Volumen 3 Capítulo 86
Su decisión VIII
Traducido por Tars
Corregido por Zura
Editado por Tars
Corregido por Zura
Editado por Tars
Hans amonestó a su amigo por ser tan patético.
“¿Crees que un Forastero es lo suficientemente tonto como para beber cerveza en una taberna abierta al público?”
“No es malo estar vigilante... Oye, ¿a dónde vas?”
“Voy a darle a ese estúpido extranjero la verdadera experiencia de nuestra ciudad.”
Hans agarró la mano de su amigo y le pidió al dueño dos jarras de cerveza oscura.
Era el primer extraño en visitar el pueblo en mucho tiempo. Parecía un vagabundo, pero parecía estar interesado en algunas de las conversaciones de la taberna.
“Hola, amigo. ¿Puedo unirme?”
Era una pregunta educada, pero no esperaba una respuesta. Hans se sentó sin esperar la respuesta y, a continuación, apartó la cerveza que el hombre encapuchado estaba bebiendo y la reemplazó con su cerveza oscura.
“Invito yo. Deshágase de esa cerveza pálida y maloliente. Esta es la buena.”
En ese momento, la boca del hombre tranquilo se abrió.
“Largo…”
“¿Qué?”
“Tienes 30 segundos para sacar a tu amigo de aquí.”
“……”
Hans estaba avergonzado. Le había hecho un favor a este extranjero y, a cambio, le ordenó que se largara.
“Eres un hombre grosero. ¿De dónde eres? ¿Del Norte? Oh ya veo. Eres de…”
“Demasiado tarde.”
* Baam *
De repente, Hans miró hacia atrás. Había dos personas caminando por la puerta abierta.
Una voz insidiosa resonó en la taberna.
“Damas y caballeros, ¡bienvenidos a mi espectáculo!”
El hombre que había hablado era bastante alto y vestía un traje elegante. Pero, por extraño que parezca, llevaba una divertida máscara de arlequín en la cara.
Sin embargo, en contraste con su ridícula máscara, por alguna razón, las personas de la taberna tenían la piel de gallina en sus brazos. Había una correa colgando de su mano que estaba conectada al cuello de un hombre de mediana edad que entró con él.
“Soy Pierrot y estaré a cargo de este espectáculo. Encantado de conoceros.”
La hermosa ropa del hombre de mediana edad estaba polvorienta y desgarrada. Su cuerpo una vez musculoso, ahora estaba destrozado por la tortura, como un trozo de tela hecho jirones. Su aspecto digno había desaparecido y había sido reemplazado por un temblor incontrolable y una mirada llena de terror.
Hans reconoció la cara del hombre de mediana edad y, sin darse cuenta, aguantó la respiración.
“¡Déjame presentar a mi asistente! Del gran país del acero, ¡el rey de Divide! ¡Su majestad Waldersch!”
Nadie respondió. Nadie se atrevió a entrometerse en esta situación.
Silencio. Todos estaban congelados por el miedo y no podían decir nada. El sonido de las moscas zumbando en el aire parecía más fuerte que un trueno.
Haciendo un gesto como si estuviera jugando, el hombre con la máscara de Arlequín desenredó la cuerda que ataba las manos de su esclavo y le quitó la venda que le cubría los ojos.
Los ojos del rey de Divide se revelaron. Estaban hinchados por las lágrimas.
“¡Ei! Qué estás haciendo…”
Alguien reaccionó, pero no tuvo tiempo para terminar su oración. Algo brilló en la mano del hombre con una máscara de Arlequín y, antes de darse cuenta, algo atravesó el cuello del espectador rebelde.
La sangre se esparció por el aire. Un alambre delgado, lo suficientemente pequeño para que no fuera fácil de ver con el ojo humano, le había cortado el cuello.
Nadie lo vio mientras volaba. Fue un acto abrumador.
“¡Hip…!”
Nadie se atrevió a gritar. Sintieron como el hombre de la máscara miraba a su alrededor, comunicándoles con su mirada que le sucedería lo mismo a cualquier otra persona que emitiera un sonido.
“Ahora, todos, cojan un arma. Cualquier cosa que se pueda usar para lastimar a otros está bien. Un cuchillo, una silla, hasta un vaso es una buena elección. Pero ni siquiera pienses en moverte.”
*Brrrr*
De repente, la gente estaba ocupada buscando un arma adecuada.
Poco después todos sostenían algo que podían usar como arma. Incluso Hans había agarrado algo. Derramó la cerveza y agarró la jarra para romperla y convertirla en un objeto afilado.
Hans miró al hombre que llevaba la capucha, pero seguía sentado. El hombre con la máscara de Arlequín actuó como si no estuviera allí y continuó dirigiendo su espectáculo.
“Bien, todos deberían conocer a la gente que tienen a su alrededor dado que son del mismo pueblo. Pero trágicamente, solo una persona podrá salir con vida de aquí. Mi asistente también participará en este juego.”
El rey de Divide dio un paso hacia adelante agarrando una daga. No había ningún orgullo en sus ojos, tan solo un deseo enorme por vivir.
Todos se miraron los unos a los otros.
“El comienzo siempre es complicado. Está bien. La primera persona en matar podrá irse. Es una excepción.”
