jueves, 14 de noviembre de 2019

TBATE Capítulo 41

Capítulo 41
Un baile I
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars

El salón de baile dentro de la mansión Helstea estaba lujosamente decorado con coloridas cortinas con cordones que colgaban a juego junto a otros adornos ubicados sobre las mesas y la zona de baile. Se habían colocado con cuidado los orbes luminosos sobre las lámparas de araña para crear un ambiente sereno, a medida que los invitados iban entrando por las gigantescas puertas principales. Me vestí con ropas formales para la fiesta de cumpleaños especial que Vincent y nuestra familia habían decidido darle a Ellie. Si bien este mundo tenía ropa formal que era muy similar al esmoquin de mi viejo mundo, aquí no había corbatas. En su lugar, usaban pañuelos que se colocaban alrededor del cuello y con un lazo de moda. Dado que el salón de baile estaba ubicado en el ala opuesta a nuestras habitaciones, Ellie no tenía idea de que le íbamos a organizar una fiesta. Ella asumía que las dos familias irían a un restaurante elegante, por lo que se estaba preparando con entusiasmo con nuestra madre y con Lilia, que había regresado para el evento. Sylv estaba durmiendo dentro de mi habitación. Su cuerpo todavía se estaba acostumbrando al gran cambio que había sufrido recientemente. Le prometí que le guardaría toda la comida que sobrase. “Bienvenidos. Por favor, entrad.” – dije con una sonrisa caballerosa, dando la bienvenida a las amigas de mi hermana pequeña. Las había conocido en la escuela y, aunque era el deber que me había asignado Madre, no es que me gustara demasiado. Con una risa tímida y un rostro enrojecido, mantuve una sonrisa amable mientras más y más personas comenzaban a salir de los carruajes, acompañadas por un conductor y un acompañante. Los asistentes a la fiesta de mi hermana consistían en sus amigas, las acompañantes de las amigas, que eran un grupo de personas mayores, y los amigos de mis padres o los amigos de Vincent y Tabitha. A las ocho de la noche, la mayoría de las personas de la lista habían llegado y Madre notificó a la criada que ella y mi hermana llegarían en breve. “Bueno, ¿no estás vestido todo limpio y elegante?” Cuando me di la vuelta hacia la puerta, vi a Gideon con su característica bata de laboratorio marrón y sus gafas colgando del cuello. Al menos esta parecía más limpia. “Esta es una sorpresa bastante agradable, señor Gideon.” – dije con una sonrisa. “¿Sabías que trataría de verte de nuevo?” – respondió tras dar un pequeño gruñido cuando vio mi cara sonriente. Mi sonrisa se mantuvo intacta mientras usaba mi mano para guiarlo hacia la zona donde estaba el refrigerio. “Sin embargo, admitiré que resultaba inesperado de su parte utilizar el cumpleaños de mi hermana para reunirse conmigo.” “¡Bah! Tú y yo tenemos mucho de qué hablar y, ¡no olvides que no te dejaré hasta que esté satisfecho!” – se quejó mientras íbamos andando hacia la zona de la comida. Al llegar, de inmediato, pidió una bebida alcohólica. Elijah, a quien había visto hablar con una acompañante que era un poco mayor que nosotros, vino caminando hacia mí, con los hombros caídos. “Es la tercera vez que le pregunto a una chica, y todas muy amables, ponen una excusa para irse a otro lado… Aaaahh…” – dijo mientras suspiraba abatido. Sus lentes estaban un poco torcidas. Antes de que tuviera la oportunidad de comenzar a vacila… Esto, consolarlo, fuimos interrumpidos por una voz poderosa. “Por favor, ¡prepárense! La señorita Alice y Eleanor están en camino.” – gritó una criada antes de indicar que apagasen todas las