Volumen 4 Capítulo 107
Comandante I
Traducido por Zura
Corregido por Tars
Editado por AMarauder
Corregido por Tars
Editado por AMarauder
El equipo que llegó después del equipo de la Luna Azul y del de Desir fue el Equipo del Dragón Rojo, dirigido por Ladoria.
Ladoria se veía tensa. Era como si se hubiera dado cuenta cuan mala era la situación. El equipo del Dragón Rojo todavía estaba compuesto por cinco miembros, pero la situación se había vuelto tan venenosa que continuar con el ataque a la mazmorra era demasiado arriesgado.
Después de la aparición del equipo del Dragón Rojo, el resto de equipos comenzaron a entrar en la sala. En pocos minutos, la sala vacía se había llenado de gente y el nivel de ruido aumentó de forma significativa, cuando todos comenzaron a hablar.
Desir encendió su tableta de comunicación y revisó la clasificación.
Lo primero que notó es que uno de los equipos de la clase Alfa había sido eliminado.
‘Los seis miembros han sido eliminados. No fueron expulsados.’
Los seis miembros del equipo habían sido aniquilados.
Incluyendo las víctimas del equipo de la Luna azul, el número de muertos ascendía a nueve. La expresión de Desir se enfrió.
‘No puedo permitir que aumente el número de víctimas.’
Toc
Toc
Ajest lo golpeó en el hombro.
“Desir, creo que todos los equipos que quedan en la competición ya han llegado.”
“Sí. Pienso lo mismo.” – contestó Desir.
Desir se despertó. Mientras miraba a su alrededor, pudo ver a decenas de personas. Afortunadamente, parecía que gracias a que compartió la información del mapa con una ruta segura, no hubo sacrificios en ningún otro equipo.
Todos estaban preguntando qué estaba pasando, pero al mismo tiempo se veían algo insatisfechos.
La razón era simple.
Era porque el equipo de Desir y el equipo de la Luna Azul habían llegado antes y estaban bloqueando la entrada al tercer piso.
Los que todavía no se habían dado cuenta de cuál era la situación no paraban de quejarse. Si Desir no hubiera compartido su mapa, ellos incluso podrían estar enfrentándose a la muerte en este momento.
“¿Cuánto tiempo nos van a tener aquí?”
“No entiendo de qué estás hablando.”
La paciencia de los equipos estaba llegando a su límite. Toda el área a su alrededor estaba llena de gente hablando. Era muy ruidoso.
“Por favor, ¿podrían escucharme?”
La voz de Desir era fuerte, pero fue rápidamente enterrada por una voz diferente. Alguien protesto contra él causando que todo el mundo gritara aún más fuerte. Las conversaciones de la gente seguían siendo constantes.
Desir suspiro y preparo un hechizo: Magia de amplificación de sonido. Pronto su voz resonó por toda la sala.
“Se han eliminado todas las protecciones de la mazmorra. Se ha eliminado las restricciones
para el dolor y, sobre todo, se la levantado el veto a la muerte. En otras palabras, este lugar no es diferente de un mundo de las sombras real. Si mueres aquí, morirás de verdad.”
“¡Quééééé…!”
Un estudiante que estaba gritando que no dijeran tonterías, vio las expresiones serias de Argeria y de Ladoria y se dio cuenta de que la historia era cierta.
La aparentemente implacable cacofonía de ruidos se detuvo repentinamente, y el lugar sé quedo tan silencioso que uno podía escuchar el sonido de una hormiga al caminar. Ahora que sabían que los acechaba la muerte, se vieron obligados a concentrarse en las palabras de Desir.
“A pesar de que ya ha pasado bastante tiempo desde que ocurrió la anomalía parece que no hay respuesta desde la Academia Hebrion. Creo que nuestra única esperanza es avanzar y completar la mazmorra. Sin embargo, si todos los equipos van a estar compitiendo unos contra otros como hasta ahora, el número de muertes solo aumentará.”
