Volumen 3 Capítulo 81
Su decisión III
Traducido por Tars
Corregido por Zura
Editado por Tars
Corregido por Zura
Editado por Tars
La hermosa costa estaba ahora cubierta por lava de color rojo y, las tropas que habían estado bloqueando a Desastre no se podían ver por ningún lado.
Al comienzo de la erupción, más de la mitad de las tropas ya eran incapaces de combatir. La vanguardia había perdido la capacidad de controlar a Desastre y se retiraron. Además, Priscilla había consumido demasiada fuerza y estaba completamente exhausta.
Llegados a este punto, Zod ordenó a todos los soldados que se retiraran para poder luchar otro día.
Desastre había quemado completamente la costa y, lo único que quedaba era la lava abrasadora y las marcas ennegrecidas en las rocas.
Solo Zod y Priscilla permanecieron en las murallas de Deltaheim para enfrentarse a Desastre y ganar tiempo.
Pero ese arreglo no duraría mucho tiempo. A pesar de la magia de Zod, Desastre se estaba acercando gradualmente a la ciudad.
¡Baaaaaaaaam!
Zod estaba invocando magia del sexto círculo. Hasta ahora se había limitado a conjuro del quinto por el miedo a que sus aliados se vieran atrapados en el daño colateral.
La imagen de Zod convocando una formación del sexto círculo mientras disparaba continuamente conjuros del quinto círculo era suficiente para causar la admiración de muchos magos.
Zod levantó su bastón.
Cuando Desastre llegó hasta la muralla, se desplegó el hechizo del sexto círculo.
“[Que todos los seres de la creación caigan por toda la eternidad en letargo]”
Era una de las magias de hielo de mayor nivel y congelaba la actividad molecular en una zona designada estableciendo una temperatura cercana al cero absoluto.
La lava que cubría el cuerpo de Desastre se enfrió y la lava comenzó a dejar de moverse. En un instante, se congeló y endureció, haciendo que dejara de moverse. Ahora, parecía una estatua atrapada en pleno invierno.
Era la primera vez que el movimiento de Desastre se veía obstaculizado.
La santa se volvió a mirar a Zod con una mirada inspiradora.
“Zod, ¡esto es genial!” – dijo la santa, volviéndose a mirar a Zod con una mirada inspiradora.
“No, no lo derroté. Solo he bloqueado sus movimientos durante un rato.” – contestó Zod, sacudiendo la cabeza.
¡Crack!
El hielo comenzó a romperse como para refutar la afirmación de Zod. Los extraños crujidos no dejaron de extenderse.
No sabía cuánto tiempo podía durar el conjuro. Podían ser cinco minutos o diez, pero cuando Desastre rompiera el hielo, volvería a moverse.
Una magia de sexto círculo solo era suficiente para ganar algo de tiempo.
‘¿Cómo podemos derrotarlo? No conozco ningún conjuro que pueda vencerlo. No estoy seguro de que un hechizo del séptimo círculo como la ‘Oleada de destrucción nuclear’ pueda funcionar.’
Zod comprobó su propio estado.
‘No me queda suficiente poder mágico.’
Después de una serie de combates, a Zod no le quedaba mucho poder mágico. Además, también tenía que dejar suficiente energía mágica en reserva para escapar para cuando todos fueran evacuados.
‘Hubiera sido mejor no haber desperdiciado el poder mágico con el hombre de la máscara de cuervo…’
La magia de Zod tenía un nivel sin precedentes, pero después de impedir el avance de Desastre y de permitir que la gente evacuara el campo de batalla, estaba comenzando a mostrar sus límites.
‘Con la situación actual…’
Miró hacia atrás y vio a la ciudad de Deltaheim tan dañada y con tantos edificios derrumbados que ya no podía llamarse la capital de una nación. Hace tan solo unas horas, era una ciudad llena de gran riqueza y energía.
