viernes, 19 de febrero de 2021

G4L Capítulo 80

Arco 10 Capítulo 80
Pidiendo lo mejor
Traducido por Alsabov
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder

Cuando sintió el pesado escudo detrás de su cabeza, Isaac se dio cuenta que había perdido. Todo había sucedido tan rápido que seguía confundido sobre lo que había pasado. “Esto… ¿Te encuentras bien? ¿Puedes levantarte?” La sensación del escudo sobre su cabeza desapareció cuando escuchó la voz preocupada de Valetta. Entonces, Isaac soltó la espada que todavía sostenía en su mano derecha y se apoyó en el suelo para levantarse. Agradeciendo la ayuda que Valetta le ofrecía, cogió su mano para incorporarse. “Mmm…” – murmuró Isaac. Cuando se levantó recordó la monstruosa fuerza que poseía Valetta, la cual no coincidía con su apariencia. Se sacudió con su mano la tierra del cuerpo y tomó un respiro largo para calmarse. Entonces, frunciendo levemente el ceño, se dirigió a Valetta. “¿Esa es la bendición de fuerza otorgada por el señor Kazura?” “Esto… Sí.” Valetta estaba un poco preocupada sobre cómo responder, pero juzgaba que no diría una mentira si solo decía lo esencial de la verdad, por lo que asintió honestamente. Y con su respuesta, Isaac sacudió la cabeza e hizo un largo suspiro. “¿No has sido muy cruel? Si eres así de fuerte, entonces podías haberlo mencionado antes del combate. Te dije que me atacaras con intento asesino, pero cuando recibí tu ataque, la verdad es que sentí que iba a perder la vida.” “D-De veras que lo siento. Quería ganarle al señor Isaac sin importar cómo, entonces… Pensé que si no decía nada y te atacaba con toda mi fuerza podría cogerte con la guardia baja.” La razón por la que Valetta se había abalanzó sobre Isaac con toda su fuerza nada más empezar el combate era para perturbar a Isaac y tomar la iniciativa por su cuenta. Como consecuencia del consumo constante de la comida que Kazura había traído, su fuerza física había aumentado. Pero sin importar cuánto hubiera aumentado, su oponente era un soldado veterano. Si el encuentro se alargaba, entonces podría haber leído los movimientos de la principiante Valetta y las probabilidades de que venciera irían decreciendo. Por eso mismo, después de que su primer ataque sorpresa fuera repelido, había intentado repetirlo una vez más, para hacerle parecer a Isaac que solo serían los mismos ataques monótonos de un principiante. Como resultado, Isaac había actuado de una de las muchas formas que Valetta había simulado. Por eso, las acciones de Valetta se basaban en ‘Si él hace eso, entonces yo hago esto’. Eso era lo que se había planteado de antemano mientras ponía a secar la ropa. Si Isaac se hubiera logrado defender de ese ataque, siendo francos, Valetta no sabía si iba a poder tener otra oportunidad de ganarle a Isaac. “Ciertamente, me cogiste con la guardia baja… He perdido. Mantendré mi promesa.” Cuando Isaac admitió la derrota, Valetta sonrió relajada. Sin importar qué tipo de persona era Isaac, estaba un poco preocupada por lastimar sus sentimientos al perder de esta manera, pero al parecer esa preocupación era innecesaria. “En verdad muchas gracias. También, por favor mantén esto en secreto del señor Kazura. Pienso que puede… Preocuparse…” – dijo Valetta con un tono de soledad detrás de sus palabras. Pero Isaac asintió de inmediato. “Entiendo. No le diré nada al señor Kazura. Cuando la señorita Valetta se sienta lista para contárselo al señor Kazura, entonces lo sabrá. Por supuesto, tampoco le contaré a nadie nada acerca de tu bendición de fuerza, así que no te preocupes.” Valetta sonrió aliviada cuando escuchó eso. “Sí. Lo dejo en tus manos.” Valetta hizo una reverencia profunda, lo que dejó a Isaac lleno de alegría. Al parecer, esta chica tenía un gran respeto y devoción hacia Kazura, lo mismo que él. Aún no sabía cuánto talento podía llegar a mostrar, pero habiendo sido bendecida con una fuerza tal como la que había demostrado, entonces con un entrenamiento adecuado podría convertirse en una poderosa guerrera. Kazura parecía extremadamente complacido con Valetta, por lo que después de entrenarla, Isaac podría recomendarla como guardaespaldas a Kazura y Narson. ‘De esa manera, seguramente… Tonto, ¿qué es lo que estoy pensando?’ La escena entre Liese y Kazura de hacía dos días cruzó por su mente. Isaac rápidamente se reprendió a sí mismo. Si Valetta lograba permanecer cerca de Kazura, entonces su atención seguramente pasaría a Valetta, y no a Liese. Aunque fue solo por un instante, en eso era en lo que estaba pensando. Se trataba de un pensamiento tonto que no tenía nada de sinceridad por Kazura ni por Liese. Isaac se sentía avergonzado desde el fondo de su miserable corazón. “Bien, comenzaremos ahora mismo. Empieza con las posturas básicas para sostener una espada. Por favor no te apresures, hazlo despacio hasta que las domines apropiadamente, una por una.” “¡Sí!” Y así comenzó el entrenamiento especial secreto entre Isaac y Valetta.
