Volumen 16 Capítulo 6
El Dragón Negro
Traducido por Tartaros
Corregido por Dark Night y AMarauder
Editado por AMarauder
Corregido por Dark Night y AMarauder
Editado por AMarauder
¡GROOOOOAAAAAR!
Apoyándose en la muralla para levantarse, las nueve cabezas de considerable tamaño del Rey Hidra buscaban a sus presas. Las cabezas salían disparadas como flechas, tragando a sacerdotes y soldados.
¡GRO-ROOAAR!
El Rey Hidra destruyó una torre y se comió a los arqueros que estaban en ella. Se le veía masticar relajado; salvando las distancias, parecía como cuando Amarillento pastaba en el campo, que solo resoplaba cuando no alcanzaba el brote más tierno. Era una visión que infundía horror y vértigo a cualquiera.
Hacía tiempo, tres prestigiosos gremios se unieron para la exploración de cierto pantano en el que vivía este legendario monstruo, el Rey Hidra de Nueve Cabezas. Todos acabaron siendo devorados en cuestión de minutos. Tras esto, el Rey Hidra se trasladó a otro lugar para seguir cazando. ¡El Rey Hidra, una ardiente existencia de apetito infinito!
“¡F-fuego!”
Los arqueros dejaron de disparar a los no-muertos y se centraron en el Rey Hidra, desatando así una lluvia de flechas hacia el cuerpo del monstruo mientras éste pisaba la muralla de la fortaleza y devoraba a sus compañeros. El Rey Hidra se sentía confiado cuando vio con sus nueve cabezas cómo se acercaban las flechas, ya que era casi imposible que atravesaran su extremadamente gruesa piel. Incluso si le hacían una pequeña herida, ésta sanaría en cuestión de segundos. Esto se debía a la habilidad especial del Rey Hidra, una regeneración que superaba incluso a la de los trolls.
“El ataque no está funcionando.”
“¡S-salvadme!”
“Caballeros oscuros, proteged a los sacerdotes.”
Las cabezas del Rey Hidra no se detenían, y se movían continuamente para buscar más comida. ¡Cada cabeza era más grande que la torre de un castillo y además lanzaba ataques de gas venenoso y fuego! En la muralla de la fortaleza podían escucharse un clamor de lamentos.
“¡Caballeros oscuros, retroceded!”
Los caballeros oscuros trataban de mantener la calma; intentaban reagruparse para luchar contra el Rey Hidra. Sin embargo, la parte de la muralla donde estaba apoyándose la bestia terminó colapsando tras no poder soportar por más tiempo su enorme peso.
“Uh, uh, uh, uh.”
“La mur...alla ha ca...ído... Avanzad.”
Al ver la brecha que se les acababa de proporcionar, zombis, necrófagos y esqueletos que se encontraban en la vanguardia, empezaron a avanzar como una avalancha directamente hacia el castillo. ¡En el momento que el muro colapsó había aplastado a muchos soldados de la Orden de Embinyu!
“¡Luchad!”
“¡Soldados de Embinyu, no renunciéis a nuestra tierra santa ante ellos!”
Gran cantidad de tropas empezaron a salir como hormigas de la fortaleza arremetiendo contra los no-muertos. ¡Eran sus últimas tropas restantes de la orden de Embinyu! Los refuerzos ocultos habían estado aguardando su oportunidad para actuar, y ahora se unían a la lucha descansados y con fuerza.
Sin embargo, Barr Khan no iba a permitir que eliminaran a sus huestes.
“¡[Explosión del núcleo]!”
Usando la magia avanzada de nigromante, los cuerpos de los no-muertos estallaron en una explosión en cadena, provocando que los huesos y la carne que salpicaba causaran grandes daños en las tropas de la Orden de Embinyu. Más de un centenar de soldados murieron, dejando gran cantidad de heridos que no serían capaces de continuar luchando debido a la gravedad de los daños sufridos. De no ser por las armaduras y escudos que llevaban los caballeros, el desastre habría causado daños irreparables en el ejército.
¡Los hechizos de Barr Khan eran sumamente letales!
CRRRAAAACK
La pared se empezaba a desmoronar. Los caballeros que morían eran revividos en parte de la legión de los no-muertos a causa de la [Regla Oscura] y se levantaban contra sus compañeros de armas.
