Capítulo 31
Las Tumbas de la Desesperación I
Traducido por Thornapple
Corregido por DaniR
Editado por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars
Al entrar en la mazmorra sentí que la temperatura bajaba repentinamente tras descender por una pendiente. Me detuve a la derecha de Brald, que tenía su escudo en posición y su espada desenvainada.
Jasmine y yo habíamos investigado un poco sobre Las Tumbas de la Desesperación, mazmorra en la que nos encontrábamos. Se trataba de un lugar único, incluso entre los misteriosos calabozos. Las bestias que habían creado aquí sus hogares habían sido descritas en los registros como no-muertas. Nunca he oído hablar de bestias de maná que pudieran volver a la vida. Debido a esto, uno de los aspectos más difíciles de limpiar esta mazmorra parecía ser la cantidad interminable de bestias de maná no-muertas.
Yendo más profundo, algunos Aventureros y Magos del gremio habían llegado a especular que dentro del fondo de la mazmorra podría haber un artefacto especial que podría reanimar a las bestias de maná muertas, pero nadie había sido capaz de probarlo.
Despejar un calabozo significaba que el área había sido explorada. Es diferente de la conquista de mazmorras, donde las bestias de maná de su interior han sido derrotadas y los tesoros saqueados. Esta mazmorra había sido despejada, o al menos lo había sido hasta que Brald descubriera un pasaje oculto, que no había sido completado.
“Nos acercamos al primer nivel del calabozo, manteneos en guardia. Las bestias de maná de aquí no son fuertes, pero habrá muchas. No perdáis el tiempo tratando de recoger los núcleos de maná de las bestias… Estas no tienen eso.” – declaró Brald.
Oí un débil murmullo de Oliver, nuestro curandero, que se quejaba de la falta de recompensas de esta mazmorra.
Mientras que el objetivo de despejar una mazmorra era saquear los tesoros acumulados de las bestias de maná de alto nivel, la mayor parte de los beneficios, por lo general, provenían de la recogida de los núcleos de bestia de los monstruos durante el camino. En la mayoría de los casos, incluso si el grupo no podía completar o ni siquiera llegaba a limpiar una mazmorra, todavía podían salir con una gran suma gracias a únicamente núcleos de bestias, que podrían ser vendidas por un alto precio. Una de las razones por las que esta mazmorra era tan impopular, y por las que nuestro grupo era el único dentro de la mazmorra, era porque las bestias aquí no tenían núcleos. Esto significaba que una gran parte de los ingresos por tratar de despejar este calabozo no existía.
“GRRRRRRRRR.”
Estreché mis ojos y me concentré. Acabábamos de descender al final del pasaje y entramos a una cueva subterránea de unos cincuenta metros de diámetro. Mirando a mi alrededor, toda la cueva resplandecía con un azul tenue. Sobre nosotros, la cueva estaba cubierta con estalactitas que parecían amenazarnos con sus afiladas y brillantes puntas. Había alrededor de veinte bestias de maná que parecían ser murciélagos grandes, excepto que no tenían alas, sino cuatro miembros. Los cuerpos huecos de las bestias de maná parecidas a los murciélagos tenían sus costillas completamente visibles y, dentro de ellas, donde debería haber estado el núcleo de bestia, había una roca agrietada. Supongo que lo que nos había dicho era verdad.
“¡Corredores Murciélago! No son fuertes, pero atacan en grupo. ¡Minimizad el uso de maná, esa es la clave dentro de este calabozo! ¡Preparaos!” – Brald rugió sobre el gruñido de los corredores murciélago; todos ellos estaban posicionados para saltar, con sus manchones de pelaje erizados en los extremos y sus dientes al descubierto.
“¡Forma y atormenta a los enemigos que nos rodean! ¡Ciclón de Fuego!” – escuché un grito a mi espalda y me di cuenta de que había sido Lucas quien lanzara ese hechizo.
De repente, cuatro tornados de fuego de tres metros de altura se arremolinaron alrededor nuestro y se expandieron.
*YELP**YELP*
Muchos de los corredores murciélago fueron devorados por los tornados de fuego y quemados. Los que tuvieron la suerte de escapar de los tornados huyeron, tratando de rodearnos y atacarnos. Pude oír a Brald chasquear su lengua, insatisfecho de que Lucas simplemente ignorara sus órdenes y lanzara un hechizo que no era necesario. Los ciclones de fuego mataron a la mayoría de los corredores murciélago y los que quedaron se quemaron mucho, por lo que la derrota del resto fue rápida.
“La próxima vez, sigue las órdenes y no malgastes así tu maná. Tu hechizo fue exagerado.” – gruñó Brald.
