jueves, 11 de junio de 2020

Survival Capítulo 95

2ª parte: La ley de la jungla
Capítulo 95
El final de los escenarios preparados II
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars

Era su última noche en el campamento. Una vez que acabara, Yohan y los supervivientes que había seleccionado comenzarían su nueva vida en una nueva ubicación. Las 60 personas restantes se habían dividido en tres grupos. El equipo de reconocimiento estaba bebiendo cerveza en el techo del edificio más alto. El descanso y el alivio de la tensión eran unas de las cosas más importantes para los guerreros, pero nadie quería irse a la cama a pesar de que les dijo que podían relajarse. En cambio, se montó una fiesta con algo de bebida donde se podía socializar. Algunos simplemente querían disfrutar del paisaje mientras otros bebieron tanto como quisieron. Sin embargo, dado que acababan de terminar una pelea complicada, nadie estaba completamente relajado. Ha Jin se levantó de su asiento, haciendo que todos lo miraran, y levantó una lata de cerveza en el aire. Yohan, que estaba de guardia, vigilando la frontera, también lo miró. “No estoy seguro de si tengo derecho a decir esto, pero… Hablaré en nombre de nuestro reservado líder.” – comenzó a decir Ha Jin, pero justo cuando la gente pensaba que iba a decir algo grandioso, terminó su discurso con solo unas pocas palabras. – “Buen trabajo con la pelea. Hoy podemos seguir vivos gracias a su esfuerzo.” Desafortunadamente, sus palabras arruinaron el ambiente de la reunión. Hace seis meses, fueron amenazados por otras personas y a veces se metieron en situaciones de vida o muerte. La vida no era lo que esperaban. Habían matado, matado y matado. Matado para poder vivir. Matado para salvar a su gente. Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos, la gente aún murió. Y en el futuro, probablemente morirían más. Ha Jin se acercó a la barandilla en el borde del techo y vertió un poco de su cerveza en la calle de abajo. “Dong Seok, Aeri, Jae Hee… Un brindis por los que se fueron antes que nosotros.” La cerveza brilló en el aire mientras caía hacia abajo. Uno por uno, los otros miembros del equipo de reconocimiento agregaron algo de su cerveza. Solo había unos pocos miembros femeninos en el equipo de reconocimiento. Jung Eun lloró por su mejor amiga, Aeri, mientras derramaba su cerveza. Yohan los miró y echó un poco de su cerveza por el borde. Sabía que esto no permitiría que los muertos bebieran con ellos, pero el peso del alcohol ayudaba a aliviar el peso de la culpa. Cuando el estado de ánimo se calmó, el corazón de Yohan se sintió molesto. No deberían mantener estos sentimientos débiles. Este era un mundo donde deberían estar agradecidos por el hecho de estar vivos en lugar de estar tristes por los muertos. Yohan había estado agradecido simplemente por el hecho de que había más personas vivas que muertas. ‘Por un día está bien.’ Aun así, todos estaban tan deprimidos que podrían haber hecho un agujero en la tierra. “Escuchad.” – dijo Yohan. Cómo prometió, era hora de compartirlo todo. Contárselo todo no sería beneficioso ni perjudicial. Aquellos que lo habían experimentado todo, ahora entenderían la verdad y le creerían. Yohan probablemente no habría confesado nada si no hubieran asesinado por completo a la Unión de Supervivientes de Seúl. No habría podido dormir cómodamente, sin importar a dónde fueran, si la Unión todavía existiera. Sin embargo, dado que Baek Jung Gae había terminado con su propia vida, ya no quedaba nada en el pasado que lo frenara. Una vez que llegasen al segundo refugio que había establecido durante los seis meses de tiempo de preparación antes