“Santo poder, protégeme, concede a tus siervos testamentos y cuerpos como el acero. [Armadura Férrea]”
Magia protectora era lanzada por los sacerdotes con el fin de reforzar al resto de las tropas. Finalmente, ante los estragos y el caos causado por ambos terribles enemigos, el Sumo Sacerdote Feylord hizo su aparición. Estaba revestido con toda clase de artículos de máxima calidad: anillos con gemas incrustadas en los dedos, una pulsera, collares y pendientes de oro macizo. Su equipamiento no se quedaba atrás en comparación de Barr Khan. Las joyas emitían una luz parpadeante con la luz del sol. Un manto bordado con hilos de oro cubría todo su obeso cuerpo.
Feylord gritó:
“Siervos de la orden Embinyu, su dolor desaparecerá y la alegría arderá dentro de cada uno. ¡[Bendición Divina]!”
La magia de bendición del Sumo Sacerdote Feylord no se quedaba atrás de ningún otro jefe de zona. Sin duda, el poder ofensivo del Lich Shire o del Dragón de Hueso era mucho más poderoso, sin embargo, ante los ojos de los soldados, él era como un muro sólido e impenetrable.
En la parte donde se hallaba la brecha en la muralla se formó rápidamente un parapeto de escudos de los soldados de la Orden de Embinyu.
“No vamos a dejar que nuestra tierra sea robada.”
“Eliminad a los enemigos del dios Embinyu. Dadles un tormento eterno.”
“Oh. Oh. ¡OH!”
Con la bendición del Sumo Sacerdote, los soldados dejaban de sentir el dolor y la fatiga. ¡Los esbirros de la Orden de Embinyu avanzaban perfectamente equipados con escudos y armaduras! Estaban demostrando una intimidante fuerza. Golpeaban con sus martillos y hachas a los no-muertos. Aunque hubiera un temible caballero sin cabeza, no podía luchar solo contra cuatro o cinco soldados que se movían juntos, atacando y defendiendo unidos. Sin embargo, con la caída del muro, muchos no-muertos habían penetrado ya por la brecha. Bajo las órdenes de Barr Khan, esqueletos y caballeros de la muerte entraban persiguiendo a los sacerdotes.
“Yo soy Sembrada Veron, caballero de la Onceava Secta de la Orden Embinyu.”
“Ke, ke, ke, ke... Soy el caballero de la muerte Teirum, subordinado de Barr Khan.”
Por todo el campo de batalla los caballeros oscuros estaban peleando con algún caballero de la muerte. En los enfrentamientos, si ganaban los caballeros oscuros la ventaja crecía levemente por su lado, sin embargo, si perdían inmediatamente se levantaban como un nuevo caballero de la muerte o incluso como un caballero de la condenación.
“Un gran demonio.”
“Vamos. Vamos a luchar.”
Algunos de los no-muertos fueron tras el Rey Hidra. Siendo criaturas que no sentían el miedo, se dirigieron en avalancha sobre el Rey Hidra. ¡Sin embargo, no había manera de que el inmenso monstruo fuese sometido por decenas de alocados no-muertos! Cada vez que las nueve cabezas se movían al unísono, los no-muertos eran aplastados, junto con decenas de soldados y sacerdotes. La batalla de la fortaleza Embinyu continuó como una gran pelea entre jaurías de perros.
¡GRROOOAAAAAAAR!
El rugido sin temor del Rey Hidra resonó en todas direcciones como un trueno.
* * *
De pie, junto a unos salvajes en un montículo rocoso, estaba Weed mirando el cielo observando los cambios de dirección de las nubes. Por supuesto, las acciones de Weed no eran para encontrar la iluminación en la naturaleza, como habían hecho antaño algunos héroes y genios.
“El sol está ya en lo alto. Es hora de comer. ¡Todo el mundo! ¡Vamos a comer!”
Weed decidió que era el momento de llenar sus estómagos.
“El cuerpo no se puede sustentar si no se come debidamente.”
Weed no se guardó nada y asó todo el jabalí negro que le quedaba. ¡La mejor barbacoa era la de jabalí! Era la más exquisita de las delicias que se podía comer antes de una gran batalla. Mientras giraba el jabalí, roció mucha sal y pimienta.
¡Glup!
Era el sonido de los salvajes tragando saliva que sonaba fuertemente. Cuando Weed terminó y se sirvió la barbacoa, dio el primer bocado a la carne bien cocida, tan suave que se derretía en la boca. Mientras saboreaban la carne se puso a observar lo que para muchos sería la visión definitiva.
“Esto va a tomar su tiempo.”
La lucha del Rey Hidra, la Orden de Embinyu y Barr Khan apenas estaba dando comienzo. De manera constante el número de no-muertos aumentaba drásticamente y el Rey Hidra se enojaba más mientras destruía la fortaleza como si esta estuviera hecha de arena.
