Volumen 9 Capítulo 10
El jefe de los gigantes
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars
Resultaba obvio que la sede de la Asociación Japonesa de Cazadores estuviera ubicada en el centro de Tokio, comúnmente conocido como el corazón de Japón. Pero el mundo se percató de eso solo cuando los gigantes comenzaron a salir por la puerta. En ese fatídico día, cuando la puerta de rango S de Shinjuku desencadenó la mazmorra, el Presidente de la Asociación japonesa, Matsumoto Shigeo, logró salvar la vida gracias al sacrificio de los cazadores y de los soldados estacionados en primera línea. Acto seguido, trasladó la sede de la Asociación a las oficinas del gobierno en Osaka.
Solo existía una razón por la que había elegido esa ciudad en lugar de otras ubicadas en el noroeste del país; pensaba que si no lograban proteger la ciudad de Osaka y a sus 2,66 millones de habitantes, tampoco habría esperanza para Japón. En otras palabras, esta era su última línea de defensa: su ‘Línea Maginot’. Debido a todo esto, cuando escuchó la noticia de la caída de la ciudad de Nagoya, que no estaba lejos de Osaka por los gigantes, el Presidente Matsumoto se desesperó. Aunque la destrucción de la nación estaba a la vuelta de la esquina, le resultaba imposible pedir ayuda internacional.
Go Gunhee, el Presidente de la Asociación de Cazadores de Corea, había desvelado por completo el plan de la Asociación japonesa. Ahora, nadie quería ayudar a Japón. Cuando finalizó la rueda de prensa, el gobierno japonés, reubicado temporalmente en Kyoto, convocó a Matsumoto Shigeo de urgencia, para que se presentara ante ellos. Tuvo que arrodillarse frente a los altos mandos del gobierno que pedían su sangre.
“Asumo la responsabilidad por esto. Sin embargo, alguien debe resolver esta situación. Por favor, ¿pueden retrasar el castigo hasta entonces?”
El Primer Ministro de Japón, de espaldas al arrodillado Matsumoto, respondió después de una breve deliberación.
“Estoy de acuerdo…”
Estaba claro que el Presidente de la Asociación había provocado esta crisis sobre ellos, pero tal como decía, alguien tenía que ocuparse del desastre creado por la mazmorra. El castigo podría venir después. No sería demasiado tarde para dar ejemplo con este hombre, y ahora había que apagar el incendio que se había extendido por todo el cuerpo de la nación.
Fue en ese momento cuando Jinwoo aterrizó en suelo japonés. La primera persona en salir corriendo a darle la bienvenida, mientras se olvidaba de ponerse los zapatos de forma correcta, fue el propio Presidente de la Asociación, Matsumoto. Su sino ya estaba sellado, pero eso no significaba que quisiera dejar que su país sufriera el mismo destino que él. En el momento en que vio a Jinwoo en el aeropuerto por primera vez, Matsumoto quedó abrumado por la conmoción.
‘Increíble…’
Ese hombre era fuerte. Había sido Presidente durante muchos años y había conocido a muchas personas poderosas durante todo ese tiempo, así que se daba cuenta con una sola mirada. Había estado al lado de innumerables cazadores, pero no se había encontrado con muchos que le hicieran sentir un escalofrío. No, en realidad, esta era la primera vez que le ocurría.
Si alguna vez hubiera tenido la oportunidad de conocer a Jinwoo antes de la incursión a la isla de Jeju, nunca habría llevado a cabo su plan para poner en problemas a los cazadores coreanos. Las palabras que le había dicho Ryuji Koto después de reunirse con él no estaban equivocadas. El cazador coreano ejercía una poderosa presión. Sin embargo, esta vez los enemigos eran unos gigantes que salían de una puerta de rango S. Matsumoto juzgaba que sin importar cuán fuerte fuera el cazador Sung, él solo no sería suficiente para lidiar con todos esos monstruos. Por ello, hizo una súplica desesperada.
