sábado, 5 de diciembre de 2015

Volumen 1 - Capitulo 4

Volumen 1 Capítulo 4
Weed el Terrible
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder

La civilización en el Continente de Versalles se remonta aproximadamente a un millón ochenta mil años. Por aquel entonces, humanos, elfos, enanos y orcos vivían juntos. Las diestras mujeres enanas hacían de matronas de los niños orcos. Los pequeños orcos eran instruidos por las elfas, y las humanas los bañaban en aguas claras. Las cuatro razas vivían juntas, compensando lo que les faltaba a las otras. Los cazadores elfos reunían frutas de los árboles, los artesanos enanos creaban herramientas, y los exploradores humanos salían de caza junto a los guerreros orcos. Dado que había una abundancia de monstruos letales en el mundo, los débiles no tenían elección, pero la supervivencia común se debía a todos. Los orcos, que maduraban en unos dos o tres años, eran grandes guerreros por naturaleza. Nacidos con una fuerza antinatural e instinto de batalla, protegían tanto a humanos como a elfos. Así los orcos reclamaron el liderazgo de las cuatro razas basándose en su cantidad y fuerza, ya que ninguna de las otras razas podía compararse con la fecundidad y habilidades de combate de los orcos. Con el paso del tiempo, los humanos desarrollaron las técnicas agrícolas, haciendo común el uso de plantas y animales y se fueron haciendo cargo de la cadena alimenticia, desafiando gradualmente la supremacía orca. Los elfos, que habían aprendido la magia espiritual y elemental y vivían en consonancia con la Naturaleza, se volvieron arrogantes, y empezaron a alejarse de los orcos, a los que consideraban como unos bárbaros ignorantes. Los enanos mejoraban día tras día la tecnología del metal, lo que al final les dio un medio para oponerse a la tiranía orca. Tras una serie de desacuerdos hostiles y ataques de celos, la alianza de las cuatro razas se desmoronó. Los humanos construyeron ciudades, que más adelante se unieron formando reinos en zonas fértiles. Los elfos se mudaron a los Bosques sin Retorno, donde el efecto de los elementos y los espíritus se veía incrementado, ampliando vastamente su dominio de la magia. Los orcos se dispersaron por todas partes, cazando bestias salvajes y alarmando a voluntad las zonas civilizadas, disfrutando del combate sin restricciones. Los enanos se mantuvieron aislados en las montañas, excavando metales y refinándolos con sus artes. Inevitablemente, humanos y orcos empezaron a enfrentarse por los escasos alimentos, mientras que los enanos y los elfos se despreciaban mutuamente en un intento de imponer su supremacía sobre el reino natural.
Esta es la historia de la creación del Continente de Versalles: ‘El mito olvidado de las cuatro razas’.
* * *
Los rumores sobre un extranjero que era diferente a los demás se dispararon como la pólvora en la Ciudadela de Serabourg. Se hablaba de una bestia que había estado blandiendo una espada de madera contra un espantapájaros sin decir una sola palabra durante cuatro semanas seguidas en el Salón de Entrenamiento. ¡Zas! ¡Pok! Weed blandía la espada de madera en silencio. Sus ataques al espantapájaros no mostraban piedad. Cada vez que la espada impactaba en el muñeco el golpe resonaba con fuerza a su alrededor. Al principio se conformaba con rozar al espantapájaros. Pero, a medida que aumentaban su [Fuerza] y [Agilidad], los impactos habían ido ganando poder. “¿De verdad es un usuario?” “¿Crees que es una persona real? No lo creo.” “Míralo, seguro que no lo es.” “¿Puede ser un PNJ?” “Teniendo en cuenta su repentina aparición…” “¡Tiene que ser un PNJ relacionado con alguna misión!” Los ojos de algunos jugadores empezaron a brillar entusiasmados y un puñado le ofrecieron dinero y comida para ganarse su favor, preguntándose si sería un PNJ de alguna misión. Demasiado orgulloso como para aceptar que le tratasen como a un simple mendigo, Weed rechazaba las ofertas, pero eran persistentes. “Vamos, por favor, acepta esto…” “¿Quieres otra cosa? Solo dime qué quieres e iré a traértelo.” “¿No crees que una espada de acero es mejor que una de madera? Puedo darte una espada larga, ya verás lo útil que resulta.” Acosaban a Weed con la esperanza de que les ofreciera una misión especial. Aunque tampoco lo tenían claro, ya que Weed no dejaba de insistir en que no era un PNJ y los despedía sin más, diciendo que interrumpían su entrenamiento. Lo más raro de todo era que esa actitud no hacía más que reforzar sus convicciones. “No acepta ningún regalo.” “¿Cómo puede golpear el espantapájaros, no por uno o dos días, sino por cuatro semanas seguidas?” “¡Y es un buen amigo del instructor…!” El instructor, que siempre había menospreciado a los jugadores como si fuesen una molestia, era amable con Weed, llegando al punto de compartir su almuerzo con él cada día. Para el público, Weed era cualquier cosa menos un ser humano. La única forma de diferenciar a un usuario de un PNJ era cuando mostraba su ficha de juego. Por eso los demás confundían a Weed con un PNJ. Un buen número de jugadores de nivel más alto comprendieron las intenciones de Weed de mejorar sus atributos. Se le acercaron y le hablaron amigablemente. Estos tenían las cosas claras, a sabiendas de que era un jugador. “Si te unes a mi clan, te apoyaremos en todo momento.” “Nosotros correremos con todos los gastos hasta que llegues al nivel 100.” Royal Road tenía un concepto de clanes distinto al de los demás juegos online: había un objetivo mayor… ¡La posición de Emperador! El objetivo de los clanes con miembros de alto nivel era entronar a un rey… fundar su propio Imperio en el Continente de Versalles, y gobernar sobre todos los súbditos. Con los impuestos recaudados cada mes, los gobernadores y los monarcas podían construir edificios básicos, como graneros o herrerías, en las ciudades que controlaban, así como usar el dinero en alistar soldados y entrenarlos. Si un buen gobernante administra los asuntos de una región, la economía y la tecnología de esta avanzan. Y estas innovaciones tecnológicas propician la aparición de un mejor armamento en las herrerías, afectando de paso la seguridad pública y la sanidad de la población, factores determinantes para el tamaño de una población. El Emperador era la cima de una estructura jerárquica piramidal, con una autoridad suprema que le permitiría definir las políticas nacionales y regionales, así como establecer lazos diplomáticos con otros reinos. Los reyes gestionaban las ciudades y las fortalezas con la intención de expandir sus propios dominios, atrayendo a inmigrantes que pasaban a convertirse en nuevos súbditos sujetos a su mandato. Este proceso a veces generaba problemas internos, y también había que tener en cuenta la posibilidad de que estallara una guerra. En una guerra, los ejércitos reunidos por reyes ávidos de poder se enfrentan entre sí, liderados por sus respectivos generales. Los jugadores normales, en las posiciones de súbditos, pretendían que los gobernantes usuarios fueran sabios y justos. De esta forma, las ciudades en las que residían se harían más prósperas, y el comercio de bienes se haría más dinámico, lo que estimularía a los jugadores a tener éxito en el juego. Aun así, Weed rechazaba todas las ofertas. ¡Ding!

