2ª parte: La ley de la jungla
Capítulo 85
Unión de Supervivientes de Seúl – Segunda Ronda VI
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
De repente, la voz de Ha Jin llegó por la radio y, poco después, detonó las minas antipersona. Hubo una fuerte explosión. Ahora el enemigo estaba cerca.
“Te volveré a llamar una vez que hayamos terminado de pelear.”
- ¿Necesitas respaldo?
“Creo que primero necesitas encontrar a Baek Jung Gae. Tal vez se dirija hacia el campamento de la Asociación de Mujeres y familias.”
- Entendido. No te excedas. Si crees que las cosas se están poniendo peligrosas, cambia al plan B.
“Entendido.”
Barrendero silenció su radio y retiró el cerrojo de su rifle, preparándose para la batalla. Mientras tanto, Ha Jin y el cabo Ong todavía se comunicaban a través de sus radios.
- Las minas antipersonas han sido detonadas. Murieron dos. ¡Ong! ¿Cómo está la situación?
- ¡Se acercan zombis! Ha Jin, ¡tienes que salir de allí!
- Vale, lo pillo.
El enemigo estaba en desorden.
Ha Jin se escabulló hacia un camión y entró sigilosamente por la puerta trasera y se encerró dentro. Todavía estaba buscando la oportunidad de unirse a la lucha.
El cabo Ong observó cómo Ha Jin se escondía y se hundió en el lecho de juncos. Trató de atacar al enemigo, pero no fue fácil. Tenían mucha cobertura y se movían con rapidez y haciendo eses cada vez que estaban al descubierto.
Justo entonces, notó el movimiento de dos figuras.
“Ha Jin, dos enemigos se dirigen hacia el camión en donde estás. Realmente no puedo ver lo que están haciendo. ¡Por favor tenga cuidado!”
El cabo Ong estaba teniendo dificultades para verificar y vigilar a todo el mundo a través de su mira de francotirador. Algunos se habían escondido al otro lado del banco, otros estaban juntos detrás de un invernadero, y el resto estaban completamente ocultos.
- Hermano de una mano, ¿tengo que preocuparme por ti?
Barrendero intervino a través del radio. También observaba la situación desde el interior de su edificio.
- Preocúpate por ti.
- Excelente. Realmente se puede confiar en ti. Todos, prepárense. No salgáis y permanecer juntos. Sed pacientes y no os extendáis demasiado. Ong, cubre a Ha Jin.
Con las órdenes entregadas, todos los miembros del equipo de reconocimiento redujeron simultáneamente el volumen de sus radios hasta que apenas pudieron escuchar nada.
Había una sensación sofocante de nerviosismo en el aire mientras se preparaban para luchar. Los dos miembros del equipo de reconocimiento que estaban con Barrendero prácticamente contenían la respiración. A pesar de que no podían escuchar nada en el exterior, estaban seguros de que el enemigo se acercaba.
“¡Abajo!” – gritó Barrendero. El trío golpeó el suelo al mismo tiempo.
Las balas disparadas desde un rifle automático bombardearon la puerta como gotas de lluvia y perforaron agujeros a través de ella. Los mortales proyectiles llenaron el espacio aéreo de la habitación. Afortunadamente, Barrendero y el resto habían preparado un grueso escritorio de oficina por anticipado. Se podía confiar en que bloquease los disparos.
Finalmente, el aluvión de balas se detuvo y todo quedó en silencio. Barrendero se echó el arma al hombro y se dirigió a la puerta en un instante. Agarró su hacha de mano con firmeza en una mano mientras abría la puerta maltratada con la otra. Se abrió con un fuerte ruido, pero no pudieron ver a nadie más allá del marco de la puerta. El grupo de Barrendero estaba dentro de las paredes internas del edificio mientras los miembros de la Unión de Supervivientes de Seúl esperaban fuera. Era un enfrentamiento con solo una puerta abierta entre ellos. A pesar de que no podían verse, definitivamente podían sentir la presencia del otro.
Barrendero de repente escuchó un tintineo muy suave. Era muy suave, pero no había forma de que Barrendero no se diera cuenta. Era el sonido de la anilla de seguridad de una granada. Si la arrojaban contra el edificio, todos estarían en peligro.
