Arco 4 Capítulo 24
Situación financiera desesperada
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars
En una habitación hecha de piedra e iluminada por la luz de las velas, Narson estaba sentado en su silla mientras observaba con atención un gran mapa con todos sus territorios, que estaba desplegado sobre su escritorio. Al lado izquierdo de la mesa, su esposa Zirconia comprobaba un pergamino que sostenía con la mano derecha.
Zirconia llevaba un vestido rojo claro que le daba una apariencia relajada, mientras que Narson vestía una camisa de cuello alto y pantalones de alta calidad, además de un manto marrón claro. Era la ropa que siempre se ponía cuanto tenía alguna visita.
Esta habitación era la oficina de Narson y era la misma sala donde había recibido el informe de Isaac sobre la aldea de Grisea hacía unos días. Apenas pasaba del mediodía, y afuera el sol se había establecido con furia en mitad del cielo. Sin embargo, como esta habitación no tenía ventanas, no se podía sentir la luz del sol.
En la esquina de la mesa había desplegadas varias hojas de documentos que contenían la información más reciente de los eventos del territorio, junto a los papeles con la información de otro país que Zirconia había sacado de la estantería.
“La muralla del lado norte está terminada en, aproximadamente, un 60%. El lado este y el oeste en un 40%, mientras que el lado sur, creo que está cerca del 30%.” – dijo Zirconia mientras colocaba el pergamino en la mesa sobre un montón de documentos que se encontraban en la esquina del escritorio.
“¿Estará terminada la muralla antes de que expire el tratado de no agresión?” – murmuró Narson.
“Eso parece.” – respondió Zirconia con una inclinación de cabeza. – “Dado que la población del feudo ha aumentado en unos cuantos miles de personas con la inmigración que vino del resto de territorios, creo que la muralla estará terminada a tiempo con nuestra fuerza de trabajo actual. Pero solo podremos lograrlo si el territorio de Gregorn, al oeste, y el territorio de Fraise, al sur, envían alimentos. Además, necesitamos que la familia real otorgue una exención de impuestos y esté dispuesta a enviar dinero como apoyo.”
“¿Crees que podremos continuar?” – preguntó Narson levantando la cara para mirar a Zirconia.
“Los alimentos enviados como ayuda desde el territorio de Fraise han aumentado un poco. Sin embargo, los alimentos que llegaban desde el territorio de Gregorn han disminuido en gran medida.” – respondió Zirconia tras tomar varios documentos del montón que se encontraba en la esquina de la mesa y los ponía ante Narson.
Tras examinarlos por unos momentos, pudo ver que, tal como había explicado Zirconia, los envíos de alimentos desde el territorio de Gregorn se habían reducido drásticamente. El motivo de la reducción de alimentos estaba adjunto al documento: había aparecido una hambruna en su territorio.
“El señor Dias también tiene dificultades… Si es así, no tenemos otra opción que retirar gente de la obra para que vuelvan a los campos…”
Desde el día en que el tratado de paz con Balveil había entrado en vigor hasta el día de hoy, por orden de Narson, en vez de centrarse en las actividades agrícolas, la mayoría de la población estaba ocupada construyendo fortalezas a lo largo de la frontera o en la construcción de la muralla que rodeaba Isteria.
Aunque la situación actual había ido relativamente bien hasta el año pasado, la sequía de este año había provocado una gran hambruna debido a la escasez de alimentos en su territorio. Por ello, durante los últimos meses y gracias a un edicto imperial, el resto de territorios estaban obligados a mandar alimentos a esta zona.
Normalmente, Isteria ya recibía alimentos del resto de territorios para poder compensar la llegada de nuevos habitantes. Pero como el brote de hambruna actual era de una escala nunca vista, la cantidad de alimentos había resultado ser insuficiente.
Y ahora, con las ayudas que llegaban desde el territorio de Gregorn prácticamente suspendidas, estaban en una situación en la que tenían que reconsiderar un cambio de política interna: debían considerar priorizar la recolección de alimentos antes que la creación de nuevas defensas.
“Eso es verdad… Sin embargo, no podemos disminuir el personal asignado a la fortaleza de la frontera, ya que sin ella no podremos detener el avance del gran ejército de Balveil. Por el contrario, la actual ni siquiera es suficiente, necesitamos al menos otras dos. Si no enviamos personal adicional a la obra, podríamos terminar con una escena infernal dentro de cuatro años.”
