martes, 20 de julio de 2021

SYN Capítulo 141

Volumen 13 Capítulo 10
Persuasión
Traducido por Alsabov y Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder

Los más de ciento treinta mil Soldados Sombra de Elite que sobrevivieron la guerra anterior bajo el mando del Soberano de las Sombras se escondieron en la sombra de ese humano, intentando hacer todo lo posible para pasar desapercibidos. Era una trampa. El Soberano del Cuerpo de Hierro, se encontró de repente con el ejército de sobras y sintió una sensación de mareo, como si estuviera siendo absorbido por un pantano.
Maldita sea.
Actualmente, la Legión occidental que lideraba no tenía el poder para enfrentarse a la Legión de las Sombras. Además, los que estaban a la vanguardia eran Belion e Ygritte, por lo que el Soberano estaba preocupado por su propio cuello. Lo más probable es que el ejército de Sombras, o su Soberano, estaban esperando eso.
Tengo que avisar…
El Soberano del Cuerpo de Hierro hizo todo lo posible para comunicarse con el Soberano de la Perdición. Sin embargo, había una clase de poder que le impedía ponerse en contacto con él.
¿Podría ser…?
¿El Soberano de las Sombras llegó tan lejos en sus planes? El Soberano del Cuerpo de Hierro activo su percepción sensorial para localizar el origen de este poder que bloqueaba su intento de comunicarse con el Monarca de los Dragones. Luego, junto aYgritte, descubrió a un chamán Alto Orco que estaba murmurando alguna clase de conjuro mientras sostenía un objeto pequeño en su mano. “¡……!” Su magia estaba interrumpiendo toda comunicación con el resto de Soberanos. Después de renacer como un verdadero soldado sombra, la magia de Colmillo, mientras era potenciada por la Perla de la Avaricia, tenía el suficiente poder para llevar a cabo esa tarea. * Sonrisa * Colmillo se sonrojó tímidamente cuando sus ojos se encontraron con el Monarca al que sirvió en el pasado. Aun así, no dejó de cantar el conjuro. El Monarca de los Humanoides, el Soberano del Cuerpo de Hierro sintió como una fuerte ira brotaba de su interior.
“¡Como os atrevéis!”
No, esta no era una estrategia que saldría de la cabeza del Soberano de las Sombras, ni que decir sus soldados. No era como actuaba la Legión de las Sombras; ese ejército que siempre sentenciaba con una muerte inevitable a los enemigos que tenía delante. Esto era…
El camino de los humanoides…
El actual Soberano de las Sombras, que era un humano, estaba corrompiendo la manera de hacer la guerra. ¡No tenía orgullo como Soberano! Verdaderamente enojado, el Soberano del Cuerpo de Hierro expandió sus músculos. Unos tendones gruesos sobresalieron de su cuerpo, pareciendo que fuera a explotar.
“¡Ese bastardo no merece ser un Soberano!” – gritó con fuerza.
En un instante, se movió justo frente a Colmillo, pero fue detenido repentinamente por Beru. ¡Boom…! Beru agarró ambas manos del Monarca y comenzó a competir con él en fuerza bruta. Miro al enemigo a los ojos y le hablo en el lenguaje de los monstruos.
“Eso que acabas de decir… Retíralo. Si no, pagaras un alto precio por haber insultado a mi Señor.”
Sin embargo, el Soberano del Cuerpo de Hierro gritó con fuerza, como si quisiera torcer el brazo de Beru con sus palabras.
“¡Como se atreve un insignificante soldado a interponerse en el camino de un Soberano!”
Entonces… “¡Kiieeeeeehk!” Al mismo tiempo que estallaba ese chillido ensordecedor, el tamaño de Beru se expandió al doble de su tamaño.