“Por favor, te ruego que te concentres en defender Osaka.”
El plan de la Asociación de Cazadores de Japón consistía en negociar con los Estados Unidos y Rusia mientras Jinwoo defendía sus ciudades y ganaba tiempo. Desgraciadamente, sus planes fueron destrozados con una breve frase.
“Me niego.” – dijo secamente Jinwoo.
Por supuesto, al oírlo, el Presidente Matsumoto y los funcionados de la Asociación de Cazadores japoneses se pusieron nerviosos. Tenían miedo de que hubiera cambiado de opinión y ya no quisiera matar a los gigantes.
“Entonces… ¿Qué quieres hacer?” – preguntó Matsumoto angustiado.
En cambio, en lugar de dar una respuesta verbal, Jinwoo respondió con sus acciones. Separó sus invocaciones en tres grupos y los hizo operar por su cuenta, al tiempo que comenzaba a moverse por su propia cuenta. El número de criaturas que había convocado era suficientemente sorprendente, pero incluso entonces, Matsumoto Shigeo intentaba tragarse sus jadeos de preocupación por algo completamente diferente.
‘¿De verdad va a intentar encargarse de todos los gigantes?’
Parecía que estaba tratando de hacer lo que todos los cazadores del mundo habían declarado que era una hazaña imposible. Pero no tenía forma de saberlo. Lo mejor que podía hacer era esperar y dejarlo todo en manos del destino. Al final acabó regresando a la sede de la Asociación y se centró en recopilar información sobre la situación actual. Inesperadamente, la respuesta llegó en poco tiempo.
“¡La ciudad de Nagoya ha sido recuperada con éxito!”
“¿Qué?” – exclamó Matsumoto levantándose de su silla al escuchar esa impactante noticia.
No había pasado mucho tiempo desde que el cazador Sung comenzara a moverse, ¿y ya había destruido al gigante de Nagoya? Pero antes de que el Presidente de la Asociación se recuperara de su asombro, llegaron noticias de otros rincones del país.
“Se ha descubierto el cadáver de un gigante en la ciudad de Nakatsugawa.”
“¡La ciudad de Shizuoka ha sido reclamada con éxito!”
“Las ciudades de Takayama y Nagano han sido…”
El cazador Sung y sus invocaciones estaban eliminado a los gigantes diseminados por todo Japón mientras avanzaban hacia Tokio. Su velocidad era increíble. El Presidente de la Asociación se emocionó al ver al poderoso cazador coreano hacer posible lo imposible. Su palpitante corazón era incapaz de calmarse. Y, finalmente…
“La… La ciudad de Kofu… Señor, el cazador Sung ha llegado a Kofu.”
Cuando escuchó que todos los gigantes de la ciudad de Kofu, que estaba a tan solo 130 kilómetros de la ciudad de Tokio, habían sido asesinados, se sentó.
“¡Presidente!”
“¡Presidente Matsumoto!”
Sus temblorosas piernas no querían escucharlo. Ese cazador coreano realmente estaba pensando en matar a todos los gigantes él solo. En ese momento, un cierto pensamiento entró de repente en su mente.
‘Lo que está haciendo… ¿No es lo que yo iba a hacer en Corea?’
Había planeado descomponer el sistema de cazadores de Corea del Sur y, aprovechando la mayor fuerza de los cazadores japoneses, obligar a dicho país a hacer lo que desease. Pero ahora la situación se había invertido. Japón, cuyo sistema de cazadores se había derrumbado, estaba bajo el control de un solo hombre.
El plan que el propio Matsumoto, la Asociación japonesa, los principales cazadores japoneses y el gobierno habían desarrollado juntos para tratar de poner en marcha resultó en un fracaso, pero ahora una sola persona lo estaba llevando a cabo con éxito.
“......”
Finalmente, sentado y aturdido en su sillón, dio una orden al personal de la Asociación, que estaba preocupado por su bienestar.
