3ª parte: Etapa apocalíptica
Capítulo 117
Hilo enmarañado II
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por AMarauder
Corregido por Lord
Editado por AMarauder
Los nuevos miembros, Pio y Verda, pensaron que su escuadrón estaba bien equilibrado. Cuando se trataba de pelear y disparar, Pio estaba justo detrás de Barrendero y Ha Jin. Por otro lado, Verda estaba por encima del nivel de Hyuk y Jung. En general, Pio fue un poco mejor que Verda, pero ella se destacaba en algo de lo que Pio carecía: sus informes eran asombrosos. Su voz cristalina entregaba informes claros y concisos.
Solo era superada por Saeri en términos de compatibilidad con el método de informes preferido de Yohan.
En cambio, Lina era débil en todos los posibles escenarios de combate; desde disparos hasta el combate cuerpo a cuerpo. Incluso con la ballesta, no importaba cuánto entrenara, simplemente no mejoraba. Todos sus disparos daban siempre en el aire. Hubiera sido más productivo tirar la munición directamente a la basura.
Yohan sabía que alguien como Jung Eun habría sido más útil en los escuadrones de combate, pero no tuvo más remedio que entrenar a Lina. En una expedición de larga distancia, no sabían lo que podrían encontrar y sus visiones podrían ser útiles, así que la quería a su lado en todo momento.
Por otro lado, Hee era un tipo de caso especial. No parecía muy útil en este momento, pero era un comodín que valía tener a mano.
“Descansad.” – ordenó Yohan.
Todos los miembros del combate se derrumbaron inmediatamente en el mismo lugar en el que estaban.
“Es duro…”
“Yohan, creo que voy a morir.”
A pesar de que habían adquirido mucha experiencia valiosa en escenarios de combate reales, a los ojos de Yohan, todavía carecían de muchas cosas.
Barrendero y Ha Jin eran supervivientes de primer nivel, pero incluso ellos no eran perfectos. Hyuk, Jung y Ong no eran mucho mejores ya que cada uno tenía defectos más destacados. Ong era malo a corta distancia, la capacidad física de Jung estaba en la media y Hyuk, aunque era el defecto más preferible de los tres, era de buen corazón. Obviamente, los miembros de los escuadrones tres y cuatro carecían de aún más cosas.
Yohan miró hacia el camino y notó que Jung Eun, que actualmente estaba en servicio activo de guardia, lo llamaba.
“Yohan, te requieren en la sala de control.”
“Está bien, iré enseguida.”
Yohan ordenó a los miembros del equipo de combate correr otra vuelta alrededor de la isla y luego se dirigió a la sala de control. El viejo del grupo de mercenarios estaba hablando por la radio.
“Aquí Yohan.”
- Eh, chico.
“¿Cómo estás?”
- Te dije que dejaras esa charla formal.
Yohan sonrió ante la brusca respuesta del viejo.
- Te llamo porque tengo algunas noticias.
“Está bien, dime.”
- Recibí información de mi cliente de Seúl.
“Ajá.”
- Después de que ese Baek Jung Gae o Soon Jang Gae… Como sea, después de su muerte, hubo una guerra masiva entre los supervivientes de Seúl.
“Oh, ya contaba con ello.” – respondió Yohan, sin sorprenderse. Baek Jung Gae había reunido a muchas personas poderosas a su alrededor. Si él no estuviera cerca, esas personas sin duda lucharían para reclamar el trono.
- En este momento, el grupo con más poder es el de Yeouido.
“¿Yeouido?”
De repente, Yohan se sintió nervioso. En la línea de tiempo anterior, estaba íntimamente familiarizado con el campamento de Yeouido.
“¿Sabes quién es su líder?”
- El nombre de su líder es Shin Noah.
Un escalofrío recorrió su espalda.
Era Shin Noah, del campamento de Yeouido, la persona con la que había estado hasta su muerte en la línea de tiempo anterior. Su nombre había aparecido mucho antes que en el pasado. Parecía que la muerte de Baek Jung había cambiado varias cosas.
“Shin Noah…”
- ¿Lo conoces?
“Un poco.”
- También es un niño, pero parece que tiene habilidades. Se las arreglaron para sobrevivir a tres oleadas zombi. Parece que compraron la información sobre los mutantes de mi cliente.
“Ya veo.”
- Espero que no estés enojado por no recibir ninguna comisión. Me vendiste esa información a un precio muy alto.
“Por supuesto que no. Es importante que las personas aprendan esa información de cualquier manera.”
- Dios. Chico, sé que realmente no quieres decir eso.
“¿Realmente soy tan obvio?”
- Sí, eres un psicópata.
“De todos modos, ¿es eso lo que querías decirme?”
- No, el problema no son las oleadas zombis. Es la manada de zombis de la que me hablaste la última vez.
