sábado, 18 de octubre de 2025

JDR - Capítulo 331

Capítulo 331

Conquistando la ciudad del Continente Occidental.
Traducido por Tars
Corregido por Noe
Editado por AMarauder

El sonido de disparos continuó resonando en el este. “¿Aún siguen luchando…?” – murmuró Colmillo de Roca, mirando como parpadeaban las llamas bajo el cielo nocturno. Seguía subido a una balsa. – “¿Salió algo mal?” Justo cuando se sentía angustiado, una balsa de madera se desplazó desde un callejón del este. En el momento en que Colmillo de Roca notó que la persona que iba en la balsa era su líder de compañía, su corazón se aceleró. La balsa pronto llegó a la orilla. Sin esperar a que su fiel ayudante se estabilizara, Colmillo de Roca lo agarró por el hombro. “¿Cuál es la situación? ¿Quién ganó?” – preguntó, nervioso. “La Nueva Alianza ganó… Ya ocuparon el cuartel general.” – respondió el lugarteniente al instante. “¿Qué hay de Colmillo Dorado?” – preguntó Roca. – “¿Dónde está? ¿Lo capturaron?” “¡Está muerto!” – respondió, tras tragar saliva con dificultad. Los ojos de Colmillo de Roca se abrieron de par en par. “¿Estás seguro?” El esbirro asintió vigorosamente. “¡Es cierto! ¡Lo vi con mis propios ojos! Los proyectiles de la Nueva Alianza penetraron por el agujero en la pared. Luego hubo una explosión en el interior… No solo Colmillo Dorado, ¡sino también los Apóstoles enviados por Antorcha murieron en la explosión!” – añadió con nerviosismo. Al oír esto, Colmillo de Roca finalmente se relajó, aunque no pudo evitar seguir con los puños apretados. “¡Genial!” Al observar la expresión alegre de Colmillo de Roca, el líder de compañía que había presenciado la muerte de Colmillo Dorado adoptó una expresión compleja. El tirano ha muerto. La guerra finalmente ha terminado. Sin embargo, terminó con su derrota. Aunque la Nueva Alianza había prometido que su tratamiento sería diferente al de los prisioneros ordinarios, eso no cambiaba el hecho de que eran prisioneros. En cuanto al futuro… Solo el tiempo lo dirá. Al ver las expresiones taciturnas en los rostros de sus subordinados, Colmillo de Roca comenzó a darse cuenta de que podría estar mostrando excesiva felicidad, lo que parecía inapropiado. Así que se aclaró la garganta y le dio una palmadita en el hombro al líder de compañía. “No estés tan triste. Todo esto es culpa de ese idiota que escuchó los malos consejos de Dillon y lo arriesgó todo, sacrificando sus tanques. Él fue quien llevó a nuestra tribu al abismo. Es su responsabilidad, no la nuestra. Además, el Administrador de la Nueva Alianza me dijo en una carta que rendirse es solo perder la mitad de la batalla. Este es un buen resultado. Mantén la cabeza alta. Ahora vamos a tomar el control de los prisioneros… No hay nada de que lo avergonzarse.”
* * *
Al enterarse de la muerte de Colmillo Dorado, Colmillo de Roca condujo de inmediato a sus más de 1000 hombres desde la zona de defensa occidental hacia el cuartel general. Cooperaron con la Legión Ardiente para controlar el puesto de control cerca del cuartel general y los puestos de avanzada de las calles cercanas. Aunque eso significaba volver sus armas contra sus aliados, no tenían otra opción en ese momento. Para demostrar su lealtad a la Nueva Alianza, Colmillo de Roca no dudó en ordenar a su propia gente que abriera fuego; incluso corrió personalmente a primera línea del campo de batalla para supervisarla. Al principio, sus subordinados dudaron, pero a medida que las bajas comenzaron a aumentar, se entregaron al frenesí de la matanza, dejando de lado por completo sus luchas internas. Eran depredadores. No había restricciones ni cargas psicológicas inherentes. En esencia, aferrarse a los poderosos no era más que otra faceta de la ley de la selva. “¿Roca estás loco?” Colmillo de Nube, quien instaba a sus subordinados a avanzar, de repente mostró una expresión de confusión al ver a Colmillo de Roca de pie tras una cobertura en el lado opuesto. Frente a sus antiguos compañeros, su rostro mostró cierta vacilación por un momento, pero duró solo medio segundo. “No tiene sentido hablar. Todo lo que nos ha sucedido ahora es consecuencia de la propia ingenuidad de ese idiota… ¡Ríndete! ¡Colmillo Dorado está muerto!” “¿Muerto…?” Un destello de incredulidad y miedo apareció en los ojos de Nube, pero rápidamente fue reemplazado por un profundo odio y rabia. Rugió con fuerza, con su voz rasgando el aire. “¡Jamás!” Colmillo de Roca no ocultó sus sentimientos, abandonando por completo sus reticencias, levantó una ametralladora para disparar hacia el otro lado de la calle con el rostro desencajado por la ira. “¡Entonces vete al infierno!” Los soldados de la Nueva Alianza sacaron las granadas de humo y, tomando impulso, las lanzaron hacia el enemigo. El humo rojo recorrió una distancia de casi 100 metros y se esparció sobre las posiciones de Nube. Antes de que los depredadores pudieran reaccionar, una lluvia de fuego descendió del cielo, enviándolos a ellos y a sus refugios por los aires. Contemplando la densa humareda que se alzaba frente a él, Colmillo de Roca solo tardó medio segundo en lamentar en silencio la pérdida de sus antiguos compañeros antes de apretar los puños. “¡Deberían haberme escuchado!” – dijo con ferocidad. – “No tenía por qué ser así, pero no me dejas otra opción…” Con la noticia de la muerte de Colmillo Dorado, la moral de la brigada bajo su control directo se desplomó instantáneamente. Frente a la feroz potencia de fuego de la Nueva Alianza y las tropas de Colmillo de Roca, los depredadores restantes fueron rápidamente derrotados. Y en ese momento, una transmisión sonó en las áreas urbanas alrededor del Cuarto Distrito Nuevo. “Soy el Administrador de la Alianza.” “¡Depredadores del Clan Colmillo! Su cuartel general ha sido capturado. Colmillo Dorado Triturador de Cráneos fue asesinado por nuestros soldados mientras huía. ¡Tu derrota es segura! ¡La rendición es tu única esperanza! No matamos a los prisioneros, pero con aquellos que se resistan, ¡no mostraremos piedad!” ‘Colmillo Dorado…’ ‘¿Está muerto?’ Los depredadores que aún se dirigían hacia el cuartel general quedaron aturdidos y empezaron a entrar en pánico al escuchar la noticia de la muerte de Colmillo Dorado. Sintieron como si el cielo se les cayera. Desde un capitán hasta los esbirros armados, todos estaban perdidos y no sabían qué hacer. En la parte sur de la ciudad, de pie junto a Colmillo de Simio, un oficial de Estado Mayor del ejército suspiró suavemente. “Ríndete… Ya hemos perdido.” La expresión de Colmillo de Simio se contorsionó de ira y agarró al oficial por el cuello. “¡Cállate! ¿Quién crees que es el responsable de habernos traído hasta aquí?” “¿Quieres culpar a Dillon?” – preguntó el oficial con sarcasmo. – “Sí, puedes culparlo… Depositar sus esperanzas en vosotros fue la decisión más estúpida que ha tomado. Si quieres matarme, adelante. De todas formas, no te queda mucho tiempo.” Colmillo de Simio lo fulminó con la mirada, pero tras una larga pausa, soltó el cuello del oficial. “¿Qué debo hacer…?” “Toma a tus hombres y ríndete. Es evidente que el bombardeo de la Nueva Alianza en el sur de la ciudad es solo una finta. Su fuerza principal está en el oeste. Rendirse antes de que entren en la ciudad demuestra más nuestra buena voluntad que esperar a que se abran paso.” Colmillo de Simio tragó saliva con fuerza, nervioso. “Per… pero no tenemos folletos. Quemé todos los que encontré.” Colmillo Dorado había ordenado que cualquiera que escondiera panfletos sería sometido a un castigo extremo. No se atrevió en absoluto a desobedecer esa orden, y todos los días revisaba los bolsillos de sus subordinados dos o tres veces para asegurarse de que no hubiera traidores entre sus filas. Sin embargo, al escuchar esa ingenua declaración, el oficial de Estado Mayor se limitó a reírse entre dientes. “¿Qué tonterías dices? ¿De verdad crees que tus subordinados son tan obedientes? Apuesto a que en cuanto grites… ¡Se acabó la guerra! Aparecerán inmediatamente con miles de panfletos para rendirse.” El rostro de Colmillo de Simio alternaba entre pálido y rojo mientras apretaba y aflojaba el puño. Después de una feroz lucha interna, finalmente prevaleció la voluntad de vivir. Bajo sus órdenes, más de 1000 depredadores de la zona sur de la ciudad salieron de su escondite, con las manos en la cabeza y, en grupos, caminaron hacia las posiciones de la Nueva Alianza… Y en ese mismo momento, en las líneas del frente de la Nueva Alianza, era la