Al leer los documentos, Narson no pudo evitar soltar algunas maldiciones. Al final, dejó escapar un largo suspiro.
“Aunque valoro esa opinión, si hacemos eso, incluso antes de que comience la guerra, nuestro territorio ya será un infierno. No podemos continuar sin alimentos. Dado que el próximo año enviarán miles de personas del resto de feudos, si no podemos mantenerlos será inútil. Además, existe la posibilidad de que antes de que expire el tratado de alto el fuego se pueda firmar un acuerdo de paz.” – dijo Narson.
“¿Podemos aumentar la importación de alimentos desde Craylutz…?” – preguntó Zirconia.
“Ya hice unos cálculos preliminares. Aunque supongamos que la cantidad de madera y la extracción de cobre y estaño aumenten para poder elevar las exportaciones y así comprar una gran cantidad de alimentos, a largo plazo podemos esperar una escasez de bienes materiales.” – Narson continuó tras una pausa. – “Además, si compramos esos alimentos como medida temporal, si la sequía persiste, no podremos sobrevivir y si cortamos el bosque indiscriminadamente no podrá recuperarse aunque llegue la temporada de lluvias. Entiendo tus palabras, Zir, pero si por un casual empieza la guerra y no tenemos comida, no tendrá ningún sentido pelear. Por favor, acepta eso.”
Al escuchar las palabras de Narson, Zirconia cerró los ojos y pensó en lo que había dicho durante un rato. Al final dejó escapar un pequeño suspiro y abrió los ojos.
“La causa de posponer los asuntos internos del territorio y priorizar los preparativos de guerra… Es mi responsabilidad.”
Después de firmar el tratado de alto el fuego, el territorio de Isteria había impulsado una política que priorizaba la preparación militar, la construcción de posiciones defensivas y aumentar la fuerza del ejército en lugar de sus asuntos internos. Narson había querido priorizar la producción de alimentos y la reconstrucción, pero su esposa defendió con firmeza que debían aumentar sus preparativos de guerra.
Por supuesto, los otros consejeros del territorio de Isteria, incluido Narson… Excluyendo al personal militar, estaban totalmente en contra. Sin embargo, Zirconia abogó tercamente por ello y no cedió. Después de todo, Zirconia explicó de forma persistente que, considerando el potencial de guerra de Balveil y su capacidad para continuar la guerra, si para cuando expirara el tratado de alto el fuego, el tamaño del ejército no había aumentado, sería una catástrofe. Por ello, la mayoría de las personas que se habían opuesto en un primer momento, aceptaron de mala gana una vez que Narson dio su consentimiento.
Gracias a eso, el presupuesto militar aumentó drásticamente los primeros años, sin embargo, Zirconia pensó que aún no era suficiente.
“No, lo que pediste estaba justificado. Además, hasta ahora había pasado alguna vez este tipo de situaciones a pequeña escala, pero es la primera vez que pasa algo tan grave. Parece que esta hambruna será igual de grave que la que ocurrió hace un siglo. Esto estaba fuera de cualquiera previsión.”
Cada año era común en los diversos países de Arcadia, que ocurrieran con frecuencia hambrunas a pequeña escala o inundaciones. Sin embargo, la escala de la hambruna actual era algo que ocurría por primera vez en cientos de años. Si hubieran puesto como primera prioridad los asuntos internos, la situación actual podría ser más o menos manejable, pero, de cualquier manera, hubieran sufrido grandes daños.
“Eso es cierto… Pero lamento no haber podido pensar en unas contramedidas por adelantado. Además, si la hambruna es tan grande, puede que al igual que en la leyenda, el Dios Greisior aparezca para ayudarnos.” – dijo Zirconia en broma.
“Oye, oye, si se repite esa historia, entonces el señor feudal será asesinado por los campesinos. Sálvame…” – respondió con una sonrisa amarga mientras se recostaba en el respaldo de la silla.
Zirconia soltó una carcajada cuando vio la cara de Narson mientras sacaba un documento con información sobre Balveil de la pila de documentos.
“Estarás bien. Eres diferente del noble de la leyenda, ya que la casa de Isteria nunca haría algo que pudiera incurrir en la enemistad de los campesinos. Dejando eso de lado, ¿puedes echar un vistazo a esto?”