de que comenzara el apocalipsis, todos los escenarios para los que se había preparado habrían terminado. De ahora en adelante, todos, incluido Yohan, tendrían que vivir en un mundo del que no sabían nada. Esto no era algo que pudiera compartir mientras todos se reían. Como ahora el estado de ánimo era pesado, era el momento adecuado para confesarlo todo. Yohan hizo una pausa y tomó un sorbo de su lata de cerveza a la luz de la luna. Su lata estaba casi vacía. “En este momento… Lo que estoy diciendo es… El mundo en el que vivimos… Antes de que aparecieran los zombis, ya había experimentado todo este caos.” Al igual que su personalidad, Yohan compartió todo de una manera directa. No le importaba si le creían o no. Todos reprimieron su impulso de hacer preguntas y esperaron a que continuara. “No recuerdo cuántos años… Pero creo que las estaciones hicieron tres ciclos completos… Así que supongo que fueron unos tres años. Como ahora, los zombis aparecieron sobre el mundo. Mientras deambulaban, yo vivía todos los días en el infierno. Primero, el edificio de la compañía, luego una base militar, el campamento del centro comercial, el refugio de Incheon, Seúl, Yeouido y el parque de Nanji Hangang.” Yohan tomó otro sorbo. Aparte del sonido que hizo al beber todo estaba en silencio. “Estuve a punto de morir todos los días. El hambre, la sed, el miedo, la traición, los mutantes, la codicia humana… Hubo tantas veces, que los compañeros con los que me reí, con los que hablé, se convirtieron en fríos cadáveres al día siguiente. Hyuk, Jung… Ahora estáis vivos… En mi vida pasada… Aunque estuvisteis a mi lado fui testigo de vuestra muerte.” “Eso es…” “El final es aburrido. Al final, la Unión de Supervivientes de Seúl nos golpeó de forma horrible y, después de que todos mis compañeros se convirtieron en zombis, me mordieron y morí. Luego, cuando abrí los ojos, estaba en mi habitación. De eso hace 10 meses.” Recordó el momento con todo lujo de detalles. Como obtuvo el mayor préstamo posible, como renunció a su trabajo y como se preparó para el fin del mundo. Pensándolo ahora, era ridículo. Si tan solo el apocalipsis zombi no sucediera. Si tan solo fuera todo un sueño. Si ese fuera el caso, Yohan se habría endeudado y habría sido perseguido por los usureros. Pero a pesar de saber eso, creía en su vida pasada y se preparó para el apocalipsis. Incluso si no fuera a suceder y terminaba con una vida miserable, no sería tan malo como lo que había vivido durante el apocalipsis. Yohan había estado obsesionado con la supervivencia y la capacidad de reunir suministros era lo único que obtuvo de sus tres años en la línea de tiempo anterior. “Cuando desperté, simplemente no podía creerlo. No podría pensar que fuera un sueño. No, parecía… No importaba que fuera un sueño. Esos tres años… No pensaba en otra cosa que no fuera en sobrevivir todos los días. Por eso dejé mi trabajo y me preparé para el apocalipsis… Como si me estuviera preparando para la guerra. El refugio de la estación de Kkachiul que ya conocéis… Y el refugio de Yeongjongdo al que vamos a ir ahora.” Quería sobrevivir. No, quería vivir. En la línea de tiempo anterior, antes de unirse a Noah, su último compañero, Yohan sobrevivió solo. Si fuera necesario, abandonaría a sus compañeros. Si su campamento estuviera en peligro, sería el primero en escapar. Pero en su último año en la línea de tiempo anterior, tuvo un amigo en quien confiaba para proteger su espalda. Fue durante ese tiempo, que estuvo viviendo y no solo sobreviviendo. Se sintió vivo. Lo había ayudado a darse cuenta de que había algo más importante que la supervivencia. “Eso es todo. No sé qué están pensando, pero