Capítulo 68
¿El diseñador está planeando un evento?
Traducido por Tars
Corregido por Noe
Editado por Tars
Corregido por Noe
Editado por Tars
Doce pieles de ciervo eran todo el inventario del refugio, y tres fueron compradas a la familia Yu por Chu Guang robándoselas a la vieja sanguijuela. No había problemas con la calidad de las pieles. Tanto su color como la suavidad de las piezas eran excelentes. Después de pensarlo, Liszt finalmente asintió, de mala gana.
“Tenemos un trato.”
Las dos partes intercambiaron los materiales. Antes de irse, Liszt y Chu Guang se dieron la mano y mostraron una agradable sonrisa en sus rostros.
“Adiós amigo. Cuando volvamos a vernos ya debería ser primavera.”
“Siempre estamos por aquí. Cuídate.”
De repente, Liszt recordó algo.
“Por cierto, escuché que hay un campamento de depredadores hacia el norte de la circunvalación. Parece que se llaman el Clan de la Mano Sangrienta. Aproximadamente son sesenta o setenta personas. No es una buena idea establecerse aquí. Incluso si es más probable que vayan hacia el Norte para saquear, será cuestión de tiempo antes de que te descubran… Lo dicho, debes tener cuidado. ¡Hasta la próxima!”
Con esas palabras, Liszt partió con su caravana. Chu Guang observó cómo la caravana desaparecía en el bosque y luego se dio la vuelta para caminar hacia el muro del puesto de avanzada.
Por supuesto que sabía que este lugar no era un buen sitio para quedarse. Si pudiera elegir, Chu Guang definitivamente habría buscado un lugar mejor para establecerse, preferiblemente del tipo que fuera adecuado para la agricultura y la minería, y sin elementos peligrosos alrededor. Desafortunadamente, esto no era Civilization. No podía reiniciar el juego si no encontrara una buena ubicación al principio con 3 terrenos de lujo y 2 minas dentro de las tres cuadrículas. El Refugio había sido construido hacía más de dos siglos y era demasiado tarde para arrepentirse.
Volviendo al interior de la pared. Chu Guang miró a Yu Hu, sacó una ficha blanca de su bolsillo y se la entregó.
“Gracias, me hiciste un gran favor.”
Al verlo sacar una ficha, la cara de Yu Hu cambió y sacudió las manos rápidamente.
“No, no, no. ¿Qué estás haciendo? No puedo aceptarlo.” – dijo apresuradamente. Luego, como si de repente recordase algo, hurgó en su bolsillo y encontró un trozo de papel de aluminio del tamaño de una uña. – “Por cierto, la enfermedad de mi hermano mayor ya desapareció y mi padre me pidió que te devolviera la medicina restante…”
Al ver que no estaba dispuesto a aceptarlo, Chu Guang suspiró y recuperó la ficha.
“Está bien, ya que insistes, no te la daré. Pero puedes quedarte con el medicamento, no tengo escasez de eso.”
Después de pasar un tiempo, finalmente persuadió a este joven sencillo. Al verlo desaparecer en el bosque, Chu Guang se preguntó si debería vender algunas de sus medicinas. Según los rumores, ¿otros refugios grandes y medianos parecían estar más involucrados en el negocio farmacéutico?
Después de todo, los refugios más grandes tendrían una sala de dispensación; algunos incluso estaban equipados con una gran biblioteca farmacológica. Por supuesto, eso eran solo rumores, no deberían tomarse en serio. Incluso en la era de la información, no se podía verificar la autenticidad de cada mensaje, ¿como se podría hacer algo así en este mundo?
Dejando la tarea de ensamblar el generador a los jugadores, Chu Guang se dio la vuelta y regresó al refugio. Estos días, el desempeño de los jugadores fue bastante diligente y pudo ahorrar entre 5 y 7 puntos de recompensa cada día. Hasta el momento, ya sumaba 22 puntos. Cuando encendió el sistema e ingresó a la página de [Permisos del administrador], apareció una ventana emergente de color azul frente a él.
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Ante esa repentina recompensa, Chu Guang quedó atónito.
‘Dios mío.’
Esta misión secundaria se había retrasado durante tanto tiempo que solo recordaba que el puesto de avanzada carecía de un generador, pero olvidó que había una recompensa por conseguirlo.
“¡Soy rico!”