luces. “Mama… Pensaba que íbamos a salir a cenar, ¿a dónde vamos…?” “¡¡¡¡¡¡¡¡SOR-PRE-SA!!!!!!!!” Con el candelabro encendido y un par de artefactos iluminándose con una variedad de luces de colores, la cara confundida de mi hermana pequeña pasó de la sorpresa a una de pura alegría. Sus ojos se abrieron y sus mejillas se sonrojaron mientras sus manos se movían de forma instintiva para cubrir su boca abierta. Pero no tuvo mucho tiempo para disfrutar de su momento de asombro, ya que sus amigas de la escuela corrieron hacia ella y la abrazaron, para a continuación llevársela. Lilia me dio una mirada significativa antes de desaparecer. “Buen trabajo dando la bienvenida a todos los invitados, Art.” Madre se acercó a mí y me dio unas palmaditas en la cabeza antes de que algunos de sus amigos la alejaran y me dejaran vagar a mi aire. Vi a Padre con Vincent y algunas otras figuras vestidas de manera importante, hablando de negocios y de otros temas poco interesantes. Los camareros caminaban entre los invitados llevando platos y bebidas variadas. Estaba comiendo algo parecido a un bocadillo del tamaño de sándwich cuando escuché a Padre chocar su copa de vino con el tenedor. “¡Ejem! Antes de que comience oficialmente la fiesta, me gustaría agradecer a todos, en nombre de mi preciosa hija, ¡por venir aquí esta noche!” Cuando escuché las palabras de Padre, vi a mi hermana sonrojarse de vergüenza mientras sus amigas se reían y aplaudían, participando de esta alegre ocasión. “Por favor, ¡que comience la música!” – dijo Padre, señalando hacia la parte posterior de la zona de baile. Allí, cinco músicos sacaron sus instrumentos. Me sorprendió ver que los instrumentos se veían idénticos a los instrumentos de la familia de cuerda de mi mundo. Había dos violines, una viola y un músico de violonchelo, además de un pianista colocado detrás de ellos. El piano tenía una forma algo diferente y cuando comenzó a tocar, el sonido que producía era mucho más profundo y rico que el de un piano de cola normal. “¡Sería una gran alegría ver a mi amado hijo e hija tener el primer baile!” Las mejillas de mi padre estaban un poco enrojecidas por el alcohol, y acababa de decir algo que podría ser desastroso. Madre tenía una expresión de pánico porque ni ella ni mi padre nos han dado clases de baile. Capté la horrible cara de mi hermana cuando se dio cuenta de que podría convertirse en una vergüenza total en el día de su cumpleaños. Manteniendo la calma, avancé con confianza hacia donde estaban mi hermana y sus amigas. “¿Me honrarás con tu mano para un baile?” – dije inclinándome y colocando una mano delante de mí. Escuché varios chillidos y ‘Aaaah’ de sus amigas, pero los ignoré. Todavía inquieta por el giro de los acontecimientos, no pudo encontrar las palabras para contestar, así que asintió con la cabeza y aceptó mi mano. Tan pronto como ella estuvo en mis manos, los aplausos del público se desvanecieron a medida que el suave flujo de música se volvía más fuerte y llenaba la habitación. La música era lenta y rítmica, por lo que era fácil de seguir. Su rostro, antes en pánico, se volvía más tranquilo a medida en que se daba cuenta de que solo necesitaba seguir mi guía. Mi mano derecha se aferró a la de ella y, con mi izquierda, suavemente colocada sobre su frágil cintura, dimos vueltas uno alrededor del otro, mientras su vestido de coral claro revoloteaba con gracia. Cada paso que daba era un reflejo del mío, mientras caminábamos alrededor de la pequeña pista de baile formada a nuestro alrededor por la multitud. Estaba tranquilo y sereno, bailando y balanceándome con gracia, ya