miércoles, 20 de mayo de 2020

Retro Capitulo 89

Volumen 4 Capítulo 89
Entre el verano y el invierno III
Traducido por Zura
Corregido por Tars
Editado por Tars

Todos los estudiantes de la clasificación individual de grado 1 y 2 participaban en la clase de combate. La mayoría pertenecían al grupo de la Luna azul. “Probablemente le rogó a Zod que dijera que él lo mató mientras se aferraba a su pierna.” – dijo Doneta Hadun, hablando a uno de los miembros de su grupo con entusiasmo. “Dijo que la esperanza de los plebeyos es la Academia Hebrion.” La gente se rio. Cuando Desir y su grupo llegaron, alzaron sus voces de forma deliberada para avergonzarlos, pero Ajest y Romántica se quedaron mirando. No reaccionarían a menos que Desir lo hiciera primero. “Un día… Voy a golpearlos hasta matarlos.” – dijo Ajest con un tono molesto. “Lo haremos juntas.” – contestó Romántica. Al final Doneta cerro la boca cuando entró el profesor en el aula. “Un placer conocerlos. Soy el profesor Esseblanc Tistachia. Voy a estar a cargo de esta clase.” Essenblanc tenía una enorme cicatriz en su rostro y su cabello estaba cepillado para atrás de forma elegante. Tenía unos 30 años. Además, mientras cruzaba los brazos, se podían ver como sus manos estaban llenas de callos, como símbolo de su fuerza. “Una vez fui mercenario y también fui el capitán de los Caballeros del Halcón Dorado del Imperio Hebrion. Solía entrenar pequeños alevines como vosotros hasta convertirlos en guerreros listos para el combate. Uno de los estudiantes se sintió ofendido por las palabras del profesor, pero Essenblanc elevó la voz. “No creo que pueda hacer mi trabajo hasta que tengan experiencia real. Pero sois demasiado inmaduros. Solo flores que crecen en un invernadero. En el futuro, alcanzaras un mayor poder a través de Dalian, pero ahora experimentarán algo muy similar al combate real a través de mi entrenamiento.” “Tengo la sensación de que este profesor es muy estricto…” – susurró Romántica. “Escuché que hay muchos estudiantes interesantes que están clasificados entre los primeros. Veamos…” – dijo Essenblanc examinando el aula hasta que sus ojos se detuvieron en Desir. – “¿Eres el primer clasificado? ¿Desir Arman?” “Sí, lo soy.” – respondió Desir. Las esquinas de los labios del profesor se curvaron en una sonrisa llena de satisfacción. “Desir, por favor ven a la tarima.” Cuando Desir se acercó, Essenblnc le agarró por el hombro. “Cuando hablo de maduros e inexpertos, no hablo de este joven. Este estudiante es consciente de su talento para el combate. ¿Lo sabes no?” “Gracias por su cumplido…” – respondió Desir. “Escuché que incluso antes de la ceremonia de entrada, habías logrado grandes cosas. Eres asesor técnico de la Torre de la Magia y, junto al mejor mago del mundo Zod Exarion, ¿has derrotado al demonio antiguo resucitado por los forasteros? Es un gran logro.” Mientras Essenblanc continuaba hablando, la cara de Doneta se contorsiono con una expresión peor a la que tenía antes. “Sé que todos los nobles de la Academia Hebrion sois famosos por ser arrogantes. Has demostrado que eres diferente de los demás y deberías estar orgulloso como plebeyo.” “¿Profesor…?” “Pero Desir, mira a la gente que te rodea en la escuela. Mira como toda la atención de los nobles se derrama sobre ti. Este es el trato que recibes por salvar a cientos de personas.” “Porque es mentira.” Doneta fue incapaz de estar callado durante más tiempo. “No hay nadie que haya sido testigo de cómo mataba el demonio. Probablemente Zod lo vio y sintió simpatía por él al ser un plebeyo y compartió parte de su logro con Desir.” “Oh… ¿En serio? Tu eres… ¿Doneta Hadun? ¿Esa es tu opinión?” – contestó el profesor Essenblanc. “La mayoría de nosotros piensa eso.” “¿Estáis de acuerdo con esa opinión? “Por supuesto. ¿No lo sabes? Los plebeyos son incapaces de hacer cosas tan grandiosas.” “Doneta, levántate.” Essenblanc se alejó de Desir y fue directo a la zona donde estaba el grupo de la Luna Azul. Cada paso del profesor parecía resonar con el aula, creando sutiles cambios en la atmosfera de la clase. Antes de que alguien se diera cuenta, el aula parecía helada y amenazante. También sentían como si en cualquier momento fuera a desenvainar su espada y atacar a alguien. Sin embargo, sorprendentemente, Essenblanc estuvo de acuerdo con Doneta. “Por supuesto tienes razón. La gente común es inferior a los nobles. La mayoría de ellos no tienen talento y no sirven para nada. Solo mira las puntuaciones de los exámenes. Al comparar las habilidades de los estudiantes de la Academia Hebrion, los plebeyos se ven abrumados por los estudiantes nobles.” Con cada palabra, el rostro de Doneta se iluminaba, más y más. Essenblanc continuo. “Algunas personas creen que es un desperdicio de tiempo y dinero aceptarlos en la Academia. Puede que el mismo Desir propagara los rumores para crearse una reputación.” “¡Eso es!