Capítulo 60
Idiota romántico
Traducido por Laga
Corregido por DaniR
Editado por Helios
Corregido por DaniR
Editado por Helios
“Art, ¿podemos hablar?”
El leve temblor de su voz desaparece tras decidirse a decir esas palabras.
“Sí… De todas maneras, parece que aquí hay una tercera persona trabajando para intentar hacernos hablar.”
Me siento, apoyándome en mis brazos, con el rostro goteando agua fresca.
“Acerca del b-beso… ¿Estás enojado?”
El rostro de Tessia está de un color rojo brillante, revelando cuán nerviosa está comparado con su firme expresión.
“No estoy enfadado. Quedé sorprendido, pero no enojado.”
Estaría mintiendo si dijera que no había notado que le gustaba a Tessia desde la época en que viví con ella en Elenoir.
“…”
Surge un breve silencio en el que me doy cuenta que Tessia está esperando que diga algo. El asunto es que ahora mismo no sé qué decir. Si tuviera que elegir entre si me gusta o no me gusta, por supuesto diría que me gusta Tessia, pero, ¿qué quiere decir eso? ¿Debería salir con ella, sin más? También está el hecho de que ambos somos jóvenes. Quiero decir, no es antinatural para los niños, especialmente de la realeza, casarse a la edad de trece o catorce años, pero eso no es exactamente normal de donde vengo.
*¡Ains…!*
¿Dónde está la ventaja de tener tanta experiencia en combate y política si cuando se trata de algo tan básico como el amor ni si quiera sé por dónde empezar?
“Arthur… ¿Sabes lo que estoy esperando, no?”
Se inclina más cerca de mí mientras frunce el ceño. La intensidad con la que me mira hace que me sienta incómodo, pero este problema no es algo que pueda seguir dejando a un lado.
“Tess, nos conocemos desde que tenemos cuatro años. La primera vez que te vi te estaban intentando secuestrar después de tener una pelea con tus padres. La primera cosa que hiciste cuando te salvé fue llorar de todo corazón. Después de hacer todo el recorrido hasta tu reino, fui lo suficientemente afortunado de ser capaz de quedarme en tu castillo, donde tu abuelo y hasta tus padres me aceptaron. Incluso ahora, tu familia y la mía se llevan bien hasta el punto que me resulta extraño…”
Respiro profundamente antes de intentar continuar.
“No comprendo qué intentas decir.”
La cara de Tessia tiene una apariencia irritada mientras pone una mano sobre la mía.
“Tessia. Todavía somos tan jóvenes. Quiero decir, ¡solo tengo doce años y tú apenas has cumplido trece! Sé que no es raro para una niña de tu edad casarse, ya que eres de la realeza, pero quiero decir, no tengo esos antecedentes.”
Me doy cuenta que tartamudeo ligeramente.
“Art. Te conozco lo suficientemente bien y ahora mismo solo estás diciendo excusas. Tú y yo sabemos que lo que quise decir no trata sobre casarse ahora mismo. Y-Yo solo quiero que las cosas progresen. Desde la época en la que estuvimos en Elenoir, ¡solo me has tratado como si fuera una niña! Han pasado al menos ocho años desde aquel entonces, Art… Tengo mucho que aprender, pero no me considero más esa niña.”
Su mirada severa se va suavizando a medida que intenta desesperadamente razonar conmigo.
*¡Ains…!*
“Precisamente se debe a que nos hemos conocido desde niños. Me resulta muy difícil verte como algo más, por lo menos ahora mismo, Tess. Ni siquiera ha pasado tanto tiempo desde que nos conocimos en aquel bosque.”
Puedo sentir cómo mis argumentos se vuelven más y más como excusas insignificantes. Tess suelta mi mano y se levanta. Miro hacia arriba y la veo temblar, intentando contener las lágrimas.
“Así que, me estás diciendo, que en todo este tiempo, ¿en ningún momento has pensado en mí como algo más que una amiga de la infancia? – murmura suavemente.
“…”
No sé cómo responder. Yo, por supuesto, intento pensar en ella como algo más que una amiga, pero no se trata solo de eso. Aunque he pasado doce años en este cuerpo, ocupé más de treinta años mi anterior cuerpo. Visité el orfanato en el que crecí múltiples veces y ayudé cuidando a niños que tenían la edad de Tess.
“Ya veo.” – susurra.
