miércoles, 28 de febrero de 2018

Volumen 7 - Capítulo 2

Volumen 7 Capítulo 2
La Legión de los no-muertos
Traducido por DaniR
Corregido y editado por AMarauder



“El humo rojo oscurece el sol carmesí. ¡Chwiik! La tierra sucumbe en la oscuridad, hasta los pájaros han dejado de cantar. ¡Chwichwik!”
Weed se situaba tras unas rocas cercanas y murmuraba para sus adentros. Como su gesta iba a aparecer en el Salón de la Fama cuando completara su misión, Weed tenía que adoptar poses acordes para algo de tal envergadura. A sus pies se encontraban un millón de orcos y ciento treinta mil elfos oscuros.
Sinceramente, Weed todavía se sentía incómodo rodeado por ese millón de orcos. A su alrededor había una atmósfera inquietante, lo que hizo que se estremeciera.
Los orcos se organizaban en regimientos de entre treinta y cincuenta mil miembros. Los regimientos orcos se extendían por el campo de batalla hasta donde abarcaba la vista. Era imposible contemplar toda la horda. Había más orcos que árboles en una montaña. Los elfos de piel oscura se reunían en un grupo enorme. Cualquier humano normal se habría encogido de miedo, ya que todas las montañas estaban, literalmente, atestadas de monstruos. Alrededor de toda la cordillera, la línea de defensa de los orcos y de los elfos oscuros iba desde la base de la muralla hasta su parte más alta.
Los humanos que habitaban las aldeas de las Llanuras de la Desesperación se habían reunido para la batalla. Los sacerdotes de Freya y los soldados del Reino de Rosenheim se encontraban juntos en la misma zona.
Teniendo a tantos monstruos bajo su mando, Weed estaba estático. Estaba tan excitado que empezó a cantar subido en lo más alto de una roca:
“¡Muere, Legión de no-muertos, muere! ¡Chwichwik! ¡Chwiik! ¿Quién ganará? ¡Voy a ganar! Queridos no-muertos… ¡Dadme experiencia y objetos! ¡Venid ya, no-muertos! ¡Daos prisa y apareced!”
¡Su tono era como el de un sordo! ¡Cuando Weed cantaba, no había rimas, ni ritmo, ni nada que fuera ni medianamente atractivo! La canción de Weed solo provocaba angustia entre los orcos y los elfos oscuros.
“¡Que alguien pare esa canción!”
“¡Oh, ni para un orco…! ¡Esa canción apesta! ¡Chwiik!”
“Trae desgracia, humillaciones y desesperación para nuestra lucha. ¡Chwichwik!”
A medida que Weed cantaba con más potencia y felicidad, los orcos se molestaban más y más. De repente…
¡¡BRUMMMM!!
El suelo bajo los pies de los humanos, elfos y guerreros orcos empezó a temblar tanto que les era imposible mantenerse en pie sin tambalearse. Al mismo tiempo, un humo de color rojo oscuro empezó a extenderse, cubriendo todo el campo de batalla.
Weed miró al Nigromante y este dijo:
“La Legión de no-muertos ha despertado de su profundo sueño. No podemos descansar hasta que concedamos el descanso eterno a todos esos muertos vivientes. Si somos incapaces de derrotar a los no-muertos, seremos sus esclavos por toda la eternidad.”
Finalmente, había comenzado. Terminando por fin su canción, fijó su mirada en la Legión de los no-muertos. Repentinamente, había aparecido una fosa a lo lejos de la que surgían esqueletos, necrófagos y zombis. El ejército de no-muertos iba apareciendo de forma continuada, avanzando en formación.
¡¡CLANG!! ¡¡CHASS!! ¡¡PLONG!!
Se escuchaban los golpeos regulares de las articulaciones de los esqueletos en movimiento; al mismo tiempo, un humo azulado salía de los cuerpos de los zombis. Estos zombis liberaban un veneno letal que era capaz de matar a un ser humano en cuestión de minutos a menos que se le suministrara un antídoto.
¡¡PUMM!! ¡¡PUMM!! ¡¡PUMM!!
Los generales necrófagos lideraban a los zombis y tenían unos tres metros de altura. ¡Los vampiros poseían uñas y dientes afilados, y unas capacidades físicas muy superiores a las del esqueleto no-muerto promedio!
“Sí… puedo olerlo. ¡Hay huesos con carne cerca!”
“Os vamos a convertir en no-muertos como nosotros.”
“Seamos amigos.”
Apareció un contingente de fantasmas abriéndose paso a través del agua de un lago cercano, uniéndose a las hordas de muertos vivientes. La Legión de no-muertos comenzó su avance sin dar muestras de debilidad. Los esqueletos avanzaban siguiendo una ruta precisa y, aun siendo más lentos, los zombis les seguían los pasos.
Whooooooosh
A medida que avanzaba la Legión de no-muertos, tanto los árboles como la hierba que los rodeaba se iban marchitando a su paso, debido al veneno que emanaban. En comparación, los elfos oscuros y los orcos no parecían nada organizados.
“¡Por fin han llegado los no-muertos! ¡Chwik! ¡Chwik!”
“Esos malditos bastardos. ¡Chwichwik!”
“¿Qué vamos a hacer ahora? ¡Chwik!”
“Huele mal. Nos hace daño, ya que nosotros los elfos oscuros tenemos los sentidos muy agudos.”
“Me deprime en lo más hondo que un elfo tan agraciado como yo se vea obligado a luchar contra esos cadáveres. La sola idea hace que me den ganas de salir corriendo en este mismo momento.”
Tanto los orcos como los elfos oscuros se encontraban confusos ante la aparición de la Legión de los no-muertos. La moral del ejército desaparecía al ver cómo las legiones de muertos vivientes salían de las entrañas de la tierra. La influencia y el miedo generado por la Legión de los no-muertos era extremadamente efectiva. A cualquier tipo de criatura viva le resultaba realmente difícil usar todas sus capacidades cuando luchaba contra la Legión de los no-muertos.
Debido a la diferencia, tanto de nivel como de poder, algunos de los soldados del Reino de Rosenheim eran especialmente vulnerables a la temible aura de los no-muertos. Incluso algunos habían enfermado de puro miedo.
“Quiero irme a casa.”
“Hay demasiados enemigos.”
“¿Cómo vamos a ganar contra un ejército tan enorme?”
