sábado, 5 de diciembre de 2015

Volumen 2 Capítulo 3

Volumen 2 Capítulo 3
El tesoro perdido del templo
Traducido por Tars
Corregido por Tars, XeniaXen y DaniR
Editado por AMarauder

“Buena suerte, señor Weed.” “Te recompensaré si haces que la estatua se me parezca.” Habían decidido que el resto del equipo iría por los alrededores, cazando monstruos con los demás jugadores, mientras Weed se dedicaba a tallar la estatua. Los pocos hombres-lagarto que habían sobrevivido a la masacre seguían acosando a los habitantes locales, y había otros lugares cercanos con buenas presas. Weed ya se había revelado como escultor, por lo que los demás jugadores supusieron que su misión estaba relacionada con su profesión, y nadie hizo ninguna pregunta. “¡Buena suerte!” Cuando todos se fueron, Weed se quedó inmóvil en la plaza central de la aldea. Había un buen número de soldados de Rosenheim y aldeanos rescatados. Todos le observaban con esperanza en sus ojos. “Debería encontrar una buena roca.” —se dijo. Sin lugar a dudas, la estatua debía estar hecha de piedra. Weed estaba más acostumbrado a tallar madera, así que esta iba a ser la primera vez que esculpía en piedra. Por suerte, cerca de la aldea podía encontrar muchas rocas adecuadas para tallar lo que tenía en mente. Baran era, después de todo, un pequeño pueblo atrapado al pie de las montañas. De entre las rocas, finalmente se decidió por una tan grande que un adulto no podría rodearla con los brazos. “Vamos.” Weed sacó un martillo y un cincel para tallar la roca. Los había comprado en la tienda de esculturas de la Ciudadela de Serabourg por si acaso, pero nunca había esperado que llegase el momento de utilizarlos en este viaje. ¡Ding!

Martillo y cincel para esculpir
Durabilidad: 10/10.
Conjunto de objetos para tallar piedras.
Relativamente barato, no posee filo y se rompe fácilmente.
Se recomienda usar con cuidado.
Efectos:
[Dominio de la Escultura] aumenta en 1.
¡CLANG! ¡CLANG! ¡CLANG! “La única diferencia con el tallado de madera es el material. En la escultura todo depende de la imagen mental sobre la forma que se quiere dar al objeto. Solo tengo que reproducir esa imagen. Con eso extraeré la mejor estatua, mi estatua, de esta piedra.” Weed manejaba la roca con cuidado. Dar forma a la piedra requería más tiempo y energía de lo que podría haberse imaginado. Un golpecito en el lugar equivocado y podía formarse una grieta por toda la piedra. Una estatua debía tener garantizada una vida larga. Por su frente corrían gotas de sudor. Al final del segundo día, la roca prácticamente no había sufrido cambios en comparación con el primer día, ya que Weed aún no había logrado imaginarse la imagen de una diosa. La diosa Freya era conocida por poseer la belleza más grande. Ningún ser vivo había visto jamás su aspecto real, pero por eso los escultores y los pintores solían sentirse desafiados cuando tenían que representarla. Los artistas no tenían claro cómo representar a la diosa Freya para exponer toda su belleza. Por esa razón, nunca había aparecido con la misma imagen en ninguna de las muchas obras o pinturas en las que se la representaba. El asunto era un verdadero dolor de cabeza para los artistas. Pero al mismo tiempo, era algo que estimulaba su orgullo. Si dos rivales pintan o tallan a la diosa, ¿qué ocurre si una de las representaciones es más hermosa que la otra? Independientemente de la habilidad del artista, la diosa de la belleza solo era apreciada si era la más hermosa de todas; solo una obra en la que esté la representación más bella podrá ser reconocida al final. ‘Belleza. Tengo que crear la imagen más bella de la diosa Freya de todo el continente.’ — era la única idea en la mente de Weed. Por eso Romuna había bromeado con lo de que le gustaría que la usara como modelo. ¡CLANG! ¡CLANG! La velocidad con la que las herramientas trabajaban la piedra iba disminuyendo a medida que Weed se sumergía en sus pensamientos. ‘¿Cómo y qué forma le debo dar a la estatua?’ — sus pensamientos se convirtieron en un laberinto. Aunque su profesión actual no había sido elegida por él, fallar en una misión iba en contra de su personalidad. Si el trabajo terminaba siendo mediocre, dañaría su orgullo como escultor. Además, su [Fama] disminuiría, lo que no se podía permitir. ‘¿A quién debería usar, a quién…?’ —en ese momento su mente se llenó con una imagen. ‘Ella debería valer…¡CLANG! ¡CLANG! ¡CLANG! Por fin, el martillo y el cincel empezaron a ganar velocidad. La roca estaba siendo tallada, delineando la figura final de la estatua poco a poco. A medida de que los pedazos de roca iban cayendo al suelo, la estatua empezaba a ganar forma. La belleza se iba desvelando. Un ángel descendió desde los cielos, y aprendió a sonreír. Una sonrisa que envolvía al mundo con luz. Era una frágil señorita. ‘Seoyoon.’ La estatua de Weed se basaba en Seoyoon. Solo había observado su cara durante la cena en la casa del Instructor, pero nunca había visto una belleza como ella. Ninguna estrella de cine podría rivalizar con ella, que combinaba el misterio con un aire noble de dignidad. Pero tenía un defecto obvio: nunca sonreía, y su cara estaba vacía de emoción. Pero la estatua sonreía con serenidad. Una dama con un traje de viaje que sostenía una espada en la mano. Para su vergüenza, Weed estaba encantado con la estatua que él mismo estaba creando. Al principio había pensado limitarse en imitar la bonita cara de Seoyoon, pero a medida que pasaban las horas, sentía cómo su corazón se aceleraba cada vez que miraba la sonrisa de la estatua. La estatua poseía un misterioso encanto capaz de cautivar a todo aquel que la miraba aunque aún faltaba para que estuviera terminada. “¡Oh, vaya!” “¡Mira eso!” Aunque apenas estaba diseñada la imagen general, los soldados de Rosenheim no podían apartar su mirada. Hasta los aldeanos se reunieron a su alrededor, dejando a un lado los trabajos de reconstrucción, para apreciar el trabajo de Weed.
* * *