“¿Pueden salir un rato? Me gustaría estar solo por un tiempo.”
Poco después, la oficina se vació y su cabeza se inclinó lentamente hacia abajo. Estaba experimentando una profunda sensación de derrota, como nunca había sentido. Había perdido. Había perdido por completo.
Sin embargo, las emociones que surgieron después de que la sensación de derrota le abandonara fueron de autorreflexión y de una infinita cantidad de gratitud. Ese día, derramó lágrimas en silencio. Ese día, Jinwoo había partido de Osaka y masacrado a todos los gigantes que se había encontrado en su camino hasta llegar a Tokio.
* * *
¡Blaaaaam!
Otros dos monstruos de tipo gigante cayeron sin vida al suelo.
Has subido de nivel.
|
Apenas era capaz de recordar cuándo había sido capaz de subir tantas veces de nivel en tan poco tiempo. Jinwoo apretó con fuerza los puños. Había viajado prácticamente en línea recta hacia Tokio, el lugar donde estaba la mazmorra, y aunque únicamente había derrotado a trece gigantes, había ganado seis niveles. Cada gigante estaba al mismo nivel que un monstruo de clase jefe, por lo que estaba acumulando una enorme cantidad de experiencia. Por supuesto, los puntos de experiencia ganados por sus soldados de las sombra en otras zonas también jugaban un papel importante.
Cada vez que aparecía el mensaje de ‘Has subido de nivel’ ante sus ojos durante su viaje, sentía que su entusiasmo se elevaba aún más. Justo como ahora.
Has subido de nivel.
|
‘¡Eso es!’
Una vez más, Jinwoo apretó los puños ante ese maravilloso mensaje. Justo después, escuchó una voz familiar en su cabeza.
‘Oh, mi Rey. Hemos matado a otro enemigo.’
Los que acababan de enviar esos puntos de experiencia habían sido el ejército de hormigas de Beru. Eran los que se movían a mayor velocidad. Sin embargo, esto no resultaba de extrañar, considerando que era el soldado de la sombra más fuerte. Además, el número de hormigas era bastante grande. El antiguo Rey de las hormigas siempre informaba a Jinwoo cada vez que mataba a un enemigo.
‘Bien hecho. Todos lo estáis haciendo bien.’ – dijo Jinwoo alabando los logros del ejército de hormigas.
‘Gracias, mi Rey.’
Después de hablar con Beru, Jinwoo verificó el estado de cada uno de sus ejércitos con la habilidad [Compartir sentido]. Aunque el resto no era tan numeroso como el ejército de hormigas liderado por Beru, el ejército de altos orcos de Colmillo y el ejército de élite liderado por Ygritte también eran imparables. A su vez, Jinwoo estaba complacido al ver cómo el nivel de sus soldados se había disparado.
“Hermano, ¿deberíamos acampar aquí esta noche?”
Jinwoo canceló la habilidad. Jinho estaba haciendo la pregunta mientras sostenía una tienda de campaña que había sacado del maletero del vehículo. Jinwoo levantó la mirada y vio que el día estaba llegando a su fin, el anochecer comenzaba a proyectar su sombra sobre el suelo. Aunque no estaba cansado gracias a las subidas de nivel y a las pociones de recuperación que había comprado en la tienda, su fatiga mental continuaba acumulándose.
‘Necesito descansar.’
Jinwoo asintió con la cabeza. El campamento de hoy había sido decidido. Los dos acabaron de armar la tienda de campaña y terminaron de preparar la comida. El calor se fue y la brisa nocturna enfrió el ambiente. Estaban en otoño.
Jinwoo calentó la comida que le había suministrado la Asociación japonesa mientras pensaba que el invierno estaba a la vuelta de la esquina. El invierno. Si tuviera que separar el ascenso y la caída de una civilización en estaciones, las afueras de Tokio tenían la atmósfera de un día invernal. Sin embargo, por alguna razón, el paisaje de Tokio se le hacía familiar.