* * *
El Monarca de los Dragones lo vio. Mientras dudaba, innumerables soldados del Mundo del Caos perdieron la vida e igual número de Soldados Sombra se alzaron desde los muertos. Chispas de ira brillaron en los ojos del Soberano mientras salía por la puerta. Y al final de esa mirada, estaba Jinwoo convertido en una gran tormenta, que devoraba todo el ejército del Mundo del Caos. Ese hombre… ¡Debía matarlo! El Monarca de los Dragones aún no había revelado su verdadera forma, pero con su forma humanoide arrojó apresuradamente su aliento de destrucción. ¡Uaaaaaaaah…! El resplandor del fuego ilumino con fuerza desde la distancia. Jinwoo, a pesar que estaba en trance destrozando al ejército del Mundo del Caos, no se perdió ese momento. ‘¡Es él!’ La silueta de Jinwoo se desvaneció en el acto. Justo después, todos los soldados del Mundo del Caos, así como los nuevos Soldados Sombra quedaron expuestos al aliento y desaparecieron sin dejar rastro. ¡Uaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah…! Jinwoo escapó justo a tiempo y apareció en un lugar no muy alejado. Al terminar su ataque, el Monarca de los Dragón lo miró. Dragones Antiguos, Dragones Emperador y Dragones normales aparecieron por las innumerables puertas abiertas a su espalda. El Monarca de los Dragones, el Soberano de la perdición. La fuerza principal de la Legión de la Perdición, un poder capaz de destruir el mundo entero en un día, apareció para acabar con el Soberano de las Sombras. Y frente a él. Se encontraba el Monarca entre monarcas, aquel que gobernaba al resto de Soberanos: Berserk, el Soberano de la Perdición. “……” Jinwoo tragó saliva ante el inmenso y casi infinito poder que sintió del Dragón. Al instante, todos y cada uno de los Soldados Sombra que combatían a las fuerzas del Mundo del Caos se detuvieron y se retiraron. Al igual que el ejército de dragones, se colocaron detrás de Jinwoo. El Monarca de los Dragones sonrió.
“¿Esos patéticos soldados son todo lo que tienes?”
Había creado miles de nuevos soldados sombra matando enemigos. Pero en frente, había más de diez millones de soldados, cientos de dragones y el ser más peligroso de todos: Berserk. Jinwoo sabía la diferencia de poder que había entre las fuerzas militares de cada bando. Por eso eligió ese plan desde el principio. “¡Vamos!” – ordenó Jinwoo, tras reunir a los soldados sombra en un solo lugar. Al mismo tiempo, una expresión de duda apareció en el rostro del Monarca de los Dragones.
¿Busca un combate directo después de ver a mis soldados?
¡Eran las acciones de un loco! Sin embargo, a pesar de las sospechas del Soberano, los soldados de las sombras se apresuraron hacia adelante. Los Dragones inmediatamente lanzaron poderosas llamas hacia ellos. ¡Uaaaaaaaaaaaaaah…! Con eso, los soldados de las sombras envueltos en llamas desaparecieron como objetos desechables, sin ningún indicio de regeneración. Se dio cuenta de que solo los usó para ganar tiempo.
¿Dónde se metió…?
Rápidamente expandió su percepción sensorial. El Soberano de las Sombras estaba huyendo a través de su sombra. El Monarca se rio ante esa patética actuación. Su plan debía haber sido devorar lentamente a las tropas del Mundo del Caos, mientras hacía que se desgastaran lentamente, pero no había tenido en cuenta un pequeño detalle. El Soberano de la Perdición podía seguirlo con facilidad. Y poco después, se dio cuenta de que la Sombra de JInwoo había aparecido en el campo de batalla occidental. ‘¡Ahí estás!’ Nunca lo dejaría escapar. El Soberano creó una puerta hacia el lugar donde había aparecido Jinwoo, y saltó dentro. Pero tan pronto como salió por la puerta… “……” Pudo ver un gran ejército de 130.000 soldados rodeándolo. Y eso no era todo. Jinwoo, que había estado esperando la llegada del Monarca, habló lentamente, en voz baja. “…Surge.” Con esa sola palabra, cada criatura que pertenecía al ejército occidental del Mundo del Caos., y que había sido asesinada por el ejército de las Sombras se levantó. El Monarca de los Dragones miro a los Soldados Sombra que ahora se acercaban a los 200.000.
“¿Esto es lo que estabas buscando?”
