‘¿No estás haciendo eso con Isaac?’ – refunfuñó Liese dentro de su corazón. Pero hacia afuera sonrió como si dijera: “Muchas gracias”. A Liese no le importaba si era un plebeyo o si tenía que casarse con un noble. Si fuera la hija de otro noble, no tendría otra opción más que tener un matrimonio forzado con una persona que sus padres eligieran arbitrariamente y Liese estaba agradecida de no encontrarse en esa situación, pero si era posible le gustaría casarse con una persona rica. Eso no significaba que Liese viviera una vida de pobreza hasta ese momento, pero si se la comparaba con los otros nobles o la familia real, su vida carecía de colorido. De todos modos, era un sentimiento complejo. La ropa que usaba en privado o la habitación para recibir invitados era hermosa. Sin embargo, vivía una vida donde necesitaba controlar todos los gastos innecesarios tanto como podía. Desde la guerra de hacía diez años con Balveil, la casa Estelle se había visto inmersa en una situación financiera que empeoraba cada día y, por ese motivo, era necesario tener una vida frugal. Vivir una vida refinada era un sueño dentro de un sueño. Cuando su padre la llevó a la capital real, hacía cuatro años, para asistir a una conferencia de señores feudales, pudo ver por primera vez el estilo de vida elegante de la familia real y del resto de nobles. Había recibido una gran conmoción tras su viaje a la capital. Aunque en aquel entonces solo tenía diez años, la belleza de Liese ya había sido apreciada por muchos nobles, que hicieron el esfuerzo de saludarla y conocerla. Además, la convicción de la gente de que Liese se convertiría en una hermosa mujer dejó una gran impresión en su mente. Había recibido una gran cantidad de maravillosos regalos, como joyas o ropa hermosa. Luego, por alguna razón, Narson dejó de llevar a Liese a la capital real, pero esa sensación permaneció dentro de su corazón. Al final, se convirtió en una fuente de insatisfacción cuando se dio cuenta de que no podía vivir el mismo estilo de vida elegante que el del resto de nobles. “Sin embargo, debes seleccionar a tu pareja con cuidado. Aunque un alto estatus social o de influencia es importante, creo que sería maravilloso si pudieras encontrar una persona confiable y amable. Después, solo necesitas entrenar a tu esposo para completar las partes que le faltan.” – dijo Zirconia. “Sí.” – respondió Liese con una sonrisa al escuchar el consejo de su madre, pero dentro de su mente tenía una emoción compleja. Su nombre era Zirconia. Todavía tenía 26 años y justo antes de que comenzara la guerra con Balveil, hacía diez años, su padre celebró un segundo matrimonio con ella. Su padre era un soldado, ella una plebeya. El cabello plateado de Zirconia se extendía hasta posarse sobre sus hombros, su cuerpo no tenía exceso de grasa y su lánguida mirada era impresionante. Aunque no era tan guapa como Liese, era una mujer que emitía una sensación amigable. La madre biológica de Liese había fallecido por una enfermedad cuando apenas tenía 3 años y, hasta que cumplió 5, no tuvo madre. Por esa razón, cuando llegó Zirconia por primera vez, la tímida Liese no abrió su corazón a su nueva madrastra y obligó a Zirconia a tomar un enfoque proactivo para llevarse bien con ella. Al final, las dos se hicieron amigas. Sin embargo, un año después de que fuera a la capital real por primera vez, Liese se sintió molesta por una decisión que tomó Zirconia. Liese había escuchado de su doncella Ayla que Zirconia había seleccionado personalmente a las personas que querían reunirse con ella. Aunque había muchos nobles o comerciantes adinerados que querían reunirse con Liese tras escuchar los rumores de su belleza, solo podían lograrlo si obtenían el permiso de Zirconia. Hubo incluso un momento en el que Zirconia no dio permiso a un gran noble de la capital y, en otra ocasión, rechazó al gran noble vecino Dias Gregorn. Por supuesto, Zirconia no los rechazaba personalmente, sino que le iba diciendo mentiras a Narson para que él los rechazara. Es por eso que Liese quería gritarle: ‘No es asunto tuyo’. Desde el principio, la Casa Estelle había pertenecido a la gran nobleza y, gracias a sus muchos logros en la guerra contra Balveil, se había vuelto influyente y poderosa. Por eso, los nobles que habían sido rechazados y no podían reunirse con Liese no se veían capaces de hacer nada debido a su poder e influencia, y al final se rindieron de mala gana. Aunque Liese no sabía qué criterios usaban para seleccionar a las personas que querían reunirse con ella, no aceptó las decisiones de Zirconia que tomaba sin consultarla. Sin embargo, Liese no podía oponerse. Narson cooperaba con Zirconia, por lo que no tuvo más remedio que soportarlo. A pesar de que sus padres normalmente trabajaban de forma exhaustiva sin tomarse un descanso, se aseguraban de tener tiempo para su hija. No era capaz de oponerse a ellos. Por lo tanto, por el momento, necesitaba comportarse de forma obediente ante sus padres. Ya habría un día donde podría ir a la capital real y obtener cosas mejores por sí misma. Por ahora, solo tenía que concentrarse en mejorar su reputación. No solo con las personas que Zirconia dejaba que se reunieran con ella, sino también con los ciudadanos de la ciudad. Por ello, se esforzaba en dar una buena impresión a todo el mundo. “Por cierto, hoy, por orden mía, Isaac irá a inspeccionar la construcción de la fortaleza de la frontera. Sin embargo…” – dijo Narson. Como si Liese ya tuviera un presentimiento sobre eso, Narson comenzó a hablar sobre Isaac, su recomendación personal.
* * *
“¡Aaah! ¡Jo! ¿Qué voy a haceeeeeeeeeer?” – gritó Liese. Tras la cena con sus padres, Liese regresó a su habitación y se derrumbó sobre su cama suave con dosel, presionando su cara contra la almohada. Últimamente, cada vez que cenaba con su padre, sacaba el tema de Isaac a la luz pero, siendo sincera, a Liese no le importaba. Sabía cuáles eran los sentimientos de sus padres y su intención de recomendarle a Isaac, pero quería ser libre para elegir a su compañero matrimonial, por lo que no quería que la presionaran con una persona en concreto. “¡No me importa Isaac! ¡Solo déjame tranquila!” – gritó Liese. Continuó gritando palabras que harían que Isaac se ahorcara mientras se retorcía en la cama y le gritó a la almohada para no hacer ruido. En ese momento, un golpe resonó sobre la puerta. Liese levantó inmediatamente su cuerpo, se acicaló con el peine que había en la mesa al lado de la cama y se arregló la ropa que llevaba de cualquier modo. “Sí, ¿quién es?” – respondió al golpe con una voz tranquila. “¡Soy Ayla! Por favor, perdóname.” – dijo Ayla entrando en la habitación nerviosa sin esperar a tener permiso para entrar. – “Señorita, qu… ¿Qué vamos a hacer?” “¿Qu…? Por favor, ¡cálmate! Antes de nada, ¿qué ha pasado?” Liese vertió el agua de la jarra que había en la mesa circular de la habitación en una taza y se la entregó a la aterrorizada Ayla. “Lo… ¡Lo siento mucho!” – dijo disculpándose cuando recibió la taza para, a continuación, beberla de un trago. – “Cuando me quité el delantal en mi habitación, lo noté; en el bolsillo delantero estaba esta cosa…” Ayla sacó de su bolsillo un colgante en forma de corazón con una joya de un tono azul cremoso. La gema incrustada en el colgante irradiaba un hermoso brillo bajo la luz de la vela. “¡Aaaaah!” Mirando el colgante, en ese mismo instante, el proceso de pensamientos de Liese se vino abajo. Hasta ese momento había visto muchas joyas y ornamentos, pero nunca antes había visto algo tan hermoso como esto. “Qu… ¿Qué debemos hacer? Tal vez… Creo que fue en el momento en el que choqué con… ¿Señorita Liese?” Aunque Ayla estaba llamando repetidamente a Liese, ésta había quedado petrificada con sus ojos fascinados con el colgante. Solo después de que Ayla la golpease en el hombro, recuperó la consciencia.