Legión Esqueleto la que custodiaba las trincheras. “¡Maldita sea! ¿Acaban de rendirse? ¡Que cobardes!” – Topo observó a los depredadores acercarse con las manos en la cabeza a través de sus prismáticos y no puedo evitar quejarse. “Después de todo, los PNJs solo tienen una vida. No hay vergüenza en rendirse.” – dijo Iren con una cajita de madera sobre las rodillas. Iba sacando comida y la masticaba lentamente. Al ver que su compañero disfrutaba tanto de su comida, Élfico no pudo evitar tragar saliva y miró su fiambrera. “¿Qué es esto?” – preguntó con curiosidad. Un objeto oscuro y con forma de concha, con unas cuantas hojas que parecían especias esparcidas por encima. Su juicio preliminar indicaba que al menos estaba cocido. “Camarones acorazados. Los pesqué junto al lago. ¿Quieres uno?” – ofreció Iren generosamente. A pesar de su vacilación, al oír que era un camarón, Rico Rey Élfico bajó un poco la guardia y usó un palillo para recoger una bola de camarón del grosor de su pulgar con un palillo. La forma del camarón acorazado era bastante peculiar. Lo examinó un rato y no vio la cabeza ni las pinzas. Tras dudarlo un poco, finalmente se lo metió en la boca. “Mm…” El sabor era inesperadamente bueno. Un poco a pescado, con un toque de sabor a río. “Recuerda escupir la cáscara; no puedes masticarla. Es demasiado dura.” – le recordó Iren al ver a su buen amigo masticar a gusto. “¿Demasiado dura? ¿Por qué se deshizo en cuanto lo mordí?” Élfico se quedó paralizado. Iren estaba atónito, pero de repente puso una expresión de incomodidad. “Uh… ¿Estás seguro de que estás comiendo un camarón?” “¿Qué demonios? ¿Qué más hay ahí?” – gritó Élfico tras pensar en sus palabras y dejar de masticar. Iren lo miró con curiosidad. “No te preocupes… Quizás se hayan mezclado algunos caracoles. No es para tanto.” Antes de terminar de hablar, Élfico se aferró a la puerta del coche y empezó a vomitar. “¡Tienes agallas al atreverte a robarle comida a Iren de su plato!” – dijo Topo, bajando los prismáticos. Iren, que sostenía su fiambrera, frunció el ceño de inmediato y empezó a protestar. “¡Que te den! Por cómo lo dices parece que no estoy comiendo comida humana.” Topo arqueó una ceja. “¿Qué humano normal asaría gusanos de crin de caballo…?” “¿Gusanos de crin? ¡Son patas de mantis! ¡Y no todas las mantis tienen gusanos de crin!” Mientras discutían, los depredadores, que llevaban las manos en la cabeza, ya habían llegado a las posiciones de Nueva Alianza. Naranjita, vestido con su armadura de exoesqueleto y liderando un equipo de 100 hombres completamente armados, se acercó y separó a los más de 1000 prisioneros en grupos. A excepción de los depredadores con rango superior a líder de compañía, que fueron retenidos por separado, todos los demás fueron conducidos a la misma área. El resto de los prisioneros fueron colocados frente a las trincheras, acurrucados con la cabeza gacha, esperando a ser transportados al campo de prisioneros recién construido en el Municipio de Qingshi. Al mismo tiempo, en el puesto de mando temporal de la Nueva Alianza, Chu Guang miró la máquina virtual con una sonrisa. “Por fin se acabó.” Vanus estaba sorprendido. “¿Han destruido el cuartel general?” Chu Guang asintió. “Mm, aunque el plan fracasó y no pudimos capturar a Colmillo Dorado con vida. Pero recuperar su cuerpo también nos sirve.” La razón por la que el Clan Colmillo pudo mantener un ejército de decenas de miles mediante un gobierno tribal se debió en gran medida al prestigio personal de su líder y a su brutal gobierno sangriento. Una vez que el propio Colmillo Dorado muriera, ya fuera en batalla, de vejez o por enfermedad, toda la tribu se desmoronaría rápidamente… A menos que surgiera un nuevo y poderoso líder para hacerse cargo de la situación. Pero en la situación actual, la posibilidad de que eso sucediera era casi nula. Y con la caída del Clan Colmillo, la Tribu Mastica Huesos, que había arrasado toda la Provincia del Valle del Río, también llegaría a su fin… “En menos de dos meses, has aniquilado una fortaleza de depredadores de casi 30.000 hombres… Has creado un milagro.” Vanus no pudo evitar maravillarse. Chu Guang sonrió. “No soy yo quien creó un milagro; es la gente de la Nueva Alianza.” – respondió con modestia. Vanus lo miró sorprendido y después de un buen rato, asintió. “Ya veo.” Si ese fuera el caso… La victoria estuvo dentro de lo razonable.
* * *
Los intercambios esporádicos de disparos continuaron durante toda la noche. Al difundirse la noticia de la muerte de Colmillo Dorado, los depredadores que habían escuchado la transmisión emergieron de sus escondites, levantaron las manos y se rindieron de manera organizada. El cielo empezó a iluminarse. Las escaramuzas en las principales áreas urbanas cesaron gradualmente y la Ciudad del Continente Occidental finalmente dio la bienvenida a la paz. Contemplando el amanecer, Chu Guang entrecerró los ojos mientras llevaba su servoarmadura. Miró a Naranjita a su lado. “¿Qué tal si le ponemos al nuevo asentamiento el nombre de Ciudad del Alba? ¿O tienes una idea mejor?” Chu Guang se rio entre dientes.'Alba' en caracteres chinos sonaba como Shu Guang. Naranjita pensó durante mucho tiempo, pero, debido a su limitada educación, solo pudo pronunciar una frase. “¡Qué buen nombre!” Chu Guang rio entre dientes y agitó la mano derecha hacia adelante. “¡Adelante!” La Primera Legión permaneció en su posición. La Segunda, junto a la Legión de la Muerte y la Legión de la Jungla, comenzaron a avanzar. La resistencia dentro de la ciudad prácticamente había terminado, pero no todos se rindieron voluntariamente. A pesar de las repetidas derrotas y las brutales tácticas de represión habían llevado a la mayor parte del Clan Colmillo al borde de la resistencia, todavía hubo algunos obstinados que permanecieron leales, dispuestos a luchar por su clan hasta el amargo final. “¡Panda de cobardes desvergonzados! ¡Traicionaron su propia bandera y juramento!” “¿Rendirse? Ja, ja, ja. ¡Ni en sueños!” Rugiendo furioso contra los hombres de Colmillo de Roca, Zorro lideró una retirada caótica hasta un centro comercial abandonado. Debido a que los defensores en el sur ya se habían rendido, se vio en una situación complicada mientras marchaba para reforzar sus defensas. Pero a medida que se iban encontrando más solos, multitud de sus hombres se iban quedando atrás para intentar huir. A estas alturas le quedaban menos de 300 hombres. Afortunadamente, el garaje subterráneo de este centro comercial abandonado albergaba un depósito de municiones. En su interior se encontraban los suministros para la zona sur, suficientes para aguantar durante mucho tiempo. Sus sólidos cimientos y la excelente estructura sobre la superficie le ofrecían una buena posición para resistir los bombardeos y el fuego de artillería. La única manera de capturar el depósito de municiones era enviar tropas al interior. Justo cuando Chu Guang estaba considerando a qué legión asignarle esta misión, un prisionero que había sido asignado como guía se adelantó de repente. “Administrador supremo, si está dispuesto a confiar en mí… Por favor, ¡confíeme a este terco alborotador! ¡Estoy dispuesto a guiar a mis subordinados al garaje subterráneo y capturar el depósito de municiones!” – dijo tras juntar las manos en un gesto de respeto. Mientras hablaba, los ojos de Colmillo de Simio estaban llenos de adulación y entusiasmo. Si pudiera elegir, no querría convertirse en un trabajador de las minas. En el páramo, incluso ser carne de cañón era mejor que ser trabajador forzoso. Los primeros al menos tenían una oportunidad de disfrutar del botín de guerra y una oportunidad de cambiar las cosas, mientras que a los segundos… Solo les esperaba la monotonía en una mina hasta la llegada de la muerte. Al principio Chu Guang no quería asignarle una tarea tan importante, pero de repente tuvo una idea diferente: tal vez esta podría ser una buena oportunidad. La guerra había terminado y ya no necesitaba realmente carne de cañón, pero sí necesitaba gente que se encargara de los prisioneros. Y actualmente, los únicos que parecían ser útiles para ese papel eran Colmillo de Roca y sus subordinados. Todos esos hombres le habían jurado lealtad y apuntado con sus armas a sus antiguos compañeros, por lo que les sería imposible conspirar con otros prisioneros. Sin embargo, todavía pertenecían a la misma facción, por lo que no sería apropiado que fueran los únicos que sirvieran como supervisores. Para