3ª parte: Etapa apocalíptica
Capítulo 102
Campamento María II
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Después de almacenar el pescado en el almacén de suministros, Yohan y Saeri se dirigieron al restaurante de Ji Hye.
Estaba ubicado en el primer piso del centro de bienestar que ella estaba operando. La comida estaba disponible dos veces al día en un horario predeterminado y los supervivientes a menudo se reunían allí. También había una cafetería y un bar. Sin embargo, no era la hora de máxima afluencia, así que el lugar estaba bastante vacío.
“¡Yohan! ¡Saeri!”
Ji Hye sonrió brillantemente tan pronto como vio a la pareja y salió de la cocina. A pesar de que vestía ropa simple, su sonrisa característica acentuaba su inocente belleza.
“Oh, ¿es Yohan?”
Jung Soo también apareció, llevando una mesa.
Su rostro no era excepcional, pero tenía una constitución atlética y podía realizar las tareas básicas de un miembro del equipo de reconocimiento. Hacía poco que él y Ji Hye hicieron pública su relación, después de salir en secreto por un tiempo.
“Oh, ¿qué está pasando aquí? ¿Se mudaron juntos?” – preguntó Saeri, mirando a la pareja de reojo. Ante esa mirada escrutadora, la pareja se sonrojó. Yohan los salvó, tocando el hombro de Saeri e instándola a entregar el róbalo que acababan de traer.
“¿Quieres sashimi o prefieres que lo cocine?”
“Cocínalo.”
“¡Vale! Por favor, ¡espere un momento!” – dijo Ji Hye, asintiendo con fuerza y desapareciendo rápidamente en la cocina. Todavía era joven y estaba llena de energía.
“Yohan, creo que tu cabello ha crecido demasiado. ¿Por qué no lo recortamos mientras estamos aquí?” – preguntó Saeri, estirando la mano para cepillar el cabello de Yohan.
Había una peluquería y un taller de reparación en el segundo y tercer piso del centro de bienestar. Se establecieron desde el principio para proporcionar un poco de comodidad a la gente. Ahora, las personas que trabajan allí ya eran buenas cortando el pelo. Teniendo en cuenta el estilo preferido de Yohan, era mejor que otras personas fueran utilizadas como conejillos de indias
Cuando la mano de Saeri se movió un poco más abajo para acariciar su rostro, Yohan retiró con suavidad su mano y la apartó.
‘Lo está haciendo de nuevo.’
Yohan no había estado rechazando por completo sus avances. A veces incluso jugaba un poco. Como consecuencia, Saeri había comenzado a superar los límites y se estaba volviendo peligroso.
“¡Aquí vaaaaaaaaaaaaaa…!” – anunció Ji Hye, con una voz cantarina. Sacó el pescado cocinado y algunas guarniciones simples. Era obvio que había puesto algo de esfuerzo en su comida. Solo con verlo era suficiente para hacerlos salivar.
“Gracias de nuevo.”
“No es nada.”
Después de su simple, pero deliciosa comida, Ji Hye les preparó un café, que Yohan aceptó gentilmente.
“Entonces, ¿ustedes dos viven juntos ahora?”
“Sí, eso es lo que pasó Yohan.”
“Se ven bien juntos. Aun así...”
La voz de Yohan se apagó. Había algo por lo que estaba preocupado. La segunda regla en su guía de supervivencia zombi: La infección atmosférica.
Se suponía que, cada vez que existía un mutante, aumentaba la probabilidad de infección atmosférica y, por ahora, todo fue comprobado. Desde que llegaron a la isla, las posibilidades de que una lesión menor se infectase era casi nula. Sin embargo, siempre estarían expuestos al peligro.
Estaba preocupado por el embarazo y el parto. En un mundo sin ginecólogos o una instalación quirúrgica adecuada, dar a luz era un evento potencialmente mortal. Pero era un tema complicado de abordar. Al final eran sus propias vidas y eran libres de tomar su propia elección.
“Yohan, por favor di lo que piensas.”
“No es nada. Estoy seguro de que estarás bien.”
“¿Perdón…?”
Jung Soo estaba confundido.
“Practica sexo seguro. Usa un condón, ¿de acuerdo?” – dijo Saeri, metiéndose en la conversación.
“......”
Todos, aparte de Saeri, sintieron que su rostro se sonrojaba al instante. Yohan se frotó la cabeza, sintiendo que iba a tener un dolor de cabeza.
“Me disculparé por Saeri...”
“N… No, está bien.”