Después de que aparecieran los refuerzos de la Orden de Embinyu, era difícil predecir el rumbo que tomaría la batalla. Parecía como si ligeramente la Orden de Embinyu había sido presionada cuando se derrumbó el muro, pero consiguieron recuperarse rápidamente bloqueando el avance del enemigo gracias al poderío inquebrantable de los soldados de Embinyu y a los esfuerzos de la élite de caballeros oscuros. Por ahora la Orden de Embinyu se mantenía firme en su defensa.
“Increíblemente la fortaleza aún no se ha destruido del todo.”
¡Los arqueros no dejaban de atacar y cubrirse mediante el uso de caminos estrechos y resguardándose en las estructuras! Los sacerdotes también daban su apoyo barriendo a los no-muertos con su magia sagrada. Si la Orden de Embinyu fortaleciera sus defensas, tendrían posibilidades de vencer a los no-muertos.
Mientras, el Rey Hidra había esparcido gas en el campo de batalla; Barr Khan dirigía a sus tropas de no-muertos en la retaguardia donde podían estar a salvo. Era lo suficientemente espantoso de ver para que el espectador quisiera apartar la mirada y aun así no pudieran hacerlo.
Una torre alta empezó a inclinarse peligrosamente, y segundos después se derrumbó por completo. Gárgolas de piedra situadas en lo alto de la torre extendieron sus alas mientras se movían hacía otra. Parecía que Barr Khan había invocado vigías como gárgolas y arpías para acechar desde el aire. Un incendio empezó a propagarse por el castillo y el cielo se empezaba llenar de un humo de color acre. Cientos de soldados habían caído ya en los muros. ¡Era una batalla entre colosos en su máximo esplendor!
Terminando con su comida, Weed abrió los brazos.
“Finalmente es hora de que llegue el último invitado.”
Se había posicionado para recibir al último invitado de honor. El ultimo monstruo jefe que podía invocar con [El Poder del Liberador].
Los tres grupos seguían luchando en la Fortaleza de Embinyu, cuando el cielo se distorsionó enormemente, algo de gran tamaño y de color oscuro se alcanzaba a ver. ¡La esencia de la dignidad y nobleza! Escamas que eran más resistentes que el mithril; una apariencia estética perfecta; un ser que poseía una terrible belleza; algo que era completamente desconocido para el Continente de Versalles.
Una encarnación de gran autoridad. El Dragón Negro.
Entre los jugadores circulaba el rumor que al comerse el corazón de un dragón, se experimentaría un aumento de [Maná] por encima de 5.000 puntos y si un mago pudiera llegar a probarlo, aumentaría su afinidad con la magia de un modo extravagante.
El enorme flujo de maná hizo que el Rey Hidra, Barr Khan y el Sumo Sacerdote Feylord detuvieran sus acciones por un momento, volteando sus miradas hacia el cielo. Era una existencia que podía sumergir a todos en la desesperación.
Ante los ojos de todos apareció un monstruo de pequeñas alas que apenas podía sustentar sus más de sesenta metros. No solo era muy diferente en apariencia a la de un dragón negro, este era mucho más lamentable en comparación también. Para empezar, no tenía barba, y su cabeza se parecía más a la de una serpiente gigante, que para nada emanaba algún tipo de dignidad. El cuerpo de un verdadero dragón superaba de lejos los trescientos metros. Sin embargo, el cuerpo negro que había aparecido no llegaba siquiera a setenta metros de la cabeza hasta la cola. Su cuerpo era delgado y largo. En lugar de llamarlo un dragón, era más bien una serpiente con alas. Este era un intento de criatura que trataba de mutar en un dragón entrenando arduamente y comiendo toneladas de alimentos durante un largo tiempo. Era una imitación de un dragón. ¡El Imoogi Negro!
Weed había invocado a un dragón, algo que simbolizaba su propia perspectiva de fuerza y autoridad. ¡Solamente que este era una falsificación! Aun así era algo que no se podía subestimar bajo ninguna circunstancia, ya que era un Imoogi, un monstruo de clase Rey Serpiente que había pasado por cientos de miles de años para convertirse en uno. Se podría considerar como un pez gordo dentro de la categoría monstruo jefe.
“¡Porque aunque sea una imitación, es la imitación de un dragón!”
El Imoogi Negro abrió sus fauces de par en par.
¡¡GRRAAAAAOOOOR!!
¡El miedo se propagó con el rugido de dragón! Los soldados de la Orden de Embinyu tapaban con sus manos los oídos mientras se tambaleaban. Los no-muertos gemían de dolor ya que las vibraciones les habían llegado hasta los huesos. Incluso los espectros y fantasmas fueron obligados a retirarse. El Imoogi Negro entró a la escena de forma incomparable. Aunque no tuviera la apariencia de un dragón, poseía la fuerza y el miedo de uno verdadero. El castillo completo fue rodeado por este rugido para golpear a todos los monstruos. Ni siquiera el [Rugido del León] de Weed sería rival.
