Arco 7 Capítulo 50
Amor y fuerza
Traducido por Tars
Corregido por Lord y DaniR
Editado por Tars
Corregido por Lord y DaniR
Editado por Tars
Habían pasado aproximadamente nueve horas desde que el séquito de Kazura partiera de Isteria y, bajo la luz de la luna, Varin y Valetta junto al resto de aldeanos, recibían a Kazura ante la entrada a la aldea de Grisea.
Mientras Kazura aceptaba la bienvenida de los aldeanos, a su espalda, los soldados y sus sirvientes estaban descargando las tiendas de campaña y el equipaje de los carruajes para comenzar a preparar el campamento. Tal vez porque Isaac y Havel habían tenido en cuenta la situación actual de Kazura, lo habían dejado solo y se encontraban preparando el campamento junto a los soldados.
‘Gracias a Dios… Todos están a salvo…’ – pensó Kazura exhalando a continuación un suspiro de alivio al ver el estado saludable de los aldeanos.
Aunque había escuchado de los soldados de la escolta que ninguno de los aldeanos había resultado herido, no podía sentirse aliviado hasta venir a ver a los aldeanos con sus propios ojos.
“A pesar del miedo que tuvimos cuando los bandidos atacaron de repente, gracias a la fuerza que nos otorgó el señor Kazura pudimos resolverlo. Sin embargo, hasta ahora este pueblo nunca había sido atacado por bandidos, por lo que es nuestra culpa no haber construido ningún puesto de vigilancia. Tomaré medidas para evitar que esto vuelva a pasar en el futuro.” – dijo Varin.
“Ya veo, por eso todos estabais esperando mi llegada en la entrada de la aldea.”
Después de escuchar las palabras de Varin, Kazura entendió qué estaba pasando.
Cuando la comitiva de Kazura se acercó a la aldea, a pesar de que a esa hora deberían estar todos dormidos, todos los aldeanos se habían reunido frente a la aldea. Quizá la persona que estaba vigilando la entrada había detectado al grupo de personas y había despertado a todos los aldeanos dormidos.
“Sí, por ahora hemos decidido vigilar los alrededores del pueblo. Además, Valetta ha estado pensando en otras medidas.” – dijo Varin.
“¿Valetta?” – preguntó Kazura desviando la mirada hacía ella y ver que le asentía con una sonrisa.
“Sí. Sin embargo, antes de comenzar la construcción queremos escuchar la opinión del señor Kazura… Esto, ¿podemos hablar de ello en casa?” – dijo Valetta.
“¿Construcción…? Entiendo. Recogeré mi equipaje, así que, por favor, espera un momento.”
Cuando Kazura escuchó la palabra ‘construcción’ inclinó ligeramente la cabeza, pero rápidamente aceptó la sugerencia de Valetta y se dirigió hacia el carruaje para recuperar su mochila y la maleta. Al llegar hasta el carruaje, vio a Marie sacando su mochila y, cuando terminó, se la entregó a Kazura. Solo quedaba la maleta del interior del carruaje, pero estaba tan llena de cosas que era demasiado pesada para que Marie pudiera moverla. Parecía preocupada por su falta de fuerza.
“Es pesado, así que puedes dejármelo a mí. Lo llevaré yo mismo.” – dijo Kazura.
“L… Lo siento…”
Kazura cogió a Marie para ayudarla a bajar del carruaje, haciendo que respirara con fuerza sobre su hombro. A continuación, sacó su maleta.
“Pasaré la noche en la casa de Varin. Díselo a Isaac y Havel.”
“Como ordene, señor Kazura.” – respondió Marie.
Después de hablar con Marie, Kazura se alejó con el equipaje en la mano y entró en el pueblo junto con el resto de aldeanos.
“Marie.” – dijo Havel.
Marie, que estaba despidiendo a Kazura, volvió la cabeza cuando escuchó su nombre y esbozó una pequeña sonrisa.
“Señor Havel, el señor Kazura me ha encargado que le informe de que pasará la noche en la residencia del señor Varin.”
“De acuerdo, lo suponía.” – respondió Havel desviando su mirada hacia Kazura. Vio cómo entraba en la aldea mientras era rodeado por los aldeanos.