Narson agarró el documento y lo miró rápidamente por encima. Cuando acabó se podía ver un pequeño surco en su frente.
“¿Negociaron una paz con algunas de las tribus de bárbaros…? Esto no es bueno. Esto realmente no es bueno.” – gimió.
Los bárbaros eran el nombre que se le daba a las tribus que habitaban al norte de Balveil. No era un pueblo unido y con frecuencia estallaban conflictos entre ellos mismos. No tenían un concepto de nación. Pero, como consecuencia de esa beligerancia, con frecuencia descendían sobre Balveil con la intención de atacar y apoderarse de sus territorios. Durante los últimos diez años habían sufrido decenas de incursiones. Sin embargo, recientemente Balveil había logrado negociar algún tipo de paz con algunas de las tribus bárbaras.
“Sí, con la disminución de la amenaza del norte, podrían lanzar una invasión sobre los países del sur de Arcadia sin preocupaciones. En la guerra anterior, estaban luchando en dos frentes, por lo que, en la próxima guerra, sufriremos la peor parte.”
“Si pueden tomar el control de todo el reino, ganarán acceso al océano del sur y ya no tendrán que preocuparse por su retaguardia. Podrían dirigir su atención al resto del continente… Entiendo. Mantendremos la misma cantidad de personas en la construcción de la fortaleza. También pensaré en una solución para asignar el número de personas suficiente para terminarla. Sin embargo, la construcción de las murallas de la ciudad cesará por completo y las personas que están trabajando en ellas tendrán que destinarse a la producción de alimentos. Por favor, Zir, informa al oficial militar. Se lo diré a los funcionarios civiles.”
Al escuchar esas palabras, Zirconia sonrió con dulzura.
“Gracias. No perderemos fácilmente si hay una fortaleza. Por favor déjame el resto.” – dijo Zirconia, para a continuación doblar su cintura y darle un beso a Narson.
Al recibir esa respuesta por parte de Zir, Narson puso una sonrisa irónica con una expresión de sorpresa.
“Dios, no sé por qué motivo se me conoce como el ‘Escudo de Arcadia’. ¿No debería ser mejor que te lo llamaran a ti?”
“¿Qué estás diciendo? No podía manejar domésticos, militares y la diplomacia al mismo tiempo. No podríamos proteger el territorio si solo nos centramos en los asuntos militares. Es por eso que ese apodo se adapta mejor a mi cariñito.” – dijo Zirconia con una sonrisa para a continuación salir de la habitación. – “Hasta luego.”
Narson se quedó mirando la puerta por la que había salido Zirconia durante un rato, respiró hondo para recuperarse y comenzó a escribir nuevas órdenes para sus subordinados.
* * *
Al mismo tiempo que Narson y Zirconia estaban ocupados con su trabajo, Kazura y Valetta estaban de cuclillas en el jardín de la casa. Les estaban echando fertilizante a las macetas que habían rellenado con las plantas de menta. A su lado, había dos bolsas de papel vacías. Eran las semillas que Kazura había comprado en Japón.
“Antes de que se sequen ya tiene un olor agradable. Es diferente del té que tomamos ayer, este es más fuerte y refrescante.”
Mientras Valetta colocaba el fertilizante con una pala para jardinería en las macetas con las plantas de menta, su nariz se movió apreciando su olor.
Para confirmar si había algún efecto raro con los fertilizantes, seleccionó dos tipos de hierbas. Solo las plantas de menta recibieron el fertilizante, mientras que la citronela la dejaron como estaba. Al hacerlo, podría comparar el desarrollo de ambas plantas.
Cuando Kazura confirmó que Valetta había terminado de poner el fertilizante en las macetas con la menta, cogió las macetas vacías y las semillas de la bolsa de papel.
“Ahora, el siguiente trabajo es plantar estas semillas.”
“Ah, déjame ponerlo en el suelo.”
Para el experimento del fertilizante y el desarrollo de las plantas había usado algunas semillas, pero como había comprado una gran cantidad de ellas, decidió cultivarlas todas al mismo tiempo en ese lugar. Había diferentes tipos de semillas, las que eran plantadas en las macetas recibirían fertilizante, mientras que las que eran plantadas en el suelo no.
