miércoles, 14 de julio de 2021

SYN Capítulo 140

Volumen 13 Capítulo 9
Trampa
Traducido por Zura y Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder

“Surgir.” Tan pronto como se pronunciaron esas palabras… ¡IAaaaack! …Todos los monstruos con forma de insecto que acababan de ser despedazados se alzaron como soldados sombra. En el pasado, Jinwoo solía resucitar a las bestias muertas en batalla para usarlas como soldados, pero estas nuevas adiciones estaban en una escala completamente diferente. Antiguamente, el Sistema suprimía los poderes del Soberano de las Sombras y hacía que los soldados sombra que podía crear tuvieran habilidades inferiores, pero ahora que estaba libre de su influencia podía alzar soldados sombra con plenos poderes. ¡Iaaack…! Un humo negro se elevó de los cuerpos de los soldados sombra, haciendo que fueran mucho más poderosos que antes de morir. Resultaba obvio que cuanto más poderoso fuera el monstruo, más poderosa sería la sombra extraída de su cadáver. Ahora, el poderoso ejército que estaba destruyendo el mundo se estrangularía a sí mismo. Jinwoo dio la primera orden a sus nuevos reclutas, que rebosaban espíritu de combate. “Sentíos libres de ir a donde queráis.” “¡Kiiiiiiiieeeeeeehk…!” Los soldados sombra con forma de insecto se abalanzaron enloquecidos hacia las hordas de enemigos. Jinwoo también corrió con ellos. En un instante, adelantó rápidamente a los soldados sombra con forma de insectos y cargó en medio de un grupo de desafortunados orcos que iba en la vanguardia. ¡Blaaaaaaaam! Los desconcertados orcos, junto a los ogros que se mezclaban entre ellos, balancearon sus armas hacia todos lados, pero la posibilidad de acertar era nula. Jinwoo evadía cada uno de los ataques que venían de todas direcciones con suma facilidad antes de blandir sus dagas y barrer a todos los desdichados orcos sin piedad, como si estuvieran en medio de un torbellino. Cada vez que bajaba una daga, el aura negra que se extendía desde la hoja aplastaba a los orcos, como si estuviera pisoteando malas hierbas. En pocas palabras, una verdadera tormenta. Su número disminuía a mayor velocidad de lo que salían los gritos de sus bocas. Fue entonces cuando una larga sombra apareció sobre la cabeza de Jinwoo, haciendo que elevara la mirada. Guooo… Un gigante tan enorme, que el simple hecho de elevar los ojos para mirarlo a la cara hacía que te doliera el cuello, levantaba un gigantesco pilar de piedra. Se trataba de un gigante cuya boca estaba cubierta por las manchas de sangre de todos los humanos que había devorado. Jinwoo frunció el ceño. Antes de que esa criatura pudiera golpearlo con su pilar de piedra, Jinwoo hizo su movimiento. En un abrir y cerrar de ojos, llegó justo a la zona inferior de la entrepierna del gigante y balanceó la Ira de Kamish con todas sus fuerzas con un agarre invertido. ¡Raaaaaaaaaas! El aura negra que salió de la punta de la daga atravesó limpiamente el grueso tobillo del Gigante.
“¡Uaaaaaaa!”
Tras perder repentinamente uno de sus tobillos, el cuerpo del gigante se inclinó hacia un lado mientras gritaba alarmado y, tras varios manoteos, perdió el equilibrio. Su enorme cuerpo se inclinó hacia atrás y terminó estrellándose contra el suelo. ¡Baaaaaam…! Los numerosos monstruos situados detrás del gigante no pudieron escapar de su enorme cuerpo y murieron aplastados. Ahora era el turno de los Soldados Sombra. Mientras el gigante gritaba de dolor, los soldados sombra con forma de insecto treparon por su cuerpo. ¡Ñaaaaaaack! El gigante luchó desesperado por sacudírselos de su cuerpo, pero las sombras con forma de insecto llegaron a su rostro en un instante y comenzaron a devorarlo a toda velocidad.
“¡Uaaaaaaaah!”