Las caras de la gente que estaba a su alrededor eran brillantes y el rostro de Kazura también mostraba una expresión de alegría.
“El señor Kazura es una persona extraña…” – dijo Marie.
“¿Eh?”
Havel se volvió hacia Marie, que todavía estaba viendo cómo entraba en la aldea. Sus ojos eran suaves, mostrando que tenía una buena impresión de Kazura.
“Durante el viaje estuvo dispuesto a conversar e interactuar amablemente con alguien como yo, como si no hubiera ninguna diferencia entre nuestra posición social. Además, también compartió su medicina cuando empecé a marearme…” – dijo Marie.
“Ah… Es realmente una buena persona. Alguien realmente amable.” – respondió Havel en voz baja mientras volvía a poner sus ojos sobre Kazura. Su expresión era la de alguien que se sentía aliviado.
Aunque Marie se había obligado a sí misma a moverse para ser capaz de viajar en el mismo espacio que Kazura, había estado realmente aterrada dentro del carruaje.
“Sí… Pero es extraño. Al principio estaba muerta de miedo y costaba respirar, pero a medida que comenzamos a hablar, me sentí realmente relajada… Me daba la sensación de que estaba hablando con mi madre.”
“……”
“¡Ah…! ¡Lo siento! N… ¡No debería pensar así!” – se apresuró a añadir Marie, disculpándose con Havel por sus palabras irrespetuosas.
Sin embargo, Havel no hizo caso de su disculpa. En cambio, se sintió desolado por saber que Marie se menospreciaba a sí misma.
“Está bien… Pero lo siento. Es debido a mi falta de poder… Algún día tendré la fuerza para lograrlo.” – murmuró Havel con una expresión desanimada.
Marie miró al desanimado Havel con tristeza en los ojos.
“Sí…” – contestó Marie mientras asentía levemente.
* * *
Por otro lado, Kazura había regresado a la residencia de Varin con Valetta, y ahora se encontraba frente a la chimenea que había en la sala común. Ella le estaba mostrando el cuaderno de dibujo. En él se podía ver un bosquejo de la aldea de Grisea. El boceto estaba marcado con un bolígrafo rojo en varios lugares con las palabras japonesas para ‘Empalizada’ y ‘Atalaya’. Se encontraban los dos solos, ya que Varin se había marchado para realizar algún tipo de negocio.
“De esta manera, toda la aldea estará rodeada con una empalizada de madera. A continuación, cavaremos un foso para circundar la pared. Además, construiremos atalayas en estas cuatro esquinas y un puente levadizo en la entrada del pueblo.
“Es como una fortaleza… Con esto no habrá necesidad de preocuparse por los ataques de los bandidos… Sin embargo, ¿un foso no dificultará el empleo del acueducto?” – dijo Kazura.
“Hmm, he pensado que podríamos construir algún tipo de puente para el acueducto en el foso o soterrar el acueducto y llevar el agua a la aldea usando el principio del sifón. Sin embargo, si queremos hacer un acueducto subterráneo, necesitaremos piedra y mortero… Me pregunto si podríamos obtener suficiente cal para el mortero…” – dijo Valetta.
“Ya veo… En ese caso prepararé toda la cal que necesites. Traeré toda la que pueda, así que úsala como quieras.”
Valetta estaba preocupada por la falta de materiales, pero Kazura se ofreció de inmediato para proporcionar todos los que necesitara.
Hace unos días, cuando Kazura hablaba con Narson en Isteria, le prometieron que no se involucrarían con ninguna cosa que hiciera en la aldea de Grisea. Por esa razón, siempre y cuando se limitase a cosas de la aldea, no tendría que preocuparse por el tipo de productos o tecnología que emplease. Además, Valetta conocía su verdadera identidad y había adquirido una gran cantidad de conocimientos de los libros. Así que no tenía que preocuparse por confiarle esos objetos o tecnología.
Por cierto, el ‘Principio de sifón’ es un fenómeno que hace que el agua fluya desde una posición determinada a otra más alta o más baja mediante un tubo o canal cerrado. En ese caso, existe la restricción de que el destino debe estar más bajo que la fuente original del agua.
Cuando Kazura estudiaba con Valetta habían aprendido este principio, aunque solo a un grado superficial.