que bailar era algo que había tenido que aprender para cualquier ocasión formal como Rey. No podría avergonzarme a mí mismo como figura decorativa de mi nación. La cara de mi hermana cambió de la calma a la emoción cuando realmente comenzó a disfrutar del baile. Su piel brillaba por la transpiración y, junto a su sonrisa, daba un sentimiento radiante a la multitud. Estábamos dando vueltas como si hubiéramos ensayado para una gran actuación. Incluso los músicos nos acompañaron inspirados en nuestros movimientos. Cuando la última nota de la canción llegaba a su fin, ella siguió mis pasos a la perfección, llegando a un hermoso final, sincronizado perfectamente con los músicos. Al instante, comenzaron los aplausos y los vítores de la audiencia, algunos de los adultos más emocionados, incluso silbaban. El ruido apagó los suaves jadeos de mi hermana, cuando los dos nos inclinamos, tomados de la mano. “¡Eso ha sido maravilloso!” “¡Realmente espléndido!” “¡Qué gran actuación!” Escuché cumplidos de todo el mundo, que hicieron que la sonrisa de mi hermana se ampliara aún más. “¡Hermano!” Mi hermana no podía contener su emoción cuando saltó a mis brazos, y casi me derribó por la sorpresa cuando comenzó a reír con sus brazos alrededor de mi cuello. “¡La hostia! ¡Eso ha sido genial! ¿Dónde aprendiste a bailar así, Art?” – dijo Elijah mientras corría hacia nosotros. Sus ojos estrechos estaban brillando de emoción bajo sus gafas. Le di un único encogimiento de hombros antes de bajar suavemente a mi hermana y darle una palmadita en la cabeza. “Feliz cumpleaños, princesa.” – dije dándole un guiño juguetón antes de que Padre la cogiese en brazos. “¡JA, JA! ¡Mi bella princesa y mi guapo hijo! ¡Qué gran actuación!” Padre debía haber estado bebiendo aún más, porque estaba aún más rojo que antes. “¡AY! ¡AY! ¡AY!” – soltó a continuación, cuando Madre comenzó a tirarle del lóbulo de la oreja. “¿Entiendes el desastre que esto podría haber causado si Art no LLEGA a saber bailar?” – susurró sin dejar de enfatizar la palabra ‘llega’. “Aprendí de Jasmine mientras era un aventurero. ¡Pensé que sería útil!” – expliqué de forma inocente eliminando de un plumazo la mitad de las sospechas de mi entusiasta madre. “¡No lo pensé! ¡No lo pensé!” – se las arregló para jadear, mientras mi hermana, que había sido dejada de lado, se iba con sus amigas. Madre, todavía enojada, arrastró a mi ebrio padre por el lóbulo de la oreja hasta donde estaban los adultos.
* * *
Punto de vista de Eleanor Leywin. “¡Tu hermano es tan guapo! ¡Estoy tan celosa! Desearía que mi hermano fuera como él. ¡Parece tan agradable!” Mis amigas de la escuela felicitaban a mi hermano y a mí por el baile. “¡Je, je! ¡Te dije que era genial!” – respondí orgullosa de ser su única hermana. “Sí, ¡es increíble! ¡Apuesto a que los dos habéis practicado mucho para ese baile! Se veía FAN-TÁS-TI-CO.” – dijo mi mejor amiga Nicole, realmente emocionada. “U… Umm, ¡Sí! Pero nuestra maestra era muy buena, ¡así que lo entendimos muy rápido!” – dije mintiendo. Pensaba que sería extraño para ellos saber que únicamente mi hermano sabía bailar, no yo, cuando debería ser al revés. Mi corazón todavía latía acelerado por el baile. Había sido realmente agotador, pero también muy divertido porque hermano me había guiado tan bien, que me había sentido como una bailarina profesional. “Tienes una sonrisa enorme, Ellie.” – dijo Nicole entre risas, mientras me daba un codazo con el brazo. “¡Je, je! ¡Vamos a buscar algo de comida!” Tengo que parecer ocupada, para que algunos de los otros chicos que hay por aquí no me pidan que baile.