evitar que los mandos medios del campo de prisioneros de guerra pudieran unirse, era necesario apoyar a un segundo al mando que sirviera contra Colmillo de Roca. Tras tomar una decisión, Chu Guang miró a Naranjita. “¿Sigue en la misma posición la unidad que se rindió anoche?” Naranjita asintió. “Sí, actualmente está bajo la supervisión de la Primera Legión.” Chu Guang miró entonces a Colmillo de Simio. “Enviaré una legión para apoyarte. Espero ver resultados antes del anochecer.” “¡Gracias por su confianza! ¡Prometo traerles la cabeza de Colmillo de Zorro!” – exclamó Colmillo de Simio extasiado. “Intenta capturar a tantos con vida como puedas.” – le recordó Chu Guang. Luego hizo un gesto con la mano para despedirlo. Los subordinados de Colmillo de Simio ya se habían reunido a la entrada del garaje subterráneo. El equipo de 100 hombres asignado a la vanguardia ya estaba equipado con subfusiles PU 9 capturados. Además, cada uno recibió dos cargadores proporcionados por el personal de logística. Ansioso por demostrar su valía, el grupo de Colmillo de Simio se ofreció como voluntario para liderar la carga. Además de dar su aprobación con un gesto, Chu Guang también ordenó a su oficial de logística que proporcionara al audaz equipo una granada de mano ofensiva adicional. Al mismo tiempo, los 300 jugadores de la Legión de la Muerte recibieron la misión de eliminar a los enemigos que quedaban. El paquete de expansión estaba a punto de entrar en la fase de liquidación de puntos tras pasar las 24 horas. Era su última oportunidad de ganar puntos. Los jugadores que recibieron la misión estaban entusiasmados y listos para empezar, mientras que los que no la recibieron mostraban la envidia en sus caras. “¡Maldita sea! Nosotros también somos soldados de infantería, ¿por qué no vamos?” “¡Sí! ¡Esto no es justo!” “¡Debe haber algún tipo de intercambio turbio tras bambalinas!” “¡Piérdete! ¿Qué quieren decir con intercambio turbio? ¡Dejan que se encarguen los profesionales! ¿Qué demonios sabes hacer?” – dijo Gran Deudor con una sonrisa burlona, ajustándose el lanzallamas que le había prestado la Legión de la Jungla. “Hermanos, cambiad a metralletas y escopetas. Los que tengan bayonetas, prepárenlas. Y los que no, asegúrense de traer sus palas. ¡Prepárense para entrar en los túneles!” – gritó Golpe de Remo caminando hacia el frente del grupo. Los jugadores de la Legión de la Muerte gritaron con entusiasmo. “¡Uaaaaaaa!” Al ver su inmenso entusiasmo por luchar en una batalla urbana a vida o muerte, los depredadores rendidos, que estaban armados con metralletas y listos para liderar la carga, no pudieron evitar tragar saliva con nerviosismo. ‘¿Esta gente está loca?’ “Que se encarguen del problema de aquí, continuemos avanzando.” Tras asignar a varios PNJs de la Segunda Legión para supervisar el ataque, Chu Guang hizo un gesto con la mano, dirigiendo al grupo principal para que continuara adentrándose en la ciudad. El alojamiento temporal para los prisioneros de guerra se instaló en el antiguo emplazamiento de la Plaza de los Ciudadanos, en la parte sur del Cuarto Distrito Nuevo. Allí había un amplio espacio abierto, sin obstáculos. El teatro al norte de la plaza ofrecía una visibilidad excelente, y una sola ametralladora bastaba para cubrir toda la plaza. Continuaron trayendo prisioneros durante toda la noche. Las bajas no fueron demasiado graves: salvo unos pocos que lucharon hasta la muerte, la mayoría fueron capturados mientras huían hacia el norte, ya sea por las guerrillas o porque sus oficiales se rindieron de manera organizada. Al principio, Colmillo de Simio los hizo atar con cuerdas. Al final, había tanta gente que se quedó sin ellas, por lo que simplemente les quitaron las chaquetas de piel de animal, las rasgaron en tiras y las usaron como cuerdas y vendas improvisadas. El clima en mayo no era tan duro, pero si hubiera sido unos meses antes, muchos habrían muerto congelados. Al amanecer, toda la plaza estaba repleta de gente en cuclillas, llenando casi todo el espacio disponible. Colmillo de Simio y sus subordinados, armados y atentos, rodeaban la plaza en grupos de diez. Observaban a los prisioneros de guerra apiñados en el suelo con la cabeza gacha, mientras que estos miraban a los traidores por el rabillo del ojo con odio. Llevaban una venda blanca alrededor del brazo. Pero cuando vieron a los soldados de la Nueva Alianza, todo ese odio se convirtió en miedo y pánico. ¡Estaban realmente aterrorizados! “Respetado y supremo Administrador… Su más leal servidor, Colmillo de Simio, le da la más humilde bienvenida.” Al ver la servoarmadura al frente del grupo, Colmillo de Simio reconoció de inmediato su identidad y, con una sonrisa aduladora, se acercó voluntariamente. Chu Guang miró el mar de gente en la plaza. “¿Cuántos prisioneros hay aquí?” “¡21.708 personas!” – respondió de inmediato Colmillo de Simio. “¿Estás seguro de esa cifra?” “Uh, más o menos… Puede que haya un error de 100 o 200…” – respondió Colmillo de Simio con nerviosismo, con la frente empapada de sudor. Chu Guang sonrió levemente, sin presionarlo más. De hecho, ya había enviado un dron colibrí para contar los números en la plaza, que sumaban 21.573 personas. Había alguna discrepancia en el recuento, pero no era grave. Algunos de esos prisioneros eran descendientes directos del Clan Colmillo, mientras que otros provenían de las provincias orientales o del Estado Libre de Bugra. Chu Guang no tenía intención de liberarlos hasta que expiaran sus pecados. “Tanta gente reunida en el mismo lugar es una amenaza potencial. Sugiero transportarlos en grupos a Qinghi para vigilarlos.” – aconsejó Naranjita en voz baja mientras se acercaba a Chu Guang. “El campamento de prisioneros de guerra del Municipio de Qingshi probablemente no pueda albergar a tanta gente. Inicialmente esperábamos capturar entre 8.000 y 10.000 soldados, así que no construimos tantos alojamientos.” – respondió, tras pensarlo y momento. La cantidad de prisioneros superó con creces sus expectativas. Chu Guang no previó que se rendirían tan rápido sin oponer una resistencia considerable. “Entonces deberíamos…” – continuó Naranjita con un toque de crueldad en los ojos. A su lado Colmillo de Simio se asustó y no se atrevió a emitir ningún sonido. Simplemente se quedó allí temblando de terror. Chu Guang negó con la cabeza suavemente. “No. Las minas del Municipio de Qingshi necesitan mano de obra, y Ciudad del Alba necesita gente. Enviad una parte a Qingshi y el resto se quedará aquí para construir un campamento para prisioneros de guerra.” Una cantidad tan grande de personas era sin duda un peligro, pero también representaba una oportunidad. Si Chu Guang quería superar al resto de fuerzas del páramo que se habían estado desarrollando durante más de un siglo. No podía ir a lo seguro. Chu Guang miró a Colmillo de Simio. “Además de estos prisioneros… ¿Qué hay de los esclavos que capturaste? ¿Y los artesanos que te ayudaron a fabricar armas? ¿Dónde están?” “Están dispersos en celdas del Cuarto Distrito Nuevo… He dispuesto que alguien los vigile.” – respondió nervioso Colmillo de Simio. “¿Cuántos hay?” – preguntó Chu Guang. Colmillo de Simio dudó, no había tenido tiempo para contarlos todavía. “Aproximadamente… Algo más de 10.000.” “10.000…” – Naranjita se quedó perplejo y frunció el ceño. – “¿Cómo es posible que haya tantos?” Colmillo de Simio cerró la boca, nervioso, y no se atrevió a hablar. De hecho, durante su apogeo eran cerca de 50.000 prisioneros y casi 30.000 seguidores. Sin embargo, más tarde se enfrentaron a hambrunas, plagas de ratas, enfermedades, el estancamiento en la guerra y fracasos a la hora de cultivar tierras, lo que provocó la muerte de muchos esclavos. Por eso quedaban poco más de 10.000. “Pueblo Esperanza tiene más de 5.000 personas… Con más de 10.000 esclavos aquí… Si les damos a todos la residencia… nuestras reservas de alimentos se verán gravemente afectadas.” – susurró el oficial de logística que le acompañaba. Chu Guang guardó silencio por un momento. “Ya estamos a finales de mayo. Deberíamos poder mantenerlos hasta la cosecha de trigo y arroz temprano de julio. Ahora que las rutas comerciales hacia el sur ya están abiertas, podemos usar el cobre y el azufre para comprar alimentos a los agricultores de la Llanura Dorada…” En caso de emergencia, también podrían utilizar crema nutritiva para superar la situación. “Prometimos otorgarles la residencia a todos los supervivientes de