No pasó mucho tiempo antes de que el gigante dejara de convulsionar. Sin embargo, este no era su final. “Surgir.” – ordenó una vez más. Cuando lo dijo… ¡Iaaaaack! Junto al cadáver del gigante cuyo rostro había sido devorado por los insectos, una sombra del mismo tamaño se elevó lentamente su cuerpo. Pero no fue el único, uno tras otro, aparecieron soldados sombra arrastrándose por debajo del cadáver. Los soldados sombra surgían de los cadáveres de los orcos, y ya estaban agarrando sus armas y mirando a sus antiguos camaradas. De repente, más de cien soldados de las fuerzas del Mundo del Caos habían sido absorbidos por el ejército de las sombras. ¡Baam! Cuando el soldado gigante se movió, los enemigos se estremecieron. Sin prestarles atención, el gigante se inclinó hacia adelante, estiró los dedos y agarró el pilar de piedra. Ahora se había convertido en el arma del soldado sombra gigante. Clack Pam Los trozos de tierra que habían quedado adheridos al pilar cayeron al suelo. El gigante se estaba preparando para balancear su arma, como si fuera el mayor arrepentimiento de su vida no poder golpear con el pilar justo antes de morir. En ese momento los soldados del Mundo del Caos se dieron cuenta contra qué clase de enemigo estaban luchando. Tac… Tac… Ellos, que disfrutaban de la Guerra, se asustaron y comenzaron a retroceder. El miedo que sentían viajó a través del campo de batalla y se transmitió a la perfección a Jinwoo. “¿De qué estáis asustados?” El contraataque acababa de comenzar. Todavía era demasiado pronto para sentir miedo. Un brillo espeluznante apareció en los ojos de Jinwoo. ¡Brooom! El enorme pilar de piedra usado por el gigante barrió el suelo con todas sus fuerzas, haciendo que el enemigo saliera volando como si fueran pequeños juguetes. ¡Craaaaaaaaaaaaash!
* * *
Inmediatamente después de que Jinwoo hiciera su entrada en el campo de batalla, el Monarca de los Dragones, que nunca había bajado la guardia, sintió la presencia del Soberano de las Sombras.
Al Este.
En el extremo oriental del gigantesco ejército que se extendía a su alrededor, en la parte más alejada, había aparecido el Soberano de las Sombras. Un poco más tarde, los Dragones Antiguos y el resto de Soberanos también sintieron los movimientos del Soberano de las Sombras. El Rey de los Espectros Demoniacos, el Soberano de la Transfiguración , se dirigió al Emperador Dragón.
“Debemos concentrar todas nuestras fuerzas y…”
Pero el Monarca levantó la mano e interrumpió sus palabras. Sus subordinados tenían expresiones de perplejidad. El que había estado más ansioso esperando la llegada del Soberano de la Sombras era el Soberano de la Perdición. Entonces, ¿por qué decidía no hacer ningún movimiento ahora que su esperado enemigo finalmente mostraba la intención de entrar en combate? Precisamente en ese momento, las fuerzas del Mundo del Caos debían estar transformándose rápidamente en parte del ejército de las Sombras. El Soberano de la Transfiguración, que ahora tenía la apariencia de un hombre pequeño de mediana edad, volvió a abrir la boca preocupado por la situación, pero antes de que pudiera decir nada el Monarca de los Dragones habló primero.
“El Ejército de las Sombras… ¿Dónde está el ejercito de los muertos?”
Aunque estaban separados por una increíble distancia, el Monarca de los Dragones no perdía de vista el hecho crucial de que los leales soldados del Soberano de las Sombras no estaban dentro de su Sombra.
“¿No puede ser…?”
El Monarca de los Fantasmas cerró rápidamente sus ojos. De repente, en el extremo oriental del campo de batalla, en el lugar donde el Soberano de las Sombras estaba luchando, apareció un enorme ojo fantasma. El ojo mágico escaneó todo el campo de batalla.
“¡……!”
Era tal como había dicho el Monarca de los Dragones. El Soberano de las Sombras deambulaba libremente por el campo de batalla, creando una tormenta a su alrededor, pero no se podía observar la presencia de la Legión que debería estar oculta dentro de su sombra. El Soberano de la Transfiguración abrió sus ojos y miro al Soberano de la Perdición. Sus ojos eran una mezcla de ira y duda.
“¿Por qué…?”
¿En qué estaba pensando el Soberano de las Sombras para poner un pie en el campo de batalla sin un ejército que lo protegiera? Parecía el momento ideal para deshacerse de él. Sin embargo, no podían movilizar a todo el ejército a ciegas sin siquiera tratar de adivinar las intenciones del enemigo. De hecho, quizás ese era el verdadero propósito del enemigo. Como si su visión estuviera oscurecida por un manto de niebla, la ansiedad se apoderó del Monarca de los Dragones.