Atraer al enemigo a un campo de batalla en el que tenías la ventaja. Esa táctica era lo único que podía hacer para ganar la guerra, ante su abrumadora inferioridad numérica, pero aun así la sonrisa burlona no desapareció del rostro del Monarca. “Patético.” Al fin sabía cuáles eran las intenciones del Soberano de las Sombras. Aunque perdió todo el ejército occidental en el proceso, no era un problema si podía acabar con el Soberano de las Sombras. ‘Hasta perder a la mitad del ejército es aceptable.’ El miedo surge de no poder predecir el futuro. Pero ahora su oponente había revelado todas sus cartas.
“Soberano de las Sombras.” – dijo el Monarca mientras miraba a Jinwoo. – “Debes haber pensado que solo yo podría perseguirte…”
Estaba equivocado. Había un Soberano del Mundo del Caos que sobresalía en la magia. El Monarca de los Fantasmas ya estaba preparado para un posible ataque sorpresa de la Legión de las Sombras, y creó innumerables puertas que conectaban los dos campos de batalla. Poco después, innumerables soldados del Mundo del Caos aparecieron en tropel. Los 200.000 soldados de la Legión de la Sombras eran insignificantes. En este momento, su plan se había destruido por completo. Un error de cálculo lo llevaría a la muerte. El Monarca de los Dragones miró fijamente a Jinwoo con una expresión exultante en su rostro.
“Esta es tu derrota.”
Sin embargo, Jinwoo le sonrió. Fue solo un instante, pero sonrió mientras el Monarca de los Dragones lo miraba con una cara de satisfacción. ‘Te tengo.’ El Soberano de la Perdición había actuado tal y como predijo. Por supuesto, el Monarca no se perdió esa breve sonrisa.
¿Sonrió…?
La invocación de los Soldados Sombra se canceló y fueron arrastrados bajo los pies del Soberano de las Sombras.
¿Qué diablos está pensando?
Retirar a sus soldados no era diferente a un suicidio. Sin ellos, ni siquiera podía ganar tiempo para huir. Incluso si no quería perder a sus preciados soldados, ¡nunca pensó que sería lo suficientemente estúpido para huir sin dejarlos atrás! Antes de que pudiera hacer cualquier otro movimiento, el Soberano de la Perdición acortó la distancia que los separaba. Al mismo tiempo, todas las tropas del Mundo del Caos lo siguieron hacia Jinwoo. Los ojos de las decenas de cientos de miles de soldados que salían por la puerta estaban fijos únicamente en Jinwoo. Cuando el Monarca de los Dragones llegó ante su nariz para atraparlo… Los ojos de Jinwoo cambiaron y adoptaron los rasgos de un Dragón. Solo entonces se dio cuenta de que algo iba mal.
“¡TU…!”
El silenció desapareció. “……” Un rugido áspero brotó de la boca de Jinwoo. ¡Un grito que hundía las almas de todos los que lo rodeaban en la desesperación!
“¡UAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA…!”
El miedo de Dragón. La más cruel y despiadada habilidad de los Dragones que había aprendido a través de la piedra de Kamish. Debido a que era un poder que no diferenciaba amigos de enemigos, no había mostrado interés en ella. ‘¡Ahora es diferente!’ La habilidad que arrojó al infierno a cientos de cazadores de primer nivel que se habían juntado para tratar con el Dragón estaba siendo usada contra los Dragones.
“¡…AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRGH!”
De la misma forma que Kamish había hecho con los cazadores humanos en el pasado, el Soberano de las Sombras congeló a todos los soldados del Soberano de la Perdición. Solo un ser podía librarse de los efectos del Miedo creado por la inmensa reserva de Maná del Soberano de las Sombras: El Monarca de los Dragones. Tras congelar en un instante a todos y cada uno de los soldados enemigos, Jinwoo alargó su mano y agarró el brazo del Soberano de la Perdición.
“¡Bastardo…!”
El ceño del Soberano se frunció. Jinwoo agarró con fuerza mientras aparecía una sonrisa en sus labios.
“Te vienes conmigo.”