Buren, Becker, Hosram y Dale, todos ellos convertidos en capitanes, intentaban llamar a la calma a sus soldados.
“Todo va bien. Este miedo solo va a durar un momento.”
“No te preocupes. En cuanto empiece la lucha, la sed de sangre te aliviara. No todos los días puedes hacer algo que vaya a tener impacto a tan gran escala.”
“Nos reuniremos de nuevo, incluso si morimos aquí.”
Los soldados iban cayendo cada vez más en la depresión, llegando alguno a estallar en lágrimas. Mapan estaba detrás de un asustado grupo de soldados del Reino de Rosenheim. Lo único que lo mantenía en el campo de batalla era el pensamiento de acaparar todos los botines de alto nivel, ¡el equipo de nivel elevado de los muertos vivientes!
“¡Así que esta es la Legión de los no-muertos!” – sentía cómo se le ponían de punta los pelos de la nuca. Mapan empezó a vacilar.
¡La enorme y voraz Legión de no-muertos marchaba hacia delante! Los zombis arrastraban los pies a un ritmo lento, mientras que las articulaciones de los esqueletos crujían a cada movimiento. Al ver a los esqueletos portando oxidadas espadas, Mapan fue uno de los primeros en sentir pavor.
¡Glup!
Mapan tenía la garganta tan seca que apenas era capaz de tragar.
‘Weed debe ser capaz de parar esto…’
Involuntariamente, Mapan miró hacia arriba. Allí se encontraba Weed, transformado en el orco Karichwi. La cara de Weed se veía completamente serena. Incluso enfrentándose a una situación tan amenazante, Weed mantenía la calma.
‘¿Habrá unos cien mil zombis, esqueletos y necrófagos?’
¡La vanguardia de la Legión de no-muertos!
Como no podía apreciar ninguna brecha en sus filas, Weed esperó pacientemente. No había que temer a los monstruos en sí mismos. Solo había que cogerlos y abatirlos. No obstante, Weed era el único que pensaba así. Tanto los orcos como los elfos oscuros estaban totalmente aterrorizados.
Cuando la mayoría de los esqueletos se encontraban casi en la muralla, Weed dio una orden:
“Gentuza asquerosa. ¡Chwiik! No se lavan. Hasta aquí llega un olor repugnante.”
“¿…?”
Curiosos, los orcos y los elfos oscuros escucharon el discurso de Weed:
“Si os alzáis como no-muertos, no podréis bañaros. Con el tiempo, perderéis el pelo. Seréis incapaces de comer. Os moriréis de hambre y vuestro estómago desaparecerá. Así que, ¡Luchad y aplastadlos!”
“¡Chwiik! ¡Chwiik!”
“¡Matad a los no-muertos!”
La moral de los elegantes elfos oscuros y los glotones orcos había sido restituida al momento tras escuchar las palabras de Weed. Enarbolando su alabarda, ¡lanzó el comienzo del ataque contra la Legión de los no-muertos!
Los orcos levantaron sus escudos y mostraron sus lanzas. Los elfos oscuros apuntaron con sus arcos a los esqueletos más cercanos tan pronto como vieron una brecha en su formación.
¡Comenzaba la batalla decisiva por la supervivencia!
Mapan estaba sorprendido. Con unas pocas palabras, Weed había conseguido recuperar la moral de los orcos y de los elfos oscuros, elevando asimismo su espíritu combativo.
‘Así que esto es lo que es capaz de hacer Weed…’
En realidad, no se trataba de algo tan increíble. Para Weed, tratar así a los orcos era lo mismo que tratar con los geomchis; había utilizado del mismo modo su particular apego por la comida.
Tanto los orcos como los elfos oscuros luchaban con ferocidad defendiendo una posición elevada. Los zombis y los esqueletos estaban obligados a escalar la muralla y tenían una posición claramente en desventaja. Hacían frente a los zombis y a los esqueletos desde terreno elevado, por lo que no pasaban dificultades. Varios orcos murieron por una combinación de ataques, pero fue por simple mala suerte.
Aun teniendo en cuenta que estos zombis y esqueletos eran más poderosos que los habituales, no causaban especial preocupación en el ejército de Weed. En cambio, el daño que infringían los necrófagos era muy considerable.
“M-Muerte, vida, renunciad. Seremos vuestros… a-amigos.”
De los necrófagos emanaba un veneno que destruía árboles y orcos por igual. Los orcos perdían una cantidad considerable de salud cada vez que eran alcanzados. Un orco normal no era rival para un necrófago.
Sin embargo, los guerreros orcos se lanzaron al unísono siguiendo las instrucciones de Weed, abrumando a su enemigo.
¡Se trataba de una cantidad terrible de orcos!
Teóricamente, la balanza debería inclinarse a su favor si ganaba los combates contra los zombis y los esqueletos. Aun teniendo en cuenta la cantidad de bajas, se trataría de una pérdida minúscula que podría ser ignorada.
La técnica especial de los necrófagos era consumir los cadáveres de los caídos para restaurar sus cuerpos incrementando su fuerza. Pero, debido a que la cantidad de orcos y elfos oscuros caídos en el campo de batalla era muy pequeña, no podían usar su habilidad de forma continuada.
Los soldados del Reino de Rosenheim se lanzaron al ataque con entusiasmo, uniéndose al resto de tropas. Weed perseguía a los zombis y a los esqueletos, ayudado por las bendiciones y los hechizos curativos de los sacerdotes. Cuando un necrófago se acercaba demasiado, los Caballeros avisaban a los soldados para asegurar su supervivencia.
“¡Buren, Becker, Hosram, Dale! Limpiad el resto de las líneas enemigas con vuestros soldados. Sacerdotes, centraos en curar a los soldados.”
Weed utilizaba a los soldados del Reino de Rosenheim para eliminar pequeños núcleos de resistencia. Con el apoyo de los Caballeros, los soldados se encargaban de los zombis y esqueletos rezagados.
Tras unas tres horas de combate, la Legión de no-muertos empezó a perder potencia y parecía debilitada. La batalla seguía su curso,  pero los orcos daban la victoria como algo cierto.
“¡Uwaa!”
“¡Excepcional! ¡La batalla entre la Legión de no-muertos y los orcos! Esta espera tan larga ha merecido la pena.” – Mapan animaba con entusiasmo.
