martes, 8 de junio de 2021

SYN Capítulo 135

Volumen 13 Capítulo 4
Resolución
Traducido por Zura y Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder

Era evidente por la emoción que se veía en el rostro del Presidente; tenía algo que decir. Sin embargo, daba igual lo que fuera, no podía ser discutido aquí. Jinwoo era consciente de que su madre y su hermana estaban en casa, así que miró a su alrededor un momento antes de volver a poner su mirada sobre el Presidente Yoo. “……” El Presidente Yoo esperaba ansioso la respuesta. “Podemos ir a algún sitio privado para hablar…” – dijo Jinwoo después de pensarlo durante un momento. El rostro del Presidente Yoo se iluminó y formó una sonrisa genuina. “Te llevaré a un lugar tranquilo. Vamos.” Jinwoo entró en el apartamento para decirle a su madre que saldría un momento, cogió un abrigo y bajó con el Presidente Yoo y su grupo. Como era de esperar, en la entrada, los periodistas esperaban acampados su aparición. Al parecer, esos tres jóvenes musculosos que acompañaban al Presidente estaban ahí para ayudarlo a cruzar por el muro de reporteros. Los periodistas alzaron la voz mientras luchaban ferozmente contra los guardias y los cazadores que custodiaban la entrada. “¿Qué demonios? ¡No tiene sentido! Nosotros no podemos entrar, ¿pero el Presidente de Construcciones Yoojin sí puede?” “¿Cómo que viene a visitar al cazador Sung? ¿Por qué un periodista no puede visitarlo? ¡También queremos visitarlo! ¡Somos sus invitados!” “¡Ah! ¿Qué pasa? Los partidarios de la Asociación de Cazadores pueden hacer lo que quieren, ¿y los periodistas no?” Los periodistas estaban presionando hacia adelante con tanta fuerza que los guardias habrían sido aplastados sino hubieran sido cazadores. “¡Retrocedan!” La situación era tan mala que uno no podía evitar sentir lástima por los cazadores del Departamento de Vigilancia. “¿No decías que el cazador Sung rechazaba todas las entrevistas y visitas?” “¡Oye, tú! ¡Retrocede!” “Si quieres visitar la casa del cazador, haz una petición a la Asociación, ¡y obtén un permiso!” Dado que estaban tratando con civiles, los cazadores no podían emplear su fuerza y solo podían aguantar mientras sudaban profusamente. Jinwoo sintió lastima por ellos y levantó una mano. “E… ¿Eh?” Los periodistas estaban flotando en el aire. “So… ¡Socorro!” En esta ocasión, Jinwoo no los levantó diez centímetros, sino que los elevó diez metros sobre el suelo y, cuando salió por la entrada, los cazadores lo saludaron con amabilidad. “¡Cazador Sung Jinwoo!” “¡Cazador!” A diferencia de los cazadores, que no parecían demasiados sorprendidos por la situación, como si ya estuvieran acostumbrados, el Presidente Yoo y sus tres guardaespaldas abrieron los ojos como platos. “Po… Por Dios…” La mirada del Presidente estaba fija en los periodistas que luchaban en el aire. Podía ver lo pálidos que estaban sus rostros. Por primera vez en su vida, el Presidente sintió lastima por los periodistas, a pesar de que hasta ahora estaba hastiado y cansado de lidiar con ellos. El cazador a cargo del grupo que custodiaba el edificio puso una mueca mientras se acercaba preocupado. “Cazador… Si sigue haciendo esto, será un dolor en el trasero más tarde.” “Estaban haciendo demasiado escándalo como para no hacer nada.” “Ja, ja.” Los periodistas seguían gritando con fuerza, pero de repente, una barrera mágica los envolvió, bloqueando todo el sonido. “¿Cuánto tiempo planea dejarlos allí arriba?” – preguntó el cazador a cargo después de mirarlos por un instante. “Había pensado como cinco minutos, para que puedan enfriar sus ideas.” Los cazadores del Departamento de Vigilancia comenzaron a reír al escuchar sus palabras. “¡Ja, ja, ja, ja, ja…!” “¡Shhh! ¡Silencio!” La persona a cargo hizo un esfuerzo por contener la risa mientras disciplinaba a sus subordinados. “Por favor, espero que ningún periodista salga lastimado.” “No tienes que preocuparte.” Hacía tiempo que había dominado la [Autoridad del Soberano], la técnica que le permitía mover objetos usando maná como si estuviera usando sus propias manos. Por ello, aunque se fuera, el maná podía devolverlos lentamente hacia el suelo de forma segura. ‘Aun así no puedo hacer nada si se molestan por ello…’ Después de todo, no solo asediaban su casa, que se suponía que era información privada, sino que casi fomentaban una rebelión ante él, por lo que vivir esta advertencia les estaría bien. Ñiiiiick Poco después, el gran sedán del Presidente paró ante ellos, y Jinwoo y Myunghan se subieron al asiento izquierdo y derecho trasero, respectivamente. El vehículo aceleró suavemente y se dirigió hacia la residencia privada del Presidente Yoo.