La ciudad incluso estaba viva después del asalto de los Forasteros, pero ahora, había sido completamente destruida por un solo monstruo.
“Este lugar está destruido.”
“Oh…”
Zod llegó a una conclusión con calma, la ciudad de Deltaheim había terminado.
En ese momento, recibió una comunicación a través de la magia. Era de la unidad del ejército de Avalon que se había retirado primero. Cuando la comunicación mágica terminó, Zod se volvió hacia Priscilla.
“Los reyes de la Alianza de los Occidentales que habían huido al refugio, han escapado con seguridad hasta el puerto. La mayoría de los ciudadanos también han escapado ilesos. Es nuestro turno.”
Así es. Ahora era el momento de huir. Priscilla confirmó que Zod se estaba preparando para desatar la magia de teletransportación.
“Se en que estás pensando, pero ahora no podemos hacer nada.”
Ahora no había forma de detener a Desastre. Con lo que habían aprendido en esta situación, tendrían que preparase.
“Si todos los ciudadanos han sido evacuados… Vale. Salgamos de aquí.”
“Bien.”
Crack
Una gran grieta apareció en el hielo que rodeaba el cuerpo de Desastre. La magia del sexto círculo estaba a punto de romperse. Afortunadamente, era suficiente para que tuvieran tiempo de invocar la magia la magia de teletransporte.
“¿Uh?”
La situación había cambiado de repente.
El hielo que rodeaba a Desastre comenzó a romperse a una velocidad anormal. El motivo estaba cerca de la cintura. Después de observarlo detenidamente, Zod quedó sorprendido.
‘¿Alas?’
¡Brooooom!
Una nueva parte brotaba del cuerpo de Desastre. Era un par de alas con una envergadura de decenas de metros. Las enormes alas atravesaron el hielo que las tenía aprisionadas e hizo que la lava saliera salpicada hacia todas partes.
Cuando el hielo que rodeaba su cuerpo comenzó a resquebrajarse, los fragmentos salieron volando. El hielo se derritió por el calor y comenzó a evaporarse.
Crack
La siguiente parte liberada fue la cara. Cuando Desastre movió el cuello, la lava solidificada y el hielo se desprendieron, la lava estalló y envolvió la piel como si fuera sangre.
El cuerpo del demonio de la destrucción, Desastre se reveló. En ese momento, extendió las alas y gritó hacia el cielo.
“¡Uaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!”
“¿Ah?”
“¡Aaah!”
Aunque Desastre todavía estaba a bastante distancia de las murallas de la ciudad, el calor llegaba hasta ella e hizo que Zod se cubriera el rostro de forma inconsciente. Su rostro estaba rojo, como si estuviera quemado por el sol.
Cuando se tocó la cara, sintió lo dolorida que estaba, cubierta de quemaduras leves.
Tuvo que desplegar un hechizo para cubrir su cuerpo y detener el calor. Era lo único que podía hacer. Si bien la temperatura ambiente había sido bastante alta hasta ese momento, no había sufrido ningún daño.
Sin embargo, ahora, con tan solo un rugido, Desastre había calentado la atmósfera con un calor que superaba el de la magia de hielo.
“Uh, ¿se ha vuelto más fuerte…?”
Estaba completamente horrorizado por este giro de la situación, pero solo podía reír en vano.
“Esto… Está realmente más allá de mi imaginación.”
Agitó sus alas, pero no podía volar. La parte inferior de su cuerpo todavía estaba congelada.
Pero viendo la velocidad a la que se rompía el hielo era solo cuestión de tiempo antes de que encontrara su libertad. Y, cuando sucediera, Desastre comenzaría a volar y su objetivo sería…
‘Los refugiados…’
Desastre ya no se dirigía hacia la ciudad derrumbada. Su mirada ahora estaba dirigida hacia la serie de barcos que salían del puerto. Su objetivo no era solo destruir, sino matar humanos.