[Fuerza] ha incrementado en 1 punto.
[Agilidad] ha incrementado en 1 punto.
[Fama] ha incrementado en 20 puntos.
[Salud] ha incrementado en 100 puntos.
La espada de madera, que hasta entonces no había dejado de moverse, se detuvo de pronto en medio del aire. Weed cerró los ojos. ‘Lo conseguí.’ Tras cuatro semanas en el tiempo del juego, Weed había mejorado sus atributos tanto como era posible en el Salón de Entrenamiento. Para su sorpresa, había ganado algo de [Fama]. Nunca estaba de más tener algo de [Fama]. Cuanta más [Fama] obtenías, podías comprar más barato en tiendas o herrerías, y recibir más respeto al hablar o negociar con los PNJs. El instructor, que había estado observando su esfuerzo desde la distancia se le acercó y dijo: “Buen trabajo, señor Weed.” “Gracias, maestro.” “No esperaba que llegases tan lejos. Pero has superado mis expectativas. Estoy muy orgulloso de ti.” “Se lo debo a sus enseñanzas, respetable maestro.” “¡Jajaja! Tienes toda la razón” – dijo el instructor riendo complacido. Weed sabía muy bien lo que unas simples palabras podían mejorar el ánimo del instructor. El instructor le alcanzó una espada a Weed. ¡Ding!

Has obtenido una Espada de Hierro Resistente.
“¿Qué es esta espada…?” “Es tuya. Es una recompensa para quienes completan el programa básico de entrenamiento.” “Programa básico…” – de pronto se le ocurrió una pregunta. Había descubierto por casualidad que podía mejorar sus atributos con los espantapájaros del Salón de Entrenamiento. Mientras exploraba las comunidades online sobre el juego, dio con un hilo al respecto en un foro por el que se comunicaban algunos clanes menores. Por eso se había centrado en mejorar sus atributos lo más posible antes de ponerse en serio con el juego. Weed tenía una buena razón para hacerlo así, aunque reconocía que podía parecer ineficiente gastar cuatro semanas para mejorar los atributos lentamente, punto a punto. Por lo que los usuarios sabían, era mejor dedicar menos tiempo para adquirir un objeto que mejorase sus atributos con esa misma cantidad de puntos. Pero, para Weed, no era lo mismo que entrenar duro para mejorar los atributos básicos de tu personaje. Esto marcaba una diferencia, una gran diferencia. Dependiendo de tu suerte, podías recibir un buen objeto en un viaje, pero tus atributos básicos se mantendrían fijos, sin importar qué llevaras equipado. Supongamos que aumentases en cuarenta puntos tu [Fuerza], y entonces te pusieras un collar que la aumente otros cincuenta puntos. Los atributos que Weed había mejorado en el Salón de Entrenamiento se quedarían con él hasta su último minuto en el juego. Weed reflexionó sobre el significado del último comentario del instructor, y al fin preguntó: “¿Sabe cuanta gente ha completado el entrenamiento básico por ahora?” “En este Salón, dieciséis.” – respondió el instructor de inmediato, y después añadió– “El Continente es vasto, señor Weed. Creo que habrá unos tres mil ochocientos extranjeros que lo han terminado. Pero, hasta donde sé, nadie lo ha conseguido tan rápido como tú.” ‘¡Tres mil ochocientas personas!’ – los ojos de Weed brillaban. – ‘Esos son mis rivales en potencia.’ Su siguiente pregunta rompió el breve silencio. “Dice que este es el entrenamiento básico. ¿Ofrece algún entrenamiento más avanzado en este centro?” “No, pero sí existe en otros lugares.” “¿Dónde?” “No sé dónde se encuentran. He oído que solo están abiertos a aquellos destinados a encontrarlos. Debes terminar el nivel básico para acceder al siguiente.” “Gracias por esta información, honorable instructor.” “No hay de qué.” Weed ya había terminado en el Salón de Entrenamiento. Cuando se estaba dando la vuelta, listo para irse, el instructor le llamó una vez más. “Señor Weed, ¿tienes algún plan?” “¿Cómo dice, maestro?” “Una fuerza expedicionaria está programada para partir hacia la Guarida de Litvart dentro de una semana. Un colega mío es el comandante de la fuerza. Su nombre es Midvale. Si no tienes nada mejor que hacer por ahora, ¿por qué no les ayudas?” ¡Ding!

Nueva misión: [Operación de Limpieza en la Guarida de Litvart].
El Reino de Rosenheim lleva tiempo sufriendo los ataques de los monstruos, cuyo número ha aumentado en las últimas décadas. El Rey Theodarren, recto y benevolente gobernante del país, ha emitido un decreto real según el cual un distinguido caballero, Sir Midvale, irá a explorar y a limpiar de monstruos la Guarida de Litvart. Erradica los monstruos de esa madriguera junto a Sir Midvale y sus soldados.
Nivel de dificultad: E
Restricciones:
Fallo al morir.
La propuesta del instructor era una misión que cualquier otro jugador se apresuraría en aceptar. El Ejército Real de Rosenheim contaba con soldados bien entrenados y organizados. El nivel medio de la infantería era casi de 30 y, por lo general, un Caballero superaba el nivel 150. En particular, los Caballeros que tenían nombre entre sus filas estaban considerados como Caballeros con Título. Sus niveles rondaban entre 180 y 220. Una fuerza así podía limpiar cualquier madriguera sin problemas. Y la Guarida de Litvart no sería, probablemente, una excepción. Según las investigaciones de Weed, la Guarida de Litvart estaba infestada de kobolds con niveles rondando el 20 y goblins de nivel 50. Todo lo que Weed tendría que hacer si se unía a la misión era mantenerse con vida, tomase o no parte activa en el combate. Era una oportunidad de oro ofrecida de buena voluntad por el instructor. Pero Weed sacudió la cabeza. “Lo siento, maestro.”

Has rechazado la misión.
“¿Cómo? ¿Hay algo que te preocupa, señor Weed?” “No es nada, mi problema es que aún no tengo una clase.” “¡Oh! Por Freya… ¡tienes razón! Me he apresurado. Visítame cuando quieras. Te haré saber si sé de alguna misión que te vaya bien.” El instructor no solo tenía nivel 200, sino que también seguía en contacto con los soldados que entrenaba. En otras palabras, tenía su red privada en el Ejército Real. Y, por fortuna, su posición relativamente humilde evitaba que le acosasen los oficiales de mayor rango. De pronto, el instructor bajó la voz y le preguntó: “Señor Weed, ¿ya sabes a qué clase quieres acceder?” “Aún no lo he decidido. Iré al gremio de información a ver qué me recomiendan.” El gremio de información aconseja a los jugadores, según sus atributos y habilidades. En las primeras fases, la mayoría de los jugadores tienen un mismo camino, por lo que el gremio de inteligencia los clasifica en dos grupos: clases de combate (cuerpo a cuerpo o apoyo) y no combatientes, donde están incluidos los mercaderes, entre otros. En contadas ocasiones, el gremio desvela una clase secreta. En muy contadas ocasiones, de hecho. “Solo te digo esto porque eres un… una persona digna de confianza, que ha rechazado la oportunidad de convertirse a una clase tan patética como la de escultor. Dime, con franqueza, señor Weed… ¿lamentas no haber aceptado el cuchillo del tallador?” “¡En absoluto, maestro! Nunca, por nada del mundo, me haría escultor.” “Hmm… nunca le he dicho esto a nadie… eres el primero. Acércate.” La voz del instructor se convirtió en un murmullo; le susurraba en el oído. A Weed se le puso la piel de gallina al sentir el aliento del instructor en el rostro, que le parecía el de un ogro; pero evitó que la sensación de desagrado se le notase en la cara. “Estás buscando una buena clase. Y yo te voy a ayudar. ¿Has oído hablar de Rodrias, el Sabio?” “Sí, maestro.” “Ve a visitarle. Está reconocido como la Estrella de la Sabiduría, y es reverenciado por su conocimiento en todos los campos. Él te dirá cuál es la profesión que mejor se te adapta, mucho mejor de lo que te digan en el gremio de información. Pero…” “¿…?” “El problema es que el Sabio es un bicho raro. Peor aún, nunca sabes por dónde te puede salir. Es malhumorado, desagradable y estrecho de miras.” “…” “Normalmente, no podrías reunirte con él. En primer lugar, ni se molestaría en escucharte. Pero si le das esto, te hará un favor una sola vez. ¡Ding!