‘¿Dónde he visto esto antes?’
Jinwoo revisó sus recuerdos por un instante antes de encontrar una respuesta.
‘El castillo del demoníaco.’
Este panorama era igual al de las ciudades destrozadas dentro del castillo demoníaco. La única diferencia era que no poseía llamas ardiendo por todas partes. Cuando sus pensamientos llegaron a esa conclusión, una expresión de preocupación se proyectó sobre la cara de Jinwoo.
‘Seguramente…’
Desde el primer piso del castillo demoníaco hasta el último, todas las ciudades que había visto dentro de la mazmorra habían sido destruidas hasta el punto de quedar irreconocibles. Si esa era la forma en que el sistema daba una pista, ¿qué estaba planeando insinuar el Diseñador del sistema? Jinwoo sonrió para sí mismo.
‘A estas alturas… ¿Realmente importa?’
El denominado ‘Diseñador’, el Administrador del sistema, había muerto o abandonado la mazmorra. Desde entonces no había vuelto a tener noticias de él, así que las probabilidades de que estuviera vivo eran escasas.
‘Y aunque intente sugerir que eso sucederá más tarde…’
Podía detenerlo. Para eso había estado fortaleciéndose de forma constante. No quería ser la marioneta de un poder con el que no podía luchar. Aumentar de nivel, mejorar las habilidades y volver a subir de nivel... Eso era lo que había estado haciendo hasta llegar a este momento.
Da-dum
El Corazón negro reaccionó a sus pensamientos y latió con fuerza. Jinwoo presionó la mano contra su pecho para sentirlo mientras una delgada sonrisa se extendía por sus labios. El médico del hospital le había dicho que estaba en perfecto estado.
“No hemos encontrado nada mal. Tu estado es perfectamente saludable.”
El día antes de abandonar Corea, Jinwoo había acudido a un hospital para someterse a un examen detallado. Ni siquiera después de hacerle un escáner, el médico pudo descubrir nada parecido a un ‘segundo corazón’. El Corazón negro no era un cambio físico. Tenía claro que existía y podía sentir sus latidos, pero no existía en esta realidad.
‘¿Qué diablos significa esto?’
Jinwoo sonrió en su interior. Se sentía aliviado por el hecho de que la estructura de su cuerpo no fuera diferente del resto de la humanidad, pero si ese era el caso, ¿de dónde provenía el temblor de su pecho? Fue entonces cuando una suave brisa llegó desde el centro de Tokio. El viento traía una energía pegajosa tan horrible que hacía difícil comprender su densidad.
“Hermano…” – dijo Jinho con ansiedad. Tenía una expresión preocupada.
Se trataba de una fuerza tan poderosa que incluso Jinho, con su débil umbral de percepción, podía sentirla. Jinwoo asintió en silencio. No había necesidad de dudar de dónde venía el viento. Provenía del gigante que vigilaba la puerta de Shinjuku. Esa aura era diferente a la de los gigantes con los que se había enfrentado hasta ahora. A pesar de que aún estaban lejos, hacía que el vello de los brazos se le erizara como la piel de una gallina. Sin embargo, todavía se formó una sonrisa en el rostro de Jinwoo.
Como si estuviera respondiendo a esa poderosa ola de energía mágica, el ‘Corazón negro’ comenzó a latir con más fuerza que antes. Ya se estaba imaginando cuántos niveles podría ganar tras matar a ese monstruo, o qué tipo de aliado podría conseguir de su sombra. Lo estaba deseando.
* * *
El ejército de Ygritte fue el primero en llegar a Tokio. El ejército de los altos orcos de Colmillo fue el siguiente en llegar. Cuando Ygritte descubrió que el ejército de los altos orcos se acercaba, saludó con un ligero movimiento de cabeza. Colmillo hizo lo mismo con una sonrisa. Luego, el ejército de osos de hielo se situó al lado de los otros dos. Y, poco tiempo después.
