Volumen 3 Capítulo 68
Gran Evento IV
Traducido por Lord
Corregido por Tars
Editado por Tars
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Editado por Tars
Comenzando con Romántica, Pram y Ajest también ganaron fácilmente sus combates. Tras superar los octavos de final, todos llegaron a cuartos.
Todos los que participaban en la Competencia del Océano Dorado eran de alto nivel, y llegar a cuartos de final significaba que sus habilidades eran notablemente altas. Pram, Romántica y Ajest salieron triunfantes del estadio. Como los cuartos de final no comenzarían hasta las 3:00, tenían dos horas para comer.
“Creo que he mejorado mucho en comparación con el pasado.”
“Bueno, es obvio ya que entrenas muy duro.”
La reunión del consejo todavía no había terminado, así que tenían que comer solos. Ya habían visto un lugar que preparaba pasta en el camino hacia aquí, así que decidieron comer allí.
“Pero es una pena que Romántica y Ajest ya se vayan a encontrar.” – dijo Pram. Romántica y Ajest se enfrentarían en los en cuartos de final.
En ese momento, Romántica dijo que no había nada que se pudiera hacer.
“¿Por qué estás triste? En realidad, no me disgusta, es una buena oportunidad. ¿No es así Ajest?”
“Bueno… Al menos una vez.” – respondió Ajest con menos entusiasmo.
“¿No te sientes frustrada por luchar contra Ajest?” – le preguntó Pram a Romántica.
“Tengo mucha confianza en mis habilidades. Aunque no es que pueda permitirme subestimarla.”
Romántica todavía recordaba los increíbles reflejos de Ajest cuando jugaron al voleibol. Ajest era un espadachín mágico. No sólo tenía habilidades como mago, sino también como caballero, por lo que nadie se atrevía a desafiarla a la ligera.
A lo largo de todos los cursos de la Academia Hebrion, sólo unas pocas personas podían abrumar a Ajest y, sin contar a Desir, probablemente era la mejor en combates individuales del primer curso.
Glup *Estremecimiento / tragar*
De todos modos, una comparación tan dolorosa ya no servía de nada. Romántica tenía mucha hambre después de haber gastado tanto poder mágico durante el combate.
“De todos modos, necesito comer primero. Recuerdo que estaba por aquí…”
Había tanta gente en la calle que apenas había espacio para caminar. La calle estaba llena de gente que venía a ver la Competencia del Océano Dorado o a pasar sus vacaciones yendo a la playa.
Cuando iban caminando por la calle, algunos de los espectadores los reconocieron y saludaron. Algunos incluso les dieron palabras de aliento.
“¡Oye, Romántica! ¡Debes ganar! ¡Aposté todo el dinero del mes para alcohol en ti!”
“¡Señorita Ajest! ¡Si pierdes soy hombre muerto!”
“Pram, no me importa si ganas o no. ¡No te hagas daño! ¡Eres demasiado guapo!”
La mayoría de las palabras de aliento estaban relacionadas con las apuestas. Sin embargo, todavía era agradable ser famoso y reconocido por los demás.
Romántica y Pram no podían ocultar sus tímidas sonrisas. Mientras caminaban por la calle con un paso mucho más alegre que antes, Romántica, que iba al frente del grupo, de repente se detuvo y miró hacia atrás. Un hombre acababa de pasar a su lado.
Era un hombre que llevaba una capucha, pero poco antes de cruzarse con ella, definitivamente vislumbró lo que había dentro por el rabillo del ojo. Era la máscara de un cuervo.
“Romántica, ¿Pasa algo?”
“En realidad no.”
Romántica se había convertido en una hechicera del tercer círculo, y la mayor diferencia era que podía sentir más maná a su alrededor. Anteriormente, sólo sentía la presencia de maná, pero después de alcanzar el Tercer Círculo, sentía como si el maná estuviera en sus manos.
Y entonces, por primera vez, Romántica se dio cuenta de que el maná tenía una naturaleza ligeramente diferente para cada persona.
Un maná pequeño, pero que fluía de forma sutil para Desir. El maná frío y helado de Ajest, que aparentemente pinchaba como la escarcha. Y…
‘Se siente como si hubiera sentido este maná en alguna parte.’
Definitivamente era un maná que sintió en alguna otra parte. Y no fue hace mucho tiempo.
‘Cierto, en esa ocasión…’
El mago, que lideró a los hombres que atacaron la sucursal de la Torre de la Magia de Aeurelli, también tenía ese maná.
Romántica no estaba totalmente segura si la sensación era la misma porque en aquella época se encontraba en el segundo círculo, pero sintió una sensación similar en el hombre que acababa de pasar a su lado.
Un maná con olor a alcantarilla. El recuerdo que le vino a la mente era un maná tan horrendo, que no tuvo que hacer nada para intentar recordarlo.
“¿Los Forasteros?” – murmuró Romántica para sí misma, mientras miraba al hombre que había pasado a su lado.