Has obtenido el Pañuelo de la Reina Evane.
“Gracias, honorable instructor.” “En absoluto. Me siento responsable de tu decisión, pues es cierto que muchos espadachines no lo hacen tan bien como los Escultores de la Luz Lunar. Rezo a Freya para que consigas una buena clase. Cuídate del Sabio Rodrias. Es un desvergonzado, así que no deberías contarle nada hasta que acceda a hablar contigo.” Weed se despidió del instructor y cuando salía del edificio se le acercó un hombre inmenso. El gigante se llamaba Python, y se trataba de un guerrero temerario con una espada gigante. “¿Ya te vas?” “Sí.” “Hmm… ¿A dónde vas?” “En primer lugar, a buscar una clase; después, a esforzarme en subir de nivel.” “Seguro que llegarás pronto a los puestos más altos. ¡No he visto a nadie más entregado a un juego online! Aunque estoy orgulloso de lo duro que soy, he de reconocer que tú eres un auténtico hombre de hierro.” Python era un guerrero de nivel 288. Acababa de adquirir una nueva habilidad, por eso había venido a experimentarla en el Salón de Entrenamiento. Cuando llegó, el lugar estaba lleno de usuarios que se habían reunido para observar a Weed. Python también era un hombre curioso. Algunos pensaban que Weed era un PNJ pero cuando este, apretujado entre la multitud, escuchó que así se podían mejorar los atributos, empezó a golpear el muñeco que estaba al lado del de Weed. La fuerza liberada por los ataques de Python había sido sorprendente. Al haber más gente haciendo lo mismo que él, Python había desviado, sin pretenderlo, parte de la atención del público que se había concentrado alrededor de Weed. Durante la última semana, Python había sido el único jugador con el que Weed había hablado. “Gracias por el cumplido.” “De todos modos, ¡no veo la hora! El día que nos enfrentemos. No me decepcionarás, ¿verdad?” “Estarás más que decepcionado.” “¿Eh?” “Al darte cuenta de cuán débil eres; soy mucho más persistente de lo que piensas.” “¡FWAA! … ¡UAAAJAJAJAJA…! – Python empezó a reírse escandalosamente. Con nivel 280 estaba entre los más fuertes del juego, y todo el mundo le trataba con respeto. Le intrigaba Weed, que podía hacer un comentario así a alguien que era mucho más poderoso que él. Python entrecerró los ojos, algo más serio, ahora. “Lo estaré esperando con impaciencia.” “Cuídate.” Weed se despidió de él, y se dirigió a la mansión de Rodrias, el Sabio. ‘Rodrias, el Sabio, la Estrella de la Sabiduría, el que todo lo sabe. Él me indicará qué clase debería escoger.’ – se dijo a sí mismo.
* * *
La mansión del Sabio Rodrias estaba ubicada en la zona norte de la Ciudadela de Serabourg, y tenía soldados de guardia en todo su perímetro. En cuanto Weed se acercó a la puerta, dos soldados le hicieron detenerse. “¡Alto! ¿Qué negocio te trae hasta aquí, extranjero?” “Vengo a visitar al Sabio. Tengo algo para él que el instructor del Salón de Entrenamiento me ha confiado.” “Pues lo siento. Comprendo que tienes negocios de los que tratar, pero el Sabio no espera a nadie tan poco conocido.” – le respondió el soldado con un tono que indicaba obviedad. “Pero tengo un artículo que el instructor me pidió que le entregase en persona.” “Eso no es asunto mío. ¿Crees que se te permitirá reunirte con Su Señoría solo porque tienes algo que entregarle?” “…” En resumen, se necesitaba una reputación o [Fama] impresionantes para poder visitar a nobles o reyes, y su fama solo era de 20, demasiado baja como para acceder a la mansión del Sabio. “Yo conozco al instructor. Una vez me entrenó él mismo. Pero aun así, no puedo dejarte entrar.” “Ya que insistís en eso, ¿puedo esperar aquí siempre que no entre en la mansión?” Los guardias estaban perplejos ante la pregunta de Weed. “Explícate, viajero.” “Pregunto si os importa que me siente en la calle a esperar que el Sabio salga.” “En absoluto.” – dijo el soldado con indiferencia. – “La calle es libre para todo el mundo.” Weed asintió ligeramente. “Gracias por su permiso.” “No hay que darlas. Pero…” “¿Sí?” “Te digo esto porque eres un conocido del instructor… el Sabio suele encerrarse durante semanas. Sobre todo cuando un invitado no deseado llama a su puerta, lo más seguro es que no salga. ¿Aun así estás dispuesto a esperar? Liu Bei había visitado a Zhuge Liang tres veces antes de lograr reclutarlo , y al final resultó ser la clave para fundar una nueva dinastía en el suroeste de china. Recordando el histórico evento, Weed asintió. “Sí.” Weed se sentó frente a la mansión, esperando que el Sabio saliese en cualquier momento. A veces charlaba con los guardias, y pronto descubrió que el instructor era muy respetado entre los miembros de menor rango de la guardia. “Un hombre que en una ocasión soñó con ser Caballero, y está ahora perfectamente capacitado para serlo.” – dijo uno de ellos. Mientras tanto, cayó la noche y la mansión del Sabio quedó a oscuras. ‘Mentiría si dijese que contaba con reunirme con él a las primeras de cambio. Pero no puede quedarse ahí dentro para siempre.’ Weed consideró inútil quedarse de guardia mientras el Sabio dormía. Así que abandonó su posición y se dirigió hacia las puertas de la ciudad. La luz de la luna aumentaba la brutalidad de los monstruos en el Continente de Versalles. Se hacían un cincuenta por ciento más fuertes, pero a cambio daban un treinta por ciento más de puntos de experiencia. Esto hacía que los usuarios estuviesen más atentos para evitar morir. Esa noche marcaba la primera aventura de Weed fuera de la Ciudadela. En un amplio campo abierto, un puñado de jugadores corría detrás de zorros, conejos y mapaches; una escena plagada de novatos, a los que Weed estaba a punto de unirse. “Veamos, ¿qué puedo usar como arma?” Sacó la espada de hierro que le había dado el instructor y la sujetó con fuerza. “Examinar Espada de Hierro Resistente.”

Espada de Hierro Resistente
Durabilidad: 54/54
[Ataque]: 10 ‒ 14
Recompensa otorgada a los que han completado el programa de entrenamiento básico. Esta espada de fácil manejo es mejor que las básicas disponibles en las herrerías.
Restricciones:
[Fuerza] debe ser superior a 40.
[Vitalidad] debe ser superior a 35.
Efectos:
Aumenta la [Fuerza] en 10.
La espada que le había dado el instructor era una de las mejores a las que podía acceder. La blandió un par de veces, notando que tenía un equilibrio perfecto, y se sintió cómodo con ella. Weed comprobó su otra arma. “Examinar Cuchillo de Tallar.”