¡Eso es lo que quería decir!” Doneta aplaudía excitado porque al fin había encontrado alguien que opinaba como él. Essenblanc sonrió. “Entonces, ¿porque no peleas contra él?” “¿Queeee?” “Si no puedes crees que Desir mato al demonio porque no lo viste en persona, deberías salir y pelear ahora mismo. Si crees que es un estafador, lucha y gana. Así demostrarás que es un mentiroso.” Desir pensó que era ridículo como había manejado la situación Essenblanc sin consultarle. Pero decidió que sería mejor ir con la corriente ya que no le aprecian una muy mala idea. “Oh, eso…” Doneta no pudo terminar su oración. Su boca se abrió y se cerró varias veces, como si intentara decir algo, pero no se pudo escuchar su voz. “Si no vas a combatir contra Desir, siéntate.” Doneta dudo un instante. Miro a Desir y se desplomo sobre su asiento. Romántica se rio. “Me encanta este profesor. ¿Qué opinas?” – preguntó Romántica golpeando el costado de Ajest, pero cuando la miró la notó seria. Ajest estaba mirando al profesor con bastante desagrado. “Está enfatizando la superioridad de los nobles y la discriminación que sufren los plebeyos de manera excesiva.” "Y que, ¿acaso no es verdad?” “Pero…” Ajest se tragó sus palabras. Por alguna razón sentía que toda esta situación era bastante sospechosa. “Si alguien cree que puede ganar contra este estudiante, que levante la mano.” – gritó Essenblanc. Nadie alzo su mano. “Clamais que los plebeyos son inferiores y menos dignos que los nobles. ¿Y todo lo que puedes es hacer es gritar y reírte de los demás? Os mostráis muy orgullosos, ¿Pero ni siquiera tenéis la capacidad para respaldar vuestras palabras?” Estaba provocando al grupo de la Luna Azul. “Entonces… ¿Hay algún noble que pueda derrotar a este plebeyo?” Al final, uno de los nobles alzó su mano. “Genial, ven a la zona de combate.” – añadió Essenblanc con una sonrisa. Un joven se levantó y dirigió al centro del aula. Era un chico alto y guapo, con el pelo cortado a la altura de las orejas. En el momento que el resto de estudiantes lo vieron, todos estaban asombrados. Desir sabía quién era. “¿Cómo te llamas?” – preguntó el profesor. “Kelt Pasil Niplica.” Era el hermano menor del Profesor Pugman. “Oh, alguien importante.” Essenblanc sonrió como si todo fuera muy divertido. Parecía estar disfrutando de este momento. “De acuerdo. Que los dos vayan a la zona de combate.”
* * *
Se sentía el sombrío viento del otoño. Desir y Kelt se dirigieron a la solitaria zona de combate. El escenario estaba ubicado en el centro del campo y poseía estaba hecho de piedra. “Me quiero disculpar en nombre de Doneta. Nunca dejó de crear rumores incluso cuando le dije varias veces que lo dejara.” – dijo Kelt, abriendo la boca por primera vez. “¿Por qué te disculpas? No tiene nada que ver contigo.” – dijo Desir. “Somos del mismo grupo.” – contestó Kelt. Desir creía que el también odiaría a los plebeyos. Era obvio que se había equivocado al suponer que sería como su hermano, el profesor Pugman. Pero aparte de eso, el hecho era que había respondido a la provocación del profesor. “Quiero dejar claro que no me quiero enfrentar a ti porque seas un plebeyo, sino porque quiero ver si eres tan bueno como dicen los rumores.” “Entiendo.” – contestó Desir mientras lo examinaba con cuidado. – ‘A diferencia de otros nobles no parece discriminar a los plebeyos. Es del cuarto círculo…’ A partir del cuarto círculo uno podía ser considerado poderoso. Obviamente debía ser uno de los mejores alumnos de segundo grado. La mayoría del público predijo que este sería una victoria sencilla para Kelt. Era bien conocido y todos sabían que era un experimentado hechicero. “Deja de presentarme. Soy Kelt Niplica.” – dijo Kelt, ofreciendo su mano. A Desir le agradaba este estudiante. Le había causado una buena primera impresión. Era fuerte, pero humilde, y con buenos modales. Pero, lo raro, era que no compartía la visión discriminatoria de los nobles hacia los plebeyos. ‘Juguemos un poco…’ Desir acepto el apretón de manos. “Soy Desir Arman. Un placer.” Después de estrechar las manos, se separaron y mantuvieron las distancias. Ambos vestían el mismo tipo de ropas y, como eran magos, no portaban ninguna arma en sus manos. “Bueno, si estáis listos, comencemos.” – anunció Essenblanc. Al mismo tiempo, dos círculos mágicos comenzaron a aparecer frente a ellos.