“Mi Soberano…” – dijo uno de los Dragones Antiguos preocupado por su Señor.
Cuando el Monarca abrió los ojos, los Dragones Antiguos inclinaron la cabeza, los había silenciado con nada más que una pura intención asesina. A continuación volvió a mirar hacia el Este, hacia donde Jinwoo estaba desatando una masacre en el campo de batalla. El número de soldados del Mundo del Caos estaba disminuyendo rápidamente. Y al mismo tiempo, el número de Soldados Sombra no dejaba de aumentar. Tenía que tomar una decisión. Lo antes posible. Desafortunadamente, ahora que la guerra se desarrollaba en una dirección completamente diferente de lo esperado debido a un movimiento impredecible, el Monarca de los Dragones no podía tomar una decisión. El ceño del Monarca se arrugó.
Soberano de las Sombras… ¿Qué estás planeando?
* * *
En algún momento, Jinwoo dejó de prestar atención a la cantidad de enemigos que estaba destrozando. Había demasiados. El número de aliados también estaba aumentando rápidamente, pero había tantos enemigos que su cantidad seguía siendo insignificante. “Fuu…” Después de soltar un profundo suspiro, Jinwoo se dejó llevar en lugar de pensar en sus movimientos. Se convirtió en una máquina de matar, realizando innumerables movimientos que trascendían los límites de su cuerpo. Con cada golpe, cientos de monstruos eran destrozados. “¡Surgir!” Cientos de nuevos Soldados Sombra se unían a su ejército tras esa palabra. Como un enorme maremoto que lo envuelve todo, el campo de batalla comenzó a teñirse de negro. Cada vez que Jinwoo se movía, una nueva ola negra se elevaba desde el suelo. “¡Aaaaaaaah…!” Un enorme estallido de maná salió de la boca de Jinwoo y dejó inconscientes a todos los monstruos que se encontraban frente a él. Sus tímpanos estallaron, haciendo que la sangre fluyera desde sus oídos mientras gemían de dolor y perdían el conocimiento. Los soldados sombra se abalanzaron sobre ellos. Los gritos de los monstruos cubrieron el campo de batalla. Sin saber cuánto tiempo llevaba en el campo de batalla, Jinwoo finalmente detectó la presencia de unos seres completamente diferente a los soldados del Mundo del Caos con los que se había enfrentado hasta ahora. Elevando su mirada, cientos de dracos cubrían el cielo llevando sobre sus espaldas dragones con forma humanoide. ‘¿La legión del Soberano de la Perdición ha comenzado a moverse?’ Sin embargo, no se podía sentir la presencia de su Soberano por ninguna parte. Pero no era el momento para sentirse decepcionado, todavía quedaba mucho tiempo. Si todavía seguía dudando, solo había que darle una razón para moverse. ¡Iaaack! Cuando el draconiano que volaba en la vanguardia soltó un fuerte chillido, los dracos cambiaron de rumbo en el cielo y se abalanzaron sobre Jinwoo. En ese momento, su mirada se llenó de determinación. Si el Monarca de los Dragones necesitaba un motivo para moverse, le daría uno con su poder abrumador. Un poder que esos subordinados insignificantes no podría manejar. Jinwoo extendió sus manos hacia los dracos que se dirigían hacia él. “¡Autoridad del Soberano!” Como si hubiera agarrado el cielo, apretó los puños y tiró de algo invisible hacia abajo. El maná de la atmósfera cumplió la voluntad del Soberano de las Sombras y cientos de dracos, que se agrupaban como un enjambre de abejas, fueron agarrados por unas manos invisibles y se estrellaron contra el suelo. ¡Braaaaaaaaaam! Fue todo un espectáculo. El suelo tembló violentamente por la increíble cantidad de dracos que cayeron del cielo. Era una cantidad absurda de poder. El mismo Jinwoo fue incapaz de ocultar su sorpresa por el poder de una habilidad del Soberano de las Sombras sin restringir. Desafortunadamente, no tenía tiempo para disfrutar del espectáculo. Apareció un dragón que estaba escondido detrás de los dracos, y en su mandíbula se estaba reuniendo una gran cantidad de energía. “¡……!” Y como esperaba, un aliento compuestos de horribles llamas descendió desde el cielo.
“¡Kuwaaaaaaah!”
