jueves, 5 de marzo de 2020

Survival Capítulo 52

1ª parte: Juego de Supervivencia
Capítulo 52
Mutante – David y Goliat III
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars

A pesar de la calma de Yohan, la detallada explicación, hizo que los miembros del equipo de reconocimiento parecieran ansiosos. Aunque Yohan podía entenderlo, porque sentía lo mismo. Si la oleada zombi todavía estaba activa y buscando supervivientes, entrar a la base sería similar al suicidio. Sin embargo, no parecía que esos zombis estuvieran bajo la influencia de una oleada. Pero la gran cantidad de zombis, hizo que Yohan se preocupara. Esta era una misión importante y, aunque fuera peligroso, no podían retirarse. Yohan sacó un pedazo de papel que había traído consigo y comenzó a dibujar un plano de la base mientras explicaba su plan. “Estoy basando esto en lo que me dijo el teniente Ahn sobre el interior de las bases y lo que podemos ver desde el exterior en este momento. Que todos copien este boceto en sus cuadernos. La munición se guarda al lado del puesto de guardia central, por lo que probablemente esté por aquí. Hay tres lugares que debemos verificar. Almacenamiento de municiones, almacén de suministros y los barracones.” “¿Los barracones?” – preguntó Saeri. “Si. Por cierto, Saeri, pensé que solo tenías mala letra, pero… ¿qué es esto? ¿Un mapa del infierno?” – respondió Yohan en broma. “¡Limítate a contestarme! ¿Qué demonios hay en los barracones?” “Es donde duermen los soldados. Las armas que usan también deberían guardarse allí. Usa los cortadores de alambre y agarra tantas como puedas. Nos dividiremos en tres grupos para atraer a los zombis, conseguir municiones y asegurar las armas.” “Guau, ¿un cebo vivo? ¡Solo oír eso me pone la piel de gallina!” – dijo Barrendero, fingiendo temblar. “Barrendero liderará el grupo de señuelos. Ha Jin y Dong Seok lo cubrirán.” – respondió Yohan, mirándolo. “Por dios jefe. Parece que te gusta asignarme todas las tareas peligrosas. Dime que lo estoy pensando demasiado.” “Lo estás pensando demasiado. El cabo Ong y Saeri irán conmigo a buscar munición. Hyuk y los demás buscarán las armas y luego revisarán los barracones y la sala de control del primer piso en busca de radios. Si hay un mapa de la base, cógelo también.” Todos asintieron. “Primero, el grupo que hace de señuelo hará ruido mientras camina alrededor de la cerca. Atraerán a los zombis del interior de la base en el sentido de las agujas del reloj hacia esta zona.” – dijo Yohan, dibujando un rectángulo en el mapa y señalando una esquina de la base. – “Dispárales por un momento y luego escapa hacia el bosque. No te excedas. Si se vuelve demasiado peligroso, dividíos y regresar al refugio por vuestra cuenta.” “Entendido.” “Los dormitorios y el lugar donde se guardan las municiones están en lados opuestos de la base. Tan pronto como entremos, nos tendremos que separar. Hyuk, coge tantas armas como puedas y reúnete con nosotros en el almacén de suministros en la parte norte de la base. Intenta no hacer ruidos fuertes y solo muévete después de matar a los zombis cercanos. Es posible que no podamos mover todas las armas de una vez.” En el caso probable de que tuvieran que dejar atrás armas o municiones, sería bueno tener zombis para protegerlos. Yohan quería asegurarse de que solo él pudiera adquirir todos los suministros de la base. Tan pronto como comenzó la misión, el grupo de Barrendero comenzó a dar vueltas alrededor de la base, pero como parecían tener dificultades para atraer la atención de los zombis, al final, hicieron un disparo. Esto atrajo la atención de los no muertos, tanto de dentro como de fuera de la base, que comenzaron a caminar hacia un solo lugar como las hormigas. “Barrendero, los zombis que se encuentran fuera de la base también se acercan. ¿Cómo va todo?” - Es duro. Me pregunto si tomé la decisión correcta en la vida para seguirte. “Parece que lo estás haciendo bien.” - Acabo de decirte que es difícil… Yohan apagó la radio. No se estaban moviendo hacia un callejón sin salida y como los zombis no iban a aparecer por sorpresa, no corrían ningún peligro real. Solo necesitaban concentrarse en escapar. Había elegido intencionalmente a aquellos con los mejores instintos de supervivencia para estar en el grupo que iba a atraer a los no muertos. Creía en ellos. “Vamos.” Once personas se