TBATE Capítulo 18

Capítulo 18
Tranquilidad
Traducido por Thornapple
Corregido por DaniR
Editado por Tars

Del mundo del que venía, los potenciadores elementales únicamente eran expertos en un solo atributo. Los atributos de Tierra, Fuego, Agua y Viento tenían sus propias técnicas para manejar su elemento. Lo que me permitió convertirme en Rey en mi antiguo mundo, fue que sabía pelear con los cuatro diferentes elementos. Si trasladaba esto aquí, sería como ser una especie de mago ‘quadra-elemental’, si es que eso existe. Por supuesto, tenía mis preferencias. Mis elementos más débiles eran la tierra y el viento, mientras que los más fuertes eran el fuego y el agua. Apenas utilizaba el viento, menos incluso la tierra, a excepción para un ligero soporte. No. Era temido en las batallas, ya que había dominado dos elementos completamente opuestos a los míos. Mientras entrenaba con el Abuelo, probé numerosas teorías que mantenía en mente. Una cosa que aprendí muy rápido durante ese tiempo fue que no tenía ningún talento para conjurar. El abuelo incluso trajo a un conjurador elfo un día, cuando le pregunté si es que conocía a alguien para que me enseñara lo básico, y casi terminé matándome. Los potenciadores y los conjuradores eran muy diferentes en un sentido, y muy similares en otro. Un potenciador podía tener la habilidad potencial de ser capaz de hacer lo que hacen los conjuradores y viceversa. Sin embargo, esto solo se podía lograr al alcanzar las etapas superiores del maná, así como también con una gran comprensión de su elemento respectivo. Pensaba que quizás, tal vez, podría pasar por alto esa regla fundamental y lograr convertirme tanto en conjurador como en potenciador. Solo lamentaba que lo aprendí de la peor manera posible. Otra teoría que probé fue mi capacidad potencial como un anormal. El Abuelo Virion y Tess se quedaron sin palabras al saber que podía manipular los cuatro elementos, pero después de cuatro meses de intentar controlarlos en sus formas superiores, obtuve resultados variados.
* * *
“¡Intenta no sorprenderte demasiado!” En el aire a mi alrededor se escuchaban sonidos chisporroteantes mientras que en mi cabello se erizaban las puntas por la corriente eléctrica que me recorría. Rayos eléctricos amarillos me rodeaban mientras me preparaba para atacar. “¿Qué…?” – exclamó mi padre que casi detuvo su ataque al desconcentrarse por la conmoción. Antes de que tuviera la oportunidad de recuperarse, corrí hacia él, dejando atrás un rastro de hierba y tierra carbonizadas. En un abrir y cerrar de ojos aparecí tras él, concentrando electricidad en mi puño, y atacándolo con un gancho. Una explosión aterradora ocurrió cuando mi puño chocó con el suyo. Como mi padre había logrado bloquear mi ataque, el retroceso lo empujó hacia un árbol cercano. Volviendo a ponerse de pie, Padre impregnó su brazo con fuego antes de mirarme. Ambos permanecimos en silencio; nuestras miradas nos contaban cuáles eran nuestras intenciones. Abalanzándose hacia mí a una velocidad aterradora a pesar de su tamaño, también me preparé. Tan pronto mi padre llegó a mi alcance, soltó una ráfaga de golpes precisos mientras que mi asimilado cuerpo, junto a el efecto de mejora en mis nervios por la corriente eléctrica, me permitían evadir cada uno de los golpes con un movimiento mínimo. Relámpagos y fuego se entrelazaban mientras bloqueaba y esquivaba sus puñetazos, cada uno de sus golpes se volvía más rápido y agudo; realmente él era mi padre. Tenía una gran desventaja debido a mi altura y alcance, y Padre no perdía ni una sola oportunidad. Mantenía una distancia óptima en lugar de acercarse descuidadamente, mientras que yo hacía todo lo posible para tenerlo a mi alcance. Mientras bloqueaba cada uno de sus puños, disparé pequeñas ráfagas de relámpagos, reduciendo un poco la sensibilidad de sus brazos. Sin embargo, mi padre no se dio cuenta hasta que fue demasiado tarde; sus golpes y ganchos se volvieron torpes y apagados. Aprovechando esta oportunidad, me agaché bajo un gancho y me preparé para lanzar mi propio golpe; justo cuando mi puño estaba a punto de golpearlo, la rodilla de mi padre se posicionó justo debajo de mi mandíbula. Era un punto muerto. La tensión del entrenamiento se disipó inmediatamente cuando Padre me agarró de los hombros y soltó un grito de sorpresa. “¡Auch!” Aún tenía corrientes eléctricas rodeándome, y le dieron una pequeña descarga. Le sonreí de vuelta mientras dispersaba mi maná, permitiendo que Padre me levantara. Aunque finalmente había logrado entrar al mundo de los anormales, aún seguía siendo un principiante. Tenía mucho que trabajar en mi atributo mágico de relámpago, ya que todo esto era completamente nuevo para mí. En cuanto a la magia de atributo hielo, aún me era muy difícil por el momento. Usar cualquiera de ellas requería de una cantidad excesiva de maná, y la mayor parte se desperdiciaba debido al mal uso. También estaba sujeto a un estricto límite de tiempo, con la magia de relámpago por unos tres minutos, y para la de hielo, aún menos. Incluso, justo ahora, usar la magia de atributo relámpago era más una carga que una ventaja; en el futuro, definitivamente no sería así. La razón por la que muy pocos magos eran capaces de transcender de los elementos básicos era que resultaban aptos y en su forma superior era completamente diferente e incomparablemente más difícil. Por supuesto, el hecho de que había sido capaz de aprender el relámpago y el hielo en cuatro meses probablemente no respaldaba este hecho, ¿pero necesito volver a recordarte que era un completo principiante en las formas superiores de los elementos? Mientras que mi viejo mundo me había ayudado a obtener conocimiento y comprensión de las formas superiores de los elementos, las experiencias en mi viejo mundo no me habían preparado para convertirme en un anormal. En cuanto al sonido y la gravedad, aún no había producido ningún resultado favorable. Ya que, para dar el primer paso, un mago necesitaba entender el vínculo entre los elementos básicos y sus formas superiores. Después de eso, el cuerpo del mago necesitaba ser capaz de entender naturalmente ese vínculo y armonizar la estructura del maná desde el elemento básico hasta su forma superior. Para el viento y la tierra, aunque de alguna forma había sido capaz de comprender el vínculo entre su forma básica y su forma superior, mi cuerpo no era capaz de cambiar la estructura de mis partículas de maná. Mi teoría era cierta, ya que me di cuenta que también en este mundo no era compatible con el viento y la tierra. La energía de mi cuerpo se agotó tan pronto mi padre me dejó en el suelo, cayendo sobre mi trasero. Fue entonces que pude notar finalmente el silencio sepulcral que nos rodeaba a mi padre y a mí. Padre era de los que aceptan fácilmente los hechos, y él sabía que yo era una especie de genio monstruoso, así que el hecho de que fuera un anormal no lo sorprendió demasiado. Sin embargo, esto apenas se aplicaba a los demás. La única que parecía fascinaba era mi hermana, ya que simplemente no entendía lo que pasaba. Probablemente estaba acostumbrada a ver a Padre pelear, así que nada fuera de eso le resultaba extraño. Los rostros de Vincent y Tabitha estaban en sincronía: ambos pálidos, con sus mandíbulas flojas, y ojos abiertos. Madre cubría su boca con sus manos, conmocionada, mientras que la propia Lilia sabía que lo que yo hacía no era normal. En comparación al entusiasmo, pero no sorprendida aceptación de Padre, este tipo de reacción se encontraba más dentro de mis expectativas. “Ja, ja… ¡Sorpresa!” – exclamé levantando mis brazos y riendo débilmente. “¡Ku ~!” – Sylvie corrió hacia mí, mirándome con preocupación, como si preguntara ‘¿Estás bien, papá?’ Vincent fue el primero en hablar. “¡A-Anormal!” – se las arregló para escupir. “Dios mío…” – suspiró Tabitha asombrada. “Así que, Art, ¿cuándo aprendiste ese nuevo truco?” – me preguntó mi padre con un tono más curioso que de perplejidad. Agitaba su cabeza mientras alborotaba mi cabello. “No hace mucho, Padre. Sin embargo, apenas puedo controlarlo.” – respondí tímidamente. Todos regresamos a la sala de estar donde nos ubicamos alrededor de la mesa del comedor. “Rey… Tu hijo. ¿Te das cuenta el futuro que tendrá? Solo tiene ocho años, pero ya es tan fuerte como un aventurero veterano de rango B.” – dijo Vincent, apenas conteniendo su entusiasmo. “Es una locura. Creí que despertar a los tres años ya era aterrador, pero pensar que también se ha convertido en un anormal…” – dijo mi padre rascando su cabeza. “¿Qué? ¿Despertó a los tres años?” – gritó Tabitha, levantándose de su asiento. “Arthur se las arregló para volar la mayoría de nuestra casa en el proceso.” – dijo Madre asintiendo con su cabeza. Tanto mi padre como Vincent se inclinaron hacia atrás, hundiéndose en sus sillas mientras soltaban un suspiro sincronizado… “¿Papá? ¿Estás bien?” – preguntó Eleonor pinchando a Padre en su mejilla. “Ja, ja, sí. Estoy bien, princesa.” – dijo riendo Padre mientras la levantaba del regazo de Madre. Vincent se levantó de su silla y nos miró seriamente, con sus brazos extendidos sobre la mesa. “Rey, ¿qué tal si inscribes a tu hijo en la Academia Xyrus?” “¿Qué? No puedes hablar en serio, ¿cierto? ¡Solo tiene ocho años!” – refutó mi padre, sentado en su silla. “Rey, Alice, creo que tu hijo es más que capaz de superar Xyrus.” – intervino Tabitha. “Creía que solo los genios nobles podían asistir a la Academia Xyrus.” – respondió Madre, con la preocupación grabada en su rostro. “¡Yo puedo manejar eso! Hago muchos negocios con la Directora de la Academia Xyrus, así que ella será indulgente en el proceso de inscripción.” – dijo Vincent emocionado. “P-Pero las cuotas de la academia son demasiado extravagantes para que las manejemos.” – argumentó Madre, aún dudosa de la idea de enviarme. “Alice, esa debería ser la menor de tus preocupaciones. Estaremos encantados de pagar las cuotas. El talento de Arthur es incalculable. ¿Quién sabe lo que puede lograr? Aunque no lo pagásemos, estoy seguro que encontraríamos nobles que lo patrocinarían.” – dijo Tabitha sosteniendo las manos de Alice entre las suyas para tranquilizarla. “¡Ajem! ¿Os importa si digo algo sobre esto?” – la gente siempre parecía olvidar que estaban tratando de decidir el futuro de una persona que estaba justo ahí con ellos. – “Hoy acabo de llegar a casa. ¿Puedo pasar un poco más de tiempo con mi familia antes de decidir si voy a la academia o no?” – dije dándole una mirada significativa a Vincent. “P... Por supuesto. Me disculpo. Ja, ja. Supongo que me emocioné demasiado por un momento.” – dijo riéndose débilmente antes de volver a sentarse. “Gracias.” – dije dándole una sonrisa a la familia Helstea. “Madre, ¿dónde voy a dormir?” – giré mi cabeza para mirar a Madre. “¡Oh, sí! ¡Casi lo olvido! Tendrás tu cuarto al lado del de Eleanor, en el ala izquierda. Vamos, subamos todos ahora, que se hace tarde.” Sylvie ya se había quedado dormida sobre mi cabeza y mi hermanita estaba asintiendo dentro y fuera de su mundo de ensueño mientras hablábamos de mi futuro. Hoy había sido un largo día. Madre y Padre me llevaron a la habitación en la que viviría de ahora en adelante. Era mucho más grande que la que tenía en Ashber, pero aun así estaba decorada de forma hogareña. Aunque los muebles dejaban mucho espacio abierto, eran perfectos, ya que necesitaba espacio para entrenar. Cuando acomodé a Sylvie en la cama, Madre y Padre se sentaron a mi lado. “Iremos de compras juntos mañana. Necesitamos conseguirte algo de ropa.” – dijo mi madre pasando sus dedos por mi cabello. “Arthur, seas un genio o no, siempre serás mi hijo y estaré orgulloso de ti y te amaré, sin importar las circunstancias.” – dijo mi padre agachándose frente a mí y agarrando mi brazo. Su cara estaba inusualmente seria. Era reconfortante saber que me tratarían como su hijo en vez de como un ‘pequeño genio’. Asentí en silencio en respuesta. Pensé en revelarles todas mis habilidades, pero había decidido que sería más aseguro hacerlo a pasos de bebé. “Además, sé que has contenido tu magia de relámpago hoy. ¡No creas que puedes engañarme! Tendremos una revancha pronto.” – dijo antes de levantarse, pellizcando mi mejilla y dándome una sonrisa malvada. “Lo juro, los chicos solamente piensan en pelear.” – dijo mi madre ante esto. “Sin embargo, tu padre tiene razón. No importa qué clase de genio seas, siempre seguirás siendo mi bebé.” – dijo mirándome con una sonrisa reconfortante en sus ojos. “Ja, ja. ¿No puedo ser tu hijo adolescente ahora? ¡Ya tengo casi ocho años y medio, Madre!” – dije sonriéndole de vuelta. “¡No! ¡No puedes!” – respondió antes de que ambos salieran de mi habitación. “Descansa ahora. Mañana iremos de compras con tu hermana. Será una gran oportunidad para que os conozcáis.” – dijo mi madre antes de cerrar la puerta detrás de ella. Ni siquiera tenía energía para lavarme. Solo me dejé caer en la cama, haciendo rebotar a Sylvie, que se quejó antes de volverse a dormir. Hoy había sido un día largo. Había sido un buen y largo día. Con una sonrisa en la cara, seguí a Sylvie a un sueño reconfortante.
* * *