una vez que lleguemos a Yeongjongdo, todo lo que preparé estará listo. He usado todas las cartas que había preparado y me he deshecho de todos los enemigos que conozco. Después de esto, es un mundo desconocido. ¿Podemos revelar el refugio? ¿Será seguro? ¿Aparecerá otro enemigo fuerte? Eso siempre ha estado en mi mente y no puedo predecir nada de eso. Por eso… Cada vez que me miran como si fuera una especie de dios… Es un poco agobiante.” Yohan sonó un poco despectivo. Tenía más que decir, pero se detuvo cuando notó que Saeri estaba llorando. Las lágrimas rodaban por su rostro y su nariz también estaba húmeda. Jung Eun estaba llorando a su lado, pero se detuvo para intentar consolarla. Avergonzado, Yohan tiró su lata de cerveza vacía y agarró una nueva. “No pensé que nada de esto fuera triste…” “Es solo… Sniff… Triste… Sniff… Desafortunado…” “No estoy seguro de lo que estás diciendo. Habla después de que termines de llorar.” Yohan sorbió su cerveza. El sabor del líquido carbonatado y el olor a cebada llenaron sus sentidos. Después de un rato, Saeri terminó de llorar. “Has experimentado esta vida dura… Dos veces… Y es lamentable. Lo siento por ti… También, el hecho de que no tenías a nadie con quien hablar y tuviste que luchar solo…” “Bueno, gracias a esto, pude sobrevivir. Perdón por estropear nuestro tiempo de diversión.” Todavía tenían muchas preguntas, pero nadie estaba dispuesto a tomar la iniciativa y ser el primero. Todos los miembros del equipo de reconocimiento sintieron lo mismo que Saeri. “Hm… Perdón por interrumpir durante una conversación seria…” – dijo Barrendero, siendo el primero en hablar. Todos dirigieron su mirada hacia él. – “Hermanos, esperad… Sé que soy guapo, pero si todos me miran al mismo tiempo, es vergonzoso. Solo quería pedir que alguien me tirara un poco de carne seca si nadie más va a comerla.” “……” Por un instante, todos parpadearon en silencio. Al final, Ha Jin arrojó la carne seca. “Oh, gracias hermano mano izquierda.” “Melocotón.” “¿Uh?” “Dame ese melocotón. El de ahí.” Barrendero arrojó una lata de melocotones y Ha Jin lo atrapó. La lata ya estaba ligeramente abierta y el líquido salpicó su cara. “Que desperdicio.” Ha Jin se limpió la cara con la mano y se la lamió. Saeri, que estaba sentada a su lado, comenzó a quejarse de su comportamiento desagradable, olvidando que estaba llorando hace tan solo unos momentos. Yohan se rio a carcajadas cuando regresó la atmósfera tranquila. A nadie le importaba mantener las apariencias con las personas que había a su alrededor. Comieron y bebieron, dejando montones de latas vacías. Estaba agradecido por los nuevos compañeros que había establecido en esta línea de tiempo. Para él, Barrendero y Ha Jin valían lo mismo que 1000 soldados. Eran fuertes, confiables y amigables. Incluso ahora, cuando Yohan había arruinado el estado de ánimo, los dos lo trajeron de vuelta con prácticamente ningún esfuerzo. “Hermano, pasa la carne estofada.” – dijo Barrendero, señalando un contenedor que había al lado de Ha Jin. Este, abrió la tapa con su brazo protésico y se echó un poco de carne y salsa en la boca. “¿En serio? ¿Quieres que te llame hermano cerdo?” “Hazlo si quieres perder uno de tus brazos.” “¿Quieres probar?” “Cuando quieras.” “No sé qué está pasando, pero consigan una habitación para los dos. Hay una cama abajo.” – interrumpió Yohan, cuando los dos comenzaron a gruñir entre ellos. Ha Jin y Barrendero se callaron y se sentaron. Una vez más, el estado de ánimo de la fiesta de beber se recuperó y se animó. Yohan regresó a la barandilla del techo para vigilar la frontera mientras los miembros del equipo de reconocimiento se dividían