La sobra que se encontraba bajo los pues de Jinwoo se expandió lo suficiente como para tragarse los pies del Monarca.
¿Había esperado este momento desde el principio…?– pensó con un rostro serio.
Desde el momento en que se mostró en el campo de batalla, envió al ejército de las Sombras sigilosamente al oeste y, finalmente, atrajo al Monarca de los Dragones hasta aquí. ¿Fue todo por este único movimiento? Aunque este humano era su enemigo, el Monarca de los Dragones no pudo evitar admirar la meticulosidad del Soberano de las Sombras. Al inicio, creo una situación que lo obligo a hacer su movimiento, y lo hizo bajar la guardia con lo que parecía una táctica obvia, para finalmente, lograr lo que quería con un truco inesperado. ‘Pensar que usó el Miedo del Dragón…’ La expresión del monarca era la de alguien que se había tragado un sapo. Jinwoo apretó con más fuerza el brazo de la criatura después de ver esa expresión. ‘Lo conseguí.’ No hubo ningún error. Solo le quedaban un par de pasos más… En poco tiempo, la sombra cubrió al Monarca y a Jinwoo. La oscuridad los cubrió y rápidamente emergieron en la ubicación deseada, había logrado traerlo al campo de combate de su elección. Jinwoo rápidamente se distancio de su oponente. Ahora que estaba alejado de sus subordinados, el Soberano miró a su alrededor con curiosidad. “¿Y esto es…?” “El punto opuesto a donde se encuentra tu ejército.” Era incorrecto denominarlo de esa manera, pero seguía estando lejos. Estaban en Japón. La tierra donde murió el Monarca de los Gigantes y el lugar que expulsó una enorme cantidad de maná. La tierra y el aire estaban cubiertos por tanto maná que debería ser capaz de resistir los golpes que haría el Soberano de la Perdición. Gracias a los esfuerzos de los soldados sombra, todos los árboles habían sido talados y, lo que antes era un mar de árboles, ahora era una llanura estéril interminable. En ella, destacaba una enorme fortaleza blanca construido sobre un cerro.
“¿Este es tu castillo?” – preguntó el Monarca, mientras señalaba hacia una bandera negra que ondeaba sobre el castillo blanco.
“…Algo así.” “Tiene un tamaño vergonzoso para ser el castillo del Soberano de las Sombras.”
No sabía porque, pero por un instante sintió pena por Beru. Por supuesto, no había necesidad de caer en las provocaciones del enemigo.
“Creo que tiene el tamaño adecuado para un edificio que conmemora tu muerte.” – advirtió Jinwoo al Monarca. Ya fuera por confianza o por valentía, estaba extrañamente relajado.
Finalmente, la mirada del Soberano cayó sobre JInwoo, que no trató de evadir su mirada. “……” El Monarca cerró los ojos y trató de comunicarse con sus subordinados. Desafortunadamente, no pudo captar ninguna señal. El hechizo de alguien que tomó prestado el poder del Soberano de las Sombras estaba interfiriendo la comunicación. Se dio cuenta de que el Soberano de las Sombras lo había preparado todo desde el principio para incomunicarlo. Lentamente abrió sus ojos nuevamente y se encontró con todo el Ejercito de las Sombras rodeándolo. De repente, la batalla que debía ser de 10 millones contra uno se había dado la vuelta en su contra y ahora era de 200.000 contra él. Había sido rodeado.
“Así que… Una batalla donde veré si puedo aguantar hasta que mis soldados me encuentres.”
Sin embargo, su expresión no era tan sombría como podría esperar, dada la situación. Le gustaba aplastar a su enemigo con números abrumadores, pero también disfrutaba pelear cuando tenía que hacerse cargo de una gran cantidad de enemigos por su cuenta. En resumen, era una existencia nacida únicamente para luchar. La encarnación de la perdición que no dudaría en morir en una guerra cargada de sangre, gritos, locura y destrucción. Por eso, el Monarca de los Dragones sonrió.
“Déjame mostrarte como se hace.”