Se trataba de una escena magnífica, y su vista era pura primera línea. Pero la actitud seria de Weed no había cambiado en absoluto durante toda la batalla.
‘Vuelvo a sentirlo. Cada vez que las cosas van demasiado bien, ¡algo se tuerce!’
Weed no paraba de dar órdenes continuamente. Tanto los orcos como los elfos oscuros que habían participado en la batalla querían descansar. Algunos de los orcos heridos de gravedad fueron llevados directamente donde Weed, al lugar que podía llamarse su cuartel general.
“[Primeros Auxilios]”
¡Paraaaaak!
Weed aplicaba vendajes como un loco. Antes de vendarlos firmemente, empleaba algunas hierbas medicinales en las heridas sangrantes de los orcos. Su técnica de [Primeros Auxilios] había alcanzado el rango Avanzado – 3. Detenía de forma casi mágica el sangrado de los orcos y restauraba parte de su salud. No era una habilidad que pudiera usar con heridas mortales, pero sí resultaba muy útil para gran cantidad de heridas habituales en un campo de batalla.
Weed conseguía experiencia al vendar todas esas heridas. Durante los descansos para recuperar [Maná], se dejaba golpear de forma deliberada. Mejorar las habilidades defensivas llevaba mucho tiempo. De esta forma, subía las estadísticas de [Defensa] y [Resistencia]. Haciendo todo esto, lograba aumentar increíblemente su nivel en [Aguante] y [Primeros Auxilios].
“Gracias. ¡Chwichwik!”
Weed mantenía a los orcos con vida dividiéndolos en grandes unidades, distribuyéndolos según su fuerza y manteniendo los clanes compactos. De esta forma evitaba la competencia entre los guerreros orcos y minimizaba las bajas.
A los orcos que habían participado de forma activa en el combate se les permitía un descanso y comer alguna de las raciones que Weed había preparado, así como recibir [Primeros Auxilios] si era necesario.
“Para recuperarme, necesito comer. Lucho por esta comida. ¡Chwichwik!”
“Gracias. ¡Karichwi!”
Los elfos oscuros que eran heridos también recibían comida. Debido a que los elfos oscuros estaban habituados a comer hierbas, no necesitaban ningún ingrediente adicional. Los orcos devoraban una sopa con carne, ya que amaban la carne.
Los orcos cogían la sopa y buscaban con los dedos. Pero, por mucho que mirasen, nunca había suficiente carne.
“¡Karichwi, Karichwi!”
“¿Cómo se llama esta sopa, Karichwi?”
“Esta sopa de carne esta decente. Chwik.”
“Está buena. Chwichwik.”
“¡Chwiik! Pero, ¿por qué?, ¿por qué no tiene carne?”
Las raciones de sopa apenas tenían flotando unos pequeños trozos de carne de conejo. Los orcos necesitan para su dieta habitual gran cantidad de carne, pero era imposible darles lo que requerían. Los orcos competían por ver quién comía más, por lo que su glotonería, finalmente, fue satisfecha.
No obstante, Weed estaba preocupado. Había examinado cada pelotón en su lucha contra los monstruos y asignado líderes con características complementarias para evitar pérdidas. Entre preparar los vendajes y cocinar la sopa habría estado ocupado aunque tuviera diez manos.
“Habilidad: [Mano de la Mente].” – Weed utilizó su arma secreta. La habilidad [Mano de la Mente], que al principio había parecido inútil, resultaba ser una habilidad de primera. Weed usaba su mano extra para cocinar y poner vendas más rápido.
Al fin, habían sido derrotados todos los zombis, esqueletos y necrófagos que habían aparecido. Las alabardas de plata hacían imposible la regeneración de los no-muertos.
“Por fin. La Legión de los no-muertos ha sido derrotada.”
A pesar de la frase victoriosa del Nigromante, Weed se mantenía vigilante.
‘¡Esto no puede ser todo lo que tienen!’
Si perdía su [Liderazgo], [Espíritu Combativo] o [Carisma], le sería imposible dar órdenes a los orcos y a los elfos oscuros. Para evaluar correctamente una situación, es necesario observar todo el campo de batalla. Observándolo, es fácil encontrar las debilidades y dónde hay que colocar más unidades para equilibrar el frente.
Bajo el mando de Weed, la destreza en la lucha de los orcos y los elfos oscuros se complementaba con sus habilidades de manufactura. Sin embargo, el grado de dificultad estaba siendo menor que la lucha contra el clan de los Vampiros de Sangre Real.
‘Esto no ha terminado.’
Weed dio una orden:
“¡Chwiik! Orcos, elfos oscuros, retiraos tras la muralla de la fortaleza. Preparad la próxima batalla.”
“Chwik, chwik. ¡La batalla ha terminado!”
“¡Hemos ganado!”
Los orcos estaban demasiado ocupados con sus celebraciones para escuchar sus palabras, del mismo modo que los elfos oscuros. Los orcos elevaban sus alabardas con aire victorioso, mientras los elfos mantenían una mirada engreída. Cada tribu estaba dirigida por un Jefe Orco, pero ni ellos escuchaban por su alegría extrema.
“Weed. Felicidades.” – Mapan también estaba muy contento.
En la medida en que todo el mundo se relajaba, el hastío de Weed aumentaba. Empezó a gritar órdenes:
«¡RÁPIDO! ¡TODO EL MUNDO A SUS POSICIONES! ¡CHWICHWICHWICHWIK!»
Has utilizado [Rugido del León]
La moral de los aliados en el área de influencia del [Rugido del León] incrementa en un 200%.
Se elimina cualquier tipo de confusión.
Durante cinco minutos, se incrementa el [Liderazgo] en un 220%.


“Ha hablado, ¡es una orden!”
“Tiene un tono muy autoritario.”
“Vamos, regresemos.”
La gran cantidad de [Liderazgo] de Weed hizo que, tanto los orcos como los elfos oscuros, volviesen a sus puestos en la fortaleza. Dependiendo de la fuerza del [Liderazgo], el control sobre las tropas puede ser total.
Saliendo de la fosa, ¡la Legión de no-muertos contraatacaba!
¡Segadores de almas portando enormes lanzas! ¡Banshees con una voz tan estridente que cortaba el aire! ¡Momias cubiertas de vendas! ¡Por todos los alrededores de las Montañas Yuroki aparecían vampiros y bestias salvajes no-muertas!