Chu Guang estaba emocionado y antes de pensarlo demasiado, se dio la vuelta y salió corriendo. Había que hacer las cosas bien.
‘¡Tengo que ir a lavarme la cara!’
¡Al fin podía pedir una Caja Sorpresa Avanzada!
* * *
A unos 1,7 kilómetros al norte del Parque de Humedales de Linghu.
Un grupo de hombres de aspecto salvaje vestidos con pieles de animales y con el rostro pintado de rojo oscuro caminaban hacia el sur a lo largo de las ruinas de la circunvalación que salía de la ciudad. Sostenían rifles de cañón de hierro de forma extraña en sus manos y, en lugar de llevarlos a la espalda, pareciera que estaban listos para una batalla.
Los ratones mutantes en el camino huían uno tras otro, y ocasionalmente algunas cucarachas mutantes del tamaño de un cachorro eran aplastadas hasta la muerte con sus pies o la culata del rifle. Sin embargo, esto también hizo mucho ruido. Además, debido a que este grupo de personas no tenía buena disciplina, la conversación y bromas que hacían mientras caminaban se podía escuchar desde muy lejos.
Varios jugadores que transportaban piedras desde el sitio de construcción se dieron cuenta de su presencia rápidamente, arrojaron de inmediato el carrito a un lado del camino y corrieron a esconderse.
“¿Quiénes son estos tipos?”
“Diez personas y tres perros con correa… Parecen PNJs hostiles.” – contestó Obrero que mueve ladrillos, mirando nervioso al grupo de personas que había a lo lejos.
“Siento lo mismo… Parecen depredadores.” – contestó tenso Golpe de Remo mientras agarraba con fuerza el cuchillo que llevaba a la cintura. Aunque eso no le dio mucha sensación de seguridad.
“Maldita sea, ¿realmente estamos entrando en un evento de asedio? ¿Estuvieron los desarrolladores leyendo el foro?”
“Después de un análisis racional… Creo que nos escuchan mientras jugamos.”
“¡Malditos desarrolladores!”
“Shh, dejad de hablar.” – dijo Gran Deudor mirando a sus dos compañeros de equipo. – “Ladrillo, ve a avisar.”
“Que te den, ¿por qué no vas tú?”
“¡Soy de tipo inteligencia! ¿Quieres que corra más que ellos? Si tenéis cuidado los de fuerza podéis recorrer grandes distancias.”
“¿Entonces por qué no se lo pides a Remo?”
“Idiota, ¡es de percepción! Deja de decir tonterías y date prisa. Hay una recompensa por reportar información valiosa, ¿lo has olvidado?”
Al recordar que había una recompensa, Ladrillo estuvo finalmente dispuesto a correr. Su corazón latía violentamente mientras se escondía detrás de un cartel de publicidad y caminó lentamente unos doscientos metros antes de que el grupo de personas desapareciera de su vista y pudiera correr salvajemente hacia el bosque.
Cuando llegó al puesto de avanzada, los novatos seguían cortando árboles, los viejos jugadores estaban regresando con sus presas y el resto había comenzado a montar los puestos a la entrada del mercado, preparándose para la hora de comer. Era una escena extremadamente pacífica. Ignorando los latidos de su corazón, Ladrillo corrió hacia la puerta dando gritos.
“¡Depredadores! ¡Vienen depredadores!”
Al escuchar sus gritos, todos los que estaban cerca del muro se quedaron estupefactos, sin entender lo que estaba pasando.
“¿Uh? ¿Depredadores?”
“¡Avisad al Administrador! Date prisa, ¡informadle!” – gritó Ladrillo respirando con dificultad mientras recuperaba el aliento con las manos sobre las rodillas.
“Estoy aquí.”
Chu Guang salió por la puerta con gotas de agua todavía en sus cejas y miró con un rostro serio al jugador que tenía delante.
“¿Habeis visto depredadores?”
“¡Sí! Un equipo de diez personas, ¡vienen hacia nosotros! Desde el norte, por la circunvalación, todos llevan armas, ¡y tres perros!”
La cara de Chu Guang cambió ligeramente. Ya no le importaba abrir cajas sorpresa, por lo que inmediatamente dio órdenes a todos los jugadores que había a su alrededor.
“¡Traed de vuelta a todos los residentes que se encuentren cerca del puesto de avanzada! ¡Vamos!”
