jueves, 7 de mayo de 2020

Survival Capítulo 79

2ª parte: La ley de la jungla
Capítulo 79
Unión de Supervivientes de Seúl – Primera Ronda IX
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars

Los ojos del cabo Ong comenzaron a llenarse de lágrimas. Ha Jin blandió el puñal en su mano buena mientras usaba la cuchilla de su brazo protésico para forjar un camino a través de los zombis. Como los zombis estaban podridos, su carne y huesos se rompieron como espuma de poliestireno extruido. El cabo Ong sintió que un gran amistoso gigante lo estaba protegiendo, haciéndolo sentir seguro. Este era el sentimiento que siempre tenía, pero no se dio cuenta de lo valioso que era hasta que le hizo realmente falta. Ha Jin atravesó a los zombis como si estuviera filmando una película de acción. El puñal giró violentamente en su mano mientras cercenaba cabezas de no muertos por sus cuellos. Incluso si un zombi lograra evitar el cuchillo, no podría esquivar la hoja unida a su brazo protésico. Si los rodeaban, todo terminaría, pero Ha Jin estaba abriendo un camino a través de los no muertos a tal velocidad, que los que estaban detrás de ellos no podían seguir su ritmo. Finalmente, llegaron al invernadero. Ha Jin dejó escapar un poderoso rugido, sacando la última gota de energía de su cuerpo exhausto. También ayudó a atraer la atención de los zombis hacia él para que el cabo Ong pudiera trepar al invernadero. El cabo Ong se esforzó mientras escalaba la temblorosa estructura. Estaba hecho de un material delgado y parecía que se desmoronaría en cualquier momento. Ha Jin continuó luchando debajo para proteger la parte delantera del cabo Ong, luciendo como el legendario Zhang Fei cuando protegió a Changban. Sin embargo, se balanceó demasiado y perdió el equilibrio. “Jefe, ¿estás...?” “¡Solo concéntrate en disparar!” Ha Jin inmediatamente rodó por el suelo, se levantó y continuó luchando. Todo su cuerpo estaba cubierto de sangre zombi. Las manos del cabo Ong temblaban. Lo había hecho muchas veces antes, pero en este momento, solo configurar el trípode le estaba resultando complicado. Saber que el tiempo era esencial hizo que la presión fuera aún peor. Sus manos apenas podían moverse. “¡Cálmate!” Ha Jin se movía como un rayo, con el sudor cayendo por todo su cuerpo. Solo habían pasado unos minutos, pero ya había matado a tantos zombis que sus brazos temblaban de cansancio. Sus músculos se estaban poniendo rígidos por el sobreesfuerzo. “Es… ¡Está!” El cabo Ong terminó de instalar el trípode y golpeó sus manos temblorosas varias veces. ‘Deja de temblar. Deja de temblar.’ En ese momento, notó al enemigo. Estaba de pie, encima de un camión, disparando su ametralladora. El cabo Ong miró a través del visor y alineó su punto de mira en el cuerpo del objetivo. ‘Por favor, por favor.’ – replicó en el interior de su cabeza. La presión era inmensa. Sabía lo importante que era su papel, pero su dedo índice estaba congelado contra el gatillo. ‘¿Qué pasa si fallo?’ Pensamientos innecesarios comenzaron a entrar en su cabeza... “¡Dispara!” – gritó Ha Jin. El cabo Ong se sacudió sus dudas y apretó el gatillo. El fuerte disparo resonó sobre el invernadero, anulando momentáneamente los aullidos de los zombis de la zona. La bala voló sobre la horda y golpeó al hombre justo encima de su nariz. El hombre ni siquiera pareció darse cuenta de la lesión. Sonrió y se movió para disparar su ametralladora un poco más, pero de repente cayó hacia atrás. El cabo Ong sintió como le faltaba de aliento. En un instante, toda la tensión que se acumulaba sobre sus hombros desapareció. Sin embargo, ahora no era el momento de descansar. Inmediatamente llamó por radio a Yohan. “¡Lo maté!” Las caras agotadas del trío se iluminaron cuando escucharon la voz del cabo Ong. Al fin había llegado el momento que habían estado esperando. Sacaron sus armas y comenzaron a disparar. En un instante, el muro de zombis fue empujado hacia atrás. El trío continuó disparando y los mercenarios, recibiendo órdenes a través de sus radios, salieron corriendo y también comenzaron a matar a los muertos vivientes. Definitivamente había muchos zombis, pero el poder de las armas de fuego hacía que sus números fueran irrelevantes. Los miembros del equipo de reconocimiento que estaban a la espera también ayudaron formando grupos de dos o tres. Yohan, Barrendero y Hyuk se abrieron paso hasta el garaje y cogieron la ametralladora y la radio militar. Naturalmente, el líder de los enemigos era el que tenía el dispositivo de comunicación de largo alcance. Yohan movió su mochila de combate en frente de él y ajustó el dispositivo a su espalda. Era muy pesado. “Vamos a salir de aquí.” A lo lejos, los aullidos de zombis comenzaban a menguar.