“¡Kuekuekue!”
“¡Eliminemos toda forma de vida!”
“¡Cosecharemos vuestras almas!”
“¡Kiyaaaak!”
La Legión de no-muertos había lanzado un ataque sorpresa de una fuerza increíble. A pesar de todo, su poder individual era relativamente bajo, ya que ahora la situación del líder necrófago era más débil que antes. Esta horda no era comparable con la primera, pero habían aparecido muchos necrófagos y guerreros esqueletos para reemplazar a los que habían muerto.
“¡No me lo puedo creer!” – Mapan estaba asolado.
Había aparecido otra Legión de no-muertos de la fosa. Además, de forma repentina, surgían unidades de no-muertos especializadas en asedios. Alocadamente, una inmensa multitud atacaba la fortaleza.
La batalla anterior parecía un juego de niños comparada con esto. De este nuevo ejército emanaba una sensación mucho más agobiante. Para los orcos y los elfos oscuros, que momentos antes celebraban la victoria, fue un duro golpe. Tras varias horas de intenso combate, habían conseguido una victoria aplastante. Pero, interiormente, no podían entenderlo. Aun cuando cuando los soldados habían bajado la guardia, su comandante se había mantenido a la expectativa, vigilante.
‘¡Como era de esperar de Weed!’ – Mapan admiraba su labor sinceramente, aunque Weed tenía pensamientos completamente diferentes.
‘¡Malditos bastardos con suerte!’
No había tiempo suficiente para reformar las líneas defensivas. Desde el principio, su profesión no le había permitido relajarse ni un momento, tal y como hacían otros jugadores. Del mismo modo en que su vida había sido difícil, sabía que su profesión de Escultor de Luz de Luna iba a ser difícil. Él mismo carecía de habilidad artística pero, a la hora de hacer una escultura, ¡prefería hacer algo grande y ambicioso!
Ciertamente, ¡el mejor modelo para una escultura es una mujer bonita! Claro que, cuando había encontrado un modelo perfecto, Seoyoon, se había visto obligado a huir de ella para no ser capturado y eliminado sin piedad.
En su vida cotidiana, Weed nunca había hecho nada meritorio, por lo que se sentía orgulloso de haber ganado la batalla con tanta facilidad. Gracias a su posición defensiva, el ataque de la Legión de no-muertos había provocado, relativamente, pocas bajas.
“¡Orcos, mantened la posición!”
“¡Chwiik! ¡Entendido!”
Gracias a los efectos del [Rugido del León], los orcos habían logrado recuperar sus posiciones siguiendo las órdenes de Weed. Anteriormente, los orcos habían fortificado los muros. Habían colocado contrafuertes de roble y apilado montañas de piedras a lo largo de la muralla.
“¡Matadlos!”
“¡Hasta más allá de la muerte!”
“¡Kkkiiieeeehoooo!”
En ciertas zonas, los integrantes del ejército de Weed caían bajo el poder de los gritos desesperantes de sus enemigos.
“¡Oh, no puedo hacerlo!”
“Somos demasiado débiles.”
“Voy a ser su amigo. Basta ya, quiero morir.”
Algunos elfos oscuros lloraban. Algún orco estaba dispuesto a deponer las armas. Los sacerdotes esperaban las órdenes de Weed.
“Preparad vuestras bendiciones.”
“¡Sí! ¡Entendido, comandante Weed!”
Los nigromantes juntaron fuerzas con los sacerdotes de la Orden de Freya del Reino de Rosenheim. Dirigieron sus bendiciones conjuntas a los orcos. Gracias a esto, superaron su desesperación y todo tipo de confusiones para poder centrarse en la lucha contra sus enemigos.
“¡Oh, Divina Gracia de Freya! Tu infinita sabiduría acaricia mi mirada, penetrando hasta mi yo interior. Soy tu instrumento, dirigido por ti. Te amaré por siempre, mi voluntad es total, soy tu siervo fiel.”
Con las últimas misiones, las estadísticas de los sacerdotes habían aumentado ligeramente. No habían subido muchos niveles pero, al cantar el himno, aumentarían los puntos de contribución de la Iglesia de Freya.
El himno eclesiástico trataba del canto de amor de un hombre hacia la propia Freya. Gracias a los efectos de la canción, los orcos y los elfos oscuros superaron la desesperación y estaban listos para la batalla.
Para maximizar las ventajas del terreno, alrededor de la fortaleza se habían construido grandes fosos frente a la muralla. Por el momento, el signo del combate iba a favor de los orcos y los elfos oscuros.
Los seres humanos procedentes de las aldeas de los exiliados suponían también parte importante en las defensas. Los herreros habían creado las alabardas y las flechas de plata y los cazadores se habían encargado de llenar todos los alrededores de trampas.
Cuando llegaban a la base de la muralla, tanto los necrófagos como las momias recibían gran cantidad de daño, mientras sus cuerpos eran empujados unos contra otros.
“¡Eehyo hyohyo!”
Por otro lado, las banshees, siendo un tipo de ser espectral, eran capaces de atravesar los muros sólidos. Algunas incluso eran capaces de poseer los cuerpos de los orcos, otras sobrevolaban arrojando ácido sobre las tropas.
El combate que se avecinaba prometía ser una batalla a gran escala.
Al mismo tiempo, Mapan había subido a una roca para observar a Weed. Éste se encontraba en el punto más alto de las Montañas Yuroki, lugar desde donde podía apreciar todo el campo de batalla. Al fin y al cabo, se trataba del mejor lugar para liderar sus tropas.
Mapan estaba angustiado, pero Weed aparentaba la misma tranquilidad de siempre.
‘Nunca existiría una crisis demasiado grande si tuviera la misma ambición que Weed.’
Debido a que había incrementado la confianza que tenía por Weed, Mapan lo apoyaba cada vez con mayor entusiasmo y admiración. Weed era completamente capaz de liderar a los orcos y a los elfos oscuros. Incluso en mitad de una crisis, aun cuando un muro era derribado y los orcos eran masacrados por los no-muertos, mantenía el rostro completamente calmado.
‘Que mueran, no me importa.’
¡Weed, egoísta!
