Volumen 1 Capítulo 3
El comienzo de la batalla
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
En ese momento, los gigantescos ojos de la estatua del dios se iluminaron con una luz carmesí. Al darse la vuelta, había sentido su mirada. ¿Era el instinto de un cazador? No, era el instinto de supervivencia de un ser vivo. ‘Algo’ iba a pasar. ‘Algo’ que estaba más allá de su capacidad de comprensión. ¡‘Algo’ que no podía permitirse!
“¡Agachaos!” – gritó Jinwoo con todo su corazón, mientras tiraba a Juhee al suelo.
Casi al mismo tiempo, un rayo de luz salió de los ojos de la estatua.
¡Braaaaaaaaaaaaaaaaaam!
El rayo de luz pasó a través de donde Jinwoo había estado de pie unos momentos antes. Solo fue una décima de segundo. No, una centésima. Si el tiempo de su reacción hubiera sido solo un poco más lento… Pero el resto de cazadores no tuvieron tanta suerte.
“¡Uaaaaaaaaaaaah!”
“Aaaaaaaaaaaaaaaaaargh”
Los gritos no venían de los cazadores que habían sido golpeados por la luz. Esos desafortunados fueron desintegrados instantáneamente, dejando un rastro de ceniza y piedra quemada a su paso. Los chillidos venían de los cazadores que habían tenido la suerte de sobrevivir.
“¡¿Qué demonios es esto?!”
“¡Waaaaaaaaaaaaaaah!”
“¿Cómo ha podido…?”
Los cazadores se encontraban en estado de shock. De las dieciséis personas que habían entrado en la sala, ahora solo quedaban once cazadores vivos. Nunca habían experimentado un ataque tan terrorífico.
‘Apenas pude esquivarlo gracias a la advertencia de Jinwoo.’
‘Si el señor Sung no hubiera gritado hace un momento…’
Los cazadores miraron hacia Jinwoo y tragaron saliva. Era su salvador. Si no fuera por él, sabían que ahora estarían entre los fallecidos.
“……”
Con todo su cuerpo inclinado en el suelo, Jinwoo levantó la cabeza hacia la estatua. Sus ojos seguían iluminados con un brillo carmesí, pero no estaba continuando con su ataque.
‘¿Se acabó?’ – pensó mientras volvía a mover su cabeza para mirar hacia el suelo.
Juhee se encontraba debajo de él, temblando de miedo. A pesar de que era una cazadora de rango B, esta era una de las razones por las que siempre iba a incursiones organizadas por la Asociación de Cazadores y no a las de un gremio más grande. Su respiración era cada vez más irregular, no podía dejarla en ese estado. Mientras pensaba qué podía hacer para ayudarla, Jinwoo comenzó a levantarse cuando sintió una mano poderosa que lo obligó a volver a agacharse.
“No te pongas de pie.” – dijo Song.
Aunque se encontraba sorprendido, Jinwoo hizo caso a sus palabras.
“¡Quédate donde estás! ¡No te muevas de tu posición!” – les gritó Song al resto de cazadores mientras los miraba a todos. Cuando terminó, se giró hacia Jinwoo una vez más. – “Los que se movían fueron atacados. Quienes te escucharon y se agacharon sobrevivieron.”
“Ya veo…”
“¿No gritaste al darte cuenta?” – preguntó Song confundido tras escuchar su respuesta.
“Simplemente sentí que algo peligroso se estaba acercando. Eso es todo…”
Song no podía dejar de mirarlo con ojos brillantes.
‘Sus instintos son buenos. ¿Dicen que es un rango E? Si tan solo sus habilidades fueran un poco más altas…’
Su mirada se convirtió en una de lástima mientras seguía mirando a Jinwoo. A su vez, éste pudo ver mejor al hombre que lo estaba mirando. Al final se dio cuenta de algo que llamó poderosamente su atención.
“Señor… Su brazo…”
“Está bien, puedo soportarlo.”
“Pero…” – añadió Jinwoo mientras tragaba saliva.
El brazo derecho de Song estaba colocado sobre su hombro, pero su brazo izquierdo había desaparecido.
“……”
Mientras Juhee lo miraba en silencio, Song envolvió los restos de su camisa alrededor de su muñón sin pronunciar una palabra. Únicamente estaba apretando los dientes para aguantar el dolor.
“¿Puedes hacer un nudo? Es difícil con solo una mano.”
Cuando Jinwoo asintió y terminó lo que apenas se podían llamar primeros auxilios, Song dejó escapar un largo suspiro. Era un suspiro que mostraba la experiencia de diez años de caza.
“¡Aiiiiiiiiiiiiiiish…!”
Después del pequeño tratamiento se quedó mirando a su alrededor y pudo observar el estado de la situación. El hecho de que la estatua hubiese detenido su ataque no significaba que sus problemas habían terminado. El tiempo siguió transcurriendo lentamente.
“Buuuuuaaaaaa…”
“¿Por qué nos ha pasado esto…?”
Algunos de los cazadores comenzaron a llorar de nuevo.
“¡No podemos quedarnos así para siempre!”
La paciencia de los supervivientes fue llegando lentamente hasta su límite.