Lucas puso los ojos en blanco y dijo:
“No veo el problema. Los matamos lo suficientemente rápido para que todos los demás pudieran ahorrar su maná.”
Negando con la cabeza, Brald nos llevó hacia el otro extremo de la cueva. Antes de entrar en la habitación de al lado, oí ruidos de crujidos detrás de mí y, para mi sorpresa, los corredores murciélago que acababan de morir aparecieron del suelo, luciendo bastante ilesos, aparte de que sus costillas sobresalían.
Las Tumbas de la Desesperación… Qué nombre tan desafortunadamente apropiado para este calabozo.
Simplemente, los ignoramos y entramos en la otra habitación mientras Elijah invocaba silenciosamente una pared de roca en la entrada para que los corredores murciélago no pudieran seguirnos.
La abertura en el otro lado de la cueva nos llevó a través de otro pasillo oscuro que era de alrededor de la anchura de cuatro personas, de pie hombro con hombro. Me di cuenta de que todo el mundo estaba un poco más relajado al salir de la primera cueva, pero no podía dejar de sentirme incómodo.
*¡Fwishshshsh!*
*¡Clang, clang, clang!*
Mi espada corta se volvió borrosa cuando instintivamente detuve los proyectiles dirigidos hacia Samantha.
“G… Gracias…” – incluso bajo la tenue luz azul, me di cuenta de que la cara de Samantha había palidecido cuando unos picos de tierra que podían haberla matado cayeron al suelo junto a sus pies.
“Algo anda mal… No había trampas la última vez.” – Brald recogió una de las rocas puntiagudas para estudiarla, pero estaba desconcertado.
La presencia de trampas significaba que había bestias de maná de alto nivel capaces de conjurar hechizos con requisitos de activación.
“Manteneos alerta todos.” – Jasmine ya tenía sus dagas protegiendo sus órganos vitales, Reginald y Kriol prepararon sus armas, mientras que Samantha se acercaba un poco más a mí, con su mano apretando mi manga; con su mano libre agarraba una varita.
Afortunadamente, llegamos al final de pasillo sin otras trampas que nos disuadieran. La siguiente cueva en la que entramos era similar a la anterior, pero el doble de grande y con agujeros sospechosos esparcidos por el suelo.
“No te acerques a los agujeros. Son géiseres que disparan corrientes de gas extremadamente calientes. Debería estar bien siempre y cuando no estéis cerca de la explosión.” – anunció Brald, buscando cualquier signo de bestias de maná.
*BROOOOOOOM*
Como si fuera el momento justo, la cueva tembló y desde el suelo apareció algo que extrañamente se asemejaba a un gusano, excepto que era de un rojo brillante, de unos dos metros de grosor y tan largo que resultaba imposible de medir, con innumerables filas de dientes que rodeaban el agujero en su cabeza.
“¿Eso estaba aquí la última vez, Brald?” – Kriol miró a nuestro líder.
“N… No… No entiendo lo que está pasando. No tiene sentido que una nueva especie de bestia de maná entre en una mazmorra como esta.” – el apuesto caballero tenía una mirada vacilante, perdiendo su confianza.
“Cheh. No es gran cosa mientras yo esté aquí.” – Lucas solo movió su cabellera rubia.
Sin embargo, el gigantesco gusano rojo no nos atacó, sino que se escondió, creando otro agujero.
“No parece estar tras nosotros.” – murmuró Elijah mientras sus ojos afilados y con anteojos estudiaban al gusano gigante.
La bestia de tipo gusano rojo ahora estaba excavando en las paredes de la cueva, creando más agujeros desde todos los ángulos diferentes, nunca enfrentándose a nosotros.
“¿Vamos a quedarnos parados viendo cómo cava el gusano o nos vamos?” – Oliver, nuestro larguirucho Emisor, nos empujó a Brald y a mí, caminando con confianza hacia el otro extremo de la cueva.
Quería mostrar su confianza delante de Samantha, es lo que asumí.
“¡Vuelve aquí! ¡Necesitamos evaluar lo que está pasando antes de cruzar!” – Brald se frustraba cada vez más por la arrogancia que mostraban los conjuradores mientras se adelantaban de él.
De repente, toda la cueva tembló y oímos un ligero chisporroteo.
“¡LUCAS! ¡BARRERA DE OLAS DE CALOR! ¡AHORA!” – le grité al confundido noble rubio.
*¡FWWOOOOOOOOM!*
Los agujeros. Los agujeros que había al principio y los agujeros del suelo, techo y las paredes hechos por el gusano gigante temblaron y liberaron una fogosa ráfaga de gas. El gusano gigante estaba haciendo los agujeros para matarnos y nosotros se lo habíamos permitido.