Para Weed, no era algo relevante que murieran algunos orcos y elfos oscuros. Lo único que era capaz de romper su semblante de serenidad era pensar en la cantidad de objetos que se esparcían por todo el campo de batalla: cualquiera podría robarlos. Delante de sus narices había miles de objetos que deseaba poseer de forma desesperada. Cuando la vanguardia de su ejército estaba demasiado ocupada peleando, Weed no dudaba en hacer recolección de objetos. De todos modos, los mandos de primera línea llegaban antes que él y se llevaban su botín.
Sin embargo, ante la amenaza de una muerte agónica y dolorosa, los orcos y los elfos oscuros tomaron la iniciativa.
“¡Arriba ese ánimo!”
“El flanco derecho tiene que esforzarse más.”
“Los humanos deben reparar esas murallas antes de que se rompan.”
“Orcos, dirigíos hacia los necrófagos y las momias. Elfos oscuros, atacad con vuestra magia espiritual a los fantasmas.” – Sin inmutarse, Weed era capaz de analizar con calma la situación y dar órdenes a sus tropas.
Cuando se agotaron los efectos del [Rugido del León], su capacidad de [Liderazgo] se vio mermada; y, debido a los intereses propios de cada Jefe orco, las órdenes de Weed se obedecían lentamente o, incluso, eran totalmente ignoradas.
Generalmente, Weed dejaba actuar a los Jefes orcos; también había que tener en cuenta que el gasto de [Maná] cuando utilizaba [Rugido del León] no era algo para tomarse en broma. Además, cuando se ignoraban las órdenes de los Jefes orcos, éstos se enfadaban. Por lo que hacer la vista gorda de vez en cuando no venía nada mal.
Cuando alguien quiere tener éxito liderando una guerra, no puede prestar atención a detalles triviales. Una batalla prolongada disminuía el [Aguante] de los orcos y de los elfos oscuros.
Comandar la batalla, preparar la comida, hacer vendajes de emergencia a los orcos.  Tal actividad frenética no le daba tiempo ni para respirar. Weed iba dando tantas órdenes como podía, hasta quedarse sin aliento:
“¡Orcos! … ¡Ignorad la primera línea y reagrupaos!  ¡Elfos oscuros! ¡Los fantasmas intentan hacer una incursión! ¡Paradlos usando magia! ¡Chwichwik!”
Los elfos oscuros lanzaron su magia sin miramientos.
“¡Lanza ardiente!”
“¡Llamaradas!”
“¡Golpe elemental!”
Las Banshees atravesaron el muro para encontrarse con una barrera de hechizos lanzada por los elfos oscuros. [Lanza Ardiente], [Resplandor Siniestro] y [Golpe elemental]. Con una fortaleza mental mayor que la de los orcos, los elfos oscuros eran capaces de lanzar ataques mágicos que iban desde un aumento de la velocidad de ataque hasta ataques elementales. Magia de este tipo provenía, indudablemente, de una forma fantasmal.
¡BRUUMMMMM! ¡THUMP! ¡THUMP! ¡THUMP!
Las momias golpeaban con fuerza las murallas, mientras los orcos aguantaban la posición. Había que tener en cuenta que la altura de la muralla era de diez metros. Como estaban en su terreno, los orcos blandían sus armas con ferocidad. De paso, lanzaban continuamente insultos a los no-muertos.
“¡Acercaos si podéis! ¡Chwik!”
“¡Chwichwik! ¡Panda de inútiles!”
“¡Necesitáis un buen lavado! Apestáis. ¡Chwichwik!”
“¡Peleáis contra orcos de honor! ¡Chwichwik!”
Tanto los orcos como los elfos oscuros trabajaban juntos durante este breve período de tiempo, logrando crear un grupo eficiente. Y, aunque no eran capaces de aniquilar al ejército enemigo, la Legión de no-muertos iba perdiendo efectivos poco a poco.
En un momento dado, los orcos que luchaban duramente defendiendo las murallas, fueron sorprendidos: sus compañeros empezaron a estrangularlos.
“Chwichwik, ¿pero cómo?”
“Muerte. Fin del recorrido. La vida termina. Bestias, ¡el camino a la vida eterna empieza aquí!”
Cada orco era poseído por un fantasma. Las pupilas se tornaban blancas y se filtraba el veneno por cada poro de su cuerpo. Repentinamente, los orcos ‘poseídos atacaron desde el interior de la fortaleza, provocando el caos.
A parte de luchar contra las momias, ahora había que luchar contra los propios aliados. Como los muros frontales estaban más debilitados, muchos de los orcos estaban siendo poseídos.
Weed observaba la situación, imparcial.
“¡Que todos los orcos cuerdos levanten sus armas y ataquen!”
Los orcos presos de la posesión fantasmal dejaron caer sus alabardas. El recubrimiento de plata era algo que dañaba a los no-muertos. Los orcos no poseídos atacaron las posiciones de los orcos en trance, aprovechando que estaban desarmados.
Para los orcos poseídos situados a lo largo de la muralla, la magia concentrada de los elfos oscuros era algo insoportable. Las llamaradas derretían los muros y aparecían grandes trozos de hielo que caían sobre los orcos afectados. Los fantasmas, insustanciales, intangibles, no fueron afectados por el ataque.
¡Fantasmas, orcos, elfos oscuros!
Weed participaba de forma activa en la defensa de la fortaleza. Como las fuerzas enemigas eran mucho más fuertes, se requería una retirada estratégica. Los enemigos mantenían una defensa feroz, pero había una importante cantidad de guerreros y luchadores orcos buscando los puntos débiles del ejército enemigo.
Poco a poco, el grueso del combate había sido rechazado por la muralla, rompiendo las líneas enemigas. Tras ver el trabajo de Weed por segunda vez, Mapan no podía más que admirarlo.
“Weed es increíble.”
Una vez más, lo más sabio era observar las acciones de Weed con el fin de mejorar. Weed podría haber comandado de forma eficiente la batalla contra los no-muertos de muchas maneras. Aun en el caso en que solo mantuviera un ojo en el campo de batalla, su criterio era excelente.
‘El control que posee sobre sus emociones es impecable.’ – pensó Mapan.
La realidad, sin embargo, era algo diferente. Aunque los resultados eran similares, había gran diferencia entre los pensamientos de Mapan y la realidad. Una diferencia comparable con la distancia entre el cielo y la tierra.