Nueva misión: [La estatua de la diosa Freya].
Freya, la diosa de la belleza y de la prosperidad, es la protectora de la aldea Baran. Su estatua estaba situada en la plaza central, pero se rompió cuando en una tormenta, un árbol se le cayó encima.
Ghandilva, el Anciano de Baran se lamenta por la destrucción de la estatua, y te ha solicitado que localices y traigas una de repuesto.
Una jugadora entró en Baran. Llevaba unas ropas de viaje, pero mantenía el rostro oculto bajo una tela. Era Seoyoon. Ya se había librado de la marca de asesina de su frente al acabar con un gran número de monstruos, y no volver a matar a ningún otro jugador. Su nombre ya no se mostraba en rojo. ‘Ahora hay más gente. Es incómodo. Solo quiero luchar.’ — pensó con frustración. Seoyoon avanzó lentamente hacia la casa de Ghandilva para completar su misión. En su mochila de almacenamiento, que podía almacenar hasta diez veces el peso y el volumen de su capacidad original, llevaba una estatua de la diosa Freya. La casa de Ghandilva, en la que no había estado desde hacía meses, había sido completamente destruida por los hombres-lagarto. En el momento en que abrió la puerta… “Es muy bueno. La diosa es realmente hermosa.” “Me halaga, señor. La estatua aún está a medio hacer.” Seoyoon podía oír gente hablando en el interior. “No puedo expresar cuánto se lo agradezco, señor Weed. Cuando la estatua de la diosa esté completa, mi aldea volverá a estar en paz una vez más. Nunca podremos olvidar su amabilidad. Por favor, tome lo que quiera.” ¡Ñam! ¡Ñam! Ahora podía escuchar cómo alguien devoraba su comida. Era el mismo que había halagado al Instructor del Salón de Entrenamiento… y ahora estaba usando ese formidable truco con Ghandilva, el Anciano de la aldea. “…” Seoyoon apartó su mano del pomo de la puerta.
* * *
Dos meses antes, Seoyoon había ido al sur tras dejar la casa del Instructor. Había vagado sola por las despobladas zonas interiores del país y visitado, ocasionalmente, los pueblos que se encontraba, mientras iba luchando contra monstruos que se encontraba en su camino. Ya fueran montañas o llanuras, cualquier sitio era adecuado para ella mientras hubiera muchos monstruos con los que luchar. Batalla tras batalla sin parar. Seoyoon podía olvidarse de todo lo demás cuando estaba luchando. De esa forma, llegó a Baran. En esa época, la aldea había sido un lugar pacífico; era mucho antes de que tuviera lugar la invasión de los hombres-lagarto y la ocupación de la aldea. ‘Uf… ¿qué debería hacer ahora?’ — pensó brevemente. Seoyoon había ido al pueblo a comprar comida y vender todos los objetos que había ido acumulado, cuando oyó accidentalmente el lamento de Ghandilva. El Anciano se había estado lamentando de la destrucción de la estatua en el lugar donde antes estaba exhibida, y al ver a Seoyoon, que estaba pasando a su lado, le había pedido un favor. “Pareces la persona indicada para buscar un reemplazo para la destruida estatua de la diosa Freya para mi aldea. ¿Podrías concederle este último deseo a un hombre al que le queda poco para morir?” ¡Ding!