Toc, toc, toc…
El sonido de pasos marchando al unísono resonó por el aire. Un poco más allá de la niebla brumosa, un batallón de soldados sombra se estaba acercando. Después de escoger la ruta más larga para llegar a Tokio, el ejército que había cazado a la mayoría de los gigantes era el último en llegar. Beru apareció a través de la niebla y, una vez más, Ygritte fue el primero en saludar.
“……”
Sin embargo, Beru pasó a su lado sin hacer ninguna reacción, se acercó hasta la espalda de Jinwoo y se arrodilló.
“Oh, ya estáis aquí.” – dijo Jinwoo apartando sus ojos del gigante para mirar hacia detrás. – “Todos vosotros. Lo habéis hecho bien.”
Todos los soldados sombra se inclinaron ante Jinwoo, siguiendo el ejemplo de Beru. Los osos de hielo, cuya estructura corporal les impedía doblar las rodillas, bajaron su hocico hasta el suelo. Soldados de élite, osos, hormigas, altos orcos y nagas, así como otros tipos de soldados sombra; casi mil soldados sombra estaban reunidos en un solo lugar.
“En pie.” – ordenó mientras hacía un gesto con la mano.
Visto desde fuera, resultaba un espectáculo realmente fascinante. Yoo Jinho estaba completamente abrumado por la imagen que tenía ante sus ojos y se quedó mirando fascinado a los soldados sombra.
‘Es un alivió que sea una de las habilidades del jefe y no monstruos reales…’
A pesar de saber que no sucedería nada malo, su cuerpo se estremeció al imaginarlos moviéndose todos a la vez. De hecho, era un alivio que esos tipos fueran aliados. ¿Dónde encontraría a alguien que lo hiciera tan bien como su hermano? Desafortunadamente, había una escena aún más impactante esperándolo justo detrás.
Glup
Jinho apenas fue capaz de tragar saliva cuando giró con cautela la cabeza hacia atrás. Allí había un gigante. Su tamaño estaba en una escala completamente diferente al resto de gigantes que había visto en su viaje hasta aquí. Solo con mirar la altura a la que estaba la cabeza del gigante, le hacía dudar de si era un ser vivo o un rascacielos.
“Guau…”
Un jadeo de sorpresa se filtró de su boca. Había una gran diferencia entre verlo en un vídeo y observarlo con sus propios ojos.
“Se te va a caer la mandíbula.” – dijo Jinwoo con una sonrisa mientras colocaba su mano sobre la cabeza de Jinho. Era incapaz de cerrar la boca.
“Her… Hermano.”
Jinho finalmente se recuperó y se rascó la sien, como si estuviera avergonzado.
‘¿Cómo puede existir un ser de ese tamaño?’ – pensó Jinwoo tras retirar su mano de la cabeza de Jinho.
Se había quedado sin palabras después de ver a ese gigante. Era demasiado grande. El horrible poder mágico que emanaba de esa cosa incluso le hacía pensar en alejarse de este lugar lo más pronto posible. Era desagradable, pero solo había dos formas de deshacerse de esta desagradable sensación. O huía lo más lejos posible de la fuente que le causaba esta inquietud y se olvidaba de todo o eliminaba la causa del problema. Sin embargo, la decisión ya había sido tallada en piedra desde el momento en que había salido de Corea, no, desde el momento en que había despertado.
Du-dum, du-dum…
Jinwoo cerró los ojos y disfrutó en silencio de los latidos de su corazón antes de volver a abrirlos de golpe.
“Ve a una distancia segura.”
“Sí, hermano.”
Jinho asintió con la cabeza con gesto serio y rápidamente corrió entre los soldados sombra para alejarse de allí.
‘Bueno.’
Jinwoo esperó pacientemente a que el niño se fuera a una distancia lo suficientemente segura y luego convocó a los nuevos miembros de la familia.
“Surgid.”