“Ja, ja, ya he despertado Sylv, ¡estoy despierto!” A la mañana siguiente me despertó mi dragón bebé lamiéndome la cara enérgicamente. “¡Kyu ~!” Saltaba y saltaba encima de mí, irradiando una sensación de emoción. Pensé en Tess. Nunca habría pensado que extrañaría sus métodos espartanos para despertarme. ¿Me pregunto cómo estará? Tess se había convertido en una amiga muy cercana al crecer juntos y, aunque se había vuelto un poco feroz, seguía siendo la misma Tess de buen corazón que se preocupaba por mí mientras estaba en Elenoir. Tomé un baño rápido, arrastrando a mi apestoso dragón conmigo. Lloraba pidiendo auxilio ante el agua tibia que lo mojaba, pero no cedí, y poco después, ambos estábamos limpios y brillantes. “Kyu…” – gimió Sylvie y se desplomó en mi cama, exhausta por luchar. “¡No te quejes! Ambos estábamos sucios y ayer tampoco nos bañamos.” Escuché un golpe en mi puerta, así que rápidamente me puse el resto de mi ropa. “¡Ya voy!” – dije con mi túnica aun sobre mi cabeza. Al abrir la puerta, miré hacia abajo para ver a la tímida Eleanor mirando al suelo, con su pie frotando algo en el piso. “¡Oh! Hola, Ellie.” – me agaché para estar a su misma altura, dándole la sonrisa más gentil que podía hacer. “Benos días, Hemano. Mamá me ha dido que te d-despertada.” – murmuró, aún con su cabeza baja. “¡Ja, ja, ya veo! Muchas gracias, hermanita.” – exclamé mientras le daba palmaditas en la cabeza. Esto pareció ser una buena respuesta, ya que ella empezó a sonrojarse un poco. “¿Puedes llevarme a la cocina?” – le pregunté, extendiendo mi mano. “¡Si!” – asintió emocionada y, vacilando por un segundo, y tomó mi mano y me llevó. Sylvie nos siguió, caminando mientras echaba un vistazo a su nuevo entorno. Me encontré con el agradable olor a tocino cuando entramos a la cocina. Dentro vi a Tabitha y Madre cocinando algo mientras charlaban. Lilia ya estaba sentada en la mesa, balanceando sus piernas, obviamente esperando su desayuno. “¡Buenos días Madre, Señora, Lilia!” – dije. – “¡Buenos días!” “¡Kyu!” – las voces de Ellie y Sylvie sonaron a la vez. “¡Ah! ¡Ellie se las ha arreglado para despertarte! Art, recuerdo que me costaba despertarte, incluso cuando eras un bebé. Podría jurar que dormías como un tronco.” – dijo mi madre riendo mientras colocaba unos huevos en un plato grande. “¿Has dormido bien?” – me preguntó Tabitha sonriendo mientras agitaba un tazón de ensalada en sus manos. “He dormido muy bien, señora Helstea.” “¡Hola Ellie! B-Buenos días, Arthur…” – dijo Lilia en voz baja; su voz se calló después de ver mi mirada. Sonreí y le devolví el saludo. El desayuno estuvo genial. Mi madre me mencionó que normalmente las sirvientas cocinaban, pero ella quería cocinarme hoy. Hacía mucho tiempo que no comía los platos de madre, y ahora me doy cuenta de lo mucho que la extrañaba. Me aseguré de darle un poco de carne a Sylvie, que no dudó en engullir todo lo que entraba en su boca, incluyendo mi dedo. Eventualmente, Ellie y Lilia quisieron intentar alimentarla, así que les dije que lo hicieran. No hacía falta decir que Sylvie se animó por ser alimentada por las dos. “¡El carruaje está esperando en la entrada, así que solo dejad los platos en el fregadero y vámonos!” – dijo Tabitha. Xyrus era una ciudad increíble. No pude evitar mirar las diferentes vistas que se vislumbraban mientras viajábamos por la carretera principal. ¡Pude ver tiendas de magia, armerías, libros de magia e incluso tiendas de núcleos de bestias! Había de todo lo que un mago pudiera pedir. Los adultos y niños vestían de manera extravagante, mientras pasaban en lujosos carruajes al lado del nuestro. Algunos edificios tenían varios pisos de altura, haciendo que la ciudad pareciera mucho más grande y densa que Ashber. También pude ver a un par de niños mayores que yo vistiendo uniformes similares, algunos negros, otros grises y rojos. Podía asumir por su conducta pretenciosa que eran estudiantes de la Academia Xyrus. Mientras que los uniformes en mi viejo mundo servían como medio económico para disminuir la discriminación, aquí parecía que los uniformes mismos funcionaban como un medallón de oro que podías mostrar al resto del mundo. Finalmente llegamos al distrito de la moda en Xyrus. Fue aquí donde aprendí que ir de compras con mujeres era mucho más difícil que el entrenamiento que hacía con el Abuelo Virion, aunque el mero recuerdo de su régimen de entrenamiento me dejaba con sudor frío. Me usaron como maniquí para las preferencias de cada una. Mi madre quería vestirme con ropa sencilla, mientras que Tabitha quería transformarme en una especie de príncipe. Incluso Lilia y Ellie me hicieron probar ropa. “¡Tienes que verte bien, ya que eres mi hemano!” – dijo en voz alta, con las manos en sus caderas. Sylvie podía sentir el cansancio irradiando de mí, así que se posó reconfortantemente en mi cabeza, como para regodearse. Terminé con diez juegos diferentes de ropa, la mitad de Madre y la otra mitad de Tabitha. Tanto Madre como yo tratamos de impedir que Tabitha me comprara algo, pero nos regañó juguetonamente diciéndonos con un guiño: “Piensa en esto como una inversión. Además, siempre quise tener un hijo varón.” Seguimos mirando alrededor después de llevar nuestras bolsas al carruaje. Estaba emocionado por ver la armería. Realmente quería una espada decente para empezar a practicar de nuevo la esgrima; era evidente que mis habilidades habían disminuido después de un largo descanso sin un entrenamiento adecuado. Las chicas no querían eso, así que me obligaron a ir a diferentes joyerías y tiendas de gemas en cambio. Supongo que tendré que visitar la armería con Padre una próxima vez. Por fin llegamos a casa, mis fuerzas físicas y mentales estaban agotadas para cuando llegó mi padre al rato después. “¿Cómo estuvo tu día, hijo?” – dijo riéndose, sentándose a mi lado en la mesa del comedor. “Nunca pensé que fuera tan agotador ir de compras.” – me quejé. Como escuchando mis quejas, Vincent y Tabitha se sentaron frente a nosotros. “¡JA, JA! ¡He oído que te aporrearon un par de mujeres hoy, Arthur!” – exclamó Vincent. Asentí débilmente mientras que Tabitha sonreía e intercambiaba miradas con mi madre. “Tu pequeño prodigio no es tan gran cosa como creía.” – ante esto Lilia y Ellie se rieron. “Debo admitir que no tengo la misma resistencia que las mujeres en cuanto a las compras.” – solo pude refutar irónicamente. Mi padre y Vincent se rieron más fuerte ante esto y asintieron con su cabeza de acuerdo. El sonido del timbre seguido de un par de golpes nos llamó la atención. “¡Ah! ¡Parece que está aquí!” – dijo Vincent animándose. La mirada en la cara de todos me decía que Vincent era el único que sabía qué es lo que estaba pasando. Vincent regresó, guiando a una anciana hacia al comedor. “Rey, Alice, Arthur. Sé que me habéis dicho que queríais posponer la Academia para más tarde, pero no he podido contenerme. Todos. ¡Conoced a Cynthia Goodsky! Es la directora de la Academia Xyrus.” Notando la ligera punzada de molestia en mi rostro, Vincent dijo inmediatamente: “No te preocupes, no la he traído aquí para que vayas a la Academia de inmediato. Solo quería que te conociera.” La directora, dándome una sonrisa que no podía comprender, me extendió su mano y dijo: “Finalmente nos conocemos, Arthur.”