Nueva misión: [La estatua de la diosa Freya].
La diosa Freya es ampliamente venerada en Rosenheim. Ella es conocida por gobernar sobre la fertilidad y la belleza.
Los habitantes de la aldea Baran son fieles devotos de la diosa y siempre han orado por la paz y la prosperidad a los pies de la estatua hasta que fue destruida por un accidente.
Requisito:
Volver antes de la muerte del Anciano.
Recompensa:
La gratitud de los habitantes del pueblo y una pequeña recompensa.
Callada como siempre, Seoyoon no podía aceptar la mayoría de las misiones disponibles para los demás. Tampoco había podido formar amistades con los PNJs, y aún menos con otros jugadores, y desconocía mucha de la información que se contaba sobre Royal Road o su historia. Lo único que podía hacer en cualquier ciudad era vender los objetos que había ido acumulando y comprar los que necesitaba. Sin embargo, inclinó su cabeza en afirmación al afligido Ghandilva, y aceptó la misión. ¡Ding!

Has aceptado la misión.
La forma correcta de completar la misión habría sido volver a la Ciudadela de Serabourg, comprar allí cualquier estatua de una mujer y traerla de vuelta. Pero ella había decidido encontrar una estatua auténtica. Su destino había sido ir a la Orden de Freya. Atravesando el Reino de Brent al Norte, y cruzando el bosque de Halkos al suroeste del país, era el camino más seguro hacía la Ciudad Libre de Somren. Y allí se encontraba la sede de la Orden de Freya. Sería un largo viaje de tres meses por el camino oficial, pero podía hacerlo en un mes si cruzaba las Montañas de los Gritos al noroeste. Los viajeros en su sano juicio evitaban esa ruta porque suponía enfrentarse a un absurdo número de monstruos, pero Seoyoon se había abierto paso a través de la montaña con la espada. Atravesando incontables montañas de cadáveres de monstruos, había llegado a la Orden, donde compró una estatua de la diosa, que hasta había recibido las bendiciones del Prelado Mandolin. Para comprarla se había gastado casi todo su oro.
* * *
“……” Seoyoon le dio la espalda a la casa de Ghandilva. De camino a la entrada de la población pasó por la plaza central. Allí había una estatua que no había visto nunca antes. Una estatua a medio completar de la diosa Freya. “¿No es en verdad la más hermosa de las diosas, viajera?” — le preguntó una muchacha, pero sus ojos estaban clavados en la estatua. “Weed, uno de los heroicos salvadores de nuestra aldea, está tallando la estatua de la diosa. Cuando esté terminada, la aldea volverá a verse libre de los monstruos y la paz volverá una vez más. No puedo ni pensar qué habría sido de nosotros de no haber contado con su ayuda…” Seoyoon miró la estatua de Weed. Estaba incompleta, pero aun así era hermosa. Era deslumbrante. La estatua de Freya radiaba un esplendor que relajaba al observador. Mostraba una sonrisa benevolente y reconfortante. Sentía cómo su sonrisa hacía del mundo un sitio más brillante, y feliz. La otra estatua de la diosa Freya que había comprado era una obra maestra que había estado guardada en la Orden, era de un gran valor artístico, y emanaba un aura de piedad. Pero ahora, mientras miraba la estatua tallada por Weed, le pareció una obra insignificante, como el destello de una luciérnaga frente al sol naciente. “……” Seoyoon observó la estatua durante un rato, y abandonó la aldea en silencio… sin llegar a darse cuenta de que Weed la había usado como referencia para la estatua.
* * *
¡Brrr! Aunque no temía a nada en el mundo, Weed notaba cómo los dedos le temblaban en ese momento. Se había estado entregando durante más de diez días para terminar este trabajo. Como las noticias de la creación de una nueva estatua de la diosa se habían extendido por los alrededores, una legión de espectadores estaba en la plaza central de Baran. Además de las fuerzas de asalto y de los soldados de Rosenheim, había gente de la cercana ciudad de Demeron. Con un último retoque en los ojos, Weed terminó la estatua. “¡Qué diosa! ¡La verdadera diosa Freya ha descendido a nuestra aldea!” – exclamaron los aldeanos y los espectadores. El ambiente estaba cargado de conversaciones sobre la estatua, y de las plegarias de los devotos que se habían arrodillado frente a la estatua. En ese momento apareció una ventana de mensaje visible solo para él. ¡Ding!

¡Obra Magnífica! Has creado ‘La estatua de la diosa Freya’.
El Arte no siempre es reconocido por el estilo y la habilidad de la obra en cuestión. Merece ser llamado Gran Arte si logra llegar a los corazones y despejar las mentes.
‘La estatua de la diosa Freya’, de notable belleza, a pesar de poseer un bajo [Dominio de la Escultura], permanecerá siempre en los ojos del público.
Valor artístico: 150.
Efectos:
Aumenta la [Salud] y la regeneración de [Maná] un 15% durante un día.
Los efectos no se acumulan con los de otras esculturas.
Número total de Obras Magníficas creadas: 1.
¡Una Obra Magnífica!’ — pensó Weed excitado. Ese era un título que solo se concedía a las obras de arte que eran reconocidas por los jugadores. No solo con un alto nivel de habilidad se podían crear Obras Magníficas, Maestras o Magnas en el [Dominio de la Escultura]. Solo cuando un escultor se entregaba en cuerpo y alma en una obra que era apreciada por otros jugadores se merecía uno de los títulos anteriores. En otras palabras, ‘La estatua de la diosa Freya’ que acababa de completar era extraordinaria en todos los sentidos. Y como la estatua había alcanzado el título de Obra Magnífica, otorgaba efectos adicionales de mejora. Aun estando en la fase básica del [Dominio de la Escultura], Weed no estaba cualificado para crear obras de arte con bonificaciones. Pero al incluir en el proceso el Cuchillo de Tallar de Zahab, su obra magnífica había adquirido un efecto adicional. Era un éxito que superaba todas sus expectativas. ¡Ding!