“¿Tanto como quiera?”
“Sí, úsalo como quieras. Es fácil conseguir cal en Japón, puedo traer toda la que necesites.”
En realidad, si Kazura regresaba a Japón e iba al centro comercial, podría obtener cualquier cantidad de cal. Aunque fueran a emplearla para hacer mortero, sería una cantidad fácil de manejar si solo era necesario para una aldea.
“Entiendo… Entonces mejoraré todas las vías fluviales del pueblo empleando piedra y mortero. Usaremos una sección del foso como experimento para el principio del sifón y el paso subterráneo del acueducto. Si no sale bien, construiremos un puente para el acueducto. Después mejoraremos el acueducto que llega hasta la aldea desde el río y, cuando terminemos, ampliaremos el horno y produciremos una bomba manual. A continuación…” – dijo Valetta.
Mientras miraba el plano del pueblo dibujado en el cuaderno, Valetta comenzó a escribir, una tras otra, diversas notas usando un bolígrafo. Parecía que estaba ansiosa por utilizar todo el conocimiento que había aprendido de Kazura y quería aplicarlo para mejorar la seguridad y calidad de vida del pueblo.
“¿Eh? ¿Quieres hacer tu propia bomba manual?” – preguntó Kazura.
“Sí. La estructura es simple, así que podemos hacerla de bronce… Esto, ¿es mejor no usar el conocimiento que Kazura me ha enseñado en el pueblo?” – dijo Valetta.
El aparato que mencionaba Valetta consistía en una bomba que se operaba de forma manual para extraer agua de un pozo tras presionar una palanca de forma repetitiva. En Japón era algo que todavía se podía ver en los campos de arroz de las zonas rurales.
“Hmm… Narson dijo que no se entrometería en los asuntos de la aldea, así que no creo que debamos preocuparnos por eso. Además, también les enseñaré el conocimiento sobre como producir bombas manuales dentro de unos días, por lo que no debería haber ningún problema.” – respondió Kazura haciendo que la ansiosa Valetta sonriera aliviada.
Le preocupaba si sería capaz de emplear conocimiento que había adquirido de Kazura y de su influencia en los alrededores.
“Gracias a Dios… Esto, en realidad hay otras cosas que me gustaría intentar. Prometo que tendré cuidado de no mostrárselo a nadie más que a los aldeanos, ¿me dejarás intentarlo?” – dijo Valetta.
“Realmente no me importa, pero, ¿qué estás tratando de hacer?” – preguntó Kazura.
“Un motor a vapor…”
“¿¡Qué!?”
Debido a la inesperada respuesta de Valetta, Kazura dejó escapar un grito de forma espontánea.
Aunque planeaba introducir tecnología, como la bomba de agua manual o la noria, si de repente hacía algo que causara una revolución energética, como una máquina de vapor, no importaba cuánto le prometieran no interferir en la aldea de Grisea. Sería una situación peligrosa. La propia noria era algo que causaba un drástico avance tecnológico para este mundo. La introducción de una máquina de vapor era algo demasiado extremo.
Justo cuando el nervioso Kazura iba a abrir la boca para advertir a Valetta del peligro, ella sonrió con picardía.
“Ju, ju. Era una broma. Aunque sería interesante intentar hacerlo como experimento. Por ahora quiero intentar hacer solo herramientas que utilicen la fuerza de rotación de la noria. Algo como un aserradero o un molino.” – dijo Valetta.
“Ah, bueno… No dudes en decirme si necesitas algún material o herramienta. Prepararé tantos como quieras.”
Kazura se sintió aliviado después de escuchar que se trataba solo de una broma y se prestó a suministrar todos los materiales necesarios.
“Gracias… Pero creo que trataré de hacer todas las partes que pueda. Así podré aprender más.” – contestó Valetta rechazando gentilmente la oferta de Kazura. A continuación, bajó los ojos hacia el cuaderno con una mirada solitaria.
‘¿Eh…? ¿He dicho algo extraño?’ – pensó Kazura. Pero cuando trató de abrir la boca para preguntar por qué tenía esa expresión sombría, se detuvo de golpe. No se había dado cuenta debido a la oscuridad, pero en varios lugares de la sala había varias manchas negruzcas.