Supongo que piensa que mi silencio es la respuesta. Tessia se gira hacia atrás y da unos pesados pasos hacia la puerta de la sala de entrenamiento.
“¿Sabes, Arthur? Confías en ti mismo para muchas cosas. La magia, luchando, usando tu cerebro… Y tienes tanta maldita confianza en ti mismo porque eres bueno en lo que haces. Pero, ¿sabes qué? Hay algunas cosas en la que no eres bueno. No eres bueno en mostrar tus sentimientos.
Siempre te pones una máscara y pretendes ser feliz o que no te importa cuando no puedes manejar una situación. Pienso que, en ese sentido, eres mucho menos maduro que esos a los que llamas ‘niños’ y ves en esta Academia. ¡Solo utilizas la confianza en tus puntos fuertes para enmascarar las inseguridades que tienes en los aspectos en los que no eres bueno!”
Las lágrimas caen por las mejillas de Tessia mientras llora tras esta última refutación. Cuando las puertas se cierran detrás de ella, me quedo con un silencio inquietante que ni siquiera el sonido de la cascada puede cubrir.
‘Papá es un tonto…’ – dice Sylvie mientras se acurruca a un par de metros de distancia, alejándose de mí.
Me siento frente al estanque, aturdido por las últimas palabras de Tessia. Tengo que admitir que, en algunos puntos, Tess es más madura que lo soy yo. Ni siquiera en mi vida pasada; aparte de ser un gran luchador, no era un hombre tan impresionante. Tenía el carisma y la personalidad para atraer a las masas, pero cuando se trata de las relaciones interpersonales, me considero mediocre cuando tengo un buen día. Crecí evitando relaciones duraderas, viéndolas como una simple cara que podría ser usada en mi contra en cualquier momento. Para ser el mejor no debía tener debilidades, y tener una amante conduciría a mi desaparición más pronto que tarde.
He notado esto aún más desde mi venida a este mundo. Tengo una familia por la que felizmente moriría, lo que me hace pensar cuán débil soy realmente. Si alguien secuestrara a cualquiera de los miembros de mi familia, mi poder personal no sería realmente importante, por lo que, ¿no estaría a su entera disposición? El pensamiento de tener una amante, alguien a quien podría considerar mi otra mitad, es algo maravilloso, pero se trata de un tema que en verdad me aterroriza.
Después de volver a ponerme el brazalete que sella mis elementos de atributo fuego y agua, salgo del edificio y me dirijo hacia la próxima clase. ¿Cómo se supone que debo presentarme a Tessia en la clase de Mecánica de Lucha en Equipo? La propia Sylvie hace pucheros en la parte superior de mi cabeza porque he hecho enojar a Tess.
* * *
“Es bueno tenerte de vuelta, Art.”
Claire corre a mi lado, dándome una fuerte palmada en la espalda.
“¿Te sientes un poco mejor?”
Curtis también se pone al día con nosotros, con Grawder siguiéndole detrás.
“Probablemente tenga que estar sentado durante otro par de clases, pero estoy bien.” – les doy una débil sonrisa mientras llegamos al campo.
“¡Es bueno verte caminando, Leywin!”
La profesora Glory sonríe al ver que llegamos los tres, y cuando está a punto de caminar hacia nosotros, siento una intención asesina irradiando a mi lado. Lucas tiene una dura mirada en su rostro mientras da unos grandes y confiados pasos hacia Curtis, Claire y yo. Mis ojos coinciden con los suyos y ninguno de nosotros aparta la mirada a medida que se acerca a mí. Agarra mi camisa por el cuello y me acerca a su cara.
“Creo que necesitamos una revancha.”
Su hermoso rostro rubio es un espectáculo para la vista mientras frunce el ceño. Mi cara ha quedado a solo unos centímetros de la suya. Agarro la mano que sostiene el cuello de mi camisa por la muñeca y respondo. Mi gesto es frío como una piedra y mis ojos se mantienen clavados en los suyos.
“Esta es una manera bastante ruda de pedir algo.”
Agarro lo suficientemente fuerte para hacer que su mano pierda fuerza, pero no me detengo ahí. Con el maná dispuesto a mi alrededor, nos rodeo a los dos en un vendaval, haciendo que sus rodillas cedan. Haciendo una mueca de dolor, Lucas murmura algo inaudible y pronto surgen unas llamas anaranjadas que ha conjurado en la palma que tiene libre, listas para dispararlas hacia mí.
