martes, 7 de julio de 2020

SYN Capítulo 91

Volumen 9 Capítulo 9
100 millones se retiran, una persona contraataca
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars

“Se trata del cazador Sung Jinwoo.” Las reacciones de los cazadores de todo el mundo al escuchar las palabras del Presidente de la Asociación, Go Gunhee, a través de los telediarios, por algún compañero o a través de plataformas donde se compartían vídeos, fueron muy parecidas. “¿Quiere ir a Japón en estos momentos?” “¿En que está pensando?” Los cazadores entendían la situación. Comprendían perfectamente lo enorme que sería la recompensa del gobierno japonés si conseguía solventar esta crisis, pero también sabían que ningún gobierno extranjero estaría dispuesto a arriesgar las vidas de sus mejores cazadores en una catástrofe como esta. La lección que les había enseñado Kamish, el monstruo de la puerta de rango S, al disminuir drásticamente la cantidad de los mejores cazadores del mundo, había dado como resultado que las Asociaciones de cazadores fueran poco cooperativas. Por ello, aunque quisieran ir, no podían. De todos modos, para ser honestos, aunque se lo hubieran podido permitir, nadie quería ir. ‘Es una locura.’ Para cuando llegaron las noticias desde Corea del Sur, los cazadores de rango S estadounidenses ya habían comenzado a reunirse en el hotel más lujoso de Maryland. La mayoría había recibido una ‘mejora’ a sus habilidades a través del poder de la señora Selner y se podía decir que eran superiores a cualquier otro ejército del mundo. Había sido precisamente gracias a eso que en aquella reunión se estaban riendo de la historia sobre un cazador temerario de un pequeño país asiático. “Ese tipo que acaba de volver a despertar está extasiado por su propio poder.” “Menudo idiota. ¿Piensa que cargarse unos pocos insectos es igual a luchar contra gigantes?” “Un cazador que sobreestima su capacidad morirá el 100% de las veces. ¿Quién habría pensando que la fama obtenida por matar a las hormigas terminaría acortando su vida? Qué irónico.” Todos habían visto la brillante actuación de Jinwoo en la isla de Jeju. El poder que había mostrado Sung Jinwoo era realmente elevado. Sin embargo, la raza de los gigantes era diferente de aquello con lo que se había enfrentado. Su habilidad para convocar muchas criaturas podía haber resultado útil para luchar contra un enjambre de hormigas, que se apoyaba en su ingente cantidad. En cambio, no importaba cuán poderoso fuera, sería imposible que una sola persona fuera capaz de enfrentarse a un monstruo que solía aparecer como jefe de las puertas de rango A. Además, todavía quedaba el gigante de clase jefe que había matado a Yuri Orlov. Sus acciones recordaban a las de una bestia salvaje en vez a las de una criatura humanoide. Una criatura enorme, con una velocidad y agilidad increíbles. ¿Cómo podría un solo cazador matar a un monstruo así? Al final, estos cazadores comenzaron la broma de apostar. “Apuesto mi yate a que muere en menos de un día.” “Apuesto mi mansión a que lo hace en dos días.” “Entonces yo…” “Me pregunto si eso realmente sucederá.” – dijo una voz interrumpiendo sus cábalas. Thomas André, que había estado cenando en silencio en una esquina, dejó los cubiertos y abrió la boca. Era uno de los cinco cazadores con rango de ‘Autoridad especial’. Desde la subyugación de Kamish, habían aparecido muchos cazadores poderosos, pero ninguno había sido capaz de superar a aquellos que habían sobrevivido a ese terrible desastre de la historia de la humanidad. Todo el mundo dejó de hablar cuando tal hombre mostró una sonrisa. “Apuesto el rascacielos del gremio Carroñeros a que sobrevive hasta el final.” – dijo mientras observaba con tranquilidad al resto de cazadores tras sus gafas de sol. Acto seguido, salió del restaurante. “……” “……” Después de su marcha, un silencio incómodo descendió sobre la multitud. “Ese hombre siempre sabe cómo estropear la diversión.” – dijo un cazador frunciendo el ceño insatisfecho, para romper ese sofocante silencio. “Bueno, de todos modos, no es la primera vez que ese monstruo hace algo así. Será mejor olvidarse de él.” “Sí. No importa cómo de fuerte sea el cazador coreano. Que una persona en solitario detenga a todos esos gigantes de rango S es imposible.” “No está solo, ¿no va otro cazador con él?” – intervino otro cazador que había estado escuchando en silencio hasta ese momento. Era como sospechaban. No importa cuán loco fuera, no pensaría ir solo al infierno. El resto de cazadores asintieron con la cabeza. “¿Qué otro idiota de rango S lo está acompañando?” “No es un rango S.” Los tres cazadores que lo escucharon comenzaron a intercambiar miradas extrañas. Ese coreano iba a luchar contra gigantes de rango S, sin embargo, ¡no iba a ir acompañado de otro cazador de rango S! “¿Lo acompaña un sanador de rango A?” “No. Va con un tanque de rango D, su nombre… ¿Yoo Jinho?” Como si hubieran llegado a un acuerdo previo, los tres cazadores olvidaron lo que iban a decir y mantuvieron la boca cerrada. Aunque suponían que ese cazador llamado Sung Jinwoo estaba loco y le faltaba más de un tornillo, ¿podría ser que todos estaban locos? Por un instante, la idea de que no fuera una coincidencia el apoyo de Thomas André pasó por sus mentes.
