sábado, 5 de diciembre de 2015

Volumen 1 - Capítulo 9

Volumen 1 Capítulo 9
La Ciudad del Cielo
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder

Un Bar. Un lugar que normalmente estaba lleno de risas agradables y cientos de ruidos había estado en silencio en los dos últimos días por un simple hombre, Volk. Tenía un cuerpo terroríficamente inmenso, pero lo que más miedo daba era su cara. No era de extrañar que el bar estuviese tan tranquilo y silencioso, teniendo en cuenta que alguien cuyo aspecto podría hacer que un orco huyese del campo de batalla había estado bebiendo de mal humor todo el día; Volk torció el gesto mientras bebía. ‘Quiero pedirle la mano. Necesito encontrar algo especial para ella, si es que existe.’ Volk quería pedirle matrimonio a una dama. Su descorazonadora angustia no era visible para los que le rodeaban. ‘Un regalo. He oído que hay un escultor en la Ciudadela de Serabourg. Le pediré que me haga una. Si consigue hacer algo que me agrade, le daré a cambio, el objeto más preciado que tengo.’ Dando tumbos, y con esa clase de pensamientos en su cabeza, Volk salió del bar.
* * *
“¡Guau! Esto está lleno de jugadores.” De regreso en la capital de Rosenheim después de siete semanas, Weed sintió como le empezaba a doler la cabeza al ver un desorbitado número de jugadores. Era una imagen mareante en la que compradores y vendedores negociaban activamente entre sí, y donde los nuevos aventureros buscaban compañeros de viaje. “¡Rápido! Trasero vamos a tu casa.” Weed guió al potro al Establo Real. Éste le siguió obedientemente. Afortunadamente, la bestia había sobrevivido por poco al gas venenoso de la Reina Gusano. Como si supiese por instinto que se había salvado de una muerte inminente más veces de las que se merecía, el animal estaba más que dispuesto a alejarse de Weed; cuanto antes volviese a su hogar, mejor. Había un establo destartalado a las afueras del Palacio Real. En cuanto el jefe de los establos posó su vista sobre el caballo, su gesto se desfiguró con una mueca. “Los buenos tiempos se han terminado ahora que este desabrido Trasero ha vuelto. Oí hablar de usted a Sir Midvale. ¿Nos devuelve esta bestia que ridiculiza el nombre de su padre, señor Weed?” Más animado, Weed dejó al animal en una cuadra vacía. “¿Ha tenido un buen viaje? Sé que esta bestia no causa más que problemas.” “No pasa nada. Ya se ha terminado.” – contestó al cuidador. “Lord Midvale le dejó un mensaje. Quiere que le visite si aún está interesado en el puesto de centurión. Dice que será suyo en cuanto lo solicite.” “Dile que aprecio su oferta.” El jefe de los establos fue educado con Weed, que era prácticamente un extraño para él. Convencido una vez más de que el estatus de una persona dependía de quiénes sean sus contactos, y de lo que habías hecho por ellos, Weed abandonó el Establo Real y se encaminó hacia el Centro de Entrenamiento. Allí se reunió con el Instructor. “Mmmm… Así que eso es lo que te ha pasado…” El Instructor lamentaba mucho que se hubiese visto obligado a convertirse a la clase del Legendario Escultor de la Luz Lunar. “Es por mi culpa” Weed no insistió. Se limitó a bajar la cabeza con un gesto apesadumbrado. “No, ¿cómo podría nadie culparte? El Consejero se propasó. Aun así, ten esperanza en que todo acabe bien, amigo Weed.” – dijo el Instructor, dándole una palmada en el hombro. “Sí, el Instructor es el único en quien siempre podré confiar…” – dijo Weed. “Ja, ja. Por supuesto. De todos modos has vuelto de un gran viaje, y has completado mi misión.” El Instructor le recompensó con tres monedas de oro y cincuenta puntos de contribución en Rosenheim por haber completado la misión de la Operación de Limpieza en la Guarida de Litvart. Si acumulabas suficientes puntos de contribución, el usuario conseguía ventajas en el comercio con el país en cuestión, y si conseguía los puntos suficientes podías estar cualificado para diversos puestos gubernamentales. Pero la actitud del Instructor había cambiado ligeramente. Ya no consideraba a Weed uno de los suyos, como colega en el mismo camino de la espada. Eso significaba que la amistad que tanto se había esforzado en mejorar empezaba a decaer. Tras visitar al Instructor Weed se pasó por la mansión de Rodrias como su última visita. Como siempre, el Consejero estaba encerrado en su estudio. “Ja, ja. Así que realmente terminaste la misión. Me estaba preguntando cómo te habría ido después de estar tanto tiempo sin verte delante de mi puerta.” – dijo Rodrias. “Sí, Consejero.” “Mmm… de todos modos, como indica el destino, tengo algo para ti.” Rodrias le entregó a Weed una estatuilla de madera que le cabía en la palma de la mano. Tenía la forma de un caballero imperial. “¿Qué es esto?” – preguntó Weed. “Es el legado de Geihar Von Arpen el Magnífico. Mi familia sirvió bajo las órdenes de la Familia Imperial del Imperio Arpenio hace mucho tiempo. La sangre, y la obligación que la acompaña, han fluido en mi familia desde entonces. Y yo soy el que ha heredado la obligación en esta generación. Ahora que te he entregado este objeto, por fin he completado mi tarea.” – dijo el Consejero. “Pero, ¿para qué es esta estatua?” – Weed ya había recibido una estatua de madera con otra forma distinta mientras realizaba la misión del ‘Escultor Lunar Zahab’. “Tampoco conozco los secretos de esta estatuilla de madera. Según el mito, ha habido cinco maestros del arte de la escultura en el Continente. Por supuesto, no es más que un mito, ya que vienen y van como el viento. Son conocidos por haber dejado sus habilidades en sus legados, por lo que tiendo a pensar que esta estatua es, probablemente, una de ellos. Según el mito, si logras reunir las cinco estatuillas, se te descubrirá el secreto definitivo del arte escultórico.” – dijo Rodrias. Aún con dudas, Weed identificó la estatuilla de madera. Como su nivel de habilidad era aún bajo, solo tuvo éxito en la identificación tras un par de intentos fallidos.

