lunes, 18 de agosto de 2025

JDR - Capítulo 315

Capítulo 315

Una noche de insomnio en el Clan Colmillo.
Traducido por Tars
Corregido por Noe
Editado por AMarauder

“Jefe, ¡me he quedado sin balas!” “¿No tienes otro cargador?” “Los usé todos.” “%¥@#!” Al ver a los depredadores acercarse, Dejar de Fumar, con munición insuficiente, no se atrevió a seguir luchando. Se retiró llevándose consigo a Piérdete Novato. Afortunadamente, parecía que no eran los únicos que se encontraron con una patrulla. Mientras huían hacia el sur, se escucharon intensos disparos llegando desde una zona residencial que había dos calles más allá. Orando en silencio por sus compañeros de equipo, Dejar de Fumar aprovechó que los depredadores estaban distraídos con los disparos de los refuerzos para huir. Después de varios giros y vueltas, finalmente lograron deshacerse de sus perseguidores. Corrieron a toda velocidad por calles llenas de restos de vehículos, hasta esconderse entre unas ruinas al lado de la carretera. Por los restos de camillas esparcidas y varios equipos antiguos y extraños, parecía que el lugar al que habían llegado había sido probablemente un hospital. En cuanto a qué área… Ni idea. Sentado en un rincón, Dejar de Fumar suspiró y revisó el cargador de su metralleta. Sumando también la bala de la recámara, solo le quedaban cuatro. Su estado de ánimo relajado se desplomó al instante. “¡Prácticamente me he quedado sin munición!” “Jefe… ¿Dónde estamos?” – preguntó Piérdete Novato sin aliento. Dejar de Fumar levantó su MV para comprobarlo. “Según el mapa de antes de la guerra, este debería ser el cuarto Hospital de la Ciudad del Continente Occidental, junto a la cuarta escuela Primaria del Nuevo Distrito y la oficina de Conservación del Agua…” Novato se quedó atónito. “¿El cuarto distrito? Espera… ¿No íbamos hacia el sur?” “No me preguntes. Además, es mi primera vez en este maldito lugar.” – respondió Dejar de Fumar con impotencia. Correr para salvar la vida no dejaba lugar para muchas reflexiones. Dejar de Fumar recordó que empezó a correr hacia el sur, pero tras unas cuantas vueltas, perdió el sentido de la orientación. De todos modos, lograron escapar. Sin embargo, con semejante alboroto, el otro bando seguramente no los dejaría escapar con facilidad. Preocupados de que la patrulla de depredadores los buscase, no se atrevieron a quedarse mucho tiempo. Tras un breve descanso, decidieron continuar su camino hacia el punto de encuentro más cercano para reunirse con sus compañeros y discutir el siguiente paso. Se dirigieron a la pared trasera del hospital. Dejar de Fumar pisó la tapa de un cubo de basura y trepó por la pared. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de saltar, vio luces que se filtraban entre las hojas al otro lado del callejón, desde el gimnasio de la escuela primaria. Dejó lo que estaba haciendo y, de inmediato, bajó la cabeza, indicando a su compañero que había gente más adelante. Luego, medio recostado sobre la pared, observó atentamente la situación. A primera vista, quedó aturdido. Esto no era una escuela. ¡Era claramente una fortaleza! El muro de cemento estaba coronado por un círculo de alambre de púas. La sala de guardia, las esquinas de los muros o el techo de los edificios docentes principal y secundario estaban reforzados con fortificaciones defensivas de tierra similares a posiciones de artillería. Tras el puesto de tiro de una ventana, ¡había una ametralladora pesada montada sobre una protección con placas de acero! Esos depredadores usaron madera y bloques de hormigón para construir búnkeres, y también añadieron materiales de camuflaje como arbustos y ramas en la parte superior, haciendo que toda la fortaleza se integrase casi a la perfección con los árboles circundantes. Como la zona estaba completamente oscura, ¡Dejar de Fumar casi no lo vió! En cuanto a las pocas luces que llamaron su atención… provenían del gimnasio que se encontraba pegado a la escuela. El muro de ladrillo y la puerta de hierro del lado izquierdo del gimnasio a lo mejor habían sido añadidos posteriormente. Pero como no estaban bien fijados, se podía ver la luz que filtraban desde su posición. Sin embargo, si se viera desde el cielo, ¡sería imposible de localizar! “Jefe, hay tanta gente dentro…” – susurró Novato nervioso mientras se apoyaba contra la pared. – “¡Seguro que hay una compañía de 100 depredadores viviendo ahí!” Dejar de Fumar puso los ojos en blanco. “¡No estoy ciego!” No solo eran personas. Había varios camiones vacíos estacionados en el descampado. Toda la escuela se había convertido en una base militar, pero solo el gimnasio estaba iluminado. La intuición de Dejar de Fumar le decía que algo se escondía allí. ‘¿Será una fábrica? ¿Por qué estaría ubicada en el cuarto distrito nuevo?’ No había ninguna posición por los alrededores que le permitiera ver lo que ocurría en el interior. Justo cuando Dejar de Fumar estaba desconcertado, se abrió la puerta principal del gimnasio y salió un camión. Pero al verlo con claridad, ambos maldijeron al unísono. En la parte trasera había una ametralladora antiaérea cuádruple. “¿Qué…? ¿Un camión antiaéreo?” “¿Los depredadores también son capaces de eso?” Por suerte, Dejar de Fumar llevaba auriculares. Rápidamente tomó algunas fotos del camión antiaéreo saliendo de la fábrica y las sincronizó con su MV. Sin embargo, había un problema. Su máquina virtual estaba en modo sin conexión, así que, aunque tomase fotos, solo él podía verlas. ‘¿Tengo que buscar un sitio para cerrar sesión y acceder a la página web? Pero los jugadores en línea tampoco podrán ver el mensaje.’ Justo cuando Dejar de Fumar se preocupaba por cómo compartir este sorprendente descubrimiento con otros jugadores, la esquina superior derecha de su MV iluminó de repente el ícono de señal. Ambos estaban encantados con el descubrimiento. “¡Por fin!” “¡Tenemos señal!”
* * *
“¡Listo!” En el tejado parcialmente derrumbado de un edificio de apartamentos, Caballo Blanco dejó escapar un suspiro de alivio. La radio tenía un pequeño problema, pero afortunadamente no era grave. La batería parecía haberse aflojado, probablemente al golpearse con fuerza al aterrizar. Después de descubrir el problema, en realidad no le llevó mucho tiempo solucionarlo. Una vez que la radio estuvo en funcionamiento, Caballo Blanco la ocultó en el techo, entre una pared y un tanque de agua abandonado, dejando solo una antena de casi 2 metros de largo a la vista. Esta radio portátil, diseñada por el equipo de la expedición, era muy práctica. Estaba equipada con una batería de hidrógeno de estado sólido, lo que le proporcionaba una larga autonomía. Podía servir como repetidor de señal para brindar apoyo a las tropas de primera línea, tanto si se metía en una caja para lanzarse en un avión o se colgaba en la parte trasera de un vehículo. Se restableció la comunicación en un radio de 10 kilómetros y Caballo Blanco se comunicó de inmediato con todo el equipo. “A todos los miembros del escuadrón… prestad atención. La radio está en funcionamiento. ¡Que cada unidad que esté a salvo se dirija de inmediato al punto de reunión C! Quien esté a menos de 500 metros de mi posición, acérquense de inmediato. Tengo 30 LD-47, 8000 cargadores y varias armas de apoyo. Después de cambiar el equipo… ¡Vamos a darles una paliza!” Tras finalizar la comunicación, Caballo Blanco miró hacia el cielo. La segunda oleada ya había comenzado, y pronto se unirían más de 20 compañeros. Si aterrizaban sanos y salvos. Justo en ese momento, llegó una solicitud de comunicación a través de la máquina virtual. Al ver que se trataba de un mensaje de Dejar de fumar, Caballo Blanco inmediatamente presionó la tecla para aceptar la comunicación. “¿Dónde estás?” “Estoy cerca del cuarto distrito nuevo… Este lugar se llama cuarto Hospital de la Ciudad Continente Occidental.” – susurró Dejar de Fumar al otro lado del teléfono. Caballo Blanco se quedó atónito e instintivamente miró el mapa en la MV. “¡Mierda! ¿Cómo acabaste ahí?” “Ejem, la situación era demasiado caótica… No importa cómo llegué aquí. ¡Encontramos una fábrica de los depredadores!” Caballo Blanco frunció el ceño. “¿Una fábrica…?” “¡Sí! Sin duda, ¡una fábrica! No puedo ver lo que pasa en su interior, pero vi como un camión salía de esa fábrica con una ametralladora antiaérea cuádruple montada en la parte trasera. ¡Parece una modificación de una ametralladora pesada de 12 mm! ¿Deberíamos volarlos por los aires?” – dijo Dejar de Fumar con entusiasmo. ‘¿Qué demonios? ¿Un camión antiaéreo?’ Caballo Blanco se quedó atónito por un instante. “¡Dame las coordenadas!” “¡Ya lo marqué en el mapa!” – respondió Dejar de Fumar al momento. Caballo Blanco confirmó la ubicación y colocó un ícono de solicitud de apoyo en esas coordenadas. La Nueva Alianza no tenía bombarderos estratégicos, pero con suficiente cantidad de aviones incluso el ataque terrestre podría lograr los mismos efectos. Como paracaidistas, lo único que tenían que hacer para neutralizar instalaciones estratégicas tan fuertemente defendidas era marcarlas en el mapa. El resto sería tarea de la fuerza aérea. “Coordenadas confirmadas… Corred al punto de reunión más cercano, ¡solicitaré un ataque aéreo de inmediato!” “¡De acuerdo!” – exclamó emocionado Dejar de Fumar. La precisión de los bombardeos nocturnos era bastante aleatoria y estar demasiado cerca podría provocar heridos. Sabiendo lo impreciso que podía ser el bombardeo de la Legión Goblin, Dejar de Fumar finalizó la llamada e inmediatamente condujo a su compañero fuera del hospital. Sin embargo, no se alejaron demasiado. Encontraron un edificio con una vista relativamente despejada a unos 400 o 500 metros de distancia y se refugiaron allí. Desde esa posición, no podrían ver con claridad el interior de la escuela, pero podrían vigilar el edificio principal y las estructuras defensivas que poseía en su azotea. Mientras tanto, después de finalizar la llamada, Caballo Blanco informó inmediatamente sobre el camión antiaéreo y las supuestas instalaciones de la fábrica al puesto de mando en la retaguardia. Tras la segunda oleada, el ala de la Legión Goblin regresaría rápidamente y volvería en menos de una hora. Sin embargo, esta vez no traerían una tercera oleada de paracaidistas. En lugar de eso, ¡portarían 24 bombas de 100 kilogramos! “¡Líder! ¡Está demasiado oscuro! ¡No veo nada!” – gritó Pluma Caída, sujetando la palanca de control, mientras observaba la ciudad completamente a oscuras que se extendía frente a él. Si no fuera por el mapa de la MV que actuaba como radar improvisado, ni siquiera podría ver con claridad el avión que tenía delante, y mucho menos el suelo. En ese momento, la voz de Mosquito llegó a través del canal de comunicaciones. “¡No hay problema! Disminuiremos la velocidad y volaremos en fila. Estad atentos a mis disparos. Será la señal, cuando me veáis abrir fuego, ¡lanzad las bombas!” Pluma Caída estaba desconcertado. “¿Ah? ¿De verdad podemos hacer eso?” Una risa extraña llegó a través de la radio. “Ja, ja, ja. ¡No lo sé! ¡Sabremos si funciona cuando lo intentemos! Hermanos, prepárense para enfrentar al enemigo, quiten los seguros de las bombas. No miren el mecanismo de liberación, mantened la vista en la cola del avión que tienen delante. En un momento, ¡escucharéis mi cuenta regresiva!” Debido a que la formación de vuelo volaba a muy baja altitud, a menos de 300 metros del suelo, el intenso sonido de las hélices llamó rápidamente la atención de los depredadores de la ciudad. Ya fueran los equipos que se encontraban patrullando o los guardias escondidos en los tejados, alumbraron frenéticamente el cielo con sus linternas. Sin embargo, sus luces eran demasiado débiles, y los aviones de ataque terrestre W-2 que sobrevolaban por encima de sus cabezas les hacían parecer palillos de dientes. Con tan poco tiempo, los depredadores no tuvieron la oportunidad de reaccionar y solo pudieron disparar con sus armas hacia el cielo. Las balas silbaban, pero Mosquito hizo una mueca de desdén y miró de reojo la máquina virtual que llevaba atada al muslo, comprobando las coordenadas, la distancia y la velocidad. Antes del despegue, cuando el personal de tierra cargaba las bombas, ya había calculado el ángulo, la distancia, la altitud y la velocidad aerodinámica del bombardeo. Incluso marcó el dial con tiza. Ahora solo tenía que pulsar el botón de lanzamiento al llegar a la posición. ¿Probabilidad de impacto? ¿Acaso era realmente importante? El 82% del peso de una bomba de 100 kilogramos era la ojiva. Tenía una relación explosivo-peso altísima. Con más de 20 aviones volando en formación y lanzando bombas al mismo tiempo, incluso si solo una impactaba en el objetivo, ¡sería más que suficiente! ¡Su poder destructivo era mucho mayor que el de los cohetes! Lo único que lamentaba Mosquito era que el material nuclear era demasiado complicado de conseguir. De lo contrario, le encantaría experimentar lo que se sentía al lanzar una bomba nuclear. Después de todo, no había necesidad de ser cortés con los depredadores. Ni siquiera los consideraba humanos. Eran más bien bestias con apariencia humanoide. Incluso en la realidad, no se sentiría culpable, y mucho menos en el juego. Los depredadores en tierra dispararon frenéticamente hacia el cielo. Usaron todo tipo de armas, rifles y ametralladoras, para detener desesperadamente a los aviones que se acercaban hacia la fábrica. Sin