Cuchillo de tallar de Zahab
Durabilidad: 948/1000
[Ataque]: 40 ‒ 54
Un pequeño cuchillo de tallar, fabricado especialmente para obras delicadas. Este cuchillo está muy afilado.
Efectos:
Mejora la posibilidad de golpes críticos.
El cuchillo hacía más daño que la espada, pero Weed escogió esta última. Por un lado, era más larga y tenía mayor alcance. Con el cuchillo de tallar le resultaría difícil acercarse al enemigo. La espada era más útil a la hora de eliminar monstruos. Además, el cuchillo de tallar no se estropearía fácilmente, debido a su alta durabilidad. Esa ventaja era importante para Weed, que había obtenido la habilidad [Reparar], y la espada ofrecía más oportunidades de mejorar la habilidad al ser comparativamente más frágil, requiriendo un mantenimiento más frecuente. ‘Genial. Creo que ya estoy listo.’ – Weed lanzó un par de tajos al aire. ‘Mapaches, zorros, lobos, venid a mí. Acabaré con todos vosotros.’ En el momento en que iba a empezar… “Perdona…” – alguien habló con Weed, que caminaba en silencio – “¿Estás solo?” Weed se dio la vuelta. Vio a una chica guapa detrás suyo con un sombrero de algodón y una armadura de cuero azulada. ‘Una chica’ –pensó Weed. “Sí, no estoy con nadie.” – dijo Weed, bajando su tono de voz. “¿Quieres unirte a nosotros para una misión de caza? Tenemos una maga, una clériga, un arquero y una monje.” Weed miró más allá de la chica antes de responder. Había dos jugadoras con túnicas y un chico que supuso que sería el arquero. Al verlos, comprendió porqué le estaban pidiendo a un extraño que se uniese a su equipo. Todos eran unos debiluchos, con ropa y armadura de piel, limitados a ataques a distancia, por eso necesitaban una última pieza, un guerrero de cuerpo a cuerpo que les protegiese. ‘No está mal. Es mi primer combate y, seguramente, es mejor empezar en equipo. Siempre es mejor prevenir que lamentar.’ – pensó. Weed accedió rápidamente. “Me parece bien.” “Gracias.” Weed se unió rápidamente al equipo. “Encantada de conocerte. Soy Irene, una sacerdotisa de nivel 7. Me especializo en curación y protecciones divinas.” “Yo soy una maga de nivel 6, mi nombre es Romuna. Mi elemento principal es el fuego.” Las dos chicas se presentaron primero y entonces le llegó el turno al chico. Estudió la cara de Weed con curiosidad antes de hablar. “Pale, arquero de nivel 6. Tienes agallas, saliendo a cazar solo de noche.” “Jeje, y yo soy Surka, una monje de nivel 7.” Los miembros del equipo le habían dado sus nombres y niveles, y ahora era el turno de Weed. “Mi nombre es Weed. Nivel 3…” “…” Se hizo un silencio incómodo. Pale reunió el coraje y preguntó: “¿Y cuál es tu equipo?” “Todo lo que tengo es esta espada.” “…” Contando hasta el polvo de sus bolsillos, Weed solo tenía cinco monedas de plata. Tanto una buena armadura de piel como otros productos cuestan treinta monedas de plata. Weed no se había molestado en hacer misiones normales, por lo que no tenía dinero ni para comprar una armadura de piel. “¿Y tu clase es…?” “Sin decidir.” – respondió Weed, sacudiendo la cabeza con dudas. Sentía que algo andaba mal, aunque no lograba precisar el qué. “¡Dios!” – Pale, por fin, volvió a respirar. Parecía completamente perdido. “Supongo que es tu decisión tomarte algo de tiempo en elegir una clase… Por cierto, parecía que ibas a cazar solo. ¿Es tu primera vez aquí fuera?” “Sí, soy nuevo en los juegos de Realidad Virtual.” “Ya veo, ¿por qué no me sorprende?” Al oír la franca respuesta de Weed, Irene y Romuna miraron a Surka acusadoramente. Como culpándola por haber elegido a la persona equivocada. Nivel 3 y con la clase aún por decidir. Como si eso ya no fuese lo bastante malo, el chico de aspecto lamentable era un novato en la realidad virtual. A menudo, la falta de experiencia resulta fatal al enfrentarse por primera vez contra un monstruo. Habitualmente, se pierde la calma, la razón y la vida, en ese orden. Lo sabían muy bien porque ya habían pasado por el hecho de ser los novatos. Estos animales, a pesar de estar hechos a medida de los novatos que rondaban la Ciudadela, aún eran relativamente fieros y fuertes. Todo un desafío para un solo jugador. “Fiuuu… Creo que tenemos un ligero problema.” – Pale no sabía qué decir, así que sonrió evasivamente. Weed decidió poner las cartas sobre la mesa para aliviar la tensión. “Si creéis que haré más mal que bien, no tengo problemas en dejar el grupo.” “Lo siento.” – Surka, reconociendo su error se inclinó en señal de disculpa. Al fijarse mejor, vio que Weed llevaba un gi básico. ‘Había pensado que sería fuerte al tener una espada de hierro. ¡Vaya! ¿De dónde la habrá sacado? Parece realmente buena…’ – se dijo a sí misma. Weed se alejó del grupo y se dirigió en solitario a la zona de caza. Pale y Surka se sentían culpables por haberle echado del grupo. “¿Qué deberíamos hacer ahora? ¿Buscar un reemplazo?” Había reemplazos por todas partes. Lo único que había en abundancia en el Continente de Versalles eran jugadores, hasta monstruos había pocos… “Mira, ya nos hemos presentado.” “Si luchamos como un equipo, no habrá problema, ¿no creéis?” “Supongo, pero…” “Vamos a intentarlo, por lo menos.” Alcanzaron a Weed, que estaba ocupado estudiando a un grupo de conejos y mapaches que saltaban cerca de su posición. No sabía nada de los monstruos en general; ni cuánto daño podían causar o cuáles eran sus patrones de ataque. “Perdona.” – le llamó Pale – “Si sigues interesado, nos gustaría que vinieses.” “Tengo un nivel bajo. Si no os importa, me gustaría ir con vosotros.” – respondió Weed, con cautela. “Bien, eso nos basta. Ahora somos un equipo. No hace falta que te fuerces en primera línea y, si te parece necesario, puedes ponerte detrás nuestro.” Pale sugería a Weed que se ocultase en vez de tomar un papel activo en la caza. A sus ojos, no era más que un completo novato. “¿Estás seguro?” “Sí. Aunque no puedas ganar mucha experiencia, ya que estás entorpeciendo la labor de tu equipo sin contribuir, tu prioridad actual es subir de nivel. Mira, pasar del nivel 3 al 6 supone una completa diferencia, aunque solo sean tres niveles de diferencia. Si estás al 3 y has puesto todos tus puntos en [Fuerza], tendrás 25. Yo tengo 40. Súmale los 10 puntos por aceptar una clase y la diferencia entre nosotros disminuye notablemente.” “…” Pale no lo había dicho, pero había otras ventajas más importantes dependiendo de la clase del jugador. Por ejemplo, si se comparan un arquero y un guerrero armados con una espada, el guerrero puede causar el doble de daño. Por otro lado, sus flechas harían la mitad de daño que las del arquero. Por eso les había decepcionado que no tuviese clase. “Por ahora, ponte detrás y mira cómo acabamos con los monstruos, amigo Weed. Si ves una oportunidad, aprovéchala y luego apártate del combate. Serás útil si puedes confundirlos y desviar la atención del oponente. Weed asintió. “Entendido.” Resuelta la confusión, Weed decidió unirse al grupo e ir a cazar con ellos. Era un grupo diseñado para cazar monstruos torpes cerca de la Ciudadela, y sus compañeros ya habían practicado juntos con anterioridad. Pero se habían dado cuenta que era demasiado arriesgado dejar que solo Surka, una monje cuya agilidad para esquivar suplía su baja defensa, estuviese sola en primera línea. Por eso habían buscado un nuevo compañero cuerpo a cuerpo.