en diferentes grupos y conversaban entre ellos. Fue una escena idílica que hacía difícil creer que estaban en medio de un apocalipsis. En las distintas conversaciones, Jung Hwan y Ah Young eran uno de los temas principales. Jae Ho, que solía trabajar como periodista y amaba las novedades, tomó la iniciativa y estaba molestando a Jung para que le diera detalles. “Solo dime exactamente cuál es tu relación con Ah Young. ¿No te gustaba Saeri?” “¿Qué diablos estás diciendo?” La cara de Jung se puso tan roja como un tomate mientras miraba nerviosamente a Saeri. “¿Están hablando de algo divertido?” – dijo Saeri, agarrando una cerveza y acercándose al oír su nombre. Se había vuelto a animar. Puso su chaqueta en el piso frente a Jung Hwan y se sentó en ella. “Todos lo saben excepto tú, tonto. Estoy seguro de que Saeri también lo sabe. No hay forma de que una diablilla como ella…” “Jae Ho.” – dijo Saeri mirando al antiguo periodista. “Ah, lo siento. Estoy mental y físicamente debilitando por el alcohol.” Jae Ho retrocedió inmediatamente en el tema de Saeri. “No… Ah… De ninguna manera…” – murmuró Jung para sí mismo con tristeza. “Bien, dejando a un lado el tema de Saeri… ¿Qué pasó con Ah Young? Dime.” Jae Ho presionó a Jung Hwan un poco más. Barrendero, que estaba masticando carne seca, escupió algunos trozos de nervio y se unió a la conversación. “Debes saber que es amor a primera vista. ¡Es el esfuerzo tristón de Jung Hwan de hacer uso de su pene nuevo y que nunca ha usado!” Los hombres del grupo se rieron a carcajadas ante el comentario de Barrendero mientras las chicas fruncían el ceño. Sentían que los hombres obscenos llevaban sus bromas demasiado lejos, especialmente cuando se trataba de Jung Hwan. Como para confirmar aún más sus pensamientos, Ha Jin también se unió. “No creo que sea amor a primera vista, es más primitivo. Mira. No importa cómo lo mires, ella es solo una estudiante. Estás cruzando la línea de los humanos decentes.” “Déjenme explicarles…” Jung Hwan parecía estar a punto de estallar en lágrimas. “Mira, ni siquiera lo niega. Mientras usen protección, está bien. De todos modos, el mundo está condenado, no es que la ley o los servicios infantiles todavía existan.” “Si piensas en la antigüedad, no sería extraño que una niña de la edad de Ah Young tuviera hijos.” “Hermanos, por favor…” Mientras los hombres continuaban burlándose de Jung Hwan, Jung Eun y Saeri tuvieron su propia conversación paralela. “Pervertidos.” – dijo Jung Eun. “Déjalos. Cuando los chicos están juntos, solo hablan de tres cosas.” – respondió Saeri. “Oh… ¿Militares, futbol y cosas pervertidas?” “Mujeres, historias picantes y cosas pervertidas que le hicieron a una mujer.” “¿Estás haciendo un comentario sexista?” – intervino Barrendero, escuchando de forma disimulada la conversación de las mujeres. “¡Los vejestorios empezaron primero!” La risa llenó el aire. Después de que todos se llenaron de comida y bebida, Jae Ho sacó una cámara polaroid. Nadie sabía dónde la había obtenido. “Ei, que todos se junten.” – dijo tras instalar la cámara. A pesar de todas las burlas y quejas anteriores, todos fueron afables cuando se acercaron para la foto. Jae Ho se aseguró de que Yohan, que todavía estaba apoyado junto a la barandilla, estuviera enmarcado y apretó el botón del obturador. Debido a la falta de iluminación, la foto estaba un poco borrosa, pero la felicidad se podía ver con claridad, grabada en la cara de todos. Jae Ho garabateó una nota rápida en la parte inferior de la foto. ‘Septiembre de 2017. Última noche en el campamento de la Unión de Bucheon.’ La brisa nocturna era cálida, como para reflejar el ambiente de la fiesta.
