1ª parte: Juego de Supervivencia
Capítulo 33
Expansión del campamento IV
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
La dietista abrió rápidamente la puerta, una vez que escuchó la voz que venía del otro lado. La gente corría hacia ellos desde el final del pasillo, con un grupo de zombis pisándole los talones. A la cabeza había un hombre y se destacaba por su barbilla puntiaguda y su barba completa. Aunque no era alto, su musculoso cuerpo exudaba el aura de un líder.
Esos seis supervivientes apenas lograron entrar y, tan pronto como cerraron la puerta, el sonido de los zombis corriendo hacia la puerta resonó por toda la habitación. Los supervivientes se derrumbaron en el suelo, recuperando el aliento. Sostenían un par de latas de melocotones en almíbar, un modesto botín que consiguieron de una habitación cercana.
Sin embargo, una vez que notaron el grupo de intrusos, agarraron sus armas con rapidez y se apresuraron a volver a levantarse. Yohan ladeó su arma tan fuerte como pudo, haciendo que los supervivientes se congelaran dónde estaban.
“Qui… Quiénes son…”
Yohan hizo una breve introducción y luego instó al líder a revisar a los supervivientes para descubrir posibles mordiscos. Con esas palabras, el líder se dio cuenta de que, en realidad, se olvidó de revisar al grupo por posibles lesiones.
“No tengo ninguna mala intención, así que por favor deja de mirarme así. Somos de otro campamento.”
“Soy Gap Soo Shin. Hay… ¿muchos supervivientes?”
“Son un número decente. ¿Están todos los supervivientes de aquí?”
Gap Soo seguía siendo cauto, pero asintió con la cabeza. Sus ojos miraban inquietos al grupo de Yohan.
“Si eres de otro campamento, entonces el equipo de rescate…” – dijo, hablando primero, antes de que Yohan pudiera continuar.
“No hay rescate. Has estado atrapado solo durante seis meses, así que ya deberías haberte dado cuenta.”
Al principio, el ejército había organizado un equipo de rescate bastante activo, mientras luchaba de forma activa contra los zombis. Sin embargo, habían pasado seis meses y no había forma de que todavía existiera un escuadrón de rescate. Los zombis mutantes y las oleadas zombis se habían dirigido primero hacia los grandes campamentos.
Cuanto más éxito tuviera un equipo de rescate, más rápido serían atacados y destruidos.
La gente no tenía la experiencia de Yohan y no sabía que agruparse durante el apocalipsis conduciría a la muerte, mientras que mantener a los grupos dispersos llevaría a la supervivencia. Después de escuchar su respuesta, las expectativas de Gap Soo, con respecto al grupo de Yohan se desvanecieron y, de repente, se volvió mucho más distante.
“No sé por qué están aquí, pero no queda nada que puedan tomar. Regresa.”
“Si no hay nada para comer aquí, será difícil para ustedes sobrevivir".
“¡Eso no es de tu incumbencia!” – gritó Gap Soo enojado, como si algo lo estuviera persiguiendo.
Yohan se tocó la barbilla con indiferencia. A pesar de que tenía un arma, Gap Soo no parecía asustado y los trataba con una hostilidad manifiesta.
“Algo os ha pasado.” – dijo Yohan, frunciendo el ceño, con voz profunda.
“Hmph, ¿no sería extraño si algo no sucede durante toda esta anarquía?”
“¿Hubo intrusos?” – preguntó Yohan. Al oírlo, los supervivientes se estremecieron, dándole la respuesta.
Como dijeron, sería extraño que no pasara nada en este tiempo caótico. Si estuvieran atrapados aquí, habrían pedido ayuda en lugar de tratar de echarlos.
“Si me cuentas los detalles, podría ayudarte...”
“¡Que te vayas nos ayudaría!”
“Oye viejo, ¡estás siendo muy grosero! ¡incluso le dimos a esa dietista algo de comer!” – gritó Saeri enojada. El ambiente se puso tenso y Yohan levantó la mano para evitar que Saeri dijera algo más.
“No tenemos ninguna mala intención. Si la tuviéramos, no trataríamos de hablar contigo a pesar de estar armados. Si lo piensas durante un segundo, lo entenderás.” – dijo Yohan con frialdad. Ahora, el aire de la habitación estaba helado. Gap Soo se estremeció. – “¿Qué paso?”
Gap Soo vaciló, considerando todavía la situación, pero uno de los supervivientes que miraba la escena, un hombre que vestía una camiseta blanca y pantalones de algodón de ala ancha, no pudo soportar más el silencio.
“Padre de Hyun Soo, por favor, díselo.” – dijo el hombre que se destacó de entre los supervivientes. Era el que tenía el peinado y la barba más arreglada.