“¡Es suficiente!” – ruge la profesora Glory cuando se interpone en nuestro camino usando su espada que mantiene envainada.
“Arthur, ve a descansar a la plataforma de observación. No formarás parte en ninguna actividad en esta clase hasta que estés totalmente recuperado, órdenes de la Directora Goodsky. En cuanto a ti, Lucas, necesitas calmarte. Ya sea que deseas resolver tu pequeño rencor con una pelea o con un abrazo, hazlo después de que Arthur esté completamente recuperado. Ahora no es el momento.”
Deja escapar un suspiro mientras me empuja suavemente hacia la plataforma de observación. Después de caminar durante medio día, no necesito la espada para apoyarme, pero tampoco puedo caminar a un ritmo normal.
Miro alrededor, intentando encontrar a Tessia, pero no está aquí.
“Profesora Glory, ¿dónde está la princesa Tessia?”
“Se fue no mucho antes de que vinieras diciendo que no se sentía bien. Dijo que se pondría al día con la clase de alguna manera, pero parecía fuera de sí, así que Clive la llevó de regreso a su dormitorio. ¿Por qué? ¿Sabes algo?”
La profesora Glory se inclina y me mira a la cara. Sacudo la cabeza y comienzo a pensar acerca de lo que debo hacer.
“Puedes subir a la plataforma de observación sin comenzar otra pelea, ¿no? Limítate a descansar durante un par de días más.”
Coloca una mano gentil en mi hombro antes de correr hacia donde está el resto de la clase.
Observo cómo divide a la clase en diferentes equipos y entrenan realizando varias formaciones para diferentes circunstancias. En escenarios como el de un asedio, los conjuradores juegan un papel crucial, y los aumentadores deben adoptar una postura más defensiva, enfocándose solamente en proteger a los distribuidores de daño. Cuando se da un combate donde es necesario una lucha de guerrillas, solo uno o dos aumentadores permanecen cerca del conjurador, mientras que el resto va por su cuenta.
La clase ha comenzado hace solo una semana, así que esto es algo muy básico. Pero, aun así, la profesora Glory enseña a la clase bastante bien, y todos los alumnos están realmente metidos en materia y se divierten. En cambio, yo no puedo mantenerme concentrado; no hago más que pensar en cómo he arruinado las cosas.
Mi próxima clase es la que, de hecho, espero más: Teoría de la Desviación Mágica.
Desafortunadamente, nuestra maestra, la profesora Drywell le ha dado la máxima importancia a cubrir lo básico primero, por lo que incluso después de una semana, apenas ha impartido lo básico de desviación mágica.
“Siempre que se ve involucrada una desviación mágica, aparece un estrés mucho mayor, lo que conlleva un precio en lo referente a la magia. ¿Por qué pensáis que ocurre esto? Se debe a que la desviación mágica, como su nombre indica, se desvía de la reserva natural de maná que es evidente en nuestro mundo. El maná que nos rodea está compuesto únicamente por los tipos fuego, viento, tierra y agua. La desviación mágica que proviene de la forma superior de esos cuatro elementos tiene un coste mucho mayor comparado con los cuatro elementos originales debido a que no hay tal cosa como maná de tipo rayo, planta, gravedad, metal, magma, sonido o hielo rodeándonos en la atmosfera. Con el fin de producir esos fenómenos en nuestros hechizos, el mago debe ser capaz de alterar directamente su elemento padre y manipularlo a una forma desviada.”
La profesora Drywell hablaba sin parar. Es una señora bastante mayor, y aunque tiene la imagen de una abuela agradable y tranquila, nunca deja de hablar.
“¡Profesora! Pero la gravedad, los rayos, el metal, el magma, el sonido, y el hielo también existen de forma natural en nuestro mundo. Entonces, ¿por qué nuestro mundo no produce esos tipos de maná?” – pregunta a la profesora una niña que parece tener diecisiete años.