“¿Entonces que estás proponiendo?” – dijo alguien.
“Propongo unir los grupos para evitar más sacrificios.” – respondió Desir, como si ya estuviera esperando esa pregunta.
Una vez más el alboroto comenzó a extenderse. La sugerencia era razonable y les permitiría incrementar sus posibilidades de sobrevivir, pero…
“¡Mierda!” – dijo Welka con una expresión enojada, mientras fruncía el ceño.
Era uno de los mejores clasificados de tercer año y se encontraba entre los alumnos con un solo dígito de la clasificación.
“Chicos, ¿vais a aceptar la mierda de un plebeyo?” – gritó mientras señalaba a Desir con el dedo. – “Colaborar con un plebeyo, ¿crees que tiene sentido? ¿Por qué íbamos a cooperar con una basura como tú? ¡Cómo te atreves a tener una idea tan desagradable!”
De repente, Welka estrechó sus ojos.
“¿Este es tu plan? ¿Crees que un plebeyo puede estar a la par con un noble solo porque nos diste un mapa? Me gusta la idea de estar unidos, pero nunca cooperaremos contigo.”
“Ja.” – dijo Desir, sonriendo. – “Eres gracioso. ¿Crees que podrías haber llegado tan lejos sin mi mapa?”
“E… ¡Eso…!”
“Por favor Welka, simplemente vas a abonarlos a todos tan pronto como las cosas estén a tu favor. ¿Es eso lo que te refieres como nobleza?”
“¡……!”
Otros estudiantes de la academia Alfa que se habían quedado callados escuchando hasta este momento, comenzaron a hablar.
“Pudimos llegar de manera segura hasta aquí gracias a la información de su mapa.”
“Aunque sea verdad, ¿realmente sugieres que trabajemos con un grupo de plebeyos…?” – respondió rápidamente Welka, con furia.
Romántica, al escuchar la conversación, estaba a punto de estallar.
“¿No entiende cual es la situación en este momento?”
“Todos los nobles que conocí son así. Siempre actúan de esa forma. Su orgullo y honor son más importantes que cualquier otra cosa.” – respondió Pretzel a su lado. Se había sentido aterrorizada por la situación.
Pram miró de un lado a otro de la caverna.
“Vale, admito que normalmente son así. Sin embargo, no todos son iguales.” – añadió Pram, mientras miraba hacia una mujer que estaba sentada en una esquina.
Ladoria von Doriche.
La líder del equipo del Dragón Rojo.
Era una dama de la familia real, pero nunca había expresado su odio hacia los plebeyos. Más bien, hasta le había pedido un autógrafo a Desir.
Los ojos se concentraron en Ladoria, pero ella no dijo nada y se limitó a quedarse mirando a Welka. No importaba cuán amistosa fuera con los plebeyos, su posición no le permitía defenderlos en público.
Sin embargo, por la mirada que le estaba dando Ladoria a Welka, todos pudieron sentir una extraña atmósfera emanando de ella.
*Gulp*
Welka tragó saliva.
Ladoria era la líder del equipo del Dragón Rojo, uno de los grupos representativos de la Academia Hebrion, a pesar de estar en segundo año. Sus habilidades no solo eran comparables a las de los mejores clasificados de tercer año, sino que también poseía el poder de la familia Doriche.
Sintiendo la presión, Welka perdió el impulso que mostró desde el principio.
La atmosfera de la sala cambió repentinamente a favor de la propuesta de Desir. También ayudó que hubiera compartido su mapa y que todos reconociesen sus habilidades. Ahora que se había llegado a esa situación, Welka no tuvo más remedio que apoyar la opinión de la mayoría.
“Bueno… Estoy de acuerdo con tu propuesta.”
Así se creó una coalición entre los equipos. Solo quedaba decidir quién comandaría la coalición.
“……”
Nadie se atrevió a levantar la mano.