En un movimiento rápido, Barrendero se asomó por la puerta y, sin siquiera confirmar un objetivo, balanceó su hacha.
A medida que el filo de su hacha aumentaba el impulso a través del aire, Barrendero se enfocó en un enemigo y ajustó la trayectoria de su ataque. Se conectó con precisión con la muñeca de la mano que sostenía la granada. Luego dio un paso atrás y desapareció dentro del edificio una vez más, completando el único movimiento.
Los disparos enemigos hicieron erupción, pero golpearon en un lugar vacío. Como una abeja, el movimiento a toda velocidad de Barrendero causó que fuera imposible reaccionar.
Cuando regresó al edificio, Barrendero cerró la puerta a su espalda y se dejó caer sobre su estómago. Toda la habitación se sacudió y la puerta quedó completamente destruida cuando la granada explotó al otro lado de la pared. La explosión envió ondas de choque a través de todo su cuerpo.
“¡Quédate cerca de la puerta interior!” – ordenó Barrendero, ansioso.
El enemigo podría romper las ventanas y lanzar granadas. Esto significaría la muerte instantánea. Fue desafortunado que hubieran elegido un edificio de un solo piso para esconderse. Si fuera un edificio más grande, al encontrarse en esta situación, podrían haber esperado en un piso más alto.
Los peores temores de Barrendero parecieron hacerse realidad cuando las ventanas en los lados opuestos de la habitación se rompieron con un fuerte sonido. Ya estaba tan nervioso que el sonido prácticamente lo hizo saltar de su piel. Afortunadamente, no entraron explosivos. En cambio, dos figuras comenzaron a dispararles desde lejos mientras se acercaban.
“¡Dispara al lado izquierdo! ¡No dejes que entren!” – ordenó Barrendero mientras se movía para cubrir el lado derecho.
Cuando el enemigo entró por la ventana, Barrendero le golpeó en la pierna con el hacha sin dudarlo. El enemigo cayó, le cortó en el cuello y la sangre brotó como si fuera una fuente.
El enemigo que se acercaba por la izquierda fue repelido por los disparos de los miembros del equipo de reconocimiento. Al final, se retiró y dejaron de disparar. Mientras Barrendero contenía el aliento, pudo escuchar la voz del cabo Ong a través de la radio.
- Ha Jin, ¡esos tipos están encima de su camión! Me es difícil cubrirte porque está demasiado lejos.
‘¿Alguien lo vio entrar en el camión?’
Sin embargo, Barrendero no estaba preocupado. Sabía que el hermano de una mano era bastante duro.
* * *
El camión en el que se escondía Ha Jin parecía un queso suizo maduro con todos los agujeros que tenía. Había tal cantidad de agujeros de bala, que era suficiente para causarle a alguien un caso de tripofobia.
Ha Jin estaba acostado en el suelo. Podía ver la luz que entraba por los agujeros de bala. Dos disparos lo habían golpeado. Un disparo le rozó la cadera y el chaleco antibalas que recibió de uno de los mercenarios lo salvó de una lesión grave. El otro disparo le impactó en algún lugar por debajo de la cintura. Le ardían los muslos, pero no parecía una herida grave.
La puerta trasera del camión se abrió cuando los dos hombres entraron para buscarlo. El interior era un desastre. Ha Jin se escondió entre algunas cajas y disparó su pistola tan pronto como vio a los dos hombres.
Cayeron al suelo al instante y Ha Jin finalmente soltó el aliento. No se había dado cuenta de que lo estaba conteniendo.
Lentamente, se arrastró hacia afuera.
Después de permanecer tanto tiempo en el interior oscuro de la camioneta, el sol le molestó en los ojos.
Ha Jin se apoyó contra la parte trasera del camión y sostuvo su arma lista mientras esperaba que su visión se adaptara a la brillante luz del sol. De repente, escuchó un clic audible cuando el frío metal se presionó contra la parte posterior de su cabeza.
“Baja tu arma, pon las manos detrás de tu cabeza y dóblalas juntas.”
Una voz aguda le ordenó que se rindiera. Había un tercer enemigo que el cabo Ong no detectó debido a su mala línea de visión.