“¿Qué pasa? ¿No aprendieron ustedes educación sexual en la escuela?”
“Esto es acoso sexual, no educación sexual”
“No son niños, ¿por qué se avergüenzan?” – contestó Saeri, haciendo un puchero.
“Dios, solo déjalo pasar. Oh, Ji Hye, sé que estás ocupada, así que lamento pedirte esto, pero necesito que prepares algo.”
“¿Preparar algo?”
“Sí.”
“¡Déjamelo a mí! ¿Qué necesitas que prepare?”
“Equipo militar y comida de emergencia.”
“Oh.”
Ji Hye y Jung Soo habían estado siguiendo a Yohan el tiempo suficiente para saber para qué se estaba preparando.
La pareja se miró atónita antes de que una expresión firme apareciera en sus rostros. Jung Soo era un miembro del equipo de reconocimiento. Una vez que las misiones de reconocimiento comenzaran de nuevo, saldría a situaciones peligrosas. Además, la pareja estaría separada por un tiempo.
“No soy tan horrible como para separar a dos recién casados. Jung Soo no irá a la primera expedición.”
“N… No, está bien Yohan. No te preocupes por nosotros.”
“No es por Ji Hye. Esta vez solo voy con personas que son buenas con las armas.”
“Oh…”
“Además, todavía necesitamos personas para proteger la isla, ¿verdad? Te lo dejaré a ti.”
“¡Vale!”
Jung Soo estaba preocupado antes, pero ahora respondió con rapidez.
* * *
Más tarde esa noche, Yohan estaba en la playa, mirando el océano. Se sentía extrañamente emocional esta noche. No importa cuán duro actuó, todavía era un humano común. Aunque trató de negarlo, también estaba empezando a acostumbrarse a la paz que estaban disfrutando. Fue en la medida en que el solo hecho de saber que reanudarían las expediciones al día siguiente lo estaba volviendo emocional.
‘Tal vez es porque el paisaje es muy hermoso.’
Yohan había elegido un albergue con vistas al mar como su hogar, dándole un buen punto de observación de las olas. La casa fue construida en la base de la montaña y tenía un muelle y una playa privada.
‘Tenemos que salir. No tenemos otra opción.’ – pensó, mientras sacudía la cabeza, para expulsar ese momento de debilidad.
Era arriesgado, pero había buenas razones para comenzar de nuevo con las misiones de reconocimiento. Si bien la granja producía algo de comida, había ciertos suministros que no podían obtener de la isla, como papel higiénico, condones, productos de higiene femenina y jabón. Claro, podrían sobrevivir sin ellos, pero también tenían que salir para mantener al equipo de reconocimiento en buen estado.
Un descanso de un mes era más que suficiente como recompensa. Tomar otra decisión podría provocar muertes innecesarias.
Nadie lo decía, pero podía sentir que todos eran reacios a comenzar de nuevo las expediciones. A diferencia de su tiempo en Bucheon, la isla se sentía realmente segura. Yohan también disfrutó de la paz, pero solo había pasado un mes. Aferrarse a esa tranquilidad era peligroso. Todavía vivían en el apocalipsis. Solo habían pasado nueve meses hasta ahora y no deberían olvidarlo.
“¿En qué estás pensando?”
Saeri vino de su casa, que era la cabaña pegada a la suya. Llevaba una lata de cerveza y estaba claro por sus mejillas sonrojadas que no era la primera. Vertió un poco en un vaso y se lo entregó a Yohan.
“Salud. ¿En qué estás pensando tan concentrado?”
“Ejecutando simulaciones mentales de la expedición de mañana.”
“Realmente eres increíble.”
Saeri no estaba siendo sarcástica, era sincera. Había una mirada de inocente admiración en sus ojos. Ella sabía que Yohan nunca se tomaba un descanso y siempre estaba trabajando para mejorar. Se sentó a su lado y tomó un sorbo de cerveza mientras compartían la vista nocturna del océano.
Yohan le dio unas palmaditas en la cabeza.
Aunque a menudo lo criticaba por ser un adicto al trabajo, también era alguien que trabajaba y entrenaba mucho para ayudarlo a alcanzar sus objetivos. Había crecido mucho y era capaz de tirar de su propio peso. Yohan recordó que la primera impresión que tuvo de ella no fue genial, pero eso solo significaba que la cantidad de esfuerzo que había puesto en mejorar era mayor.
