martes, 25 de abril de 2023

JDR - Capítulo 50

Capítulo 50
Jugadores trabajadores
Traducido por Tars
Corregido por Noe
Editado por Tars

¿Cuánto se podía tardar en recoger 100 kg de champiñones? Chu Guang en realidad no estaba seguro. A menos que fuera necesario, normalmente elegiría no tocar esas cosas. Su comida siempre había sido conseguida por él mismo y a no ser que no tuviera alternativa, jamás elegiría comer hongos como alimento. De todos modos, centrémonos en YaYa. Cuando salió del refugio con el rostro abatido y pisó el espacio abierto frente al asilo, se sorprendió al ver lo que tenía frente a ella. “Esto… ¿Se actualizó el mapa?” ¡Lo que apareció ante ella fue una escena que nunca antes había visto! Ahora, había un muro de hormigón de tres metros de alto alrededor del asilo. También había bloques de cemento y grava formando una pendiente en el interior. La parte superior tenía protecciones simples hechas con los capós extraídos de vehículos abandonados y con barras de aleación de aluminio recogidas por el páramo. Tenía un aspecto bastante Ciberpunk. No solo el muro, sino que también había dos estructuras de ladrillo y madera, una grande y otra pequeña, en frente del asilo. Había un letrero de madera colgado en cada puerta, uno de ellos ponía Tienda de Armas y el otro Casa de Baños. Había estado desconectada durante tres días, pero sentía como si hubiera pasado un siglo. Los cambios de esta actualización eran demasiado grandes. YaYa parecía perdida. Tardó un rato en encontrar la puerta del muro y, cuando se acercó, vio a dos jugadores junto a ella, usando martillos y clavos, para fijar afiladas estacas de madera, una tras otra. “¿Qué estáis haciendo?” – preguntó YaYa con curiosidad, tras acercarse a ellos. Los dos jugadores ni siquiera levantaron la vista, estaban ocupados martilleando con energía. “Hacer cercas y obstáculos. ¡La tarea la encarga la carpintería! Solo se necesitan dos personas, ¡llegas tarde!” – dijo Tengo que ir al baño. “¡Así es! ¡Mejorar las defensas de la Fortaleza permite obtener 5 monedas de plata y 50 puntos de contribución! Si alguien ataca, empujaremos la cerca hasta la puerta. Incluso si consiguen atravesar el portón de madera, podremos rodearlos con las cercas, ¡y luego coserlos a flechazos! ¡Es muy útil!” – añadió Quién huele mi pie de atleta. “Por cierto, ¿tenemos que hacer una cerca tan complicada? En la tabla de misiones solo está escrito que tenemos que colocar dos estacas de madera horizontalmente.” “¡No sabes una mierda! Lo que estoy construyendo es una barricada antitanque de madera, ¡similar a los obstáculos utilizados durante la segunda guerra mundial! Si conseguimos los recursos, podremos cubrirlos con alambre de espinos. No menciones a algunos merodeadores andrajosos, incluso si vienen esos tipos de piel verde, ¡se quedarán atrapados en la puerta y morirán como corderitos!” “Sigue presumiendo. Es solo una valla medio rota, ¿realmente crees que bloquearía a un tanque? Como que me lo voy a creer.” Mientras hablaban, los dos jugadores parecían discutir sobre la practicidad de esta fortificación. YaYa estaba completamente confundida al escuchar sus palabras. ‘¿Monedas de plata? ¿Es la moneda que se actualizó recientemente? ¿Qué es eso de una tarea de la carpintería? ¿No mirábamos las misiones en el tablero de plástico?’ YaYa no pudo evitar suspirar en su interior. ‘Parece que esta actualización ha cambiado bastantes cosas… En cualquier caso, tengo que terminar rápidamente la tarea de castigo y restaurar mi estado de residente; me perdí la última versión, no quiero volver a perderme la próxima.’ Pensando en eso, YaYa decidió buscar primero un recipiente para los hongos. Sin embargo, justo cuando quería recoger un cubo de plástico, se encontró con que la basura amontonada en el asilo había sido recolectada y almacenada en un cobertizo de madera. Cuando se acercó, encontró a un jugador sentado ante una mesa de madera con las piernas cruzadas. Había un bloc de notas y una pluma de tinta sobre la mesa. Al ver que YaYa se acercaba, el jugador levantó los ojos sorprendido. “¿Eh? ¿Estás viva?” YaYa se quedó aturdida por un instante. “¿Sabes quién soy?” “Tonterías, ¿cómo no puedo reconocerte? Desde el comienzo de la beta cerrada, eres la única persona que murió.” – respondió el jugador con una sonrisa en su rostro. YaYa sintió muchas ganas de golpearlo, pero pensó que no podría ganar la pelea, por lo