La sonrisa desapareció cuando terminó de hablar. Al mismo tiempo, Jinwoo sintió que algo estaba mal. Unos sentidos que iban más allá del límite de la humanidad le estaba advirtiendo del peligro. Espeluznante. Al mismo tiempo que un escalofrío le recorría la espalda, se le puso la piel de gallina por todo el cuerpo. Luego, como sacado de una película de serie B, un aterrador rugido capaz de detener un corazón con solo escucharlo resonó a su alrededor.
“¡UAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA…!”
El Miedo del Dragón que solo el Monarca de todos los Dragones podía realizar. Un nivel de terror del que nunca había oído hablar golpeó a toda la legión de las Sombras como una poderosa onda de choque.
“¡…AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA…”
Una vibración constante sacudió la atmósfera innumerables veces. El suelo tembló. Conforme una sacudida parecida a la de un terremoto reverbero por el mundo, Jinwoo detecto el extremo terror, dolor y confusión de sus soldados, por lo que los retiro rápidamente dentro de su sombra.
“¡…AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRGH!”
Y en el proceso, se sintió brutalmente mareado. Tanto, que se tambaleó por un breve momento. El Monarca finamente terminó su rugido y elevó las comisuras de su boca en una enorme sonrisa al ver lo pálido que estaba Jinwoo.
“Así ruge un Dragón.”
El verdadero Miedo del Dragón. Jinwoo sacudió con fuerza su cabeza para deshacerse de los efectos del ataque. Mientras tanto, el Dragón habló con calma.
“Cuando me agarraste del brazo, pude liberarme con facilidad. Pero había una razón para no hacerlo…” – continuó. – “Me impresionaron tus esfuerzos para llevarme tan lejos.”
Jinwoo miró al Soberano, que lo estaba elogiando con unos ojos extraños. Sin embargo, no había señal alguna de burla en su mirada.
“Eso hizo que quisiera tener una conversación en un sitio tranquilo. Desde una posición de igualdad.”
La respiración de Jinwoo, desestabilizada por el ataque del Miedo del Dragón, volvió a la normalidad. Enderezó su postura y aumentó su vigilancia. El Monarca continuó hablando a pesar del silencio de Jinwoo.
“Ya que heredaste los recuerdos del anterior Soberano de las Sombras, ya lo debes saber… Nuestro verdadero enemigo no es este planeta, sino lo que está más allá de los cielos.”
El ejército de los Gobernantes. Su primera y única misión era aniquilar a los Soberanos nacidos de la oscuridad y obviamente, el Soberano de las Sombras no era una excepción.
“En un principio pensé deshacerme de ti y prepararme para luchar contra ellos. Sin embargo, cambie de opinión después de verte pelear. Tienes habilidades diferentes a las de Ashbon. Y con ellas, puedo ver nuestra completa victoria.”
El Monarca extendió su mano hacia Jinwoo.
“Si sostienes mi mano, haré lo que quieras.”
La mirada de Jinwoo bajó hacia la mano extendida.
“Si quieres salvar a tu familia, que así sea. Si quieres salvar tu nación, considéralo un hecho. Si quieres que abandone este lugar, está bien. Mis soldados y yo nos retiraremos en silencio de este mundo.”
Jinwoo que había estado mirando fijamente la mano del Soberano levantó lentamente la vista hasta terminar deteniéndose en su rostro. Tenía una cara repleta de compasión.
“Serás el dueño de esta tierra. Te convertirás en el amo de todo este planeta, no solo de un pequeño castillo sobre una colina. Te lo mereces. Todo lo que tienes que hacer…” – Una suave sonrisa apareció en el rostro del Dragón. – “…Tomar mi mano.”
Mientras trabajase a su lado, él, su familia, su país. Todos encontrarían la paz y la libertad en esta tierra. Esa era la promesa que le estaba haciendo el Soberano de la Perdición.
“¿Y bien? Qué opinas, Soberano de las Sombras.”
¿Fue cautivado por la oferta? Una ligera sonrisa se formó en el rostro del Soberano de las Sombras mientras escuchaba en silencio. El Monarca también sonrió.