Subes de nivel: [Dominio de la Escultura] Principiante – 9.
Permite crear obras más delicadas y realizar trabajos más detallados.
La [Fama] ha incrementado en 50 puntos.
El [Aguante] ha aumentado en 10 puntos.
El [Arte] ha aumentado en 15 puntos.
La [Resistencia] ha incrementado en 5 puntos.
Como resultado de haber creado una obra magnífica, algunas de sus estadísticas mejoraron. Además, su nivel en [Dominio de la Escultura] había aumentado hasta el 70% del nivel 9, a punto de pasar al nivel Intermedio, y su [Fama] también había subido considerablemente. Aun así, se sentía como si le hubiesen timado. “Maldición.” Una Obra Magnífica no surgía en cualquier momento. Su nivel de habilidad en el [Dominio de la Escultura] era 9, pero cuando estaba tallando la estatua era solo de 8. Aunque con la ayuda del martillo y del Cuchillo de Tallar de Zahab, había podido aplicar un nivel de habilidad equivalente al del nivel Intermedio 7. Técnicamente, era prácticamente imposible crear una Obra Magnífica estando por debajo del nivel Intermedio. Era consciente de que, de no haber sido por la ayuda del Cuchillo de Tallar de Zahab, no hubiese podido crear una estatua de la diosa tan hermosa. Su nivel de maestría en el [Dominio de la Escultura] era insuficiente. Si hubiese alcanzado el nivel Intermedio, o incluso el Avanzado, antes de empezar a tallar la figura de la diosa, podría haber llegado a entrar en el panteón de las grandes obras, no muy lejos de las obras de los maestros. Y en ese caso, habría recibido cinco aumentos en sus estadísticas, uno de los pocos privilegios reservados a los escultores. Otros escultores, de los cuales había muy pocos en el continente, sin contar a Weed, el Legendario Escultor de la Luz Lunar, eran deficientes en habilidades de combate. Se les negaba el acceso al lanzamiento de hechizos desde el principio, y tampoco era como si su [Fuerza] o su [Defensa] fueran más que mediocres. La habilidad [Artesanía] les compensaba un poco por su bajo poder de ataque. Ningún equipo en su sano juicio permitiría a un escultor unirse a ellos, por lo que tenían que soportar un montón de baños de sangre por sí mismos. Los escultores dependían de tener atributos más altos que los de la mayoría de jugadores en sus mismos niveles. Aunque eso no significaba que un escultor pudiese avanzar su [Dominio de la Escultura] y crear obras magníficas cada vez que quisiera. Hasta un escultor con una gran reputación era incapaz de crear piezas magníficas o grandes obras a voluntad. Una obra solo se consideraba magnífica cuando un escultor vertía su alma en la creación de una imagen de belleza absoluta. Supongamos que tienes que sufrir durante diez días tallando una estatua y termina por ser un trabajo mediocre, afectando ligeramente a tus estadísticas, ¿cómo te sentirías? Y aún peor, ¿y si encima disminuye tu difícilmente adquirida reputación de buen escultor? Los escultores merecerían un premio por no ir a saltar por un precipicio. De hecho, muchos escultores habían borrado sus personajes tras sufrir exactamente esa misma pérdida. Así de difícil y dura era su profesión. Ghandilva se le acercó y le agarró las manos. “Gracias, señor Weed. Ha creado una magnífica estatua de la diosa Freya, y ahora seremos bendecidos por su presencia. Además, las noticias sobre la estatua atraerán a más viajeros. ¡Se le podría considerar como un segundo fundador de Baran!” ¡Ding!

Has completado la misión [La estatua de la Diosa Freya].
¡Ghandilva está sinceramente agradecido por tu trabajo! La estatua erigida en la aldea Baran traerá coraje y esperanza al futuro de los aldeanos. Siempre serás bienvenido en el futuro.
Recompensas: La [Fama] ha aumentado 30 puntos. Tu amistad con los aldeanos ha aumentado 19 puntos. Tus puntos de contribución con la aldea han aumentado 950 puntos. Ahora puedes acceder a la ventana de asuntos internos. Puntos de contribución total en el pueblo: 2.790.

Has subido de nivel.

Has subido de nivel.

Has subido de nivel.