* * *
Al mismo tiempo en que transcurría el entrenamiento entre Isaac y Valetta, Kazura estaba sentado en la entrada de su casa mientras hablaba con su padre por teléfono. - Media tonelada de cobre y estaño, ¿para qué quieres eso? ¿Planeas construir la campana de un templo? “No, no es que quiera usarlo ahora mismo. Solo quiero almacenarlo cerca. Por eso, espero que puedas negociarlo con alguna tienda de material y que lo envíen a la casa.” Despreocupado sobre el tono desconcertado de Shinji, Kazura insistía en conseguir el material. Shinji había manejado un pequeño taller donde fabricaban regalos de metal, por lo que conseguir estos materiales era su especialidad. Al principio, Kazura pensó en comprarlo él mismo, pero buscar un proveedor y negociar el costo le iba a tomar mucho tiempo, por lo que se lo estaba delegando a Shinji. Y por si tenía algún tipo de contratiempo, Kazura había depositado 500 millones de yenes en la cuenta de Shinji, por lo que no debería haber problema. “Si se puede, me gustaría que llegara a más tardar pasado mañana. ¿Es posible?” - Ah… Está bien, de acuerdo. Te llamaré de nuevo cuando se decida la fecha de entrega, déjamelo a mí. Además, si quieres hacer bronce, entonces el porcentaje de estaño es del 10%, no puedes combinarlo a partes iguales. “Oh, ¿sí? No sé mucho del tema.” - Oye, oye, ¿estarás bien? No hagas las cosas al azar. Si hay algo que no sabes, puedes preguntarme. Te enseñaré lo que sea. “Sobre esa habitación dentro de la mansión…” - Ya te lo he dicho, no sé nada al respecto. Shinji le rechazaba al momento, por lo que Kazura dejó salir un gran suspiro. “Entendido. Así que te dejo encargado la compra del material. Si surge algo más te volveré a llamar.” - Bien. No hagas cosas absurdas, ¿me oyes? Kazura cortó la llamada y guardo el teléfono en el bolsillo de su pantalón. “¿A qué te refieres con ‘cosas absurdas’? En fin…” Kazura sacudió la cabeza mientras se dirigía a su coche, que estaba estacionado en la zona delantera. Insertó la llave y puso en marcha el motor antes de encender el sistema de navegación y fijar su destino. Lo primero que buscaba era una taller de cristal en la cuidad. Tenía una montaña de cosas por hacer en Japón, por lo que no podía perder el tiempo. Ya había contactado con una compañía en la que había comprado otras veces para el generador de turbina de agua, y pidió que se lo entregaran en la mansión al día siguiente, al mediodía. Lo primero que iba a hacer ahora era buscar las cosas que Valetta le había pedido, así como los materiales que debía llevar a Isteria; después de eso tenía que investigar sobre las cosas que tenía en mente. “Si es posible, sería estupendo que todo estuviera listo para mañana por la mañana. Pero veamos qué tal salen las cosas.” Kazura confirmó la ruta en el navegador antes de pisar el acelerador.
* * *
Una hora después. Kazura había llegado al estudio de vidrio y ahora estaba examinando las varillas de vidrio que se exhibían en los estantes del local. En las baldas había varillas de varios colores alineadas y separadas de los estantes donde ponían el resto del material. Había dos tipos de varilla en el estudio: varillas duras para el soplete de oxígeno y varillas suaves para el soplete de gas. Además, estaban divididas en vidrio de color transparente y vidrio de soda y cal. El estudio era un edificio de tres plantas, y actualmente Kazura se encontraba en el segundo piso. El primer piso era donde se exhibía la cristalería fabricada, como las perlas de vidrio. Las varillas y herramientas para el moldeado de cristal estaban en la segunda planta. Tal como se mencionaba en el cartel que había al principio de las escaleras, el tercer piso era donde el estudio ofrecía clases de moldeado de vidrio. “Vamos a ver, ¿cuál debería comprar?” – murmuró Kazura. Mientras estudiaba los estantes del cristal duro y el cristal suave, Kazura estaba un poco confundido sobre qué tipo debería llevarse. Si el cristal duro se fundía en un gran bulto de cristal, entonces se podía arrojar al suelo para que se rompiera en pedazos irregulares, que Narson podría vender fácilmente en el mercado. Junto a los estantes donde estaba Kazura, había otros con el vidrio especial. El vidrio dicroico color arcoíris, también conocidas como planchas de vidrio iridiscente, brillaba bellamente; también había varillas multicolor, a modo de caramelos kintaro. “Un momento. Para fundir esto se necesitará un quemador especial… Así que voy a necesitar comprar las herramientas para poder darle la forma y el tamaño que me pidan.” Las varillas de cristal que tenían en el estudio eran en su mayoría de uno o dos centímetros de ancho. No solo tenían un tamaño pequeño, sino que su forma era perfecta, por lo que Kazura necesitaba derretirlas para volverlas más irregulares. Kazura llamó a la empleada que estaba detrás del mostrador y le pidió