Estatuilla de madera
Durabilidad: 1/1.
Esta estatuilla contiene las habilidades del Emperador Geihar Von Arpen.
Requisitos:
Poseer [Dominio de Escultura] – Intermedio.
Efectos:
Permite adquirir la habilidad única de dar vida a cualquier estatua.
Cuando identificó la estatuilla de Zahab, también había encontrado la [Hoja del Escultor] cuyo prerrequisito era tener un nivel 5 o superior en el [Dominio de la Espada]. “Hay un gran secreto detrás del [Dominio de la Escultura].” – dijo Weed. “Dado que eres parte del mundo de las artes escultóricas, te deseo lo mejor en tu camino para llegar a ser un Gran Maestro en el mundo de la Escultura. El mundo nunca ha visto un Gran Maestro, pero si alguna vez llegase a haberlo, no tendría problemas en dirigir el destino del Continente. Es cierto que te introduje en este camino por maldad y venganza, pero también es cierto que nada de lo que te he contado es falso.” – explicó el Consejero. Weed no le guardaba resentimiento a Rodrias. Eso quedaba ya en el pasado, y de pronto le había asaltado un repentino interés por la artesanía. ‘El que crea su propio camino…’ – pensó Weed. Por otro lado, según le habían contado, si tenía éxito, le esperaban días de poder y riquezas. Rodrias consideraba que había pagado su cuenta con Weed. Al ver el lamentable estado en que se encontraba tras vagar con frío y hambre durante siete semanas, el resentimiento había abandonado la mente del Consejero. “Tengo otra pregunta, Consejero. ¿Los cocineros o los herreros también tienen un modo de llegar a convertirse en Grandes Maestros?” – preguntó Weed. “Supongo. Los dioses son generosos. Recuerda, no todos en el camino de la Cocina saben aprovechar las oportunidades que encuentran.” – respondió el Consejero. “Entonces…” “¡Debe haber otros elegidos! Ellos seguirán sus propios caminos. Depende de ellos completarlos o no.” Cuando Weed hubo oído todo lo que quería escuchar, abandonó la mansión.
* * *
El corazón de Darius latía con fuerza. Nunca había esperado que llegara tan lejos mientras resolvía una serie de misiones de aspecto trivial. La mejor de las suertes, según sus propias palabras. Había dos hombres en el centro del juego de poderes del Reino de Rosenheim: el Duque Kanus y el Conde Albrook. De los dos, el Duque, responsable de los asuntos militares, era el más poderoso. Ese mismo hombre estaba bajando una nívea espada hacia él en ese momento. “Sir Darius, en este momento le concedo el título temporal de caballero de Rosenheim en reconocimiento a sus servicios a la Corte Real. Le encomiendo la creación de una fuerza de asalto con su dignidad de caballero y rescatar a los habitantes de la frontera de su mísera situación.” “Estoy a su servicio, mi señor. Podéis contar conmigo.” – respondió. “Sir Darius, le encomiendo esta misión” – concluyó el Duque Kanus. Darius sintió el leve toque de la espada primero en un hombro, luego en el otro, y por último, en la cabeza. Podía ser una sensación terrible en tiempos de guerra, pero estaba en medio de una simple ceremonia de caballería en el Palacio Real de Rosenheim. Es más, el portador de la espada era el Duque Kanus. En vez de ser un momento terrible, para Darius era un momento importante en el que casi se le escapa un grito excitado. Había tenido que luchar con el espontáneo exabrupto y las ganas que sentía de echarse a rodar por la alfombra a pesar de la solemnidad de la ceremonia. Conteniendo una mueca, no pudo evitar que una sonrisa se le formase en la cara. ‘Ahora soy el comandante de una fuerza de asalto.’ Darius se consideraba muy, muy afortunado.