Asuntos Internos - Baran
Tu influencia en la aldea Baran ha alcanzado el 60%.
Primero:
Weed (60%)
Segundo:
Darius (45%)
Tercero:
Seoyoon (33%)
Como el trabajo había superado hasta la más descabellada de sus expectativas, las recompensas por la misión habían sido igualmente sorprendentes. Una misión con tres aumentos de nivel podía evaluarse entre las más complicadas del nivel de dificultad ‘D’. Y además, sus puntos de contribución a la aldea habían disparado su influencia a la primera posición. Los servicios públicos dependen de varios factores. Si eres reconocido por tus servicios en una comunidad, tu influencia sobre la población aumentaba, lo que te permitía comprar con grandes descuentos, y hasta optar a posiciones gubernamentales como Anciano de una aldea, o Señor Feudal de una región. Weed había ganado puntos de contribución rápidamente gracias a la misión de rescate de los aldeanos secuestrados, por la creación de ‘La estatua de la diosa Freya’, y también por la venta de las armas y armaduras que su grupo había acumulado en el fuerte de los hombres-lagarto. Darius los había conseguido, como era de esperar, por ser el líder de las fuerzas que había recuperado el control de la aldea. Y por último, los de Seoyoon venían de acabar con una amenazadora cantidad de monstruos en las proximidades de Baran, y por la venta de pieles y objetos en la tienda. Antes de que Weed y Darius llegaran a la aldea, la influencia de Seoyoon había sido la indiscutible número 1. “¿Seoyoon está tercera? ¿Ha pasado por aquí?” — su corazón dio un vuelco. Cuando había estado usándola como modelo para crear la estatua, lo había hecho porque estaba convencido de que ella nunca pasaría por este lugar, y por eso nunca podría ver que se trataba de su propia imagen. El Continente de Versalles era muy grande. Si veía la estatua, se limitaría a sonreír con frialdad… antes de cortarle la cabeza. Sin preguntas. Sin defensa posible. ‘Es una asesina, así que no es una posibilidad remota.’ Y sobre todo, si leía lo que Weed había grabado a los pies de la estatua, tal vez lo matara una y otra vez hasta que volviera a llegar a nivel 1, cientos de veces con facilidad. No, seguramente podría esperarle algo peor. Al completar la estatua, Weed se había mostrado muy satisfecho con su creación. Aún no sabía si iba a resultar una buena obra, una normal o una mediocre, pero aun así había estado encantado con su trabajo. Así que, por razones puramente sentimentales, había inscrito una breve inscripción en la base de ‘La estatua de la diosa Freya’ con el Cuchillo de Tallar de Zahab. ¡Una costumbre de la que ningún coreano puede librarse! Weed se mostró reservado. “Perdón, ¿Anciano Ghandilva?” “¿Sí, señor Weed?” “¿No sería a Seoyoon a quien le solicitaste que te trajese una nueva estatua de la diosa, por casualidad?” “Así es, fue a ella. ¿Así que también le conoce? Es una buena chica. Aceptó mi extraña petición, pero parece que aún no ha regresado…” “Ya veo.” Weed se sintió aliviado al enterarse de que Seoyoon aún no había regresado. De haberlo hecho mientras estaba tallando la estatua, temía la clase de infierno que podría haberse desatado. ‘Tal vez me hubiera matado en revancha por robarle la misión.’ Como ya había terminado el trabajo, quería salir hacia la Ciudad del Cielo lo antes posible. Quería escapar de esta aldea antes que volver a cruzarse de nuevo con Seoyoon. Pero Ghandilva no le soltaba las manos. Ghandilva, bajando la voz, le dijo: “Hay algo que tengo que contarle al salvador de mi gente, señor Weed.” “Continúa, por favor.” “¿Creé en el destino? No creo que vinieras a esta aldea por casualidad.” “¿Perdón?” “Un sacerdote de la Orden de Freya que, en cierta ocasión visitó la aldea, nos comentó que el mal se estaba alzando. Está extendiendo su influencia en el reino de lo invisible, por debajo del nuestro, donde gobiernan el frío y la oscuridad. ¡El sacerdote declaró que solo ‘El Elegido’ podría derrotarlo! Y a continuación me concedió el poder de seleccionar a ‘El Elegido’.” “……” “En su momento no comprendí bien lo que había querido decir, pero ahora lo veo claro. No se lo había revelado con anterioridad, pero la semilla que ha estado en mi familia desde hace varias generaciones te hará de guía hacia una nueva tierra. El sacerdote me dijo que buscara a alguien llamado Gaviota para poder recuperar el tesoro perdido de la diosa Freya. Encuéntrelo. ¡Y conviértase en ‘El Elegido’ que derrotará al mal! ¡Ding!

Has conseguido información relacionada con [Recuperar el tesoro perdido del templo de Freya].
¡Es una continuación de la misión de la estatua de la diosa Freya! Y no parece que tenga ninguna desventaja. Genial. Y pensar que me encontraría con una oportunidad así.’ Weed volvió a considerarse afortunado. En parte, el hecho de que Seoyoon no había aparecido con la nueva estatua, le había permitido conseguir una misión en cadena. “Es el deseo de mi vida evitar que el mal consuma el mundo. Haré todo lo que esté en mi poder por recuperar el tesoro perdido de la diosa.” “Muchas gracias.” ¡Ding!