una explicación de las herramientas que iba a necesitar. “Lo lamento, pero necesito las herramientas para procesar el vidrio duro. ¿Podría indicarme un buen conjunto de ellas? Como es mi primera vez, no sé lo que se necesita.” “Lo entiendo. El soplete de oxígeno es algo caro, ¿le parece bien aunque sea así?” “¿Cómo de caro? Si está dentro de mi presupuesto podré comprarlo.” “El soplete y el concentrador de oxígeno son bastante caros; los más pequeños cuestan alrededor de 300.000 yenes. Y en el caso del vidrio suave, 40.000 yenes son suficientes para trabajarlo.” Había una gran diferencia entre el precio para las herramientas del vidrio duro y las del vidrio suave. Claro, aunque dependía del tipo de herramientas que escogiera, si quería llevarse herramientas para trabajar el vidrio duro comparado con las de vidrio suave necesitaría una gran suma de dinero. Sin embargo, para un multimillonario como Kazura, esta cantidad era insignificante. “Ah, no, los de oxígeno, por favor. ¿Podría pedirle que me explique cómo se usa?” “Entiendo. Por favor, sígame.” Al escuchar a la empleada, la siguió hacia la habitación donde estaban los sopletes. Dentro de ella, había muchos tipos de sopletes y varios dispositivos refinadores de oxígeno, llamados concentradores. Los buenos costaban una considerable cantidad de dinero, había muchos cuyo precio rebasaba los 200.000 yenes. “Primero, el soplete. La llama que sale depende del producto. Puede escogerlo dependiendo del ajuste de la llama, lo grande que sea el trabajo que desea hacer o de la calidad de llama que esté buscando.” “Hmm… ¿Qué producto me recomienda? De ser posible, me gustaría uno resistente que no se dañe fácilmente.” “Si busca uno resistente, el que necesita es este. Cuesta 250.000 yenes. No solo produce una buena llama, sino que ha sido construido de manera robusta para que no ocurran averías.” Al tiempo que la empleada daba su explicación, le señalaba un soplete que se encontraba sobre un estante. “Me parece bien. Entonces que sea ese, por favor.” “Muchas gracias. Además, para el concentrador de oxígeno, el más económico está en 100.000 yenes; uno bueno japonés cuesta 250.000 yenes. Y por su eficiencia…” Después de escuchar la explicación de la empleada, entendió a donde quería llegar. Para ponerlo simple: lo más caro tiene mejor rendimiento. “Que sea el más caro, por favor.” “Muchas gracias. ¿Qué le parece un horno eléctrico? El mejor está en 350.000 yenes.” Tal vez porque había llegado a la conclusión de que Kazura estaba cargado de dinero, la empleada comenzó a explicarle cómo funcionaban los hornos eléctricos. Su propósito era enfriar el cristal después moldearlo. Si un artículo hecho de la combinación de diferentes cristales se dejaba enfriar a temperatura ambiente después de su moldeado, seguramente se deformaría debido a la diferencia de coeficiente de expansión térmica entre los cristales. Si la velocidad de enfriamiento era mucha, el cristal alcanzaba su límite de resistencia y se quebraba. En términos técnicos, a esto se le llama ‘choque térmico’. “Hmm, ya que se llama horno eléctrico, seguramente consume mucha electricidad, ¿verdad? Un dispositivo que consuma mucha electricidad me resulta un poco incómodo…” “Ya veo… El grande puede llegar a necesitar más de 20 amperios. Aunque no usa un horno eléctrico, si pone el artículo de cristal recién moldeado en un material de enfriamiento lento, como estas burbujas de silicio, generalmente debería quedar bien.” La empleada cogió una bolsa de un estante cercano y se la entregó a Kazura. Dentro de la bolsa había un gran número de perlas blancas que parecían granos de arroz. Y aunque Kazura no necesariamente iba a mezclar diferentes cristales de color, estas burbujas podrían ser útiles. “Me llevo las burbujas, por favor.” “Muchas gracias. Las burbujas de silicio se pueden depositar en un contenedor, como una lata limpia por ejemplo. Creo que del ancho de una lata de galletas será suficiente. O también puede usar un contenedor especial, como los que vendemos en la tienda.” “Una lata de galletas… Ah, está bien. Tengo el contenedor adecuado. Entonces, ¿podría ayudarme a escoger las demás herramientas? No importa que su precio sea elevado mientras sean las más fáciles de usar.” “Muchas gracias. Lo primero serán las gafas, después las pinzas…” Y así, tal como la empleada le iba recomendando, Kazura iba comprando una herramienta tras otra. También le recomendó llevarse un pequeño tanque de gas propano, pero si la bombona se le agotaba en Isteria, Kazura no podría regresar de inmediato a Japón para rellenarla. Aunque pensaba que no iba a usar tanto gas, era mejor tener cantidad de sobra. Por lo que había decidido que iba a contactar con su padre para conseguir un tanque de gas propano más grande. Al final, el precio de las herramientas y materiales fue de casi 600.000 yenes.