* * *
Aeropuerto Internacional de Incheon. “Ah, espera un minuto. ¡pasaré!” Yoo Jinho luchaba para abrirse camino a través de toda la multitud, que parecía que se congregaban como las nubes. Llevaba un par de grandes gafas de sol cubriéndole la cara y dos bolsas con equipo en ambas manos. La determinación que emanaba de su rostro era suficiente como para avergonzar a cualquier estrella de cine que estuviera a punto de hacer su aparición en la escena principal de la batalla. “¡Pasaré…!” Jinho abrió un camino y Jinwoo lo siguió sin decir nada. ¡Clic! ¡Clic! ¡Clic! ¡Clic! ¡Clic! Los reporteros continuaban presionando los botones de sus cámaras, temerosos de perderse un solo segundo de Jinwoo. Sin embargo, a diferencia de Jinho, que estaba claramente entusiasmado con el viaje, permanecía tranquilo y sereno. Al escuchar la noticia diciendo que Jinwoo quería viajar a su país, Japón había enviado un avión privado. Naturalmente, todos los procedimientos para entrar en el país habían sido eliminados. Justo antes de subir al avión, Jinwoo descubrió un par de caras conocidas que venían a despedirlo. Pertenecían al Presidente de la Asociación, Go Gunhee, así como al Jefe del Departamento de Vigilancia de Cazadores (DVC), Woo Jincheol. Intercambiaron simples asentimientos como saludo y se agruparon para conversar. El interior del aeropuerto era bastante ruidoso, pero los tres eran cazadores de alto nivel y sus sentidos estaban muy desarrollados, por lo que no necesitaban alzar la voz. Go Gunhee fue el primero en hablar; su expresión seguía siendo de tristeza. “Aun ahora desearía poderte hacer cambiar de opinión.” Se podía decir que Jinwoo era el cazador más poderoso de Corea y no quería que un activo tan valioso se fuera. De hecho, nadie podía asegurar que Corea estuviera a salvo durante su ausencia. Desafortunadamente, Jinwoo no iba a cambiar de parecer. “Lo siento. Quiero ir.” Deseaba derrotar a esos gigantes para subir de nivel y aumentar el número de soldados sombra. Debido a eso, Jinwoo le había exigido a Japón que se le entregaran todos los derechos sobre los monstruos que eliminara y el gobierno había aceptado su solicitud con los brazos abiertos. Go Gunhee se echó a reír. “¿Es por los monstruos?” Jinwoo también sonrió. “Simplemente deseo luchar contra los gigantes.” “Si eso es lo que deseas, entonces no hay nada que podamos hacer.” Go Gunhee extendió su mano y Jinwoo la estrechó con fuerza. “Por favor, mantente a salvo.” – dijo el Presidente mientras continuaba el apretón de manos. ¡Clic! ¡Clic! ¡Clic! ¡Clic! ¡Clic! La escena había sido captada por cientos de cámaras.