Hans agarró su arma. No podía dejar de pensar en maneras de someter a ese hombre. Quizá si pretendía luchar y lo atacaba cuando estuviera mirando para otro lado podría tener éxito. Sabía que no podía detener el ataque del alambre.
El amigo de Hans se le acercó con un sacacorchos en la mano.
“Amigo, cálmate.”
“Lo has escuchado.”
Hans bajó primero su arma y, una vez más volvió a hablar a su amigo con sinceridad.
“Baja el arma.”
“Hans, quiero vivir.” – dijo mientras se abalanzaba hacia Hans.
En un instante, las salpicaduras de sangre y los gritos se extendieron por todas partes.
En un momento, mientras observaba como la taberna se convertía en un infierno, el hombre con una máscara de Arlequín estalló en carcajadas.
* * *
La taberna estaba en silencio. Nadie estaba vivo. Era una visión terrible que costaba mirar.
“Esta es una mala costumbre.”
“¿Eso crees?”
El hombre con la máscara de Arlequín se sentó junto al hombre de la máscara de cuervo. Se había quitado la capucha.
“Me preguntaba si planeabas detenerme.”
“No voy a seguirte el juego.” – respondió el hombre de la máscara de cuervo.
Dicho esto, el hombre de la máscara abrió sus ojos por un breve momento antes de reírse satisfecho.
“Has cambiado.”
“¿Es una queja?”
“No, me gusta. De verdad. Está claro que no eres diferente de nosotros.”
El hombre de la máscara de cuervo ya no lo negó. Quizá era porque era demasiado molesto andar negándolo siempre o porque finalmente lo había admitido en su corazón.
“Vayamos al grano.” – dijo, para cambiar de tema, sin responder a las palabras del Arlequín.
“No pude matar a todos los reyes que asintieron a la reunión. Pero obtuve algunos beneficios. La capital del Reino de Prillecha ha perdido su función y sufrirá económicamente. También logré atrapar a uno de los reyes de la Alianza de Reinos Occidentales.”
Señaló un cadáver.
El rey de Divide, Colora Ash Waldersch.
Luchó con una daga para sobrevivir. Hizo todo lo posible por masacrar a los plebeyos y quitarles la vida. Pero al final, todo fue inútil. Incluso en medio de tantas tragedias, su rostro estaba perfectamente conservado.
“No sabes lo fácil que fue todo, una vez que decidió moverse separado de los demás.”
El rey de Divide se separó del resto de monarcas de la Alianza de Reinos Occidentales. Esa fue la razón por la que fue atacado. Poseía demasiada confianza en su poder.
El hombre con la máscara de Arlequín pinchó su cuerpo con los dedos de los pies y sonrió.
“Puede que lo use para hacer algo divertido.”
Al hombre de la máscara de cuervo no le gustaba al hombre que tenía delante. Su comportamiento siempre era sucio y desagradable.
“Escuché que Desastre resucitó…”
“Fue destruido.”
El hombre con la máscara de Arlequín inclinó la cabeza.
“¿Qué? ¿Cómo murió? Al menos debería ser capaz de destruir un reino.”
“Había un mago poderoso…”
“¿Zod?”
“No, un mago más peligroso.”
“¿Dices el niño del que hablan los periódicos? Ni siquiera es capaz de lanzar hechizos del cuarto círculo, ¿Cómo va a lanzar uno del séptimo?”
El hombre de la máscara de Arlequín mostró el mismo desprecio que el hombre de la máscara de cuervo la primera vez que vio a Desir.
“Su habilidad mágica ya ha superado a Zod. Y a tan temprana edad también es bueno en combate. No es alguien con el que puedas jugar. También usó una magia que no puedo comprender.”
Con un solo conjuro derrotó a Desastre, un demonio al que Zod no pudo derrotar. Su poder excedía a los magos del séptimo circulo. No sabía cómo desarrollar magia de tal nivel, pero lo que estaba claro era que su enemigo.
“Debes haber luchado con él, ¿cuál es tu impresión?” – dijo el hombre con la máscara de Arlequín, interesado.
“Si lo pienso, está definitivamente por debajo de mí. Sin embargo, en todo el mundo de la magia, pocas personas podrán lograr lo que hace. Al principio pensé que su falta de hechizos poderosos sería una gran debilidad, pero terminó siendo algo que no tenía sentido.” – dijo el hombre de la máscara de cuervo. – “Es el mayor factor de riesgo. Más que Zod. Será un gran obstáculo para nuestros planes en el futuro. Espero que podamos deshacernos de él rápidamente.”
“Estoy muy impresionado. Más fuerte que Zod.”
“No pienses que será fácil.”
“No te preocupes.” – contestó, agarrando la jarra de cerveza. – “Vamos a hacer que todos tengan miedo con solo escuchar nuestro nombre. Vamos a imprimir el terror en sus huesos. Será algo incomparable a lo que hemos hecho hasta ahora y, al mismo tiempo…”
La mirada del hombre con la máscara de Arlequín se volvió hacia el rey de Divide.
“Vamos a cavar más y más en el corazón del enemigo y, sin que se dé cuenta, destruirlos desde dentro.”