Weed había adquirido una experiencia inmensurable luchando contra incontables hordas de enemigos no-muertos. En consecuencia, no temía el ataque de la carne de cañón. Pero, tras tantos combates, su vitalidad había caído hasta límites dolorosos. Cuando uno es incapaz de determinar correctamente el número de no-muertos, finalmente llega su fin.
Para hacerse una idea de hasta qué punto estaba en desventaja, solo había que observar el comportamiento de los no-muertos y compararlo con el de los orcos. Este hecho provocó la ira de Weed.
“¡Estúpidos, orcos inútiles de culo gordo! ¡Chwik! ¡Chwik! ¡Chwichwik! ¡Chwichwik! Nuestros aliados están cayendo. Solucionadlo, ¡YA! ¡Chwichwik! Hay elfos oscuros que tienen los ojos cerrados, ¿están dormidos? Así que sois igualitos a los orcos, ¿no tenéis nada mejor que hacer? Con esos cuerpos débiles, ¿para qué servís? ¡Chwichwik! ¿Por qué no rogáis directamente que os perdonen la vida? ¡Chwik!”
Era imposible dirigir a las tropas sin insultarlas. Así pues, Weed retiró a los orcos de primera línea de ataque a fuerza de gritos y sermones. Pero era una retirada estratégica. La moral de la Legión de los no-muertos se vino arriba, aunque pronto descubrirían su equivocación. Weed estaba listo para iniciar su plan. Intencionadamente, permitió que un grupo de no-muertos traspasase la muralla. De esta forma, los flanquearía con tres frentes de ataque: derecha, izquierda y de frente.
“¡Chwik, chwichwik! ¡Matad al enemigo!”
“¡Chwik, yo Porchi, me lanzo a por ellos!”
Los guerreros orcos y los luchadores humanos se lanzaron contra las tropas enemigas. Los no-muertos que habían penetrado la muralla se vieron completamente rodeados. Los ojos de Weed brillaban.
“¡Orcos, impedid que se retiren! ¡Aislad a los no-muertos que tratan de romper nuestras líneas para escapar!”
Había que evitar que los no-muertos escaparan de la trampa, era su oportunidad. Además, para reforzar las órdenes, Weed usó el [Rugido del León].
Al ver el espectáculo, Mapan sentía un respeto renovado por su amigo:
‘Ahora lo entiendo, elige el momento para luchar, busca la oportunidad de oro.’
¡Aplicar técnicas flexibles según cada situación!
Algo así es fácil de plantear pero, a la hora de la verdad, es complicado cambiar de plan en segundos, pudiendo dejar a tus tropas vendidas. No se debe ser codicioso cuando uno quiere ganar. Es imposible crear un escenario propicio para derrotar a los enemigos sin correr riesgos.
‘Sí, típico de Weed.’
Weed amplió su campo de visión y se percató de unos orcos que huían. Una tropa de no-muertos los perseguía de cerca.
“Uff, que momento más desafortunado.”
Había encontrado un campo de flores durante la lucha. Allí había muchas flores con pétalos de color amarillo. Las flores de color rojo aumentaban la [Salud], y las verdes el [Maná]. Se podía decir que la mayoría de las plantas seguían ese patrón. También existían flores de color negro, blanco, púrpura y amarillo. Las negras se utilizaban comúnmente para la magia negra. Las blancas eran útiles para los hechiceros. Las flores púrpura se usaban para crear venenos.
En los primeros tiempos del continente de Versalles, las flores amarillas no tenían gran repercusión. Eran las flores más comunes, aparecían por todo el continente, pero no parecían tener ningún efecto cuando se consumían en forma de infusión o poción.
Apenas unas pocas personas masticaban los pétalos amarillos, siempre en caso de emergencia. Pero, un buen día, uno de los programas que hablaban sobre Royal Road, reveló la utilidad de dichas flores.
¡Las flores amarillas incrementaban el [Aguante]!
Desde ese día, todos recolectaban flores amarillas. Algunos incluso eran capaces de conseguir la planta entera, incluidas sus raíces, volviéndose algo valorado.
¡Esta planta se convirtió en la más cara de todas!
A lo largo de todo el continente de Versalles, las flores amarillas habían desaparecido. Encontrar semillas era algo casi imposible. Esas flores con pétalos amarillos eran muy difíciles de encontrar, pero Weed había encontrado un campo lleno de ellas.
Las órdenes cambiaron en medio del combate, esos pétalos tan preciosos debían ser recogidos. Forzó la retirada de sus tropas por el mero hecho de recoger unas flores.
¡Utilizaba tretas engañosas, sus tácticas eran puro egoísmo!
Aun así, la situación de los orcos y de los elfos oscuros iba empeorando a medida que pasaban los minutos. Pero no lo cogerían con la guardia baja.
‘¡Maldita sea mi mala suerte! ¡Nunca podré terminarla!’


* * *


El grupo de Pale estaba inmerso en una dura cacería en el Lago de las Almas.
‘Malditos pescados.’ – Pale mantuvo la mirada a ese par enorme de ojos podridos y giratorios para huir inmediatamente. Zephyr era el pescador experimentado, Pale y Maylon eran los que lanzaban las flechas.
Pale, Surka, Irene, Romuna, Hwaryeong, Zephyr y Maylon. Eran un compacto equipo de siete individuos cazando juntos en grupo. El nivel del grupo había aumentado de forma significativa, desde 270 hasta 280.
Trabajaban sin prisas, con pausas para relajarse, sin mucha prisa en subir de nivel. Pero habían llegado a un punto en que los únicos peces que les hacían frente eran más poderosos que ellos.
De repente, Romuna perdió los estribos:
“¡Aaaaahhhhh! ¡Va a ser posible la mejora a Nigromante!”
Romuna llevaba tiempo esperando para conseguir la profesión de Nigromante. Aunque todo este tiempo se había centrado en el aprendizaje de la magia de fuego, no había definido su rama predilecta. Durante el combate, su consumo de [Maná] era muy elevado, por lo que apenas disfrutaba de unos breves segundos de lucha; tras ellos, necesitaba un largo descanso.
Comparativamente, ¡los nigromantes no necesitaban descansar! Utilizaban diferentes ataques mágicos para apoyar sus tropas de no-muertos: el jugador era capaz de estar en primera línea de batalla.