Has aceptado la misión.
Weed dio por concluida la conversación con Ghandilva y se fue hacia donde le esperaban sus compañeros. “Buen trabajo, Weed. Nunca pensé que una estatua pudiera ser tan hermosa.” — dijo Pale mirando intensamente la estatua, que le resultaba muy inusual. Surka, Irene y Romuna también parecían muy impresionadas por la escultura. Habían estado cazando monstruos casi sin descanso mientras Weed estaba trabajando con la estatua, por lo que habían llegado a valores medios del nivel 60. “Es impresionante. Parece real. Es la estatua más hermosa que he visto.” “Seguro que ni la misma diosa Freya es tan hermosa.” “¿Cómo has podido crear una imagen así? No puedo evitar sentir admiración por tu exquisito sentido estético y por tu espíritu artístico…” Weed se sentía un poco avergonzado ante tantos halagos. ¿Exquisito sentido estético? ¿Espíritu artístico? Sus ojos avergonzados delataban que habían estado demasiado ciegos y sordos para reconocer a un artista con un talento único, aunque siempre estuvo delante de sus ojos. ¿Quién? ¿Se referían a Weed? Decir que estaba sediento de poder habría sido más creíble. ‘¿Me creerían si les digo que no tenía ni idea de lo que iba a hacer hasta el momento en que empecé? No, no lo creo.’ — pensó Weed con ironía. De todos modos, ¿de qué serviría que les contara algo que no iban a creer? Un buen vendedor no cuenta todos los detalles cuando llama a tu puerta para venderte un producto. Ocultaba los defectos y destacaba las virtudes del producto. La conclusión está clara: ‘Lo que es bueno para ti es la mejor política’. “Irene, Surka, Romuna. Mientras creaba la estatua, lo único que me venía a la mente eran vuestros rostros. Esos corazones puros y vuestros hermosos rostros están representadas en la estatua, por eso ha resultado tan bella.” “¡Oh!” ‘Las mujeres son criaturas muy simples, ¿verdad?’ Todas las chicas del equipo estaban encantadas al oír su mentirijilla. “Oye, ¿tú eres Weed? Pareces bastante bueno con el [Dominio de la Escultura]. ¿Es una Obra Maestra?” — dijo Darius mientras se acercaba al grupo. Darius estaba bien informado sobre muchos aspectos. Siendo un nivel en 140, tenía que haber ido encontrando fragmentos de información sobre los escultores aquí y allá. “No.” —respondió secamente Weed. “¿Entonces es una Obra Magnífica? “Así es.” “Oh, nunca me hubiese esperado ver una Obra Magnífica. Según he oído, hay menos de un centenar de escultores que puedan crear una…” — Darius se mostraba exageradamente sorprendido. Y justo a continuación mostró una sonrisa felina. “Felicidades. Supongo que has ganado unos cuantos puntos de estadísticas. Al menos es un golpe de buena suerte en comparación a las patéticas habilidades de los escultores.” Darius menospreciaba abiertamente a Weed solo porque era un escultor. De hecho, la mayoría de los escultores eran débiles. Sus habilidades de combate eran insignificantes, ya que tenían que aplicar los puntos de atributos a aquellas estadísticas que eran más necesarias para la creación de sus obras de arte. Y aunque contaran con una habilidad de combate poderosa, no sabían cómo usarla apropiadamente. ¿Por qué alguien escogería ser un escultor? Porque, de entrada, ya no eran aptos para la lucha antes de entrar al juego. Ya que la única forma de aprender a luchar, era luchando. La mayoría de jugadores de las clases no combatientes eran unos ineptos luchadores. Por lo general se quedaban bloqueados, sin poder reaccionar ante el ataque de un enemigo, perdiendo la oportunidad de ocupar un puesto relevante en un equipo. Las habilidades de combate elementales que aprendían eran inútiles en general, e incluso el nivel al que las tenían era patético comparado con el de sus compañeros. Y además, para llegar a ser unos escultores decentes, tenían que practicar con el [Dominio de la Escultura], por lo que eran más débiles que sus iguales en todo, incluido el nivel general, suponiendo que dedicasen el mismo número de horas a mejorar sus avatares. Por supuesto, ¡Weed era una excepción! “¡Ey! ¡Cuidado con lo que dices!” — Pale se adelantó en un momento de pasión. No podía soportar que Darius menospreciase a su compañero. Y, a continuación, todo se descontroló. “Pero, ¿qué te has creído?” “Tu cara es como una sartén en la que se acaban de hacer unas salchichas…” “Los idiotas nunca piensan antes de hablar. Weed es muy buen luchador…” Surka, Romuna e Irene también reaccionaron ante las insultantes palabras de Darius. La joven Surka era lo bastante temperamental como para decir algo así. En el caso de Romuna, que estallaba de ira de vez en cuando, también era algo comprensible. Pero lo que realmente desconcertó tanto a Weed como a Pale era que, de toda la gente, Irene, que