Me las arreglé para tirar de Brald, que estaba a un paso de mí antes de que tuviera la oportunidad de correr tras de Oliver. El escudo fue erigido a tiempo para protegernos del gas, pero Oliver desapareció de nuestra vista.
La erupción de gas duró un par de minutos hasta que menguó. Lucas liberó la debilitada barrera y nos quedamos quietos en silencio, observando la escena frente a nosotros. Lo único que quedaba de Oliver era la gema que había llevado en la punta de su bastón.
“¡CARAJO!” – gritó Brald, rechinando los dientes ante la pérdida.
Oliver no significaba mucho para nosotros como persona, pero era nuestro curandero. Ese idiota había huido, ni siquiera había lanzado un hechizo de barrera para sí mismo.
La cara de Samantha se veía enferma mientras se cubría la boca con sus manos. Antes de que tuviéramos la oportunidad de salir, Lucas pasó empujando y cogió la gema que estaba a unos metros delante de nosotros.
“Tsk… Su gema ni siquiera es buena.” – simplemente la lanzó hacia nosotros y Brald la recogió, luego se la entregó a Samantha, que la estudió y reemplazó la gema de su varita con la que había tenido Oliver; sus manos temblaron todo el tiempo.
“Tenemos que movernos antes de que ocurra otra erupción. Esa bestia gusano gigante está haciendo más agujeros. No creo que la barrera de Lucas aguante otra oleada.” – declaró nuestro líder a medida que avanzaba.
Miré hacia atrás a Jasmine y ella me hizo un gesto solemne con la cabeza. Todos estábamos frustrados por el giro de los acontecimientos.
Estábamos a medio camino de la cueva cuando Elijah, que estaba a mi lado, me preguntó:
“¿Cómo sabías que la Barrera de Olas de Calor de Lucas sería tan efectiva contra el vapor?” – pude ver a Lucas y Samantha girar sus ojos hacia mí, esperando una respuesta.
“He pasado por una experiencia similar antes y una barrera de calor parece negar mejor un ataque de gas.” – simplemente me encogí de hombros.
A nuestro alrededor, el gusano gigante, que estaba haciendo más agujeros, de pronto se detuvo frente a nosotros. Sin avisar, se golpeó la cabeza y se estrelló con el suelo en el antes habíamos estado.
Kriol, que estaba atrás, se adelantó con Samantha y creó una barrera de agua que amortiguó el golpe mientras Elijah levantaba un escudo plano de tierra para detener el debilitado ataque del gusano antes de que se desmoronara.
“¡Golpe de Impacto!” – el martillo de Reginald brilló con un tono amarillo mientras golpeaba a la bestia de tipo gusano.
*¡BOOM!*
Todo el cuerpo del gusano tembló cuando la habilidad de Reginald envió ondas de maná a su cuerpo. Siguiéndolo, desenvainé mi espada corta e imbuí llamas para rodear la hoja mientras activaba la rotación de maná.
“Hoja en llamas.”
Rompí la parte inferior del gusano, cauterizando la herida mientras mi hoja ardía a través de la carne. El gusano emitió un quejido antes de caer a nuestro lado, con parte de su cuerpo aún bajo tierra.
“El gusano gigante ni siquiera era tan fuerte.”
Lucas negó con la cabeza, decepcionado, cuando de repente oímos otro estruendo. El gusano no estaba tratando de matarnos; trataba de retrasarnos a tiempo para otra erupción de los agujeros.
*¡FWOOOOOOOOOOMMMM!*
Lucas no pudo erigir su barrera a tiempo mientras sus ojos se abrían de par en par, sorprendido.
“Capa del Fénix.” – una oleada de fuego rodeó mi cuerpo protegiéndome contra el gas. Miré hacia atrás con alivio para ver que Jasmine había levantado un remolino de aura de viento a su alrededor que disipaba el vapor.
“¡GAAH!”
“¡UGGH!”
El gas se disipó para revelar a un herido Brald. Kriol había logrado proteger a Lucas y Elijah bajo su gigantesco escudo potenciado con agua, pero el brazo con el Brald usaba su espada había sido borrado desde el codo hacia abajo mientras intentaba proteger a Samantha. Parecía que Brald solo había potenciado su escudo con llamas en lugar de todo su cuerpo para proteger a Samantha.
Reginald tenía algunas quemaduras en el cuerpo, pero estaba bien. Probablemente apenas había llegado a tiempo para rodearse con maná de atributo tierra. La espada de nuestro líder estaba en el suelo, mientras el muñón de su brazo negro se quemaba hasta quedar en nada. Apretando sus dientes, dejó caer el escudo y tomó la espada con el brazo izquierdo.