Mientras miraban al Imoogi, el espíritu de pelea de Barr Khan y Feylord se encendió.
“Este es de un tamaño apropiado para matar y convertirlo en un Dragón de Hueso.”
“Sacrificaré eso al dios Embinyu.”
El Imoogi Negro no ignoró esos desafíos.
«¡Estúpidos humanos, no-muertos y una patética Hidra! Un grupo de insectos se ha reunido aquí.»
El Imoogi Negro despreciaba a los tres grupos sin distinción. La cantidad de orgullo que este poseía, era igual al de un verdadero dragón. El Imoogi Negro descendió lentamente para introducirse en la Fortaleza de Embinyu que se enfrentaría una nueva situación.
El Imoogi Negro no necesitaba de hechizos engalanados y complicados. Controlaba directamente la magia sin límites. Rayos del mismo tamaño que su cuerpo y grandes cantidades de insectos que habían sido invocados, atacaron la fortaleza. Los no-muertos y los soldados de la Orden fueron barridos totalmente junto con la propia fortaleza. A pesar de ser una imitación, no por nada tenía el nombre de Imoogi.
* * *
¡La producción de KMC Media!
Todo el personal se había movilizado para analizar y editar el video en tiempo real, tanto el Jefe de Dirección, como los directores y los presidentes por encima de ellos. El personal había quedado impactado por la aparición del segundo invitado de Weed.
“¡Oh!”
“¡¿Esto es real?!”
“¿Cómo puede ser eso...?”
“Entonces, este es el Rey Hidra.”
¡El incomparable Dios de la Guerra, Weed! Hasta la fecha, esta era la primera guerra más grande en la historia del Continente de Versalles. ¡Una Guerra que mostraba fuerzas titánicas de seres mitológicos reunidas en un solo lugar!
Los empleados que eran jugadores de Royal Road no podían apartar la mirada.
‘Los esqueletos son tan aterradores.’
'El ejército de no-muertos es muy fuerte. Si yo fuera el comandante, nunca bajaría de los muros a mis soldados.’
En la base de la fortaleza, hasta donde abarcaba la mirada se podía ver un mar hirviendo de no-muertos. No importaba lo que dijesen, saltar ahí era un suicidio, pero los caballeros oscuros y sacerdotes avanzaban sin vacilar hacia los no-muertos. Al principio presumían de su fuerza, pero lentamente estaban siendo aplastados. Cada vez que uno moría revivía como un no-muerto, expandiendo así el ejército de Barr Khan. Sin embargo, el hecho de que aún no hubieran sucumbido era una hazaña que solo podía demostrar cuán aterrador era realmente el ejército de Embinyu. Aún cuando tomaban un enorme daño, se lanzaban hacia adelante oponiéndose también al Rey Hidra.
‘Impresionante.’
‘Ah, si estuviera allí...’
‘También quiero luchar. Mi nivel está por encima del 320...’
El espíritu de lucha empezaba a prender dentro de los empleados mientras seguían mirando la pantalla. La tensión que era transmitida directamente de la lucha entre la vida y la muerte se encendió como el fuego ante el arrojo sin miedo de los soldados de la Orden de Embinyu. Desde la perspectiva de trabajadores de la cadena, ¿cuánto tiempo había pasado desde que se habían emocionado tanto?
‘Si pudiera recibir una búsqueda como esa una vez, no tendría más nada que desear.’
‘Qué impresionante sería si pudiera luchar allí siendo uno de los esqueletos.’
Todo el personal estaba sumergido en la pelea como si estuvieran allí y rápidamente olvidaron el hambre y la sensación de entumecimiento de sus piernas.
* * *
Weed sacó un abanico que había regateado por treinta monedas de cobre en la tienda de artículos, ya que se había preparado para este tipo de situaciones. Como había pasado un día en el tiempo del Continente de Versalles, la lucha en la Fortaleza de Embinyu se tornó cada vez más intensa y espantosa.
Abanico de escasas plumas
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Durabilidad: 3/5.
[Daño]: 0 – 1.
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Un abanico para niños pequeños que ni siquiera sirve para usarse como juguete. Puede hacer un poco de viento, pero es inútil para aliviar el calor.
Parece que incitará a la rabia y frustración de alguien si se da como un regalo.
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Mientras Weed agitaba suavemente el abanico, Amarillento llegó al lado de su amo, pero inmediatamente se alejó de él volviendo a pastorear, ya que observar la crudeza del combate no era de su agrado.