Ser una poderosa nigromante que controla innumerables legiones de no-muertos era uno de sus cuatro deseos. En sus sueños, ¡levantaba incontables no-muertos y arrasaba toda una ciudad!
Por supuesto, debía subir muchos niveles para ser capaz de hacer algo así; pero alguien como Romuna nunca se daría por vencida. Se trataba de algo emocionante a la par que divertido. Esa era una de las principales razones por las que había escogido un Mago.
“¡Haaaaaaaaaa!” – Romuna suspiró profundamente.
En estos últimos tiempos, Maylon, como jugadora-reportera principal de Royal Road, había tenido demasiado trabajo con sus reportajes en vivo como para unirse a un grupo. No obstante, era la única forma en la que podía conocer a los jugadores de primera mano.
Romuna era una quejica, tal y como pensaba:
“Me aburro. Me pregunto: ¿cuándo vendrá mi amigo Weed? Se me hace un poco aburrido cazar continuamente en el Lago de las Almas. Aunque consigamos mogollón de experiencia.”
“Sí. Llevamos aquí mucho tiempo.”
La versión oficial era poco fiable. Contaba que estaba en las Llanuras de la Desesperación. Mapan confirmaba la información, ya que sabía que había completado con éxito su misión; pero Weed aún no había regresado al Reino de Rosenheim.
“Es aburrido sin Weed.”
No importaba lo que hicieras, cualquier cosa en la que Weed colaboraba se volvía interesante. Habían contribuido en la construcción de una pirámide, y cazado a su lado en tierra fronteriza. Cuando hacías algo a su lado, notabas una sensación emocionante al colaborar en algo que seguramente sería recordado. Verle trabajar en las diversas profesiones de manufactura que dominaba, como [Cocinar] o [Esculpir], era puro placer.
“Es extraño. No he recibido ningún mensaje de Mapan durante varios días… ni un mísero susurro.” – Pale, dándose por vencido, envió un susurro a Mapan:
- Soy Pale. ¿Cómo lo llevas?
Apenas unos segundos después, Mapan envió su respuesta:
- ¿Cómo? ¡¿Me has enviado un susurro?! ¡Sí, sí, sí! ¿Qué quieres preguntarme?
- Aquí Pale. ¿En qué andas?
- Sí. Hola. Todo va bien.
Pale estaba perplejo. Habitualmente, Mapan hablaba con él de forma abierta y cercana. Ahora mismo parecía que algo le distraía.
- ¿Puedes hablar en estos momentos?
- Sí, puedo hablar.
Pale inclinó la cabeza, desconcertado, pero continuó hablando:
- ¿En qué zona estás haciendo negocios? Si estás aburrido puedes unirte a nuestro grupo. También necesitas subir niveles.
- No puedo. Ahora mismo estoy ocupado con otra cosa… ¡Kkkkkuueeegg! – ¡ese ruido era parecido al de un cerdo que se ahogaba!
Pasó algo tiempo hasta que Mapan envió otro susurro.
- Parece que la cosa vuelve a estar en calma. Un fantasma había poseído a uno de los orcos del grupo, sorprendiéndome.
- ¿Cómo? ¿Un fantasma?
- ¡Juasss! La batalla es totalmente increíble.
Pale negaba con la cabeza. Era incapaz de creer la historia de Mapan.
- ¿Guerreros fantasmas? ¿Qué me estás contando?
- Lo que oyes. Estoy con Weed.
- ¿Estás con Weed? ¿Cuándo os habéis encontrado?
- Hace unos días. Al principio pensaba que se trataba de un transporte de mercancías habitual. ¡Eulaaaaaaa! Lo siento, una zona de la muralla ha caído debido a la posesión de varios orcls… Impactante… Es la batalla de Weed.
- ¿Batalla?
- ¡Batalla! La batalla de las Montañas Yuroki.
- ¿Pero cómo…? ¿Dónde están las Montañas Yuroki?
- En las Llanuras de la Desesperación. Aquí estoy, observando el combate de nuestro amigo Weed.
- ¿Y qué quieres decir con “orcls”…?
- ¡Me refiero a ORCOS! ¡ORCOS, ORCOS! ¡El famoso orco feo del Salón de la Fama! ¡ES WEED!
- ¡Keeeeeek!
Pale estaba patidifuso. Cuando Weed los había dejado para completar una misión de rango ‘B’ en las Llanuras de la Desesperación, habían evitado las preguntas. Se morían de la curiosidad, pero preguntar por los detalles de una misión de ese rango sería muy descortés.
¡Primero un enfrentamiento contra los nigromantes, y ahora contra la Legión de los no-muertos!
Pale compartió inmediatamente la información con su grupo, y ellos querían saber más.
“¿Cómo dices?”
“¿Ese orco gordo es Weed?”
“Weed es un escultor. ¿Cómo puede hacer esas misiones?”
Centrados como estaban en su caza dentro de unas cavernas oscuras, el grupo había estado demasiado ocupado para escuchar los últimos rumores. Debido a esto, no habían tenido conocimiento de las últimas noticias, justo cuando todo parecía llegar a su desenlace.
“Cuando sepas dónde está, ¡pregúntale!”
“Entonces, ¿qué ha pasado? ¿Los orcos y los elfos oscuros colaboran? Un Jefe orco, Gulchi, era el más fuerte y respetado.”
Tanto Surka como Hwaryeong preguntaban, incluso se unía la fría y habitualmente cínica Romuna.
“¡Nigromante! ¿Es posible que sea el mismo nigromante?”
Alguien con la profesión de Nigromante era vital para un Mago. No era sorprendente la reacción de Romuna, lanzando preguntas sin parar. Cada miembro del grupo hablaba alocadamente, y solo Pale leía todos los mensajes. Pero, ignorando la opinión de los miembros del grupo, Pale respondió a las preguntas de Mapan.
- ¿Cómo va la batalla contra la Legión de no-muertos?
- Los no-muertos han atacado de repente. Aun así, el combate contra los fantasmas parece haber terminado. Ya llevamos casi diez horas. ¡Es un combate extraordinario! Nunca habría esperado presenciar una batalla de esta escala. Realmente ha merecido la pena venir hasta aquí.
- ¿El final del combate está próximo?
- Sí. Creo que el ejército que comanda Weed, su ejército de orcos, ganará… Pero no puedo decirlo con certeza, porque el semblante de Weed es tan negativo…
- ¿Y eso?