“¿Te unirás a mí?”
Desgraciadamente, la respuesta de Jinwoo fue bastante corta.
“No seas ridículo.”
La expresión del Monarca de los Dragones se endureció.
“¿Crees que confiaré en un desgraciado que apenas puede ocultar su deseo de matarme?” “Ja, ja… ¡JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA!”
El Monarca de los Dragones se agarró la frente mientras se reía a carcajadas durante bastante tiempo. El corazón de Jinwoo latió con fuerza con cada carcajada, como si una gran cantidad de maná estuviera impregnando cada palabra. Cuando finalmente retiro la mano de su rostro, sus dos ojos habían cambiado a los de un reptil.
“Parece que no puedo esconderte mi deseo.”
La reconciliación fracasó. Si no podía engañar a la otra parte, lo único que le quedaba era destruirlo con todas sus fuerzas. El Monarca reveló las verdaderas intenciones que había estado ocultando. Una malicia indescriptible se desbordó de su cuerpo.
“Soberano de las Sombras, ¡atácame con todo lo que puedas!”
Los ojos de Jinwoo se agrandaron. En un instante, un calor sofocante impactó contra su rostro y le hizo dar un salto a gran velocidad, para acabar lo más lejos posible. Una montaña de llamas infernales apareció ante él. Era como si una masa de lava hirviendo contuviera vida y hubiera decidido tomar la forma de un Dragón. Al verlo, Jinwoo recordó la apariencia del Castillo demoníaco de la mazmorra que siempre estaba cubierta de fuego. Una batalla entre un Castillo y un hombre. No sería sorpresa que cualquiera se asustara ante esta incomparable presión, pero Jinwoo sujetó con calma a la Ira de Kamish. ¡Booooooooom…!’ EL suelo tembló violentamente con cada paso que daba el Dragón. ‘¡Ya viene! Jinwoo salió corriendo de donde se encontraba para evitar que el Dragón lo pisotease y convocó a Kaisel. ¡Kiaaaaaaack! Jinwoo saltó sobre él y alzaron el vuelvo. Ya estaba listo para despegar nada más emerger de las sombras. Se elevó lo más rápido que pudo, mientras Jinwoo lo hacía cambiar de dirección según su voluntad. Como si hubiera estado esperando a que pasara, el Soberano arrojó su aliento de destrucción. “¡Abajo!” Un deslumbrante destello de luz brotó de la boca del dragón casi al mismo tiempo que Kaisel intentaba descender. Una llama capaz de borrarlo todo. Ese escalofriante haz de luz pasó sobre la cabeza de Jinwoo.
“¡…UAAAAAAAAAAAAAAAA…!”
Mientras esquivaba por muy poco las llamaradas que iban hacia él, Kaisel cumplió las instrucciones de su maestro de dirigirse hacia el Dragón.
“¡…AAAAAAAAAAAAAAAAH!”
Cuando el ataque por fin termino, Kaisel ya estaba cerca de la cabeza del gigantesco Dragón de fuego. Jinwoo reunió cada gota de su maná. “Kaisel, buen trabajo.” El maná fluyó hacia la Ira de Kamish que sostenía en su mano derecha. Un aura negra se desbordaba de su hoja. Con todo su poder… Jinwoo balanceó la daga hacia el Dragón. ¡Swiiiish…! Un aura oscura capaz de atravesar cualquier cosa, bajó como las garras de una bestia y golpeó la cabeza del Dragón. ¡Claaaaaaaaaaaaaaac! Sin embargo. ‘¡Increible!’ Los ojos de Jinwoo se abrieron de golpe. Ni siquiera había causado un rasguño en las ardientes escamas del Dragón. En su lugar, el Monarca levantó su rostro intacto hacia él. Jinwoo frunció el ceño. ‘¿El aliento de nuevo?’ Jinwoo se preparó para descender rápidamente en caso de que volviera a lanzar el aliento, pero en su lugar escuchó un rugido ensordecedor.
“¡UAAAAAAAAAAAAAAAA…!”