jueves, 25 de abril de 2019

Retro Capitulo 34

Volumen 2 Capítulo 34
El tiempo, el ajedrez y la torre de la magia VI
Traducido por Thornapple
Corregido por Tars y DaniR
Editado por Tars

Ajest dio más detalles. “Ya casi ha alcanzado su meta. Dirige el grupo más fuerte de Hebrion y es un candidato para la posición de director. La mayoría de los estudiantes de la clase Alfa lo apoyan. Todo lo que está esperando es que el actual decano renuncie.” “Hablas como si lo conocieras muy bien.” Ajest se mordió el labio. “Eso es…” Elheim no se entrometió más, y suspiró. “En cualquier caso, el hecho de que el profesor Nifleka se vuelva director traerá consigo una serie de potenciales problemas. Incluso podría repetir las acciones de duque Nifleka de hace más de una década.” Doce años atrás, la familia Nifleka había sido una mera familia de condes, pero durante el conflicto entre la Republica y la monarquía, su estatus se elevó hasta el ducado. El conde Nifleka condujo personalmente una tropa de caballeros a la capital controlada por la República y masacró a todos los rebeldes antes de reclamar la ciudad en nombre de la Corona. Posteriormente, fue aclamado como el salvador del país y se le concedió el título de Duque. Durante su cruzada, 80.000 personas murieron bajo su tiranía. Masacraba a cualquier plebeyo sospechoso de ayudar a la República, ya fuera hombre, mujer o niño. Incluso hoy, el nombre del duque Nifleka era objeto de gran temor. De repente, una voz ronca llamó la atención de la pareja desde la dirección de la fiesta. “Os he estado buscando por todas partes.” – el profesor Nifleka apareció tras la puerta. “Solo quería un poco de aire fresco.” – dijo Elheim Nifleka sonrió ante las palabras de Elheim. “Ya veo, pero no deberías abandonar la fiesta, Elheim. Hay tantas señoritas que han venido específicamente para conocerte… La señora de la familia Redwen te estaba buscando ansiosamente. Con eso en mente, te sugiero que vuelvas a la fiesta.” “Ya veo, he hecho esperar a una dama. Sería un placer para mi ir a hacerle compañía.” – dijo Elheim estando de acuerdo. Justo cuando estaba a punto de pasar a Nifleka y regresar a la fiesta, el profesor lo agarró del hombro y lo acercó. – “Ah, hay otra cosa que debo decirte. Como profesor…” – los ojos de Nifleka se entrecerraron y su voz se volvió un susurro. – “…deberías saber cuándo cerrar la boca, Triquincy.” No le hablaba a Elheim, el mago del cuarto círculo, sino a un Triquincy, un representante de su casa de nobles. Era una advertencia. “Lo entiendo…” – Elheim asintió con la cabeza y abandonó la terraza, dejando solo a Ajest y a Nifleka en el fresco clima. “Es irrespetuoso hablar tan descuidadamente. Harías mejor cuidando tus palabras.” – dijo Nifleka, visiblemente molesto. “Solo dije la verdad.” – respondió Ajest. “Verdad o no, primero deberías considerar nuestra relación. Actuar así no nos haría bien a ninguno de los dos. Nuestras familias están muy unidas, la familia del salvador, Nifleka… La familia real, los Roguepalace.” Ajest Kingscrown, no. Los ojos de Ajest Roguepalace temblaban. “Por mucho que lo intentes, es imposible separar a un individuo de su familia, Ajest. La familia es clave. La familia de uno determina su vida, ya sea la posición, estatus o los contactos. Ah, sí. Otro ejemplo sería el matrimo…” Nifleka no continuó ya que una fría tormenta inundó la terraza, amenazando con congelar el sudor de su piel. Al ver su expresión, rápidamente cambió de tema. – “En cualquier caso, por favor, ten en cuenta lo que dices de otras familias. ¿Asumirías la responsabilidad si la fiesta fuera arruinada?” “Sería mucho mejor si esta fiesta sin sentido se fuera al garete.” – dijo Ajest con crudeza. “¿Sin sentido? Ya te lo dije. Esta fiesta es…” “Esta fiesta es solo una reunión para demostrar cómo la Torre de la Magia ha reconocido que nuestro grupo es el más fuerte. Pero, a decir verdad, el grupo de Desir, quienes intentaste derrotar con gran ansia, ni siquiera solicitaron el patrocinio.” Tan pronto escuchó esto, Nifleka levantó la voz. “¿Hm? No me había enterado. Pero, ¿por qué tendría que saber todo lo que pasa con ese plebeyo?” “¿Estás fingiendo ignorancia? Cambiaste el periodo de solicitud a tu antojo, y te olvidaste de informar al grupo de Desir.” “Eso es…” “Tenías miedo.” – continuó, ni siquiera parpadeando ante sus réplicas a medias. – “Siempre has sido honesto contra los plebeyos, y no querías parecer incompetente perdiendo a esas personas que tanto te gusta odiar.” “¡P-p-primero que nada!” – la voz de Nifleka temblaba al dirigirse a Ajest . – “En primer lugar, ¡esto nunca habría pasado si le hubieras ganado al grupo de Desir!” “¿Así que estás diciendo que esto es por mi culpa?” – preguntó Ajest. Nifleka asintió con fiereza. “¡Sí! ¡Todo esto es tu culpa! ¡Perdiste contra el grupo de Desir! ¡Cómo te atreves a hablar en mi contra después de perder de una forma tan desagradable!” – Nifleka construyó su propio ímpetu en respuesta. – “¿Injusto? ¿Miedo? ¡Ajest Roguepalace! ¿Crees que tú más que nadie tiene el derecho de decirme eso? No eres nada más que un fracaso.” Su cara estaba roja como una remolacha. “¡Si estás intentando culparme, te quiero fuera de mi grupo de inmediato! ¡Lo menos que tenías que hacer era ganar! ¡Perdiste! ¡El grupo de la Luna Azul no necesita perdedores!” Ajest echó un buen vistazo a Nifleka mientras jadeaba pesadamente. ‘Así que todo este tiempo he estado en un grupo dirigido por este tipo de hombre.’ Ajest sintió que su último atisbo de duda se desvanecía; después de todo, no había sido su decisión unirse a este grupo en primer lugar. “No puedes, ¿verdad? No puedes irte, ¿verdad? ¡Deja toda esta mierda y vuelve a la fiesta ahora mismo!” De repente, Ajest recordó lo que Nifleka le había dicho sobre cómo la familia decidía todo. Estaba de acuerdo en la mayor parte, era cierto que originalmente se había unido al grupo de la Luna Azul para reforzar la relación entre los Nifleka y los Roguepalace. No era extraño que los nobles usaran a sus hijos para crear lazos. ¿Pero esto realmente era un grupo? Mientras Ajest se hacía esta pregunta, sus dedos se dirigieron hacia la insignia de la Luna Azul y se la quitó del pecho. Después de que Ajest dejara la terraza, Nifleka seguía enfadado por la conversación. Alguien le estaba llamando, pero no estaba de humor para responder ahora. Tenía una mueca en su cara al pensar en Ajest, pero se recuperó de inmediato al ver que la llamada provenía de la Torre de la Magia. “Ah. Eres de la Torre de la Magia. ¿En qué puedo ayudarte?” - Ha surgido algo urgente, así que tendremos que marcharnos. “¿Te vas tan pronto? Una pena, pero si es urgente, no te entretendré. Que tengas una buena noche.” – la voz de Nifleka estaba teñida en decepción. - Definitivamente iremos a tu próxima fiesta. “Se lo agradezco amablemente.” – una leve sonrisa apareció en los labios del hombre. - Que tengas una buena noche. Cuando la conversación terminó y el Profesor Nifleka estaba a punto de colgar, escuchó unos débiles susurros antes de que el hombre volviera a hablar. - Ah, Profesor Nifleka. La Torre de la Magia ha nombrado recientemente a un nuevo asesor mágico. Me preguntaba si sabías algo sobre ese asunto. La ingeniería mágica de la Torre de la Magia era de primera clase. Para ser un asesor técnico, tendría que ser una de las mentes más grandes del mundo. Nifleka hizo algunos comentarios casuales sobre el asunto. “¿Cómo podría saber sobre el funcionamiento interno de un lugar tan ilustre como la Torre de la Magia? Seguramente, tú sabrás más que yo.” - Ah, lo digo porque el nuevo asesor técnico aparentemente es de la Academia Hebrion. El Profesor Nifleka estaba encantado. “¿Eso es cierto? Asesor técnico de la Torre de la Magia. ¿Son antiguos alumnos de la Academia Hebrion? ¿En qué año se graduaron?” - Según mis fuentes, dicen que aún asiste a la Academia Hebrion. “¿Aún asiste? ¡Eso es asombroso! Pensar que un estudiante podría convertirse en asesor técnico de la Torre de la Magia. ¿Quién podría ser?” Nifleka siguió adelante, incapaz de controlarse. Necesitaba reclutar a este chico en su grupo lo antes posible. - Este es… Su nombre es… Dame un segundo. “¡Deja de andar con rodeos!” - Aquí está… Su nombre está escrito aquí. Desir Arman. Primer año de la Academia Hebrion, Desir Arman.
* * *
8 de Julio. 13 días para la aparición del Mundo de las Sombras. Desir hablaba con los dos miembros de su grupo en la sala de entrenamiento. “Ambos deberíais haber entendido vuestras debilidades mientras luchábais contra los Forasteros en la Torre de la Magia.” “¿Debilidades?” – preguntó Pram. “Así es. Debilidades. Primero, Pram. Tu experiencia es insuficiente.” Experiencia; el tiempo en combate, y la capacidad para adaptarse con fluidez a una situación. Pram tenía los fundamentos, pero los veteranos lo habían cogido con la guardia baja en el campo de batalla. “Durante nuestra defensa había un mago de círculo alto en la lucha, pero estabas tan distraído por los enemigos que tenías delante que no pudiste ubicar su ubicación y su magia. Por lo tanto, fallaste. Sin Romántica cuidando tu espalda, definitivamente habrías estado en peligro.” “Tienes razón… No tenía ni idea de qué hacer.” – Pram comprendió sus debilidades, lo que era una buena señal. Esto significaba que solo necesitaba corregirlas. Desde allí, Desir se giró para mirar a su segundo miembro. “Y ahora, Romántica.” “Mhm.” – Romántica se encorvó, preparándose para un montón de críticas. “Hiciste todo lo que pudiste.” – dijo Desir. Esto cogió desprevenida a Romántica, ya que esperaba duras críticas. Inmediatamente se enderezó y miró a Desir con arrogancia. “¡Ja, ja! ¡Por supuesto! ¿Cómo de duro crees que estoy trabajando?” Desir continuó. “Eso no es un cumplido. Lo que estoy diciendo es que lo hiciste bien para tu nivel. Tu círculo. Para ser especifico, el nivel de un mago del segundo círculo. Como francotirador, debes apuntar a la debilidad del enemigo, pero el segundo círculo es demasiado bajo. Como Rango Único ahora, tienes que escalar más alto.” “No se puede alcanzar el tercer círculo tan fácilmente…” – se quejó Romántica. Un mago del tercer círculo era oficialmente conocido como un ‘mago de batalla’ y se consideraba como un verdadero mago al nivel de los graduados de la Academia Hebrion. “Ahora que hemos señalado vuestras debilidades, es hora de hacer unas preguntas.” – Desir sonrió juguetonamente. – “Si tienes una debilidad, deberías corregirla, ¿sí o no?” “Por supuesto que… ¿Sí?” – un escalofrió recorrió la columna vertebral de Romántica mientras le respondía a Desir. ¿Era un déjà vu? Romántica podría jurar que esto ya había pasado antes… “Así que, para corregir esa debilidad, deberías entrenar, ¿sí o no?” “Deberías hacerlo.” – dijo Pram tragando saliva. La forma en la que Desir hacía las preguntas era desconcertante. Y por supuesto, sus mayores temores cobraron vida. “¡Perfecto! ¡Me alegra saber que estás de acuerdo! A partir de ahora, empezaremos un entrenamiento infernal. ¡Nos reuniremos en la oficina todos los días antes y después de clases!” “¡Monstruo! ¡Los exámenes están a la vuelta de la esquina!” – gritó Romántica. Sus quejas cayeron en oídos sordos, y sus gritos hicieron eco por los pasillos.