embargo, debido a la falta de balas trazadoras y reflectores, ni siquiera sabían si habían dado en el blanco. En cambio, sus disparos sirvieron para exponer sus posiciones. Aprovechando la iluminación esporádica de los disparos, Mosquito confirmó la dirección general del objetivo del ataque aéreo. ¡Todos los preparativos antes del lanzamiento estaban completos! Accionando el freno de velocidad y pulsando la alarma, los 24 aviones de ataque a tierra W-2 comenzaron a reducir la velocidad al mismo tiempo. El sonido prolongado de una bocina resonó por el cielo nocturno. Al escuchar la llegada del dios de la muerte, los depredadores huyeron presas del pánico. “3… 2… 1… ¡Que les den!” Al principio, Mosquito quería gritar algo más épico, pero se contuvo en el último momento. Las 24 bombas cayeron del cielo, impactando sobre la fábrica de los depredadores como si fueran bolas de masa. El fuego y el denso humo de las explosiones envolvieron al instante los edificios, las torres, el puesto de control de acceso, los pozos de artillería, los camiones aparcados junto al muro e incluso, el mismo muro. Los depredadores que no lograron escapar fueron lanzados a varios metros por la onda expansiva antes de tener ni siquiera tiempo de gritar. A quienes intentaron alejar los camiones, les fue aún peor. Las bombas que caían del cielo los convirtieron en pedazos antes de que pudieran siquiera arrancar los vehículos. El gimnasio, transformado en fábrica, también quedó en ruinas tras las explosiones. Los depredadores que lo rodeaban murieron o resultaron heridos mientras trataban de huir desesperados… “¡Genial!” – exclamó Dejar de Fumar. Estaba observando la fábrica desde la distancia con unos prismáticos. Piérdete Novato estaba igual de emocionado. “¡Rayos! ¡Como mola!” “Je, je. Nos espera aún más emoción.” Guardándose los prismáticos en el bolsillo, Dejar de Fumar le dio una palmadita en el hombro a Novato con entusiasmo. “¡Vamos a buscar a Caballo Blanco y a los demás! ¡No los hagamos esperar! Después de que tengamos nuestro equipo, ¡seguiremos causando problemas!”
* * *
En la tienda principal del Clan Colmillo… Al observar los sucesivos informes de batalla o, mejor dicho, las desastrosas noticias, Colmillo Dorado no pudo contener su ira y golpeó el reposabrazos de la silla, ¡rompiendo la calavera que la adornaba! “¡Esos topos despreciables y desvergonzados! Cuando los atrape, les sacaré personalmente los ojos, les cortaré la lengua y los enterraré en una jaula, dejando solo sus cabezas en el exterior para que las ratas les royan la carne y la sangre. ¡Luego los convertiré en lámparas de aceite!” Desde la madrugada, la Ciudad del Continente Occidental no había conocido la tranquilidad. Primero, varios puestos de avanzada y patrullas reportaron haber sido atacados. Algunos dijeron haber visto a una o dos personas, otros se encontraron con un escuadrón de 10 hombres, y hubo informes aún más exagerados de un asedio por parte de un grupo de 100 personas. ¡Un total de 1000 enemigos! Si no fuera por la información que recibió de Colmillo de Oso sobre la situación en el frente hace unas horas, ¡habría pensado que los abrigos azules ya estaban en su puerta! Las bengalas de señales volaban erráticamente en el cielo, y los disparos resonaban por toda la ciudad. Dos equipos que se apresuraron a proporcionar refuerzos casi se enfrentaron en fuego amigo. Y eso no fue todo. Hacía apenas 10 minutos, un grupo de aviones asaltó repentinamente su garaje-fábrica modificada en las afueras del cuarto distrito nuevo. Docenas de bombas cayeron del cielo, destruyendo una de sus líneas de producción. Eso agravó aún más la ya grave situación de suministro del Clan Colmillo. La sala resonó con furiosos rugidos. Los comandantes de brigada a ambos lados guardaron silencio, temerosos de pronunciar una palabra, no fuera que su ira se descargara sobre ellos. Incluso Uren, de la Costa de la Muerte, no pudo evitar chasquear la lengua al enterarse de una tortura tan cruel. Siendo honestos, esta gente no era buena peleando, pero si dominaba una gran variedad de métodos de tortura. Durante el mes y medio que llevaba allí, quedó realmente asombrado. La tortura más cruel de Antorcha consistía en encerrar a una persona junto con una Garra de la Muerte en una jaula como sacrificio de sangre. Aunque no se encontraría un cadáver completo al abrir la jaula, siendo realistas, la muerte debería haber ocurrido en tan solo unos segundos. Colmillo Dorado ardía