Una sonrisa se dibujó en el rostro de Weed.
“Como era de esperar, todo va como lo planeé.”
Weed dio una palmada distraídamente.
“Zhuge Liang fue sin duda un estratega admirable.”
La Orden de Embinyu tenía la ventaja en el elemento geográfico y un poder militar abrumador. Barr Khan podía seguir levantando no-muertos de bajo y medio nivel de manera indefinida. El Rey Hidra agitaba el campo de batalla con su regeneración casi ilimitada. Y por último, el dragón Imoogi que no era diferente a un verdugo, y aunque fuera una imitación, estaba barriendo a la Orden de Embinyu y a los no-muertos.
¡La Orden de Embinyu, Barr Khan, el Rey Hidra, y el Imoogi Negro!
“Esto en realidad es una división de cuatro frentes.”
Era una actualización de la división en tres partes que se decía había causado Zhuge Liang en la Guerra de los Tres Reinos. Por supuesto, estos eran en su totalidad solo los pensamientos de Weed.
Los Hermanos Fénix le preguntaron a Bingryong.
“Hermano Superior, ¿qué es la división de cuatro frentes?”
“No sé. Amarillento, ¿lo sabes?”
“Yo tampoco lo sé... Muuuuu.”
Las esculturas se preguntaban entre sí, pero no daban con la respuesta correcta, hasta que el gran hermano Bingryong, lo dijo de forma sutil después de pensarlo un poco más con su alta inteligencia.
“Yo pienso que los cuatro frentes se refiere a los cuatro grupos que están luchando divididos y atacándose entre sí. Han estado atrapados en un punto muerto en un estado de congelación, aun sin necesidad de mi aliento.”
Los Hermanos Fénix estaban asombrados, además de por la sabiduría de Bingryong, por la de su amo Weed.
“Es una trama realmente impresionante.”
“Y pensar que el Maestro tenía un buen truco bajo la manga.”
Literalmente, los fénix fueron clasificados como pájaros, incapaces de superarse a sí mismos, siendo fácilmente impresionados por la estrategia de Weed.
Bingryong se agachó y dijo:
“No subestimen al Maestro, es una persona sorprendentemente inteligente en ocasiones.”
“Sí, Mayor.”
Habiéndose quedado en su mayoría fuera de la conversación por ir a pastorear, Amarillento preguntó:
“¿Qué diferencia hace el invocar a una persona más en una pelea que ya era de tres?”
“......”
Bingryong no podía pensar en nada decente como respuesta. Con solo un ligero cambio de perspectiva, podría ser fácilmente considerado como tal. Si Zhuge Liang había logrado enfrentar los tres reinos Wei, Shu y Wu de una manera muy ingeniosa hasta conseguir una victoria táctica, entonces Weed era diferente. Su experiencia se había desarrollado luchando de manera continuada contra monstruos que le superaban en nivel y poniendo su vida al límite.
Con la información que había recopilado a través de la Unión de Jugadores Oscuros y los foros de Royal Road, había cuidadosamente escogido a los monstruos que iba a invocar. Los cuatro eran demasiado orgullosos para retroceder ante un enemigo poderoso. No cesarían hasta que solo uno de ellos prevaleciera.
Ignorando la conversación entre las esculturas, Weed siguió abanicándose lentamente.
“¡El verdadero objeto de enfrentar las cuatro partes no está aquí!”
El complot que tramó Zhuge Liang era muy admirado aún a día de hoy. Aunque Zhuge Liang se encontraba en una situación desventajosa, consiguió detener el avance del reino Wei. Sin embargo, solo con eso no hubiera conseguido lograr la unificación nacional. Weed sabía que aunque había llamado a colosales fuerzas a luchar en una guerra sin cuartel esto no serviría de nada si la misión fracasaba.
“Por ahora nos toca esperar. Cuando las cuatro partes se cansen de luchar y sus fuerzas se hayan debilitado, es cuando nosotros entraremos en acción para hacernos con la victoria final.”
Mientras escuchaban las palabras de Weed, Bingryong y los Hermanos Fénix asentían enérgicamente.
“Una trama extraordinaria.”
“Como era de esperar del Maestro.”
“Vamos a arrastrar a la Orden Embinyu al abismo, y de paso cazaremos a los otros monstruos. Este es el mejor enfoque.”
De la misma manera que siempre estaba atento a las promociones de 2x1 que ponían los supermercados, Weed iba a poner su vida en juego y aprovechar esta oportunidad para sacar el máximo beneficio. ¡Se llevaría tres por el precio de uno! Esa era la mentalidad de un malvado ladrón.
