Volumen 4 Capítulo 88
Entre el verano y el invierno II
Traducido por Zura
Corregido por Tars
Editado por Tars
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Editado por Tars
Después de comer, se dirigieron a la sala del grupo.
Desir distribuyó el horario que tenía sobre su escritorio a los miembros del equipo que, al cogerlo, comenzaron a verificar los horarios que tendría cada uno ese semestre. Era un horario algo diferente al del primer trimestre.
“Señor Desir, ¡tenemos tres clases juntos!” – exclamó Pram con alegría y una sonrisa en los labios, tras comprobar el horario.
Desir era un mago y Pram un espadachín. Básicamente tenían un plan de estudios diferente, por lo que rara vez tenían la misma clase.
Sin embargo, a partir del segundo trimestre, tenían varias clases obligatorias comunes y, como resultado de esto, podrían asistir a clases juntos.
Romántica entrecerró sus ojos mientras revisaba su horario.
“Mira esto. El profesor Dalian está enfermo y contrataron a otro. Su nombre… ¿Essenblanc Tistachia? ¿Hay alguien en Hebrion con ese nombre?”
“Te darás cuenta cuando escuches su acento.”
“No me importa quien sea, espero que sea mejor que ese profesor de Ingeniería Mágica.”
El profesor de Ingeniería Mágica era Pugman.
* * *
Al día siguiente, comenzaron las clases en la academia Hebrion.
Clase de Botánica.
La profesora para la clase Alfa, la señora Gatwick, tenía unos cincuenta años y poseía una voz lenta y tranquila. Su clase se centraba principalmente en la teoría.
“Ah, ¿va a volver a centrarse en la mandrágora este semestre? Nunca comprenderé porque tenemos que saber que la intensidad del grito de la mandrágora está relacionada con la disminución del dolor abdominal.” – murmuró Romántica, mientras escuchaba aburrida.
“Habrá momentos en los que te será útil aprender todo esto.” – respondió Desir.
Clase de Historia.
El profesor Kevin era un hombre joven, con la nariz recta y unas gafas rectangulares. Siempre ponía a los estudiantes una gran cantidad de deberes y parecía pensar que la historia era la asignatura más importante de todas.
“El profesor Kevin debe pensar que no tenemos más clases en toda la escuela.” – criticó Romántica mientras arrojaba el libro de historia dentro de su taquilla. De hecho, hasta ahora no había hablado de ninguna clase de forma positiva.
“Además, la próxima clase es la de runas. No sé cómo voy a aguantar sentada tantas horas.”
Romántica dio un profundo suspiro, como si intentara hundirse en el suelo. El profesor Banquick se caracterizaba por dar la conferencia más larga de todas.
Sin embargo, el comienzo de la clase de runas fue fantástica y para nada aburrida. El profesor Banquick era un abuelo de unos 60 años que llevaba gafas gruesas sobre la nariz y terminó la clase diez minutos antes de lo habitual.
Los estudiantes salieron rápidamente al pasillo entre gritos de alegría.
“No me puedo creer que terminase antes de tiempo, ¿por qué lo habrá hecho?” – dijo Romántica con una sonrisa radiante.
“¿Estaría feliz por su trabajo?” – dijo Desir, tratando de adivinar.
“Pienso lo mismo, Desir.” – intervino Ajest.
“¿Qué yo?”
“Si. Por qué…”
“Porque el profesor es un plebeyo como tú.”
Una voz se sumó a la conversación.
Era un estudiante con los ojos azul oscuro y unas cejas nergras. Vestía el abrigo de color azul que representaba al grupo de la Luna Azul. El tercer mago de la clasificación individural, Doneta Hadun y su tono era bastante sarcástico.
“Los plebeyos tienen la idea equivocada de pensar que les irá bien si a otros les va bien. Son parásitos que viven de otros. ¿No piensas lo mismo?”
Cuando Romántica frunció el ceño e intentó decir algo, Desir apartó la mirada.
“No vale la pena. Ignóralo.”
La conversación con Doneta no era nada comparado con la clase de ingeniería mágica que les tocaba ahora. Tan pronto como el grupo de Desir entró en el aula, toda la atención se enfocó sobre ellos.
Sin embargo, la mayoría de sus ojos eran helados. La mayoría de los estudiantes de primer y segundo grado eran miembros de la Luna azul y tenían una relación hostil con el grupo de Desir. Además, la situación había empeorado después de que Ajest cambiara de grupo. Ahora eran mucho más agresivos.