que lo miró con enojo. “Largo, quiero conseguir un cubo.” “Una moneda pequeña de cobre por un cubo pequeño, uno grande cuesta dos monedas de cobre.” “¿Eh?” – Los ojos de YaYa se abrieron en estado de shock. – “¿Quieres dinero por esa basura?” ¡Podía ir a robar un banco! “Señorita, yo no hice esta regla. Solo trabajo aquí.” – El jugador puso una expresión de impotencia y jugó con la pluma de tinta que tenía en la mano. – “Si tiene alguna queja, vaya a hablar con el PNJ.” “Pero acabo de resucitar, ¿de dónde voy a sacar el dinero? – YaYa no sabía si reír o llorar. – “Hermanito, ¿puedes hacer una excepción? ¿Te lo devolveré tan pronto como termine con mi misión?” “No, no, no, seré castigado si no sigo las reglas. Todo lo que podemos hacer son herramientas de acero y estas cosas ni siquiera se venden, solo se alquilan.” –respondió el jugador mientras sacudía la cabeza. – “¿No recibimos todos los jugadores cinco monedas de cobre en esta actualización? De todos modos, no es caro, puedes alquilar uno sin problemas.” YaYa estaba estupefacta. “¿Ah? ¿Recibir dinero? ¿Por qué no me lo dieron?” El jugador obviamente también estaba confundido, rascándose la nuca. “Uh… ¿Podría ser una cuestión de favorabilidad? ¿Ofendiste al PNJ?” – preguntó el jugador, pensando en esa posibilidad. Después de enterarse de que podía ser por la pérdida de favorabilidad, YaYa tenía ganas de echarse a llorar. ‘¡Maldita sea! Ya he sido castigada, ¿por qué tengo que perder mi favorabilidad?’ En este momento, una voz vino desde atrás. “Pagaré por ella.” YaYa giró la cabeza abruptamente y vio a una enana que no medía ni un metro y medio sosteniendo un montón de abrigos de piel de animal caminando hacia el almacén. Cuando llegó, tiró los productos sobre la mesa de madera. “Buf… Hay dos, ¡revísalo!” “Espera.” El jugador abrió el cuaderno que tenía en la mano y escribió una línea de palabras con la pluma. “… El día de… La costurera Teng Teng completó 2 abrigos de piel de hiena.” Después de trabajar como costurera, siempre que completase una cierta cantidad de pedidos todos los días, además de su salario básico, podría obtener 2 monedas de plata por cada abrigo terminado. Por supuesto, los jugadores también podían hacer sus propios abrigos comprando las pieles y fibras que se encontraban en el almacén, y luego vendérselos a otros jugadores o al propio asentamiento. Sería lo equivalente a ser un autónomo. La ganancia de un abrigo hecho de esta manera oscilaba entre 1 y 5 monedas de plata. Y si la calidad era especialmente buena, cuando todo el mundo tuviese dinero, podría haber jugadores que lo comprasen a un precio más elevado. Teng Teng tenía la intención de esperar a que sus habilidades se volvieran más competentes, ahorrar algo de dinero para comprar un terreno y abrir una tienda de ropa en la entrada principal del asilo. Después de todo, era más rentable abrir una tienda que trabajar para un PNJ. “Teng Teng…” Después de volver en sí, YaYa agarró el brazo de Teng Teng con lágrimas de emoción en los ojos. Inesperadamente, después de reaparecer, la única que le ofreció una mano fue en realidad Teng Teng, la única persona con la que había tenido una pelea. Sintiéndose avergonzada por su mirada, Teng Teng se sonrojó y retiró el brazo. “…No me mires de esa manera, es solo una moneda de cobre, y no es mucho dinero. ¡Puedes devolverme el dinero en el futuro!” “Lo siento, me equivoqué antes, ¡eres realmente una buena persona!” “…Bueno, no tuve eso en cuenta. De todos modos, trabaja duro. Tengo que irme ahora para hacer más ropa.” Después de dejar una moneda de cobre sobre la mesa, Teng Teng agarró las pieles de animales apiladas en una canasta de madera, pero cuando se dio la vuelta para irse, YaYa se lo quitó de las manos. “¡Deja que te ayude!” – dijo con entusiasmo. “No es necesario, ve a hacer tus cosas. Solo déjame en paz.” La cara de Teng Teng estaba roja, pero cuando intentó recuperar sus cosas, debido a la altura, no pudo alcanzarlas. YaYa la esquivó con habilidad. “¡No puedo hacer eso! Eres tan pequeña, ¿cómo puedo dejar que cargues con tantas cosas? ¿Dónde está tu estación de trabajo? Lo llevaré por ti.” – dijo la entusiasta y sonriente YaYa, sosteniendo la canasta de madera en sus manos. “……” ¡Sus palabras le hicieron que tuviera ganas de darle un puñetazo en la cara! Una línea negra apareció en la frente de Teng Teng y sus hombros temblaron ligeramente. ¡Sus puños se cerraron!