* * *
El viejo vigilaba el campamento de la Asociación de Mujeres y Familias con Saeri. Dio un fuerte grito cuando llegó el informe de la batalla. Ganaron, pero la batalla no se desarrolló como quería. “¿Solo eran nueve y murieron diez? Diez, diez personas…” Casi no podía creer el resultado. Esta era la primera vez que tantas personas murieron en una sola misión. Era tan absurdo que estaba sin palabras. Aunque dijera que la muerte formaba parte del riesgo laboral, todavía era impactante. Además, de los diez que murieron, uno era su sobrino. El viejo se dejó caer sobre su silla, como si hubiera renunciado a todo. Los mercenarios acababan de regresar, atravesando una horda aleatoria de zombis, pero al verlos de nuevo por primera vez, el viejo tuvo que frotarse los ojos. Todos estaban en mal estado. La mayoría se encontraban cubiertos de sangre. Era casi más fácil enumerar los lugares que no estaban manchados. “Lo siento.” – dijo Yohan, disculpándose con el viejo. El viejo sacudió la cabeza y miró al grupo de aspecto miserable. Ya conocía todos los detalles del informe de Chul Goo. No fue culpa de Yohan. Sin embargo, el anciano no era alguien que necesitara culpar a otros por un evento desafortunado. Había decidido hacer este intercambio y no tuvo suerte. Aun así, estaba desanimado y arrepentido por la muerte de sus hombres. Ahora era el turno de Yohan de mantener su lado del trato. “El trabajo está hecho. Cumple tu promesa, chico.” “Haré que mi gente envíe los suministros de inmediato. También escribiré toda la información que conozco sobre los zombis y la dejaré contigo. Además, hay un montón de motocicletas en el taller de reparaciones. Será difícil conseguirlas en este momento, pero debes ir por ellas más tarde y darles un buen uso.” “Este niño.” El viejo todavía estaba aturdido. Incluso Yohan no esperaba ninguna víctima y no confiaba tanto en los mercenarios como el viejo. Esta pelea no fue más que una pequeña escaramuza. Yohan todavía necesitaba que los mercenarios fueran su escudo en la batalla más grande contra la Unión de Supervivientes de Seúl en el futuro. No podían morir diez personas así. El hecho de que diez soldados murieran por tan solo una persona era doloroso. Habían hecho todo lo posible, pero tuvieron mala suerte. El momento era bueno; atacaron justo antes de que saliera el sol. El problema era que el líder estaba durmiendo en un edificio diferente y tenía proyectiles perforantes. Yohan sabía que tenían una ametralladora, ya que obtuvo la información de Kim Seol Hwa, pero ni siquiera ella sabía que el líder estaba equipado con proyectiles para perforar armaduras. Fue un desastre absoluto causado por variables desconocidas. Yohan suspiró mientras se levantaba. “Buen trabajo a todos. Tómense un descanso.” – aconsejó Yohan a las personas que habían luchado tan duro. – “Sobre todo tú, cabo Ong. Estamos vivos gracias a ti.” “N… No es nada.” – contestó el cabo, lanzándole una mirada a Ha Jin, quien sonrió y le dio un pulgar hacia arriba. El joven cabo se rascó tímidamente la cabeza. “Descansa. Barrendero, ven conmigo.” Yohan tomó la radio 999K que acababa de