martes, 21 de abril de 2020

SYN Capítulo 80

Volumen 8 Capítulo 8
Señales de destrucción
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars

El presidente Yoo Myunghan recibió el informe del secretario Kim. “¿Esto es?” “Señor, es la información recopilada sobre el hospital de Seúl Ilsin.” Era el hospital donde la madre del cazador Sung se había quedado hasta hacía poco. Los ojos de Yoo Myunghan cambiaron al instante y, sin decir nada, comenzó a leer los documentos. ‘¿Cuándo la enfermera entró por la mañana ya estaba despierta? ¿Y el cazador Sung estaba al lado de su madre?’ Había otra cosa extraña. El hospital recomendó una revisión completa de la condición del paciente, pero el cazador Sung exigió que fuera dada de alta. ‘Él no es así…’ – pensó, mientras sacudía la cabeza. Ese hombre poseía tal amor filial que era capaz de arriesgar su vida para pagar los gastos hospitalarios de su madre. Sin embargo, ¿un hombre así exigió que fuera dada de alta sin comprobar su condición física? ‘No, es exactamente lo contrario.’ Eso significaba que Sung Jinwoo ya conocía la condición física de su madre. Pero, ¿cómo lo sabe? Cuanto más leía los datos recopilados en el hospital, más fruncía el ceño. Todo lo que rodeaba al cazador Sung estaba envuelto de misterio. ‘El incidente de la mazmorra doble. Su repentino re despertar. La abrupta recuperación de su madre. Su misteriosa habilidad para crear innumerables invocaciones…’ Era una serie de coincidencias increíbles. Definitivamente pasaba algo. No tenía ninguna duda al respecto. Los afilados sentidos de Yoo Myunghan le decían eso e hizo que su resolución fuera más firme que antes. “Quiero hablar con él en persona.” “Enviaré a alguien antes de que acabe el día, señor.” “No hay necesidad de ello.” “Señor, ¿planea ir a verlo en persona?” – contestó el secretario Kim, sorprendido por esa respuesta. “Secretario Kim, ¿quién crees que es el hombre al que estoy tratando de conocer?” “……” Eso fue suficiente para hacer que el secretario cerrase la boca. Y entonces… Brrrrr… El teléfono móvil comenzó a vibrar. “Está bien, responde.” – dijo el presidente, volviendo su mirada hacia los documentos. El secretario Kim inclinó levemente la cabeza y rápidamente revisó su teléfono. Era un mensaje de texto con noticias de última hora. “Presidente.” Yoo Myunghan volvió a levantar la cabeza. “Han llegado noticias urgentes de Japón, ¿le gustaría verlas?” El secretario Kim no era alguien que se pusiera nervioso por un asunto sencillo. Si él preguntaba si querías ver algo, entonces eso era lo mismo que decir que tenías que verlo de inmediato. Yoo Myunghan asintió con la cabeza y, como si estuviera esperando esa señal, el secretario Kim encendió rápidamente el televisor gigante que estaba colgado de la pared. - Aquí el corresponsal extranjero Park Seong-Woo informando. Como podéis ver detrás de mí… Se podía ver en directo el centro de la ciudad más bulliciosa de Japón.
* * *
Japón, Tokio, Shinjuku. Una sombra oscura se proyectaba sobre la avenida más animada y concurrida de Tokio, el corazón de Japón. Sin embargo, esa no era una simple forma de hablar. Cada automóvil, bicicleta o persona estaba parado debajo de esa sombra gigantesca. Tac La gente, uno tras otro, comenzó a salir de sus vehículos. Nadie golpeó el claxon o gritó por la carretera bloqueada. Era como si todos hubieran sido hechizados por una fuerza invisible. Y todas sus miradas estaban enfocadas en el mismo lugar. “Oh Dios mío…” “Dios…” Había una puerta tan gigantesca que bloqueaba todo el cielo y proyectaba una sombra enorme sobre el suelo. La gente estaba completamente sorprendida al ver una puerta que destruía todo el sentido común. Era más grande que un rascacielos. “……” “……” La avenida que una vez estaba repleta de personas desbordadas ahora estaba siendo apretada cada vez más por un silencio tan miserable que casi indujo a algunos de los testigos a comenzar a vomitar.