* * *
La noticia de la llegada de Jinwoo se convirtió en el único rayo de esperanza para los desesperados supervivientes japoneses. Las pocas emisoras de televisión que todavía continuaban en antena no dejaban de reproducir imágenes relacionadas con Jinwoo. Todos observaban sus hazañas, aferrándose a ese débil hilo de esperanza. Cada vez que las hormigas de rango S eran barridas en las pantallas de televisión, los espectadores sentían un escalofrío por su espalda. Muchos japoneses no habían mostrado ningún interés durante la operación de incursión bilateral entre Corea y Japón, pero ahora se aferraban de forma desesperada a la retransmisión de esas imágenes. A medida que se informaba en las noticias que los gigantes estaban acelerando la velocidad con la que viajaban hacia el sur, su desesperación también se hacía más fuerte. “¡El cazador Sung ha llegado a Japón!” – gritó un niño mientras escuchaba la radio. Los rostros de la gente que tenía a su alrededor se iluminaron. Sin embargo, no todos encontraban esperanza. Aquellos que se encontraban atrapados en las zonas sin electricidad ni gas desconocían que iban a recibir ayuda. Su única esperanza radicaba en que llegara un equipo de rescate. “¡Soy de las fuerzas de autodefensa!” Dos soldados de caras pálidas entraron en una pequeña clínica dirigida por una pareja de ancianos. El viejo doctor y su esposa dejaron escapar un suspiro de alivio después de ver la cara de los jóvenes soldados. Habían estado rezando para que llegara el grupo de rescate. Desafortunadamente, la situación no era tan buena como esperaban. Los soldados sacudieron la cabeza, impotentes. “No tenemos espacio para transportar a todos sus pacientes. Como mucho podremos acomodar a tres o cuatro más.” “Pero eso no puede ser… Tenemos a más de diez pacientes que sufren problemas de movilidad.” – dijo la anciana dirigiéndose a los soldados. El viejo doctor asintió con la cabeza, mostrándose de acuerdo. Sin embargo, los jóvenes soldados de las fuerzas de autodefensa se mostraron implacables. “¡Ahora no es el momento de preocuparse por personas que podrían morir en cualquier momento! ¡Los gigantes se dirigen hacia aquí mientras hablamos!” – gritó el joven soldado con la cara cubierta de sudor. Los habitantes de los alrededores ya habían sido evacuados. Este era el único lugar donde se podía encontrar el aroma de los humanos, por lo que solo era cuestión de tiempo que un gigante apareciera por aquí. El viejo doctor miró hacia el suelo por un momento antes de levantar la cabeza. “No puedo abandonarlos. Mi esposa y yo prometimos que nos quedaríamos a su lado hasta el final.” – dijo con determinación. Los dos jóvenes soldados miraron enojados al médico, pero al final, no tuvieron más remedio que coger sus radios. “Los civiles se niegan a ser evacuados… Nos retiramos de esta ubicación.” Hablaban deliberadamente en voz alta para dejar que el resto los escuchara y abandonaron el edificio rápidamente una vez que terminaron la comunicación. Poco después, se escuchó el sonido de arranque de un vehículo. La pareja de ancianos soltó un largo suspiro y se consolaron en silencio. Pero entonces, uno de los soldados que creían que había salido volvió a entrar de repente. Además llevaba su rifle cargado, listo para disparar. “Qu… ¿Qué estás haciendo?” La sorprendida pareja de ancianos se abrazó. “Si os quedáis aquí, ¡los gigantes os destrozarán! Es mejor morir en mis manos, ¡que tener esa muerte horrible!” – gritó el soldado en voz alta con las venas marcándose en su cuello. Estaba apuntando intermitentemente de uno a otro. La pareja temblaba con cada movimiento del rifle. “Última advertencia. ¿Venís con nosotros o morís por mi arma?” – dijo el joven soldado mientras les apuntaba. La pareja de ancianos no dijo nada durante mucho tiempo. ¿Cómo podían darle a entender al joven que tenían delante de sus ojos que no deseaban irse con él? Sin embargo, la pareja no podía acceder con tanta facilidad. De hacerlo, sería como renunciar a todas sus creencias, a todo lo que les había llevado a servir a su comunidad y a la gente durante toda su vida. “……” “……” El instante pareció durar una eternidad. La cara del