* * *
El Presidente Yoo guio a Jinwoo a su salón, el sitio más tranquilo en el que podían hablar. Ambos se sentaron el uno frente al otro. “Lamento las molestias, pero quería mantener una conversación tranquila.” “Lo entiendo, Presidente.” – respondió. Tras asegurarse que no hubiera nadie a su alrededor, Jinwoo habló primero. – “¿Cómo te has enterado?” No había dejado ninguna prueba de su ayuda, así que no sabía dónde podía haberse equivocado. Jinwoo le miraba con curiosidad. “Mi hija te vio salir ese día del hospital.” – confesó el Presidente Yoo. La hija del Presidente Yoo… “Ah.” Jinwoo se acordó de la hermana mayor de Yoo Jinho, la persona que se había topado frente a la oficina del gremio. En ese momento ya le pareció que la había visto en alguna parte. Debía ser la misma mujer que se cruzó en la entrada del hospital en el que estaba ingresado el Presidente. Sonrió impotente tras darse cuenta que sus acciones habían sido descubiertas por una simple coincidencia. Mientras tanto, el Presidente Yoo observaba con cuidado la reacción de Jinwoo y, al verlo sonreír, se sintió aliviado. ‘Gracias a Dios.’ Aunque había sido una buena acción, era una persona famosa, así que le preocupaba que Jinwoo se enojara al revelar algo que había tratado de ocultar. Si hubiera ofendido a su benefactor, no habría sabido cómo excusarse. Afortunadamente, sus preocupaciones eran innecesarias y Jinwoo no parecía ofendido. De hecho, como Presidente, había tenido mucha suerte. “Como sospechaba; fuiste tú.” “Así es.” Jinwoo ni siquiera lo negaba. Tan pronto como la confirmación salió de su boca, los ojos del Presidente se agitaron mientras lo miraba. Hasta ahora, había perdido la cuenta de las personas que habían tratado de ganarse su favor para obtener algo a cambio. Algunos ni siquiera se molestaban en hacer el esfuerzo de disimularlo. Pero el hombre frente a sus ojos era diferente. No solo había salvado la vida de una persona, sino que había salvado al Presidente de la mayor empresa del país y no quería nada a cambio. Si no hubiera sido porque su hija pasó por casualidad ese día por allí, nunca habría sabido cómo había vuelto a levantarse de la cama. Yoo Myunghan era conocido por tener un rostro inexpresivo, pero en esta ocasión, estaba emocionado. “¿Por qué…?” – trataba de decir mientras contenía sus emociones. – “¿Por qué me ayudaste?” Tiempo atrás, cuando le ofreció una gran cantidad de dinero a cambio de su ayuda, Jinwoo se negó, diciendo que no tenía esa clase de poder. Entonces, ¿qué le había hecho cambiar de opinión? Y solo por hacerle esa única pregunta había estado dispuesto a traerlo hasta aquí y arriesgarse a ofenderlo. Du-dum Du-dum Du-dum Su corazón latía cada vez más rápido conforme avanzaba el tiempo esperando la respuesta; Cada segundo le hacía pensar que habían pasado diez minutos. “Porque pensé que eras una persona en la que se podía confiar .” “¡……!” Los ojos del Presidente se agrandaron ante una respuesta que nunca había esperado. “Pero… ¿Qué?” “Si fueras del tipo de persona que haría cualquier cosa por sus objetivos, ni siquiera habría considerado ayudarte.” “Quieres decir… ¿Es porque no me aproveché de tu relación con mi hijo?” “Sí.” Jinwoo asintió con la cabeza. Como Presidente de una gran compañía internacional, el Presidente Yoo comprendió de inmediato lo que quería decir. Era cierto que tenía un as bajo la manga para lograr su ayuda: Jinho, su hijo y Vicepresidente del gremio Ahjin. Sin embargo, después de ser rechazado, dio un paso atrás y no insistió más. Creyó en las palabras de Jinwoo de que no había nada que hacer. Ojo por ojo, diente por diente. Jinwoo se adhería a sus principios y, dado que el Presidente Yoo se había comportado de forma honorable, respondió en consecuencia. Pero lo cierto era que le había llevado un poco de tiempo averiguar si era digno de su confianza. ‘Parece que no me equivoqué con él.’ Jinwoo sonrió. Al mismo tiempo… ¡Plic! Una solitaria lágrima se escapó de uno de los ojos de Yoo Myunghan. “No sé cómo agradecértelo.” Rápidamente se limpió la lágrima con el reverso de su mano y miró al joven cazador con una cara seria. “Por favor, permite que pague mi deuda, aunque sea solo la mitad, no, la mitad de la mitad de la gracia que he recibido. Te lo suplico.” Solo de esa manera podría aliviar la deuda que había en su corazón. “¿Hay algo que te gustaría?” – continuó. “No quiero nada. Pero…” Yoo Myunghan se puso atento a su respuesta. Si Sung Jinwoo le pedía dinero o cualquier otra cosa, movería todos sus contactos para obtenerlo. Sin embargo, su respuesta fue algo diferente de lo que esperaba. “Si algo llegara a ocurrirme… ¿Podrías velar por mi madre y mi hermana?” – respondió después de dudar por un instante. Preparándose