Aunque no eran tan grandes como el gigante de clase jefe, varios soldados de sombra enormes se elevaron del suelo. Del uno al trece. Jinwoo había nombrado a sus soldados sombra gigantes con números, según el orden que había seguido al extraerlos. Sintió bastante orgullo al ver a esas enormes figuras de pie frente a su ejército de las sombras, parecía que sus tropas se habían fortalecido.
‘Debería ser suficiente.’
Jinwoo levantó la mano cuando pensó que estaba listo. Cuando las yemas de sus dedos señalaron hacia el cielo, todos los soldados sombra se prepararon para atacar.
¡Clang!
“Mi ejército.”
Sus soldados estaban equipados con una armadura y envueltos en un humo negro. Jinwoo los miró uno por uno antes de volverse hacia el gigante. La criatura parecía totalmente indiferente ante la presencia de Jinwoo, era como si las cosas que no entraban en su rango de influencia no le interesaran en absoluto.
‘No me gusta.’
Jinwoo estaba bastante infeliz por el hecho de que el monstruo lo mirara de forma miserable desde su altura. En la cara de Jinwoo apareció una sonrisa feroz y bajó la mano que apuntaba hacia el cielo.
“¡Avanzad!”
Beru levantó la cabeza en alto y chilló ruidosamente.
“¡IAAAAAAAAAAAACK!”
Las hormigas, los osos, los gigantes y el resto de soldados sombra corrieron hacia el monstruo gigante.
¡Broooooom!
El suelo tembló ante la marcha de la legión de las sombras. Una poderosa tormenta de polvo se elevó en el aire y, finalmente, los soldados de Jinwoo entraron en el territorio del gigante. Y entonces… El aire que había a su alrededor cambió.
“¿¡Qué!?”
Un grito de sorpresa salió de la garganta de Jinwoo. El gigante desapareció de su vista y, cuando reapareció, la mitad de los soldados sombra habían sido aniquilados.
‘¿Barrido?’
No había otro término apropiado para describir el movimiento del gigante. Parecía que se había limitado a hacer un barrido con su pierna. Un poder destructivo terrible. Con un único ataque, la legión de las sombras había sido partida por la mitad. Obviamente, los soldados no iban a retroceder. Antes de que el polvo generado por el pie del gigante se hubiera asentado, Colmillo aumentó de tamaño y apareció ante la cara del monstruo.
¡Uuuuuuu!
El pecho de Colmillo se hinchó con fuerza y, poco después, una enorme columna de fuego salió de su boca.
¡Uaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
Ese ataque de Colmillo era capaz de derretir a los monstruos con una resistencia innata al fuego de una sola vez. Desafortunadamente, el gigante bloqueó el chorro de fuego con la palma de su mano. Jinwoo pudo sentir cómo Colmillo se asombraba ante lo que estaba sucediendo.
Mientras todavía estaba agachado, el gigante agarró el tobillo de uno de los soldados sombra gigante que tenía cerca. Hasta ese soldado sombra, con un tamaño como el de un edificio, fue atrapado con facilidad por la mano del gigante. Parecía un niño pequeño. Luego, lo arrojó con fuerza contra Colmillo. El hechicero alto orco estaba aspirando aire una vez más para un segundo ataque, pero el soldado gigante lo golpeó antes de que pudiera terminar y se desintegró.
“……”
Los ojos de Jinwoo se redujeron a una rendija cuando vio cómo Colmillo se convertía en humo negro. Estaba ante una batalla de mil contra uno. La verdadera batalla entre los soldados sombra y el gigante comenzaba en ese momento. No, más que una batalla era una muestra unilateral de violencia.
“’Iaaaaack!”
“¡Aaaargh!”
Los soldados sombra estaban siendo aplastados constantemente por los ataques del gigante. Puñetazos, bofetadas, codazos, rodillazos, pisotones… Cada movimiento del gigante hacía que decenas de soldados sombra fueran eliminados.
¡Blam!
¡Blam!
¡Blam!
Los movimientos del gigante eran más rápidos que los de un cazador de alto nivel.