* * *
La atmósfera de la residencia oficial del primer ministro japonés era distinta de lo habitual. ¡Blam! El Primer Ministro no pudo contener su creciente ola de ira y lanzó el mando a distancia con fuerza hacia la televisión que mostraba las últimas noticias. “Pri… ¡Primer ministro!” Sus ayudantes se pusieron de pie al instante, pero cerraron la boca y volvieron a sentarse cuando sintieron los agudos ojos del primer ministro sobre ellos. “¿Por qué la Asociación de Cazadores no dice nada?” El presidente de la Asociación Japonesa de Cazadores, Matsumoto Shigeo, bajó débilmente la cabeza. Se había vuelto mucho más demacrado desde que regresó de su viaje a Corea del Sur. La expresión del primer ministro se endureció. “Maldita sea…” Algo horrible había aparecido en el corazón de Tokio, ¡pero la asociación mantenía la boca cerrada! “¡Una puerta de rango S acaba de aparecer en mitad de Tokio…! ¿La Asociación no tiene ni una sola contramedida? ¿Cómo es posible?” – gritó el primer ministro angustiado. Desafortunadamente para él, todos los presentes siguieron con la boca cerrada, como si hubieran llegado a un acuerdo de antemano. El primer ministro frunció el ceño, como si estuviera llevando toda la agonía del mundo sobre sus hombros antes de derrumbarse sobre su sillón. “Presidente de la Asociación, se honesto conmigo.” – dijo señalando la pantalla de televisión rota. – “¿Qué pasa si esa cosa se abre?” “Será el fin…” Eso era todo. “Entonces… Solo una puerta y la ciudad de Tokio está perdida.” – murmuró el primer ministro impotente, mientras se agarraba la cabeza con ambas manos. “No dije eso, primer ministro.” “¿……?” El primer ministro levantó la cabeza para mirar al presidente de la asociación. “Quise decir que todo Japón desaparecerá.” – continuó Matmumoto Shigeo, con un tono de voz monótono.
* * *
“Un lugar… ¿Tranquilo?” La expresión de Cha Haein comenzó a teñirse con un color rojo remolacha mientras miraba a su alrededor con vergüenza. La propia expresión de Jinwoo también se endureció. ‘¿Por qué todos los edificios que hay a mi alrededor…?’ De hecho, ahora se encontraban en un lugar donde todo lo que los rodeaba, eran lugares inapropiados para que un hombre y una mujer entraran juntos. “¿Te gustaría ir hasta la oficina del gremio para recoger luego tu coche?” – dijo Jinwoo, antes de que la situación se volviera todavía más incómoda. “Ah, sí.” – respondió, mientras asentía con la cabeza. Por un instante, pensó que el movimiento de su cabeza con el rostro rojo era extremadamente lindo. Pero, aun así, se dio la vuelta para regresar a la oficina. “Vamos.” “Sí.” Jinwoo deshizo los pasos que acababa de dar para correr tras ella y, mientras caminaban en silencio, se dio cuenta de que era una cazadora de rango S ‘Hemos ido realmente lejos.’ Aunque habían corrido durante poco tiempo, era una distancia que le llevaría más de diez minutos a una persona corriente. La oficina del gremio estaba localizada en el tercer piso y, cuando llegaron hasta la entrada, Jinwoo colocó su pulgar en el sensor electrónico y la puerta se abrió para dejarles entrar. Jinwoo trató de caminar directamente a la sala de reuniones, pero se paró y se dio la vuelta cuando notó que Chaein seguía de pie en la entrada. “¿……?” – dijo Jinwoo, preguntándole con los ojos, porque no entraba. “¿No está demasiado oscuro?” ‘Ah…’ Solo entonces Jinwoo se dio cuenta de que el interior de la oficina estaba completamente a oscuras. Su visión no se veía afectada por los niveles regulares de oscuridad, por lo que ese tipo de cosas le sucedían de vez en cuando. En cuando a la cazadora Cha, no tenía ningún tipo de mejora en sus ojos. Clic Apretó el interruptor y el interior se iluminó con fuerza. “¿No hay nadie más?” – preguntó Cha Haein, con cautela. “El vicepresidente dijo que se quedaría a supervisar las operaciones en la puerta.” “Solo hay dos personas en este gremio…” – comenzó a decir, pero se detuvo de golpe y, rápidamente, sacudió la cabeza cuando vio la expresión de Jinwoo. No parecía que hubiera ningún problema con eso. “Nada…” Estaba aprendiendo que el sentido común no se podía aplicar al hombre que estaba ante sus ojos. ‘Espera.’ – pensó mientras las piernas que la estaban llevando hasta la sala de reuniones se detuvieron de forma abrupta. – ‘¿Eso no significa que estamos los dos solos en el gremio?’ Los ojos de Cha Haein mostraban su nerviosismo. Al mismo tiempo, también se dio cuenta de que había pasado mucho tiempo desde que se había sentido tan tensa. ‘Quizá es la primera vez, desde que me convertí en un despertado…’ Desde que se convirtió en una cazadora de clase S, ¿cuántos hombres en este mundo fueron capaces de hacerla sentir tan tensa? Desde el principio, la palabra ‘un lugar tranquilo’ se repetía extrañamente en su cabeza, haciendo que fuera más consiente de toda la situación. Su corazón no dejaba de latir cada vez a mayor velocidad. En ese momento, se dio cuenta de que ya no estaba actuando como una cazadora de rango S, sino como una chica común. “Ju, ju…” Jinwoo sonrió cuando vio cómo Haein intentaba reprimir su risa. ‘¿Es gracioso tener solo dos empleados en un gremio?’ – pensó, mientras inclinaba la cabeza. Al parecer lo era. Ella era la lugarteniente del mejor gremio de Corea, Cazadores, por lo que, desde su perspectiva, seguramente toda esta situación era inconcebible. Entonces, Jinwoo dejó de prestarle atención y entró en la sala de reuniones. Cha Haein se sentó en una silla cerca de la puerta y él fue hasta el otro lado de la mesa. “Dime, ¿Qué pasó?” Con una sola palabra, el ambiente de la sala de reuniones, cambió. “¿Cómo es posible que el cazador Min Byung-Goo te deje un mensaje para mí?” Los ojos de Jinwoo estaban serios. No la conocía tan bien, pero no parecía ser una persona que mentiría sin fundamento para llamar la atención. “……” Ya fuera porque necesitaba algo de tiempo para recordar su sueño o no sabía por dónde empezar, tardó un tiempo en abrir sus labios. “Ese día…” Al final levantó la cabeza y lo miró profundamente a los ojos. Sus hermosos ojos estaban al borde de las lágrimas. Viendo su expresión, Jinwoo podía adivinar por donde comenzaría la historia. “Escuché una voz.” – continuó en voz baja.
* * *
La mano de Min Byung-Goo se extendió hacia ella, para agarrarla, y evitar que fuera succionada por la oscuridad del abismo. “Cazador… ¿Byung-Goo?” Min Byung-Goo asintió lentamente con la cabeza. Cha Haein tuvo que confirmar su apariencia varias veces porque actualmente estaba cubierto por una armadura negra que no le era familiar. Si no fuera por su rostro descubierto, nunca habría concluido que era él. “Donde… ¿Dónde estamos?” – preguntó confundida. “No lo sé, pero sé qué sucederá si te suelto la mano.” Cha Haein hizo el movimiento involuntario para mirar qué había bajo ella, pero Byung-Goo la detuvo en seco. “¡No mires!” “¿Eh?” Cha Haein se sobresaltó y rápidamente levantó la cara. “Si miras hacia abajo, es posible que nunca puedas volver a subir.” – explicó, con una mirada sombría en su rostro. En sus ojos se podía ver alguna emoción similar al anhelo. ‘De ninguna manera…’ El recuerdo de lo que había ocurrido justo antes de perder el conocimiento volvió a su mente. La incursión a la isla de Jeju. La hormiga reina. Y la repentina aparición de una hormiga aterradora, verdaderamente terrible. Por un instante sintió como algo aterrador se acercaba hasta ella y luego, de golpe, la oscuridad la rodeo. “Estoy… ¿muerta?” Min Byung-Goo sacudió la cabeza. “Aún no.” “Entonces… ¿Qué hay de ti?” Min Byung-Goo no respondió. Por otro lado, cambió de tema. “No nos queda mucho tiempo, así que escúchame.” – dijo, con una expresión ansiosa, incluso suplicante. Quizás esta era su última oportunidad, si la perdía, nunca podría transmitir el mensaje. – “Por favor, dile esto al cazador Sung.” ‘¿Sung Jinwoo?’ Por un instante, Haein se sintió avergonzada al escuchar ese nombre. “Debes decirle que tenga cuidado con su poder.” – continuó Byung-Goo. “¿Qué quieres decir?” “Debes haberte dado cuenta, pero he muerto. Caí al fondo de este lugar, pero alguien me arrastró de allí. De la interminable oscuridad.” “¿Esa persona fue…?” “Sí, el cazador Sung.” Los ojos de Cha Haein comenzaron a temblar con fuerza. No importaba cuán fuerte fuera Jinwoo, ¿era capaz de revivir a los muertos? Sin embargo, Min Byung-Goo continuó contando con calma lo que había experimentado. “Pero no reviví. Tengo voluntad y conciencia, pero creo que puedo hacer cualquier cosa por él… Siento que soy su esclavo incondicional, que solo existo para servirle.” No había ninguna razón para que Cha Haein preguntara quién era ese ‘él’ del que hablaba en su explicación. Solo pudo evitar tragar saliva por el nerviosismo. “Estaba tan feliz que daba miedo.” – dijo Min Byung-Goo con una expresión amarga. – “Díselo a Jinwoo.” Su expresión se volvió más seria. “Sus poderes son absolutos y aterradores. Debe saberlo.” Al recordarlo, Min Byung-Goo no pudo evitar poner una cara horrorizada. Cuando se levantó como un soldado sombra para cumplir con su orden, vio una ilusión de múltiples soldados negros alineados detrás de Jinwoo. No eran decenas de miles, no era millones. Innumerables tropas contenían la respiración, esperando las ordenes de su señor. Pero cuando sus ojos se encontraron con la mirada del general que iba a la vanguardia del ejército, la ilusión desapareció y vio el cuerpo de Cha Haein frente a él. Sabía lo que tenía que hacer. No solo eso, también entendió que había algo más que tenía que hacer además de salvarla. Tenía que hacerle saber al cazador Sung cuán aterrador era el poder que dormía en su interior. Aunque solo había sido un breve momento, su mente estuvo conectado con la de Jinwoo y pudo ver la realidad de su poder y su verdadero ejército. “¡Recuerda! El verdadero ejército del cazador es…” – gritó, cuando sintió que el tiempo se estaba acabando. Y entonces, una luz cegadora llegó desde el cielo y envolvió a Haein. “¡Su verdadero ejército es…!” – repitió con una expresión de angustia. Desafortunadamente, su voz fue enterrada por los ecos del vació, haciendo que rebotasen de un lado para otro, hasta hundirse en la oscuridad.
* * *
“……” Eso era todo lo que podía recordar. Notaba como si su sueño estuviera cubierto por una niebla y tan solo recientemente había logrado recordarlo. Después de escuchar la historia, la expresión de Jinwoo se volvió preocupada. ‘¿Su conciencia se encontró durante unos segundos con la de Byung-Goo tras convertirse en un soldado sombra?’ Era una historia realmente difícil de creer. ¿Sería un recuerdo creado por su subconsciente para enfrentar el trauma mental y la muerte inminente con lo que escuchó a su alrededor? “Sí, pensé que podría ser una posibilidad.” – respondió, cuando Jinwoo le planteó esa posibilidad. Era imposible que no hubiera considerado esa posibilidad y por eso, había estado inmersa en un profundo dilema durante los últimos días, antes de reunir el coraje suficiente para contarle el mensaje. Jinwoo asintió con la cabeza como si la comprendiera y, a continuación, sacó su teléfono móvil. “Te daré mi número de teléfono. Si recuerdas algo más, ¿puedes llamarme de inmediato?” “Sí, me pondré en contacto de inmediato.” –respondió, asintiendo con la cabeza. Jinwoo sintió que su rostro estaba mucho más animado.
* * *
Japón envió de inmediato una petición de ayuda a la comunidad internacional. Ahora que habían perdido más de la mitad de sus cazadores de rango S, no era una mala opción. Sin embargo, la comunidad internacional no mostró ningún entusiasmo. Japón había ignorado de forma deliberada la peligrosa situación que se desarrollaba en la nación vecina, pero ahora que tenía un montón de brasas bajo los pies, clamaba con fervor por ayuda. Desgraciadamente, la comunidad internacional no lo había olvidado. Los japoneses quedaron desconcertados y decepcionados cuando se filtró que los Estados Unidos no iban a dejar que sus cazadores de rango S salieran del país, o cuando China, la nación con los cazadores más poderosos de Asia, los abandonó a su suerte.

Estados Unidos abandona a Japón.

¿Se quedará China observando la destrucción de Japón?

Ya hace dos días de la aparición de la puerta de Tokio.
El tiempo que queda es…

¿Qué hará Corea?