de rabia y sus puños fuertemente apretados temblaban de ira. La única persona en el pasillo que permaneció relativamente tranquila, aparte de Uren de Antorcha, era Dillon, que se encontraba de pie al lado del jefe. Los lugares que sufrieron ataques casi simultáneamente estaban dispersos por toda la ciudad. Y a juzgar por la potencia de fuego y la capacidad de organización del enemigo, definitivamente no eran guerrilleros. Sumado a los ataques aéreos anteriores, parecía… La expresión de Dillon estaba cargada de solemnidad. “¿De dónde salieron esas malditas plagas?” – preguntó Colmillo Dorado. “Lo más probable es que del cielo.” – respondió Dillon con tono grave. Colmillo Dorado se quedó atónito. “¿Del cielo?” Dillon asintió, con expresión seria. “Paracaidistas… ¡Nunca imaginé que siquiera prepararían unidades aerotransportadas!” La mayoría de los paracaidistas de la Legión provenían de la élite del cuerpo de Cadetes. Entre ellos, quienes podían llevar a cabo misiones tras las líneas enemigas se encontraban entre los mejores. Además de dominar técnicas de paracaidismo, también debían poseer una amplia experiencia en combate, fuertes habilidades de supervivencia en la naturaleza y el coraje para luchar hasta la muerte. Menos de media hora después de aterrizar, a pesar de estar completamente dispersos, se organizaron rápidamente y lanzaron varios ataques contra diversos puestos de avanzada por toda la ciudad… Semejante destreza en el combate asombró incluso a Dillon, quien había experimentado innumerables batallas. ‘¿Quiénes son estas personas exactamente? ¿Será que la Ciudad de Boulder se unió a la guerra?’ Al ver que estas personas llevaban discutiendo un buen rato sin llegar a ninguna conclusión, Uren hizo una mueca, bajó los brazos cruzados y se dirigió hacia la puerta. “¿A dónde vas?” – gruñó Colmillo Dorado al verlo. “Te ayudaré a sacar a esos topos de sus agujeros.” – respondió Uren con indiferencia. Sus hombres no podían desempeñar un papel importante en el frente de batalla, pero eran más que suficientes para enfrentarse a esas llamadas élites. Uren tenía una corazonada. Volvería a ver a ese hombre. ¡Esta vez vengaría a sus hermanos caídos!
* * *
En el foro de la página web oficial. Eran las cuatro de la mañana en el páramo y las cuatro de la tarde en la realidad. Aún faltaba una hora para alcanzar el máximo aforo, pero el blog ya bullía de actividad. Hacía apenas 2 horas, 82 jugadores de la Legión Ardiente se lanzaron en paracaídas desde planeadores y aterrizaron por toda la Ciudad del Continente Occidental. Aunque menos de 50 de sus buenos camaradas lograron aterrizar con éxito y alcanzar el punto de reunión, eso no impidió que la operación Guerrero siguiera en marcha. Según Caballo Blanco, esquivaron a las patrullas de depredadores que los perseguían y establecieron una estación de radio para poder organizar un contraataque. Los depredadores nunca imaginaron que caerían del cielo, y no tenían experiencia en lidiar con operaciones aéreas. 4 o 5 compañías de 100 hombres estaban sumidas en el caos, mientras corrían por toda la ciudad persiguiendo a una decena de personas. Aunque perdieron bastantes jugadores mientras esquivaban a sus perseguidores, los logros estratégicos que obtuvieron fueron notables. Causaron casi 50 bajas entre los depredadores, e incluso destruyeron una fábrica que usaban para modificar camiones antiaéreos. Especialmente eso último, retrasaría los ataques organizados de los depredadores al menos 2 semanas. Puede que incluso un mes. Además, al amparo de la noche oscura, ¡la Legión Ardiente recuperó con éxito 16 cajas del lanzamiento aéreo antes del amanecer! Entre los suministros había 100 fusiles, 27.000 cartuchos de munición, 10 lanzacohetes RPG, 3 morteros, así como algunas granadas y munición para armas de apoyo. ¡Ese equipo era más que suficiente para armar un equipo de 100 hombres! Además, se seguirían lanzando continuamente más armas y municiones al campo de batalla. Actualmente, la Legión Ardiente había dividido todos sus suministros en dos lotes, algunos escondidos en el sótano de una plaza comercial a 5,5 kilómetros del cuarto distrito nuevo y el resto escondido en el edificio de apartamentos donde se instaló la estación de radio. Las treinta y tantas personas restantes se dividieron en dos equipos: excepto los jugadores que se quedaron de guardia, el resto se desconectó para comer. Cuando cayera la noche, ¡realizarían una operación aún más grande!