* * *
Punto de vista de Arthur Leywin. Me desplomé en un rincón, con un vaso de zumo de manzana en la mano. El baile dio una razón más para que los adultos y las acompañantes vinieran a saludarme, algunos incluso insinuando un baile. Poner una sonrisa y hablar en un tono más alto de lo normal para sonar más respetuoso era realmente agotador. Vi a Elijah bailando con una chica que parecía ser de nuestra edad, tal vez un año más joven, probablemente una de las amigas mayores de mi hermana. Supongo que finalmente lo logró. “Oye, debes ser el Arthur del que todos hablan.” – dijo un chico de cabello rubio bastante alto y sereno, que se apoyaba en la pared que había a mi lado. “Ja, ja, supongo que debo serlo.” – dije esbozando una sonrisa, mientras tomaba otro sorbo de zumo. “Todos mis amigos están celosos de ti por robar la atención de las chicas.” – dijo riéndose mientras extendía la mano. – “Mi nombre es Jarrod Redner. He escuchado mucho de ti por boca de Lilia en la escuela.” “Ah, vosotros dos vais a Xyrus. Como ya sabes, soy Arthur Leywin, encantado de conocerte.” Recibí el apretón de manos antes de que mis ojos vieran a Lilia, que comenzó a acercarse a nosotros al vernos juntos. “¿Puedo suponer que estáis saliendo o que te gusta antes de que ella venga aquí?” – dije en un tono de voz tan bajo que únicamente los dos podemos escucharlo. “Eres bastante astuto, ¿verdad? Sí, los dos somos parte del consejo estudiantil, ella es la secretaria y yo el tesorero. Estoy tratando de perseguirla y ya lo he declarado muchas veces.” – dijo mientras la miraba con una sonrisa. “Puede parecer un poco simple, pero es una buena chica. Espero que la cuides bien.” – respondí. “Bueno, espero tener la oportunidad de hacerlo algún día. Por ahora ella me ha rechazado las tres veces.” – dijo con una pizca de decepción en su rostro. “¡Hola Arthur! ¡Lamento no haber tenido la oportunidad de saludarte hoy! ¡He estado muy ocupada desde el momento en que llegué aquí y tú también estabas ocupado preparándote!” “Os dejaré solos.” – dijo Jarrod, para a continuación alejarse con solemnidad y un toque de celos en sus ojos. Ni siquiera miró a Lilia cuando pasó a su lado. “Te ves hermosa hoy.” – digo con calma, chocando mi vaso de zumo con el suyo, antes de dar otro sorbo. “O… Oh… Quiero decir, ¡gracias!” Lilia estaba realmente nerviosa cuando comenzó a juguetear con el cuello de su vestido verde claro, que estaba adornado con volantes y unos sutiles adornos. No la había visto desde antes de que comenzara a asistir a Xyrus. Lilia había madurado mucho en año y medio; su rostro infantil se había vuelto un poco más refinado. “Debes ser bastante popular en Xyrus. ¿Ya tienes novio?” – dije para molestarla un poco y hablar de la vida escolar. Mi propia hermana a veces me hablaba de chicos a los que les gustaba, presumiendo que era muy popular. “N-No, ¡por supuesto que no! Todavía no tengo nada de eso. Ja, ja.” – respondió mientras agitaba desesperadamente ambas manos, señalando que no había manera de que eso fuera a pasar. Sus movimientos me hicieron reír. “Todavía eres joven, así que tómate tu tiempo y conoce al hombre adecuado. ¡Pero será mejor que me lo traigas primero para que pueda aprobarlo antes de que comiences a salir con él!” – dije mientras la golpeaba en el brazo. Al oírme, Lilia puso una mirada triste, pero rápidamente cambió de expresión. “¡Sí, lo haré! ¡Simplemente no seas demasiado duro haciendo de juez!” “Ejem, ¿te importa si me prestas al muchacho?” – dijo Gideon acercándose y hablando con Lilia de la manera más gentil que pudo.