“¡Iaaaack!”
Beru observó cómo pisoteaban al ejército de hormigas y, cuando estaba a punto de lanzarse hacia adelante, Jinwoo levantó el brazo y lo detuvo.
“Aún no.”
Beru dio un paso atrás. Tanto Beru como Ygritte estaban de pie al lado de Jinwoo, esperando sus órdenes. Ya mostraban indicios claros de que querían unirse a la batalla.
‘Todavía no es el momento.’
Los labios de Jinwoo estaban cerrados formando una línea recta. Los soldados repitieron el ciclo de destrucción y regeneración, consumiendo su maná rápidamente. De hecho, el consumo era tan alto que ni siquiera la gran cantidad de maná proporcionada por el Corazón negro podía soportarlo. Sin embargo, Jinwoo siguió siendo paciente y no se movió. Observaba con calma al gigante desde la distancia. Estaba lanzando a su ejército inmortal como cebo para encontrar sus debilidades. Ese era su plan para esta incursión.
¡Baaaaaaam!
El gigante aplastó a los soldados sombra con la rodilla y golpeó el suelo con el puño.
¡Baaaaaaaaaaaam!
Docenas de soldados se dispersaron en un humo negro mientras el golpe sacudía toda la ciudad como un terremoto. Era una batalla de pesadilla creada por una defensa perfecta y un poder destructivo terrible. Sin embargo, no todo eran pérdidas. Dentro de esa llanura desolada en la que se había convertido el centro de Tokio, los ojos de Jinwoo brillaron con un aterrador nivel de concentración.
‘Lo sabía…’
Como se esperaba, ningún ataque era capaz de dañar la resistente piel del gigante. Parecía como si estuviera envuelto en una armadura mágica inexpugnable. La criatura parecía consciente de su propia capacidad defensiva, ya que ni siquiera se molestaba en defenderse mientras continuaba lanzando ataques, uno tras otro. Sin embargo, había visto una excepción: cuando Colmillo escupió el Aliento de dragón de fuego en su cara. En ese momento había extendido la palma de su mano para protegerse la cara. Si no se trataba de una coincidencia…
“¡Kaisel!”
Jinwoo convocó al wyvern. Kaisel salió de su sombra de inmediato y extendió sus enormes alas de una manera espectacular.
¡Bam!
“¡Iaaaaack!”
Jinwoo se subió a su espalda.
“Beru, Ygritte.”
Beru extendió sus alas mientras Ygritte se subía detrás de su Soberano. Al instante, Kaisel agitó las alas y despegó con sus dos pasajeros.
¡Blam!
El suelo se alejó rápidamente.
‘¡Vamos!’
Los cuatro se elevaron en el aire y volaron hasta situarse sobre la cabeza del gigante. Al instante, los ojos del gigante se movieron. En medio de su lucha contra los mil soldados sombra, sus ojos vieron a Kaisel y Beru acercándose a gran velocidad. Al verlo, Jinwoo asintió. Eso apuntalaba otra de sus teorías. Ese monstruo podía dividir su atención mientras peleaba, como cuando él usaba su estadística de [Agilidad]. Gracias a eso, podía mostrar una velocidad mucho más alta que el resto de gigantes.
El Gigante se giró. Jinwoo captó cómo sus enormes hombros se movían.
‘¡Esquivadlo!’
Jinwoo e Ygritte saltaron de la espalda de Kaisel. En un abrir y cerrar de ojos, el puño se estrelló contra el wyvern.
¡Baaaam!
Las cejas de Jinwoo temblaron cuando vio explotar a Kaisel en un humo negro. Todavía le causaba una sensación desagradable ver cómo destruían a sus soldados. Lo bueno era que el objetivo de su ira estaba junto frente a él.
Ygritte fue el primero en atacar. En medio de su salto, balanceó la Espada larga del Monarca demoníaco hacia abajo.
¡Chiiii!