Los ojos del mundo comenzaron a centrarse en Japón y multitud de artículos sensacionalistas se publicaban todos los días. Pero entonces, un único cazador se ofreció para salvar a Japón, en medio de la desesperación y el miedo de su población. Era Yuri Orlov. Como cazador de rango S de nacionalidad rusa, se invitó a los funcionarios japoneses a una negociación. Así, el presidente de la Asociación de Cazadores Japoneses, Matsumoto Shigeo, abordó inmediatamente un avión para volar hacia Rusia. Yuri Orlov ni siquiera se molestó en ir a saludar a los representantes japoneses al aeropuerto y se limitó a recibirlos en una sala de su palacio. “Mi nombre es Matsumoto Shigeo.” “Soy Yuri. Como todos sabéis, el mejor cazador de apoyo del mundo.” – contestó un hombre de mediana edad con rasgos caucásicos y de pelo rubio, con arrogancia. Después de esa breve introducción, los dos hombres se sentaron, cara a cara y Yuri se hizo cargo de los informes relacionados con la puerta que habían sido solicitados previamente al equipo japonés. Comenzó a examinarlos meticulosamente. Aunque no sabía cuánto tiempo había estado leyendo, cuando acabó, se estiró y abrió la boca. “10 mil millones por día. Mientras me pagues puntual seguiré bloqueando la puerta todo el tiempo que quieras.” ¿Diez mil millones por día? Los representantes japoneses casi saltaron al escuchar una cifra tan increíble, pero Matsumoto Shigeo permaneció en silencio e hizo un gesto para que todos se calmaran. Los cazadores japoneses dejaron de quejarse y volvieron a sus asientos. “Parece que puedo mantener una conversación civilizada contigo.” – añadió Yuri mientras mostraba una sonrisa con sus dientes chapados en oro. “3 650 000 000 000 de Won al año. Con ese dinero puedes salvar a tu país. Es más, te lo dejo por 3 600 000 000 000, ¿qué te parece? ¿Comprarías la seguridad de tu país por tan solo 10 mil millones al día o lo abandonaras por dinero?” Oficialmente se suponía que la riqueza del hombre más rico del mundo rondaba los 100 mil millones de dólares. Por lo tanto 3 600 000 000 000 Wons por año, aunque no era una suma pequeña, tampoco era tan exagerada. ‘Comparado con Japón es una cantidad insignificante de dinero.’ – pensó. Matsumoto había tomado una decisión. – “Puedo pagarte.” “Muy bien. Entonces, firmemos de inmediato y haz el pago inicial.” “Pero antes de eso…” Yuri, que se había girado para hacerle una seña a un subordinado para que trajera el contrato, volvió a mirar a Matsumoto. “¿……?” “Al menos, ¿puedes mostrarme tus habilidades una vez?” – dijo Matsumoto con cortesía, a pesar de estar en frente de una mirada descarada. Cuando Yuri escuchó la traducción del interprete, comenzó a reírse mientras se agarraba la barriga. “¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja…!” Se rio durante tanto tiempo que comenzaron a salirle lagrimas por los ojos. “¿Crees que estás en posición de exigir algo? ¿Crees que puedes hacer otra cosa que lamer mis botas y suplicar de rodillas?” – dijo, cuando se recobró lo suficiente como para hablar. Entonces, los dos cazadores de rango S encargados de proteger a Matsumoto durante el viaje a Rusia, se pusieron de pie, incapaces de soportar más insultos y cargaron hacía adelante. “¡Alto!” – gritó Matsumoto con rapidez, pero ya era demasiado tarde. Los ojos de los dos cazadores de rango S ardían de rabia y no retrocedieron. Sin embargo… ¡Bang! ¡Baaaaaang! Los cazadores de rango S intentaron moverse, pero, como si estuvieran atrapados detrás de una pared invisible, quedaron atrapados. Lo único que podían hacer era intercambiar sus miradas, eran como dos ratas atrapadas dentro de una botella de vidrio. Yuri volvió a reírse mientras miraba a los dos hombres. “Intenta salir si puedes, sino no podrás dar ni un solo paso sin mi permiso.” La habilidad de colocar barreras de Yuri Orlov. No solo los dos cazadores de rango S atrapados, incluso Matsumoto estaba asombrado de su poder. “Por el precio de diez mil millones de Won al día, bloquearé una puerta de rango S y añadiré la vida de estos dos imbéciles. ¿Qué tal? ¿No es un buen trato?” – dijo Yuri, mientras las comisuras de sus labios se arqueaban para volver a hacer su oferta. Sus dientes reflejaban la luz de la sala y brillaban por el oro. Acababa de demostrar que el poder de su barrera era capaz de atar fácilmente a dos cazadores de rango S. ‘Entonces la puerta de rango S…’ El rostro de Matsumoto puso una sonrisa por primera vez desde que había llegado a Rusia. “¿Puedo usar el teléfono?” “Por supuesto.” Al día siguiente, el nombre de Yuri Orlov estaba en las noticias de todo el mundo.