* * *
“¡Maldita sea!” Ahn Hyundo, sucesor de Bonkuk Kumdo, que dirigía una de las escuelas tradicionales de esgrima en Corea, apretó los labios insatisfecho. En el dojo, cientos de jóvenes y adultos practicaban Kumdo lanzando gritos de batalla; kihap según el lenguaje de Bonkuk Kumdo. “¡Hap!” “¡Hap!” Ahn podía oír los kihaps y los silbidos de las espadas moviéndose. Cuando dominas la espada, un sonido te basta para saber el nivel de otra persona. Ahn estaba considerado como el máximo maestro de Kumdo a nivel mundial, habiendo sido cuatro veces Campeón del Mundo en la modalidad Espada Recta. A medida que iba haciéndose mayor, se fue retirando a su dojo, dedicando su tiempo y energía a la siguiente generación de practicantes de Kumdo, pero ni su mano ni su cuerpo habían dejado la espada de lado en ningún momento. ‘Nunca he visto a nadie con tantas agallas. Tenía que haber entrenado al chico en condiciones cuando aún estaba aquí. Tiene algo, algo que puede superar mi talento. Y además tenía el valor necesario…’ Para Ahn, le era suficiente con tener un buen número de aprendices competentes. Muchos tenían suficiente talento como para aspirar a una medalla en el Campeonato Mundial que se celebraba cada cinco años. Pero un día, vio como todas sus esperanzas se vieron superadas.
* * *
Un año antes, un joven de unos veinte años visitó el dojo de Ahn. “Buenas, soy Lee Hyun. He venido porque me han dicho que este es el mejor dojo.” “Hijo, ¿alguna vez has manejado una espada?” “No, señor, por eso estoy aquí.” “Cierto, tienes que aprender. Aprender y aprender hasta que comprendas la grandeza de la espada; y entonces veremos quién es el mejor.” Ahn creyó que eso era todo, y se olvidó del joven por un tiempo. Entonces, una mañana, vio a Lee Hyun blandiendo la espada a plena luz del sol. Lee Hyun manejaba la espada durante horas. Sus movimientos se sincronizaban con su respiración, y la espada creaba un sonido armonioso. Ya había alcanzado tal estado que un principiante tardaría meses en alcanzar. Ahn llamó a sus instructores subordinados y les preguntó sobre el joven que tan devotamente se entregaba a incesantes prácticas repetitivas. “Si hablas de ese estudiante, tiene talento. No he visto a nadie tan obsesionado con el entrenamiento en mi vida.” “¿Cómo de obsesionado dirías que está?” “Cuando coge una espada, no la suelta hasta que se la quitamos de las manos.” “¿Tienes que quitarle la espada de las manos para detenerlo?” “Sí, maestro. Si le dejamos seguir, continúa hasta quedar completamente sin aliento. En su primer día en el dojo blandió la espada hasta tener las manos completamente destrozadas y llenas de sangre. “¿Llegó hasta ese extremo…?” “Sí, maestro. Y pasó exactamente lo mismo el segundo día. Practicó las técnicas hasta que se le formaron callos en las manos. Su agarre se volvió firme y sus manos, duras como rocas. Así que no es de extrañar que haya alcanzado este nivel tan rápidamente.” “¡Es increíble!” – Ahn ya había escogido a Lee Hyun como su sucesor, pero no se lo comentó a nadie. Talento y esfuerzo. El alumno tenía ambas virtudes; y lo que realmente capturó la mente del maestro fueron sus ojos. Cuando Ahn veía entrenar al aspirante a sucesor, en sus ojos brillaba algo característico: era el deseo de luchar, que en el hombre moderno había sido desplazado por la civilización, pero que en Lee Hyun estaba en la forma más pura. Aún se encontraba en pleno aprendizaje. Ahn creía que era pronto para contarle sus planes a Lee Hyun, algo que podría hacer peligrar sus progresos. Por eso, el maestro había tratado a su aprendiz con fingida indiferencia, motivándole con múltiples objetivos y observando sus progresos desde la distancia. Pero, de pronto un día, Lee Hyun dejó de pasar por el dojo.
* * *
De vuelta en el presente. “¡Ah…!” – los suspiros de Ahn se hacían más profundos. – “Me pregunto qué estará haciendo. Tenía que haberle nombrado mi sucesor cuando aún estaba aquí.”
* * *
A cubierto tras Pale, Weed observaba el combate fuera de peligro. “¡Irene, ayúdame!” “¡Entendido! ¡[Bola de Fuego]!” – Romuna se metió en el combate. “Poder divino, guíanos al triunfo. ¡[Bendición]!” Mientras Surka, la monje, encaraba al zorro cara a cara, Pale e Irene le atacaban desde la retaguardia. Adoptaban esta estrategia porque el nivel de Surka era 7, el más elevado de todos ellos, y el resto eran unos debiluchos con relativamente poca vida y defensa. El zorro se movía ágilmente de un lado a otro. Esquivaba casi ileso los puños de Surka, y a veces atacaba de repente, llegando a hacer algunos críticos, forzando a la monje a retirarse un poco. Teniendo poco [Aguante], Surka se veía en situaciones límite a menudo. En ese momento, Irene le lanzaba una curación rápida para reponer su [Vitalidad] y [Aguante] mientras los demás atacaban al zorro para atraer su atención y alejarlo. ‘No son malos. El trabajo en equipo del cuarteto está muy coordinado.’ Ni reclamaban objetos ni se peleaban por tonterías. Daba la impresión que la relación entre ellos debía tener un buen tiempo. Quizás habían sido compañeros en otro juego online antes de migrar juntos a Royal Road. Aun así, tenían que aumentar su ritmo cazando zorros de nivel 5. Mapaches y conejos eran presas fáciles, de los que Surka podía encargarse sola. Pero los zorros eran duros, por decirlo de forma suave. Weed comprendió que el equipo se centraba en zorros en su caza. Observó el progreso de la batalla un rato… hasta que creyó haber visto lo suficiente. Su aguda mirada analizó los patrones de movimientos de Surka y los zorros. Era más fácil de lo que pensaba. Superaban al enemigo en proporción de cuatro a uno. Los movimientos del zorro eran lentos y predecibles. Lo observó hasta ganar suficiente confianza y, apretando la empuñadura de la espada, abandonó su posición en la retaguardia. Surka le sonrió al ver que se ponía a su lado. “Atento, amigo Weed.” “Sí.” – su respuesta fue corta. Los monstruos que buscaban eran, una vez más, zorros. “Primero atraigo su atención y tú atacas después, cuando ya estén bastante heridos.” Surka lanzaba puñetazos a los zorros, que saltaban hacia ella por reflejo. Romuna, Pale e Irene atacaban desde atrás con flechas y magia. Cuando la vida del zorro llegó a un tercio, Weed intervino. Tenía poca experiencia previa en juegos de realidad virtual, pero estaba acostumbrado a la espada tras cientos de duelos. Además, había golpeado el espantapájaros del Salón de Entrenamiento miles y miles de veces. La espada de hierro dibujó un arco plateado en el aire en una fracción de segundo, dirigida hacía donde estaba el zorro. Weed había apuntado con tanta precisión que el zorro no pudo esquivar el ataque.