joven soldado ya era un desastre, con su cara repleta de suciedad, pero ahora también tenía gruesas gotas de sudor corriendo por su frente. Al final, se escurrieron y le entraron en un ojo, nublando su visión. El joven frunció el ceño. Y entonces… Grrrr El estómago del joven soldado le hizo saber al mundo que tenía hambre. Sin embargo, no prestó atención y mantuvo su mirada asesina. “Disculpe, joven.” El joven soldado fue tomado por sorpresa por la repentina voz que provenía de su costado y rápidamente apuntó hacia una de las camas del hospital. “Qu… ¿Qué pasa?” En un rincón de la oscura habitación, una abuela que estaba sentada en una camilla sacó una bandeja y, silenciosamente, la empujó hacia adelante. Contenía una bola de arroz. “Si tienes hambre, come. Hoy no tengo apetito.” – dijo con una sonrisa. “……” Solo entonces, el joven soldado bajó su rifle. “Está bien.” Las manos del joven soldado temblaron al recibir la bola de arroz. En ese momento recordó la razón por la que había decidido ponerse el uniforme. Había elegido convertirse en soldado para poder proteger y luchar por estos ciudadanos de buen corazón. Sin embargo, había intentado escapar e ignorarlos al saber que se acercaba un monstruo. Estaba realmente avergonzado de su impotencia. Unas lágrimas que no podía entender comenzaron a correr por su rostro. Silenciosamente, tomó la radio y le dijo a su compañero que se adelantara. “Joven, ¿qué planea hacer?” – dijo el viejo doctor, sorprendido, agarrando el hombro del soldado. “Me quedaré aquí.” – respondió el joven soldado mientras colgaba el rifle sobre su hombro. – “Señor, soy un soldado. No puedo escapar sabiendo que aún hay ciudadanos aquí.” A continuación hizo una reverencia hacia la abuela y se tragó la bola de arroz. Tuvo que hacer un esfuerzo porque su garganta estaba ahogada por la emoción. “Gracias por la comida. Estaba realmente deliciosa, señora.” Blam, blam, blam… El suelo comenzó a temblar y el soldado salió corriendo de la clínica con una expresión decidida. Un gigante se acercaba a una velocidad aterradora. Se arrastraba por el suelo como una bestia. ‘¿Eso…?’ Cuando el soldado puso sus ojos sobre el gigante se dio cuenta de algo. El monstruo estaba devorando a su compañero. Los ojos del joven se pusieron rojos al instante. “¡Uaaaaaaaaah!” El soldado disparó con su rifle hacia el gigante. ¡Bang, bang, bang, bang! Desafortunadamente, las armas de la civilización moderna no podían dañar a los monstruos. El gigante se sacudió fácilmente la lluvia de balas y llegó ante el soldado en un abrir y cerrar de ojos. Clic, clic… El rifle se había quedado sin munición y solo dejaba escapar unos débiles sonidos. Las lágrimas se juntaban en los ojos del joven soldado. ‘¡Oh, Dios…!’ El gigante elevó su cabeza para tragarse al humano que había estado masticando y saltó hacia el soldado. Y, en ese mismo momento… …Una enorme naga golpeó el costado del gigante. El monstruo salió volando y rodó violentamente por el suelo, antes de recuperarse con un ágil movimiento que no se ajustaba a su cuerpo. “¡Grrrr!” La gigantesca naga se colocó ante el gigante mientras éste la miraba mostrando sus dientes, gruñendo. No era ni más ni menos que ‘Jima’, el monstruo jefe que se había unido recientemente al ejército de las sombras. La naga extendió su brazo derecho y una lanza negra se levantó lentamente de la sombra del suelo. ¡Agarrar! Jima agarró con fuerza la lanza y apuntó con su arma hacia el frente. Uno podía sentir su voluntad inquebrantable; no iba a dejar pasar a nadie. “¿Uh…? ¿Uh…?” El soldado de las fuerzas de autodefensa no podía decir si lo que se estaba desarrollando ante sus ojos era un sueño o la realidad. Un monstruo protegiéndolo de otros monstruos. Había pensado que acabaría dentro de la boca del gigante, pero ahora, mientras miraba la espalda de ese otro monstruo, una variedad de emociones brotó de lo más profundo de su corazón. “¿¡Qué demonios…!?” Por un momento se preguntó si iban a sobrevivir, si lograrían poder vivir después de enfrentarse a este monstruo gigante. Él, los ancianos y el resto de pacientes. Cuando sus pensamientos llegaron a ese punto, de repente, toda la tensión acumulada en su cuerpo lo abandonó y las lágrimas comenzaron a correr por su rostro. “Ten.” Alguien le entregó un colorido pañuelo, haciendo que el soldado girase lentamente su cabeza. El hombre, que parecía mucho más joven que él, señaló el pañuelo con la barbilla y asintió. Aunque ese joven no hablaba japonés, el soldado pudo entender lo que quería decir. ‘¿Es coreano?’ “¿Por qué estás aquí?” – preguntó tras limpiarse las lágrimas con el pañuelo. El coreano sacudió la cabeza en silencio antes de levantar el pulgar. “Sí.” “¿Eh?” “Sí.” “Ah… Gracias.” Mientras le daba las gracias apareció otro coreano. Su cuerpo estaba cubierto de sangre y, aunque no sabía nada sobre cazadores, se daba cuenta de que estaba a un nivel completamente diferente al del resto del mundo. “Es peligroso.” – dijo Jinwoo. Había echado un vistazo dentro de la clínica antes de aparecer aquí, y ahora hablaba con Jinho mientras señalaba hacia atrás. – “Tendré que moverme. Están demasiado cerca.” Jinho había presenciado cómo peleaba contra los gigantes varias veces, así que entendía a qué se refería casi de inmediato. “Hermano, te esperaré aquí.” “Vale.” Jinwoo miró al soldado y, cuando vio sus ojos asustados, le dio un par de palmaditas en la espalda para indicarle que había trabajado duro. Enfrentarse a un gigante con solo un arma de fuego no era algo que hiciera una persona común. Jinwoo había entrado en muchas mazmorras como un rango E, por lo que sabía mejor que nadie lo valiente que había sido este soldado. “¡Ah!” – exclamó el soldado con admiración mientras miraba la espalda de Jinwoo. Con ese poderoso golpe, sintió que el miedo que le había preparado para la muerte se desvanecía de inmediato. Una poderosa sensación de alivio salió de la parte más profunda de su corazón. Fue entonces cuando el soldado recordó la historia de dos coreanos deambulando por su país cazando gigantes. Y le vino a la mente el nombre de uno de los dos; el nombre del cazador que también había masacrado a los monstruos de rango S prácticamente solo en Corea del Sur... ‘Sung Jinwoo…’ Debía ser. Ese hombre tenía que ser él. Du-dum El corazón del soldado comenzó a latir con fuerza después de encontrarse con esa persona “¿Eres ‘ESA’ persona? ¿El cazador de rango S coreano?” – preguntó de forma apresurada al joven coreano que todavía estaba a su lado. Jinho asintió con la cabeza. “Sí.” Mientras tanto, Jinwoo caminaba hacia donde estaban los dos monstruos enzarzados en un violento combate cuerpo a cuerpo. Su frente estaba arrugada. “¡Uaaaaaaah!” El gigante estaba profundamente agarrado a los brazos de la naga mientras le mordía el hombro con fuerza. Jima había sido el jefe de una mazmorra de rango A. A pesar de que su atención estaba centrada en proteger a los humanos que estaban a su espalda, todavía debería ser mucho más poderoso que los soldados sombra normales. Nunca habría imaginado que podría ser reprimido por un monstruo normal que ni siquiera estaba al mismo nivel que un monstruo tipo ‘Jefe’. Esta situación demostraba fácilmente cuán fuertes eran estos gigantes. Además, Jinwoo nunca disfrutaba cuando veía cómo sus soldados sombra eran derrotados. Su expresión se endureció al tiempo que flexionaba las rodillas. Una increíble cantidad de fuerza llenó sus muslos y pantorrillas. Crack, crack... El asfalto sobre el que se apoyaban sus piernas comenzó a partirse mientras las grietas se esparcían debajo de sus pies. ¡Baaaaam! Jinwoo saltó con fuerza explosiva desde el suelo y se disparó directamente hacia la cara del gigante. En ese breve momento, los ojos penetrantes del monstruo lo descubrieron volando directamente hacia él. Un destello de comprensión llenó los ojos del humano volador. ‘Como pensaba, estos tipos no son monstruos normales.