Tail
¡Maldita sea! ¡Tail también quiere saltar en paracaídas! ELlorar

Topo Escapando del Desfiladero
¡Maldición! ¡Estoy llorando de envidia!

Iren
La envidia no sirve de nada. No podemos simplemente empujar nuestros camiones blindados hasta ahí. EMola

Recogiendo Basura Nivel99
¡Yo también soy de la Legión Ardiente! ¿Por qué no me llevaste? ¡Estoy furioso! EEnfadado

WC Realmente tiene Mosquitos
Estás demasiado gordo, ¡no cabes en el avión!

Recogiendo Basura Nivel99
¡Rayos! Decirme la verdad, ¿estoy gordo?

Sexto tipo de la Esquina
¡Maldita sea! ¿Quién dobló mi paracaídas? Casi rompo la cuerda, ¡y ni siquiera así pude abrirlo! ¡Me estrellé contra el suelo! ELlorar

Francotirador da en el Blanco
Estoy llorando. Me pasó lo mismo. ¡No pude abrir mi paracaídas por más que lo intenté!

WC Realmente tiene Mosquitos
¡Mentira! He revisado todas las bolsas de paracaídas. El problema no puede ser el paracaídas. ¡No me eches la culpa cada vez que algo sale mal! El paracaidismo nocturno es propenso a accidentes. Si no tienes la habilidad, ¡no lo abras a baja altura! Si no me crees, ¡la próxima vez prepara tu propio paracaídas!

Sexto tipo de la Esquina
Hermano, ¡me equivoqué! ELlorar

Francotirador da en el Blanco
Hermano, ¡ayuda a un compañero! ELlorar

YaYa
¡Ja, ja, ja, ja! ¡Débil! ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Basura! EEspectaculo

N1
¡Ja, ja, ja, ja!
El foro estaba muy animado. Los jugadores que lograron aterrizar se jactaban y exageraban, describiendo vívidamente cómo maniobraron hábilmente bajo el cerco enemigo, abriéndose paso y finalmente reuniéndose con sus compañeros de equipo. Los jugadores que no lograron aterrizar con éxito tampoco estaban inactivos, sino que sus publicaciones poseían un tono completamente diferente. Al ver a todos tan emocionados, Chu Guang se sintió realmente feliz por ellos. Actualmente, tenía en sus manos dos informes de batalla. Uno era de la Ciudad del Continente Occidental y el otro del Valle del Pinar. Hacía apenas unas horas, alrededor de las 3:00 AM, la Legión de la Muerte estacionada en primera línea del Valle del Pinar también había logrado resultados impresionantes…


2 comentarios:

  1. Gracias por el capítulo, que gran logro para la primera noche, me imagino que se les unirá la resistencia ahora o ellos a la resistencia

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  2. La cosa se está poniendo genial, ya quiero ver más de toda la batalla contra los depredadores, me preguntó que abra logrado la legión de la muerte, y ya quiero ver qué la resistencia se les una

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