Retro Capitulo 33

Volumen 2 Capítulo 33
El tiempo, el ajedrez y la torre de la magia V
Traducido por Thornapple
Corregido por Tars y DaniR
Editado por Tars

El humor para interrogar a Desir se evaporó cuando Romántica se dio cuenta de lo que había dicho Pram. “¡Pram! ¡Me estás traicionando!” “Pero el Señor Desir no es así.” – dijo Pram moviendo su mirada del líder de su grupo a Romántica. “Está bien. Pram tiene toda la razón. No conseguí esto gratis. Hice un trato con el Maestro de la Torre.” – contestó Desir asintiendo y comenzando a explicar la secuencia de eventos que habían tenido lugar en la reunión. Para ocultar el hecho de que había vuelto del futuro, mezcló una serie de verdades y mentiras para crear una historia y, cuando terminó de contar lo que había sucedido, Romántica se quedó sumergida en sus pensamientos. Parecía que no estaba muy convencida. Justo en ese momento llegó el helado que acababa de pedir y, tomando una cucharada, se la ofreció a Romántica. “¿Qué tal si comemos el helado antes de que se derrita?” “Supongo que podría ser peor.” Al darse cuenta de que no podía hacer nada, Romántica tomó el helado de Desir, que se derritió suavemente en su boca. “Dulce.” “¡Está rico!” – dijo Pram asintiendo con entusiasmo y mostrándose de acuerdo. “¿Qué habéis hecho mientras estaba en la Torre de la Magia? ¿Habéis explorado la ciudad?” “Sip. Ha estado bien. Como habría de esperar de una ciudad turística, hay muchísimas cosas para comprar, pero con las prisas al venir, me olvidé de traer dinero.” – dijo Romántica apretando los puños frustrada. “¿Y tú, Pram?” “¡Hay tantas cosas divertidas! ¡El paseo en góndola a lo largo del río! ¡El viaje en péndulo! Mm… Y ese lugar… ¿Se llamaba porco temático?” “Parque temático.” “Ah, ¡eso! ¡El parque temático! ¡Ese lugar es increíble y definitivamente quiero ir a verlo! Es una pena que no tuviéramos dinero para pagar la entrada” – dijo Pram deprimido. “Bueno, después de que terminemos de comer, salgamos de compras y vayamos al parque temático.” – dijo Desir bajando la cuchara, al resto de miembros de su grupo. “¿Qué pasa con el dinero?” – preguntó Romántica. “No tienes que preocuparte por eso. El Maestro de la Torre me ha prestado su tarjeta de crédito. Así que, ya que estamos aquí, quería que lo pasaremos bien.” – dijo Desir sonriendo mientras buscaba dentro de su chaqueta y sacaba una tarjeta negra con un borde dorado. Al verla, Pram y Romántica se abrazaron de alegría. En momentos como estos, actuaban como los amigos más cercanos. “¡La tienda de ropa primero!” – exigió Romántica. “¡No! ¡Al parque temático!” – refutó Pram. Pram y Romántica comenzaron a pelear a donde debía ir el grupo primero y sus voces seguían alzando la voz mientras Desir intentaba pacificarlos. “En primer lugar, terminemos de comer el helado…” Pero antes de que pudiera terminar su oración, los dos de inmediato saltaron sobre sus helados como un enjambre de langostas y tan pronto como terminaron, se prepararon para irse en un instante. Abrieron la puerta y miraron a Desir para que saliera. “¡Venga! ¿Qué estás haciendo? ¡Vamos!” – dijo Romántica mientras golpeaba con impaciencia el suelo con el pie. Pram estaba saltando de impaciencia. “Pagaré por el helado y nos encontraremos afuera.” “¡Date prisa!” Pram y Romántica salieron al escuchar sus últimas palabras. Ver sus caras sonrientes hizo reír a Desir. Era la mejor recompensa que podía pedir. En ese momento, el empleado de la tienda le dio un golpecito en el hombro. “Señor, ¿cómo va a pagar?” Desir le entregó al empleado la tarjeta de crédito y la transacción terminó rápidamente. Antes de irse, le pidió al empleado de la tienda que le prestara un bolígrafo. Con él, sacó un pedazo de papel de su bolsillo y tachó dos líneas: el incidente de la Torre de la Magia y el evento para el patrocinio de la Torre de la Magia.

4 puntos. Anuncio de patrocinio de la Torre de la magia – 5 Julio.
3 puntos. Ataque a la sucursal de Aeurelli de la Torre de la Magia – 7 Julio.
“Y el evento más importante…” Los ojos de Desir estaban fijos y subrayaron el evento para enfatizarlo.

6 puntos. Aparición del Mundo de las Sombras – 20 Julio.
Hoy era 7 de Julio y todavía faltaban dos semanas para que apareciera el Mundo de las Sombras. “No tenemos mucho tiempo, debemos comenzar a entrenar…” Su voz se fue apagando mientras miraba hacia afuera. Romántica y Pram estaban hablando y riéndose juntos. ‘Bueno, supongo que podemos tomarnos un día libre.’ Hoy les mostraría misericordia y, durante las próximas dos semanas, sería mejor que estuvieran listos para cruzar el infierno.
* * *
Mientras el grupo de Desir disfrutaba de su tiempo libre, se estaba celebrando un baile en el Salón principal de la Academia Hebrion. Los pasillos estaban bellamente iluminados y un sinfín de platos exóticos fueron llevados hasta donde se celebraba el evento. “Hoy es un día feliz.” – dijo el profesor Nifleka. Alrededor de un centenar de personas estaban reunidas en la sala, desde funcionarios de la Torre de la Magia hasta profesores cercanos a Nifleka. También estaban los miembros de la Luna Azul. El baile era la celebración por conseguir durante tres años consecutivos las subvenciones otorgadas por la Torre de la Magia al grupo de la Luna Azul. Nifleka hizo un gesto hacia la Torre de la Magia mientras hablaba al grupo. “Nuestro grupo ha conseguido una vez más el apoyo de la Torre. Puedo decir con confianza que nuestro grupo es el más fuerte de la historia. A pesar de unos desafortunados eventos recientes, el grupo de la Luna Azul siempre ha estado en la cima.” – dijo Nifleka levantando su copa de oro. – “Pero esto es solo el comienzo. En la historia de Hebrion, siempre estaremos en la parte superior. El mejor equipo formado únicamente por nobles. ¡Un grupo que todos los plebeyos admiran!” Los aplausos y rugidos de los fanáticos llenaron la sala en respuesta a sus palabras. Nifleka era uno de los profesores más influyentes de la Academia Hebrion y se alejaba de los valores de igualdad que proclamaba la profesora Brigitte. En cambio, él priorizaba el linaje y trataba a los plebeyos con violencia. Como resultado, los estudiantes de la clase Beta lo desagradaban en gran medida y hacía que una gran mayoría de los estudiantes de la clase Alfa lo apoyaran. La Academia Hebrion abogaba por la igualdad en la educación, pero el profesor Nifleka tenía mucha influencia y ni siquiera la Academia podía impedir que hiciera lo que deseaba. Los ojos de Ajest Kingscrown se volvieron fríos al observar al infame profesor Pugman Nifleka. “¡Regocijaos! ¡Bebed hasta estar satisfechos! ¡Por los nobles!” – exclamó el profesor Nifleka. Multitud de aplausos entusiastas surgieron de la multitud y el sonido de los vasos brindando por el grupo de la Luna Azul resonaron por el pasillo. Ajest cerró los ojos e hizo todo lo posible por ignorar el alboroto. Su cabeza palpitaba… Francamente pensaba que irse a dormir no sería una mala idea. Como mínimo significaría que no tenía que escuchar ese discurso. “Vaya, vaya. Si es la señorita Ajest.” Por supuesto que eso no iba a suceder. Un joven desconocido había aparecido y la saludaba cortésmente. Como polillas atraídas por una llama, poco después una gran multitud de personas se reunieron alrededor de la famosa espadachina. “Por la gracia del Dios supremo, ¡qué oportunidad para conocernos!” “El futuro del grupo de la Luna Azul está en tus manos.” Al principio solo había uno o dos, pero al momento casi una docena de personas se agolparon a su alrededor clamando por su atención. Sus palabras eran como un tifón y no dejaban de elevar su tono como si un maremoto amenazara con sumergirla por completo. “Deseo salir por un segundo, por favor, discúlpenme.” – dijo mostrando una actitud irritada y distante. No había contestado a nadie. Sus palabras fueron ahogadas por la gran cantidad de alabanzas con la que intentaban alagarla. A medida que pasaba el tiempo, se estaba hartando cada vez más de ese grupo de personas que la estaban asediando. Pero cuando estaba a punto de estallar, un hombre atrajo la atención de la multitud con unas simples palabras. “Una dama solitaria rodeada de tanta gente. ¡Qué terriblemente grosero por su parte!” En respuesta al ataque del nuevo desconocido, alguien de la multitud exigió saber quién era. “Elheim Triquincy, a su servicio. Tuve un compromiso previo con la Señorita Kingscrown, y me preguntaba dónde estaba.” Elheim Triquincy. Un mago de hielo del cuarto círculo, mentor de Ajest Kingscrown. Ajest levantó la cabeza y sus ojos se encontraron. “¿Te acuerdas? Se suponía que nos encontraríamos en la terraza como mentor y estudiante.” – comentó Elheim. Ciertamente estaba teniendo tacto al planear un camino de escape para su estudiante sin causar ningún malentendido. Ajest asintió con la cabeza, mostrándose de acuerdo. “La terraza está por aquí.” – dijo Elheim mientras alejaba a Ajest de la fiesta. Estaba aliviada. El ambiente en la terraza era mucho más relajado, con la música desvaneciéndose en el fondo y, en lugar del fervor y el bullicio de la fiesta, una brisa suave indicaba una perezosa noche veraniega. Finalmente, al verse lejos de la fiesta, Ajest se relajó. “¿No te gusta la fiesta?” – preguntó Elheim. Ajest negó con la cabeza como respuesta. “A decir verdad, me pasa lo mismo. Me gustan las fiestas, pero este tipo de eventos son un poco desagradables.” – añadió Elheim, mostrándose de acuerdo. El poderoso mago de hielo dio un trago a su bebida. “Estoy sorprendida. Sé que no te gustan mucho los plebeyos.” – admitió Ajest. “Es verdad. Mi familia está a favor de la Corona. Sin embargo, guardo estos pensamientos para mí, no los expreso de manera tan pública.” – explicó Elheim. La familia Triquincy apoyaba a la Corona y no le gustaban los plebeyos, pero, aun así, Nifleka era demasiado radical. “En lo que a mí respecta, no tengo ni idea de lo que piensa el profesor Nifleka.” “Tiene su propia agenda y planes para dar ese discurso.” – dijo Ajest. “¿Qué quieres decir con su propia agenda?” “Esa abrumadora sensación de superioridad como noble y el temor de que algún día puedan ser derrocados. La más mínima estimulación sirve para volverlos locos. Eso es lo que Nifleka está usando.” Ajest miró hacia la dirección del grupo. Por ejemplo, estaba Doneta Hadun, que veía a Nifleka a través de unas gafas tintadas de rosa. Era uno de los fanáticos que escuchaba cada palabra del profesor. Pero Elheim era incapaz de entender una cosa. “¿Qué tiene que ganar con todo esto?” “Si piensas en qué clase de personas se han reunido aquí, es fácil de entender. Casi todos los estudiantes son de la clase Alfa, que lo apoyan con todo su corazón. Al prenderles fuego, los ha atraído a su redil. Y si piensas que la clase Alfa tiene el derecho de votar en la elección del próximo director, todo queda muy claro.” Los ojos de Elheim se ensancharon ante la repentina realización. “Quiere convertirse en el director…” Así podría controlar todo lo que pasara en la Academia Hebrion, además de tener contacto con los antiguos alumnos; era una posición que manejaba a casi un millón de magos y caballeros, con un poder parecido al de un primer ministro. Por eso el heredero de la familia Nifleka había entrado en la Academia Hebrion.