era tan tranquila y sosegada, había saltado. Mujeres... Para Pale y Weed, que no comprendían a las mujeres, era imposible saber que esas tres chicas juntas podían cambiar fácilmente al estado de ‘como te vuelva a ver te mato’ cuando era necesario. Aunque Weed hubiese tenido el doble de conocimiento, o incluso hasta el triple del conocimiento que tenía, ni en toda su vida podría llegar a comprender ni remotamente la mitad de los aspectos de la vida de una mujer. Es absurdo asumir que se conoce a una mujer por el mero hecho de haberla hecho feliz con unos pocos cumplidos. “……” Weed había perdido la oportunidad de enfadarse. Su venganza estaba en la explosiva respuesta de las chicas. “¿Qué… qué ha sido eso?” — los ojos de Darius lanzaban chispas. Pero ninguna de las chicas se echó para atrás. “¿Por qué? ¿Hemos dicho algo que no sea verdad?” “¿Cómo os atrevéis…?” “¿Y? ¿Qué vas a hacer? ¿Vas matarnos?” “¿Creéis que vais a salir impunes de esta?” — Darius estaba a punto de sacar su espada. Si él, un nivel 140, estaba decidido a causar una carnicería, Weed y sus compañeros no podrían hacerle frente. No, Weed tendría una posibilidad si lograba aprovechar todo su potencial, aunque su nivel era tan solo de 70. Pero con sus atributos inflados estaba cerca de igualar a un guerrero de nivel 100. Considerando las poderosas habilidades, que eran casi tramposas, y sus habilidades de combate, estaba convencido de que podría vencer a Darius. Utilizando el elemento sorpresa y dado que Darius despreciaba a Weed, si aprovechaba para atacar cuando menos se lo esperaba, Weed podría vencerlo con un ataque rápido. El problema era que el duelo durase más de un minuto. En ese caso, Weed se quedaría sin [Maná] y estaría muerto. Weed no temía a Darius por sus estadísticas, pero sabía que su debilidad era una batalla que durase demasiado. Y, desde luego, era más fuerte que cualquier jugador normal de su mismo nivel y que estuviera dependiendo siempre de sus estadísticas amplificadas mágicamente. “¡Darius, tranquilo!” “¡Suéltame! ¡Les voy a enseñar un poco de modales a estas perras!” “Eres el comandante de las fuerzas de asalto. No puedes tener un duelo con tus subordinados. ¿Sabes cuánta [Fama] perderías? ¿No te importa fallar la misión?” Parros y los esbirros de Darius lo contuvieron. Le hablaron mientras duraba su ira, hasta que por fin se calmó. “Muy bien. Por esta vez lo pasaré por alto.” Ante el comentario de Darius, Romuna se burló con desdén. “¿Y quién te crees que eres para decidir quién perdona a quién?” “Todo el mundo se equivoca, pero es él quien actúa como si fuera un miembro de la realeza, o algo así.” El golpe final de Surka estuvo a punto de volver a calentar el ambiente, pero a esas alturas otros miembros de las fuerzas de asalto se habían reunido a su alrededor, atraídos por la conmoción. Darius y los suyos ya habían perdido todo el respeto y la credibilidad que tenían. Por otro lado, Weed y sus compañeros eran considerados como un grupo respetable. De entrada, Weed les había cocinado grandes comidas durante la marcha. Hasta les había reparado las armas y las armaduras cuando se desgastaban, e incluso les había identificado los objetos sin cobrar nada; un servicio así no tenía precio. Y para colmo, sus otros compañeros habían sido amables con todo el mundo salvo con Darius y sus esbirros, por lo que su reputación general también era bastante buena. Mientras Weed había estado ocupado tallando la estatua, Pale y las chicas se habían unido a distintos equipos para ir de caza, y sus bien desarrolladas habilidades y sus rápidas técnicas de caza les hacían ser bien recibidos en todas partes. Más adelante, Weed se enteraría de que Darius y sus compañeros habían tenido que cazar solos porque nadie se había molestado en invitarles. Así que dadas las circunstancias, Weed estaba en una posición muy superior a la de Darius. Parros, uno de los pocos amigos de Darius, les habló con arrogancia cuando comprobó que Darius tenía la boca apretada con fuerza, forzándose a mantenerse en silencio. “Somos miembros del gremio Ica. Estoy convencido de que has oído hablar de nosotros. Somos uno de los mayores clanes de Rosenheim.” Por supuesto que Weed había oído hablar del gremio Ica. Era muy conocido por su mal comportamiento y, viendo las acciones de Darius, demostraba que los rumores eran ciertos. “Tenemos previsto ocupar una ciudad en poco tiempo, por lo que necesitamos una buena inscripción. ¿Podrías venir a tallárnosla más tarde? Te pagaremos bien.” Al final, esa era la razón por la que Darius había ido a ver a Weed. Pero se había acercado de un humor terrible. Aunque estaba feliz por los buenos resultados de la misión de asalto, había obtenido muchos menos