Pueblo Esperanza… y debemos cumplirlo. En cuanto a los esclavos, primero les daremos el estado de supervisado, con los mismos estándares que el de refugiado.” – continuó Chu Guang, tras una pausa. Los que quedaban bajo esas categorías tenían derechos cívicos limitados. Normalmente, los recién llegados se clasificaban en esa categoría, y solo tras un período de aprendizaje y adquisición de habilidades básicas para la vida, su estado cambiaba a residente de pleno derecho. Ese enfoque ayudó a minimizar el impacto y la carga de los recién llegados en la sociedad. El oficial de logística anotó inmediatamente las órdenes del Administrador. “¿Qué hacemos con los artesanos?” “Manténgalos encerrados por ahora, pero separados de los demás prisioneros de guerra.” – respondió Chu Guang. El oficial de logística asintió. “¡Entendido!” Chu Guang se volvió hacia Colmillo de Simio. “Llévame al palacio de Colmillo Dorado y veamos qué tesoros esconde.” Aliviado de que el Administrador hubiera dejado de indagar, Colmillo de Simio asintió de inmediato e hizo una reverencia. “¡De acuerdo! ¡Os llevaré!” El grupo continuó su imponente marcha hacia el Cuarto Distrito Nuevo. Al mismo tiempo, una serie de informes triunfales llegaron desde el frente a la Ciudad del Amanecer. Esos mensajes se difundieron a través de los altavoces en la plaza del asentamiento. ¡La Nueva Alianza conquistó la Ciudad del Continente Occidental! ¡Colmillo Dorado Triturador de Cráneos fue asesinado! ¡El Clan Colmillo fue completamente aniquilado, más de 20.000 depredadores fueron hechos prisioneros y casi 10.000 esclavos liberados! Cada noticia, tomada por separado, hubiera sido suficiente para conmocionar a los espectadores. A la entrada del puesto comercial, los comerciantes con bueyes de dos cabezas, los mercenarios con sus mochilas y los viajeros se detuvieron en seco, intercambiando miradas de asombro. “¿Colmillo Dorado está muerto…?” “¿Lo dicen en serio?” “Si el Clan Colmillo ha sido realmente aniquilado… La Tribu Mastica Huesos está perdida.” Un mercenario con un rifle observó la transmisión con asombro. “¡Por fin! Llevo casi 2 años sin ver a mi antigua amante de la taberna de Bugra… Espero que aún me recuerde.” – exclamó un compañero a su lado. “Ja, ja, ja. ¡Esas hienas caníbales por fin se han ido al infierno! Alabada sea la gran Alianza, ¡alabado sea el Administrador! ¡Agua Celestial recordará sus grandes hazañas!” – gritó con entusiasmo un comerciante cubierto de polvo, atrayendo las miradas curiosas de quienes lo rodeaban. Era evidente que esos depredadores le habían causado grandes pérdidas. “Gracias al Todopoderoso Gran Dios Ciervo; esta tierra finalmente encontró su gobernante…” Un anciano vestido de viajero se arrodilló parar orar devotamente. Cuando las noticias sobre la Ciudad del Continente Occidental llegaron a la Firma Herradura en el Pueblo del Río Rojo, Sim se quedó atónito detrás de su escritorio. Tras un buen rato, finalmente recobró el sentido y sus labios congelados se movieron sin que se diera cuenta. “Debe ser falso…”


JDR - Capítulo 330

Capítulo 330

¡Operación para matar al líder!
Traducido por Tars
Corregido por Noe
Editado por AMarauder

Ciudad del Continente Occidental, Cuarto Distrito Nuevo. Entre las ruinas de la parte baja de la ciudad y la zona inundada se encontraba un búnker de artillería reforzado con hormigón. Colmillo de Roca leyó atentamente el trozo de papel arrugado que tenía en la mano de principio a fin, luego miró a su confiable subordinado. “¿Esta carta te la dieron los soldados de la Nueva Alianza? ¿Estás seguro de que no eran de la guerrilla?” “Lo juro por mi vida, jefe.” – añadió con seriedad el subordinado delante de Colmillo de Roca. – “El director de la oficina de la Alianza en el asentamiento Esperanza me entregó personalmente esta carta... Antes de irse, incluso me recitó su contenido dos veces, afirmando que era una orden del Administrador de la Nueva Alianza. También me pidió que se la leyera por si no entendía lo que decía.” “Lo has hecho bien…” Sus tensos nervios finalmente se aliviaron, Colmillo de Roca dobló cuidadosamente la carta y la metió en su bolsillo. Tras un momento de reflexión, miró a su subordinado de confianza. “Ve a llamar a todos mis líderes de compañía. No importa qué misión estén ejecutando, ¡que vengan a verme de inmediato!” El subordinado de confianza asintió rápidamente. “¡Sí!” Cuando el subordinado se fue, Colmillo de Roca se recostó en su silla y esperó en silencio. Al poco tiempo, unos pasos débiles resonaron en la entrada. Uno a uno, hombres musculosos vestidos con pieles de animales entraron por la puerta. Llevaban colmillos de marfil alrededor del cuello para simbolizar su autoridad; sus rostros les hacían parecer demonios y desprendían un hedor inquietante. De pie ante Colmillo de Roca, hicieron una reverencia con los puños cerrados. “Jefe.” “¿Nos buscabas?” Colmillo de Roca examinó a sus subordinados más leales y comenzó a hablar lentamente: “¿Confían en mí?” Los hombres intercambiaron miradas, inseguros acerca de las intenciones de su líder. Pero como les preguntó, no podían negarlo. Así que uno tras otro, le expresaron su lealtad. “¡Por supuesto!” “Eres nuestro líder. Si no confiamos en ti, ¿en quién podemos confiar?” “¡Así es! Aunque no lo entienda todo, ¡la cornamenta del Gran Dios Ciervo puede avalar mi lealtad!” “¿Qué pasaría si les pidiera que murieran?” – añadió Colmillo de Roca, tras observar cómo hacían sus juramentos. Sabiendo bien que no llegaría a eso, continuaron hablando sin dudar. “Jefe, ¿es necesario preguntar? ¡Mi vida le pertenece!” “Sí, sin mencionar mi vida. ¡Aunque tuviera que saltar a una olla hirviendo ni siquiera frunciría el ceño!” “Así es! Ya sea saltando a una sartén o arriesgando mi vida en primera línea contra esos topos… ¡no me inmutaré!” ‘Excelente’ Todos eran individuos leales y valientes, dignos de ser los subordinados que había elegido personalmente. Al ver a sus hombres jurar lealtad, Colmillo de Roca asintió con satisfacción. “Me satisface vuestra determinación. Ya que me reconocen como su líder, no puedo defraudarlos. No morirán; los mantendré con vida.” Con eso, se volvió hacia su subordinado de confianza. “Cierra la puerta y vigílala. Nadie puede acercarse. Los infractores deben ser asesinados.” El subordinado asintió en señal de obediencia. “¡Sí!” Los presentes intercambiaron miradas de desconcierto; su intuición les decía que ese día era diferente a cualquier otro. Parecía improbable que su líder les hubiera pedido de repente que jurasen lealtad para divertirse. La puerta se cerró de golpe. Colmillo de Roca se levantó de su silla, su expresión se volvió cada vez más seria mientras observaba a sus subordinados. “Las fuerzas de la Nueva Alianza están justo delante de nuestras narices, y nuestro líder está ocupado azotando y masacrando a sus subordinados más leales.” – Mientras hablaba, el tono de Colmillo de Roca se hizo más serio. – “Se ha vuelto completamente loco. Si no hacemos algo, ¡moriremos todos!” Con estas palabras, los líderes de la compañía finalmente comprendieron lo que su líder quería decir. ‘Esto...’ ‘¡Intentando incitar una rebelión!’ Colmillo de Roca observó las diversas expresiones de los líderes de la compañía. “No le temo a la muerte; es simplemente volver al abrazo de la Madre Tierra. Pero todos ustedes me consideran su hermano mayor y, naturalmente, no puedo quedarme de brazos cruzados viéndolos desperdiciar sus vidas por culpa de un loco insensato. Por supuesto, si alguien decide no seguirme, no insistiré. Salgan por la puerta. Finjan como si hoy no hubiera dicho nada y no hubieran escuchado ni una palabra.” Nadie se lo creía. Si alguien realmente estuviera en contra… ¡jamás saldría con vida! Rápidamente, los subordinados expresaron con entusiasmo su apoyo. “Jefe, diga lo que tiene pensando.” “No importa cuál sea su plan, ¡lo seguiremos!” “¡Exactamente! En el peor de los casos, nos iremos para empezar una nueva vida, conquistando una nueva fortaleza para vivir felices.” Colmillo de Roca asintió. “Entonces se lo diré.” – Tras una pausa, continuó. – “¡Tengo la intención de liderarlos a todos para rendirnos ante la Nueva Alianza!” Tan pronto como salieron esas palabras, la habitación quedó instantáneamente en silencio. Sus expresiones estaban repletas de asombro. ‘¿Rendirse ante la Nueva Alianza?’ ‘¿Quién es el loco? ¿Colmillo Dorado o mi líder?’ A estas alturas de la guerra, ambos bandos habían sufrido innumerables bajas. Tan solo considerando los paracaidistas en la ciudad, se habían producido al menos entre 500 y 600 muertes a manos del enemigo en el último mes. Aunque las transmisiones de la Nueva Alianza prometían un buen trato para aquellos que se rindieran voluntariamente, ¿quién podía garantizar que no se volverían hostiles después de que terminara la guerra? No habría nadie que pudiera garantizarles justicia en ese momento. Cuando se enterasen de su ejecución, los supervivientes solo aplaudirían con emoción. “Jefe, confiamos en usted… ¿Pero por qué rendirse ante la Nueva Alianza?” “Sí… ¿realmente nos perdonarán?” “Creo que deberíamos huir… al norte, al este o al oeste del río. Siempre tendremos a dónde ir.” Anticipándose a las preocupaciones de sus subordinados, Colmillo de Roca sonrió con calma. “¿Escapar? Somos más de 1000. ¿Qué comeremos? ¿Llevaremos a los esclavos? ¿O planeáis pedirle provisiones a nuestro líder antes de partir?” Todos guardaron silencio, pero Colmillo de Roca no se detuvo ahí. “A menos que planees abandonar a los más de 1000 hermanos aquí para que se las arreglen solos.” Aunque no les importaba el destino de sus secuaces, dejar atrás a sus hombres sería un asunto completamente distinto. Para entonces, se convertirían en blancos fáciles incluso si se encontraban con un par de mutantes. Todos empezaron a dudar. Huir no parecía buena idea, al menos no para los líderes de compañía que tenían una buena vida. Pero rendirse… ¿Sería mejor que huir? “Pero, jefe, incluso si nos rendimos a la Nueva Alianza… El mejor resultado será convertirnos en sus esclavos. ¿No sería mejor escapar?” – preguntó un líder de compañía con cautela. Colmillo de Roca lo miró. “La Nueva Alianza me ha ofrecido un trato: necesita personal para custodiar a los prisioneros. Mientras estemos dispuestos a cooperar con ellos y ayudar a poner fin a esta guerra ya condenada al fracaso, nos confiarán esa tarea. Aunque no estaremos tan cómodos como ahora, podremos gestionar a cientos o miles de personas. Será mucho mejor que vagar por el páramo.” Al escucharlo, incluso aquellos que habían dudado dejaron de preocuparse. Al menos, eran útiles para la Nueva Alianza. Eso era mucho más tranquilizador que una promesa vacía. “Jefe, díganos qué hacer.” “¡Te seguiremos pase lo que pase!” Colmillo de Roca asintió. “Nadie debe hablar de esta conversación. Quiero que todos comiencen a prepararse como les indiqué. Atacaremos en 3 días, ¡a medianoche! En ese momento, las aeronaves de la Nueva Alianza se coordinarán con las fuerzas terrestres para lanzar un ataque sigiloso contra los barrios del sur de la ciudad. Mientras tanto, los que defendemos el oeste nos encargaremos de crear una brecha en la defensa occidental para dejar entrar a la Nueva Alianza.” – Un destello de crueldad brilló en sus ojos, mientras seguía hablando con frialdad. – “En cuanto nos encontremos con los soldados de la Nueva Alianza, ¡marcharemos directamente hacia la guarida de Colmillo Dorado! ¡Capturaremos vivo a ese idiota!”
* * *
Pasaron 3 días en un abrir y cerrar de ojos. Los continuos bombardeos de artillería y las campañas de panfletos hundieron la moral de todo el Clan Colmillo en un profundo abismo. Los desertores abandonaban constantemente sus posiciones, huyendo hacia el norte o llevaban los panfletos hacia el este para rendirse a la guerrilla. Por mucho que Colmillo Dorado ordenase una búsqueda exhaustiva de aquellos que ocultaban folletos de rendición, no pudo detener a todos los desertores. Especialmente aquellos depredadores que se unieron solo por su reputación. Al ser forasteros que ni siquiera eran considerados parte del clan, naturalmente estaban siempre bajo sospecha. Desde la aparición del traidor, sus superiores los registraban dos veces al día e inspeccionaban sus habitaciones otras tres. Cualquiera que fuera encontrado escondiendo un panfleto, ya sea en su abrigo o en su cama, sería ahorcado sin piedad de una ventana. Esa serie de descabelladas tácticas de presión condujo a un número cada vez mayor de desertores. El caso más escandaloso ocurrió cuando un escuadrón de 100 hombres partió y nunca regresó. Ante esta situación desesperada, incluso los guerreros más leales y decididos del clan no pudieron evitar sentir una oleada de desesperación. Tal vez… Realmente no tenían salida. En el oscuro búnker de hormigón, el rostro de Colmillo Dorado se oscureció mientras miraba el mapa. Era el puesto de mando temporal del Clan Colmillo, y solo había dos personas. Uno era el propio Colmillo Dorado, y el otro era uno de sus mayores hombres de confianza, Colmillo de Zorro. Era un hombre ligeramente delgado y, aunque no era especialmente poderoso en combate, poseía una mente aguda. Además, era descendiente directo del Clan Colmillo. Desde la derrota de Dillon, Colmillo Dorado ya no confiaba en sus consejeros. “¿Por qué no pedimos ayuda a otros clanes? Al menos que envíen algunas armas… Ni siquiera podemos conseguir materiales para reparar las nuestras.” – susurró Colmillo de Zorro. Al escuchar la sugerencia de su subordinado, Colmillo Dorado permaneció en silencio. ‘¿Pedir ayuda? ¿A quién?’ El Clan Serpiente al este estaba enredado profundamente en el atolladero del Pueblo del Río Rojo y eran incapaces de enviar refuerzos para ayudarlo. El Clan del Oso había avanzado hacia el oeste y ya había llegado a la Provincia del Atardecer, a más de 100 kilómetros de distancia, con innumerables montañas y ríos en el medio. Colmillo Dorado sabía que, si bien su clan lideraba la Tribu Mastica Huesos y él era su rey, no existía una relación jerárquica entre clanes. Carecía de autoridad para comandar clanes que no estuvieran afiliados a él. “¿Cuánta munición nos queda?” “Con nuestro ritmo de consumo… Probablemente tengamos suficiente para solo 2 meses.” – respondió Colmillo de Zorro en voz baja. Colmillo Dorado se sumió en un largo silencio. Justo cuando estaba a punto de hablar, se produjo un intenso fuego de artillería en el exterior. Últimamente, Colmillo Dorado se había acostumbrado a los bombardeos de artillería de la Nueva Alianza, así que no estaba particularmente alarmado. Sin embargo, esta vez era diferente. Anteriormente, la Nueva Alianza les había lanzado proyectiles de artillería a intervalos, pero ahora más de una docena de piezas de artillería disparaban simultáneamente, lo que indicaba un aumento significativo de la potencia de fuego. “A juzgar por la dirección y la distancia del sonido, probablemente estén bombardeando la parte sur de la ciudad…” – El rostro de Colmillo de Zorro cambió ligeramente. – “¡La Nueva Alianza probablemente intente atacar la ciudad al amparo de la noche!” Colmillo Dorado apretó el puño sobre el mapa con una sonrisa cruel dibujándose en sus labios. “¡Por fin perdieron la paciencia!” ¡Guerra urbana! ¡Sus hombres eran expertos en el combate callejero! “¡Envía a tus hombres al sur de la ciudad inmediatamente! ¡Asegúrate de detener a la Nueva Alianza!” – ordenó, mientras se giraba hacia Colmillo de Zorro. Colmillo Zorro obedeció. “¡Sí!” Después de dejar el puesto de mando, Colmillo de Zorro reunió inmediatamente a sus subordinados. Más de 1000 soldados de élites completamente armados marcharon por las calles inundadas, dirigiéndose hacia el sur de la ciudad bajo un ruido ensordecedor. Debían reforzar la guarnición de 1000 soldados de la zona. Sin embargo, en ese momento, ninguno de los dos sabía que mientras la Nueva Alianza bombardeaba implacablemente la parte sur de la ciudad, una flota de balsas cruzaba las marismas de la costa oriental del lago del Continente Occidental, dirigiéndose hacia el Cuarto Distrito Nuevo… “¿Crees que podemos confiar en esos depredadores?” – susurró N1, agachado en una balsa y contemplando la silenciosa oscuridad que se extendía frente a él. “No lo sé.” Habrá Tiempo negó con la cabeza. “¿Y si de repente cambian de opinión?” – preguntó N1 sin poder evitarlo. “¿Qué más podemos hacer? Esperar 3 días para volver al juego.” – dijo Caballo Blanco, dándole una palmadita en el hombro y sonriendo. – “Vigílalos. ¡Contamos con tu capacidad para adivinar sus intenciones!” N1 suspiró. “Realmente estamos apostando nuestras vidas en esto.” “No te preocupes. La probabilidad de que nos traicionen es mínima. A estas alturas, cualquiera puede ver que esta guerra ha terminado. Para ellos, es solo cuestión de cuándo. Incluso si continúa, durará como máximo 1 o 2 semanas más.” – dijo Habrá Tiempo. “Así es.” – asintió Vendaval con