¡Golpe crítico!
Una ventana que solo él veía apareció ante sus ojos. ¡Un golpe crítico! Con esos golpes, el daño conseguido se doblaba como resultado de un ataque efectivo, resultado de un movimiento excelente. ¡Zas! El zorro fue cortado por la mitad y desapareció en un destello. Soltó dos objetos: una piel de zorro y carne. Se puede convertir la carne en filetes cocinándola en una fogata, y la piel de zorro es uno de los materiales textiles más comunes. Ese tipo de proceso de producción requiere el uso de habilidades relacionadas. Los novatos no solían aprender ese tipo de habilidades, como por ejemplo [Cocina] o [Sastrería]. Lo más habitual era que esos objetos terminasen siendo vendidos en los almacenes. “¡Vaya ataque! Esta vez has tenido suerte.” – dijo sonriendo Surka mientras recogía los objetos. Pale y Romuna, que habían estado preparando sus ataques más poderosos por si acaso, estaban encantados con el éxito de su nuevo compañero. “Compañero Weed, nos repartiremos el botín cuando terminemos de cazar.” “De acuerdo.” “Entonces atraeré otro zorro. Chicos, preparaos.” “De acuerdo. Trae un zorro cargado de objetos.” “Calla. Ojalá pudiera elegirlos.” – gruñó Surka bromeando. Le dio un puñetazo a un zorro que pasaba y volvió corriendo hacia el grupo. “¡[Bola de fuego]!” “[Bendición] [Mano sanadora].” Surka luchó con fiereza contra los ágiles movimientos del zorro. Pale y Romuna no dejaban de presionar al zorro. La hoja de Weed se puso en marcha cuando la vida del monstruo estaba alrededor del cuarenta por ciento. La espada salió de su vaina y golpeó al zorro como un relámpago. ¡Zas! Por desgracia, esta vez no hubo botín, aunque de todos modos, tampoco era como si los objetos que solían caer fuesen gran cosa. Con el tercer zorro, la espada entró en acción cuando tenía la mitad de la vida. Esta vez no consiguió un crítico, por lo que el zorro sobrevivió al primer golpe. Este fue seguido por una fluida secuencia de ataques. Al morir, dejó caer un objeto. “¿Qué?” “Es extraño.” “Estamos cazando zorros más rápido.” “Cuando Weed ataca, casi siempre mueren.” Un par de zorros después, también lo notaron el resto de sus compañeros. Desde que Weed se les había unido, el ritmo de caza había subido. En cuanto sacaba su espada, los zorros desaparecían rápidamente en un estallido de luz grisácea. “¡¿Pero qué…?!” – Pale se quedó boquiabierto, incapaz de moverse. Para poder mantener el ritmo de Weed, la única ocupación de Surka era atraerlos. Aunque no se molestase en disparar flechas, el ritmo de caza apenas disminuía. Esta situación, que para el grupo era inexplicable, se debía a los atributos de Weed. Al crear la cuenta, Weed tenía 10 puntos en [Fuerza], más los 40 obtenidos en el Salón de Entrenamiento. Después puso los puntos de los dos niveles obtenidos repartidos entre [Fuerza] y [Agilidad] por igual. Como resultado, tenía 55 puntos en [Fuerza] y 50 en [Agilidad]. Además, contaba con otros 10 puntos de [Fuerza] de la espada de hierro que estaba usando. Para conseguir todos esos puntos de [Fuerza] dependiendo solo del nivel, tendría que haber llegado al nivel 11, invirtiendo todos los puntos en dicho atributo. Y aún más importante era que su [Agilidad], [Aguante], [Resistencia] y [Vitalidad] también estaban muy por encima de su nivel. Se necesitaban, al menos, otros ocho o nueve niveles extra para mejorar tanto un personaje. Weed, con nivel 3, era rival para un guerrero normal de nivel 30. Otro hecho más sorprendente era que había subido su [Dominio de la Espada] a Principiante – 4 con el entrenamiento. Lo que se traducía un cuarenta más de daño por cada ataque. Su nivel actual en la habilidad era Principiante – 4 [98%]. En cuanto llegase al nivel 5, el porcentaje de daño extra sería del cincuenta por ciento. Y, por último pero no menos importante, la espada de hierro que le había dado el instructor era casi un objeto de lujo para su nivel actual. En resumen, un zorro no era rival para Weed. ‘Esa espada tiene que ser un objeto único.’ – empezó a sospechar Pale poco después. Era la única explicación para la extraña fuerza que mostraba Weed. Aún eran novatos, por lo que no se daban cuenta que Weed siempre atacaba en el momento justo. En las batallas dentro un juego online de realidad virtual, al estar basadas en movimientos reales, un conocedor de las artes marciales tiene ventajas obvias sobre alguien sin conocimientos de lucha. Weed usaba las técnicas de combate entrenadas durante todo un año, incluyendo el aparentemente inútil juego de pies, que era invisible para quien no lo conociese. Por eso, solo podían pensar que tenía una espada sublime. “¡Genial!” – excitada, Surka atraía zorros uno tras otro. Weed sujetaba con fuerza la espada de hierro. Estaba extasiado, usando todas las técnicas que había aprendido, que resultaban ser muy productivas. ‘No ha sido un año perdido. ¡Vamos!’ – gritó para sí mismo.