movieron hacia la puerta de la base, que estaba abierta de par en par. Cuando entraron, los zombis en el puesto de guardia comenzaron a moverse hacia ellos. “Tú, el de la parte de atrás, cierra la puerta.” – ordenó Yohan. Los amigos de la universidad de Hyuk, Jae Hee y Myung Jin, cerraron la puerta de acero. Mientras lo hacían, el resto de supervivientes eliminaron a los zombis que intentaban entrar. Poco después, los dos grupos se separaron. Tenían un total de cinco plataformas rodantes entre ellos. El grupo de Hyuk tomó dos, uno para las armas y otro para los suministros. Los tres restantes se fueron con el grupo de Yohan para cargar munición. Las ruedas de las plataformas repiquetearon contra el suelo mientras rodaban hacia adelante, proporcionando el único sonido que se podía escuchar dentro de la base. Los zombis restantes asomaron la cabeza y cada uno tuvo que lidiar con ellos con una mano mientras con la otra continuaba tirando de la carretilla. Afortunadamente, el grupo de Barrendero había hecho un gran trabajo atrayendo a los zombis y no había muchos en su camino. Cada vez que el inexperto cabo Ong luchaba, el machete de Saeri bailaba en el aire. Había recogido su nueva arma en el refugio de Yohan, mientras hablaba del destino y de enamorarse a primera vista. En unos momentos, el grupo de Yohan había llegado al almacén de municiones. La cerradura estaba sellada con plomo. Esto indicaba que, tal como Yohan sospechaba, la base había colapsado desde el principio. La infección debía haberse extendido por dentro de la base antes de que alguien pudiera tocar la munición. Las bases militares coreanas tenían un protocolo estricto en torno a la distribución de municiones. Por lo tanto, si no reaccionaron con suficiente rapidez al comienzo de una crisis, era probable que esto sucediera. Después, la gente común probablemente trató de saquear la base, pero como la cerradura estaba sellada, también fallaron. ‘Al infierno.’ A menos que tuvieras algún conocimiento sobre el comportamiento de los no muertos, era difícil sobrevivir a una oleada zombi. Intentar luchar contra ella era similar al suicidio. Yohan rompió la cerradura de acero del almacén de municiones y la dejó caer al suelo generando un potente sonido. El almacén estaba completamente repleto de varios tipos de municiones y pólvora. Habían sido almacenados en cajas de hierro que se ubicaban sobre pallet de madera en el suelo. Yohan desenganchó la tapa de la caja más cercana y, con un clic, reveló una caja repleta de municiones. También había un compartimento secreto en la parte interior. “Guau, ¿cuántas hay?” – exclamó Saeri, mirando todas las cajas del almacén. “Este es el campo de tiro del décimo regimiento de la ciudad de Bucheon.” – explicó Yohan, uniéndose a su entusiasmo. “Parece que hemos ganado el premio gordo.” Era justo como dijo. Con tanta potencia de fuego, podrían enfrentarse a toda la Unión de Supervivientes de Seúl y mucho más. También podrían resistir contra la mayoría de las oleadas de zombis. “Cabo, ¿suele haber granadas en el almacén de municiones?” “Cada almacén tiene una lista de verificación para todas las necesidades básicas. Tienen el K400 aquí, pero últimamente se usa más el K413.” “No entendí ni una palabra de lo que acabas de decir. De todos modos, ¿no es irónico cómo la base cayó en manos de los zombis a pesar de tener toda esta munición?” “Tienes razón…” Si una pequeña base lograba sobrevivir al caos del principio, tendían a persistir. En la línea de tiempo anterior, hubo bases situadas en el campo que recuperaron áreas pequeñas. El octavo campamento al que se había unido era así. Esa base resistió tres oleadas zombis. “Solo necesitamos llevarnos las granadas, las minas antipersonas y las municiones de 5,56 mm. Son pesados, así que levántalos con ambas piernas, no hagas fuerza con la espalda.” “¿Son tan pesados?” – preguntó Saeri, chasqueando la lengua, mientras miraba al cabo Ong. Estaba sudando mientras se tomaba un descanso. Así, hizo que el cabo Ong hiciera guardia mientras ella comenzaba a mover las cajas de municiones. Al principio todo salió bien, pero después de tan solo 20 minutos, ella se agarró la espalda y cayó al suelo quejándose. Al final, volvió a hacer guardia mientras Yohan y el cabo Ong se concentraban en mover la munición. “Señor, ¿tenemos que tomar solo las cajas de 5 mm? Hay