¡Bam! El puño de Jinwoo se estrelló contra la frente del gigante. Sin embargo, el daño infligido fue menor de lo esperado. El monstruo echó la cabeza hacia atrás justo antes de que llegara el golpe para minimizar el impacto tanto como pudo. El monstruo poseía un tamaño enorme, pero era capaz de hacer movimientos ágiles. Para los cazadores que tenían que lidiar con ellos esto resultaba una locura. Sin embargo, eso se podía aplicar a los cazadores normales. Jinwoo convocó inmediatamente en el aire el Puñal del monarca demoníaco. Y luego extendió su mano libre hacia la cara del gigante. “¡[Autoridad del Soberano]!” Una mano invisible tiró de la cara del gigante con una fuerza irresistible, haciendo que la distancia entre los dos desapareciera rápidamente. “¿Uh?” El monstruo no esperaba que su oponente fuera capaz de volver a atacar desde el aire de inmediato y comenzó a revolverse mientras entraba en pánico, pero todo fue en vano. Jinwoo voló frente a la nariz en un instante y activó su habilidad. “¡[Destrozar]!” ¡Zuuuuuuum! Los ataques resultaban tan rápidos que dejaron una serie de imágenes residuales y convirtieron el rostro del gigante en un completo desastre. “¡Uaaargh!” El monstruo se cubrió la cara y rodó por el suelo. Había perdido la vista y se sacudía salvajemente por el dolor. ‘Listo.’ Después de aterrizar con agilidad en el suelo, Jinwoo lo miró con una sonrisa y comenzó a caminar hacia el gigante. Éste, sintiendo que su fin estaba cerca, se dio la vuelta y huyó sin mirar atrás. ‘¿Puede sentir mi presencia?’ Cuanto más luchaba contra ellos, más sorprendido estaba. Por lo que podía ver, estos gigantes eran como un arma de combate cuerpo a cuerpo de gran tamaño. El gigante se distanció rápidamente, pero no planeaba dejarlo huir. ‘[Celeridad].’ Jinwoo se deslizó como un rayo. El monstruo gigante corría a cuatro patas con todas sus fuerzas, pero en lugar de aumentar la distancia, ésta se acortaba rápidamente. El gigante sintió terror. Sentía cómo un aura escalofriante emanaba justo a su espalda. La criatura se dio cuenta demasiado tarde de que nunca podría escapar sin importar cuánto luchara. Entonces, se detuvo abruptamente, giró y trató de golpearlo. “¿……?” La presencia del humano que lo había asustado, desapareció. “¡……!” Y volvió a aparecer por detrás. A pesar de que sus ojos ya no funcionaban, el gigante giró la cabeza. Sin embargo, eso hizo que le resultara más fácil acuchillar al monstruo. Jinwoo saltó verticalmente y bajó con fuerza el Puñal del monarca demoníaco. Un arma que contenía todo el poder de ataque de su ‘Corazón negro. “[Destrozar]…” El gigante ni siquiera tuvo tiempo de gritar antes de caer como el tronco de un árbol. ¡Baaam! Ese era el tercero. “Fuu…” Jinwoo dejó escapar un ligero suspiro de victoria. “¡Hermano…!” – gritó Jinho, que había estado esperando el final de la batalla desde lejos. Ahora que todo había terminado corrió con rapidez y le extendió un termo lleno de té frío al llegar a su lado. “Gracias.” – dijo con una sonrisa. El té se deslizó por su garganta mientras escuchaba un sonido familiar. ‘¿Mmm?’ Mirando hacia atrás, vio a Jima con los hombros alicaídos después de ser derrotada. La sombra estaba claramente deprimida. “Buena pelea. Has luchado bien.” Jinwoo alentó a su subordinado y lo hizo regresar. La naga se transformó en una sombra y desapareció bajo los pies de Jinwoo. “Hermano…” – dijo Jinho mientras observaba la escena. “¿Sí?” – respondió mientras le devolvía el termo. “Has enviado al resto de tus invocaciones por su cuenta, pero… ¿por qué decides actuar con la naga?” Jinho se sentía perplejo. Precisamente hacía unos momentos, su hermano había sido capaz de terminar con un gigante él solo. Realmente parecía que no necesitaba la ayuda de la naga. Siempre enviaba a su sombra antes de comenzar la batalla y solo participaba después de que fuera empujada hacia atrás. Tenía curiosidad sobre cuál podía ser el objetivo de Jinwoo. Sin embargo, la razón real era bastante simple. ‘Quiero subir de nivel a los chicos.’ A diferencia de otros soldados sombra que habían aumentado de nivel rápidamente mientras luchaban a su lado, la naga llevaba poco tiempo con él y su nivel era relativamente bajo. Por eso, pensaba que dado que iba a luchar contra estos gigantes de todos modos, también podría elevar su nivel en el proceso. Pero no podía explicárselo de esa manera. “Bueno, siento que todavía no estoy familiarizado con la naga. Si la mantengo a mi alrededor, creo que puedo manejarla mejor.” – respondió Jinwoo con una sonrisa. “Oh.” Jinho asintió con la cabeza. Era muy fácil engañarlo. Pero entonces, Jinho cayó repentinamente en una profunda contemplación, antes de alzar la voz cuando sus ojos brillaron intensamente. “Hasta te aseguras de cuidar a cada una de tus invocaciones. ¡Eres el mejor hermano mayor!” “……” Jinwoo se sentía muy mal por mentirle. “Esto…” La cabeza de Jinwoo se volvió hacia un lado. El soldado que se había enfrentado valientemente al gigante se acercaba mientras miraba continuamente el enorme cadáver del monstruo. Jinwoo también pudo ver a la pareja de ancianos responsables de proteger la clínica por encima del hombro del soldado. Todavía no habían mantenido una conversación, pero después de mirarlos a la cara sabía lo que querían decirle. Eso era todo lo que necesitaba. Ahora no tenía tiempo suficiente para recibir su gratitud. Precisamente en estos momentos, el resto de gigantes corrían haciendo estragos por algún lado. Jinwoo miró detenidamente el cadáver del gigante. La razón más importante por la que había venido a Japón estaba tirada en el suelo, justo en frente de sus ojos. “¡Para! ¡¡Para!!” Jinho rápidamente impidió que los supervivientes japoneses se acercaran al lugar. Podía ser su imaginación, pero sentía que el ingenio de Jinho había mejorado considerablemente desde su primer encuentro. Gracias a eso, el trabajo de extraer las sombras se había vuelto mucho más fácil. Sonrió y miró a Jinho por un momento, antes de volver a mirar al gigante. “Surge.” – murmuró mientras extendía las manos.
* * *
“Estimados espectadores… Es difícil de creer, ¡pero la escena que hay ante mis ojos es increíble!” ¡Ta, ta, ta, ta, ta, ta, ta, ta…! El periodista que iba a bordo del helicóptero no dejaba de emitir jadeos de asombro, como si apenas fuera capaz de creer lo que veía. La cámara apuntaba hacia abajo. Cientos de hormigas marchaban hacia una dirección y, en su vanguardia, había una monstruosa hormiga con alas. El único soldado sombra de clase ‘General’, Beru. “¡Iaaaaaaaack!” El periodista se tapó rápidamente los oídos. Mientras tanto, su chillido provocó que todas las hormigas que marchaban detrás se detuvieran al mismo tiempo. Había tres gigantes delante de ellos. La diferencia de tamaño era como ver a un elefante y un ratón. Sin embargo, Beru no mostraba ningún indicio de temor cuando sus garras se extendieron como cuchillas y se lanzó hacia adelante. “¡Iaaaaaaaaaaaaaaack!” Y, detrás de él, el ejército de hormigas comenzó a cubrir la tierra de negro. “¡Dios mío! ¡Dios mío!” Después de una feroz batalla, las hormigas comenzaron a devorar los cuerpos de los gigantes. ¡Ñac! ¡Chac! Por supuesto, bajo las órdenes de Beru, no olvidaban dejar atrás una parte de los monstruos para poder crear más soldados sombra. En cuanto a las hormigas que se volvían demasiado codiciosas para su propio bien, una rápida patada de Beru resolvía la situación. “¡Los gigantes están siendo devorados! ¡Estos gigantes están siendo devorados por los insectos!” – gritó el periodista, emocionado. Tenía un tono de voz hilarante. La escena en la que las hormigas se comían a los gigantes devoradores de hombres sorprendió a los espectadores y les dio a los japoneses una extraña sensación de emoción. Esa fue quizás la razón por la cual el mayor interés se centró en el ejército de hormigas. Desde el principio, Jinwoo se negó a ser grabado por una cámara. El único problema era... “¡Ugh!” El periodista y el cámara se sobresaltaron cuando vieron a Beru volando al lado del helicóptero. El antiguo Rey hormiga ni siquiera dudó, arrebató la cámara que lo estaba grabando y la destruyó. PLash “¡Shhh!” El periodista y el cámara se abrazaron mientras temblaban de miedo. “……” Beru los miró con desinterés y, silenciosamente, regresó al suelo. “Ugh…” “Arf, arf…” Los dos suspiraron de alivio. Había una razón por la que seguían alrededor del ejército de hormigas, incluso cuando las cámaras por valor de diez millones de wons se perdían con cada batalla: los innumerables espectadores estaban entusiasmados. Rápidamente, el cámara sacó otro aparato de repuesto y apuntó al periodista. “Aquí Kitamura, informando en directo…” – dijo ante el micrófono como si ya se hubiera acostumbrado a esta situación.
