3ª parte: Etapa apocalíptica
Capítulo 131
Justicia III
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por AMarauder
Corregido por Lord
Editado por AMarauder
“Ugh…”
Algunos de los miembros del equipo de reconocimiento pusieron una mueca.
Yohan miró al zombi.
“Esto es terrible.” – dijo Ha Jin.
“Esto me recuerda al jefe de la Luna Dorada.” – dijo Barrendero, riendo. – “Ese fue nuestro comienzo. El comienzo de una leyenda, ¿verdad hermano?”
“A veces deseo nunca habernos conocido.”
“Si no lo hiciéramos, habrías muerto, ¿no es así hermano?”
Yohan ignoró las bromas, con sus ojos todavía fijos en el zombi.
“Hermano, ¿qué estás mirando?”
“Estoy tratando de ver si tiene alguna herida.”
“¿Por qué?” – preguntó Barrendero, pero Yohan simplemente negó con la cabeza. Éste lo miró con curiosidad, pero Yohan tenía una expresión complicada en su rostro, dificultando discernir en qué estaba pensando.
“Siento que alguien nos está mirando.”
“¿Eh? No siento nada.”
“Tal vez solo sea mi impresión.”
Después de poner al zombi a descansar, Yohan miró a su alrededor. No había cámaras ni señales de otros supervivientes cerca de ellos.
“Oh, Barrendero.”
“¿Hm?”
“Me acabo de darme cuenta de algo cuando mencionaste a la banda de la Luna Dorada. Cuando me conociste por primera vez…”
“U… ¿Uh?”
“¿No dijiste que estabas buscando algo en ese centro comercial? ¿Qué es lo que estabas buscando?”
“Vaya, ¿estás preguntando eso ahora?”
“No era exactamente un buen momento para preguntarte sobre eso en ese momento y lo había olvidado hasta ahora.”
Barrendero apretó los labios.
“¿Es un secreto?” – dijo Yohan, poniendo una sonrisa maliciosa. Tampoco quería crear un problema.
“……”
“Bueno, todos tenemos un secreto.”
“No es nada increíble. Es solo que hay mucha historia de fondo.”
“Movámonos. Manteneos en guardia, especialmente después de que pasemos la persiana.”
El equipo de reconocimiento avanzó de nuevo a través de la sofocante oscuridad, tratando de permanecer lo más silencioso posible.
“¡Uaaaargh!”
Los zombis gruñeron cuando se acercaron al metro, golpeando sus cristales.
“¡Ah! Eso me asustó.” – gritó Saeri. El resto también pareció que tenían un ataque al corazón.
Parecía que el metro se había detenido de repente. Estaba en el sentido equivocado y todo estaba repleto de zombis que intentaban atravesar las ventanas.
“Uf, realmente no me gusta esto.”
A medida que se acercaban, los zombis se agitaban más fuerte dentro del tren. Sus cuerpos se retorcieron violentamente mientras golpeaban la puerta. Los no muertos se apretujaron los unos contra otros, tratando de alcanzarlos, hasta que el que estaba pegado a la ventana sucumbió a la presión y explotó, arrojando sus tripas por todas partes.
“Dejad de mirar. Vámonos.”
Yohan instó a los miembros más impresionados a avanzar. No era la primera vez que veían a los zombis, pero estaban empezando a verse afectados por la escena que tenían delante y quería evitarlo.
Caminaron durante un tiempo indeterminado hasta que Jae Ho iluminó un letrero con su linterna para leer el nombre de la estación.
“Estamos en la estación de Singil.”
Algunos parecieron aliviados.
Si se movían a la línea uno en la estación de Singil, estarán en una vía que iría al aire libre, lo que debería aliviar esa atmósfera sofocante.
Aparte de los zombis encerrados en los trenes como animales en un zoológico, no se encontraron con ningún otro zombi. Debido a las barreras, era complicado para los zombis caminar por las vías.
El área estaba tan silenciosa que cada paso que daban era ensordecedor. 16 linternas se movían en varias direcciones, atravesando la total oscuridad de la estación. El paso subterráneo era seguro, pero…
‘Es peor de lo que pensaba.’