Retro Capitulo 32

Volumen 2 Capítulo 32
El tiempo, el ajedrez y la torre de la magia IV
Traducido por Thornapple
Corregido por Tars y DaniR
Editado por Tars

Era una oferta increíble. Con veintiocho meses por delante hasta la graduación de Desir, la cantidad de dinero que recibiría sería… “3.360 monedas de oro. Según mis cálculos, eso debería ser suficiente para demostrar que tus esfuerzos no han sido en vano. Al ganar una partida de ajedrez has aumentado tu recompensa veintiocho veces. Con eso, no tendría que incumplir mi palabra y sería como recibir la subvención.” – dijo Zod mientras miraba seriamente a Desir, esperando su aprobación. “Esos son términos muy favorables. Casi quiero aceptar de inmediato.” – respondió Desir, sacudiendo la cabeza. – “Pero eso no cambiará mi petición. Quiero hacer un trato.” “Esperaba que eligieras más sabiamente. Has rechazado mi oferta y no puedo aceptar tu trato. Con eso, las negociaciones han terminado.” – añadió Zod, expresando su desdén por la elección del niño y procediendo a levantarse de su asiento. “No, Maestro de la Torre. Vamos a aclarar esto primero. No es que no pueda aceptar el acuerdo, es que no puede aceptar un trato donde salga perdiendo.” A primera vista, ese era el problema. “Sin embargo, esto significa que aceptaría el trato si fuera un intercambio justo.” “Así que crees que es un trato justo.” – dijo el Maestro de la Torre claramente molesto por las palabras de Desir. Desir había visto el problema. No había forma de que cualquier espectador viera este intercambio como algo justo. Era absurdo. “Entiendo por completo cuál es su posición, Señor Exarion. Una mera idea de un estudiante contra el apoyo de la Torre de la Magia. Siendo lógicos, no hay forma de que alguien crea que ese trato es adecuado.” – continuó Desir, intentando apaciguar a su viejo colega. Acto seguido, se levantó de su asiento y jugó con la pieza del barco de guerra del ajedrez. “Pero usted, de todas las personas, debería saber mejor que nadie que hay muchas cosas que se encuentran fuera de la lógica. Por ejemplo, un hombre de veinte años se convierte en Maestro de la Torre tras desarrollar con éxito la técnica de encantar. O tal vez, incluso menos probable, que un estudiante de la Academia de Hebrion termine derrotando al Maestro de la Torre en un juego de ajedrez.” “¿Qué estás tratando de decir?” – dijo Zod, que no estaba nada impresionado, esperando a que Desir llegará rápidamente al fondo de la cuestión. “A pesar de lo ilógico que pueda parecer, este acuerdo es bastante justo. Si tengo que demostrarlo, puedo hacerlo ahora mismo. ¿Le gustaría quedarse un poco más y escuchar lo que tengo que decir?” – dijo Desir mientras colocaba el barco de guerra directamente frente a Zod, esperando una respuesta. “Demuéstralo…” – dijo Zod cruzándose de brazos y dándole una oportunidad para explicarse. Desir miró a su alrededor. Había estanterías con libros a lo largo de las paredes de la habitación. El tablero de ajedrez con el que habían jugado yacía sobre el escritorio, iluminado por una lámpara. También había varios cristales mágicos esparcidos sobre el escritorio. Caminando hasta la mesa, tomó uno de los cristales. Ninguno de los cristales mágicos estaba encantado, haciendo que fueran inútiles. En ese momento, Desir rodeó el cristal mágico con una cobertura de maná y al momento comenzó a palpitar. Un sonido resonó desde el cristal como si fuera un acorde musical. Desir comenzó a vibrar sus partículas de maná una por una, mostrando su control único sobre el maná. ‘Lentamente, concéntrate en su frecuencia.’ Poco a poco, Desir aumentó lentamente la frecuencia del maná, hasta que el zumbido del cristal mágico comenzó a vibrar con más ferocidad que antes, haciendo que resonara de un lado a otro. ‘¿Está manipulando el maná interno del cristal sin usar el método de encantar?’ – pensó Zod con una mirada aturdida. Según sus teorías, eso era imposible. Si no estuviera sucediendo ante sus ojos, no podría creerlo. Desir no le prestó atención. El maná interno continuó girando violentamente, creciendo exponencialmente, haciéndose más fuerte. Giró vigorosamente, formando un círculo perfecto. Tan pronto como Desir sintió que alcanzaba su punto máximo, se limitó a decir dos simples palabras. “Se acabó.” “¿Se acabó?” – preguntó el Maestro de la Torre con la boca abierta. “Sí, eso es todo.” – contestó Desir, para a continuación lanzarle el cristal mágico. Zod atrapó el cristal mágico, aun teniendo dificultades para que su mente aceptara lo que acababa de suceder. El cristal mágico se veía exactamente igual, aparte del maná interno que giraba de forma constante. “¿Qué has hecho?” – preguntó, mientras miraba a Desir desconcertado. Pero la respuesta que estaba buscando no vino de Desir, sino del cristal mágico. - “¿Señor? ¿Hay algún problema?” Zod casi dejó caer el cristal al escuchar la voz de su secretaria. - Señor, le recuerdo que queda menos de un minuto para su reunión. La voz continuó hablando. “También se puede utilizar como transmisor.” – explicó Desir con indiferencia. Zod se quedó aturdido por la noticia. El mago del séptimo círculo eligió sus siguientes palabras con mucho cuidado. “Te devolveré la llamada en un momento.” – dijo con voz temblorosa, colocando a continuación suavemente sobre la mesa el cristal mágico. – “Voy a necesitar una explicación.” “Como puede ver, he colocado un hechizo de comunicación en el cristal mágico. Cuando atendió su llamada antes, confirmé el número de su secretaria…” “Puedo llegar a eso. Lo que pregunto es cómo has colocado el hechizo en el cristal sin encantarlo.” La mirada de Zod era intensa, esperando encontrar alguna pista de la respuesta de este estudiante, que estaba revolucionado las teorías de la magia por completo. “Cada partícula de maná tiene algo que se llama frecuencia única. Si puedes sintonizar esas frecuencias con el resto de partículas de maná, puedes hacer que se armonicen entre sí, creando una resonancia mágica.” Era un fenómeno único que no había sido descubierto en esta era. “Esta resonancia de maná se puede aplicar a una gran variedad de objetos: un cristal mágico no es una excepción. Si haces vibrar su entorno a la misma frecuencia que el maná, la vibración le permite viajar a través de la capa exterior de maná, creando este tipo de resonancia.” Desir recuperó el cristal de Zod y una vez más le mostró cómo funcionaba. “Si giras el maná que rodea el cristal, el maná almacenado