Ninguna criatura sería tan rara.
“Si vuela, los barcos que están escapando de la ciudad estarán dentro de su alcance.”
De repente, Zod y Priscilla volvieron la cabeza hacia la voz que había sonado a sus espaldas.
Era Desir. Su cabeza estaba cubierta de cenizas de color gris y todo su cuerpo estaba plagado de las heridas que le había dejado el hombre de la máscara de cuervo.
Priscilla se acercó mientras invocaba su magia. Como resultado, sus heridas comenzaron a sanar.
“¿Por qué estás aquí?” – preguntó Priscilla, como si fuera tonto.
“Ahora que Desastre se ha revelado, no podemos escapar. Si no lo detenemos aquí, mucha gente morirá.”
Si abandonaba esta zona y se dirigía hacia los refugiados, no solo innumerables ciudadanos encontrarían la muerte, sino que los líderes de la Alianza de reinos Occidentales también morirían. Si todos morían, el orden mundial colapsaría y el caos asolaría el mundo.
Y ese era el objetivo de los Forasteros.
“No lo dejaré… Desir llévate rápidamente a Priscilla. De alguna manera lo mantendré ocupado.”
“¡Zod!” – gritó Priscilla al ver la determinación de Zod.
“No. Tengo una manera.” – dijo Desir.
“¿Contra eso?” – preguntó Zod, sonriendo a Desir. Señaló a Desastre.
Un mago del séptimo círculo luchó contra él y no pudo derrotarlo. Un ser que era capaz de ignorar la defensa de un conjuro innato del quinto círculo con un grito. Zod nunca se había encontrado con un oponente de este nivel. Era un demonio poderoso, pero un mago del tercer círculo afirmaba que podía vencerlo.
“Dame todo el maná que te queda.” – respondió Desir.
“¿Sabes lo que eso significa…?”
“Lo sé.”
Volcar todo el maná que le quedaba. Eso significaba que Zod ya no podría invocar un conjuro para escapar del demonio. No sabía que intentaba hacer Desir, pero si fallaba, sería su muerte.
“¿Hay alguna garantía de éxito…?”
“No puedo garantizar nada, porque será la primera vez que lo intento.”
¡Boooom!
No quedaba tiempo. No tenía tiempo para pensarlo.
“Creo en ti. Te daré todo mi maná. ¿Cómo vas a soportarlo? Tu círculo mágico no aguantará y tu cuerpo puede explotar.”
“Tenemos una santa.” – respondió. Si usaba su magia de recuperación… - ‘De alguna manera espero sobrevivir.’
“¿Estás seguro…?”
“Por supuesto.”
Desir era sincero y Zod volvió su cabeza hacia Priscilla.
“Priscilla, ¿Qué opinas?”
Sería otro de los sacrificios si el plan de Desir fallaba.
“Hoy he visto a este chico por primera vez. Es realmente ridículo perder la vida por algo de lo que no estoy seguro, pero creo que habla en serio. Voy a hacer lo que decidas, lo conoces mejor que yo.” – dijo con calma.
“Vale.” – respondió Zod, agarrando su bastón. Era el mejor amigo de un mago. Era un bastón con una piedra de mana en su puño que contenía una gran cantidad de poder mágico.
El maná de su interior ya no brillaba con fuerza porque estaba completamente agotado de la batalla anterior, pero cuando Zod agarró el bastón la piedra de maná recuperó rápidamente su luz original.
“Si alguien viera esto, me llamaría loco.” – dijo Zod, mientras le entregaba el bastón a Desir. Era una prueba de su confianza. Estaba dejando todas las posibilidades futuras en sus manos. – “Por favor.”
Zod decidió creer en Desir. Ahora todo lo que quedaba era que respondiera por esa fe.
“Gracias.”
Tan pronto como Desir tomó el bastón, una gran cantidad de maná comenzó a fluctuar… Y lo alzó hacia Desastre.