* * *
‘Tengo que hacer algo.’ – pensó Weed, con cara seria. La naturaleza de la clase escultor con la que se había tropezado era la siguiente: como su arma principal era una espada, podía usar como comparación a un guerrero normal como punto de referencia. En el momento que su clase estaba decidida, un guerrero con espada obtenía un 50% de bonificación en el [Dominio de la Espada]. Por otro lado, Weed podía cubrir esa carencia, con las útiles habilidades artesanales. Gracias a sus mejorados atributos iniciales, ni siquiera un caballero con su mismo nivel era rival para él. En el caso de jugadores con niveles de habilidad ligeramente inferiores, estaba convencido de que podría ganar un duelo contra dos guerreros con espadas de su mismo nivel, al contar con la [Hoja del Escultor] y la [Técnica Imperial de la Espada sin Forma]. La [Técnica Imperial de la Espada sin Forma]… Cuando la probó, Weed se quedó sorprendido por su imponente poder. La técnica era lo más parecido que conocía a una trampa, ya que doblaba los reflejos y el poder destructivo, y hasta triplicaba el ritmo de recuperación de [Maná]. No le extrañaba que el Emperador Geihar la hubiese elegido como su legado. Pero los guerreros y caballeros también tenían técnicas de espadas y métodos de respiración propios. Cuando dominaban un método de respiración propio de su clase, les causaba un gran efecto, incluso aunque el nivel de sus técnicas con la espada, fuesen inferiores a la [Técnica Imperial de la Espada sin Forma] de Weed. Era de un derecho especial que disfrutaban caballeros y guerreros, las dos clases estándar especializadas en las habilidades de combate. En otras palabras, no importaba si Weed aumentaba celosamente sus habilidades y atributos, o si adquiría más habilidades que se pudiesen considerar trampas en el juego, sus contrapartidas terminarían alcanzándole antes o después. Incluso ahora, Weed solo les llevaba una ligera ventaja si no usaba tácticas cuestionables. Obviamente, hubiese sido mucho más débil que un guerrero con espada normal si no hubiese invertido su tiempo apropiadamente en la habilidad [Artesanía] y en la [Técnica Imperial de la Espada sin Forma], más los atributos extra que había ganado en el Centro de Entrenamiento. ‘Pero la clase de escultor tiene un potencial más grande de lo que parece. Si no, el Emperador Geihar no hubiese dominado el Continente, y sería difícil explicar la fuerza de Zahab.’
* * *
Ciudadela de Serabourg, capital del Reino de Rosenheim. En frente de la Fuente Central, en medio del bullicioso centro de la ciudad, había una fila de jugadores observando una serie de estatuillas en exposición. “Buenas. ¿Cuánto cuesta esta?” – preguntó una chica. “Cinco monedas de plata.” – respondió Weed. “Oh, vaya, es muy caro. ¿Podrías hacerme un pequeño descuento? ¿Por favor? Te compraré dos piezas.” La hermosa chica le sonrió, intentando convencerle, pero él no tenía piedad. Especialmente con respecto al dinero, trataba con igualdad a hombres y mujeres. “Con todo el debido respeto, señorita, un descuento sería un insulto a mi trabajo. ¿Acaso crees que cuando creé esta estatua desconté en mi pasión en mi arte, y mi devoción a mi trabajo en particular? Una obra de arte ha de tener un precio justo que represente su verdadero valor, que no dejará de crecer en tu mente a medida que pase el tiempo.” – explicó. La chica estaba conmovida. Había sido estúpido por su parte regatear por una obra de arte en la que el escultor había volcado su alma. Dominada por el remordimiento, cogió unas brillantes monedas de plata de su bolsillo. “Lo siento. Ten, diez monedas de plata.” – dijo. “Gracias, señorita.” Weed sonrió abiertamente, entregándole las dos figuras. Era una sonrisa de ganador, orgulloso por haber vendido las dos figuras por su precio original. Como escultor, con el osado título de “Legendario Escultor de la Luz Lunar”, en el que se había convertido a pesar de su resistencia, podía hacer estatuas cuya belleza sería reconocida por las más prestigiosas revistas de arte. Su nivel actual de [Dominio de la Escultura] era 4. Desde que se había convertido a la nueva clase, sus efectos se habían doblado, por no mencionar que poseía uno de los mejores objetos para su profesión, hasta el punto que casi era trampa, el Cuchillo de Tallar de Zahab. Por ahora, la capacidad de Weed, se limitaba a pequeñas figuras hechas de materiales simples por su inexperiencia con la habilidad. Dada su simplicidad y su bajo precio eran bastante atractivas para el público en general. Algunos de sus admiradores, incluso se alineaban para adquirir las piezas en las que estaba trabajando en ese momento. Los conejos y los zorros, que costaban menos de 10 monedas de cobre en materiales, eran los productos más populares de su puesto, y se vendían de inmediato, a pesar de costar 5 monedas de plata cada uno. Weed pensaba que su negocio era honesto. No forzaba a nadie a comprarlas. ¿Qué podía hacerle si la gente se agolpaba para comprárselas al precio establecido? Weed movió el cuchillo de tallar más rápido. Estaba aumentando su habilidad de [Dominio de la Escultura] mientras