“Esto es…” – dijo mientras se levantaba y miraba el suelo y paredes que lo rodeaban.
Se fijó en una sección del suelo donde se extendía una gran mancha oscura por buena parte del suelo. Se arrodilló a su lado.
“Esto… ¿Es una mancha de sangre?”
“Ah, lo siento. Parece que empapó el suelo y no desaparece, ni siquiera después de lavarlo. En unos días lo reemplazaré con una nueva tabla.” – respondió Valetta.
“No, no me refería a eso… Hmm, si aquí hay una mancha de sangre, ¿eso significa que hubo una pelea con los bandidos aquí?”
Kazura se sintió incomodo ante la suave respuesta de Valetta; sin embargo, estaba haciendo una pregunta retórica de la que ya sabía la respuesta. Si había una mancha de sangre, era obvio que había habido una pelea. Sin embargo, por la historia que había escuchado de los escoltas antes de partir de Isteria, cuando los bandidos atacaron Varin había escapado de la residencia y despertado a los aldeanos para pelear contra los bandidos entre todos. Pero si había manchas de sangre en este lugar, solo había podido escapar de la casa después de pelear.
“Sí. Esa noche un grupo de bandidos se introdujo dentro de la casa… Pero Padre los golpeó rápidamente a todos.” – dijo Valetta.
“¿Eh…? ¿A todos? ¿Varin derrotó a todos los bandidos él solo?”
“Sí, había cinco personas dentro de la casa… Ah, yo derroté a una, así que Padre solo mató a cuatro. Después persiguió al resto de bandidos y escuché que junto al resto de aldeanos los derrotaron en el bosque a las afueras del pueblo.”
“Va… ¿Valetta también luchó contra los bandidos…?”
Aunque Kazura estaba sorprendido por la historia de Valetta, podía imaginarse mentalmente cómo había sucedido.
Los aldeanos que habían comido los alimentos traídos de Japón ya habían exhibido una fuerza considerable. Sin embargo, resultaba inesperado que hubieran sido tan fuertes como para que dos personas fueran capaces de abrumar a un grupo de bandidos armados. Aun así, lo importante es que todo había salido bien.
“Bueno… Estaba tan asustada que no pude pelear bien… Pe… ¡Pero Padre es increíble! Incluso cuando los bandidos lo atacaron con espadas, ¡los rechazó! ¡Hasta decapitó a un bandido de un solo golpe!”
Valetta comenzó a hacer un gesto exagerado mientras contaba la batalla de Varin.
“Uh, ¿Varin es tan poderoso…? Pero creo que habrá sido aterrador ser atacado de repente en mitad de la noche… El ataque de los bandidos fue mi culpa. Si no hubiese salido de la aldea, esto…” – dijo Kazura bajando la cabeza para disculparse con una expresión abatida.
No importaba cuán maravillosamente poderoso fuera Varin para ser capaz de derrotar a los bandidos, Valetta estaría aterrorizada por el ataque. Además, incluso había dicho que tuvo que luchar contra uno de los bandidos. Cuando los bandidos apuntaron con su espada hacia ella, ¡debió quedar aturdida!
“¡NO! ¡ESO NO ES CIERTO!”
El grito de Valetta hizo que Kazura levantara la cabeza. Valetta lo estaba mirando directamente con lágrimas en los ojos.
“¡Kazura no ha hecho nada malo! Yo… Todos… Yo…”
“¿Eh? ¡Espera…!”
De repente, Valetta se echó a llorar, haciendo que Kazura no entendiera qué estaba pasando. Aunque trataba de recordar si había dicho algo que no debería decir, no podía pensar en otra cosa que disculparse por el asalto de los bandidos.
‘¿Qué hago? ¿Qué debo hacer?’
No sabía qué palabras emplear, así que se limitó a darle unas palmaditas en la espada y esperar a que dejara de llorar.
* * *
Varin, que se había dedicado a dar vueltas alrededor del pueblo, regresó a su casa. Pero cuando acercó su mano a la puerta dejó de moverse. Estaba preocupado por Kazura y Valetta.
“Creo que esta noche… Será mejor que duerma en el granero.” – murmuró para sí mismo y, después de soltar un suspiro, comenzó a caminar hacia allí.