Tras haber soltado su aliento, el dragón volvió a elevarse hacia el cielo. No podía detectar la presencia del enemigo.
¿El humano se ha derretido con el calor de mi aliento?
El dragón, pensado que ya había ascendido hasta una posición segura, miró hacia el suelo para comprobar si el Soberano de las Sombras seguía con vida. Las furiosas llamas disminuyeron y el humo se disipó. No se podía ver ningún rastro del Soberano de las Sombras.
¿Dónde está?
Fue entonces cuando sintió una presencia por encima de su cabeza. Un escalofrío recorrió su columna, pero ya era demasiado tarde.
“¡Bastardo!”
Pero antes de que el dragón pudiera ni siquiera elevar la cabeza, Jinwoo, que se encontraba de pie sobre ella, lo apuñaló con la Ira de Kamish. ¡Craaash! Una afilada aura negra salió desde la punta de la daga y atravesó limpiamente la cabeza del dragón para salir por debajo de su barbilla. Como era de esperar, el dragón perdió la capacidad de respirar, dejó de mover sus alas y se precipitó hacia abajo. El suelo se acercó rápidamente y colisionó contra el dragón. ¡Booom! Jinwoo saltó de la cabeza del dragón caído y caminó hacia los enemigos sin molestarse en mirar atrás. “Surgir.” Así, el dragón y cientos de dracos se elevaron lentamente a sus espaldas.
* * *
El Emperador Dragón lo sintió. Su ejército incomparable al del resto de Monarcas. Una parte de la Legión de la Perdición había caído ante el Soberano de las Sombras. Sin importar lo que hubiera planeado, ahora la situación había alcanzado un nivel en la que ya no podía quedarse de brazos cruzados. Tenía que evitar que su Legión fuera devorada por el Soberano de las Sombras.
“Vamos a deshacernos de él.” – ordenó a los Dragones Antiguos que estaban esperando la oportunidad para participar en la guerra. – “Que todos me sigan.”
Y por si acaso, le dio otra orden al Soberano de la Transfiguración.
“Quédate aquí y prepárate para un ataque sorpresa de la Legión de las Sombras.” “Considéralo hecho.”
Cientos de Puertas conectadas al campo de batalla oriental aparecieron frente al Soberano de la Perdición y los Dragones Antiguos. ‘No escapará.’ Con ese pensamiento en su mente, el Monarca entró en la puerta con los ojos llenos de ira. Los Dragones Antiguos fueron detrás. La Legión de la Perdición, que había estado quieta sin hacer nada, comenzaba a moverse tras la provocación del Soberano de las Sombras.
* * *
A diferencia del Este, donde estaban chocando feroces vórtices de poder, el silencio en el flanco occidental estaba llegando a su fin. La última línea de defensa que había desplegado el ejército estadounidense estaba siendo destrozada trágicamente por los colmillos y las zarpas de los monstruos. Esos soldados habían depositado todas sus esperanzas en las armas usadas por los Cazadores. Pero, desafortunadamente, no había manera de que personas normales pudieran manipular correctamente esas armas creadas para las incursiones. Así, el ejército americano fue aplastado rápidamente. “Aaaaanh, ¡aaaaaaaah!” La punta de lanza del flanco occidental había sido otorgada a los agiles y sensibles insectos. Tic, tic, tic… Los monstruos con forma de insecto se acercaron a los soldados. ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! Las criaturas ignoraron por complete el mar de balas que impactaban contra ellas y se abalanzaron hacia los humanos. “¡Guaaa !” Los supervivientes retrocedían mientras abrían fuego, pero todo fue en vano. Sin embargo, era aún más inimaginable que empuñasen un arma para luchar contra esos monstruos con forma de insecto. Pero estaban entre la espada y la pared.
“Ieeeeck.”
Los insectos que terminaban de comerse a sus compañeros, volvían la cabeza hacia su próxima presa. Ahora era turno de los supervivientes. La expresión del comandante del pelotón se endureció mientras miraba a los soldados que estaban a su cargo. Todos asintieron. Se habían estado preparando para esto desde el momento en que supieron que eran movilizados con el fin de poder ganar tiempo para que los civiles pudieran escapar. El comandante sacó una granada. Aunque esas pequeñas armas de fuego modernas no podían eliminar enemigos, podía evitar que se convirtieran en sus presas. Al instante, retiró el seguro. Sintiendo que la atmósfera era inusual, los insectos chillaron y se abalanzaron enloquecidos hacia el comandante del pelotón.