“¡Sí!”
Varios jugadores corrieron con entusiasmo, sin ninguna preocupación en sus rostros. Más bien se notaban un poco emocionados.
“¡Nos atacan! ¡Un evento de guerra!”
Inesperadamente, ¡los desarrolladores planearon una actividad tan divertida para ellos! Sin embargo, no sabían que cierto diseñador de juegos estaba muy preocupado en este momento. Caminando hacia la tienda de armas a grandes zancadas, levantó a la dueña dormida sobre el escritorio y, tras cargarla sobre su hombro, cogió las dos muletas con la mano izquierda.
“¡Ah! ¿Qué estás haciendo a plena luz del día?”
Sorprendida por el repentino movimiento, Xia Yan, que acababa de despertarse de un sueño, se sonrojó y forcejeó varias veces, pero Chu Guang la ignoró por completo.
“Cállate.”
Chu Guang puso a Xia Yan en el suelo, junto al ascensor en el primer piso del asilo, y le devolvió las muletas. Tenía una mirada desconcertada en su rostro cuando él la miró fijamente.
“Si logran entrar, entras al ascensor y me esperas. Te bajaré cuando regrese. Si no vuelvo, no hagas ruido y encuentra un lugar donde esconderte.” – dijo con calma.
El ascensor que conducía al subterráneo necesitaba de la autorización del administrador para ponerse en macha y Chu Guang lo bloqueó temporalmente. Después de todo, se reservó esta salida para sí mismo. Xia Yan asintió bruscamente, pero no estaba demasiado nerviosa, al menos no tan nerviosa como cuando estaba a solas frente a él.
“Ya veo… Espera, ¿irrumpir? ¿Quién?”
“Depredad…”
Antes de poder terminar, se escuchó un disparo a lo lejos, seguido de dos disparos más. Por el sonido, parecía que se encontraban a doscientos o trescientos metros de distancia. La expresión de Chu Guang se oscureció y el flujo de sangre en su cuerpo comenzó a acelerarse.
¡Depredadores!
‘¡…Ya están aquí!’
* * *
En las afueras de la puerta norte.
Los depredadores se dispersaron en una fila con sus armas en la mano. Gritaban en voz alta mientras avanzaban hacia la puerta norte, disparando a los supervivientes que huían.
Tenían una amplia variedad de armas, desde rifles de revólver recogidos de comerciantes hasta rifles semiautomáticos arrebatados a mercenarios, o simplemente rifles de cañón de hierro que habían fabricado ellos mismos. No importaba que tipo de arma fuera, en este terreno boscoso, no será sencillo acertar a doscientos metros de distancia.
Y la realidad es que hasta ahora nadie había caído. Los pocos supervivientes que había junto al muro se escondieron rápidamente tras la puerta y solo algunos de los puestos de madera resultaron dañados. Sin embargo, la victoria o la derrota no dependería de cuántas personas murieran en combate, sino de conseguir que el oponente renunciase por completo a defenderse. Los depredadores lo sabían bien. Habían dominado hasta el extremo el Arte del miedo.
Los intensos disparos y la supresión resultante de la potencia de fuego tenían un efecto casi devastador sobre la moral de soldados no profesionales. En un asentamiento de supervivientes de 30 personas, solo un tercio serían capaces de luchar. Y solo en algunos casos extraños, lo podría hacer un 50%. No había necesidad de matar a los que huyeran en el acto, las ratas correrían y llevarían esa plaga llamado miedo de regreso al interior de su guarida. Al final destruirían por completo su voluntad para resistir. En general, menos de una décima parte de los miembros de esas pequeñas comunidades de supervivientes moririan resistiendose.
Quizás esas personas tendrían el coraje de esconderse detrás de alguna fortificación para responder unos cuantos disparos simbólicos, pero no tardarían mucho en desmoronarse y huir por otras puertas. En ese momento, los ancianos, las mujeres y los niños se quedarían atrás. Además, los que huyeran tampoco podrían escapar de sus sabuesos.
A menudo, solo había un destino final para este tipo de asentamientos de supervivientes. Ser sacrificado. ¡O esclavizado!
“Ja, ja, ja. Mira a esos cobardes, ¡huyen como ratones en cuanto escuchan un disparo!”