“¿Oh?”
- Probablemente se dirige hacia Yeouido. Y no son solo una o dos. Por ello, todo el campamento planea mudarse.
“¿A dónde?”
- No lo sé. Eso es todo lo que estoy dispuesto a contarte a cambio de compartir la información sobre la manada de zombis de la semana pasada.
“Gracias. Oh, tengo información sobre dos nuevos mutantes.”
- Oh, ¿qué es?
“Bueno… Puede ser algo difícil de creer.”
- Eh chico, todavía no puedo creer que no haya vuelto a mi casa cuando abro los ojos cada mañana. Todos los días me despierto esperando que todo esto sea un sueño. Sólo dime. No te preocupes por lo de creerte o no.
Yohan compartió todo lo que sabían y sospechaban sobre los dos nuevos mutantes.
Uno que podía viajar libremente entre la tierra y el agua y otro que podía dar a luz a otros mutantes e infectar a las personas a través del aire.
- Entonces, es un tipo con el que no podemos luchar.
“Así es.”
- Maldita sea…
El viejo murmuró, pero Yohan pudo entender cómo se sentía. Era lo mismo que cuando supo la primera vez sobre un mutante.
“Por favor, vigile de cerca el campamento de Yeouido para mí.”
- Sí, sí. Gracias por la información.
“Sí, gracias también.”
- Chico, hablamos luego.
‘Shin Noah…’
Yohan estaba inmerso en sus pensamientos, como si fuera un amante melancólico. Habían estado disfrutando de mucha paz en la isla, pero parecía que pronto llegaría una tormenta.
* * *
El sol ya se había puesto y el océano estaba en calma.
Aunque el agua estaba tranquila, la vista estaba atenuada por una niebla que se había extendido desde el fondo del océano y envolvía toda la isla. Pequeñas ondas perturbaron la calma del mar y, pronto, se pudieron ver burbujas sobre su superficie.
Una sombra oscura emergió desde el mar, revelando a una criatura de color rojo. Tenía una cabeza prominente, dos brazos largos, unas garras afiladas y unas piernas delgadas con pies palmeados. Con cada paso, el agua salpicaba y empapaba el suelo.
* * *
Jung Hwan se despertó por los ladridos de su perro. Se frotó los ojos y se dirigió a la sala de estar. Allí, el animal estaba ladrando a la nada.
“Blackie, ¿qué pasa?” – preguntó Jung con dulzura, mientras acariciaba el lomo del perro. Sin embargo, Blackie continuó ladrando.
“Jung, ¿qué está pasando?”
Ah Young asomó la cabeza por la escalera del segundo piso. El sonido también la había despertado. Jung la saludó con la mano.
“No es nada. Blackie solo está ladrando al aire. ¿Tal vez vio algo? Dicen que, si un perro no ladra a nada, es porque vio un fantasma.”
Ah Young sonrió y se rio con suavidad.
“Bueno, mejor nos aseguramos de arrebujarnos bien en nuestras mantas cuando nos vamos a dormir.”
“No estoy bromeando… Me pregunto si la criatura de la montaña volvió.”
Jung inclinó la cabeza y trató de observar el exterior. Durante todo el tiempo que estuvieron hablando, Blackie había estado ladrando sin parar.
De repente, escuchó el sonido de cristales rompiéndose afuera.
“50 metros, lado noroeste, escuché que se rompía el vidrio.”
“¿Uh?”
“Oh, lo siento. Es solo un hábito.”
Jung miró hacia abajo y se dio cuenta de que había presionado automáticamente el botón de transmisión de su radio y había dado un informe. El entrenamiento de Yohan fue realmente aterrador.
Jung presionó el botón de transmisión una vez más y llamó a Yohan.
“Yohan, ¿estás despierto?”
- Sí, ¿qué pasa?
“¿No estabas durmiendo?”
- Me acabo de despertar. ¿Qué pasa?
‘Oh, lo desperté con mi transmisión anterior.’
Jung Hwan se sintió mal, pero estaba haciendo lo que Yohan lo entrenó para hacer.
“Blackie estaba ladrando sin parar y me despertó. Escuché algo rompiéndose a unos 50 metros de mi casa. Voy a ir a comprobarlo.”
- Entendido. Verifique con cuidado e informe. Estoy de camino.
“Sí señor.”
Jung no pensaba que fuera a suceder algo grave tan tarde por la noche, pero no hacía daño tener cuidado. Se puso su abrigo y todo el equipo. Por último, le puso una correa a Blackie.
En el pasado, su perro había ladrado a un conejo en medio de la noche, por lo que no creía que fuera algo serio. Sin embargo, Blackie nunca ladró tanto. Aun así, habían estado vigilando cada lado de la isla y habían pasado meses desde que sucedió algo peligroso.