¡Miedo del Dragón! Jinwoo había desarrollado una especie de inmunidad desde su primera experiencia, pero Kaisel fue incapaz de resistir el rugido y se quedó congelado en el aire. Sin darle tiempo a deshacer la invocación, la despiadada llamarada del Dragón se acercó. * ¡Broooom…! * Kaisel hizo todo lo posible para torcer su cuerpo, y dejar caer a Jinwoo, antes de recibir todo el aliento con su propio cuerpo. “¡Noooo!” – gritó cuando vio cómo se desintegraba en cenizas en un instante. Sin embargo, a pesar de su deseo, desapareció sin dejar rastro. Crack Jinwoo, apretó los dientes y disparó su maná a su espalda para impulsarse hacia el pecho del Monarca de los Dragones. Luego, se agarró a sus escamas para no caerse. ¡Chhhhssssssss! Su mano comenzó a arder debido a la alta temperatura. “¡Aaargh!” Jinwoo levanto la Ira de Kamish, que sostenía con la otra mano, por encima de su cabeza. Un aura negra envolvió la punta de la daga. ¡Crack! La daga golpeó con todas sus fuerzas y atravesó la escama del Dragón. Pero eso fue todo. ¡Crack! ¡Crack! ¡Crack! Daba igual cuantas veces lo golpeara, solo dejó una pequeña herida sobre la piel que había debajo de la escama. Fue entonces que, sintiendo otro escalofrío detrás de su cuello, miró hacia atrás. “¡……!” El gigantesco brazo del Soberado de la Perdición se acercó. Jinwoo saltó para esquivarlo. No sufrió daños cuando chocó contra el suelo gracias a su Maná, pero una vez más el aliento se abalanzó sobre él.
“¡UAAAAAAAAAAAAAAAA…!”
Apenas fue capaz de esquivar de nuevo el despiadado ataque. “JA, JA, JA, JA…” A pesar de que había lanzado muchos ataques, el Soberano permanecía imponente, como si fuera una montaña. Tenía un nivel de defensa y ataque al que ni siquiera los gigantes podían igualar. Jinwoo comprendió que no podía vencer a esta criatura con las mismas tácticas. ‘Necesito algo más poderoso…’ Necesitaba más poder. Algo lo suficiente como para destrozar a un gigante con armadura de hierro con sus manos desnudas. Al igual que un insecto diminuto e imperceptible no podía enfrentarse a un humano, no tenía más remedio que destrozar la montaña que bloqueaba su camino. Fue entonces… ‘Espera… ¿Hierro?’ Una idea surgió en la mente de Jinwoo. Si podía manipular el poder de la oscuridad para crear una armadura de tamaño normal, ¿no podía hacer lo mismo para crear una armadura más grande y gruesa? Cuando esa locura pasó por su mente, una sombra comenzó a extender bajo los pies de Jinwoo.
“¿……?”
El Soberano de la Perdición sintió un cambio. Un viscoso liquido oscuro surgió de la sombra y comenzó a envolver el cuerpo del Soberano de las Sombras, capa por capa, y rápidamente aumentó de tamaño.
¿Qué está intentando hacer ese bastardo?
Pero su instinto era más importante que satisfacer su curiosidad. Justo cuando el Monarca de los Dragones estaba a punto de desatar otro ataque de aliento en esa misteriosa masa negra, sintió que algo le golpeaba en la espalda.
“¿……?”
Miró hacia atrás. Colmillo, que había estado escondido en una esquina mientras recitaba su conjuro, estaba disparando una columna de fuego hacia la espalda del Dragón. Sin embargo, cuando sus miradas se cruzaron, la Perla de la Avaricia cayó imponente de sus manos. Ruuuuuuuu... La ira asesina del enorme Dragón se estaba derramando sobre el asustado y tembloroso Colmillo.
“¡Como se atreve un insignificante insecto…!”
El Dragón giró su cabeza… Y al mismo tiempo la dirección de su aliento también se desplazó hacia Colmillo. Pero antes de que el aliento saliera de su boca, una enorme sombra negra que se elevaba hacia el cielo golpeó su cabeza con todas sus fuerzas. ¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!