hacía dinero. Al igual que con [Escultura], las habilidades de [Cocinar], [Reparar] y el resto de las habilidades artesanales pasaban de la fase principiante a la intermedia al llegar al nivel 10, volviendo a 1 tras la mejora. En la habilidad de [Cocinar], esta mejora implicaba un fuerte aumento en las bonificaciones a la [Salud] y el [Maná] al comer las comidas. En la de [Reparar], el paso al nivel intermedio abría un nuevo árbol tecnológico de producción y refinado de armas y equipo. Y eso no era todo. Cuando el nivel de la habilidad volvía a alcanzar 10, superando así el nivel intermedio, se desbloqueaba el nivel avanzado para aquel que se había mostrado merecedor del título de Maestro tras haber alcanzado el dominio necesario. Un maestro en cualquier campo, tanto de combate como artesanal, era reconocido y respetado basándose solo en ese hecho, pero las habilidades artesanales generales como [Escultura] y [Cocinar] estaban muy limitadas en ese sentido. La prioridad de Weed en ese momento era aumentar su habilidad [Artesanía] del nivel principiante a intermedio. Su nivel en la habilidad había llegado a 9 mientras se dedicaba a reparar el equipo dañado y a servir platos de comida a las tropas en la Guarida de Litvart. Otro nivel, y sus habilidades alcanzarían el nivel intermedio. El nivel intermedio de [Artesanía] mejoraba el [Dominio de la Espada] y la [Dominio de la Arquería], aumentando el poder de ataque en un 30%. Esta habilidad era imprescindible para un escultor, cuyo poder de ataque era muy inferior al del resto de clases, penalizado por los rasgos de su clase. ‘La habilidad [Artesanía] es muy práctica.’ A medida que la habilidad aumentaba, todas las habilidades artesanales se hacían más eficientes. El nivel Avanzado podía hasta eliminar las restricciones gremiales, permitiéndole acceder a otras artesanías como la [Alquimia] o la [Herrería]. La clase de Legendario Escultor de la Luz Lunar ya era un pase gratuito a todas las habilidades artesanales relacionadas con las demás profesiones, pero Weed era consciente de que una mayor habilidad en [Artesanía] haría que adquirirlas y desarrollarlas fuese más fácil y rápido. Quizás los artesanos se iban asemejando cada vez más hasta el punto de convergir en un mismo punto en su camino hacia la supremacía de un Gran Maestro. De hecho, no sería un error pensar que los artesanos desaparecerían si no existiese la habilidad [Artesanía]. No podrían ponerse a la altura de los especialistas en combate a menos que hinchasen sus patéticas habilidades. “Ahora, ¡ya he terminado un centenar de estatuas!” Aunque había estado tallando estatuas sin cesar, su nivel en el [Dominio de la Escultura] estaba estancado en el 98% del nivel 4. Al contrario que el rápido aumento en la habilidad [Artesanía], el crecimiento de esta otra se había ralentizado. ‘Espero que aumente de nivel tras otras cincuenta estatuas.’ En ese momento, un cliente se echó de pronto a un lado con un grito, y a través del corredor que acababa de formarse apareció un hombre alto, de aspecto terrorífico, que se acercaba hacia Weed. El hombre parecía estar envuelto por un aura mortal que causaba escalofríos incluso a Weed. ‘¿Qué he hecho para que este matón venga a buscarme?’ – se preguntó conteniendo el aliento. El hombre miró a su alrededor con los ojos entrecerrados. “¡Ahh!” “¡Me ha mirado!” – chilló una chica. El hombre se acercó lentamente a Weed, y cuando estuvo lo bastante cerca se inclinó miserablemente como un ratón desaliñado. “Quería pedirte un favor.” – dijo. “Dispara.” – mala elección de palabras. “Vengo para comprar una estatua. Pero no he encontrado lo que quiero.” – explicó, arrodillado ante Weed. – “¿Podrías hacerme la estatua que quiero? No, te lo ruego, por favor. Hazme la estatua, para que pueda pedirle la mano a mi dama.” Weed estaba intentando hacer que el hombre se levantase y se explicase. Su nombre era Volk. Volk se había enamorado de una mujer. El principal motivo por el que había empezado a jugar online era para poder estar a su lado y protegerla. Por el bien de esa persona, que era una sacerdotisa, había escogido la clase de paladín para su personaje. Durante un año haciendo numerosas misiones y peleando en muchas batallas, ella no había muerto ni una sola vez gracias a su devoción y sacrificio. También había disfrutado de esta segunda vida con sus bendiciones y curaciones. El lazo entre ellos había crecido a medida que pasaban los meses, y al final, cada vez que la veía, se formaba una sonrisa en su cara. Así que era el momento de proponerle matrimonio. “Quiero ofrecerle algo que nunca olvide. No una flor, que se terminará marchitando. Querría que tallaras unas flores que nunca se marchiten: ¡y mi corazón con ellas! ¡Por favor!” – Volk seguía arrodillado. Su cara podía ser intimidante, pero no así su corazón. ¿Cuántos hombres se arrodillarían así ante un desconocido por un amor tan incondicional? Suspirando profundamente, Weed miró a su alrededor. Muchas mujeres parecían conmovidas. Incluso pese a su ceguera por el dinero, había podido sentir la profundidad del dolor de Volk.