gira con él. Una vez que las rotaciones alcanzan un punto crítico, el maná interior se mueve en una forma circular. Este tipo de proceso se denomina ‘Círculo’ y…” “…puedes activar tantos hechizos como quieras, incluso sin el proceso de encantar.” “Exacto.” Desir apretó el cristal mágico activado en su mano. “Las aplicaciones son infinitas. Mientras el maná lo permita, puedes activar docenas de hechizos a la vez. Esto significa que no tenemos que agotar inútilmente nuestros cristales mágicos y elimina uno de los principales problemas del método de encantar.” – dijo Desir. – “Con esta tecnología, los Forasteros no habrían tenido la oportunidad de romper sus puertas exteriores. El método de encantar los cristales hace olvidar el problema de tener que elegir entre una barrera física y otra mágica. Ahora se abre un abanico de posibilidades. Incluso si es un mago de un círculo bajo, este método te permite acceder a toda una gama de magia siempre que tengas un cristal mágico suficientemente poderoso.” Esto era solo el principio. Usando este método, se podrían desarrollar innumerables técnicas. “¿Tú has descubierto esto?” – preguntó Zod con voz temblorosa. “Lo sé.” – respondió Desir, sin dar una respuesta directa. En realidad, sería Zod quien iba a crear esa técnica en el futuro. Tres años después de entrar en el Laberinto de las Sombras, Zod Exarion descubrió la resonancia de maná y destrozó la forma de comprender la ingeniería mágica. A partir de ahí, continuó expandiendo su teoría y, poco a poco, permitió que alguien usara un cristal mágico sin el método de Encantar. Este descubrimiento llevó a la humanidad a adquirir nuevas técnicas que les permitieron continuar con vida dentro del Laberinto de las Sombras. Arrinconada en una esquina, la humanidad no tuvo otra opción que innovar y sacar a la luz esos descubrimientos. Después de regresar al pasado, Desir pensó en llevar las técnicas del futuro a su tiempo. Si todo el conocimiento obtenido durante la lucha desesperada en la mazmorra pudiera ser llevado al pasado, tal vez aumentarían las posibilidades de limpiar el Laberinto de las Sombras. ‘Con la habilidad de los miembros de la Torre de la Magia, podrían crear una gran cantidad de técnicas nuevas.’ Eso era todo. Desir no estaba aquí para recibir apoyo; había venido a apoyarlos a ellos. Cuando el Maestro de la Torre comparó el trato con cambiar una barra de oro por un cacahuete, tenía razón. Sin embargo, no se había dado cuenta de en qué lado estaba. “Esto es extremadamente sorprendente… Reescribirá la historia de la ingeniería mágica tal como la conocemos.” La mente de Zod estaba a cientos de kilómetros de distancia, pensando en todas las posibilidades que esto podía producir. “Me alegra oírlo, Maestro de la Torre. Pero también quiero que sepa que esto solo es una pequeña parte de las ideas que tengo. Estoy dispuesto a ofrecerle todas las técnicas que conozco y, la Torre de la Magia podrá usarlas en sus productos. Todo lo que pido a cambio es que patrocine a mi grupo con objetos realizados con esas técnicas. Esa es mi oferta.” Zod volvió a concentrarse cuando escuchó las palabras de Desir. “Una pequeña parte…" Zod se volvió hacia su pantalla sin la menor vacilación. “Secretaria, cancele la reunión.” - ¿Señor? Pero… La secretaria se sorprendió. “No, no esta reunión. Cancela todo hasta que te diga lo contrario.” - ¡Señor! ¿De qué está hablando? ¡Tienes más de veinte reuniones programadas! “Dile a Hephatus que se ocupe de ello. Voy a colgar ahora. Es probable que no pueda responder por las próximas dos horas, quizá más.” Click “Ahora que la barrera del límite de tiempo ha desaparecido, tenemos la oportunidad de discutir en profundidad este tema.” – dijo Zod que se había vuelto animado y se veía voraz por obtener más información. “¿Supongo que está aceptando el trato?” – preguntó Desir. “Claro que sí, no me he vuelto loco todavía.” – respondió el Maestro de la Torre riéndose de sí mismo y tendiendo la mano a Desir para cerrar el trato.
* * *
“¡Por aquí, Señor Desir!” – gritó Pram, llamando al líder de su grupo con entusiasmo. Desir se sentó a su mesa y miró a su alrededor. Esta tienda era rara incluso en la capital. “Así que conseguiste encontrar un lugar como este. Una heladería…” “Hmph. Ignorante.” – dijo Romántica con una expresión altiva. – “Baskin-Rise 79 es una visita obligada para todos los que vienen a Altaea. ¡No puedes irte de la ciudad sin probar el helado de fresas con frutas del bosque o su algodón de azúcar! ¡Están para morirse!” “Así que me estás diciendo que pida uno…” – dijo Desir riéndose ante las palabras de Romántica para, a continuación, llamar al camarero. “¿Le fue bien, Señor Desir?” – preguntó Pram, ansioso por saber cómo fue la reunión. “Por supuesto, todo está arreglado.” Desir se rio entre dientes y pensó para sí mismo lo lindo que era Pram. “Uf, eso es un alivio.” “Un alivio, pero para estar segura…” – dijo Romántica dando un gran suspiro. – “¿Podrías explicarte?” “¿Qué quieres que explique?” “La razón por la que rechazaste la recompensa de ciento veinte monedas de oro. Con toda honestidad, no puedo imaginar por qué renunciaste a ciento veinte monedas por jugar al ajedrez.” “Ah, eso. El objetivo principal no era jugar al ajedrez con el Maestro de la Torre, sino encontrar una excusa para reunirme con él. Mi verdadero objetivo era pedir su apoyo y, como dije antes, todo está arreglado. Por ahora tenemos apoyo a nivel de patrocinio.” “¡Guau!” – gritó Pram saltando por el aire para celebrarlo. ¡Nunca hubiera imaginado que una persona tan elevada como el Maestro de la Torre les había dado su apoyo! Romántica miró a Desir de una manera sospechosa. No había manera de que él hiciera esto de forma legítima. “¿Te diste cuenta de su debilidad o algo así? ¿Es un corrupto que experimenta con criaturas vivas? Conociéndote debes haberlo chantajeado…” – dijo estremeciéndose al pensar en lo que podría haberle pasado al Maestro de la Torre. “¿Qué clase de persona crees que soy?” – exclamó Desir. “Un completo sádico. Definitivamente no soy la única que piensa así. Pram, cuéntale.” – contestó Romántica haciendo una mueca. “Se… Señor Desir, no de… Debería ir chan… Chantajeando a la gente. No es bueno…” “Eh… ¿Tú también Pram?” – dijo Desir cayendo de rodillas. “Je, je, je. Es una broma Señor Desir. Creo en ti.” – añadió Pram sacando la lengua y sonriendo juguetonamente. Se veía tan adorable que los otros dos no pudieron evitar sonreír.