La asfixiante oscuridad tuvo un coste mental.
Por si sola ya era suficiente como para hacer claustrofóbico a cualquiera, pero también tuvieron que caminar una gran distancia y esperar que las luces aguantaran todo el trayecto, agregando más tensión a la situación. Todos los miembros agudizaron sus sentidos, pero se estaban agotando mientras avanzaban entre tantas dificultades.
Había otra cosa de la que tenían que preocuparse.
El Gremlin mutante al que le encanta esconderse bajo tierra.
Si bien los mutantes eran generalmente raros, el que más encontraron los supervivientes era al Gremlin. Por lo general, se escondía en cuevas u otros lugares oscuros y sombreados, pero dado que Seúl estaba lleno de túneles del metro, existía una alta probabilidad de que se encontraran con uno.
Otro ejemplo de un mutante que prefería entornos específicos era David, que amaba las bases militares donde había mucho acero para masticar. Yohan sospechaba que le atraía el olor del acero o de la pólvora.
‘Siempre pasa algo cuando las cosas están así de…’
“¡Rauuugh!”
‘…pacíficas.’
El gruñido fue más profundo y potente que el de un zombi normal. Su peor miedo se había hecho realidad, había aparecido un mutante. Era el mismo mutante que Yohan se había encontrado en esta línea de tiempo.
El Gremlin les mostró sus dientes amarillos y se alejó de un salto. Yohan lo siguió con su linterna, iluminando una pared lejana. Encontró al mutante colgando del techo como un murciélago, gruñendo.
“Alto. Es un mutante.”
Yohan hizo una señal y todos los miembros del equipo de reconocimiento se tensaron y prepararon con nerviosismo para la pelea.
Como no podían ver las señales de las manos, Yohan tuvo que conformarse con dar órdenes en voz alta.
“No uses armas. Ong, So Hee, Saeri, tomad los arcos y ballestas y síganme. Barrendero, Ha Jin, preparaos para el combate cuerpo a cuerpo. Todos los demás se dividen en dos grupos. Uno se enfocará en usar sus linternas para darnos una mejor visión, el otro protegerá nuestros traseros en caso de que se acerquen más zombis.”
Todos los miembros del equipo de reconocimiento habían estudiado los comportamientos mutantes. Si tuviera que clasificar al Gremlin, probablemente diría que era un mutante de nivel intermedio. No era una amenaza para él ni para las personas que eligió para luchar. Deberían poder manejarlo sin problemas.
Se acercaron lentamente al mutante.
El Gremlin podía sentirlos venir y sus ojos rojos giraron a su alrededor para mirarlos con atención. Se pararon justo fuera del alcance del ataque del Gremlin y Yohan ordenó un ataque de largo alcance. Tres flechas volaron por el aire y atravesaron el cuerpo del mutante.
“¡Uaaaargh!”
El mutante gritó mientras su pecho se agitaba. Yohan inmediatamente sacó un cuchillo arrojadizo y se lo tiró a la boca. La hoja le atravesó profundamente la garganta, provocando otro terrible aullido.
El mutante se puso a cuatro patas y empezó a arrastrarse por las paredes hacia ellos, acortando la distancia para poder atacarlos. Mientras, So Hee disparó más flechas, convirtiendo al mutante en un erizo mientras daba círculos sobre ellos.
Tres, cuatro, cinco…
“Viene.” – advirtió Yohan.
Tan pronto como las palabras salieron de su boca, el mutante gritó y cargó.
“¡Uaaaaargh!”
Ha Jin inmediatamente saltó hacia adelante para interceptar al Gremlin, golpeando con su escudo de acero el cuerpo del mutante. El sonido del poderoso impacto hizo eco a través de los túneles. Fue un bloqueo limpio.
El mutante, al darse cuenta de que su ataque falló, trató de saltar de nuevo, pero Yohan y Barrendero le cortaron una extremidad cada uno en un instante.
“¡Ñiaaaaaaaaaaak!”