* * *
“¡Aaaaah!” Aunque debería haberse graduado de la escuela primaria no hacía mucho tiempo, esa joven huía gritando con la cara llena de lágrimas. “Aa… ¡Aaaah!” Justo detrás, un gigante la perseguía con una sonrisa desagradable en su rostro, como si estuviera tratando de adivinar cuánto podría correr con sus pequeñas patitas. La distancia entre los dos desapareció en un instante. El gigante debía encontrar este juego bastante divertido, ya que continuó formando una sonrisa con sus dientes. Al final, apareció ante ella y extendió un brazo que era al menos una vez y media más grande que el del resto de gigantes. Pero justo antes de que pudiera agarrar a la niña, un destello pasó por la muñeca del gigante. Un rayo de color azul quemó la superficie de la extremidad. ¡Crash! “¡Uaaaaaaargh!” El gigante gritó mientras se agarraba la muñeca cortada. Ygritte se retiró sosteniendo a la temblorosa niña. El gigante miró enojado hacia abajo. La criatura que había cortado su muñeca estaba ocupada escapando con su presa. Los ojos del enfurecido gigante se tiñeron rápidamente de rojo y sus músculos se hincharon, haciendo que cualquiera que viera la escena no pudiera evitar mojarse los pantalones. Sin embargo, un caballero apareció ante el monstruo. Desde que había mejorado a ‘Caballero de élite’, la armadura de Hierro se había hecho más gruesa. Hierro apuntaló su escudo sobre el suelo y permaneció orgulloso con el pecho descubierto. De repente, un rugido realmente poderoso salió de su garganta. “¡UAAAAAAAAAAAA!”

Hierro ha activado la habilidad: [Provocar].
El enemigo ha caído en un estado de provocación.
La mirada que antes se dirigía hacia Ygritte cambió instantáneamente hacia Hierro, que continuaba en una actitud que decía: «Ven si te atreves». A continuación, golpeó con fuerza su pecho y levantó el escudo, que era tan pesado como su cuerpo. “¡Uaaaaargh!” El puño del gigante descendió sin piedad sobre Hierro. ¡Booooom! Sin embargo, Hierro no retrocedió ni un centímetro. El efecto de aumentar de rango había elevado sus habilidades a un nivel completamente diferente. ¡Bam! ¡Bom! ¡Bam! Hierro se defendía habilidosamente contra las docenas de golpes y volvió a gritar. “¡Uaaaaaaaa!” Cuando lo hizo, el ejército de soldados sombra formado por osos de hielo, que habían estado al lado de Jinwoo durante más tiempo, atacaron al unísono desde ambos flancos del gigante. Tanque, el líder de la tropa de osos, sacudió la cabeza de lado a lado y rugió en voz alta, como si estuviera emocionado ante la perspectiva de ingresar en el campo de batalla después de un largo tiempo de inactividad. «¡GROAAAAAAAAAAR!» Su rugido era tan poderoso que hizo que se sintieran las vibraciones a lo lejos. “¿Lo estáis viendo? ¡Las invocaciones están atacando a los gigantes!” – gritó el periodista a la cámara después de contener la respiración viendo la escena. No lo podía creer. Muchos de los periodistas que no habían creído las afirmaciones de Yuri Orlov, desde el primero momento dudaron de las posibilidades de Jinwoo. Pero desde entonces, no solo Jinwoo, sino que las criaturas que había invocado estaban cazando rápidamente a los gigantes. Tal vez… Cuando el periodista pensó que Jinwoo podría salvar él solo a su país, algo cálido y poderoso brotó de la parte más profunda de su pecho. “M… ¡Mira allí!” El cámara señaló al gigante. Rápidamente, el periodista cambió su expresión de ensoñación y dirigió su mirada hacia el monstruo. “¡Cómo…!” El periodista gimió. Incontables rayos cayeron sobre la cabeza del gigante antes de comenzar a desmoronarse. Era una visión tan hermosa que hizo que todos los espectadores se olvidaran de lo que iban a decir.