miércoles, 21 de junio de 2023

JDR - Capítulo 78

Capítulo 78
Esperando y observando
Traducido por Tars
Corregido por Noe
Editado por Tars

“Maldita sea… ¿De dónde vino toda esta gente?” De pie sobre las ruinas de un mercado, Ciervo sujetaba unos prismáticos cubiertos con cinta adhesiva en sus manos, mirando en dirección al sitio de construcción no muy lejos. Parecía haber tres o cinco personas cargando piedras y bloques de hormigón en un carro. Se movían muy rápido y no se quedaban allí durante mucho tiempo. Se fueron tan pronto como tuvieron piedras suficientes. Ciervo no podía entender de dónde venían esas personas y cómo se las arreglaron para construir un asentamiento delante de sus narices sin que se dieran cuenta. En su impresión, el parque de los humedales de Linghu era claramente un bosque estéril donde ni siquiera los pájaros querrían cagar. Solo había un asilo abandonado en medio del bosque. A excepción de algunos pájaros, bestias, insectos y serpientes, ni siquiera las hienas acudirían a ese sitio para cazar. Pero eso no era importante. Ya fueran refugios grandes o pequeños, eran como huevos de cucarachas. De vez en cuando, uno aparecía de la nada y todo lo que necesitaba considerar era cómo tragarse a ese grupo de ovejas gordas. “Jefe, ¿cuándo lo haremos?” De pie junto a Ciervo había un hombre con un vendaje en el ojo izquierdo y más de una docena de cicatrices en el pecho, que parecían un ciempiés. Al menos la mitad de esas cicatrices eran de peleas, y la otra mitad fue hecha en secreto por él con un cuchillo. “No hay necesidad de apresurarse, solo estamos investigando. Aún no es momento de atacar.” Ciervo le entregó los prismáticos al compañero que estaba a su lado. A diferencia de Tejón, sin importar a qué tipo de oponente se enfrentase, no subestimaría descuidadamente al enemigo. Incluso si el oponente solo tuviera entre tres y cinco personas y él tuviera un arma en sus manos, observaría cuidadosamente durante mucho tiempo. Después de confirmar que no había peligro, lanzaría un ataque rápido y violento de forma inesperada, tratando de controlar al enemigo con un movimiento y haciendo que su oponente perdiera la capacidad de resistir. “¿Por qué no enviamos algunos esclavos para ponerlos a prueba? Han estado moviendo piedras toda la mañana… Me preocupa que se las lleven para reforzar su base.” – susurró un hombre jorobado con un casco de acero en la cabeza que se encontraba al lado de Ciervo. En su espalda colgaba una gran pala. Si se observaba detenidamente, la pala no solo tenía una hoja afilada, sino que su otro lado también estaba dentada. Detrás del orificio del tubo había una estructura receptora simple. Era una pistola sin estrías con retrocarga. Ciervo pensó por un momento antes de asentir. “De acuerdo. Encuentra algo de carne de cañón para probar su fuerza.” Había muchos cautivos en el sótano del Clan Mano Sangrienta. Estos esclavos no solo eran sus juguetes, sino también animales criados como ganado. No era raro que los emplearan como carne de cañón en el campo de batalla. Los depredadores del Clan Mano Sangrienta generalmente no le daban comida al ganado ni a la carne de cañón, sino que los encerraban en una alcantarilla medio derrumbada y les arrojaban regularmente un cubo de basura para que luchasen contra las cucarachas mutadas y las ratas. Cada día en cautiverio era una tortura por los mosquitos, los hongos y las enfermedades. Esto continuaba hasta que perdían su humanidad y quedaban reducidos a animales dominados por el instinto. Luego, seleccionaban algunos y les daban palos y dagas y les prometían que mientras capturasen el asentamiento se les permitiría unirse al clan después de la carnicería. Era llamado eufemísticamente como el Bautismo de Sangre. Ciervo envió a uno de sus hombres de regreso mientras esperaba con el resto. Por otro lado, Habrá Tiempo, que yacía en un edificio sin terminar cerca del sitio de construcción abandonado, frunció el ceño mientras miraba el carro que se alejaba. Caballo Blanco, que estaba en cuclillas en la puerta, no pudo quedarse quieto. “¿Por qué no ha venido nadie todavía?” – preguntó. “No me preguntes a mí, pregúntale a N1.” – respondió Habrá Tiempo con impaciencia. N1 también tenía el ceño fruncido. “No… No puedo sentirlo, pero hay dos cucarachas mutadas en el sótano. ¿Vamos a eliminarlas?” Vendaval negó con la cabeza. “No es necesario.” Habrá Tiempo no pudo evitar morderse las uñas mientras pensaba. “La otra parte es más astuta de lo que pensábamos. Estoy seguro de que han descubierto este sitio de construcción, pero no tienen prisa… ¿A qué están esperando esas personas?” Según su suposición, los Depredadores deberían haber estado observando este lugar durante mucho tiempo y estaba convencido de que no dejarían ir a unos transportistas que ni