Aun así, Amarillento seguía con ciertas dudas.
“¿No es peligroso hacer que otros peleen y luego atacarlos a todos cuando estén cansados? Muuuuuuu.”
¡A pesar de que podría ser visto como el plan de un genio, al final era un enorme desafío! La diferencia entre el éxito y el fracaso podría ser vista como una línea muy delgada. Weed permaneció inquieto observando la tensión de la batalla, como si estuviera caminando en una cuerda floja.
‘Esto va a ser muy difícil. Aunque ya contaba con que no sería sencillo, puesto que es una misión de dificultad de clase S.’
Había considerado el poder de la Orden de Embinyu como muy alto, ya que las misiones en cadena que había ido realizando habían sido cada vez más difíciles de superar a medida que iba progresando. Demasiadas incógnitas seguían en el aire.
¡La cantidad de tropas que aún permanecían ocultas en la fortaleza era desconocida y no se podían subestimar! Si llegaban las tribus aliadas de la Orden, las posibilidades de tener éxito con la misión disminuirían notablemente. Incluso si Barr Khan ganaba al final, todavía sería extremadamente difícil. Para tener éxito en la misión, necesita capturar la fortaleza. Tomarla de las manos de los no-muertos sería igual de complicado que con la Orden de Embinyu.
“Solo tengo que esperar un poco más.” ― murmuró Weed mostrando una mirada afilada.
Si solamente permanecía como espectador, aun si la misión se completaba, no ganaría ninguna recompensa ya que su participación había sido muy poca. Imaginando cuán increíbles tendrían que ser las recompensas de una misión de rango ‘S’ no permanecería solamente mirando el paisaje.
Las cuatro facciones parecían estar llegando al límite de sus fuerzas. Aunque Barr Khan era un Lich con una vitalidad casi infinita, estaba siendo acosado sin tregua por los ataques concentrados de los sacerdotes de la Orden de Embinyu. La magia sagrada caía sin descanso sobre la Legión de los no-muertos. Incluso el Sumo Sacerdote Feylord se había unido a la ofensiva. Dentro de la fortaleza, el Rey Hidra se estaba volviendo más lento por el continuo asalto de los no-muertos y la fuerza del Imoogi ya no parecía la misma que la del principio. La fortaleza ardía como en un mar de fuego. La batalla se precipitaba hacia su clímax.
Weed desenfundó su espada.
“Ahora ha llegado el momento.”
Las tribus de la alianza, descansados y vitalizados, se levantaron con los ojos brillantes. Habían aguardado lo suficiente y se habían alimentado adecuadamente, por lo que su autoestima había sido restaurada. Su recuperación había sido sorprendentemente rápida. Por supuesto fue en mayor parte debido a que Weed les había prohibido ver la pelea que se desarrollaba en la fortaleza. De no ser así aun estarían más deprimidos al ver lo monstruosamente fuertes que eran el Imoogi Negro, el Rey Hidra y la Legión de los no-muertos.
“Es hora de cazar. ¡Todas las tropas, adelante!”
Weed avanzó hacia la fortaleza seguido de las tribus, Amarillento, Bingryong, y los Hermanos Fénix.
* * *
¡RAAAAAAAUUR!
El Imoogi Negro estaba convocando y arrojando grandes rocas desde el aire mientras sobrevolaba la zona.
“Está cerca del suelo. Disparad ahora.”
“¡Concentren los ataques mágicos hacia el dragón!”
La magia sagrada de los sacerdotes y las flechas de los arqueros se elevaron hacia el cielo. Arqueros y magos esqueletos no se quedaron atrás y desataron grandes bolas de magia y peligrosas auras verdes venenosas hacia al cielo. ¡Un verdadero dragón hubiera acabado con esas bolas insignificantes con una sola mirada! Sin embargo, el Imoogi batió sus alas para esquivar los ataques mágicos. Sin darle ningún momento de descanso, le llovían ataques de todas partes causando que algunos impactaran en su pecho y en su espalda. No solo ellos, sino que los caballeros oscuros estaban constantemente atacando con sus espadas hacia el cuerpo del Imoogi cuando este planeaba cerca del suelo.
Solo con observarlo se notaba claramente que estaba mucho más debilitado que al principio. Sus duras escamas podían soportar fácilmente las oleadas de flechas, pero se esforzaba en evitarlas. Aun así, tras haber recibido varios ataques de los magos no-muertos y los sacerdotes de la Orden de Embinyu, habían aparecido arañazos en sus impecables y brillantes escamas.