Todo el cuerpo de Ha Jin se congeló. Lentamente, dejó su arma y comenzó a mover las manos detrás de la cabeza. Sin embargo, como le faltaba uno de sus brazos, le era difícil juntar las manos. En cambio, agarró una parte de su prótesis y esperó que el enemigo no se diera cuenta. Afortunadamente, en lugar de sospechar, el enemigo bajó la guardia cuando notó la amputación de Ha Jin.
“Este bastardo en un tullido. Al suelo. ¿Dónde está tu radio? Date prisa y dile a tu equipo que deje de atacar.”
De repente, un cuchillo voló y lo apuñaló en la cara. Ha Jin agachó la cabeza para alejarse del arma, agarró las mangas del hombre y lo volteó sobre su cuerpo, golpeándolo contra el suelo.
Metió el cuchillo profundamente en su cabeza y exhaló con fuerza. Estaba completamente asustado. Si el enemigo no hubiera tratado de tomarlo como rehén y solo le hubiera disparado, ya habría cruzado al más allá.
Fue un error casi mortal causado por información defectuosa, pero no podía culpar al cabo Ong por no ser capaz de detectar a alguien en su punto ciego. Era su culpa por ser descuidado después de matar a los dos primeros hombres. Afortunadamente, el tercer enemigo fue aún más descuidado que él.
Intentar asegurar un rehén en medio de una pelea era algo estúpido. Si fuera él, ni siquiera dudaría y le habría abierto un agujero en la cabeza de inmediato.
Ha Jin miró hacia los edificios que actualmente estaban bajo asedio.
- ¡Hay varios tipos en el primer piso del centro de reciclaje de recursos naturales! Se necesita apoyo… ¡Ah!
Jae Hee gritó con urgencia a través de la radio. Ha Jin volvió a cargar su pistola y se movió con rapidez.
“Estoy en camino al centro de reciclaje. Ong, cúbreme.”
- ¡Sí señor!
Ha Jin arrancó un trozo de tela y lo envolvió alrededor de la herida de su muslo para detener el sangrado. Se encogió de hombros y comenzó a correr. Cuando llegó, pudo ver que todo el primer piso del centro de reciclaje estaba cubierto de sangre.
Entró en el vestíbulo oscuro e inmediatamente notó que Jae Hee y Aeri yacían en el medio de la habitación, respirando por última vez. Ambos tenían los brazos y las piernas completamente amputados. Ha Jin estaba aturdido, incapaz de procesar lo que tenía delante.
Parpadeó varias veces, tratando de borrar la imagen.
“Señor…”
La voz de Dong Seok hizo que Ha Jin se diera la vuelta. Había un enemigo agarrándolo con una siniestra catana presionada contra su cuello, listo para decapitarlo en cualquier momento. Tan pronto como notó al enemigo, Ha Jin se agachó rápidamente detrás de una columna.
“Aaah…”
Jae Hee y Aeri se habían convertido en zombis. Sus cuerpos sin extremidades comenzaron a arrastrarse hacia él. La grotesca visión era suficiente para hacer que el corazón de Ha Jin se detuviera. Entonces, de repente, pudo sentir que la ira crecía en su interior. Era un sentimiento desconocido. Claro, estaba enojado con el hombre que mató a sus compañeros, pero había perdido amigos antes y nunca se había sentido tan enojado. ¿Fue porque habían luchado juntos durante tanto tiempo? ¿O fue porque habían muerto de muerte tan cruel?
El torbellino de emociones que se arremolinaban en su interior era una experiencia nueva.
Eran personas con las que había hablado y reído hacía tan solo unos minutos y ahora estaban muertas. Sin embargo, el enemigo probablemente también perdió compañeros. Ambos se habían preparado para una batalla y el hecho de que los amigos pudieran morir era simplemente una realidad. La muerte y el asesinato era parte de un tiroteo. Puede que Ha Jin haya perdido a sus amigos, pero también han matado a personas que podrían haber sido amigos o familiares del enemigo. Eso es lo que significaba ir a la guerra. No tenía derecho a culparlos y enojarse. Todos mataban para protegerse.
‘¿Esa es la verdadera razón? ¿De verdad?’