siquiera tenían arma. Incluso si solo fuera por venganza, ¡deberían mandar otra oleada de ataques! Como resultado, el equipo de Toros y Caballos preparó una emboscada aquí, utilizando a los transportistas como cebo. Sin embargo, no había funcionado. Estuvieron agachados durante todo el día de ayer y hoy volvieron a primera hora de la mañana, pero la otra parte parecía estar ciega, indiferente a los movimientos de esta zona de construcción. “¿Podría ser que no nos hayan encontrado?” – preguntó Vendaval. “¡Imposible! Mientras no sean ciegos, ¡es imposible no encontrar este lugar!” – dijo Habrá Tiempo con confianza. Mientras hablaba, N1, que estaba más cerca de la ventana, de repente se puso alerta y levantó el puño derecho. “Shh, no hagáis ningún ruido... Parece que hay movimiento.” Los tres se quedaron en silencio de inmediato. Poco después, N1 no fue el único que escuchó los pasos. Ahora Habrá Tiempo y los demás también los pudieron oír. Los cuatro intercambiaron miradas tácitamente, se movieron con cuidado contra la pared y caminaron hacia la ventana del otro lado del edificio sin terminar. No muy lejos, en el suelo, seis hombres con el torso desnudo estaban apoyados contra la pared de otro edificio sin terminar, acechando mientras se movían por los estrechos callejones. Iban vestidos con harapos y poseían una amplia variedad de armas en las manos. Tenían el estilo del páramo. Había machetes oxidados, trozos de madera con clavos y bates de béisbol con alambre de espinas enrollados. Pero esas eran armas cuerpo a cuerpo, ¡no pistolas! A juzgar por la manera de actuar de los depredadores, deberían estar planeando acercarse empleando los callejones entre los edificios sin terminar hasta la zona del sitio de construcción y esperar hasta que llegase el siguiente grupo de transportistas para atacarlos por sorpresa. Sin embargo, no se dieron cuenta de que su plan ya estaba expuesto. Habrá Tiempo estaba encantado y, cuando sacó una flecha para ponerla en la cuerda de su arco, miró a sus compañeros de equipo emocionado. Caballo Blanco entendió de inmediato y agarró con fuerza la jabalina que tenía en la mano. N1 y Vendaval sacaron los cócteles Molotov y los encendieron con una cerilla. “Tres… dos… uno, ¡vamos!” “¡A por ellos!” Siguiendo la orden de Habrá Tiempo, la jabalina, la flecha y la botella fueron arrojadas desde la ventana del tercer piso, atacando por sorpresa a ese grupo de depredadores. El que se llevó la peor parte fue un hombre musculoso que iba delante. Su pecho fue atravesado por la jabalina y, como una pelota desinflada, se quedó quieto por un instante antes de derrumbarse sobre el fuego sin decir una palabra. Otro depredador fue alcanzado por la flecha en el brazo, lo cual no era un gran problema, pero inmediatamente después otra flecha le atravesó directamente la garganta. El resto entró en pánico, gritando de miedo por el ataque repentino. Su moral fue totalmente sacudida. Pero pensando en el final miserable que les esperaba si escapaban y en las promesas de esas personas, rugieron, superaron el miedo en sus corazones y se precipitaron hacia el edificio sin terminar que estaba delante de ellos mientras desafiaban las flechas y las jabalinas que caían del cielo. Sin embargo, poco después aprendieron lo que era una verdadera pesadilla. Estos jugadores no mostraron piedad ya que usarían cualquier truco que se les ocurriera. Cuando entraron en el segundo piso, solo podían acceder al sigueinte piso por un pequeño tramo de escaleras medio derruido, creando un cuello de botella. Una lata de gasolina cayó desde arriba dejando un reguero de humo… Y menos de dos segundos después, una explosión resonó en el pasillo. El humo blanco se extendió al instante, envolviendo la zona con el olor acre de la pólvora y metal. ¡Trozos de metralla salieron disparados salvajemente por el estrecho pasillo creando un infierno en la tierra! Antes de que el humo se disipara por completo, los depredadores que todavía estaban vivos yacían en el suelo gimiendo de dolor. El que se llevó la peor parte ya ni siquiera podía gritar. La mitad superior de su cuerpo había volado en pedazos y solo sus piernas seguían temblando. “Rayos… Est… ¿Esta cosa es tan poderosa?” Sosteniendo la jabalina con ambas manos, Caballo Blanco, que estaba a punto de cargar, se congeló directamente en la parte superior de las escaleras, mirando la situación de abajo estupefacto. “Tsk, como si no supieras la cantidad de pólvora que hay en esa lata.” – contestó Habrá Tiempo mientras le golpeaba el hombro. – “No te quedes ahí parado. Deprisa, átalos rápidamente…” Si esperaran un poco más, esas personas estarían completamente muertas. Incluso si esos depredadores terminaban colgados en la horca de la justicia, ¡tenían que aguantar hasta que obtuvieran su recompensa!