‘Tenemos que marcharnos.’ – pensó Jinwoo que estaba sintiendo lo mismo.
Pero, ¿qué podían hacer? Si la suposición de Song era correcta, serían atacados en el momento en que comenzasen a moverse y, aunque lograsen esquivar el ataque, todavía tenían que atravesar las estatuas que custodiaban las puertas. Y ese era el otro problema, el movimiento de las estatuas de las puertas era tan rápido que apenas eran capaces de verlo a simple vista. ¿Cómo iban a tener tiempo suficiente para abrir las puertas? Era una situación imposible. La aniquilación de todos los cazadores solo era una cuestión de tiempo.
‘Espera… ¿Una cuestión de tiempo?’
Cuando ese pensamiento apareció en su cabeza, lo siguió una idea incomoda. Se estaba dando cuenta de algo que ninguno de los otros había notado.
‘Hay… Aquí hay algo que falla.’
Quizás ahí estaba la respuesta. Pero en ese momento…
“¡No te muevas!” – le gritó Song al Joo.
“¡Cállate! ¡No sabemos cuándo va a atacarnos de nuevo esa cosa! ¿Quieres que nos quedemos esperando a que ocurra?” – respondió.
Joo era un cazador de clase explorador y, como alguien capaz de lanzar su cuerpo en medio de un combate, sus habilidades físicas eran mucho mejores que las de un humano ordinario. Además, era alguien cuyas habilidades habían sido reconocidas por un gran gremio, que incluso le había ofrecido un contrato de trabajo.
“No voy a morir de esta manera.”
Bajó su cuerpo y se impulsó con ambas piernas hacia la puerta. Realizando un movimiento explosivo, corrió con todas sus fuerzas. Al verlo, Jinwoo se dio la vuelta y puso su mirada en la estatua gigante. Como esperaba, la estatua enfocó su mirada en Joo y un rayo de luz salió desde sus ojos.
¡Braaaaaaaaaaaaaaaaaam!
El rayo cubrió la espalda Joo.
“¡Uaaaaaaaaaaa!” – gritó una de las cazadoras incapaz de controlar su miedo. Al mismo tiempo, un charco amarillo apareció lentamente en el sitio en el que se encontraba.
“¡Oh, Dios mío…!” – dijo otro de los cazadores con una cara seria.
No había rastro de Joo. Solo quedaban dos pies justo por debajo del lugar en el que le había alcanzado el rayo.
“¡¡Bluuuuuuuuuuuuueeeeeeeeeeeh!!”
Uno de los hombres de estómago débil comenzó a vomitar. Esta ‘cosa’ era más que capaz de aniquilar a todos los cazadores en un instante. Le resultaría más fácil que aplastar un insecto con los pies.
‘Pero entonces… ¿Por qué no nos mata a todos?’ – pensó Jinwoo mientras fruncía el ceño.
Podía acabar con todos, pero no lo hacía. Comparado con las bestias mágicas que siempre se lanzaban contra los cazadores, esta cosa era diferente. Solo atacaba a la persona que se movía hacia la puerta. Había un patrón y unas condiciones para sus ataques. Era como un juego con reglas.
‘Quizá… ¿Hay normas en esta sala?’
En ese momento, Jinwoo encontró la pieza que le faltaba a su rompecabezas. Era la tabla que Song estaba leyendo antes.
‘Los mandamientos del Templo de Cartenon.’
Un mandamiento era una regla y las reglas estaban escritas para ser cumplidas. Si había una salida de este lugar, solo podía estar en un sitio, la clave tenía que estar tallada en esa tabla.
“… Adora al Señor.” – dijo Jinwoo pronunciando la primera norma en voz alta.
“Hmmm ¿Has dicho algo?” – contestó Song mirándolo.
‘Si estoy en lo correcto…’ – pensó, llevándose un dedo a los labios en lugar de responder. Lentamente, se levantó mientras Song trataba de detenerlo. Solo cuando negó con la cabeza con una cara sería, el mago dejó de intentar agarrarlo.
‘… Esa no es la cara de alguien que se ha dado por vencido en la vida.’ – pensó Song mientras asentía hacia Jinwoo.
Sin apartar la vista de la estatua, se levantó lentamente, alzando su cuerpo cada vez más alto. De repente, la mirada de la estatua cayó sobre él.
¡Braaaaaaaaaaaaaaaaaam!
Su hubiera dudado tan solo una fracción de segundo en volver a agacharse, habría perdido mucho más que unos pocos mechones de cabello. Casi había muerto, solo podía jadear con fuerza.
“¡Uuuuuf!”
Cuando sus ojos se encontraron con la estatua, supo que estaba mirando directamente a los ojos de la muerte. Intentó volver a levantarse, pero sus piernas no podían dejar de temblar.
‘Pero…’
No había sido en vano.
‘… No ataca a alguien que se está moviendo.’
Mientras tuviera su cuerpo agachado, ningún tipo de movimiento causaba una reacción en la estatua.
‘No, ataca si alguien se eleva por encima de cierta altura.’
Había arriesgado su vida para poder confirmarlo y ahora estaba seguro. ¡Comprendía el significado de la primera norma!
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