Un hombre corpulento con los brazos desnudos sostenía un rifle de cañón de hierro de 9mm en la mano mientras se reía a carcajadas. Cuando disparaba, su feroz rostro brillaba de emoción. Como líder de un escuadrón del Clan Mano Sangrienta, Tejón había recibido su nombre de su líder. Y las nueve personas bajo su mando eran en su mayoría familiares o amigos.
Los linajes de las tribus de los depredadores solían ser caóticos. No producían, propugnaban la violencia y vivían del saqueo y la extorsión. Por lo tanto, no existía un concepto tradicional de familia, y mucho menos de pareja o cónyuge.
Tomemos al Clan Mano Sangrienta como ejemplo. Si nacía un bebé y era un varón fuerte, sería aceptado como miembro del clan, el resto serían considerados esclavos. Se dedicarían al trabajo o se usarían como herramientas reproductivas, por lo que era común que los niños de una misma madre tuvieran un padre diferente. O un mismo padre y una madre diferente. Y estos parientes a menudo actuaban juntos como una manada de lobos. Era común que el líder designara al más valiente de todos ellos como líder de escuadrón. Así, sus familiares también se beneficiarían de la promoción de su líder, convirtiéndose en depredadores veteranos o élites, y obteniendo más derechos para controlar su propio botín.
“Ja, ja, ¿son abrigos azules? ¡Parece que nos divertiremos mucho!”
Un hombre larguirucho respondió con una extraña sonrisa, y al mismo tiempo cargó la escopeta en su mano y siguió disparando hacia las fortificaciones de la pared.
“Ya conocéis las reglas: matad a los niños y a los viejos. A los hombres se les cortan los dedos índices y se atan.”
“Jefe, ¿qué pasa con las mujeres?”
“El primero en entrar por la puerta elige. Solo nos quedamos dos horas, llegado ese momento nos llevaremos a todos los que queden vivos.”
“¡Bieeeeeen!”
¡Cincuenta metros de distancia! ¡El oponente aún no había respondido!
La esquina de la boca de Tejón dibujó una sonrisa cruel. Sabía lo que estos supervivientes estaban pensando. Esperaban a que salieran del bosque para disparar desde sus fortificaciones. No sería sorprendente de que todas esas personas ya estuvieran empuñando armas y esperando detrás de las protecciones de la pared. Sin embargo… ¿Sería tan estúpido como para dejar que sus subordinados se apresuraran a avanzar?
“¡Vamos! ¡Prendedle fuego para animar el ambiente!”
“¡Vale!”
Un depredador que corrió al frente, encendió el cóctel molotov que llevaba en su mano y, bajo la cobertura de la potencia de fuego de sus compañeros de equipo, lo arrojó hacia la pared. La llama dibujó un arco en el aire y cayó parcialmente sobre la cubierta que se encontraba a tres metros de altura. Las chispas se esparcieron por todas partes y la cubierta oxidada se incendió rápidamente, ardiendo con fuerza.
Luego llegaron un segundo y un tercer cóctel. El fuego de la pared se extendió rápidamente convirtiéndose en uno solo y haciendo que hubiera pocos lugares donde poder estar de pie. Sin embargo, para sorpresa de los depredadores, los gritos esperados no sonaron y nadie cayó de detrás de la protección. Era como si… ¿No hubiera nadie detrás desde el principio?
Tejón frunció el ceño, sintiendo que algo andaba mal.
‘¿Renunciaron a luchar? ¿En serio? Aunque fuera únicamente un acto simbólico…’
Ese rastro de confusión pronto se convirtió en desprecio. Pero justo cuando estaba a punto de ordenar a sus hombres que avanzaran y rompieran la puerta de madera con explosivos, sonó un silbido agudo en el bosque. ¡Era como una especie de señal ofensiva! Casi al mismo tiempo, llovieron intensos disparos desde ambos lados.
El sonido de las balas resonaba tan cerca que casi arañaban el cuero cabelludo de Tejón, obligándolo a tirarse rápidamente detrás del tocón de un árbol bastante grueso. La puntería era prácticamente inexistente. Pero las personas estaban hechas de carne, y no importa cuán increíbles fueran, tenían miedo de que las matasen a tiros.
“¡A cubierto!” – gritó con un tono de voz ronca. – “¡Separaos y retiraos 100 metros! ¡Rápido!”