Dejando a un lado la química natural entre un hombre y una mujer, Yohan sintió un fuerte apego por Saeri. Había una energía desconocida que emanaba de ella, del tipo que esperarías de un hombre de mediana edad. Ella era interesante y tenía sus encantos. Salir con el grupo se sentía diferente cuando no estaba allí.
Además de eso, era peligrosamente atractiva. Yohan evitó su mirada. Saeri parecía decidida y era obvio lo que buscaba. Podía sentir un sudor frío rodar por su espalda y bebió un poco más rápido. Podía sentir que estaba bailando directamente en sus manos.
‘Lo planeó todo.’
Yohan podía sentirlo. Ahora solo tenía dos opciones, rechazarla o aceptarla con claridad.
Saeri se acercó, su piel era suave y olía bien. Solo el ligero contacto de piel con piel fue suficiente para enviar una corriente eléctrica por su columna vertebral. Había pasado mucho tiempo desde que había sentido esa tensión sexual. La parte inferior de su cuerpo reaccionó de forma natural.
“Estás borracha. Ve a dormir.” – dijo Yohan, apartándola con suavidad.
“¿Me veo borracha?”
“¿Por qué haces esto de repente?”
“Puedo hacerte la misma pregunta. No eres estúpido y mirando, puedo darme cuenta de que no eres un eunuco. ¿Te gusto o no? Dímelo con claridad y no me aferraré más a ti.”
La franqueza de Saeri dejó a Yohan sin palabras.
“No es que no me gustes...”
Saeri se movió, para sentarse en su regazo y envolver sus delicados brazos blancos alrededor de su cuello.
“Fuiste tú quien dijo que es importante que las personas cuiden sus impulsos.” – añadió. Definitivamente lo había dicho en el pasado. – “Me he estado conteniendo porque estábamos luchando por sobrevivir. Quería saltar sobre ti, pero sabía que solo dañaría mi orgullo. Pero ahora... ¿es demasiado peligroso hacer algo ahora?”
El aliento de Saeri le hizo cosquillas en la cara. Era dulce.
No había necesidad de responder a su pregunta, no esperaba una respuesta. Saeri inmediatamente presionó sus labios contra los suyos. Su suave lengua salió y envolvió la suya. No la alejó.
“Te quiero, Yohan.”
Este evento cambiaría su relación. Era un cambio que introdujo variables. Yohan sabía que una relación traería consigo posesividad y obsesión. No era algo que él quisiera.
‘No la amo.’
Sin embargo, tan solo era un humano. Tenía necesidades y deseos como cualquier otro hombre. Saeri había estado a su lado durante muchos meses, vigilando su espalda. Se había quedado sin excusas para rechazar su dulce tentación.
“También quiero hacerlo contigo...”
Yohan envolvió sus brazos alrededor de su cintura con brusquedad. Un suave gemido escapó de sus labios. Se dieron la vuelta para que él estuviera arriba, con sus labios y sus lenguas aún entrelazados. Cuando finalmente se separaron para respirar, una delgada cadena de saliva los mantuvo conectados.
“No esperes que mi actitud cambie después de esto.”
“No eres nada romántico.”
“Eso no es novedad.” – dijo Yohan, acercándose para susurrarle al oído. Saeri dejó escapar otro suave gemido cuando el aliento rozó su piel. – “No hay amor. Las citas son un lujo, ¿lo has olvidado?”
Saeri no lo reconoció. Ella presionó su cuerpo más cerca del de él cuando su respiración se volvió irregular y ardiente. Yohan podía sentir como el aire se calentaba a su alrededor cuando sintió la piel de su cuerpo curvilíneo tocar la suya.
A pesar de que estaba en forma y no tenía grasa por su entrenamiento, ella aún mantenía su figura femenina. En el momento en que sintió su piel suave, sintió que iba a derretirse en un instante. Sus delicados labios se encontraron con los de él cuando le quitó la ropa.
“¿Lo vamos a hacer aquí?”
“Si tú quieres.”
“Es... Un poco vergonzoso. ¿Y si alguien nos ve?” – protestó Saeri. Pero mientras decía esas palabras, Yohan ya se había quitado los pantalones y la ropa interior. – “Yohan, despacio. Para ser honesta, no tengo mucha experiencia.”
“Lo sé.”
El comportamiento coqueto de Saeri no era suficiente para ocultar el hecho de que era bastante inocente. Era obvio al ver cómo reaccionaba ante Jung Hwan. Las manos de Saeri le rodearon el cuello y lo acercaron. Se aferró como si nunca lo fuera a dejar ir. Poco después, ambos quedaron sin aliento.