¡Golpe crítico!
Muchos de sus ataques eran críticos. Predecía dónde iba a estar el zorro, y lanzaba un ataque preciso a esa posición. Todo el año de sudor y sangre estaba dando sus resultados. “¡Hap! ¡Hap!” – empezó a lanzar unos gritos secos. Se encontraba inmerso en la lucha, sin dejar de mirar a los zorros y atacando sin piedad. Irene y Romuna se rieron al ver lo gracioso que resultaba Weed luchando con tanta seriedad. De pronto, un zorro le alcanzó con una garra en el pecho. “¡[Mano sanadora]!” El torso de Weed brilló con una luz blanca. Pero, antes de que el hechizo curativo actuase, se dio cuenta que su [Salud] apenas había disminuido. “Tal vez…” Weed le hizo una pregunta a Surka, que corría hacia un nuevo zorro. “Surka, compañera.” “Dime, amigo Weed” “¿Cuántos puntos de vida tienes?” “150, ¿por qué?” “Ah… no… por nada. Simple curiosidad.” El máximo daño de un zorro era 15. Al no tener defensa, Weed había sufrido todo el daño, pero su vida estaba por encima de los 700 puntos. “De acuerdo, compañera Surka, ¿qué te parece si a partir de ahora yo hago frente los zorros?” “¿Estás seguro?” “Sí. Tú sigue atrayéndolos. Nuestras amigas Romuna e Irene no pueden moverse mucho porque se quedan enseguida sin [Aguante]. Señor Pale, ¿puedes atraer a los zorros más lejanos con tus flechas?” – en poco tiempo, Weed había asumido el papel de líder del grupo. “Por supuesto.” “Entonces, por favor, ayuda a nuestra Surka a atraerlos.” Weed se movía como un salvaje. Cuando Surka volvía, recibiendo daños del zorro, él actuaba de inmediato. Los que Pale atraía con sus flechas caían de inmediato bajo sus ataques. Weed alcanzó el nivel 4. Decidió usar los puntos en [Agilidad]. Cuanto mayor es la [Agilidad], más fácil es esquivar un ataque enemigo y más posibilidades tienes de impactar. Está directamente relacionada con la [Precisión] y la [Evasión]. La espada de hierro de Weed era maravillosa para cualquier novato, gracias a sus puntos de [Fuerza] extra. Por eso se permitió invertir los puntos en [Agilidad] en vez de reforzar su personaje. La caza continuaba. Excitadas por el buen ritmo, Romuna e Irene no podían creer su buena suerte. Nunca habían estado en una cacería tan fantástica. “Surka, atrae más zorros.” “Sí, déjanoslo a nosotros. Puedes concentrarte en atraerlos.” “De acuerdo, Unni.” – Surka estaba ocupada atrayendo zorros. Y Pale también. Si Weed hubiese ido de caza solo, habría tenido que vagar buscando monstruos y descansar a menudo para rellenar el [Aguante] consumido. En cambio, este equipo le concedía un cebo y una clériga, lo que claramente aumentaba el ritmo de caza. Royal Road no es un juego para un solo jugador. Cuando jugaba al Continent of Magic, siempre estaba rodeado de enemigos. Solía entrar a una caverna llena de monstruos y luchar sin restricciones. Se mantenía conectado día y noche hasta que se quedaba sin hierbas ni pociones. Cuando llenaba el inventario, sus movimientos se veían afectados. Los monstruos le sorprendían constantemente. A menudo luchaba en medio de un círculo de enemigos. ‘Mataba a muchísimos y, a cambio, también me mataron muchas veces.’ Para él, el juego en grupo era muy distinto a lo que estaba acostumbrado. Era más efectivo y divertido. Pero su estrategia les falló de repente. “¡Ahhh!” – Surka había cometido un error mortal. Al ir a atraer un zorro, sin querer había atraído la atención de un lobo. Intentando huir, gritó: – “¡Chicos, huyan!” ¡Awwwuuuooo! El lobo la perseguía a plena carrera, con regueros de saliva goteándole del monstruoso hocico. Mientras el grupo reaccionaba, Surka estaba siendo acorralada por el lobo. Era más rápido que un zorro, y le ganaba terreno rápidamente. Aparentemente, no había forma de escapar. “¡Yo le ayudaré! ¡Debéis huir! ¡Oh, poder del santo Espíritu, restaura su salud! ¡[Mano Sanadora]!” – Irene, la clériga, resistiendo el impulso de huir para salvarse, lanzaba un hechizo de curación tras otro para rellenar la vida decreciente de Surka. “¡Maldición!” – tras un momento de indecisión, Pale empezó a dispararle flechas al lobo. Uno, dos, tres tiros. En cuanto cargaba una flecha, la lanzaba. El [Tiro Múltiple], su habilidad característica, alcanzó al lobo, pero este apenas se dio cuenta. Ahora que el lobo tenía a todo el grupo como enemigo, cuando acabase con Surka atacaría a Pale e Irene. Así pues, ¿qué iba a hacer Weed? Apretó la empuñadura de la espada y avanzó. ‘¿Podré hacerlo? ¡Por qué no! A primera vista, los dientes y las garras del lobo parecen terroríficas.’ Weed estaba seguro que el lobo se lanzaría contra él, en vez de lanzarle un simple zarpazo, para empezar a morderle enloquecidamente. “Tendrás que enfrentarte a mi primero.” – dijo, interponiéndose en el camino del lobo. No esperaba que el lobo le entendiese, pero como si hubiera reconocido al enemigo más peligroso del grupo, el lobo volvió la mirada hacia él de inmediato. ¡Grroooarrrrr! El lobo saltó directamente hacia Weed. Weed rodó hacia un lado con rapidez, fuera del camino del ataque del lobo, y atacó con la espada. Los dientes del lobo casi le rajaron la garganta. Ese simple rasguño le quitó 80 puntos de vida. “¡Weed, huye! ¡Me he quedado sin maná, no puedo usar [Mano Sanadora]!” – gritó Irene. ‘¡Torpe! ¿Qué clase de clérigo no sabe administrar su maná?’ – se dijo a sí mismo. Ya que Irene solo se encargaba de curar, siempre debía reservar suficiente maná para una emergencia. Si no lo hacía, alguien podía acabar muerto o, en el peor de los casos, todo el equipo podía ser eliminado. Weed había creído que Irene tendría algo bajo la manga cuando se ofreció voluntaria para rescatar a Surka. Pero, para su consternación, todo lo que la clériga tenía, por su naturaleza, era buen corazón. La situación no le dejó tiempo para criticárselo. El lobo le gruñía. Tras unas pocas llamas de Romuna, los ataques mágicos dejaron de llegar desde la retaguardia. Al parecer, ella también se había quedado sin maná. Solo Pale seguía disparando flechas desde lejos. El lobo estaba ensangrentado, pero los inútiles intentos de Pale solo lograban que el lobo intensificara su agresividad. “¡Vamos, maldito bicho!” – Weed blandió la espada, encarando al lobo. ¡Awwwuuuooo! Aullando, el lobo saltó hacia delante. A partir de ese momento, la postura y los movimientos de Weed cambiaron drásticamente. Sus piernas estaban firmes en el suelo, mientras que su cintura y sus hombros se balanceaban hacia adelante y atrás. Como una brizna de paja, Weed dejó que el fiero lobo le pasase de lado. ‘Tendría que ser tonto para morir aquí.’ Weed era capaz de predecir el siguiente movimiento del lobo, y la herida que había recibido no era tan grave como se había esperado. ‘Sé que puedo vencer.’ – Weed aflojó la presión sobre la espada a propósito. ¡Aihn! El lobo gimió de dolor. Aunque Weed había sacrificado parte de su fuerza para obtener más velocidad, el daño de su espada aún era muy sustancial. “¡Maldita sea!” – él también perdía vida cada vez que el lobo le alcanzaba. Sus 700 puntos de vida cayeron a 200. Weed se encontraba bañado en su propia sangre. “¡Perdón, amigo Weed! ¡No puedo apuntar bien, es demasiado rápido!” – la baja [Agilidad] de Pale le hacía imposible acertar al lobo, que se movía como un relámpago. “Yo también voy a luchar.” – Surka se le acercó. Había sido herida cuando huía del lobo, y le quedaba menos de la mitad de sus puntos de vida. Tropezando, lleno de temor, Weed dijo: “Escuchad. Debéis huir a un sitio seguro mientras os cubro la retirada.” “Pero…” “Es vuestra única oportunidad. ¡Ahora!” Pale y Surka se miraron el uno al otro, pero ninguno de los dos dio señales de huir. Al verlo, Weed murmuró para sí mismo: ‘¡Idiotas! ¿De qué sirve sacrificarse por un desconocido?’ Pale estaba al borde de las lágrimas. Sabía que Weed podría haberse salvado si hubiese querido. Podría haber escapado del lobo hasta las puertas de la Ciudadela, donde los guardias le hubiesen defendido de la amenaza. Pero, en cambio, había avanzado preparando tanto su espada como su posición, y se había enfrentado al lobo para salvar a sus compañeros de equipo, a aquellos que había conocido hacía no más de un par de horas antes. “Amigo Weed.” – los ojos de Surka estaban húmedos. Inocente y emotiva como era, estaba profundamente conmovida por el heroico acto de Weed. Sin retirar la mirada del lobo, Weed dijo: “Si queréis quedaros, hacedlo. Yo haré lo que pueda para luchar contra este maldito bicho. Pero tenéis que iros inmediatamente en el momento en que me mate.” “Sí.” “Prometédmelo.” “Prometido.” Surka y Pale se alejaron, y Weed empezó un duelo sangriento con el lobo, que aún representaba una seria amenaza, mientras se movían en círculos. La vida de Weed bajó a 150 puntos y, poco después, quedó a 70. La espada de hierro seguía fallando por centímetros. El lobo sangraba tanto que parecía que un simple golpe podría tumbarlo, pero Weed todavía no había logrado dar ese golpe final. Irene y Romuna se dieron cuenta que finalmente la vida de Weed había llegado al punto más peligroso, por debajo del diez por ciento. El corazón de Pale estaba acelerado, y el de Surka brincaba en su pecho. Intentaban atraer la atención del lobo, pero este sabía que era a Weed a quien tenía que matar, e ignoró por completo las otras amenazas inferiores. Otro golpe del lobo, y Weed estaría muerto. Al morir, Weed perdía algunos objetos de su inventario, uno o más niveles y le penalizarían negándole el acceso a Royal Road las siguientes veinticuatro horas; y todo por haber arriesgado su vida por un puñado de desconocidos. El lobo sonrió, sabiendo que tenía ventaja sobre su máximo enemigo. ¡Grroooarrrrr! Cuando el lobo saltó para matar a Weed con su ataque final, la espada, que había fallado repetidamente hasta entonces, se clavó por fin en sus costillas. Ante los ojos de Weed, estalló una cascada de mensajes del sistema.