“¡Iaaaaaaack…!”
Sus ojos se abrieron como platos cuando vio que los insectos se acercaban. Y todo pasó en un instante. En el momento en que los insectos abrieron sus afiladas mandíbulas a un palmo de su nariz, alguien agarró la granada que tenía en sus manos y la sostuvo mientras bloqueaba el ataque de los monstruos a su espalda. El comandante solo pudo mirar inexpresivo al hombre le sacaba dos cabezas de altura y que se encontraba bloqueando su visión. “Tho… ¿Thomas André?” Con el ceño fruncido, Thomas se volvió hacia los insectos y empujó la granada que sostenía en una de sus bocas. Aunque el impacto de la granada no le haría ningún daño, estaba seguro de que el insecto se sorprendería al sentir algo extraño en su estómago. Las comisuras de su boca se elevaron mientras pensaba en esa divertida escena. Mientras tanto, balanceó su gigantesco puño y aplastó con facilidad la cabeza del insecto. ¡Baaam! El insecto sin cabeza salió volando y se estrelló en algún lugar distante. “Rayos… ¿No se ha sorprendido por eso?” Mientras se rascaba la nuca, varios cazadores de alto rango se precipitaron hacia adelante para pelear contra los insectos.
“¡Iaaaaaaack…!” “¡Iaaack…!”
Los chillidos de dolor de los insectos resonaron por el campo de batalla. Los soldados supervivientes reconocieron quién había acudido en su ayuda y sonrieron de alegría. “Ca… ¡Carroñeros!” “¡Es el gremio Carroñeros!” “¡Ah! Gracias a Dios, ¡gracias!” Como gremio integrado por excelentes cazadores, la situación se controló a la perfección. Sin embargo, no había tiempo para descansar, ya que otra oleada de monstruos enloquecidos se acercaba rápidamente. La aguda mirada de Thomas observó a los monstruos que se acercaban: orcos, ogros, trolls, minotauros, cíclopes… Daba igual cuantos fueran, todos eran monstruos que se veían a menudo en una mazmorra y no significaban nada para él. ‘Excepto…’ Entre ese grupo de monstruos insignificantes se escondía una presencia absurdamente poderosa. Al igual que los monstruos no podían moverse en presencia de Thomas, éste tampoco podía hacerlo por su presencia. Poco a poco, la criatura se separó lentamente de la horda, como si ya hubiera terminado de evaluar la situación.
“Eres el humano de aquella vez. El débil recipiente de los Gobernantes que casi fue aplastado por el Soberano de los Colmillos de Bestia.”
El Monarca de los Humanoides formó una sonrisa siniestra. A diferencia del Monarca de las Bestias, que poseía los poderes de un depredador y estaba especializado en la caza, él estaba acostumbrado a pelear en combate cuerpo a cuerpo utilizando un cuerpo que dominaba sobre todos los seres con forma humanoide, como los orcos y los ogros. Por eso, encontraba ridículo que un humano con esa fuerza pudiera confiar en su poder. El Monarca de los Humanoides, el Soberano del Cuerpo de Hierro, comenzó a desatar su inmensa reserva de maná. Presionó a su enemigo solo con su aura, mientras tenía una expresión confiada, como si quiera hacerle saber que podía arrancarle el cuello en un instante. Pero entonces…
“¿……?”
A diferencia de los cazadores que tenía detrás, cuyas caras se habían vuelto pálidas, el recipiente del Gobernante no perdía la compostura. El Soberano comenzó a preguntarse si ese humano tenía algún plan. “Bueno… ¿No basta con esto?” – murmuró Thomas para sí mismo. La oscuridad comenzó a extenderse bajo sus pies y cubrió instantáneamente todo el suelo. Las cejas del Soberano temblaron.
¿Sombra…?
Esa era la habilidad del Soberano de las Sombras. Pero si estaba aquí, no habría forma de que no se hubiera dado cuenta de la fuente de ese poder. En ese momento, una voz familiar sonó detrás de Thomas.
“Ha pasado mucho tiempo, Monarca de los Humanoides.”
La voz del Comandante General Belion le saludaba con un tono tanto cordial como amenazador. Y justo detrás suyo, ciento treinta mil soldados sombra que habían estado esperando en silencio en la sombra de Thomas, se elevaron al mismo tiempo.