Sin embargo, seguía siendo una temible criatura. Nada más empezar había lanzado llamaradas abrasadoras que quemaron severamente las siete de las cabezas del Rey Hidra, y reduciendo la mitad de la fortaleza de Embinyu a cenizas. Sin señales de detenerse, había expulsado un veneno corrosivo, llevándose por delante a una parte considerable del ejército no-muerto. Tales poderosos hechizos habían mermado notablemente el maná de la criatura. ¡Sin embargo, seguía siendo un Imoogi! Su habilidad en el combate era excepcional.
«Es un sabrrrroso drrrragón. ¡Vamos a comerrrr!»
Aunque ya había devorado más de un millar de soldados, las cabezas del Rey Hidra volaron famélicas hacia el Imoogi, abriendo de par en par sus fauces.
«¿Te atreves? ¡Una insignificante criatura como tú!»
El Imoogi Negro se retorció en el aire cortando por la parte inferior el cuello del Rey Hidra, decapitando limpiamente la cabeza. Sin embargo, en cuestión de segundos, la cabeza se había regenerado de nuevo. ¡Una regeneración que superaba a la de los trolls!
Habiendo intercambiado ataques con Barr Khan, el Sumo Sacerdote Feylord empezó a ladrar órdenes a sus sacerdotes.
“Recitad el hechizo de sacrificio.”
“Terrible dios Embinyu, entregamos nuestros cuerpos, envíanos una espada para que haga temblar al mundo. ¡[Espada del Sacrificio]!”
Cien sacerdotes perdieron su salud y se desplomaron. Inmediatamente después, una inmensa espada de luz dorada se formó sobre el Imoogi y lo golpeó. El falso dragón intentó estabilizarse con urgencia después de recibir tan poderoso golpe, mientras que al mismo tiempo intentaba evadir una oleada de ataques de los sacerdotes, pero para su desgracia, una de sus delgadas alas fue alcanzada y fue cortada limpiamente. El Imoogi Negro cayó en picado gritando con agonía.
¡RAAAAAAAAUUUR!
«¡Bastardos cobardes!»
El Imoogi Negro dio vueltas y vueltas hasta que se estrelló contra los restos de la fortaleza. Cientos de soldados, espíritus demoníacos y no-muertos fueron aplastados bajo su peso.
“¡Cazad al dragón!”
“¡Atrapen a ese bastardo!”
Soldados y no-muertos se precipitaron hacia adelante. Pero aún estando acorralado, el Imoogi luchó ferozmente. Sus ojos brillaron viciosamente haciendo que los soldados humanos se congelaran en sus posiciones, incapaces de pelear. Sin embargo, eso no detuvo a los no-muertos. Los caballeros de la condenación cortaron salvajemente sus escamas, mientras los ataques de flechas y magia se concentraban sobre él sin darle ninguna ocasión de usar magia de curación.
Los caballeros oscuros y los caballeros de la condenación se abalanzaban hacia él como un enjambre de mosquitos, restando poco a poco la salud del Imoogi Negro.
* * *
Weed, y sus huestes descendían de la montaña rocosa.
“¡Golpead primero a los no-muertos!” ― gritó Weed mientras arremetía contra los no-muertos de la periferia. ― “Cazad a los no-muertos lejos de Barr Khan.”
Las tribus de la alianza empezaron a disparar flechas a los necrófagos y zombis. Llenos del poder de los chamanes de la tribu Lekiye, los no-muertos que estaban siendo golpeados por las flechas estallaron en llamas o se congelaban.
“¡Destruidlos completamente para que no puedan regenerarse!”
Weed había empezado primero por los no-muertos, matándolos lentamente. Luchaba en la vanguardia junto con los musculosos guerreros de la tribu Vejague allí donde los Hermanos Fénix y Bingryong habrían una brecha. Con la habilidad [Hoja del Escultor], se deslizaba hacia sus puntos vitales y los destruía por completo para que no tuvieran tiempo a regenerarse. Tampoco se olvidó de recoger furtivamente el botín. ¡Esa era la razón más importante al atacar primero a los no-muertos!
Bingryong avanzaba primero, pisoteando y derribando sin cuartel, mientras los fénix derretían a los no-muertos. ¡Las llamas a altas temperaturas eran la segunda arma más efectiva contra los no-muertos después de la magia sagrada! El fuego de los fénix incluso tenía un ligero efecto de purificación, así que los esqueletos, necrófagos y zombis caían para no volver a levantarse.
¡MUUUUUUU!
Amarillento no se quedaba atrás, estaba luchando vigorosamente alrededor de Bingryong. Tenía un ferviente deseo de conseguir mucho dinero para comprar heno y alimentar a sus futuros terneros, además de construir un establo para proteger a su familia de las inclemencias del tiempo. Sin embargo, no se acercaba al área alrededor de los Fénix. ¡No quería terminar como un filete asado!