- No lo sé. Su expresión se vuelve más dura a cada momento. Sin embargo, teóricamente, deberíamos derrotar al último no-muerto en unas pocas horas.
Pale escuchaba la historia atentamente hasta el momento cuando, de repente, sintió una interrupción. Las uñas de Romuna se clavaban en el cuerpo de Pale, mientras decía:
“Pale, ¡vamos!”
“¿Nosotros?”
“Sí. Hasta pienso comprar varios caballos para llegar a tiempo.”
Contra más rápido era el viaje, más caballos eran necesarios. Había que montar animales frescos cada vez que perdían su resistencia y, aun así, el viaje llevaría un par de días. Pero tanto Pale como el resto del grupo habían tomado una decisión unánime.
“¡Sí! ¡Le ayudaremos!”
“Conozcamos a esos orcos.”
“¡Woohoo! ¡Hagámoslo!”


* * *


“¡Klkkiiiiiiiiiieeeheeeehooohyoooohooo!”
Por fin, el aullido moribundo de la última banshee significaba el final de la Legión de no-muertos. Tres de los ocho muros habían sido destruidos y alrededor de 230.000 orcos habían perdido la vida.
Los orcos no habían parado de combatir, aunque habían sido obligados a descansar cada cierto tiempo. Weed les había concedido un respiro durante la batalla. Esa medida, junto con la regeneración de salud, había evitado que cayeran exhaustos. Los elfos oscuros también habían dispuesto de ratos para meditar y poder recuperar su maná.
¡Mantener al máximo la condición del ejército en la medida de lo posible!
Aunque había pasado bastante tiempo desde la batalla entre los orcos y los elfos oscuros, apenas empezaban a recuperarse. Un comandante incompetente seguiría su plan inicial al pie de la letra, confiando solo en el poder de sus aliados. Era lo establecido, una fórmula simple para ganar.
Con Weed, todo era diferente. Los orcos habían pasado por montones de dificultades, y acumulaban una fatiga importante. Para él, era un asunto muy importante que sus aliados pudieran disponer de un descanso adecuado y confortable.
‘Hasta el momento, la batalla no ha sido tan difícil.’ – Weed no se relajaba.
Si al mando de las tropas hubiera habido un comandante menor, los orcos habrían perdido un tercio de sus efectivos. En una batalla todo puede suceder. Utilizando los cuerpos de esos orcos, la situación de los no-muertos se habría vuelto extremadamente ventajosa. Las murallas proporcionaban una buena defensa pero, si en ellas no había nadie, la magia de los elfos oscuros no se utilizaría correctamente.
Las momias, con su poder de quemar todo a su alrededor, y los fantasmas, que poseían a los cuerpos, no hacían más que aumentar el problema. Sin embargo, Weed nunca dejaría atada su mente.
‘Es imposible que esta misión tenga éxito sin más. Hacer tan poco y conseguir tan fácil objetos raros es imposible.’
Un jugador no puede confiar solo en su suerte para terminar una misión tan difícil. Un jugador tiene que sufrir para disfrutar del placer de una gran recompensa.
La tierra era demasiado estéril y dura como para crear estatuas magníficas, maestras o, incluso, mejores. Y Weed seguía esperando la aparición de enemigos más poderosos.
“Aura de muerte, un ying sin un yang. Vamos, ¡chwiik! Voy a mostrar el verdadero significado de la muerte, el poder de los vivos, ¡EL SIGNIFICADO DEL MIEDO Y LA DESESPERACIÓN!”
Has utilizado [Rugido del León]
La moral de los aliados en el área de influencia del [Rugido del León] incrementa en un 200%.
Se elimina cualquier tipo de confusión.
Durante cinco minutos, se incrementa el [Liderazgo] en un 220%.


Su grito había sido salvaje. Weed se había situado en unas rocas que le daban una vista panorámica de todo el campo de batalla, con los brazos abiertos, magnificando sus palabras. El rugido hizo eco en las montañas, sonando por todo el valle. Pájaros que estaban posados en la copa de un árbol perdieron varias de sus plumas, elevándose hacia el cielo como una sola.
“¡Cheuwaaa! ¡Yawaaaa!”
Los orcos continuaron el grito, golpeando sus alabardas en la tierra casi hasta provocar un terremoto. Había empezado con Weed, pero la furia pronto se convirtió en algo enorme que pasaba de orco a orco. Los elfos oscuros cantaban su propia canción. Hosram, Becker, Dale, Buren y los soldados del Reino de Rosenheim desenvainaron sus espadas al oír los gritos de las unidades que les precedían.
Entonces sucedió. De un pozo en aparente calma empezaron a aparecer unidades no-muertas adicionales. ¡Grandes, de cuerpo inmenso, los Caballeros de hueso! ¡Gigantes, unas astutas criaturas de las Montañas Yuroki!
Habían luchado contra las anteriores legiones de no-muertos y, una vez más, revivían. Había monstruos gigantes vagando por el campo de batalla, junto con otros enemigos de gran poder que iban a su aire.
Los orcos debían atacar a los monstruos no-muertos que antes habitaban en las montañas. Weed había visto su fuerza, debido a la experiencia que tenía cuando los había cazaba. Era necesario que más de un centenar de orcos se uniesen para acabar con tan solo uno de ellos.
Ahora que habían aparecido los tipos de no-muertos más raros, derrotarlos iba a ser más difícil. ¡Había surgido una ola formada por diez mil antiguos soldados no-muertos y cinco mil gigantes monstruosos! Pero la proliferación de los no-muertos no terminaba con eso. Había brujas, que montaban rinocerontes colosales.
En el pasado, cuando Barr Khan intentó desolar el Continente, las brujas Serpa habían sido la vanguardia de su Legión de no-muertos. Las brujas eran expertas en el uso de la magia negra, tenían pociones y lanzaban maldiciones.
¡Había tres mil brujas!
Puede decirse que unas palabras pueden desencadenarlo todo. Como era de esperar, Weed apareció y ordenó inmediatamente el ataque.
¡¡BRUMMMM!!
La tierra se agitó cuando los rinocerontes gigantes ascendían la montaña. Aplastaban árboles enormes a su paso. La cantidad de no-muertos era incontable.

Era el verdadero ejército de no-muertos, la verdadera élite, el ejército del Lich Shire.