“Médico…” – susurró Yohan, con los ojos brillantes. Este hombre era un médico.
“No creo que estén con esa gente. Honestamente, necesitamos ayuda.”
“Tienes razón, pero…”
“Te lo contaré.” – dijo el médico, dando un paso adelante. – “Sucedió… hace cuatro días.”
El médico cerró los ojos y su cuerpo tembló al recordar los acontecimientos que habían ocurrido.
El doctor se acercó a la ventana y descorrió las cortinas, para luego señalar un punto donde se podía leer la palabra ‘Aquí’ escrita con sangre. Era una escena misteriosa. La letra ‘A’ tenía la mayor cantidad de sangre y, al igual que en los carteles de las películas de terror, la sangre de color rojo oscuro goteó antes de endurecerse.
Curioso, Yohan se acercó y examinó las letras. Estaban escritas desde afuera.
* * *
Junio 2017
Tres días antes de encontrarse con el grupo de reconocimiento.
Hospital Soon Chun Hyang.
Los supervivientes del hospital estaban tomando su última ración de comida. La lata chirrió cuando se abrió. Dentro había algo de atún, del tamaño de un puño. Sería difícil sentirse satisfecho con eso, ya que tenía que dividirse entre siete personas.
A pesar de que su parte era minúscula, Gap Soo todavía la repartió con el resto del grupo y se bebió el aceite del atún. Así, todos podían tener un poco más.
El líquido con sabor a pescado le llenó la boca. Pequeños trozos de atún fluyeron junto con el aceite. Intentó saborearlo mientras trataba de masticar los restos del pescado, antes de tragárselo. Al final, lamió cada centímetro de la lata, antes de tirarla. Entonces, Gap Soo se puso de pie.
Pensaba que ya habían aguantado suficiente.
Habían pasado meses desde que se juntaron y, aunque a menudo salían de aventuras y mataban zombis, poco a poco, el progreso era demasiado lento y ya no les quedaba nada. Sin agua, sin comida. Ni siquiera con la esperanza de un rescate.
“Deberíamos salir.” – rogó Gap Soo. Habían podido sobrevivir tanto tiempo porque tenían acceso a dos almacenes de suministros y solo eran siete.
Muchos supervivientes se perdieron cuando escaparon hacia la cafetería. Como consecuencia, no había muchos zombis en la ruta más corta desde la tienda, ubicada en el primer piso del ala A, hasta la cafetería, que estaba en la misma zona.
La puerta contra incendios se había bajado, bloqueando el camino hacia el ala B, mientras que la ruta para salir del hospital estaba repleta de zombis.
El grupo de Gap Soo no abrió las puertas a ningún extraño, lo que provocó la muerte de mucha gente. Esto era porque no confiaba en nadie.
Hace cuatro meses, un intruso irrumpió de repente. Pudo aprovechar su baja estatura para escapar de los zombis a altas horas de la noche. Hizo movimientos agresivos hacia las mujeres y Gap Soo tuvo que contenerlo. No mucho después, se convirtió en un zombi.
Este sorprendente giro de los acontecimientos hizo que el grupo fuera aún más cauteloso y desconfiara de los extraños. Cada vez que escuchan a la gente gritar pidiendo ayuda del otro lado de la puerta, y comenzaban a sentirse culpables por ignorarlos, miraban el cadáver que había sido arrojado al otro lado del pasillo y lo recordaban. Sin embargo, después de esconderse como una tortuga dentro de su caparazón durante tanto tiempo, comenzaron a llegar a sus límites.
“Padre de Hyun Soo, ¿Qué vas a hacer?”
“Si salimos, estoy seguro de que habrá una base militar o algún tipo de campamento de refugiados. No te preocupes.”
“Pero… ¿Qué vamos a hacer con todos los monstruos del vestíbulo?”
Para ellos, salir del hospital era el mayor problema. Aunque la puerta contra incendios estaba cerrada herméticamente, podían escuchar los gruñidos de los zombis y sentir como temblaba el suelo con los movimientos que había al otro lado de la pared. Abrir esa puerta no era una opción.
“Saldremos rompiendo la ventana.”
Las ventanas de la cafetería solo se abrían ligeramente hacia arriba y apenas dejaban espacio suficiente como para pasar una pierna. No importa cuánto lo intentaran, sería imposible que un adulto pudiera pasar por ahí. Si quisieran salir por las ventanas, tendrían que desmontarla o romperla. No podrían escapar sin que los monstruos los descubran y, si este plan fallaba, todos podrían morir. No era el mejor plan, pero se estaban quedando sin opciones.
“Saldré primero y atraeré a los zombis.”