Jung no sabía por qué se sentía nervioso, tal vez era por su entrenamiento y el hecho de que estaba usando su equipo militar.
Blackie empujó a Jung hacia el noroeste, directamente a la fuente del sonido. Tal vez sí había ocurrido algo. Jung sintió que se le erizaba la piel. De repente, una figura oscura se lanzó a través del camino que había frente a él, sorprendiéndolo.
‘Realmente hay algo aquí.’ – pensó. – “Yohan, estoy frente al edificio rojo de dos pisos de Sindo 2-ri. Hay algo.”
Blackie seguía ladrando y parte del sonido se transmitió junto al informe de Jung Hwan. La figura tenía una silueta siniestra, pero la forma con la que se movía hacía que pareciera que tenía miedo.
Jung se detuvo y sacó su arma. Mientras miraba hacia abajo, la figura oscura apareció de nuevo. Estaba haciendo un extraño chirrido. A la luz de la luna, podía ver sus ojos rojos. Verlo congeló sus pies. Era como una escultura de hielo, no podía dar un solo paso.
‘Tengo que moverme…’
Era la primera vez que Jung se enfrentaba cara a cara a un mutante. Antes, era solo una existencia distante, pero un encuentro real era mucho peor que cualquier cosa que pudiera haber imaginado.
“Mu… Mutante.”
El dedo de Jung estaba atascado en el botón de transmisión de su radio. Fue un milagro que fuera capaz de decir algo.
Era el mutante Tiburón para el que Yohan los había preparado. Era el que había aniquilado de forma trágica el campamento en la visión de Lina.
El monstruo dio un paso hacia delante.
Jung se recuperó lo suficiente como para cambiar la opción de su arma a fuego automático y apretar el gatillo.
Los disparos sonaron como petardos, rompiendo el tranquilo silencio nocturno de la isla. Los casquillos vacíos cayeron al suelo cuando su arma retrocedió violentamente. En un instante, el mutante saltó hacia un lado. No lo atacó de inmediato, pero Jung no estaba seguro de si eso era algo bueno o no. Parecía que estaba apuntando a otra cosa. Quería encontrar una presa débil que no se resistiera.
Parecía que se dirigía hacia la casa donde estaba Ah Young. Aunque su mano temblaba, Jung se llevó la radio a la boca una vez más.
“Sindo 2-ri! Casa Blanca, ¡ha aparecido un mutante!”
- ¡No te involucres solo! ¡Mantente a una distancia segura!
Yohan respondió casi de inmediato, pero las piernas de Jung ya estaban corriendo.
‘No. ¡No!’
Si era Jung, podría luchar contra el mutante durante un par de segundos, tal vez incluso unos minutos. Sin embargo, no había forma de que una chica de secundaria, con cero entrenamiento, pudiera luchar contra un mutante.
Jung corrió tan rápido como pudo.
“¡Aaaaah!”
“¡Ah Young!” – gritó Jung cuando entró en la casa de dos pisos.
El sonido de sus gritos lo sacudió hasta el fondo.
Miró frenéticamente alrededor de la casa, incapaz de pensar en otra cosa. Su miedo a los mutantes había sido olvidado hace mucho tiempo. Solo quería encontrar a Ah Young antes que el mutante.
Pero llegó demasiado tarde. Escuchó el extraño sonido de nuevo. Era el sonido de los dientes del mutante crujiendo. Todas las luces de la casa ya estaban encendidas y pudo ver al mutante justo en frente de él.
Tenía una boca enorme que le llegaba hasta las orejas y sus brazos y piernas eran extremadamente largos. Se dio la vuelta para mirar a Jung, revelando sus dientes de sierra. Sin embargo, la atención de Jung se centró en la figura que había detrás de él.
“Gah…”
“¡Ah Young!”
Apenas podía gemir de dolor. Estaba expulsando espuma por la boca.
“Ah Young...”
Ya había perdido una de sus piernas.
“¡Aaaaah! ¡Ah Young!”
Jung Hwan levantó su arma y vació el cargador sobre el mutante.
‘Muere, muere, ¡bastardo!’
Las lágrimas y los mocos cayeron por la cara de Jung Hwan. Trató de limpiarlos mientras disparaba sin parar a través de su visión borrosa.
Las balas rebotaron en el cuerpo del mutante y en los alrededores de la casa. El mutante retrocedió por el impacto, pero pronto se dio cuenta de que el arma no podía penetrar su piel. Envalentonado, dio un paso hacia su asaltante.
Clic
El arma estaba vacía.
La boca extendida del mutante con forma de tiburón parecía que se estaba burlando y mofando de él. Jung cambió rápidamente el cargador, pero mientras lo hacía, la boca del mutante se abrió y, en un instante, la profunda oscuridad de su interior llenó su visión.