El asesor del grupo de la Luna Azul era el profesor Pugman y odiaba a los plebeyos. No le gustaba Desir desde el evento de promoción y la transferencia de Ajest no había mejorado la situación. Hasta parecía que se había vuelto más gruñón con el cambio de semestre.
El contenido de la clase de ese día era crear un circuito mágico que desplegara una magia del primer círculo usando piedras mágicas de sexto nivel. Desir fue el primero en presentar su trabajo, pero recibió una mala calificación. Según el profesor Pugman no había revisado su trabajo con cuidado.
“Eso fue un poco ridículo.” – dijo Romántica mientras ponía sal en su sopa.
“Lo diseñaste a la perfección. Ni siquiera necesitabas revisarlo.” – dijo Ajest, mientras se encogía de hombros como si no fuera una novedad. – “Solo quería una excusa para quitarte puntos.”
Siempre pasaba lo mismo. Las personas con las mejores calificaciones eran los miembros de la Luna Azul, mientras que el grupo de Desir obtenía las notas más bajas.
“¿Qué toca ahora?”
“Teoría Mágica?
“¿Con la profesora Brigitte?
Después de comer, Desir, Ajest y Romántica se dirigieron a la clase de Teoría Mágica.
“Hoy es un hermoso día para estudiar teoría mágica.” – dijo la profesora Brigitte con calma. Era conocida como la Bruja del Vacío en todo el continente y era la mejor clase que se podía recibir en la academia Hebrion.
A diferencia de otras clases que enfatizaban la teoría y estaban llenas de divagaciones, su lección estaba enfocada hacia los ejercicios prácticos basados en situaciones reales. Sus clases eran sencillas y estaban repletas de una gran cantidad de información útil.
“Está bien, ahora vamos a practicar con la magia que ya conocemos. Formen grupos de tres personas. Después de practicar tendremos una discusión entre todos sobre sus conclusiones. El contenido de la clase de hoy se reflejará en su evaluación final.” – dijo la profesora Brigitte, después de explicar un nuevo concepto.
Los estudiantes se separaron en grupos para practicar.
Brigitte deambulaba por el aula, ayudando a los estudiantes a desarrollar su magia de forma correcta y evaluando como lo estaban haciendo. Al terminar la clase, la profesora se dirigió hacia Desir.
“Por favor, sígueme a la sala de profesores.”
“Sí.” – respondió Desir asombrado ante la petición, pero terminó por asentir con la cabeza.
* * *
El despacho de la profesora estaba lleno de libros bien organizados, haciendo que pareciera una biblioteca. Muchos de ellos eran libros antiguos y raros. Desir no podía evitar impresionarse cada vez que entraba en su despacho.
La Profesora Brigitte preparó dos tazas de té. Las colocó sobre el escritorio y le hizo una señal a Desir para que se sentara. Tan pronto como tomó asiento, comenzó a hablar.
“Desir, ¿recuerdas cuando nos conocimos?”
“Por supuesto, profesora.” – contestó rápidamente, mientras asentía.
“La biblioteca real que todos los ciudadanos pueden visitar libremente. Estabas leyendo libros allí. A pesar de que eras tan joven, estabas sediento por conocimiento y entusiasmado por leer.”
“Era mi único lugar de aprendizaje y en ese momento estaba bastante desesperado.”
La Profesora Brigitte puso una sonrisa amarga.
“Me sentí mal porque solo pudieras aprender en un entorno tan limitado como ese, a pesar de que tu pasión por saber. Por eso te recomendé a la Academia Hebrion.”
Desir asintió, todavía recordaba con detalle su pasado.
Para empezar, sin la ayuda de la profesora, le habría sido imposible ingresar en la Academia. Aunque tenía excelentes habilidades, sin la ayuda de la profesora para crear un encantamiento del primer círculo y su recomendación, nunca sería aceptado en la academia.
Brigitte era la salvadora de Desir.
“Desir, eres alguien que realmente excedió mis expectativas. Nunca imaginé que llegarías hasta donde te encuentras ahora.” – dijo la profesora, pero entonces su rostro se oscureció. – “Salvaste las vidas de muchas personas. Estoy orgullosa de ti, pero… Quiero que te cuides más.”
Desir fue incapaz de responderle.
“Sé que no tuviste elección, pero aun así fue demasiado peligroso. Sacrificaste demasiado.” – dijo la profesora con un tono de preocupación. – “Sé que debes estar cansado de escuchar esto de otras personas, pero quiero que recuerdes que hay mucha gente que piensa en ti. ¿Entiendes lo que quiero decir?”
“Si profesora… Lo tiendo.”
“Muy bien, puedes retirarte.”
Cuando la profesora Brigitte escuchó su respuesta, volvió a sonreír.