muchas cajas de 20 mm que nos estamos perdiendo.” “Hay un límite a lo que podemos llevar, por lo que es mejor tomar las cosas más genéricas.” “Oh.” “Tomemos un descanso.” “Vale. A decir verdad, pensé que nunca tendría que volver a mover cajas de municiones…” Yohan sonrió ante el comentario autocrítico del cabo. Podía identificarse con él. Cuando estaba en el ejército, tuvo que hacer lo mismo. “Ya terminé mi servicio, pero aquí estoy haciendo esto una vez más.” “Je, je. Señor, ¿en qué base sirvió?” “Fuerza Aérea. Regimiento de artillería antiaérea.” “Guau, solo las personas inteligentes van a la fuerza aérea. Supongo que eras bueno estudiando.” “No, estaba por debajo del promedio.” – contestó Yohan, lentamente, mientras se sentaba encima de una caja para recuperar el aliento. Había querido ser parte de la división militar acorazada. Justo entonces, Hyuk llamó por la radio. - Yohan, aquí Hyuk. Lo tenemos todo lleno de armas. “Gran trabajo. Creo que vamos a estar un tiempo aquí, así que ven a ayudar. Vamos a mover las municiones juntos, pero primero, reunámonos en el almacén de suministros.” - Entendido. “Tendremos que terminar esto con los demás. Vamos al almacén de suministros.” – le dijo Yohan al cabo Ong, volviendo a poner la radio en la correa del hombro izquierdo. “Sí señor.” Yohan abrió algunas de las cajas de municiones y cogió algunos cargadores como reserva. Además, le dio cinco a Saeri y otros cinco al cabo Ong. El cabo Ong empuñaba su arma como si fuera una extensión natural de su cuerpo. Por el contrario, Saeri estaba usando un arma que habían adquirido de un soldado zombi que habían matado antes. Se quejó de que el rifle era más pesado que su pistola, pero Yohan la obligó a aprender a recargar, apuntar y disparar. Era un conocimiento esencial. Cuando estaban a punto de irse, Hyuk volvió a llamar por radio. - Yohan, estoy frente al almacén de suministros. Será mejor que vengas rápido. El grupo de Yohan se movió con rapidez y vio un gran grupo de zombis frente al almacén. Parecían hormigas moviéndose afanosamente. Según una estimación aproximada, había alrededor de 300 no muertos. El área alrededor del almacén poseía un desnivel ligeramente más bajo. No era empinado, pero tendrías que doblar la espalda para entrar o salir. Yohan no estaba seguro de cómo abordar ese problema. “Oh, Yohan.” – dijo Hyuk, saludándolos nada más verlos llegar. Su grupo se escondía detrás de un edificio que estaba frente al almacén de suministros. Uno de los carros estaba lleno de fusiles de asalto Daewoo K2. “Este lado tiene muchos zombis. ¿Deberíamos retirarnos? ¿O recogemos más munición y les disparamos a todos?” Pero Yohan sacudió la cabeza. No le gustaba ninguna sugerencia. Las raciones del ejército no caducaban durante mucho tiempo y eran muy nutritivas. Dado el estado actual del mundo, no podían permitirse el lujo de abandonarlas. Sin embargo, usar armas era aún peor. No estaba preocupado por desperdiciar municiones, era el sonido lo que era problemático. Si comenzaban a disparar, desharían todo el trabajo que realizó el grupo de señuelos. “Menos mal que lo traje conmigo. Dejemos un carro aquí y tomemos los que están vacíos.” “¿Vamos a entrar? ¿Cómo?” – preguntó Hyuk. Había asumido que Yohan iba a volver a dividir los grupos, pero luego notó que había sacado tres objetos de color azul. Iban a practicar con granadas. “Esto debería ser suficiente para llamar su atención.” Yohan ordenó a todos que esperaran mientras lanzaba una granada al lado opuesto del almacén. La granada aterrizó a unos 30 metros de distancia con un ruido sordo y comenzó a dejar salir un poco de humo amarillo. El sonido que hizo era perfecto para atraer que los zombis cercanos volvieran la cabeza y miraran en esa dirección. A continuación, arrojó las otras dos granadas aún más lejos, haciendo que los zombis comenzaran a correr hacia el sonido. Luego hizo una señal a los grupos y todos se movieron con rapidez. Usaron una palanca que habían traído para esta misión y abrieron la puerta. Cuando entraron, se encontraron con un olor desagradable que hizo que todos se taparan la nariz al mismo tiempo. “¿Qué es este olor…?” El hedor hizo girar sus cabezas. Olía a comida podrida y olor corporal. Sin embargo, lo que más sorprendió a Yohan fueron los tres jóvenes escondidos dentro del almacén de suministros. ‘¿Hay supervivientes?