“¡MOVEOS!”
Llegamos a la parte delantera de la siguiente sala, que esta vez era mucho más ancha. Tomando un momento de descanso, el grupo se sentó mientras Samantha usaba parte de su túnica para crear un vendaje improvisado en lo que quedaba del brazo derecho de Brald. Ni siquiera un Aventurero de clase AA con el cuerpo potenciado podía manejar completamente los abruptos ataques de gas de los agujeros.
Mirando alrededor, todos tenían miradas desalentadoras en sus rostros. Esto ni siquiera era la mitad del camino de la mazmorra, pero ya estábamos en un estado deplorable, y nuestro líder estaba gravemente herido.
“¡Por esto te dije que te mantuvieras alerta, Lucas! ¡Si te hubieras concentrado y reaccionado a tiempo para levantar una barrera, no estaría en este estado!”
La guapa cara de Brald no se veía en ninguna parte mientras arremetía contra el muchacho noble. Su carrera como aventurero probablemente desaparecería después de esto. Probablemente sería degradado de su clase una vez que el Gremio se enterara de su lesión incapacitante.
“¡No me culpes a mí! ¡Que no te pudieras proteger a tiempo fue culpa tuya!” – argumentó de vuelta.
“¿Estás bromeando? ¡Kriol tuvo que salvarte el culo! No hiciste nada y, ¿dices que es mi culpa?” – gritó Brald mientras se preparaba para blandir su espada hacia el chico.
“¡SUFICIENTE!” – rugí. Todo el grupo se quedó en silencio ante el poder de mi voz.
“Hay un par de decisiones que debemos tomar. El cuerpo de Reginald está un poco quemado, pero no creo que esté tan mal; pero tú, Brald, tienes que tomar la decisión de si quieres continuar o no. Estamos a poco más de una hora de la superficie, así que probablemente puedas volver por ti mismo.” – declaré mirando a nuestro líder a través de las rendijas de mi máscara.
“Seguiré adelante. Probablemente, esta será mi última incursión a un calabozo, así que más vale que sea la última.” – sólo giro su cuerpo y se sentó a un par de pies de distancia, sosteniendo contra el pecho su muñón derecho.
Dirigí mi mirada hacia el muchacho noble que tenía un rostro que decía que no había hecho nada malo.
“Lucas, empieza a hacer las cosas bien. No importa si eres núcleo amarillo claro o Dios mismo. Ahora mismo, lo único que eres es una carga. Si sigues actuando por tu cuenta, más vale que lo hagas solo.”
Me miraba fijamente, pero se mordía el labio, sin saber cómo refutar mis palabras.
“Samantha y Elijah. Necesitamos que os concentréis para poner una barrera cuando sea necesario.”
“…”
“Vamos a descansar un par de horas antes de continuar.” – me senté junto a Jasmine y saqué una cantimplora de mi mochila.
El grupo permaneció en silencio hasta que fui a evaluar el estado de Brald. A medida que los minutos se iban convirtiendo en horas, el brazo que le faltaba le estaba afectando. El rostro confiado y carismático no se veía por ninguna parte y había sido reemplazado por una mirada enloquecida.
“Creo que o Jasmine o yo nos encargaremos del grupo. No estás en condiciones.”
Los ojos de Brald, aburridos y cansados, me estudiaron antes de empezar a mirar a todos los demás miembros del grupo, que simplemente le evitaron.
“Tsk. De acuerdo.”
No me gustaba el estado mental en el que se encontraba. No era estable.
Después de un par de horas, nos levantamos con nuestro maná repuesto y continuamos marchando hacia abajo. Esta sala no era tan larga como las anteriores, pero al final de la misma había una gran puerta doble con cadenas cerradas con llave.
“N… No lo entiendo. Hasta esta parte es diferente. La puerta la otra vez no estaba cerrada con llave y definitivamente no era tan grande.” – Brald negó con la cabeza.
“Lo único que es igual fue la primera cueva, donde estaban los corredores murciélago.” – continuó, estudiando la cerradura.
Intentó tocarla con su mano dominante que había desaparecido, y golpeó con su muñón el aire. Después de darse cuenta, se quejó y fue a la parte de atrás.
“Bueno, es inútil quejarse de ello ahora.” – Reginald levantó su martillo y lo golpeó contra la puerta.
*¡BOOM!*
Pude ver a Reginald visiblemente impactado por la robustez de la puerta.
“¡Golpe de Impacto!” – la puerta tembló, pero se mantuvo firme.
“¡Golpe de Impacto!” – el golpe esta vez fue más fuerte y la cerradura se desmoronó. Dando un paso al frente, tiró de las manijas de la puerta y se abrió.
“¿Qué diablos…?”