Por si acaso las semillas plantadas en el suelo sufrían un crecimiento masivo, habían creado una separación a su alrededor usando tablas de madera para que no se extendieran demasiado. Aunque cuanto más crecieran, más podría cosechar. Si sufrían un crecimiento explosivo podría compartir la cosecha con el resto de aldeanos y sería feliz.
‘Hmm… hay unas pocas semillas que son para plantar en verano, como la albahaca y la rúcula.’ – pensó mientras clasificaba las bolsas de semillas que podría plantar. Estaba viendo la tabla de referencia que venía en la parte posterior con la descripción para su siembra.
La mayoría de las semillas se plantaban entre abril y mayo, o de septiembre a octubre. Había muy pocas semillas que se plantaran en agosto.
“Señor Kazura, en este papel pone que el romero o la citronela se pueden plantar en verano, siempre y cuando estén bajo una sombra fresca.”
Cuando Kazura iba a abrir la bolsa de las semillas de albahaca, Valetta, que había leído la guía que mencionaba como cultivar plantas, recogió las bolsas con semillas de romero y citronela del suelo.
“Eh, ¿en serio?”
“Sí, está escrito aquí.”
Echando un vistazo al papel que estaba al lado de Valetta, comenzó a leer las notas que estaban escritas con una hermosa caligrafía.
“Es una semilla que puede crecer en verano siempre y cuando estén bajo una sombra fresca.” – dijo Kazura, leyendo en voz alta. – “Oh, es verdad… Cómo debería decirlo, ¿desde cuándo puedes leer las letras de mi país tan bien? ¿No han pasado solo diez días desde que comenzaste a aprenderlas?”
“Fu, fu, cuanto más aprendo, más recuerdo. Será porque es agradable poder leer los libros que me trajo el señor Kazura, me quedo despierta todas las noches para aprender. ¿Estás sorprendido?”
Al escuchar las palabras de Valetta, Kazura estaba profundamente asombrado. Su capacidad de aprendizaje era impresionante para poder leer textos que nunca había visto hacía tan solo diez días. De todos modos, el idioma japonés se escribía con una mezcla de hiragana, kanjis y katakana, por lo que era muy complicado de entender. Si no tuviera una buena memoria y una gran motivación por aprender, entonces sería imposible que pudiera comprenderlo en tan poco tiempo.
“Ah, quizás es que tu motivación es más grande que la del resto.”
“Mi motivación es más alta que los demás…”
Aunque estaban hablando sin parar, los dos colaron de forma eficiente el fertilizante en las macetas y labraron la tierra que se encontraba en la parte sombreada del jardín. Mientras hablaban de hierbas o de cosas de la aldea, continuaron su trabajo sin descanso. En un momento, en medio de su charla, Valetta volvió su rostro hacia Kazura.
“Señor Kazura.”
“¿Hmm?”
“De alguna manera, esto es muy divertido.”
“Sí, es divertido.”
Y así, los dos sonrieron juntos y continuaron conversando mientras plantaban las semillas.
* * *
Ese día, por la noche. Como de costumbre, Kazura estaba junto a Varin y Valetta rodeando el fuego de la cocina para cenar. El menú para esta noche consistía en arroz con ciruelas secas, verduras salteadas, champiñones y salchichas de una lata que había traído Kazura. Estaban acompañando la comida con un té de hierbas con manzanilla.
“Me pregunto si por casualidad las hierbas que hemos plantado hoy crecerán hasta ser enormes.”
“Si es causado por el suelo del pueblo, creo que es posible. Pero bueno, como son solo hierbas, creo que crecerán de forma normal.”
El tema de conversación era las hierbas que Kazura y Valetta habían plantado al mediodía. La noche anterior, Varin no había recibido una explicación detallada sobre cómo plantar las hierbas, así que mientras estaban comiendo, hablaron sobre ello.
“Ya que es algo que trajo Kazura, creo que crecerá espléndidamente.” – dijo Valetta.
“Sí, eso es cierto.” – añadió Varin, mostrándose de acuerdo.
Mientras miraba a las dos personas disfrutando de su taza de té, Kazura puso una sonrisa irónica.