“¿Eh? ¿De qué estás hablando?”
“No, ese hombre tiene un maná similar al que sentí durante el ataque a Aeurelli.” – dijo Romántica, mientras señalaba al hombre que llevaba la capucha.
No estaba segura, pero tenía una sensación similar. Si su suposición era correcta…
“Si estás en lo cierto, puede ser peligroso.” – añadió Ajest.
“La forma en que ese hombre camina… Es muy inusual.”
Era como si estuviera listo para enfrentar cualquier tipo de ataque. Se sentía como si hubiera sido forjado con un cuchillo.
“Y también está escondiendo su maná. Ni siquiera puedo decir cuánto tiene.”
Probablemente era un mago con un nivel muy alto, mucho más allá de sus habilidades actuales.
“No lo pienses demasiado. Es sólo un sentimiento, y quizás solo sea un gran mago de algún tipo.”
Romántica apenas fue capaz de sacudirse los pensamientos sombríos. Quería llegar al fondo del asunto, pero no podía culpar al hombre sin ninguna prueba. No únicamente basada en sus sentimientos.
“En primer lugar, vamos a comer algo. Ahí está.” – dijo Romántica, señalando el cartel del restaurante de pasta. El nombre del restaurante estaba escrito en letras elegantes.
Ajest y Pram ya no volvieron a sacar el tema como si hubieran llegado a un acuerdo previo. El equipo entró en el restaurante, y cada uno pidió algo que llamó su atención. Mientras comían y hablaban, el recuerdo del mago comenzó a desvanecerse.
Poco después el tema de la conversación se trasladó a Desir, que no estaba presente en este momento.
“Apuesto a que lo está pasando mal.”
“¿No crees que a Desir le va bien? Ha manejado todas las situaciones en las que se ha encontrado perfectamente.” – rebatió Pram, cuando escuchó la taxativa declaración de Romántica.
Lo mismo ocurrió en el examen de promoción, así como en el Mundo de las Sombras. Pram había depositado toda su confianza en él. Ajest asintió mostrándose de acuerdo.
“Eso no es lo que quise decir. Papá y yo hemos asistido a algunas reuniones con gente poderosa y siempre insistían en expresar sus opiniones, ya que sólo estaban interesados en sus propios beneficios.”
“¿Si?”
“Así que, a estas alturas, definitivamente habrá muchos argumentos opuestos en la reunión. Estarán presionando por su propia justicia y beneficios. Nuestro pobre y plebeyo líder de grupo en esa batalla…. ¿Te lo puedes imaginar?”
“¿Crees que Desir no es bueno?” – preguntó Ajest.
“Bueno… Claro. Eso no es cierto. Mientras no haya ningún tema relacionado con Hebrion… Sí, no debería haber ningún problema.”
En ese momento, los platos comenzaron a llegar hasta la mesa.
Cuando sus platos principales salieron, Romántica concluyó la conversación.
“En resumen, hay situaciones que no tienen solución, no importa cuán desesperado estés.” – dijo Romántica, dando por concluida la conversación.
* * *
El hombre encapuchado abandonó la concurrida calle y se dirigió hacia un callejón. Era de día, pero era un lugar sórdido porque los altos edificios no dejaban pasar suficiente luz solar. Las botellas rotas estaban esparcidas por la calle, entremezcladas con diversos trozos de basura.
“Hebrion…” – murmuró el hombre algo emocionado. Pensó en los tres jóvenes con los que se acababa de cruzar.
La ropa que llevaban era obviamente el uniforme del Imperio Hebrion y, la única manera de poseer ese uniforme con su edad era si asistían a la Academia. Tal vez sean de los mejores alumnos de la Academia.
Sobre todo, el hombre escuchó claramente la voz de una de las chicas.
“Tiene buenos sentidos.”
Parecía que había detectado su maná oscuro, pero fue una suerte para ellos no perseguir a ese hombre.
Solo eran un espadachín mágico del tercer círculo, un espadachín clase caballero y un mago de viento del tercer círculo. Todos juntos ni siquiera lograrían hacer un rasguño a ese hombre.
‘Debería matar a todos los que sospechen algo…’
Pero el hombre decidió no hacer nada.
Pensó que, aunque no los matara ahora mismo, todos morirían de todos modos. Dejarlos tranquilos ahora sólo les permitiría vivir un poco más.
Las voces de la gente llegaban débilmente hasta sus oídos.
Su cuerpo se derramó como la niebla y luego apareció en la cima de un imponente edificio cercano. Ahora tenía una vista clara de todo el paisaje del Reino de Prilecha.
El mar se extendía a lo lejos. Las calles estaban repletas de gente y se podían ver edificios con letreros diferentes. Pero de pronto, su mirada se detuvo en un lugar. A lo lejos, el palacio real brillaba bajo la luz del sol.
“Comenzad.” – susurró.