* * *
A primera hora de la mañana siguiente, todos estaban ocupados. Se reunieron a la hora señalada y prepararon sus pertenencias. Yohan fue a inspeccionar cuidadosamente el equipo de todos y los suministros comunes. Para la mayoría de los miembros del campamento, esta era la primera vez que viajaban una larga distancia. Era el trabajo de Yohan asegurarse de que no se llevaran cosas innecesarias y asegurarse de que no quedaba nada importante. Una vez que terminó su inspección, Yohan explicó los planes de viaje. “Vamos a dividirnos en tres grupos, delantero, medio y trasero. Los grupos viajarán separados al menos 15 minutos los unos de los otros. Barrendero liderará el grupo delantero y Ha Jin tomará la retaguardia. La gran máquina de construcción estará en el frente, armas de fuego y municiones en el medio, y el resto de los suministros en la parte trasera.” Tenían que tener cuidado con las oleadas zombi mientras se movían. Además, tenían que mantener los suministros alejados de la máquina de construcción, ya que podían interponerse en su tarea de despejar el camino. Todos, incluido él mismo, necesitarían un fácil acceso a las armas y a las municiones, por lo que esos suministros se quedaron con el grupo del medio. Además, dado que la máquina de construcción haría mucho ruido y atraería a los zombis, la mayoría de los luchadores estarían en el grupo delantero para tratar con ellos. Y, aunque el grupo del medio era técnicamente más seguro que el grupo de la parte de atrás, eran un vínculo importante entre los otros dos grupos y tenían a la mayoría de los luchadores restantes para poder ayudar en cualquier momento a cualquiera de los dos extremos. Era la primera vez que Yohan viajaba con un grupo tan grande. Tenía que preocuparse por despejar el camino y al mismo tiempo mantener a salvo a los supervivientes. Esta no era una misión de reconocimiento donde podían retirarse si las cosas se ponían peligrosas. Estaban moviendo su base y todo el grupo podría morir. Los preparativos comenzaron a primera hora de la mañana, pero no terminaron hasta la tarde. Al final, después de revisar todo varias veces, Yohan señaló que estaban preparados. - Aquí el grupo delantero. Empezamos a movernos. “Entendido.” La barrera hecha de vehículos amontonados se estrelló contra el suelo cuando la máquina de construcción avanzó. Sería un desastre para las personas que heredaban el campamento limpiar todo esto, pero todavía quedaban muchas máquinas de construcción en el campamento, así que no era un problema. Se dirigieron hacia el oeste para tomar la autopista. Yohan hizo una breve parada en el Ayuntamiento de Bucheon. Esta era la base de mercenarios. Como estaba en el camino, se aseguraron de pasar para decir adiós. Las calles cercanas estaban despejadas y el viejo ya estaba allí para despedirlos. Llevaba su habitual expresión alegre y seria mientras extendía su mano hacia Yohan. “Fue divertido.” – dijo Yohan mientras estrechaba las manos del viejo. “Pensé que tratarías de hacerme ir contigo al menos una vez.” – se quejó el viejo. Yohan sonrió con suavidad. Apenas confiaba en las personas con las que había estado durante más de un mes, menos con un grupo con los que solo había luchado desde hacía unos días. No era lo suficientemente amable como para llevarlos al segundo refugio. Sin embargo, era desafortunado. Como habían perdido a muchos combatientes, el poder de los mercenarios los habría fortalecido. Eran valientes, leales y confiados. Sin embargo, había demasiadas variables desconocidas. No eran personas que vivieron con ellos en su campamento. Mientras buscaban un nuevo comienzo en el segundo refugio, aún debían tener cuidado con otras cosas, como los supervivientes del culto. “Si fueras tú solo, lo pensaría.” “Tú te lo pierdes, niño.” – dijo el viejo, levantado la otra mano y entregándole un pedazo de papel arrugado. – “Sé que si te preguntara a dónde vas, no me lo dirás. Si cambiamos nuestra frecuencia de radio FM por cualquier motivo, utilizaremos las frecuencias que se enumeran aquí en este orden. Si quieres hacer otro trato, llámame.” “Bueno.” “Y aquí.” – dijo el viejo dándole una caja. – “Niño, es un regalo de despida.”