Aunque Kazura estaba seguro de que los cultivos que recibieron el fertilizante tendrían un mejor rendimiento, no significaba que el resto de plantas que había traído no crecieran mucho mejor que en su mundo. Sin embargo, incluso si las hierbas tuvieran un crecimiento repentino como el de los cultivos, ya que las hierbas no eran diferentes del pasto común, deberían crecer sin problemas.
“Ah, cierto, traje algo bueno para el señor Varin. Por favor, espera un momento.” – dijo Kazura mientras se levantaba y regresaba a su habitación. Cuando regresó, traía un objeto en su mano: una botella de sake.
En la etiqueta se podía leer: ‘Masumi – Arroz puro. Elaborado de forma especial.’
Masumi era un sake fabricado en la prefectura de Nagano, pero de alguna manera se vendía en los supermercados Gunma, así que Kazura aprovechó para comprarlo. Como no solía beber alcohol, había elegido algo que era fácil de beber.
“Gracias por esperar. Esta es una bebida alcohólica de mi país, pero ¿puede el señor Varin beber alcohol?”
“¡Oooh, alcohol! ¡Por supuesto que puedo beberlo!”
Al escuchar la frase ‘bebida alcohólica’, Varin puso una sonrisa muy amplia. Parecía que realmente amaba ese tipo de bebidas.
“Eso es bueno. Lo siento si no se adapta a tu gusto, pero ¿qué tal si lo probamos primero?” – dijo Kazura mientras abría el tapón de la botella sonriendo.
Al escuchar lo que acababa de decir, Varin vació el agua de su taza de un solo trago y rápidamente extendió su brazo. A continuación, Kazura derramó el sake suficiente para un dar un trago.
“Debido a que será peligroso si tiene un efecto indeseable en el cuerpo, por ahora bebe solo un trago. Si no hay problema podemos continuar bebiendo.”
“Ah, ¿es así? Solo un trago… ¡Hmm! ¡Esta bueno!” – dijo Varin tras probar el sake. Estaba mostrando una cara muy contenta.
“Oh, ¿está bueno? Eso está bien. Entonces, observemos durante un tiempo.” – dijo Kazura mientras retiraba la botella. Al verlo, Varin tenía la expresión de alguien que estaba completamente insatisfecho.
“No, estoy bien. Absolutamente bien. Ciertamente estoy bien, así que, por favor, otra taza…”
“Padre, ¡no!” – dijo Valetta.
“No, pero…”
“No.”
“Uuuuuh…”
Varin se volvió malhumorado después de que se le negara su petición de forma tan contundente. Al ver este espectáculo, Kazura aguantó con fuerza la necesidad de estallar de risa y se distrajo bebiendo su té.
“Por cierto, ¿qué tipo de bebidas alcohólicas se beben en este pueblo?”
“Aunque no bebo alcohol porque me siento mal tras beber un poco, hay una bebida alcohólica que es suave y tiene buen olor. Cuando es el festival del pueblo, todos beben lo que han comprado en la ciudad.” – respondió Valetta
“Sí, aunque es diferente de la bebida que ha traído Kazura, el alcohol que bebemos no es de color blanco. Este también es mucho más sabroso. Además, he escuchado rumores sobre las bebidas realizadas con frutas que consumen los nobles.” – añadió Varin, que miraba la botella que estaba al lado de Kazura.
Kazura asintió en comprensión. Aunque ya había pensado que este mundo también tendría bebidas alcohólicas, parecía que los plebeyos bebían el producto sin refinar y solo los nobles algo más elaborado. En cuanto a lo que había descrito antes, Kazura realmente no era bueno aguantando el alcohol, pero si existía la posibilidad, le gustaba probarlos.
“Ya veo, si hay una oportunidad me gustaría probarlo.” – dijo Kazura.
“Sí, si llega ese momento, sin duda el señor Kazura podría beberlo… Entonces, ¿no ha llegado el momento de otra taza?” – dijo Varin.
“¡Aún no!” – gritó Valetta.
“……”
Así, Kazura vio como Valetta y Varin discutían una y otra vez, durante toda una hora hasta que los ojos de Varin se pusieron llorosos y consiguió que la prohibición fuera cancelada. Había recibido otra media taza de Sale.
‘Creo que media taza es suficiente, después vamos a esperar unas dos horas…’ – pensó Kazura, estableciendo un intervalo diabólicamente largo, pero Varin, que estaba fascinado saboreando la bebida, no sabía nada de esto.