El mutante gritó de nuevo, llenando los túneles con un horrible sonido, como si alguien arañase una pizarra.
Los miembros del equipo de reconocimiento se cubrieron instintivamente los oídos, deteniendo momentáneamente su ataque.
El Gremlin intentó aprovechar la oportunidad para escapar, pero el escudo de Ha Jin lo golpeó en la cara. Con el poderoso sonido metálico, el mutante cayó al suelo de nuevo. Yohan y Barrendero lo siguieron de inmediato, cortándole sus dos últimas extremidades restantes.
“¡Ñiaaaaaaaaaaak!”
El mutante movió la cabeza y el torso con impotencia. Ahora era una pelea unilateral.
Ha Jin alineó la esquina de su escudo sobre la cabeza del mutante y comenzó a bajarlo repetidamente con todas sus fuerzas. Con cada golpe, la sangre carmesí volaba por el aire. Ha Jin continuó con su decidido asalto hasta que el mutante dejó de gritar.
El Gremlin que había cargado con orgullo contra ellos se había reducido a una masa sangrienta en menos de 15 minutos.
Ha Jin, Yohan y el Barrendero limpiaron la sangre de su equipo y se reunieron con los demás supervivientes. Otro miembro del equipo de reconocimiento los miró, sacudiendo la cabeza.
“Monstruos sin corazón…”
Era difícil saber a quién se refería.
“Chicos.” – dijo Yohan, con un tono frío que los hizo estremecerse. – “¿Quién te dijo que se quedaran mirando mientras se suponía que debían estar de guardia?”
“Lo… ¡Lo siento!”
Yohan golpeó ligeramente a Jung Soo, que era el más cercano, en el hombro.
“Vámonos.” – ordenó Yohan, haciendo un gesto con la barbilla. Los miembros del equipo de reconocimiento se movieron rápidamente.
“Si esto fuera un juego, habríamos obtenido una recompensa, pero no obtuvimos nada. Simplemente desperdiciamos nuestra energía.”
“Aun así, es un alivio que lográsemos matarlo rápidamente. Si tardamos demasiado, los zombis atrapados dentro de los trenes podrían haberse escapado y perseguirnos.”
“Eso sería horrible.”
Gracias al encuentro inesperado, la ansiedad del grupo desapareció. Pero no ayudó cuando un zombi al que le habían mordido ambas piernas abrió los ojos de repente y chasqueó los dientes hacia Barrendero. Este, saltó fuera de su camino y pisoteó la cabeza del zombi con el talón. Hubo un crujido repugnante cuando la cara del no muerto fue aplastada contra el suelo. A continuación, Barrendero le cortó el cuello con su hacha.
“Eso me asustó. ¿Qué estás haciendo hermano zombi? Creo que viste demasiadas películas de terror.”
“Tranquilos, movámonos más lento.” – susurró Yohan. El grupo comenzaba a apresurarse debido a su creciente ansiedad. Se sintió como si algo estuviera a punto de romperse. En su lugar, era mejor pisar el freno en este momento. – “Nos estamos moviendo demasiado rápido.”
La cantidad de cadáveres en el túnel no dejaba de aumentar.
El equipo de reconocimiento se volvió más silencioso, llegando incluso a suavizar su respiración. Se arrastraron pegados todo lo posible contra las paredes hasta que, finalmente, llegaron a la pasarela de la estación de Singil. Para cambiar de línea, pasaron por varios pasillos que contenían tiendas cerradas.
Afortunadamente, los túneles oscuros del metro dieron paso a las brillantes luces de la vía exterior. Por aquí tendrían que recorrer la distancia que había entre otras cuatro estaciones.
Parado en la plataforma de embarque de la estación de Singil, Yohan sacó sus prismáticos y examinó el área que había frente a ellos. Estaba buscando zombis y cualquier otro signo de supervivientes. Después de determinar que no había amenazas visibles, ordenó al equipo de reconocimiento que se moviera.
Las cosas estaban tranquilas cuando atravesaron la estación de Daebang y la estación de Noryangjin. Al cruzar el puente ferroviario del río Han, pudieron ver la estación de Yongsan a lo lejos.