Weed fácilmente masacraba a los no-muertos fuera de la fortaleza, ya que las fuerzas principales estaban combatiendo dentro de los muros, así que no era una tarea difícil.
“La cantidad de tropas de ambos lados ha disminuido considerablemente.”
Anteriormente había más de diez mil no-muertos y más de veinte mil tropas de la Orden Embinyu. Sin embargo, el poder restante de ambos lados fue debilitado hasta aproximadamente dos mil en cada bando. ¡Los soldados habían sido derretidos por el Imoogi Negro o comidos por el Rey Hidra! También tuvieron grandes pérdidas por los combates entre los dos enormes ejércitos. Eso era una muestra clara de lo despiadada que podía ser una guerra.
Su contribución sería mucho menor cuando completara la misión, ¡pero se vio obligado a aceptar esta pérdida!
Cerca del muro destruido, los no-muertos y soldados de Embinyu estaban peleando mientras levantan una nube de polvo. El Rey Hidra, el Imoogi Negro, Barr Khan y Feylord estaban luchando una batalla feroz en el mismo lugar.
“¡Vamos a entrar a la fortaleza y barrer los restos!”
¡El enemigo estaba debilitado! Aun así, Weed y los salvajes no podían garantizar la victoria sobre ninguno de los grupos. Barr Khan sería tan duro como siempre. El Rey Hidra era violento e impredecible. La Orden Embinyu seguía siendo hostil hacia ellos, y el Imoogi Negro luchaba con fiereza a pesar de estar rodeado. Si se metían en una pelea de tiburones descuidadamente, no había ninguna regla que impidiese que fueran rápidamente devorados.
Weed gritó vigorosamente, pero los salvajes se miraron vacilantes.
“Es peligroso en el interior.”
“Es mejor si no entramos.”
Tal vez porque se sentían muy incómodos, los salvajes estaban retrocediendo lentamente. Sin embargo...
“Debemos capturar la fortaleza, si nos retiramos ahora, tendréis que vivir como esclavos de la Orden de Embinyu para siempre.”
«¡¡ALIANZA DE LOS LIBERTADORES, LUCHEMOS CON HONOR!!»
Con el [Rugido del León], las tribus recobraban su espíritu de lucha nuevamente. Pero Bingryong, los Fénix y Amarillento también estaban retrocediendo.
“Maestro.”
“No creo que realmente necesitemos entrar.”
¡La insolencia de las esculturas! Por más que Weed los golpeara, no se les quitaría esa costumbre tan fácil. Amarillento como amante de la paz ya no quería pelear más. ¡Había obtenido ya un generoso botín!
Weed asintió con la cabeza.
“Está bien, entiendo vuestra posición, no he sido lo suficientemente considerado, lo siento de veras.”
¡Una franca autoreflexión y disculpa! Estas cosas no debían venir de su Maestro. Weed, el hombre que siempre chantajeaba e insistía, inclinó la cabeza hacia sus subordinados.
“Perdonadme. Y no os preocupéis por mí.”
“¿Maestro?”
“Esta será la última vez que me veáis. Voy a luchar valientemente junto a las tribus aliadas y cumplir con mi deber... Recordad este momento para siempre en vuestra memoria.”
“¡Maestro!”
“Amarillento, olvídate de mí y ve a un lugar seguro para que puedas descansar y vivir cómodamente. Estoy especialmente lleno de un profundo pesar porque no voy a ser capaz de tratarte bien hasta el final.”
¡MUUUUUUUU!
“Come mucha hierba saludable y sé padre de muchas pequeñas terneras. Incluso si no tienes dinero, a pesar de todo no debes tomar ningún préstamo.”
¡MUUUUUUUUUUUUUU!
Eran palabras similares a un testamento. El muy sensible Amarillento empezó a llorar desconsoladamente.
“Lamento haberos hecho sufrir sin hacer nada por vosotros a cambio. La atmósfera se pondrá incómoda si nuestra despedida es demasiado larga, así que me iré.”
Entonces Weed se dio la vuelta y se alejó. Sin embargo, su ritmo no era rápido en absoluto. Estaba alejándose lentamente dando espacio a sus esculturas como para que le siguieran. Sus hombros se encorvaron como si soportara un gran peso y su cabeza colgaba balanceándose sin fuerza.
“¡Maestro, vayamos juntos!”
Bingryong batió sus alas con fuerza hacia la fortaleza, seguido de cerca por los Fénix. Amarillento pateó el suelo con su pata trasera y se posicionó para cargar.
¡Las esculturas estaban preparadas para la batalla!