* * *
La amo. La amo, pero, ¿por qué no lo ve? Quiero decir lo que pienso. He intentado repetirlo en mi cabeza miles de veces, ¡TE AMO! ¿Pero por qué no se lo puedo decir a ella?
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Como hombre, Volk contaba con la simpatía de Weed, le cogió de la mano y le ayudó a incorporarse. “Para pedir un favor como ese… no tienes que arrodillarte, señor Volk. Tienes todo el derecho de pedirlo de pie. Soy débil ante ese tipo de peticiones. Estoy más que orgulloso de poder aceptar tu pedido.” – dijo amablemente Weed. Volk empezó a llorar. “Gracias, muchas gracias, señor Weed.” “Para nada. Así que, ¿qué tipo de flores tenías en mente?” “Por favor, haz siete girasoles. Representarán mi corazón, que la ha seguido a ella, la luz de mi vida, estos últimos siete años.” “Ya veo. ¿Puedes esperar?” Weed estudió el montón de madera que tenía a su lado y escogió el trozo de mejor calidad: madera élfica. Era una madera muy gruesa y dura, conocida por crecer solo en el clima cálido del sur. Aunque estaba en una pieza del tamaño de una roca, aún tenía que pasar por el proceso de ser cortada para hacer las pequeñas estatuillas. Esta vez tengo que darlo todo. Weed ya podía tallar zorros o conejos con los ojos cerrados, pero las flores le suponían un desafío. ‘Si tallase cada flor por separado sería bastante simple pero, ¿cómo podría unirlas después? Siete girasoles, más un centenar de rosas como mi regalo particular para la pareja. Será mejor que lo talle todo de una sola vez.’ Weed se formó mentalmente la imagen final, y empezó a trabajar el trozo de madera muy lentamente. Volk y las chicas no tenían ni idea de lo que Weed planeaba. No podían entender por qué había escogido un trozo de madera tan grande para hacer solo siete girasoles. De todos modos, poco a poco, a medida que la madera élfica iba siendo tallada, la forma fue empezando a surgir. Las primeras flores fueron los relativamente grandes girasoles, pero pronto fueron seguidas por las rosas que los rodeaban. A medida que las manos mágicas de Weed bailaban, un hermoso ramo de flores se iba revelando de arriba abajo. “¡Guau!” “Es increíble.” Los clientes que habían estado esperando pronto se convirtieron en clientes asombrados, observando la habilidad de Weed. Cada vez que el cuchillo de tallar se hincaba en la madera, o un trozo de madera era arrancado, la audiencia tragaba saliva, ya que el más mínimo error podía romper el frágil tallo de una de las flores. “¡Oh, Dios mío! Déjale terminarlo.” Este no solo era el deseo de Weed y Volk, sino el de todos los presentes. Delante de ellos, Weed estaba febrilmente concentrado en las flores. A medida que el cuchillo de tallar se movía, la madera iba cogiendo forma, revelando flores, tallos y hojas. ‘El fallo no está permitido en esta ocasión.’ – los ojos de Weed ardían. De haber estado solo, se habría perdonado algún fallo, pero ahora estaba rodeado por un denso círculo de espectadores en medio de la calle. Si cometía un solo error delante de los posibles clientes, su ascendiente reputación se estrellaría irremisiblemente. Sabía mejor que nadie que su reputación estaba en aumento, atribuido en gran medida al hecho de que no había ningún otro escultor conocido en las inmediaciones, y que había estado haciendo todo lo posible para que no disminuyese. ¡La fantasía de un seguidor equivalía a dinero! Weed canalizó su excesiva obsesión por el dinero en una producción artística, y al final terminó con éxito el ramo. ¡Ding!

Subes de nivel: [Dominio de la Escultura] Principiante – 5.
Aumenta la belleza y la complejidad de las estatuas.
Disminuye la posibilidad de errores al crear una escultura

Subes de nivel: [Artesanía] Intermedio – 1.
Aumenta el [Ataque] de todas las armas y de los puños en un 30%
El efecto de todas las habilidades de manufactura aumenta.
Aumenta el efecto de [Dominio de la Espada]
[Arte] ha incrementado en 5 puntos.
[Fama] ha incrementado en 1 punto.
Advertencia:
La venta de una obra no puede cancelarlo.