calma. – “Desde el momento en que dejaron de avanzar, perdieron.” Mientras hablaban, una luz apareció a lo lejos entre los juncos del pantano. Caballo Blanco hizo un gesto con la mano, indicando a los remeros que aceleraran. Filas de balsas se acercaron lentamente hacia la luz. 20 balsas transportaban a 140 jugadores de la Legión Ardiente, el equivalente a una compañía reforzada. Todos eran jugadores veteranos que entraron al juego durante la fase Alfa y, como mínimo, habían experimentado la Marea. Eran despertados… ¡y podían considerarse la columna vertebral de la Nueva Alianza! Ante ellos se extendía un pantano infestado de insectos venenosos y criaturas salvajes, incluyendo animales extremadamente peligrosos como los Cangrejos de Pinza Partida y los camarones acorazados. Ocultos entre las dispersas ruinas se encontraban numerosas ametralladoras de 7mm. Para abrirse paso hasta allí, tendrían que enfrentarse simultáneamente al fuego cruzado enemigo y al cerco de los mutantes asustados. Pero ahora, esa puerta occidental, fácilmente defendible, se encontraba totalmente desprotegida… Una invitación abierta a la Nueva Alianza… Poco después, un líder de compañía se reunió con la Legión Ardiente. Lo acompañaban una decena de subordinados de confianza, todos ellos con paños blancos envueltos alrededor de sus brazos. “Estoy aquí para guiarlos… Espero que cumplan su promesa y nos den una salida cuando todo termine.” – dijo el líder de compañía, con la mirada fija en las armas que portaban las manos de los jugadores. Incluso como despertado, tenía que admitir que cada uno era realmente poderoso. ¡Mucho más que él! En cuanto al líder, ¡su fuerza era aún más insondable! Caballo Blanco permaneció en silencio y en su lugar miró a Habrá Tiempo, quien era el que mejor sabía comunicarse con los PNJs. “Jamás hemos roto una promesa.” – afirmó Habrá Tiempo. Al escuchar sus palabras, el líder de compañía asintió. Sin perder más tiempo, hizo un gesto a sus subordinados para que abrieran el camino. Todo el Cuarto Distrito Nuevo estaba sumergido, e incluso en las zonas menos profundas el agua llegaba hasta la cintura. Por lo tanto, las balsas eran el medio de transporte más fiable. A la mayoría de los mutantes no les interesarían los trozos de madera que flotaban en la superficie del agua. Mientras la gente no los provocara, no tenían que preocuparse por perder las piernas repentinamente mientras caminaban por el agua. “Estos cangrejos parecen diferentes a los de casa… Son más pequeños y sus caparazones más puntiagudos.” – susurró N1 mientras miraba fijamente un Cangrejo de Pinza Partida flotando en la superficie del agua. Intrigado, Huevos Revueltos tomó algunas fotos. “He oído que por aquí también hay camarones mutantes. Tendré que estudiarlos cuando se desbloquee el nuevo mapa.” “¡Podremos probar platos nuevos!” – susurró emocionado Dejar de Fumar. El depredador que iba delante no tenía ni idea de lo que hablaban los jugadores. Si entendieran chino, sin duda se sorprenderían. ‘¿Plato Nuevo? ¿Quién será Plato Nuevo?’ Sería una suerte si no terminaban siendo arrastrados al agua y devorados por los Cangrejos de Pinza Partida o los camarones acorazados. ¿Quién provocaría voluntariamente a estas criaturas? Era cierto que la carne del cangrejo era tierna y jugosa, y sus huevas eran un manjar de primera clase, pero había que estar vivo para disfrutarlas. Las balas de rifle no penetraban los caparazones de los cangrejos y solo enfurecían a los monstruos. Usar lanzacohetes para atacar a los cangrejos estaba estrictamente prohibido en el clan… Después de tomar fotos, Huevos Revueltos y Dejar de Fumar comenzaron a hablar en voz baja sobre cómo cocinar los cangrejos para que estuvieran más deliciosos. En una situación tan grave, aún encontraron tiempo para discutir si cocinarlos al vapor o a fuego lento. Se podía decir que eran verdaderos jugadores… El grupo continuó avanzando. En el camino se unieron más balsas y en poco tiempo había más de 40 que transportaban a casi 400 hombres. Los subordinados de Colmillo de Roca también participarían en la batalla, ayudando a la Legión Ardiente a desarmar a la guardia personal de Colmillo Dorado. Esto no era solo para demostrar su lealtad a la Nueva Alianza, sino también para asegurar el éxito de la rebelión. Al fin y al cabo, si fracasaban, la Nueva Alianza solo perdería una compañía de soldados, pero su destino sería terrible. Era obvio que con la brutalidad de Colmillo Dorado los torturarían a él y a sus hombres de las maneras más desagradables posibles. El cuartel general del Clan Colmillo se encontraba en el centro del Cuarto Distrito Nuevo, oculto dentro de una ruina reforzada con hormigón. El camino que iba desde la línea de defensa occidental hasta el centro estaba prácticamente despejado. La zona que dependía de Colmillo de Roca era obvia; ya había tomado medidas con antelación. Los guardias de ese día eran subordinados de confianza, y todos cooperaron sin reservas para dejarlos pasar. En cuanto a la zona defensiva interior, los guardias ni siquiera intentaron detenerlos al ver que eran los principales lugartenientes de Colmillo de Roca. No se molestaron en contar cuanta gente había en las balsas o buscar si había armas escondidas. De hecho, aunque quisieran comprobarlo, no tenían modo de hacerlo. Debido a la amenaza de los aviones de la Nueva Alianza, ninguno de los puestos de guardia se atrevió a encender una hoguera. Todo el Cuarto Distrito Nuevo estaba en completa oscuridad. Desde la azotea de un edificio de tres pisos, aparte de la superficie del agua completamente negra, lo único que se podía observar era como las balsas flotaban sobre el agua. En cuanto a lo que había en ellas, tendrían que bajar para verlo con claridad. “Esto es muy emocionante…” Al contemplar los cañones de las armas tan de cerca, Basura sintió que le sudaban ligeramente las palmas de las manos. No por miedo… sino por emoción. Sentía como sus instintos sanguinarios de bestia corrían por sus venas, la emoción ardía en sus pupilas de color ámbar. ¡Su ADN estaba agitado! El centro de mando, que se encontraba a solo 200 metros según el mapa de la MV, ya estaba a la vista. Las varias fortificaciones de hormigón le permitían resistir los proyectiles de artillería pesada o el bombardeo aéreo más implacable. Las ruinas de los alrededores se habían convertido en torretas, que servían tanto de defensa área como de estructura de apoyo. En ese momento, solo una valla de madera separaba a la Legión Ardiente de su objetivo. “No podemos lanzar un asalto frontal. El trazado parece sencillo, pero hay al menos tres puntos de fuego cruzado. Sin vehículos blindados, será complicado avanzar… Quienquiera que montase esta defensa es un maestro.” – dijo Caballo Blanco tras echar un vistazo a su alrededor. Esta empresa de juegos realmente tenía gente con talento. Estaba bien para las batallas a gran escala, pero también diseñaban meticulosamente un pequeño puesto de control. ¡Tenía que haber expertos en estrategia militar en el equipo de desarrollo! Deteniéndose frente a la puerta de madera, el líder de compañía se puso de pie en la balsa y gritó hacia el puesto de guardia, situado en las ruinas a la derecha. “¡Abrid la puerta!” Una cabeza asomó junto a la ametralladora pesada situada en el puesto de guardia. “¿Quiénes son?” “Somos subordinados de Colmillo de Roca. ¡Estamos aquí bajo sus órdenes para relevarte!” – continuó gritando el comandante. Un brillo de sospecha brilló en los ojos del guardia. “¿Reemplazo? Nadie nos dijo nada.” Los guardias eran parte de la guardia personal de Colmillo Dorado y a diferencia del resto de esbirros, no eran tan fáciles de engañar. Al presentir que algo andaba mal con las balsas que flotaban en el agua, la expresión del centinela se tornó aún más desfavorable y los apuntó con su ametralladora de 7mm. “¡Quietos! ¡Iré a preguntar a Colmillo Dorado!” La tensión iba aumentando. La expresión del jefe en la primera balsa cambió ligeramente, estaba a punto de ser descubierto. Sintiendo la creciente amenaza, N1 inmediatamente se puso alerta y le guiñó un ojo a Habrá Tiempo. ‘¡Adelante!’ Después de trabajar juntos durante tanto tiempo, Habrá Tiempo comprendió rápidamente la mirada de N1 y supo que probablemente habían descubierto que algo iba mal. La esquina de una capa negra se levantó ligeramente, revelando un destello en mitad de la oscuridad. Apuntó al soldado que estaba en la ametralladora de la torre de vigilancia. La cuerda del arco tembló y, con un silbido, una flecha atravesó la cabeza del centinela que estaba junto a la ametralladora, haciéndolo caer hacia atrás. El repentino giro de los acontecimientos sorprendió a todos, desde los seguidores leales de Colmillo de Roca hasta los centinelas apostados en las torres… Excepto los jugadores de la balsa. Al ver que Habrá Tiempo había actuado, Caballo Blanco ya no se molestó en ocultarse. Inmediatamente retiró la tela negra que cubría la balsa, dejando al descubierto el LD 47 oculto debajo, y disparó una ráfaga de proyectiles hacia el edificio. “¡Fuego!” Se oyeron disparos en la superficie del agua. Los jugadores en las balsas agarraron sus armas y algunos saltaron al agua, empujando las balsas hacia la puerta. “¡RPG…!” – gritó Dejar de Fumar con entusiasmo mientras apuntaba a la puerta y apretaba el gatillo. Llevaba al hombro un lanzacohetes. Una nube de humo blanco salió disparada y la puerta que les bloqueaba el paso explotó en pedazos al instante. La calle se llenó del sonido de los disparos. 40 balsas aceleraron, pasando sobre los restos de madera que flotaban en la superficie del agua, y se dirigieron a toda velocidad al cuartel general. “¡Síganme! ¡El Jefe final está justo ahí!” – Las balas silbaban en el aire mientras Caballo Blanco gritaba con fuerza mientras remaba hacia adelante. – “¡De esta batalla depende si podemos asegurar el MVP!” “¡Uaaaaaaaaaaa!” Basura dejó escapar un grito ensordecedor. Incapaz de contenerse, lanzó su capa al aire y dejó al descubierto sus afiladas garras. Cuando vieron a la Garra de la Muerte cargando hacia ellos como un misil, los centinelas que custodiaban la torre de vigilancia mostraron expresiones de terror. ¡Una Garra de la Muerte! “¿Tienen equipos de interferencia mental?” “¡Apuntad al collar que tiene alrededor del cuello!” – gritó con pánico el líder del escuadrón de depredadores, agazapado tras una cubierta. “Jefe, ese lagarto no tiene collar alrededor del cuello…” – gritó muerto de miedo otro depredador que sostenía una ametralladora. Los ojos del líder del escuadrón se abrieron de par en par. “¿Qué?” No solo no tenía collar, sino que el lagarto también tenía una pesada placa de acero en el pecho y unos guantes blindados en las garras. Avanzó a toda velocidad entre las ruinas como si fuera un tanque capaz de escalar muros. Los depredadores que se interponían en su camino eran bolsas de sangre. Nada se interponía entre él y su destino. En menos de medio minuto, una torre de vigilancia se derrumbó. No solo ya no se oían los disparos ni se veían fogonazos, sino que ni siquiera se oían gritos y lamentos. N1 no pudo evitar asombrarse. “Rayos… ¿Interpretar a ese personaje no le causa ningún trauma psicológico?” “¿Te parece traumatizado?” Caballo Blanco le dio una palmadita en el hombro. “Deja de perder el tiempo y recuerda tu misión. Sígueme.” N1 asintió y dejó de dudar. Agarró su rifle de francotirador y trotó hacia la torre de vigilancia. Caballo Blanco se volvió entonces hacia los jugadores que estaban detrás de él. “¡Escuchad! ¡Seguid el plan!” Con la emoción brillando en sus ojos, todos los líderes del equipo respondieron al unísono a través del canal de comunicación. “¡Sí!” Dos jugadores de fuerza, protegidos por otros ocho, empujaron una balsa cargada con 200 kilogramos de explosivos hacia la pared del cuartel general. Al mismo tiempo, los 130 jugadores restantes se dividieron en escuadrones de 10 personas y se dispersaron en múltiples direcciones para eliminar a los depredadores apostados en el cuartel general, creando un asedio alrededor de todo el edificio. Bajo el mando de Colmillo de Roca, los jugadores entraron y tomaron el control de las torres de vigilancia cercanas, evitando que llegasen refuerzos. Al mismo tiempo, el avión de combate H-1 Libélula modificado, equipado con dos cañones de 37mm, apareció en el espacio aéreo sobre el Cuarto Distrito Nuevo y comenzó a sobrevolar la zona. Junto con las granadas de humo rojo lanzadas por la Legión Ardiente y las coordenadas reportadas, los dos cañones suspendidos en el aire desataron inmediatamente una feroz descarga contra los depredadores escondidos en las ruinas. Dentro del cuartel general, las llamas parpadearon y las explosiones resonaron sin cesar, como un gran espectáculo de fuegos artificiales. Al escuchar los sonidos de disparos que se acercaban desde el exterior, Colmillo Dorado finalmente reveló un indicio de pánico mientras estaba agazapado. En ese momento la puerta se abrió. “¿Qué está pasando?” – rugió tras agarrar al capitán de la guardia que había entrado corriendo. “Nuev… Nueva Alianza… ¡Han atravesado nuestras defensas!” – balbuceó el capitán, presa del pánico, al verse frente a tanta furia. ‘¿Atravesado?’ Colmillo Dorado estaba aterrorizado, con el rostro agitado y furioso. “¿Cómo es posible? Acabo de enviar a Colmillo de Zorro a reforzar el frente, ¿cómo pudieron llegar tan rápido…?” “No, no es del sur; esa gente entró por el oeste. Y a juzgar por los disparos, ¡deberían ser 1000!” – El capitán de la guardia dijo presa del pánico mientras lo seguían agarrando por el cuello. – “Jefe, no es momento de hablar. Este lugar ya no es seguro; ¡debe retirarse!” ‘¿Oeste?’ Si recordaba correctamente, esa era la zona de defensa de Colmillo de Roca. Al principio, Colmillo Dorado se sorprendió y los músculos de su rostro se retorcieron de ira. Era imposible que 1000 personas se acercaran sin hacer ruido. ¡Ni siquiera los descubrieron hasta que llamaron a su puerta! No había duda: ¡alguien lo había traicionado! Pero lo que no esperaba era que la persona que lo había hecho fuera de su linaje directo: Colmillo de Roca. El hombre al que había ordenado defender el frente occidental. “¡Cobarde! ¡Traidor!” – Apretando los dientes, Colmillo Dorado farfulló unas palabras y arrojó con furia al capitán. – “¡Retirada! ¡Llévame al norte!” El capitán de la guardia asintió de inmediato e hizo una señal a los guardias cercanos para que escoltaran a Colmillo Dorado fuera del cuartel general. El enemigo ya estaba cerca. Si no se marchaban ahora, probablemente morirían aquí. Las bengalas ya habían iluminado el cielo, y otros comandantes de brigada dirigían a sus hombres para reforzar la base. Mientras pudieran resistir esta noche, aún habría esperanza… Colmillo Dorado juró en su corazón que cuando atrapase a Colmillo de Roca, le arrancaría la cabellera al traidor para usarla como plantilla para sus botas. El grupo avanzó rápidamente por los pasillos hacia la puerta trasera del cuartel general. Sin embargo, en ese momento, una explosión ensordecedora estalló repentinamente desde un lateral del pasillo, lanzando escombros y una columna de humo desde el exterior. Sorprendidos por la explosión, los cuatro guardaespaldas se tambalearon. Pero antes de que pudieran siquiera recuperar el equilibrio, una ráfaga de balas acabó con sus vidas. Al ver a los soldados entrar en tropel a través del humo y el polvo, el rostro del capitán de la guardia mostró pánico y se olvidó de disparar. ¡Esos intrusos habían volado el muro exterior del cuartel! “¡Ríndanse!” “¡Están rodeados!” Frente a los oscuros cañones de las armas que les apuntaban, un destello de miedo pasó por los ojos de Colmillo Dorado, pero rápidamente fue reemplazado por ferocidad y locura. “¡Jamás! ¡No me capturarás!” “¡Eso no depende de ti!” – se burló Habrá Tiempo mientras tensaba la cuerda de su arco, apuntando a las piernas. Pero antes de que pudiera tensar por completo la cuerda, se escucharon disparos desde el otro extremo del pasillo. Sorprendidos, tres jugadores cayeron al suelo. Habrá Tiempo, con una bala en el brazo, rodó rápidamente detrás de una pared parcialmente derrumbada. Al observar los tres cuerpos en el suelo, Uren, que llevaba un exoesqueleto, no pudo evitar esbozar una mueca de desprecio. Y cuando Colmillo Dorado lo vio, un destello de alivio apareció en su rostro distorsionado. “Apóstol… Reverenciado Apóstol, ¡sálvame!” ‘¿Reverenciado Apóstol?’ Uren nunca había visto a ese tipo con una expresión tan devota. “Eres un completo fracasado… Te ayudamos tanto, pero has convertido una victoria segura en un desastre.” –dijo Uren con frialdad. Luego señaló a los tres hombres a su lado mientras apretaba. – “Traedlo.” Aunque se mostraba reticente y desdeñoso, Uren sabía que ese hombre era un aliado de la Antorcha. Como Apóstol, no tenía derecho a cuestionar las decisiones del Santo. En este momento, el Clan Colmillo apenas podía mantener la posición. Pero una vez que Colmillo Dorado muriese o fuera capturado, no solo los depredadores de la ciudad perderían, sino que los grupos de la Tribu Mastica Huesos se dispersarían. Para entonces, no solo serían incapaces de lograr completar la misión de recuperar la caja negra, ¡sino que incluso los planes de Antorcha en la Provincia del Valle del Río se arruinarían! En cualquier caso, ¡tenía que sacar a ese idiota de allí! En el interior del cuartel general se desató un intenso tiroteo. Los Apóstoles de Antorcha, equipados con exoesqueletos y cascos tácticos con dispositivos de puntería y visión nocturna incorporados, lograron hacer retroceder a los jugadores que habían asaltado el cuartel general. Al ser una misión de infiltración, los jugadores no llevaban los valiosos exoesqueletos de Caballería Ligera o Pesada. En tan solo 2 minutos, dejaron atrás más de una docena de cadáveres. “Maldita sea… ¡Hacen trampa!” – maldijo Sexto tipo de la Esquina con dos balazos en la pierna, mientras cambiaba de cargador. “¿Dónde está el RPG? ¡Úsalo!” – gritó Piérdete Novato. “Mierda. ¿No se suponía que debemos capturarlo vivo?” – dijo Francotirador da en el Blanco aturdido. “¿Capturarlo vivo? Se escaparán si no los matamos ahora. ¡Nos llevaremos los cuerpos! De todas formas, ¡no servirá de mucho!” Maestro de Utilería agarró el lanzacohetes que llevaba a la espada y se lo colocó en el hombro. Pero cuando estaba a punto de disparar lanzaron una granada detrás de su cobertura. “¿Qué carajo?” Los jugadores quedaron atónitos. Pero antes de que pudieran siquiera maldecir, quedaron envueltos en la metralla y las llamas de la explosión. En un abrir y cerrar de ojos, todos murieron. En ese momento, la voz de Caballo Blanco llegó a través del canal de comunicaciones. “Habrá Tiempo. ¿Cómo está la situación?” “Mierda…” – maldijo Habrá Tiempo, mientras aplicaba un torniquete al hombro que sangraba. “¡Hay un experto enemigo! Creo que vi un exoesqueleto… ¡Podría ser el mismo grupo que encontramos en la zona oriental del Distrito de Qingquan!” No sabía porque luchaban. Todo el cuartel general estaba rodeado. Incluso había un avión de combate sobrevolando en círculos la zona, armado con dos cañones de 37mm. Por mucho que se resistieran, la lucha era inútil. Sin embargo, al escuchar la palabra exoesqueleto, el rostro de Caballo Blanco cambió instantáneamente. Recordó la batalla que habían librado en la zona oriental del Distrito de Qingquan. ‘Si es ese grupo… ¡Esto podría no acabar bien!’ Sin atreverse a ser descuidado, Caballo Blanco inmediatamente conectó el canal de comunicación con la aeronave de combate, solicitando apoyo aéreo. “Aquí la Legión Ardiente… Nos hemos encontrado con un pequeño problema. Solicitamos a Navaja para despejar la zona.” Después de una breve pausa, llegó una respuesta clara y concisa a través del canal de comunicación. “H-1… Navaja en camino. ¡Agachad la cabeza!” “¡Recibido!” Tras finalizar la llamada, Caballo Blanco le hizo un gesto a Vendaval y señaló una entrada cercana. Este lo comprendió de inmediato. Sacó un dispositivo de conexión neuronal con forma de auricular de su mochila y se lo puso en la cabeza. Al mismo tiempo, el H-1 que flotaba en el aire liberó un discreto punto negro. Protegido por la oscuridad, el punto negro se dirigió hacia el suelo y, cuando se acercó al objetivo, sus seis rotores se desplegaron al unísono. El zumbido de las hélices resonó mientras el dron planeaba a gran velocidad, como una flecha. Se estrelló contra la pared de hormigón abierta por los explosivos. En ese momento, Uren estaba liderando a tres miembros de su escuadrón en una feroz batalla contra la Legión Ardiente. Protegían a Colmillo Dorado mientras se retiraban hacia la salida trasera del cuartel general, completamente inconscientes del peligro que se acercaba. “¿Cuánto falta para que lleguen los refuerzos? ¿Esperas que contenga una división entera con 3 hombres?” – gritó Uren con fuerza, agarrando a Diente Dorado por el cuello. “Ya… Ya vienen. ¡Pronto llegarán!” – respondió Colmillo Dorado presa del pánico. Uren lo soltó y continuó disparando por el pasillo. Después de sufrir más de 10 bajas, el asalto de la Nueva Alianza se ralentizó y la presión disminuyó considerablemente. Parecía que no les quedaba mucha gente… Al pensarlo, Uren exhaló un suspiro de alivio. Pero en ese momento, un zumbido surgió de repente de la oscuridad, y una repentina sensación de crisis lo envolvió instantáneamente. Habiendo experimentado muchas batallas, reaccionó de inmediato. “¡Dron! ¡Derribadlo!” Cuatro rifles abrieron fuego simultáneamente, creando una red de fuego de color anaranjado en el oscuro corredor. De los seis rotores, tres sufrieron daños. Sin embargo, el dron siguió deslizándose a gran velocidad y se estrelló contra su refugio. El rostro de Uren se puso pálido. “¡Al suel…!” En el estrecho pasillo se produjo una explosión. 15 kilogramos de explosivos de alta potencia no solo volaron el muro de hormigón, sino que las abrasadoras oleadas derritieron el acero. El intenso calor abrasó el suelo. Habrá Tiempo entró por detrás del muro dañado con su hombro herido y el resto de jugadores. “Maldición… Esa explosión fue demasiado poderosa.” – dijo mientras golpeaba con el cañón de su arma, los fragmentos del casco que había en el suelo. “Es una pena que no pudiéramos capturarlo con vida.” – añadió Dejar de Fumar. Habrá Tiempo desenterró un cadáver a medio destrozar de entre los escombros, pero tuvo que buscar un buen rato antes de encontrar la cabeza de Colmillo Dorado bajo los restos de hormigón. Dirigiéndose al líder de la compañía que había llegado con ellos, Habrá Tiempo habló en el lenguaje no estándar de la federación. “¿Es este?” Al observar al hombre desfigurado que tenía delante, el líder de compañía contuvo la respiración antes de empezar a asentir. “S… Sí.” Aunque solo le quedaba un hombro y la cabeza; incluso si se hubiera convertido en cenizas, lo reconocería. Pero jamás imaginó que el otrora invencible Rey Depredador, líder de la Tribu Mastica Huesos, tendría un final tan miserable. Al ver al hombre impasible frente a él, la nuez del líder de compañía se contrajo, con un profundo miedo reflejado en sus ojos. ‘Estos tipos… ¡Son demonios!’ Afortunadamente, la guerra había terminado y no tendría que enfrentarse a ellos en el campo de batalla… Sin prestar atención al cambio de expresión del PNJ, Dejar de Fumar se acercó, mirando fijamente la mitad de un cuerpo por un rato. “Tsk, si queremos colgarlo, todavía tendremos que hacer algo con el resto del cuerpo.” “No tenemos que preocuparnos por eso.” Tras conseguir un saco de un compañero, Habrá Tiempo metió el resto de trozos que pudo encontrar. Si esto hubiera sido real, seguramente se habría meado encima. Sin embargo, Wasteland Online se desarrolló con tecnología de realidad virtual basada en el principio onírico. Los mecanismos de defensa del cerebro y los filtros sensoriales del programa bloqueaban eficazmente la estimulación excesiva. Era como ver un zombi en un sueño; uno no se despertaba inmediatamente a menos que lo atraparan y lo mordieran. Algunas almas valientes incluso podrían tener que ser mordidas durante un buen rato antes de despertar. Después de rescatar los materiales de la misión, Habrá Tiempo aplaudió y tocó la pantalla de su máquina virtual varias veces. “Colmillo Dorado ha sido asesinado… Solicitando instrucciones.” Tras una breve espera, una voz familiar llegó a través del canal de comunicaciones. “Lo has hecho bien.” – con un tono de satisfacción y un toque de alivió, el Administrador continuó. – “Su valentía y lealtad son realmente impresionantes; este momento quedará registrado en la historia de la Nueva Alianza.” Al mismo tiempo, una serie de anuncios aparecieron en la pantalla de la MV.

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¡El jefe de la expansión Colmillo Dorado Triturador de Cráneos ha sido derrotado por la Legión Ardiente!

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La expansión ¡Puñales por la espalda! entrará en la fase de liquidación de recompensas en 24 horas.
Los puntos obtenidos se podrán canjear por recompensas, títulos y sorteos exclusivos de la expansión.
Los jugadores con misiones pendientes deberían aprovechar el tiempo que queda…

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Dado que el líder de la Legión Ardiente ha decidido hacer público su logro, ¡este será registrado en el Salón de la Fama!