“¡Buena pregunta, jovencita! Honestamente, ¡nadie sabe con seguridad a qué se debe! Muchos teóricos de la magia creen que esto es debido a que se han cumplir un cierto conjunto de condiciones para que aparezcan esos elementos de desviación, pero el maná directamente relacionado con ellos no existe. Así pues, siempre se dan excepciones como en el caso del fuego. Lo más habitual es que no aparezca de manera espontánea sin causa. Quizás ese sea el motivo por el que la mayoría de los magos creen que el fuego es la forma más alta de la magia normal, debido a que en sí mismo está muy cerca de ser una desviación mágica.” – explica mientras se pasea por la sala de conferencias. – “Cuando la desviación mágica se aparta aún más de los cuatro elementos, su costo es aún mayor. Todos vosotros sabéis lo que es un Emisor. Son sanadores, esencialmente. El maná que utilizan no cae en las categorías de agua, tierra, fuego, o viento. En su lugar, me atrevería a decir que existe un elemento sagrado, o un elemento de luz para ser más precisos. Los Emisores obtienen pequeños beneficios al absorber maná de la atmósfera debido a que no hay maná de elemento luz dentro de nuestro mundo. En su lugar, trabajan en condensar y purificar el maná que se forma en su núcleo de maná, de modo que aunque utilicen menos maná, todavía se da un efecto sustancial en sus hechizos.”
Puedo decir que la profesora Drywell se va quedando sin aliento porque el tono de su voz se hace más y más alto.
Después de terminar con su lección diaria, tenemos una pequeña sesión de preguntas y respuestas, pero la verdad es que nadie tiene ninguna pregunta para hacer debido al miedo que sentimos porque la clase nunca termine. Por fin, la profesora Drywell nos deja ir y camino penosamente hasta mi última clase, que era Formaciones de Hechizo I. La mayoría de los estudiantes de esta clase son Conjuradores, pero algunos de los Aumentadores más listos saben que con esta clase pueden obtener algunos beneficios para sus habilidades.
Nuestro maestro, el profesor Mayner, es un hombre con apariencia de erudito, lleva monóculo y el cabello peinado en dos. Su bigote está bien recortado y como traje viste una túnica blanca.
“Bienvenidos, estudiantes. La Directora Goodsky me ha notificado que un estudiante llamado Arthur Leywin se unirá a partir de hoy a nuestra clase, ¿estoy en lo correcto?”
Mira alrededor, con su monóculo capturando el resplandor de la luz en el salón de clases.
“Sí. Me llamo Arthur Leywin, por favor guíeme bien.”
Hago una pequeña reverencia mientras asiente con la cabeza en señal de aprobación.
“¡Muy bien! No te has perdido nada muy importante, Leywin. Estábamos repasando los diferentes tipos de formación de hechizos, desde encantamientos de hechizos individuales a grupos de formaciones de hechizos. ¿Te importaría decirnos lo que sabes sobre las formaciones de hechizos?”
Ajusta su monóculo mientras camina hacia mí, sin doblar la espalda.
“Que yo sepa, las formaciones de hechizos son la unión y/o alteración de los hechizos básicos y habilidades con el fin de producir un fenómeno diferente, ya sea para el usuario mismo, o el punto específico en el espacio en el que el hechizo ha sido invocado.” – respondo.
“De hecho, es una respuesta muy sólida, Leywin. ¡Muy bien!”
Aplaude una vez antes de volver al frente de la clase donde ha comenzado la lección.
“Me gustaría que imaginéis primero un escenario. Imaginad un mundo donde todo el mundo pueda leer la mente del resto. Un pensamiento fugaz puede hacer que hasta el hombre más puro parezca perverso, o que la mujer más agradable sea cruel. Los pensamientos quedan expuestos al aire para que todos puedan verlos. Según mi parecer, ese mundo albergaría a los mejores magos jamás conocidos.”
Deja a todos confundidos con esta historia.
“Siguiendo adelante… ¿Por qué los Conjuradores, o también los Aumentadores cantan sus hechizos? No son las palabras las que invocan el hechizo o la técnica. En cambio, las palabras influyen en la conciencia del lanzador, llenando su mente con la correcta ‘sugerencia’. Así se consigue que el maná se moldee en el hechizo deseado.”
El sonido de toda la clase garabateando furiosamente en sus cuadernos llena la habitación. El profesor Mayner es un gran orador y hace que la clase quede inmersa con el material que imparte.
“Os haré un ejemplo bastante gracioso. Si le dijera a una chica que a la que le gusto, ‘Siempre te he querido’, puedes apostar que habrá algún tipo de reacción. El ‘encantamiento’, representado por ‘Siempre te he querido’ desencadena la respuesta o el ‘hechizo’ de ella, ya sea sonrojarse, llorar, sonreír, etcétera.”