Yohan les indicó a todos que se detuvieran.
“Pararemos aquí por hoy y mañana, antes de que salga el sol, tomaremos un desvío hacia la vía trasera de la estación de Yongsan. Desde allí nos trasladaremos a la estación de Namyoung.”
“¿Por qué antes de que salga el sol?”
“Podría haber sobrevivientes en la estación de Yongsan. Si queremos evitarlos, es mejor moverse mientras está oscuro.”
Yohan no dijo nada más, pero pudo ver que todos parecían agotados. Su lucha anterior con la horda de zombis fue bastante larga y la caminata subterránea tuvo un gran impacto mental en todos sus sentidos. Necesitaban un descanso.
Se instalaron en un pequeño centro de atención al cliente.
“Puede ser incómodo, pero todos dormiremos juntos. El grupo uno empezará con la vigilancia nocturna y cambiaremos cada dos horas.”
“¿Qué hay de los mercenarios que nos siguen?”
“Estoy seguro de que tendrán su propio horario de descanso. No te preocupes.”
El equipo de reconocimiento no lo cuestionó más y se acostó en el piso de mármol.
“Uf, siento que estoy a punto de morir.”
“Esta es la expedición más intensa de la historia, en serio.”
Yohan apenas registró sus quejas cuando se puso de pie para iniciar la guardia nocturna. Dos horas después, regresó y vio a cuatro de las chicas reunidas. Estaban charlando y riendo.
“Pio, cambia. Les dije que durmieran, ¿por qué todavía están despiertas?”
“El sol aún no se ha puesto. No tenemos sueño.”
Yohan frunció el ceño. Parecían estar tratando de ocultar algo. Se acercó.
“¿Qué problema estás provocando? ¿Qué demonios están planeando esta vez?”
Yohan sacó la mano de Jung Eun de detrás de su espalda. Sostenía una revista no acta para menores que acababan de encontrar en el casillero de un empleado. Yohan le echó un vistazo a la revista y la devolvió de inmediato.
“Hm… Poder relajarse un poco es importante.” – dijo Yohan, tratando de sonar tranquilo.
Las cuatro chicas lo miraron con una sonrisa traviesa en sus rostros. Yohan se dio la vuelta rápidamente, con las mejillas rojas. A pesar de que era la mitad del invierno, sentía un poco de calor por debajo del cuello. Probablemente fue porque había mucha gente apiñada en este pequeño edificio.
* * *
El calor desapareció cuando se acercó el amanecer.
Antes de que saliera el sol, el equipo de reconocimiento giró al final de la estación de Yongsan. Minimizaron la luz que empleaban y en su lugar usaron el riel como guía. Fueron como gatos deambulando por los callejones por la noche.
“Yohan, está bloqueado.” – dijo alguien tras llegar silenciosamente hasta su destino.
Los alambres de púas sellaron todos los callejones que pasaban por detrás de la estación de Yongsan. Se colocaron enormes placas de acero a cada lado para impedir que el sonido se escapase, mientras que el alambre de púas se puso en el medio.
“Ah, duele. ¿Qué es esto?”
Jung Soo lo agarró del brazo. Al principio, pensó que lo habían mordido, pero ese no era el caso. Se sentía como un pequeño corte de papel o vidrio afilado. La sangre goteó.
“Silencio. ¿Qué está pasando?”
Yohan estaba tratando de pensar y los murmullos de Jung Soo lo distraían.
“Creo que hay una especie de hilo afilado aquí. Estoy sangrando…”
‘¿Un hilo afilado?’ – pensó Yohan, frunciendo el ceño. – “Desinféctalo primero y luego tápalo.”
Jung Soo rápidamente sacó su equipo militar y buscó su botiquín de primeros auxilios. Sin embargo, estaba oscuro y no podía ver, así que sacó un encendedor y se agachó lo más bajo que pudo.
De repente hubo un sonido familiar, un estallido, cuando algo atravesó la cabeza de Jung Soo.