Has subido de nivel.

Subes de nivel: [Dominio de la espada] Principiante – 5.
[Ataque] aumenta hasta el 50%.
[Agilidad] aumenta hasta 15%.

Nueva habilidad: [Hoja del Escultor]
Había conseguido tantos puntos de experiencia del lobo, que su nivel había llegado a 5. Weed sacudió la cabeza, un tanto sorprendido. ‘¿Qué es esa [Hoja del Escultor]?’ “¡[Ventana de Habilidades]!”

Ventana de Habilidades.

[Identificar] – Principiante 1 [0%]
Permite conocer el verdadero valor de los objetos no identificados.
Consumo de maná: 30.


[Dominio de la Escultura] – Principiante 1 [0%]
Permite tallar o grabar diversos materiales. Las obras de arte de alto valor artístico valen una fortuna. Las mujeres se sienten fácilmente atraídas por ellas.


[Reparar] – Principiante 1 [0%]
Permite reparar armas y armaduras. A partir del nivel 5 puedes crear nuevas armas y equipo.


[Artesanía] – Principiante 1 [0%]
Afecta a las habilidades manuales, y al [Dominio] de las armas.


[Dominio de la Espada] – Principiante 5 [0%]
Aumenta el poder de ataque y las posibilidades de impacto al usar una espada.


[Hoja del Escultor] – Principiante 1 [0%]
Permite alcanzar lo invisible, lo intangible.
Consume 50 de [Maná] por segundo.
Según la leyenda, el Gran Maestro Zahab descubrió, accidentalmente, una gran verdad mientras practicaba con las esculturas: que la escultura es un medio para transformarlo todo según la voluntad del escultor. La técnica secreta de Zahab ha sido transferida a su sucesor.

Weed examinó la ventana de habilidades y sacudió la cabeza sorprendido. ‘Tengo que probar esta nueva habilidad para ver qué diablos es. Gasta un montón de maná. Con mi nivel no puedo mantenerla más de dos segundos seguidos.’ A parte de todo esto, el lobo finalmente había muerto. “¡Ufff!” Weed se dejó caer en el suelo, con la cara pálida. En ese momento Pale, Irene, Romuna y Surka fueron corriendo hacia él. Las primeras palabras que Weed dedicó a sus compañeros fueron: “Surka, ¿estás bien?” “Weed, amigo mío…” Irene y Romuna estaban a punto de echarse a llorar. Surka no podía ocultar sus lágrimas. Pale, el único chico del equipo aparte de Weed, no sabía qué decir, sobrecogido por una oleada de emociones. Si la vida de un jugador baja del diez por ciento, empezaba a disminuir lentamente. Al cabo de un minuto, Irene recuperó algo de maná, y lanzó un hechizo de [Mano Sanadora] para arrancar a Weed de las garras de la muerte. “Muchas gracias, Irene.” “Es un placer, amigo Weed.” – la mirada entre Weed e Irene se intensificó, una señal de que empezaba a sentir algo por él, y lo mismo pasaba con Surka e Irene. Y lo que más le sorprendió fue el hecho de que Pale le tratase con un respeto y admiración que hasta el momento nunca le había dedicado. “Sigamos.” – dijo Weed en cuanto se encontró mejor. “¿Estás bien?” “Claro. Sano y salvo.” – respondió Weed, levantándose la camisa y dejando su pecho a la vista para demostrar que no quedaban rastros de las heridas recibidas. Surka no volvió a cometer el mismo error. El equipo aceptó el liderazgo de Weed, lo que dio lugar a un sorprendente registro de sesenta zorros en cuatro horas. Romuna, Irene, Pale y Surka subieron de nivel, del mismo modo que Weed, que finalmente llegó al 6. Weed invirtió todos los puntos de atributos en [Agilidad]. “Fiuuu… Bueno…” – dijo Romuna, sudando mucho como si estuviese agotada por el excesivo consumo de maná. – “Nosotros tenemos que irnos. Mañana por la mañana tenemos clase.” “Deberíamos quedar para cazar otra vez. Estarás por aquí mañana, ¿no?” – le preguntó a Weed, que asintió ligeramente. “¿Puedo añadirte a mi Lista de Amigos?” – preguntó Surka. Pale e Irene sonreían. “Claro.” – Weed les añadió a su Lista de Amigos y se despidió de ellos. “Esta es tu parte.” Weed recibió tres monedas de plata cuando distribuyeron los beneficios de la caza. Cuando se desconectaron, se fue a cazar más zorros. Por eso odiaba jugar en equipos. Cuando las cosas se ponían interesantes, la gente se iba. Weed siguió buscando enemigos, ya que aún le quedaba una hora hasta el amanecer. Ignoró las presas fáciles como mapaches y zorros, y dejó los límites de la Ciudadela para entrar en el bosque, en el que se decía que había lobos bajo cada sombra. ¡Awwwuuuooo! Apareció una manada de lobos. Se agazaparon y se acercaron a Weed, que caminaba solo, con los ojos brillando saboreando el momento. El sistema de Royal Road permitía a los monstruos subir de nivel acabando tanto con otros monstruos, como matando a los propios jugadores, por lo que los lobos buscaban cazadores solitarios. Cuando los lobos se percataron de la mirada de Weed, empezaron a temblar por instinto. ‘Esa mirada…’ ‘Este humano no nos considera como enemigos.’ ‘Nos considera puntos de experiencia.’ ‘Unos bonitos puntos de experiencia. Buenos objetos. Eso es lo que quiere de nosotros.’ Los lobos entendieron las intenciones de Weed. Peor aún, la voluntad de luchar que emitía les hacía temblar de miedo. ¡Aiiihnn! ¡Aiiiinn! Inmediatamente, se dieron la vuelta y empezaron a huir. “¡¿Cómo os atrevéis?!” – rugió Weed a los lobos antes de empezar su persecución. La espada de hierro no conocía la piedad, ni Weed el honor. Apuñaló despiadadamente por la espalda a los lobos que huían, acorralándolos sin dejarles escapatoria, y destrozando a todos y cada uno hasta hacerlos papilla. “¡Vamos, bastardos!” El momento en que la hoja cortaba el aire, otro lobo se venía abajo. Rápido y sin piedad. Las extraordinarias técnicas de Weed con la espada aterrorizaban a los lobos. Entonces, ¿por qué había tenido tantos problemas en la lucha contra un solo lobo cuando estaba rodeado de su equipo? Al borde de una muerte inminente e inevitable, Weed había acertado con el último ataque contra el lobo. A los ojos de los demás había sido un golpe de suerte. Y Weed había tenido mucho cuidado en dejar que esa idea se mantuviese. El sol empezó a levantarse cuando acabó finalmente con los lobos. Abandonó el campo de combate y se dirigió hacia la mansión del Sabio Rodrias.