para el peor escenario posible, le pedía que cuidara de su familia en su ausencia. Había ahorrado suficiente dinero para que nunca les faltara de nada, pero había algunas cosas de las que el dinero no podría protegerlas. En esos casos, el Presidente Yoo podía actuar como rompeolas. “¿De verdad te conformas solo con eso…?” “Es suficiente.” Resultaba difícil imaginar qué le podría pasar a un cazador como Jinwoo, pero el Presidente Yoo estaba dispuesto a aceptar cualquier tipo de solicitud, así que asintió con la cabeza de inmediato, sin ningún signo de preocupación. “Te doy mi palabra.” Con esto, la larga conversación había terminado. “Bueno, entonces…” Jinwoo trató de levantarse para irse. Yoo Myunghan le miró y se lamentó por que la conversación ya hubiera terminado. De repente, se daba cuenta de lo mucho que le agradaba ese joven. Si pudiera convertirse en miembro de su familia… Yoo Myunghan jamás había considerado usar a su adorada hija como moneda de cambio en un matrimonio concertado. Sin embargo, hizo la pregunta antes de darse cuenta. “Por casualidad. ¿Estás saliendo con alguna mujer en este momento?” Si se trataba de este hombre, no le importaba entregarle la mano de su hija, Yoo Jinhee. Por primera vez en su vida, Yoo Myunghan había encontrado un joven con el que se sentía de esta manera. Desafortunadamente, Jinwoo sonrió mientras contestaba. “De hecho, hay alguien que me gusta.” “Oh…” El rostro del Presidente enrojeció al darse cuenta de que había hecho una pregunta verdaderamente vergonzosa. Así de impresionante era este joven. Sin embargo, el Presidente Yoo no era alguien que se obsesionase con aquello que no podía conseguir. Inmediatamente, levantó la cabeza y se despidió de él con una sonrisa. “Ruego para que la promesa que te he hecho hoy no tenga que cumplirse en el futuro.” Jinwoo también sonrió mientras se levantaba de su asiento. “Haré todo lo posible para que eso no ocurra.”
* * *
Ahora que todas sus estadísticas habían alcanzado el valor máximo posible, lo único que le quedaba era mejorar sus habilidades para liderar a la Legión de las Sombras. Había regresado a la zona de acceso restringido para terminar de prepararse y ahora tenía ante a sus ojos un interminable mar de árboles. Siguiendo sus instrucciones, el comandante general había dividido la Legión en tres grupos, haciendo que Belion, Ygritte y Beru liderasen uno cada uno. Jinwoo asintió mientras miraba a los soldados divididos al pie de la colina. El aura que desprendía cada uno era evidencia de la gran cantidad de esfuerzo que había dedicado a balancear cada grupo. El Comandante General hizo una reverencia cuando cruzó su mirada con Jinwoo. También parecía ser del tipo perfeccionista como Ygritte. Por otro lado… ‘Ese niño…’ Jinwoo se dio la vuelta y miró el pequeño alojamiento construido en la colina. “Beru, ven aquí.” ¡Whoooosh…! Beru corrió desde la base de la colina hasta la cima en un parpadeo y se arrodilló ante Jinwoo. “¡Mi Rey!” “Cabeza, al suelo.” Antes de que su Rey terminara de hablar, Beru golpeó con su cabeza en el suelo. “¿Esto te parece un pequeño alojamiento donde relajarse? Dejando de lado su tamaño, ¿puede siquiera considerarse como un alojamiento?” – preguntó Jinwoo elevando su voz. “Iaaack…” Beru se acobardó ante las palabras de Jinwoo y contestó con la voz de un chico que era acusado injustamente. “Es lo mínimo para ser digno de mi Rey…” “……” Jinwoo se masajeó lentamente la sien. Había olvidado el pequeño detalle de que las hormigas se especializan en construir casas. De hecho, debía haber supuesto desde un principio que estas hormigas, que eran tan grandes como un humano y mucho más poderosas, harían algo de ese tamaño. Cuando levantó la cabeza, volvió a sentirse abrumado por la majestuosidad de ese pequeño alojamiento. Se podía ver una enorme fortaleza construida con piedras blancas, que se extendía de un extremo a otro del claro. Era tan alta que le dolía el cuello cuando trataba de mirar hacia arriba. A Jinwoo le dolía la cabeza tras presenciar la pasión innecesaria que habían puesto las hormigas. Y además ni siquiera les había pedido que lo hicieran. “¿Y qué pasa con esa bandera negra que ondea sobre el castillo…? ¿Qué diablos estabas pensando al colgarla ahí arriba?” – preguntó mientras seguía frotándose la sien tras soltar un suspiro. Fue entonces cuando Belion se apresuró a donde se encontraba su Maestro y golpeó su cabeza contra el suelo al lado de Beru. ¡Baaam! Jinwoo se quedó sin palabras por un momento mientras miraba a Belion y Beru antes de darse la vuelta hacia los soldados. “A todas las tropas, ¡que comience el entrenamiento!” En ese momento, los gritos atronadores de los soldados sombra sacudieron la tierra. ¡WAAAAAAAAAAAAH…!