La clase ríe a carcajadas ante la metáfora, pero yo no puedo evitar hacer una mueca.
“Considerando todo esto, si el lanzador puede controlar su conciencia para moldear el maná en el hechizo que desea, entonces los encantamientos se pueden acortar mucho, ¡o es posible que ni siquiera lo necesite! La razón por la cual los Aumentadores no necesitan concentrarse tanto en recitar se debe a que los hechizos que usan casi siempre requieren utilizar su propio cuerpo de forma directa. Los Conjuradores, por otro lado, tienen que recitar hechizos muchos más precisos y complicados, y esto es necesario para que sus hechizos no cambien por completo debido a un cambio en la línea de pensamiento. Esa es la razón por la cual he comentado que si hubiera un mundo donde todos pudieran leer las mentes de todos, ese mundo también tendría los mejores magos. ¿Por qué? Porque tendrían absoluto control sobre sus pensamientos.”
La clase continúa y aunque el profesor es un gran orador, no puedo concentrarme porque mi mente sigue volviendo a pensar en Tessia y lo que me ha dicho antes de irse. Oculto mis inseguridades con mi confianza…
¿Eso es lo que hago? ¿Utilizo el hecho de ser mucho mejor en magia que todos los demás como excusa para evitar enfrentarme a lo que realmente soy malo?
He sido un hipócrita. Me decía a mí mismo que no debía mirar a Tessia como algo más que una niña, pero en realidad soy yo el que necesita madurar. Mejorar mis puntos fuertes no logra rellenar mis puntos débiles, sino que hace que sean mucho más evidentes.
Tess es joven. También es inocente, pero eso no quiere decir que sea ignorante. Tal vez sea yo el ignorante.
“¡La clase ha terminado! Estudiantes, que tengáis una noche maravillosa. ¡Os veré a todos mañana!”
Mientras camino hacia mi dormitorio, mi mente está por todas partes, y casi tropiezo conmigo mismo varias veces.
Mierda.
Cambio de dirección hacia donde están los dormitorios del Consejo Estudiantil. Corro tan rápido como mi cuerpo me permite, y llego a un edificio que es mucho más elegante que el de mi dormitorio. Estoy aquí. ¿Cómo encuentro a Tess? No es como si pudiera gritar y llamarla simplemente…
‘Papá. Mamá esta por allí.’
Sylvie señala hacia el este con su pata y, sin cuestionarla, corro en esa dirección.
“¡Te lo estoy diciendo! Estoy bien. ¡Por favor, solo déjalo estar, Clive!”
Escucho la voz de Tessia en el patio cerca de la fuente.
“¡No! ¿Cómo se atreve ese mocoso de Arthur a hacerte llorar? ¡Sabía que solo causaría problemas! Su mala educación es definitivamente el problema. No puedo imaginar por qué la Directora Goodsky hasta ha permitido que ese campesino esté en esta prestigiosa Academia, ¡y nada menos como parte del Comité Disciplinario!”
Distingo vagamente la figura de Clive sujetando a Tessia por la muñeca. Clive se da cuenta de que me estoy acercando y su rostro se contrae al tiempo que frunce el ceño.
“¿Qué demonios piensas que estás haciendo aquí? ¿Te atreves a encontrarte con la princesa Tessia después de haberla tratado tan mal? Si fuera por mí, ¡te mataría ahora mismo!”
Ignorando al delgado y severo vicepresidente, miro a Tessia, que intenta alejarse.
“Tess, ¿puedo tener algo de tu tiempo?”
“¡¿Me estas ignorando?!” – ruge Clive mientras suelta la muñeca de Tess y agarra mi hombro. Entonces me doy la vuelta y le miro.
“Piérdete.”
No puedo contener la cantidad de irritación que siento por ese mocoso y mi situación con Tess no lo está mejorando. Dejo escapar demasiada intención asesina y obligo a Clive a saltar hacia atrás, que tropieza y cae de espaldas.
“¡T-TÚ! ¿¡Qu-Qué…!?”
Estando demasiado nervioso, Clive es incapaz de producir algo coherente, ya que mi mirada nunca le abandona.
“Detente. No vale la pena provocar una escena.”