* * *
En la carpintería. Mosquito, que estaba sentado en un taburete con un tallo de hierba en la boca, fijó con habilidad dos piezas de madera con herramientas en ambas manos e intercaló una fina pieza de aleación de aluminio que había encontrado en el páramo. Después de ensartar una cuerda hecha con tendones curtidos de hienas mutadas, se completó un simple arco de madera. “Hecho.” Completó otro pedido y obtuvo 2 monedas de plata. Mosquito colgó el arco de madera terminado en el estante, esperando a que el jugador viniera a por él. De hecho, estrictamente hablando, no se podía confiar en estos simples procesos para hacer un verdadero arco de caza. Había escuchado que, para hacer un buen arco de caza, incluso la humedad de la madera utilizada para el arco tenía unos requisitos muy particulares. Dicho esto, para los jugadores que no tenían armas, esta cosa ya era bastante buena. No tendrían ningún problema para acertar a una hiena mutada a 30 pasos. Eso sí, la premisa era que fueran capaces de acertar. De todos modos, el propio Mosquito no podría hacerlo. “20 arcos de madera. Deben poder ser capaces de atravesar el cráneo de una hiena mutada a 20 metros de distancia… Me temo que este pedido debe esperar a pasado mañana.” – murmuró Mosquito mientras miraba los frascos y botellas que había colocados en una esquina de la mesa. Una contenía el salitre que extrajo del nitrato, otra tenía sulfato de calcio y el cubo que estaba lleno de una sustancia negra debajo del estante, contenía carbón. Al principio había pensado en producir pólvora hoy, pero la recompensa otorgada por la tarea del administrador era realmente buena. Siempre que hiciera 5 arcos de madera al día, obtendría un salario garantizado y podría obtener una comisión de 2 monedas de plata por cada arco de madera extra. ‘Olvídalo, lo primero es ganar dinero…’ No era bueno seguir haciendo experimentos químicos en la carpintería. Planeaba ahorrar algo de dinero, comprar un terreno, comprar cemento y ladrillos, construir una pequeña casa y vender las armas que diseñó. ¡Eso podría ser mucho más divertido que la carpintería! En ese momento, la puerta de la carpintería se abrió y Habrá Tiempo, que le había comprado un arco antes, entró con pasos decididos. “¡Necesito 20 flechas más!” “¿Se te acabaron tan pronto?” – Mirando a Habrá Tiempo cubierto de sangre, Mosquito se quedó atónito. – “¿Olvidaste que esas flechas se pueden reciclar?” “Lo sé, pero ¿estás seguro de que estas flechas todavía se pueden usar?” Habrá Tiempo puso el carcaj sobre la mesa con una expresión deprimida. Estaba lleno de flechas rotas o de astiles que perdieron la punta. “¡La calidad de estas cosas es realmente mala!” – se quejó mientras se sentaba en otro taburete. Mosquito recogió el carcaj, sacó una flecha y echó un vistazo antes de acariciarse la barbilla. “Mm… Después de un análisis racional, uno pensaría que debería ser una ventaja que la flecha quedase incrustada en el cuerpo del animal. Pero de hecho es como dices, si cazas… La flecha se puede astillar y no se puede recuperar. Pensaré en cómo mejorarlo.” Esas flechas estaban todas hechas de láminas de metal afiladas fijadas a un astil de madera con resina de pino. La calidad no era realmente buena. “¡Cuento contigo!” “No te preocupes por eso. Es mi trabajo de todos modos.” Mosquito contó 20 flechas del estante que estaba a su lado y se las entregó a Habrá Tiempo. El precio de 1 flecha era de 2 monedas de cobre, así que 20 flechas fueron 4 monedas de plata. Habrá Tiempos sacó el dinero de su bolsillo sin dudarlo y las alineó generosamente sobre la mesa. Era lo que obtuvo a cambio de la presa que acababa de traer. “Gracias.” “De nada, te deseo una feliz cacería.” – añadió Mosquito con una sonrisa. Luego añadió unas palabras antes de que Habrá Tiempo saliese por la puerta. – “Por cierto, ¿quieres probar mi arma nueva? Te prometo que será muy útil.” Al escuchar esto, Habrá Tiempo, que acababa de empezar a caminar hacia la puerta, tropezó con el marco y casi se cayó. “Ejem, ¡definitivamente la próxima vez!” ¡No quería arriesgar su vida! Pensando en la Ducha infernal diseñada por ese tipo antes, Habrá Tiempo, que se quedó quieto bajo el marco de la puerta, ni siquiera se atrevió a girar la cabeza y se alejó rápidamente con el carcaj en la mano. Mosquito se tocó la nariz con una mirada perpleja en el rostro. “¿Hay que ser tan exagerado?” Planeaba darle su Hellfire 0.1, le acababa de instalar una bayoneta para el combate cuerpo a cuerpo.