Un rayo azul salió disparado de la punta de la espada hacia la cara del gigante, que inclinó rápidamente la cabeza para evadirla.
‘¡Lo hizo!’
Una vez más, el gigante esquivaba un ataque dirigido contra su cara. Jinwoo ahora estaba seguro de dónde estaba su punto débil, e inmediatamente usó la [Autoridad del soberano] para acercarse hasta su rostro. Beru le seguía.
“Puñal del Monarca demoníaco.”
Jinwoo agarró las dos armas con fuerza. Las garras de Beru se extendieron por completo. El asalto combinado de ambos se desplegó por el aire. Abajo, los soldados de la sombra que se habían regenerado corrían hacia los tobillos del gigante.
¡Zaaas!
¡Boom!
Las llamas que salieron disparadas de las manos de los magos explotaron contra el cuerpo del gigante. Al instante, columnas de fuego lo cubrieron por todas partes.
Jinho observaba esta alucinante batalla sin perderse ni un detalle.
“……”
Estaba completamente sin palabras. Esto ya no era una batalla entre un cazador y un monstruo. No, se trataba de una pelea entre dos monstruos. Una batalla entre un monstro del tamaño de un edificio, su hermano y sus mil invocaciones. Si alguien le preguntaba quién era más monstruoso, no sabría qué contestar.
‘La verdad…’
Era realmente lamentable ser el único testigo de esta batalla. Jinho hacía todo lo posible para calmar su corazón, pero no apartaba la mirada de Jinwoo. La emoción estaba a punto de hacerlo estallar. Ese fue el momento en que el Puñal del Monarca demoníaco se clavó en el ojo del gigante.
¡Plas!
El gigante se retorció de forma desesperada, sacudiendo la cabeza con fuerza. Sin embargo, Jinwoo se mantuvo en su sitio.
‘Funciona.’
Agarrado con fuerza al puñal clavado en el ojo del monstruo, activó una habilidad con la otra mano.
“[Destrozar].”
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
El globo ocular del gigante se hizo trizas. El monstruo torció la parte superior de su cuerpo para alejarlo, pero Jinwoo siguió aferrado a su rostro. Mientras se mantenía pegado, echó un vistazo a su espalda.
“¡Beru!”
“¡Como ordenes!”
Beru entendió de inmediato lo que quería su Soberano y voló a una velocidad aterradora para entrar por el agujero del ojo. Jinwoo desde el exterior y Beru desde el interior. Los dos comenzaron a rasgar el rostro del gigante desde dentro y desde fuera simultáneamente.
La boca del gigante se abrió de par en par, soltando un grito silencioso. Al mismo tiempo, el incesante ataque de las hormigas en su tobillo también tuvo éxito.
Chack
El tendón de una de las piernas del gigante se había roto.
¡BOOOOOOOOOOM!
El suelo fue incapaz de soportar el tremendo impacto y se sacudió con fuerza. Mientras tanto, el asalto combinado continuó.
“¡[Destrozar]!”
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
“¡[Destrozar]!”
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
“¡[Destrozar!”
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
El gigante se revolvía como un maníaco, pero cuanto más lo hacía, más intensos se volvían los ataques de Jinwoo en su rostro. Poco después dejó de moverse y su enorme cuerpo comenzó a inclinarse lentamente hacia un lado.
¡¡¡¡¡BRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAM!!!!!
El cuerpo del gigante chocó contra el suelo. En ese momento comenzaron a sonar los familiares sonidos metálicos en su cabeza.
¡Ding!
¡Has derrotado al enemigo!
|
Has subido de nivel
|
Has subido de nivel
|
Has subido de nivel
|
Has subido de nivel
|
Jinwoo apretó más fuerte su puño.
‘¡Lo conseguí!’ – pensó mientras aterrizaba con agilidad sobre el suelo. Pero cuando estaba a punto de soltar un suspiro de alivio, se dio cuenta de que algo andaba mal y detuvo sus movimientos por completo. – ‘¿Uh…?’