Tessia se interpone entre Clive y yo, toma mi mano y me lleva fuera del patio. Mientras intento seguir los rápidos pasos de Tessia casi me tropiezo; mi cuerpo lesionado todavía no puede hacer nada más que caminar.
“E-espera Tess, estamos yendo demasiado rápido. Sigo herido.” – digo entre bocanadas de aire.
“Oh, lo siento mucho.”
Tessia mira hacia atrás y puedo decir que está haciendo todo lo posible para parecer enojada.
Al detenernos, estamos en un callejón entre la oficina de la Directora y los dormitorios del Consejo Estudiantil. Cuando Tess suelta mi mano, da un paso atrás y espera a que recupere el aliento.
“¿Bien? ¿Qué quieres?” – dice Tess girando la cabeza mientras hace pucheros.
“Tess. Acerca de lo que dijiste de mí, tenías razón. Ahora me doy cuenta que todo este tiempo he estado evitando enfrentarme con mis propios sentimientos. Tenía miedo. La magia y el combate son mucho más simples, ¿sabes? Mientras más entrenas, vas aprendiendo y obtienes mejores resultados. El amor… El amor no funciona de esa manera.”
Miro a Tess, pero su expresión no cambia.
“Ponía excusas cuando decía que éramos demasiado jóvenes. Lo siento. Me gustas, Tess, es la verdad. Te extrañé cuando volví a casa. Pensaba en ti a menudo y me preguntaba qué estabas haciendo a cada momento. Las cosas que dije antes, probablemente habrán herido mucho tus sentimientos, ¿no?”
Me rasco la cabeza y Sylvie salta de mi cabeza para colocarse encima de Tessia.
“…”
“Sí, y todavía estoy enojada, ¿sabes?”
Aún sigue apartándome la cara, pero la atrapo echando un vistazo a mi rostro mientras sus brazos siguen cruzados.
“Siento haber puesto excusas, pero ¿puedo pedirte que tengas paciencia conmigo? La verdad es que no soy bueno en esto, y en este aspecto, probablemente soy mucho menos maduro de lo que eres tú. ¿Puedes esperar a que me ponga al día?”
Doy un paso adelante y muevo la cabeza para intentar que me mire.
*Tsk…*
“Dices eso, pero apuesto a que encontrarás otra chica mientras tanto.” – responde evitando mi mirada.
“No haré eso. Lo prometo.”
“¿Cómo lo sabes? ¿Cómo se supone que voy a confiar en que no te enamorarás de otra persona si te doy más tiempo? No lo entiendes, Art. Puede que no lo parezca, pero soy muy egoísta. No quiero compartirte. ¡Te quiero todo para mí!”
Gira la cabeza hacia mí, con los ojos llenos de lágrimas.
“¿Que tal si tú…?”
Al instante, mi amiga de la infancia deja de hablar mientras mis labios cubren los suyos. Esta vez es diferente si lo comparo a cuando ella me besó. Quizás sea porque he sido yo quien ha empezado, pero ahora es algo mucho más delicado. Al principio, siento cómo se tensan sus temblorosos labios por la sorpresa, pero luego se aflojan con satisfacción cuando una parte de mi nariz toca suavemente la suya. Soltando su cintura, me distancio de ella mientras siento que mi cara empieza a acalorarse.
“Este es el límite de lo que puedo hacer. Como he dicho… Espero que puedas esperar por mí solo un poco más. Prometo que no escaparé.” – digo mientras miro hacia abajo.
Esta ha sido la primera vez en ambas vidas en la que he iniciado un beso, y no estoy seguro de haberlo hecho bien o no.
“…”
Echo un vistazo a la cara de Tess y veo que tiene una mirada brillante en los ojos, mientras se toca los labios con los dedos índice y medio.
“¿Tess?”
“Está bien, pero no me hagas esperar demasiado o seré yo la que se vaya corriendo.”
Sale de su aturdimiento y da un paso hacia mí, poniendo una cara de enfado.
“Hecho.”
Sonrío aliviado porque al fin he podido arreglar las cosas con Tess. Y entonces, de repente, levanta la cabeza y me da un beso en la mejilla.
“¿…?”
Me ha cogido por sorpresa, no sé qué decir.
“Eso por salvarme en clase la semana pasada.”
Deja escapar una suave risita; sus ojos todavía están rojos por haber llorado. Sin darme la oportunidad de responder, corre hacia su dormitorio, dejándonos a Sylvie y a mí solos en el callejón.