“No puedes…”
Gap Soo tenía una mirada determinada en su rostro. Sin embargo, lo más seguro es que ese plan lo llevara a la muerte, por lo que los demás lo detuvieron, temiendo por su vida.
De repente, oyeron un débil, pero estridente grito desde afuera del edificio. Sorprendidos, los siete supervivientes volvieron la cabeza. Gap Soo se acercó lentamente a la ventana y levantó un poco la cortina para mirar hacia afuera. Los otros supervivientes murmuraron mientras se reunían detrás de él.
Había dos adultos, un hombre y una mujer, muy lejos del hospital. Estaban escapando de algo con todas sus fuerzas. No había monstruos persiguiéndolos. Más bien, eran humanos. O demonios que tenían la cara de un humano.
Los demonios viajaban en vehículos de dos ruedas y trataban de atrapar a los dos adultos. Cada vez que se acercaban, paraban sus motocicletas para fumar un cigarrillo y luego comenzaban a perseguirlos una vez más.
Mientras estaban observando, esta horrible escena se fue acercando cada vez más al hospital. Había alrededor de 10 demonios montando en las motos. Llevaban las camisas manchadas de sangre y, al igual que los jugadores de futbol, tenían marcas de color oscuro en sus rostros, haciendo que parecieran más intimidantes.
Manejaban hachas, martillos y sierras que estaban cubiertos de sangre seca. Verlos persiguiendo a los dos adultos, mientras se reían, era realmente inquietante. Detrás de ellos, los zombis los siguieron lentamente.
Era una escena extraña, ya que dos adultos lideraban la comitiva, seguidos por 10 moteros y luego, cientos de zombis. Los dos adultos corrían con una mirada desesperada en su rostro, haciendo que no fuera muy diferente a cuando una presa intentaba huir de un depredador. Estaban corriendo hacia el hospital.
“No, ¡no vengan aquí!” – gritó Gap Soo, sin darse cuenta. – “Por favor, ¡no vengan aquí!”
A pesar de sus gritos desesperados, los dos adultos se acercaron al hospital. Estaban a unos 100 metros de la ventana de la cafetería. Cuando vieron a los zombis delante de ellos en el hospital, intentaron cambiar de dirección, pero la mujer resbaló. Ella emitió un grito agudo.
El hombre se detuvo e intentó ayudarla a levantarse, pero los moteros demoníacos se apresuraron y los atacaron al instante. Lo golpearon con los bates de béisbol en la cabeza. El sonido de su cráneo quebrándose se pudo escuchar con claridad a través de las ventanas del hospital. El hombre cayó al suelo.
La esposa de Gap Soo, que estaba viendo cómo se desarrollaban las cosas, se cubrió la boca para evitar emitir un sonido. Sin embargo, el espeluznante espectáculo aún no había terminado.
“Esos bastardos…”
Los moteros demoníacos agarraron la pierna del hombre inconsciente y comenzaron a hacer giros con sus motos. La cara del hombre se arrastró sobre el asfalto, dejando un rastro de sangre. De repente, apareció un zombi frente a la ventana de la cafetería haciendo que Gap Soo y los otros supervivientes retrocedieran aturdidos.
Gap Soo sintió que su corazón se detuvo por un instante. Rápidamente cubrió la ventana con la cortina, pero el zombi comenzó a golpear con fuerza la ventana.
“Por favor, ¡sálvenme! ¡Aaaaah!” – gritó la mujer en el exterior, mezclando su voz con el sonido de las risas.
Todo el cuerpo de Gap Soo estaba temblando. Aunque sabía que tenía muchas agallas, no pudo evitar temblar. Solo podía rezar para que todo pasara sin más incidencias. Rezó de forma desesperada para que el zombi dejara de golpear su ventana y simplemente se fuera.
Cuando cesaron los golpes, parecía que sus oraciones habían funcionado. Sin embargo, todavía podían escuchar al zombi gruñendo al otro lado. Era el único sonido que podían escuchar.
Los siguientes momentos parecieron durar una eternidad, mientras todos los supervivientes contuvieron la respiración, sin ser capaz de mover ni un dedo. Parecía que habían pasado horas o incluso años, antes de que Gap Soo se levantara lentamente y se volviera a acercar a la ventana. Parecía que se estaba moviendo a cámara lenta.
De forma lenta y con mucho cuidado, caminó hacia la ventana y agarró con suavidad el borde de la cortina. Poco a poco, la levantó.
“Te lo dije. Hay gente aquí.”
Había una cara sonriente al otro lado de la ventana. Sus ojos se iluminaron con anticipación. La sonrisa del motero demoníaco se extendió tanto en su rostro, que parecía que las comisuras de sus labios tocarían sus orejas.