En cuanto Weed hubo terminado el ramo de madera, las dos habilidades subieron a la vez. Como su [Dominio de la Escultura] había estado atascado al 98% del nivel 4, el primer mensaje no le había sorprendido, pero como la habilidad [Artesanía] había estado al 94% del nivel 9, le sorprendía que los hubiese subido del tirón, llevándola al nivel intermedio. Afortunadamente, el atributo de [Arte], que le había estado preocupando porque no avanzaba, había aumentado en 5 puntos. “Esto es increíble. ¡Ventana de habilidades!” Weed comprobó la ventana rápidamente, y se dio cuenta de que su nivel de habilidad en el [Dominio de la Escultura] no solo había llegado al 100%, sino que había avanzado un 17% del quinto nivel. Hasta la habilidad de [Artesanía] había llegado al 5% tras llegar al nivel intermedio. ‘¿Tengo suerte, o no?’ – Weed estaba excitado por su buena suerte, pero rápidamente entendió qué había pasado. Las esculturas no se podían hacer de forma automática. El ritmo de experiencia en el [Dominio de la Escultura] no avanzaba si solo te dedicabas a hacer producciones en serie de las mismas figuras una y otra vez, como si fuese una fábrica en cadena. Solo cuando un escultor se entregaba a la creación de un trabajo original de alto valor artístico que nunca había intentado antes, el [Dominio de la Escultura] ganaba un incremento considerable. Eso le recordó que los primeros zorros y conejos que había hecho habían aumentado bastante su porcentaje. Prueba y error, su habilidad había aumentado visiblemente al principio, pero cuando dejó de intentar hacer nuevas figuras y empezó a crearlas por hábito, haciendo siempre los mismos productos, su habilidad había ido dejando de mejorar hasta casi detenerse. Creía que el aumento de nivel se iba ralentizando a medida que subía de nivel, pero no se trataba de eso. Estaba tomando el camino equivocado. Mientas Weed permanecía sumido en sus pensamientos, Volk y las mujeres estaban fascinados por el ramo. Un ramo de flores hecho de madera. Los girasoles y las rosas irradiaban calidez y suavidad, casi como si fuesen reales. “Está listo, Volk.” – Weed le entregó el ramo de rosas a Volk. Los girasoles y las rosas brillaban a los ojos del paladín. Para él, eran una obra de magia. “Oh, Dios mío… no puedo creerlo… ¿De verdad están hechas de madera? Tu habilidad puede hacer milagros…” – nuevas lágrimas empezaron a caer de los ojos de Volk. “En efecto, Volk. Me has visto haciéndolo, ¿no es así?” “Es, simplemente, increíble.” – dijo Volk entre lágrimas. El resto de los espectadores también estaban deslumbrados. No podría haber realizado el ramo sin el cuchillo de tallar de Zahab, y especialmente en el momento clave, su [Dominio de la Escultura] y su habilidad [Artesanía] se habían combinado para dar un efecto aún más fantástico a su creación. “He hecho este ramo con todo mi corazón. Ahora ve a por ella con el tuyo.” – dijo. Animó a Volk con elegancia. Estaba contento tras haber descubierto un nuevo secreto mientras creaba el ramo. “Gracias, muchísimas gracias.” – dijo Volk, sinceramente agradecido, llevándose las manos al bolsillo para sacar el pago del ramo. Animado, Weed dijo: “Son tres monedas de oro.” Considerando el esfuerzo que le había dedicado, la figura se merecía un precio aún mayor, pero estaba satisfecho con esa cantidad. De pronto, Volk puso un gesto confundido, y empezó a rebuscarse en los bolsillos. “¿Dónde… dónde están?” – gritó. Su mano, que había estado registrando los bolsillos, apareció vacía. Era Weed, en cambio quien empezó a sentir pánico en ese momento. ‘¿Está intentado estafarme?’ Weed ya sabía lo que iba a venir a continuación: más concretamente, lo que Volk iba a decir. ‘Asegurará que ha perdido su dinero en cualquier sitio.’ “Lo… lo siento, señor Weed, he debido haber perdido mi dinero por algún lado.” – dijo Volk. ‘Porque de entrada ya no lo tenías.’ Volk no esperó por la respuesta de Weed, y gritó: “Creo que me han robado. ¡Sabandijas!” ‘Y ahí vamos… Pero no te vas escapar con engaños en medio de esta multitud observando todos tus movimientos. Si eres un experto en este tipo de negocios, deberías pensártelo mejor antes de intentar estafarme si es que espera salir de esta ileso.’ “¿Te importa si te doy algo de igual valor a cambio del dinero que falta?” Volk siguió los pasos que Weed ya había previsto, un truco habitual entre los que no tienen dinero, pero estaba subestimando a Weed, que empezaba a emitir un aura terrible. ‘¿Crees que puedes timarme, chacal?’ – pensó. En ese momento, Volk se volvió a llevar la mano al bolsillo. “Menos mal. He encontrado dos monedas de oro y noventa monedas de plata. ¿Podrías descontarme diez monedas de plata?” – preguntó. “¿Por qué no me das algo que valga diez monedas de plata? ¿Qué tienes?” – los agudos ojos de Weed estudiaron la figura de Volk. Observó armas, equipo y adornos. Decenas de miles de objetos identificados en Royal Road estaban registrados en orden alfabético en una zona de su cerebro. Quería ser capaz de identificar inmediatamente cualquier nuevo objeto en cuanto lo adquiriese, estimar su precio de mercado, y alegrarse el doble, o hasta el triple, en el momento de encontrarlo. Pero sus ojos no dieron con nada valioso en Volk, que estaba pobremente equipado. El paladín extrajo un libro de sus ropas y se lo entregó. “¿Qué tal si te doy esto por las diez monedas de plata?” Weed rápidamente escaneó el libro. ¡Ding!