Ha Jin realmente nunca sintió nada cuando mató al enemigo. Sin embargo, fue consumido por la emoción tan pronto como murieron sus camaradas. Mientras se escondía detrás de la columna, trató de calmar a su desbocado corazón. Podía escuchar al enemigo riéndose al otro lado mientras seguía agarrando a Dong Seok.
Llevaba un casco a prueba de balas que tenía un plexiglás transparente, también a prueba de balas, en la parte delantera. Vestía un uniforme militar estadounidense, hecho de kevlar. Ha Jin no tenía idea de cómo había adquirido tal cosa, pero, además de eso, tenía piezas de materiales a prueba de balas por todo su cuerpo.
Era un engreído que se mantenía de pie, era como si no le importara la movilidad en absoluto, un pensamiento suicida en un apocalipsis zombi.
A pesar de estar en medio del territorio enemigo, parecía demasiado relajado, lo que desconcertó a Ha Jin. Sin embargo, gracias a que permanecía de pie, pudo identificar de inmediato a su oponente.
Era uno de los líderes de la Unión de Supervivientes de Seúl. La mano derecha de Baek Jung Gae en la batalla, el perro loco, Jung Kwang.
‘Jung ha pegado algo en todo su cuerpo para que sea a prueba de balas. A parte de eso, se vuelve duro cuando está peleando cuerpo a cuerpo o cuando usa una catana. Es muy fuerte. Evita pelear a corta distancia contra él.’
Ha Jin todavía tenía su pistola en la funda de la cadera, pero la potencia de fuego no era el problema. No podía luchar de forma adecuada por culpa de Dong Seok. Además, una pistola apenas abollaría la armadura de su oponente. El mayor problema era la cuchilla. Dado que Jung Kwang mató a zombis con ella, un solo roce infectaría a las personas. Era un arma ridícula, ¿cómo era posible que alguien pudiera luchar con solo una catana?
‘¿Qué hago? ¿Qué haría Yohan en mi situación?’ – se preguntó Ha Jin, sin esperar encontrar una respuesta. – ‘Esta vez realmente podría morir.’
Una sonrisa amarga apareció en su rostro cuando Ha Jin sacó la cuchilla de su brazo protésico. Sin embargo, justo cuando se preparaba para atacar a su oponente, la puerta del vestíbulo se abrió y entró Barrendero.
Echó un vistazo a los cuerpos zombis sin extremidades de Jae Hee y Aeri que se retorcían en el suelo y su rostro se congeló. Tanto su fría mirada como su pistola se clavaron en Jung Kwang, que todavía estaba blandiendo su catana con orgullo.
“Ei, hermano samurái…”
Sus ojos se encontraron. Jung Kwang dejó escapar una risa horrible que fue amortiguada bajo su casco a prueba de balas. La nariz de Ha Jin se retorció como si acabara de oler a pescado podrido.
“En esta ocasión te lo voy a pedir amablemente. Deja ir a mi amigo...”
Antes de que las palabras terminaran de salir de los labios de Barrendero, Jung Kwang cortó la garganta de Dong Seok. Giró su espada con una floritura como si estuviera presumiendo. Sucedió tan rápido que Barrendero ni siquiera tuvo la oportunidad de moverse.
Los ojos de Dong Seok se abrieron por un momento, llenos de dolor. El corte fue tan profundo que Barrendero pudo distinguir el hueso y las arterias del cuello.
Jung Kwang sonrió mientras sacudía la cabeza de Dong Seok con su mano, mostrando que no le importaban los rehenes. El cuerpo cayó débilmente al suelo. Las manos de Dong Seok se alzaron, tratando impotente de mantener su cuerpo intacto a pesar de que su muerte era inminente. Fue inútil, Dong Seok solo logró empaparse las manos con su propia sangre carmesí.
“¡Dong Seok!”
Ha Jin calculó mentalmente el mejor ángulo de acercamiento. Planeaba disparar su pistola y saltar contra Jung Kwang, pero justo entonces, escuchó algo que lo hizo congelarse con los ojos muy abiertos.
Barrendero estaba prácticamente gruñendo mientras saltaba sobre Ha Jin. Su voz temblaba ligeramente; Parecía que iba a explotar en cualquier momento.
“Repite conmigo. Estás muerto. Estoy tremendamente enojado.”
Ha Jin nunca había escuchado a Barrendero hablar con un tono tan homicida.