beneficios de los que había esperado. Y todo porque alguien había arrasado el fuerte de los hombres-lagarto y se había llevado todos los objetos que había encontrado. Enfadados, Darius y su gente habían estado buscando a los culpables, pero nunca hubieran sospechado de Weed, un simple escultor, que había estado tranquilamente tallando ‘La estatua de la diosa Freya’, y tampoco de sus compañeros, cuyos niveles en el momento de los hechos les liberaban de todas las listas de sospechosos. Durante las investigaciones, habían cometido una serie de meteduras de pata bastante graves, que habían aumentado los roces con los demás jugadores, mientras que Weed había recibido una buena misión del Anciano Ghandilva y había completado la estatua. Al final, había sido como si hubiera querido echarles sal en las heridas. En otras palabras, Darius estaba celoso; por eso se había mostrado tan grosero y al final había complicado todavía más la situación.
* * *
Tan pronto como acabaron con lo que tenían que hacer en Baran, la fuerza de asalto dirigida por Darius recogió sus cosas y se dirigió hacia el Norte, de vuelta a la Ciudadela. Había algunos jugadores a los que les habían gustado las zonas de caza cercanas, pero la aldea en sí era poco atractiva. No había una taberna en la que fuera posible beber una cerveza fría tras un día de caza. Todos extrañaban el suave sabor de una cerveza deslizándose por su paladar, así que se apresuraron a abandonar la aldea. Ya se había determinado que los soldados del ejército de Rosenheim se quedarían a proteger la aldea. Weed y su grupo informaron del resultado de la misión de asalto directamente a Ghandilva. “Gracias por vuestros servicios. Siempre recordaremos lo que has hecho por el bien de nuestra aldea.” Como recompensa de la misión, Ghandilva le otorgó a Weed 20 puntos de [Fama]. Como había estado tallando la estatua mientras los demás habían estado cazando el resto de los hombres-lagarto, casi se había dado por vencido, pero al final había terminado saliéndole muy bien. Los otros jugadores que superaban el nivel 80 de las fuerzas de asalto habían recibido únicamente entre 10 y 15 puntos de [Fama]. Weed supuso que el rescate de los aldeanos y el saqueo del fuerte habían creado un pequeño milagro. Weed y los demás le habían dicho a Darius que preferían quedarse a cazar monstruos, con la excusa de sus bajos niveles. “Es el momento.” — dijo Weed. Al oír el comentario, los demás sonrieron expectantes. “Sí.” “Vamos a un lugar discreto y tranquilo.” “Por supuesto, un lugar muy, muy tranquilo… A un sitio donde nadie pueda vernos.” —Romuna se tapó la boca con la mano y empezó a reír con coquetería. Cualquiera que oyera la risa, podría pensar que se refería a otras cosas. Dos chicos y tres chicas fueron hacia la Montaña del Oeste donde antes había estado el fuerte de los hombres-lagarto; ahora era un espacio lo bastante alejado para cubrir sus requisitos de silencio y tranquilidad. “La, la, la, la.” — las chicas estaban tarareando una musiquilla. Se dirigían a un lugar muy, muy silencioso y alejado de todo. Pronto llegaron a los pies de la montaña, a muchos kilómetros de la persona más cercana. Ya estaban preparados para un largo viaje. “Este parece un buen sitio.” “Muy bien, chicos, preparaos.” Weed hizo un agujero en el suelo con cuidado, en el que plantó la semilla. A continuación la regó un poco. Al principio no hubo ninguna reacción, pero al poco tiempo, la tierra que cubría la semilla empezó a ponerse roja. La tierra empezó a temblar. ¡BRRRRM! “¡Aaaah!” — gritó Surka. ¡Un gran terremoto empezó a sacudir el suelo! El centro del movimiento estaba donde Weed había plantado la semilla. La tierra se abrió y un ancho tronco salió disparado hacia el cielo. Diez metros, veinte metros… En un abrir y cerrar de ojos, delante del grupo se alzaba un inmenso pilar de madera cuyo extremo no podían ver. Y el tronco seguía creciendo. Al ver que el tronco se alzaba hasta las nubes, Weed empezó a hablar. “La Ciudad del Cielo debe estar allí arriba. Creo que este tallo nos llevará hasta allí.” “Entonces…” “¿Nos vamos a amilanar ahora que hemos llegado hasta aquí? Sujetaos rápidamente. O podríamos terminar teniendo que trepar la mitad del camino.” “¡Ups! ¡No, eso no me gustaría nada!” Weed sacó una cuerda de su mochila y la ató alrededor de sus compañeros. “Juntos vivimos, juntos morimos.” “¡Sí!” Weed y Pale decidieron que ellos serían los primeros en agarrarse al tronco. De esta manera, si Irene o Romuna, las más débiles, se soltaban, los chicos podrían intentar evitar que se cayeran hacia el suelo. Weed y los demás se sujetaron al tronco que había surgido de la Semilla del Árbol Celestial. Y salieron disparados hacia las alturas.