La Ciudad Olvidada en el Continente de Versalles (IV)
En el cielo, sobre la región Sur del Reino de Rosenheim, según los cuentos y leyendas hay una ciudad misteriosa, que se dice habitada por una raza no humana. La mejor forma de describirla sería decir que se parecen a Aves.
Siendo una raza de fuertes guerreros, no soportaban a los monstruos, a los que expulsaban de las provincias del Sur. Pero hoy, esa raza ya no está, y hasta el camino a la Ciudad del Cielo, como se la conocía, está hoy perdido.
Ahora su existencia es cuestionable, pero los ciudadanos de las provincias del Sur aún creen en la ciudad y en sus residentes avianos. Los ancianos aún siguen cultivando las historias sobre esta ciudad en la imaginación de las nuevas generaciones.
Según una fuente no muy fiable, se necesita una Semilla Misteriosa para acceder a la Ciudad del Cielo.
Weed se sentía engañado. ¿Quién iba a creerse semejante sinsentido sobre una ciudad en el cielo? Si había una ciudad flotando por el aire, violando todas las leyes de la física, ya se habría visto desde el suelo. Por lo tanto, el autor del libro tenía que estar mintiendo al asegurar su existencia. Si esto no fuese ya lo bastante ridículo, el último párrafo sobre subir trepando una planta era estrafalario, cuando no abominable. La historia no era creíble… Como si notase el escepticismo de Weed sobre el contenido del libro, Volk se defendió apresuradamente. “Tal vez no lo creas, pero ese libro fue difícil de conseguir…” “…” “Desearía poder darte algo mejor, pero da la casualidad que ese libro es lo más valioso que tengo.” – dijo mostrando el contenido de su mochila: una piel de conejo, una escama de serpiente y una espada rota. Weed podría arreglar la espada, pero solo aumentaba el [Ataque] en 2, por lo que ni un kobold la querría. Tal vez podría venderla por 2 monedas de cobre en una herrería. “Lo siento, Weed.” Weed suspiró hondo. ‘Bueno, tampoco pasa nada. De todos modos, he aprendido el secreto del [Dominio de la Escultura], que nunca hubiese descubierto de haber seguido haciendo siempre la misma basura. Le perdonaré por regatearme diez monedas de plata. No es para tanto.’ Cuando había mencionado las tres monedas de oro, ya se había planteado que eran negociables. La intención había sido sorprender a Volk para que jugase con sus normas. El precio de las estatuas no estaba fijo por ningún baremo, sino que en gran medida estaba determinado por el regateo entre comprador y vendedor. Dos monedas de oro y 90 monedas de plata, más un libro tonto. Si a eso se le incluía el aumento de nivel de sus habilidades, no era un mal trato. Pero solo Dios sabe qué habría hecho Weed si hubiesen sido dos monedas de oro con 80 monedas de plata. “Creo que el libro vale diez monedas de plata. Te deseo la mejor de las suertes en tu proposición, Volk. Y la dama de la que te has enamorado…” “¿Sí?” – preguntó Volk. “Tendrá una maravillosa vida a tu lado.” – dijo con sarcasmo. Con un marido tan tacaño, por lo menos nunca estaría en la ruina. “Gracias, amigo Weed.” – tras darle la mano, Volk se alejó lentamente. Weed le observó mientras se iba. De pronto, en el equipo de Volk apareció una brillante armadura de mithril. Sus pantalones estaban cubiertos por unas perneras de mithril. Hasta sus botas resultaron ser de ese preciado metal, lo que dejó a Weed tambaleándose. ‘¡Lleva un anillo de vida de algodón, un objeto raro que dobla la vida máxima! ¡Un tesoro de valor incalculable! Por lo que sé, esos pendientes resisten los rayos. Por lo que había oído, por el momento solo existían en el catálogo, y que nadie los tenía. Bastardo, estás cargado… no es justo que times a un pobre escultor.’ Los objetos con los que Volk estaba equipado eran valiosos más allá de la más salvaje imaginación de Weed. Algunos bien valían miles de monedas de oro.
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Tras haber terminado el ramo tras arduas horas de trabajo, Weed estiró los brazos y bostezó. De repente los observadores empezaron a lanzarle monedas de oro y a gritar… “¡Quiero el mismo ramo, por favor!” “Acabo de comprar dos zorros, ¿podría devolverlos y encargar un ramo, por favor?” “¡Por favor!”