adquirir y salió de la sala de reuniones. Barrendero caminó a su lado. “¿Vas a ir junto a Kim Seol Hwa?” “Sí.” “¿Por qué no te tomas un descanso? No estás hecho de acero, hermano.” “Recibimos más daño de lo que pensaba. Necesitamos prepararnos mejor para la próxima batalla y tenemos que hacerlo rápidamente con más información. No sé cuánto tiempo aguantará Kim Seol Hwa.” “Le di comida y agua en mitad de la noche. No está completamente en su sano juicio, pero probablemente no va a morir.” – dijo Barrendero. Yohan frunció el ceño. “Dices que estoy siendo inhumano. ¿No es peor darle falsa esperanza? No vamos a dejarla vivir, entonces, ¿por qué haces eso? ¿Qué vas a hacer si ella comienza a tener otros pensamientos?” “¿Qué te pasa, hermano? Es gracias a mi plan que finalmente abrió la boca antes de morir. Solo para estar seguro, ¿de verdad no vas a dejarla vivir?” Yohan sabía que Barrendero tenía razón. Esta idea incómoda fue su plan. Él era el policía bueno y Yohan el malo. Le dieron algo de esperanza para que ella continuara aferrándose a su vida. Sin embargo, debido a esto, no podía confiar en su inteligencia al 100%. Era difícil saber qué información era verdad y qué no. “Nunca. No hay forma de que salga viva de esa habitación. ¿Quieres dejarla vivir o algo así?” “Bien.” – sonrió Barrendero. – “Solo sigo tus órdenes, jefe.” ‘Que cosa más triste. Uno debería saber de qué lado debería estar.’ – pensó. – “Si quieres dejarla vivir, dímelo. No me importaría si alguien más pregunta, pero si eres tú, lo pensaré.” “Guau, me siento honrado.” Barrendero actuó como si fuera tocado. Para él, Yohan había hecho un progreso notable en comparación con cuando se conocieron. En ese momento, era el tipo de hombre que dispararía un arma a un extraño al azar, que acababa de conocer en un centro comercial solo porque sospechaba que era un enemigo. Desde entonces, habían experimentado varias situaciones de vida o muerte juntos. Aun así, solo recientemente, había llegado a confiar plenamente en él. ‘No es un mal sentimiento.’ Barrendero sonrió en su interior. Si tenía que ser honesto, incluso a él le resultaba complicado confiar en las personas desde que comenzó el apocalipsis. La razón por la que decidió quedarse con Yohan fue porque, por alguna razón, sintió un fuerte apego hacia él. Incluso ahora, todavía no estaba exactamente seguro de por qué decidió quedarse. Si tenía que describirlo, sentía que tenían un vínculo, que eran similares. Algo así como encontrarse con otro coreano en una tierra extranjera llena de extraños. Afortunadamente, aún tenía que lamentar su decisión. Su jefe tenía carisma. “Entonces, considera en serio tomar un descanso, jefe. Te ves muy cansado. Yo también estoy cansado.” Yohan se detuvo y lo miró por un momento antes de asentir lentamente con la cabeza. Era posible que estuviera apurando demasiado las cosas. Barrendero tenía razón. No era bueno trabajar demasiado. El descanso y la recuperación eran importantes. “Vale. Descansemos primero y vayamos a verla después.” “¿Uh…? Vale.” ‘Su tono es un poco extraño.’ – pensó Barrendero, mientras fruncía ligeramente el ceño.