* * *
A cientos de metros de distancia se pudo escuchar el sonido de la explosión. De pie sobre las ruinas y sosteniendo los prismáticos, el rostro de Ciervo se volvió más serio. Aunque no pudo ver la situación desde el instante en que la carne de cañón entró en el edificio, se podían adivinar algunas cosas sin necesidad de verlas con sus propios ojos. Efectivamente, era como él pensaba. ¡Todo el sitio de construcción era una trampa tendida por los abrigos azules! Deliberadamente enviaron gente para mover las piedras. En la superficie, estaban indefensos y eran inofensivos para los humanos y los animales, pero enviaron personas para tender una emboscada. ¡Eran muy astutos! “Jefe, ¿qué vamos a hacer ahora?” – preguntó ansioso el hombre con la cicatriz en el pecho. Pero al ver que Ciervo seguía con la cara hosca, sin responder, continuó hablando. – “¡Sugiero que los matemos de inmediato! Solo usaron flechas y jabalinas, ¡y han expuesto sus posiciones! Tenemos tantas armas, ¿por qué debemos tenerles miedo?” El hombre jorobado lo miró con desdén. “¿Estás sordo? ¿La explosión de hace un momento fue falsa? ¡Obviamente atrajeron a la gente para matarlos! Quién sabe lo que todavía está escondido ahí dentro.” “¡¿Entonces propones que nos quedemos quietos?! El resto está saqueando las tierras del norte, ¿nos vamos a quedar sin hacer nada? ¡O los atacamos o nos vamos al norte también! Si tenemos suerte todavía podemos atrapar un par de esas ovejas gordas que viajan hacia el este. Cuando la nieve comience a caer, ¡nos quedaremos sin nada!” No podían quedarse quietos sin actuar. Ciervo sabía muy bien que sus hombres necesitaban botín para el invierno, y nadie quería pasar hambre y frío. Pero no era realista dejarlos aquí e irse con la gente del norte. Su líder le había arrojado este pedazo de carne grasienta, lo que era una muestra de su confianza y una recompensa por su lealtad. Si lo estropeaba como ese idiota de Tejón, su líder no se lo perdonaría con un castigo ligero. “Esperad.” Al escuchar las palabras de su jefe, el hombre con las cicatrices se quedó atónito. “¿Cuánto tiempo vamos a esperar…? Ya es mediodía.” – preguntó, sin ser capaz de quedarse callado. “Hasta la noche, cuando se acuesten.” – respondió Ciervo con una cara sombría mientras miraba al hombre delgado a su lado. – “Regresa de nuevo y trae a diez esclavos veloces y prepara algunos cócteles Molotov y jeringas. El resto descansará aquí para reponer su energía. A medianoche, ¡les daremos una gran sorpresa!”
* * *
En el exterior de la puerta norte del puesto de avanzada. Bajo los ojos envidiosos del resto de jugadores el equipo de Toros y Caballos regresó con tres cautivos atados desde el sitio de construcción. Además, había otros tres muertos tirados en el carro. Uno de ellos estaba totalmente mutilado por la bomba y los otros dos murieron quemados y exudaban un olor desagradable. “¡Maldición! ¡Maldicióóóón!” “¡Como se esperaba de un juego hardcore! No me atrevo a matar ni un pez en la vida real, ¿pero aquí no me asusto cuando veo sangre?” “Tal vez es una tecnología de próxima generación basada en el principio de la interferencia de los sueños. ¿Filtros visuales? ¿Inhibición emocional? No lo entiendo muy bien.” “¡El jefe es increíble! Habéis eliminado a todo un equipo.” “¡No tengo nada más que decir que increíble!” Al escuchar el alboroto, Chu Guang caminó hacia la puerta norte y miró a los cautivos y a los cadáveres que había traído el equipo de Toros y Caballos. Su rostro estaba lleno de sorpresa. Un equipo de cuatro hombres derrotó a otro de seis.¡Estos jugadores eran muy buenos! Sin embargo, su conmoción solo duró dos segundos. Cuando Chu Guang se acercó y les echó un vistazo comprendió lo que estaba pasando. Estas seis personas no eran verdaderos depredadores. No pudo encontrar los huesos que demostraban sus identidades. En cambio, sus rostros o frentes habían sido marcados con una palabra. “¿Ciervo…?” Aunque la escritura era realmente mala, debería ser esa palabra. No sería sorprendente de que estos prisioneros fueran esclavos del clan Mano Sangrienta. Pero no importaba. El cómplice de un criminal seguía siendo un criminal y como habían empuñado un arma podían ser tratados como ellos. Después de confirmar la identidad de cada uno de ellos, Chu Guang sacó una bolsa de monedas de plata de su bolsillo y se la entregó a Habrá Tiempo. Luego asintió y, frente a estos jugadores felices, habló con un tono alentador. “El Refugio recordará sus contribuciones. Aquí hay 106 monedas de plata y 5 monedas de cobre. Además, su equipo ha recolectado un total de 1.200 puntos de contribución. Por lo que cada uno ganará 300 puntos. Ahora, enviad a estos criminales a la horca de la justicia. ¡Qué la muerte perdone sus pecados!”