Además de encontrarse en una situación en la que su vida estaba en juego, tendría que liderar un grupo de decenas de personas para completar un mundo de las sombras. No era una responsabilidad que pudiera tomarse a la ligera.
‘Sería sencillo si pudiera dirigir el escuadrón…’
Desir poseía experiencia tras comandar fuerzas mágicas en múltiples ocasiones durante su vida anterior.
La situación era muy divertida. Siendo honestos, atravesar el tercer o cuarto piso de la mazmorra con este nivel de tropas era un juego de niños.
‘’
Su experiencia como veterano en los Mundos de las Sombras le daban esa confianza, pero no podía presentarse como voluntario en esta situación.
La insatisfacción de los nobles ya había alcanzado su punto máximo con solo aceptar unirse a la coalición de Desir, que tenía plebeyos. Aceptar a uno como su líder nunca ocurriría.
Sin saber la causa de la anomalía, sería imposible saber qué ocurriría en el futuro y, con tal disyuntiva, crear más disputas solo serviría para incrementar el número de muertos. Por eso, Desir decidió limitarse a observar cómo se desarrolla la situación.
Y después de un breve momento de silencio, alguien abrió la boca.
“¿No debería ser Argeria la mejor opción…?”
Ante la mención de su nombre, todos los ojos se volvieron hacia Argeria. Era el mejor clasificado de tercer año y era elogiado como el espadachín más fuerte de la Academia Hebrion. Había participado en varias incursiones a los Mundos de las Sombras y poseía experiencia liderando grandes números de tropas.
“Puedo lideraros.” – dijo Argeria, tras levantar la cabeza y mirar a los estudiantes. Luego, miró a Desir por un instante antes de volverse hacia los demás. – “Pero no tomaré el mando. Si tengo que elegir a la mejor persona para ese trabajo, creo que debería ser Desir Arman.”
“Es… ¡Espera! Señor Argeria, ¿de qué estás hablando?”
“Estoy hablando en serio. Quiero decir, creo que es mejor que Desir asuma el mando para superar la situación actual.” – contestó Argeria sin cambiar de expresión.
“¿Quieres decir que es mejor que tú?”
Argeria asintió como respuesta.
“Sí, Desir es mucho más capaz que yo. Lideró un grupo con menor fuerza de combate que el mío para enfrentarse a un enemigo mucho más poderoso y venció. Incluso recibí su ayuda. Como comandante, no tengo más remedio que admitir que es más capaz que yo.”
“Es ridículo. ¿Crees que el resto de equipos va a estar de acuerdo con esa idea?” – gritó Welka al escuchar sus palabras. A pesar de que ya se había calmado volvía a estar furioso.
“Si no estás satisfecho, puedes formar tu propio escuadrón. Discutir más este asunto es inútil, pero déjame decirte una cosa.” – dijo Argeria. Luego, hizo una breve pausa, antes de continuar. – “Ten en cuenta que tu vida dependerá de las decisiones que tomes a partir de este momento.”
Al ver que la discusión se desarrollaba hacia una situación absurda, Welko se acercó a Kelt y le sacudió el hombro.
“¡Kelt! ¿Qué estás haciendo? ¿Tienes idea de lo que está tratando de hacer el líder de tu equipo? ¡Quiere que un plebeyo lidere a los nobles! ¡Haz algo! ¡Es obvio cómo reaccionará el profesor Pugman!”
Welka estaba al tanto de la posición del profesor Pugman y de lo que pensaba, por lo que confiaba en que estaría en desacuerdo con Argeria. Además, como hijo de un duque, pensaba que Kelt sería capaz de persuadirlo.
Pero la respuesta de Kelt no fue la que esperaba.
“Creo… Que es una sabia elección.”
“¿Qué? ¡Espera!”
Argeria se volvió hacia Desir.
“Argeria, líder del equipo de la Luna Azul, entrega el liderazgo del equipo a Desir.”
El equipo de la Luna Azul, el que se decía que era el más poderoso de la Academia, reconoció a Desir como su comandante.