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Al dejar la Ciudadela de Serabourg, Volk tenía una sonrisa extraña. Su humorística personalidad traicionaba su temible aspecto. Volk había pretendido recompensar a Weed honestamente por haberle creado un ramo tan maravilloso. ¡El libro de la Ciudad del Cielo! La verdad era que se había pasado dos meses para hacerse con él. Según el contenido del libro, se trataba de un lugar misterioso en el que aún nadie había puesto un pie en él. Una de las razones por las que había acudido a Rosenheim era para visitar esa ciudad. Pero la proposición a la dama que le había robado el corazón se imponía a todo lo demás. Volk le había dado a Weed el libro a cambio del ramo, pero no le importaba. ‘No lo tires. Guárdatelo. Te mostrará el camino si lo buscas, y algún día podrás llegar a esa ciudad.’ Sujetando el ramo con cuidado, Volk se dirigió el Reino de Brent, donde su adorada dama le estaba esperando.
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¡Un ramo de flores de madera! Era un regalo perfecto para esas ocasiones en las que un chico quería pedirle a una chica una cita, por eso los rumores sobre Volk el paladín y el ramo de madera se extendieron, y el puesto de estatuas de Weed se convirtió rápidamente en una ubicación famosa. La mayoría de los jugadores habían considerado las estatuas como un recuerdo para poner sobre la chimenea u oculto en algún rincón oscuro, acumulando el polvo, pero el evento de Volk transformó la forma en la que se veían las estatuas. Ese día Weed declaró: “¡Lo siento, pero ya no puedo realizar más estatuas con las mismas formas!” Había llegado a esa conclusión, movido por su interés personal, para subir el ritmo al que aumentaba el nivel de su [Dominio de la Escultura] y su [Artesanía]. Aun así, el público confundió sus intenciones. “¡Es un verdadero artista!” “Cómo mola. Ha dicho que no piensa repetir más estatuas.” “En ese caso, el valor de sus estatuas va a aumentar.” Los clientes hasta entonces le compraban una o dos figuras de conejos o zorros como recuerdos baratos, pero ahora le pedían diseños originales para hacer regalos. El número de productos completados quedó por debajo de los dos dígitos, ya que cada obra le llevaba un par de horas, pero eran mucho más populares que los producidos en serie: costaban tres monedas de oro por estatua. Dado que el negocio no requería muchos costes de producción, era un negocio muy lucrativo. Además, los niveles de sus habilidades se dispararon rápidamente. En solo tres días, su [Dominio de la Escultura] había llegado al nivel 8, y su [Artesanía] a Intermedio – 4. Cuando Weed empezaba a quedarse sin pedidos, cocinaba y vendía comida. “¡Carne de conejo o de zorro! Si me traes carne, te la cocino. No puede mantenerse mucho tiempo, por lo que hay que comérsela en el mismo día.” Su habilidad [Cocina] concedía un aumento temporal de [Salud] y [Maná] a los platos que preparaba. Eran los esteroides de los pobres. Aquellos que tenían problemas para cocinar la carne que habían recogido mientras cazaban animales salvajes alrededor de la Ciudadela corrieron hacia él. “Ten.” “¿De verdad puedes cocinar?” “Sí, créeme. Solo pagas especias y salsas. La cosa es que me puedes traer cualquier tipo de carne siempre que quieras.” – explicó Weed. Una comida hecha con [Artesanía]: los platos que Weed servía eran auténticas obras de arte. Había más jugadores de lo que se pensaba que aprendían a cocinar porque era útil cuando se acampaba al raso. ¿Pero cuántos cocineros novatos podían aplicar su atributo de [Arte] al resultado de su trabajo? Con la excepción de los cocineros profesionales, pocos jugadores invertían tiempo y dinero en la habilidad [Cocina], por lo que los platos apetitosos eran incluso más raros entre los mejores jugadores. Vendiendo comida de calidad a bajos precios, el puesto de Weed seguía siendo un rotundo éxito. Los jugadores lo llenaban con la esperanza de obtener un aumento temporal de [Salud] y [Resistencia]. Después de pasarse una semana tallando estatuas y cocinando, alguien le mandó un susurro a Weed. - Weed, ¿me oyes? Era Pale, el arquero con el que había cazado zorros y lobos durante las largas noches iniciales. - Hola. Cuánto tiempo. - Genial, estás conectado. ¿Dónde has estado? Te he estado llamando casi a diario, pero siempre estabas bloqueado. - Tenía trabajo. La caverna secreta en la Guarida de Litvart: en su interior, los susurros estaban bloqueados automáticamente. Pale no insistió en el asunto. - Ya veo. ¿Ahora tienes tiempo? Weed miró a su alrededor. Sus estatuas aún eran populares, pero era exclusivamente una producción por demanda, por lo que las ventas habían superado su punto cumbre. La gente buscaba regalos similares. En ese sentido, su declaración de solo hacer trabajos originales se le había vuelto en contra. - Sí. - Entonces, ¿por qué no te unes a nosotros para la misión de la fuerza de asalto al poblado Baran? Hemos decidido coger esta misión todos juntos, y he estado intentado contactar contigo para ver si te querías venir también.